Las universidades frente a la crisis ambiental

Por: Miguel Ángel Casillas

La Declaración universitaria frente a la crisis climática que resultó de la 5ª Jornada de innovación en educación superior, realizada en Xalapa los días 24 y 25 de mayo es un planteamiento programático para el cambio institucional, para la reforma de las universidades y el sentido de su contribución frente a la crisis ambiental.

La Declaración resulta del conocimiento experto de biólogos, meteorólogos, ecólogos, expertos en cambio climático, e investigadores de la educación superior, profesores y estudiantes preocupados por la gravedad de la crisis que vivimos y que se revela por todas partes. Quienes la suscribimos consideramos que “Toda la evidencia científica indica la gravedad de la crisis ambiental que vivimos y que pone en riesgo las condiciones de la vida (de todos los seres vivos) en el planeta. La crisis ha sido provocada por la industrialización, el hiperconsumo, por priorizar los beneficios económicos por sobre los riesgos ambientales; la crisis afecta de modo diferenciado a los grupos humanos, aumentando la desigualdad y la marginalidad social. La crisis es inminente, pareciera irreversible, progresiva y urge de una acción mundial concertada para detenerla, como ha expresado la ONU.

Las universidades han contribuido en la producción de conocimiento que nos permite hacer observables múltiples dimensiones de la crisis ambiental y sus efectos sobre las sociedades humanas y sobre los ecosistemas. También han creado programas académicos para formar científicos y profesionistas orientados a la salvaguarda y protección medioambiental. Muchos universitarios participan de actividades de reforestación, reciclaje, cuidado y restauración medioambiental. En muchas instituciones se cuenta con programas institucionales que promueven la reducción de su huella ecológica y promueven buenas prácticas en el consumo de materiales, en el ahorro de energía, en reciclaje, en producción de compostas. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, ni para lograr una transformación profunda de la universidad, de sus objetivos y funciones, ni para tener un impacto suficientemente efectivo en la sociedad como para coadyuvar a su transformación cultural.

Las universidades deben continuar impulsando sus programas institucionales relativos al campus verde, pero deben transformarse de un modo acelerado y profundo, urge:

En el orden de su misión, sus objetivos y metas institucionales: 1) Adoptar claramente una postura institucional hacia un cambio civilizatorio. 2) Asumir los compromisos para el desarrollo sostenible (Agenda 2030 de la ONU). 3) Determinar los perfiles universitarios regionales con el propósito de realizar contribuciones específicas desde y para sus territorios, aportando soluciones y adaptaciones a los efectos diferenciados de la crisis ambiental.

En la dimensión curricular: 1) Reformar todos los planes y programas de estudio de la Universidad para redefinir su perfil de egreso e incorporar contenidos, prácticas, ejercicios, actividades, bibliografías y referencias relativas a la crisis ambiental; fomentar una perspectiva compleja e integral, una nueva educación ambiental que coloque a la Tierra en el centro de la atención, que valore el cuidado y la restauración de los ecosistemas, que sea práctica e interdisciplinaria. 2) Transformar el contenido de los planes de estudio que promuevan el uso de tecnologías sucias, el extractivismo y la destrucción ambiental como vía del desarrollo, el hiperconsumo y la sobrevaloración del dinero. 3) Reformar las prácticas educativas de todas las asignaturas, para favorecer una educación basada en la solución de problemas locales, territoriales, comunitarios, que favorezcan su conocimiento interdisciplinario. 4) Reformar el sentido general de la formación, para orientar hacia el egreso de ciudadanos comprometidos en la lucha contra la crisis ambiental, con la transformación de las prácticas profesionales, con una conciencia crítica sobre el hiperconsumo, el dispendio y los modos de vida individualistas. 5) Hacer partícipes a los estudiantes del diseño de las políticas institucionales y de su implementación.

En investigación: 1) Orientar la investigación para una mayor contribución específica en relación con los efectos regionales de la crisis ambiental. 2) Promover la investigación interdisciplinaria, ligada a los problemas territoriales regionales. 3) Ampliar la comunicación y la divulgación científica sobre la crisis ambiental (biodiversidad, recursos naturales, servicios ambientales y bienestar humano). 4) Generar programas de capacitación para los profesores universitarios en relación con la crisis ambiental y sus soluciones.

En relación con sus prácticas: 1) Generalizar el uso de tecnologías limpias y de procesos que privilegien el ahorro y el reciclaje. Medir y reducir la huella ecológica. Trazar y recorrer una hoja de ruta hacia la sostenibilidad institucional. 2) Jugar un papel activo en las luchas medioambientales, en la defensa de los territorios y en la promoción de procesos limpios en las empresas y en la economía. 3) Contribuir a la generación de una nueva conciencia social que propicie un cambio civilizatorio en el que logremos reformular nuestro papel como humanos en los ecosistemas naturales”.

Estos 15 puntos sintetizan una preocupación mayor, la que nos exige hacernos cargo del presente y de la responsabilidad que tienen las universidades, en tanto instituciones culturales, para fomentar un cambio civilizatorio que posibilite la continuidad de la vida en el planeta.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/las-universidades-frente-a-la-crisis-ambiental/

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¿Realmente creen que cualquier fauna silvestre sobrevive al bombardeo químico?

