Por: Noel Aguirre Ledezma
Tal parece que el transcurso del tiempo, inclusive en el caso de políticas públicas de trascendencia como el caso del Bono Juancito Pinto (BJP) hace aparecer estas medidas como una rutina y se olvida su valor social-económico-comunitario y su sentido estratégico y equitativo. Para tener presente ese valor y sentido, habría que recordar que, pese a voces agoreras que anunciaron pronto fracaso, el BJP se entrega a estudiantes de unidades educativas desde 2006 hasta el presente, es decir, nada menos, desde hace 17 años.
Como lo señala el DS 28899 de 26 de octubre de 2006, el bono Juancito Pinto es un subsidio de incentivo a la matriculación, permanencia y culminación del año escolar de estudiantes de unidades educativas públicas de todo el territorio nacional, en el marco de la Política de Protección Social y Desarrollo Integral Comunitario del Plan Nacional de Desarrollo “Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática Para Vivir Bien 2006-2012”. En 2006, el programa benefició a 1.084.967 estudiantes de 1º a 5º de primaria y de centros de educación especial, con una inversión de cerca de Bs 220 millones, mientras que en la presente gestión se prevé entregar a 2.316.385 estudiantes de educación primaria, secundaria y especial con una inversión de casi Bs 470 millones para efectivizar el pago de Bs 200 a cada beneficiario. De estas cantidades fácilmente se puede deducir que, comparado con sus inicios, en la actualidad el BJP ha duplicado y más el número de beneficiarios, por tanto, en igual proporción aumentaron los recursos invertidos.
También cabe considerar otros logros y efectos positivos del BJP, señalados en distintos estudios etnográficos y cualitativos, investigaciones y análisis estadísticos realizados en distintas gestiones. Por ejemplo, el análisis de los indicadores educativos indica que “La tasa de deserción escolar en Bolivia bajó del 6,4% en 2006 al 1,6% a la fecha…” (Ministerio de Economía, 2022) “Una revisión panorámica de la información estadística de los indicadores educativos —tras la implementación del BJP— muestra una mejora en la tasa de matriculación en el sistema público del ciclo primario, tanto a nivel de género, así como considerando el ámbito rural y urbano. La tasa de abandono en general también tuvo una marcada tendencia decreciente. La tasa de promoción también paulatinamente tendió a mejorar. Asimismo, la transferencia monetaria condicionada está negativamente asociada con la tasa de reprobación y con la tasa de abandono. Al cuantificar la magnitud de la incidencia del bono Juancito Pinto se constata: a) el impacto positivo y muy significativo en la tasa de matriculación, el mismo que estaría en el orden en promedio de 1%; b) igualmente el BJP impactó de forma positiva y significativa en la permanencia escolar, en promedio en 1%; c) asimismo el BJP mejoró sustancialmente la tasa de promoción, en torno al 3,7%. En resumen, el bono Juancito Pinto cumple con los objetivos previstos en el DS 28899.” (H. Aguilar, 2014) Es más, otro estudio sostiene: “Los resultados sugieren que el BJP ha tenido un impacto positivo en la reducción de la inasistencia escolar en el ciclo primario, ha colaborado en la reducción de los niveles de indigencia además de haber mejorado la distribución del ingreso, sobre todo en el sector rural del país.” (E. Yáñez, 2012) Un resumen de estos logros puede resumirse en la contribución del BJP al ejercicio del derecho a la educación.
Otros efectos del BJP se pueden encontrar en variables económicas. En principio, los recursos entregados a estudiantes en 2006 principalmente tuvieron su origen en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, de los recursos provenientes de la nacionalización de los hidrocarburos (DS 28899-2006), mientras que en la actualidad 26 empresas estratégicas estatales aportan con recursos financieros. Un claro desmentido a supuesta ineficiencia o quiebra de empresas estatales estratégicas y una opción por políticas sociales equitativas. Pero además debemos considerar que al “inyectar” en un tiempo de solo un mes Bs 470 millones a través de las familias, claro que se incentiva la demanda interna, se dinamiza la economía y se incentiva la producción.
El bono Juancito Pinto, a 17 años de su vigencia, sigue constituyéndose en una medida estratégica que aporta a la reducción de la inequidad y desigualdad, y tiene que ser comprendido en su real valor y sentido.
Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.
Fuente de la información: https://www.la-razon.com