Por: Graciela Vizcay Gomez/Ecoportal=08-12-2017

He escrito extensamente sobre agricultura y especialmente pesticidas por dos razones. Estoy convencido de que la agricultura durante milenios fue civilización. Pero desde fines del siglo XIX la agricultura se vio obligada a industrializarse supuestamente para alimentar al mundo. Las granjas gigantes que cultivaban una sola cosecha sonaron como la campana de la cena de innumerables plagas de insectos. Esto desencadenó una guerra química en la granja”, según un artículo de Evaggelos Vallianatos*, publicado en HuffingtonPost, que hoy les traigo.

La industrialización trajo la violenta metamorfosis de la civilización a una fábrica. Los pesticidas se convirtieron en los pilares de esta fábrica.

En segundo lugar, mi prolongado trabajo para la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Me convenció de que los pesticidas, como las bombas nucleares, deben ser abolidos. Su historia de guerra y sus efectos son simplemente intolerables.

Un amigo apicultor del Reino Unido, Graham White, me llamó la atención sobre el trabajo del profesor Dave Goulson en la Universidad de Sussex. Goulson llevó a cabo una “Auditoría de Pesticidas” de un solo campo de colza y uno de trigo de invierno.

La auditoría de pesticidas cubrió una temporada, 2012-2013. Reveló que cualquier abeja, mariposa, abejorro, mariquita, lombriz, que se alimente de un campo de colza estaría expuesto a:

SEIS insecticidas
TRES herbicidas
NUEVE fungicidas

Además de reguladores de crecimiento de hormona de insectos.

Los efectos nocivos de este cóctel de venenos están deformando y matando a la fauna silvestre, aunque los científicos aún no han estudiado las mezclas de tantos venenos que trabajan juntos.

El campo de colza oleaginosa no era inusual. Se recomienda a la mayoría de los agricultores del Reino Unido y de los Estados Unidos que utilicen el mismo cóctel de aerosoles. En el Reino Unido, más de 8,000,000 hectáreas de cultivos herbáceos cada año siguen esta receta química.

El profesor Goulson dice que encontró la evidencia de su auditoría “asombrosa”. Lo encontré escandaloso.

El profesor Goulson analiza la agricultura con los ojos de polinizadores, abejas y abejorros. De hecho, él es el científico preeminente abejorro del Reino Unido.

Goulson se centró en la colza porque cuando florece se convierte en una tienda de alimentos para las abejas melíferas.

Él explica: “La colza se siembra a fines del verano con un aderezo para semillas que contiene el insecticida tiametoxam. Este es un neonicotinoide sistémico, con una toxicidad muy alta para las abejas.”

“Sabemos que la planta lo absorbe y que los niveles detectables estarán en el néctar y el polen recolectados por las abejas en la primavera siguiente.

En noviembre, a pesar de la supuesta protección del neonicotinoide, el cultivo se rocía con otro insecticida, el encantador nombre ‘Gandalf‘ .

“¿Qué daño podría hacer el viejo sabio sabio? Gandalf contiene beta-ciflutrina , un piretroide. Los piretroides son altamente tóxicos para las abejas y otros insectos, pero no debería haber abejas en noviembre, por lo que probablemente esté bien. El siguiente mayo, cuando está floreciendo, el cultivo se rocía con otro piretroide, alfa- cipermetrina .

“Menos de tres semanas después, la cosecha se bombardea con tres piretroides más, todos mezclados, un enfoque real de cinturón y llaves.

¿Por qué usar uno cuando tres harán? La cosecha todavía florece en este punto (era un año tardío), y estaría cubierta en abejorros forrajeros y otros polinizadores. “En el medio, el cultivo también se trata con un aluvión de herbicidas, fungicidas, molusquicidas y fertilizantes: 22 productos químicos diferentes en total. La mayoría de estos pueden tener poca toxicidad para las abejas en sí mismos, pero algunos, como un grupo de fungicidas (los fungicidas DMI), se sabe que actúan de forma sinérgica con neonicotinoides y piretroides, lo que hace que los insecticidas sean mucho más tóxicos para las abejas. En la fecha de aplicación final, cuando el cultivo está en floración, se agrega uno de estos fungicidas (protioconazol) a la mezcla del tanque con los tres piretroides.

polinizadores, piretroides, abejas, agrotóxicos, granjas, industrialización, insectos, alimentos, cultivo, plaguicidas

Cualquier alimentación de abejas se expondrá simultáneamente a los tres piretroides, el tiametoxam en el néctar y el polen, y un fungicida que hace que estos insecticidas sean más tóxicos. “No sabemos qué impacto tiene todo esto realmente en ellos”. Las pruebas de seguridad solo exponen a los insectos de prueba a solo un químico a la vez, generalmente por solo 2 días, pero en realidad están crónicamente expuestos a múltiples plaguicidas a lo largo de sus vidas.

El hecho de que todavía tenemos abejas en tierras de cultivo sugiere que deben ser bastante duras. En términos más generales, no sabemos qué impacto tiene todo esto en otros polinizadores o en la vida silvestre en general. La industria nos diría que todo está bien. También nos dirían (y a los agricultores que aconsejan) que todas estas aplicaciones son partes vitalmente importantes de la producción de cultivos, y que sin ellas la producción de alimentos colapsaría. Tengo mis dudas. Las pruebas de seguridad solo exponen a los insectos de prueba a solo un químico a la vez, generalmente por solo 2 días, pero en realidad están crónicamente expuestos a múltiples plaguicidas a lo largo de sus vidas. El hecho de que todavía tenemos abejas en tierras de cultivo sugiere que deben ser bastante duras.

En términos más generales, no sabemos qué impacto tiene todo esto en otros polinizadores o en la vida silvestre en general. La industria nos diría que todo está bien. También nos dirían (y a los agricultores que aconsejan) que todas estas aplicaciones son partes vitalmente importantes de la producción de cultivos, y que sin ellas la producción de alimentos colapsaría. Tengo mis dudas. Las pruebas de seguridad solo exponen a los insectos de prueba a solo un químico a la vez, generalmente por solo 2 días, pero en realidad están crónicamente expuestos a múltiples plaguicidas a lo largo de sus vidas. El hecho de que todavía tenemos abejas en tierras de cultivo sugiere que deben ser bastante duras. En términos más generales, no sabemos qué impacto tiene todo esto en otros polinizadores o en la vida silvestre en general. La industria nos diría que todo está bien. También nos dirían (y a los agricultores que aconsejan) que todas estas aplicaciones son partes vitalmente importantes de la producción de cultivos, y que sin ellas la producción de alimentos colapsaría. Tengo mis dudas. El hecho de que todavía tenemos abejas en tierras de cultivo sugiere que deben ser bastante duras.

En términos más generales, no sabemos qué impacto tiene todo esto en otros polinizadores o en la vida silvestre en general. La industria nos diría que todo está bien. También nos dirían (y a los agricultores que aconsejan) que todas estas aplicaciones son partes vitalmente importantes de la producción de cultivos, y que sin ellas la producción de alimentos colapsaría. Tengo mis dudas. El hecho de que todavía tenemos abejas en tierras de cultivo sugiere que deben ser bastante duras. En términos más generales, no sabemos qué impacto tiene todo esto en otros polinizadores o en la vida silvestre en general. La industria nos diría que todo está bien. También nos dirían (y a los agricultores que aconsejan) que todas estas aplicaciones son partes vitalmente importantes de la producción de cultivos, y que sin ellas la producción de alimentos colapsaría. Tengo mis dudas.

“¿Es así como realmente queremos ver el campo manejado?

“¿Realmente queremos comer alimentos producidos de esta manera?

“¿Realmente creemos que CUALQUIER insecto, biota del suelo, aves o mamíferos puede sobrevivir a esta barrera química, año tras año tras año?”

polinizadores, piretroides, abejas, agrotóxicos, granjas, industrialización, insectos, alimentos, cultivo, plaguicidasMi respuesta es no. Goulson tiene razón. Las mezclas de plaguicidas son mortales para los polinizadores y otros animales salvajes, especialmente cuando el mismo aluvión de productos químicos llega a los cultivos año tras año tras año. Los pesticidas no pertenecen al campo ni a la comida. No le gustaría alimentar a sus hijos con este alimento rociado.

Es poco probable que la industria química, como la industria tabacalera, recobre sus sentidos. Manipula la política y la ciencia para mantener su imperio de veneno. Mientras tenga el apoyo de los gobernantes del Reino Unido, América u otros países, los pesticidas y las grandes granjas industrializadas reinarán supremas; la comida y el agua potable se contaminarán y la vida silvestre será envenenada.

Probablemente hay muchos científicos como Goulson que saben por qué los pesticidas están matando a la vida silvestre y hacen que la Inglaterra rural y la América rural no sean aptas para la habitación humana y la producción de alimentos. Estos científicos deberían hablar con sus colegas, incluidos los médicos, y, juntos, deberían decir que ya es suficiente. Sus cartas deben llegar a funcionarios de la ONU, primeros ministros, presidentes, editores de periódicos y políticos.

Los apicultores necesitan levantarse para salvar a sus abejas y al mundo natural. Han visto el declive o la destrucción de sus medios de vida. Probablemente saben más sobre los terribles neonicotinoides y otros químicos que envenenan abejas e insectos. Lleva esa información y conocimiento a la plaza pública. Trabajar con agricultores orgánicos, cocineros, maestros y ambientalistas para detener la próxima era oscura de las neurotoxinas y el silencio.-

*Historiador y estratega ambiental
Educado en zoología e historia en la Universidad de Illinois, recibió una licenciatura en zoología y una maestría en historia griega medieval. Obtuvo un doctorado en historia europeo-griega en la Universidad de Wisconsin. Hizo estudios posdoctorales en la historia de la ciencia en Harvard. Trabajó en Capitol Hill durante 2 años y en la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. Durante 25 años. Es autor de cientos de artículos y 6 libros, incluido “Poison Spring”, con Mckay Jenkings.

Por Graciela Vizcay Gomez

Ecoportal.net

Zero Biocidas

 

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Uruguay: Expertos aconsejaron mejorar la educación para empleo robótico

19 Noviembre 2017/Fuente:elobservador /Autor:elobservador

«La robotización, automatización y empleo: nuevas demandas y calificaciones» fue el tema central de la conferencia que reunió este jueves a expertos nacionales e internacionales en el marco de la segunda edición de la Semana de la Industria.

Los malos resultados que muestra la educación secundaria fue la línea que guió la participación del director de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias (CIU), Sebastián Pérez. «Me da la sensación que tenemos un paciente que tiene un problema cardiaco grave y nos ponemos a conversar sobre cuestiones accesorias a la salud del ser humano que tenemos que atender», dijo Pérez.

Según afirmó, «hay una emergencia» en materia de formación de los adolescentes que es «un problema grave», porque los jóvenes se van de mundo educativo. «La currícula liceal está muy atrasada respecto a lo que es hoy el mundo y sus exigencias», alertó.

«El primer problema que tenemos es que nos cuesta identificarlo. La mitad de los chicos no termina el liceo. (…). Terminar la secundaria bajo el modelo actual no premia y por eso no la terminan. Tenemos que empezar a exigir a nuestros políticos que por favor tomen el tema como una emergencia. Si no actuamos ya las diferencias sociales y las brechas salariales van a ser mucho peores», señaló.

Por su parte, el representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Fernando Vargas dijo que la robotización y automatización está instalada «como un virus» en todo el continente. «Todo el mundo habla de que el trabajo se va a acabar y que el mundo nos va a dar una serie de sorpresas».

Vargas consideró que la región en su conjunto tiene un déficit de recursos humanos para enfrentar el desafío de diversificar la matriz productiva agregando conocimiento en bienes más sofisticados, por la vía del valor agregado en productos tradicionales o generando nuevos bienes.

Educación más pobre

«Tenemos mejor educación, pero con menos calidad. Tenemos una brecha de habilidades. Más de cuatro de cada diez empleadores manifiestan que tienen problemas para encontrar trabajadores con las competencias adecuadas para nuevos puestos», afirmó Vargas. Además, remarcó que el desempeño de las jóvenes en las pruebas PISA «deja mucho que desear» en matemáticas, ciencias y lectura.

Para Manuel Albaladejo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi), hay dos visiones. La optimista que dice que cualquier revolución industrial ha sido seguida por la generación de empleo a todo nivel y la pesimista que argumenta que los cambios tecnológicos y la velocidad con que se dan esas modificaciones están haciendo que posiblemente «muchos de los empleos que se están perdiendo no se vuelven a generar».

«Nos pensamos que no tenemos trabajo. En el mundo hay 3,5 millones de trabajos vacantes en sectores manufactureros, fundamentalmente ingeniería de sistemas, electrónica, software y simulación. La demanda es fantástica. El impacto de la robotización va a ser menor con la capacidad de los países de moverse a aquellos sectores que van a ser mucho más dinámicos», pronosticó.

Además, el experto destacó que «posiblemente» el futuro va a estar más orientado a cómo empezar a generar emprendedores que tengan la flexibilidad y autonomía para trabajar, independientemente de que alguien les ponga arriba de la mesa un contrato laboral.

En tanto, Sebastián Rovira de Cepal comentó que hay que generar espacios para que la formación tenga inserción en el mercado laboral y al mismo tiempo no olvidar la importancia que cada vez más va a tener la ciencia y la investigación aplicada.

«Pensando en lo que va a venir hay que hilar más fino y ver cuánto se está formando en robótica, inteligencia artificial y big data, que es algo que va a demandar. Son cosas que tenemos que discutir hoy», culminó Rovira.

Fuente de la noticia: https://www.elobservador.com.uy/expertos-apuntaron-mejorar-la-educacion-empleo-robotico-n1142731

Fuente de la imagen: https://media.elobservador.com.uy/adjuntos/181/imagenes/021/896/002189696

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En 2050 Faltará agua a la mitad del mundo.

Por: Regeneración. 02/02/2017

La construcción de sistemas de riego para la agricultura, la creciente industrialización, así como la construcción de nuevas centrales térmicas no hace más que aumentar la demanda

Naciones Unidas teme una devastadora falta de agua potable: en el año 2050 aumentará la necesidad de agua en un 55 por ciento, según pronostica el informe que presentó hoy en Nueva Delhi.

Ahora ya se puede asegurar que “el planeta nunca había estado tan sediento”. Y la construcción de sistemas de riego para la agricultura, la creciente industrialización, así como la construcción de nuevas centrales térmicas no hace más que aumentar la demanda.

La humanidad tiene que aprender a emplear menos agua, afirma el informe. Muchos agricultores utilizan sistemas de riego ineficientes y ahí puede intervenir la política con subvenciones adecuadas.

Los autores de este informe de la ONU recomiendan también construir menos centrales de carbón, nucleares y de gas, ya que estas instalaciones consumen mucha agua para la refrigeración. Sin embargo, piden “un aumento drástico” del apoyo a las energías renovables como la solar o la eólica, para así reducir el consumo de agua.

Otro llamamiento de Naciones Unidas, que se realiza justo antes del Día Mundial del Agua, es que no hay que contaminar ni ensuciar el agua.

En la actualidad, 748 millones de personas no tienen acceso a agua potable limpia debido a los pesticidas y químicos que acaban en las aguas subacuáticas, pero también por la falta de depuradoras. Más del 80 por ciento de las aguas residuales ni se canalizan adecuadamente ni se limpian.

En muchos lugares del mundo, según el informe, constituye además un problema que se está recurriendo masivamente al agua de las capas freáticas. En las llanuras del norte de China, el nivel de las aguas subterráneas ha llegado a disminuir en más de 40 metros. “Tenemos que cambiar la forma y el modo en el que evaluamos, gestionamos y empleamos este recurso”, dijo la secretaria general de la Unesco, Irina Bokova.

La organización ecologista WWF advirtió que una crisis de agua puede desembocar en una catástrofe ecológica. En los últimos años se han ido perdiendo en todo el mundo más del 50 por ciento de los sistemas de ríos, pantanos y lagos. La cómoda situación que viven varios países europeos y norteamericanos con el agua potable es una excepción si se compara a nivel global, señalan desde WWF.

El cambio climático además agudiza aún más la escasez de agua en numerosos lugares, según se señala desde Naciones Unidas. Ciudades costeras como la india Calcuta, la capital de Bangladesh, Dacca, o la de Indonesia, Yakarta, luchan contra el avance del agua salada en las capas freáticas. En pequeñas islas del Pacífico como Tuvalu o Samoa la gente tiene que consumir cada vez más agua embotelladas y no siempre todos se lo pueden permitir a la larga.

Una de las soluciones para hacer ahorrar más agua podría ser encarecer el coste. “Los precios actuales del agua son en general demasiado bajos como para disuadir a las casas más ricas o las industria de que consuma menos agua”, se señala en el informe.

Los bajos precios del agua hacen además que para los gestores públicos no sea rentable hacer llegar la canalización a los pobres en muchas regiones. Por ello tienen que comprar el agua a empresas privadas, a un precio superior que el que pagan los ricos.

Fuente: http://regeneracion.mx/en-2050-faltara-agua-a-la-mitad-del-mundo/

Fotografía: Regeneración

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El paraíso de los robots: por qué Japón es la capital del imperio de las máquinas

Por: Marta Sofía Ruiz

Fuertemente implantados en su sociedad y con visos de que su importancia siga creciendo, los robots son una parte fundamental del país nipón, que confía en ellos para solucionar los problemas de falta de mano de obra y personal de servicios.

Influido por su desarrollo histórico y por factores sociales y culturales, Japón se ha convertido en una suerte de imperio de los robots gracias, en gran parte, al apoyo institucional y a la potencia de su industria automovilística. Como si de una pócima mágica se tratara, distintos ingredientes han hecho del país nipón un refugio de autómatas llamados a solventar los problemas poblacionales y a convertirse en parte imprescindible de la sociedad.

La afición de esta isla por la robótica, cuya expresión más visible pasa por creaciones como  el famoso robot Asimo o por los humanoides que cada vez se parecen más a sus diseñadores, no es algo nuevo, sino que lleva años fraguándose, desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Tras grandes avances en el periodo previo al conflicto y después del amplio desarrollo militar que se produjo durante la contienda, el Gobierno quiso reorientar todos esos esfuerzos e impulsó la industria de la maquinaria, redirigiéndola hacia el ámbito civil.

“El Gobierno comenzó a promover la industria de forma muy activa en la década de los 50, ofreciendo préstamos con intereses muy bajos y exenciones fiscales”, relata a  HojaDeRouter.Com  Tetsuji Okazaki, profesor de historia económica de Japón en la Universidad de Tokio.

Con los años, y especialmente a partir de la década de los 70, el sector automovilístico se convirtió en estandarte de la industria de la maquinaria y en uno de los principales impulsores de la robótica. “Los fabricantes de automóviles han contribuido al crecimiento de los robots industriales con el objetivo de poder mejorar su propia productividad ”, explica Yuji Hosoda, secretario general de la Sociedad de Robótica de Japón.

La industria automovilística ha impulsado el campo de la robótica

La industria automovilística ha impulsado el campo de la robótica

Kazuhito Yokoi, director del Instituto de Investigación de Sistemas Inteligentes en el Instituto Nacional del Avance de la Ciencia y la Tecnología de Japón, va más allá y afirma que si la industria japonesa de la robótica es tan potente se debe a estas compañías: “En Japón tenemos muchas empresas de automóviles como Toyota, Mitsubishi, Nissan o Suzuki que se han introducido en la industria de los robots”, defiende. “La industria de la robótica es potente porque la de los automóviles es potente”, remarca el experto.

Desde el comienzo de los años 90, muchas otras compañías y ‘startups’ se han lanzado al mercado de la robótica con el objetivo de seguir innovando. “Empresas como Panasonic, Sharp o Sony, que también son muy fuertes, han entrado en el mercado y han aportado grandes avances”, afirma Yokoi.

Además, en muchos casos, la universidad ha jugado un papel fundamental en la configuración del panorama de la robótica, ya que ha nutrido a las empresas de jóvenes investigadores e ingenieros, ha sido el origen de numerosos avances y el embrión de ‘spin offs’ y ‘startups’ que han nacido en el ámbito de la enseñanza y han dado el salto a los negocios. “La industria se sustenta en redes muy fuertes que enlazan al Gobierno, las empresas y las universidades. Por estas redes es por lo que Japón es un buen país para el negocio de la robótica”, explica el experto.

Una necesidad vital

Con una población muy envejecida y unas tasas de natalidad muy bajas, Japón confía en su industria robótica para encontrar la solución al problema de la falta de mano de obra. Sus políticas sobre inmigración, muy restrictivas – solo un 2% de la población es extranjera–, únicamente agravan un problema que el país nipón palia con  315 robots industriales por cada 10.000 empleados, que cargan con una parte del trabajo del territorio. Solo por detrás de Corea del Sur en número de autómatas por trabajador, todos los expertos coinciden en lo mismo: estas entidades mecánicas son la solución a la falta de mano de obra que acecha a la sociedad nipona e irán cobrando cada vez más protagonismo en tareas no solo industriales, sino de cuidado de mayores y atención al cliente.

“Japón se enfrenta a un problema muy serio conforme su población envejece. Cada vez hay menos nacimientos, menos mano de obra y además hay una gran brecha generacional y una mayor necesidad de atender a los mayores. Esa brecha debe llenarse con robots”, explica el profesor Okazaki.

Muchos diseñadores robóticos crecieron influenciados por series como Astroboy

Muchos diseñadores robóticos crecieron influenciados por series como Astroboy

Esta convivencia entre humanos y robots, que parecen destinados a formar parte aún más inherente de la sociedad nipona, solo podría tener una implantación tan amplia y positiva en una sociedad como la japonesa y en el contexto de su religión y su cultura.

“Casi todos los japoneses están familiarizados con Karakuri, que fue un antiguo autómata del periodo Edo [parte de la historia de Japón que se extiende desde el 24 de marzo de 1603 hasta el 3 de mayo de 1868 y que delimita el gobierno del Shogunato Tokugawa]”, explica el secretario general de la Sociedad de Robótica.

“Además, los japoneses no se han visto influenciados por el ‘complejo de Frankenstein’ como los cristianos, porque no han sido monoteístas”, añade. Al hablar de este concepto, el experto emplea la expresión con la que Isaac Asimov describió el miedo de los hombres a que las máquinas se rebelaran contra sus creadores, como el legendario monstruo de la novela de Mary W. Shelley. Sin embargo, este temor, argumento repetido en distintas narraciones occidentales, no está presente en la isla en la que, además, una parte de la población, sintoísta, cree que incluso los objetos inanimados –incluidos aquellos construidos por el hombre– pueden tener una esencia espiritual.

El sueño infantil de la robótica

No se trata solo de que el imperio del Sol Naciente no tenga miedo de los robots, sino que el amor por estos seres mecánicos está fuertemente implantado en su cultura popular. Algunos de los más renombrados inventores de robots, como Tomotaka Takahashi, han mencionado el impacto que los cómics y la serie de Astroboy tuvieron durante su infancia. El profesor Okazaki relata que también fue uno de los millones de niños japoneses que creció contemplando las aventuras de este androide.

Pepper ha sido el primer robot humanoide en trabajar en un banco

Pepper ha sido el primer robot humanoide en trabajar en un banco

“Yo nací en 1958, y en ese momento Astroboy era muy popular y todos estábamos muy entusiasmados con esa animación. La industria de la robótica se ha nutrido de talento humano y creo que esos mismos niños que se entusiasmaron con las series de animación se convirtieron en investigadores e ingenieros en el campo de la robótica, que, por cierto, es una de las carreras más populares en la universidad”, explica el profesor de Historia Económica. “Quizá ese talento está asociado con las influencias culturales recibidas”.

Yuji Hosoda está de acuerdo. Además, en esos gustos y en la ausencia de rechazo hacia las máquinas se cimenta, en su opinión, la gran cantidad de robots humanoides que se desarrollan en el país nipón. “Puede que los robots humanoides tengan la forma de los sueños de muchos investigadores e ingenieros robóticos japoneses”, manifiesta.

Durante los últimos años, el Gobierno, a través del Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI por sus siglas en inglés) ha liderado la apuesta por la robótica, y los robots de servicios son el próximo paso. “En este cuarto de siglo, los robots de servicios han sido incubados como el próximo producto de mercado en distintos programas nacionales del METI”, explica Hosoda.

Especialmente en los últimos años, Shinzō Abe, el primer ministro japonés, ha estado apostando por la innovación social a través de los robots. “Este nuevo movimiento recibe el nombre de la Iniciativa de la Revolución Robótica [Robot Revolution Initiative]”, concreta Hosoda.

El hotel en el que solo te atienden androides; el robot Pepper, que trabaja como conserje en uno de los bancos más grandes de Japón, o el desarrollo de  robots mascotas robots que se encarguen de cuidar a los ancianos son solo algunos ejemplos de la apuesta del país por una nueva generación de autómatas.

Aibo, jugando al igo, es una mascota robótica.

Aibo, jugando al igo, es una mascota robótica.

El secretario general de la Sociedad Robótica de Japón también apunta a que otros robots, como aquellos especializados en dar respuesta práctica ante un desastre, han acelerado su desarrollo desde el accidente nuclear de Fukushima. “Y, por supuesto, los robots industriales también continúan avanzando, en busca de una mayor efectividad y de una producción de mayor calidad”, añade.

Sin embargo, y a pesar de ser el rey de la robótica, Japón tiene grandes competidores en una de las áreas que más desarrollo están teniendo en la última década: la inteligencia artificial. En este campo, empresas europeas y estadounidenses se posicionan como rivales muy fuertes que buscan convertirse en referentes de esta tecnología. De hecho, Kazuhito Yokoi cree que los robots de comunicación que emplean inteligencia artificial están teniendo un desarrollo muy competente fuera del país nipón, muy avanzado en la parte mecánica.

Por su parte, Yuji Hosoda apunta a otro territorio como posible competidor dispuesto a quitarles el título de imperio de las máquinas: “ China está creciendo y convirtiéndose en uno de los mayores usuarios de robots en el mundo”.

Por el momento, y con un futuro que solo contempla la posibilidad de más robots, el país nipón será el refugio de máquinas y creaciones humanoides que, de forma progresiva, se convertirán en parte más y más imprescindible de una sociedad que, además de acogerlos con los brazos abiertos, los necesita para sobrevivir

Fuente: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/Japon-maquinas-robots-humanoides-automatas-inteligencia_artificial_0_546995435.html

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El conocimiento y las tecnologías libres como motores de una economía productiva

América del Sur/Venezuela/05 de Agosto de 2016/Autor: Santiago José Roca/Fuente: Aporrea

Desde hace algunos años ha venido tomando fuerza la indagación en torno a las posibilidades que ofrecen el conocimiento y las tecnologías libres para superar las limitaciones estructurales de las economías capitalistas. Sea en Europa o en América Latina, en el contexto de una economía postindustrial o extractivista, los modos organizacionales y las herramientas asociadas con el conocimiento libre se cuentan como alternativas para superar las deficiencias reales de estas economías. No obstante, siempre resulta pertinente realizar algunas precisiones en torno al tema, en particular cuando – como en el caso venezolano – las tecnologías libres podrían ser presentadas conscientemente para contrarrestar los efectos que ha tenido la renta petrolera en la formación histórica de esta sociedad.

Abordaremos este tema en tres puntos. Primero, es necesario reconocer que el concepto de economía del conocimiento se origina en el contexto de sociedades de capitalismo avanzado, y que en razón de las contradicciones que contrae se deben encontrar formas de comprenderlo que aporten en la conceptualización de un modo de desarrollo postcapitalista. En segundo lugar, hacemos una síntesis de las condiciones estructurales de la economía venezolana como economía capitalista de periferia, para justificar la importancia del conocimiento y las tecnologías libres en la transformación del tejido socioproductivo. Por último, recogemos algunos retos que es necesario atender para fomentar iniciativas de incorporación de las tecnologías libres en procesos productivos desde una perspectiva política en contraposición con una perspectiva estrictamente instrumental.

La economía del conocimiento en las sociedades postindustriales

Las economías del conocimiento surgen en medio de un conjunto de transformaciones económicas, sociales y tecnológicas vividas en el mundo industrializado, que tienen como consecuencia que el aporte de los factores intangibles – como el conocimiento – comienza a superar a los tangibles en el total del ingreso generado por una economía. De este modo, la economía del conocimiento es un concepto propio de las sociedades de capitalismo avanzado que implica que, siguiendo la lógica de la producción mercantil propia de la economía industrial, se hace uso intensivo del conocimiento para la producción de capitales, bienes y servicios.

Así, una economía del conocimiento se caracteriza por «una aceleración sin precedentes del ritmo de creación, acumulación y sin duda también de depreciación del conocimiento» (David y Foray, 2002a, 7). Algunas variables a observar son la creación de abundancia de información, la posibilidad del tratamiento de grandes bases de datos, el aumento en potencia de interrelaciones creativas entre creadores y consumidores, y la posibilidad de desarrollar sistemas de intercambio científico. En este esquema la inversión en conocimientos apunta al aumento del rendimiento de los bienes de capital, del trabajo y de los recursos naturales. El conocimiento tiene el papel de servir al tratamiento de los factores de producción, en función de la recursividad entre la producción y la aplicación de nuevos conocimientos. Las TIC entran en este modelo en cuanto que sostienen el aumento de la productividad, sirven a la formación de nuevas industrias y contribuyen con el cambio organizacional (Steinmueller, 2002, 194-195).

No obstante, el despliegue de una economía del conocimiento presenta sus propias contradicciones. Por ejemplo, los cambios tecnológicos y económicos surgidos en las décadas precedentes pueden tener como resultado que, aunque se amplíen las posibilidades para generar y compartir conocimientos, comienzan a aparecer barreras artificiales para hacer que el conocimiento se convierta en un bien escaso. En consecuencia surge una situación paradójica, dado que si bien es posible transmitir información a altas velocidades y bajo costo, se están creando barreras para impedir el acceso a información que había permanecido bajo el dominio público (UNESCO, 2005).

La tendencia en este sentido representa un proceso de mercantilización del conocimiento, es decir, la creación de barreras jurídicas y económicas para que el conocimiento sea accesible únicamente a través de relaciones establecidas en el mercado, y no a través de formas públicas e institucionales de intercambio. Actualmente existen corrientes que proponen la implantación de derechos de propiedad intelectual sobre el conocimiento científico a través de medidas como las patentes y la protección de la transmisión de datos, por lo cual se evidencia el intento de extender el control privado sobre el conocimiento en detrimento del dominio público (David y Foray, 2002b, 484).

La persistencia de tendencias de cierre del acceso al conocimiento y la incorporación de las nuevas tecnologías en modelos de negocios que responden a una racionalidad monopolista, aspectos comprendidos en la categoría de capitalismo cognitivo (Vercellone, 2004; Vila-Viñas y Barandiaran, 2015), justifican que sea pertinente la búsqueda de modos de incorporar las actividades de producción de saberes en dinámicas que respondan a la lógica de que las actividades económicas pueden generar retornos favorables para la sociedad en general. Ésta sería una perspectiva que apunta a un modelo de desarrollo integral en contraposición con un modelo de desarrollo restringido al interés por el incremento del capital.

Economías del conocimiento en economías de capitalismo periférico

En Venezuela se generó históricamente una cultura científica y productiva cuya dinámica fue configurada por los altibajos del capitalismo rentístico. En contraste, el eje transversal de la política gubernamental de los últimos años ha estado en la conformación de un componente humano que responda a las necesidades de desarrollar el tejido científico, técnico y socioproductivo del país; el cual pudiera convertirse en la base sociocultural de un sistema de ciencia y tecnología afín con el desenvolvimiento del Proyecto constitucional (Roca, 2014a).

La economía del país puede caracterizarse como una economía de capitalismo rentístico, es decir, una economía basada en la renta de la explotación del suelo, lo cual garantiza la participación del Estado en el comercio mundial y le otorga capacidades redistributivas internas, pero en la cual, sin embargo, el impacto de otros factores de producción, tales como el capital y el trabajo, tiene poco peso relativo. De este modo, aparecen distorsiones en el seno del esquema de producción capitalista, como por ejemplo, el divorcio entre aspectos como la inversión y el salario real, y la sustitución de excedentes productivos por la renta (Baptista, 2010, 143-146).

En el caso venezolano, utilizar la renta del suelo para impulsar la formación de fortalezas para el desarrollo endógeno ha sido una de las constantes de la política nacional en ciencia y tecnología (Álvarez, 2009, 206-215). La gestión gubernamental de años recientes se ha propuesto la búsqueda de mecanismos para abandonar la dependencia de la renta petrolera a través de la inversión de la renta en la constitución de redes productivas, con un planteamiento basado en el modelo de desarrollo endógeno y en la superación del sistema de relaciones «capitalistas» para fomentar un sistema de relaciones «socialistas». No obstante, la recuperación del valor del petróleo y su utilización con fines de redistribución social ha permitido que vuelva a emerger la dependencia de la renta en muchos aspectos de la vida nacional.

La debilidad del aparato socioproductivo venezolano repercute en la consolidación del sistema científico-tecnológico, especialmente en su vertiente productiva, dado que las condiciones de los factores de encadenamiento industrial y semi-industrial son precarias. Por lo tanto, resulta pertinente que se plantee la necesidad de fomentar la construcción de una sociedad basada en la generación de conocimiento de una manera que converja con el desarrollo socioproductivo del país.

En este sentido, la virtud de las ventajas que proporciona la abundancia de materias primas dependerá de las acciones para generar y fomentar la apropiación de nuevos conocimientos y tecnologías, en tanto que el desarrollo de una economía productiva requiere que se faciliten maquinarias, equipos, procesos técnicos y medios de gestión que fortalezcan las capacidades productivas. Es en este punto que toman relevancia el conocimiento y las tecnologías libres como ingrediente de cambio en economías de capitalismo periférico, especialmente donde se plantee el interés de cimentar formas de desarrollo postcapitalista.

El aporte de las tecnologías libres a una economía productiva

El conocimiento y las tecnologías libres pueden proporcionar enfoques alternativos para la producción de bienes y servicios en áreas como diseño y manufactura, procesos técnicos y organizacionales, y en aspectos vinculados como la educación y el consumo. En este sentido, pueden contribuir a transformar el conjunto de relaciones que caracterizan el capitalismo rentístico y que afectan las formas de creación de valor social, en temas aparentemente tan dispares como la capacitación técnica, la cultura del trabajo y las formas jurídicas de propiedad. De este modo, temas como la producción distribuida, esquemas de educación y de trabajo abierto y colaborativo, el acceso libre a la información y las formas de construcción y protección de los bienes intangibles, conforman una matriz que pueden contrarrestar a las diversas expresiones de capitalismo dependiente (Vila-Viñas y Barandiaran, 2015).

Por lo tanto, si comprendemos el conocimiento y las tecnologías libres desde una perspectiva meramente instrumental podríamos caer en el error de proporcionar medios organizacionales y técnicos para perpetuar la dependencia económica (Roca, 2014b). Las tecnologías libres deben enfocarse como un medio para estudiar a profundidad los factores involucrados en los procesos de producción y de creación de valor social, con el propósito de motivar el surgimiento y estructuración de encadenamientos productivos y de sus componentes económicos. Evidentemente las tecnologías libres proporcionan ventajas organizacionales, instrumentales y de mercado que no pueden menospreciarse, pero su implementación como factor productivo será resultado de la adopción de acuerdos sociales traducidos en pautas institucionales. Utilizando una analogía podemos decir que si el acceso al conocimiento tecnológico es equivalente a la propiedad social de los medios de producción, las institucionalidad que le precede requerirá algo semejante al sistema de autogobierno de los obreros industriales.

En este sentido, parece prioritario atender tres retos actuales:

  1. Reconocer el conocimiento como un bien público de interés social: lo cual trasciende la publicación de manifiestos y debe traducirse en la adopción de pautas institucionales para integrar dinámicas de conocimiento abierto en prácticas educativas y productivas. En este escenario nos enfrentamos al error de comprender el «conocimiento libre» simplemente como «libre acceso», cuando debemos entenderlo mejor como «propiedad común». Si el problema fuera facilitar acceso libre a publicaciones y programas de computación no tendríamos más que apostar a masificar la copia «ilegal», aunque con ello ayudaríamos a mantener la dependencia con respecto a soluciones «llave en mano». El tema de fondo es que se asuma en términos políticos, jurídicos e institucionales que el saber es un patrimonio intangible común, y que lo que hace que un bien sea «común» no es que sea accesible bajo restricciones mínimas, sino que su creación y conservación se encuentre relacionada con formas de organización asociativas. Por lo tanto, además de acceso libre a la información, se requieren formas de reconocer y proteger la creación y uso del conocimiento de manera que permitan el fortalecimiento de una comunidad política que pueda gestionarlo como un recurso compartido para el desarrollo integral de la sociedad. Es decir, se requieren formas de gobierno compartido de lo común (Ostrom, 2008).
  2. Superar el esquema de oposición entre lo Público y lo Privado: El problema de esta perspectiva dual es que no admite otras opciones, a la vez que enmascara ciertas variables de complejidad social, como por ejemplo la presencia de intereses mercantiles en algunas iniciativas estatales, o la posibilidad de encontrar externalidades sociales positivas en experiencias independientes del Estado. En el contexto del capitalismo rentístico es más dañino limitarse a esta oposición porque la defensa de lo público-administrativo permite encubrir modos rentistas de comprender el acceso al conocimiento que fortalecen el burocratismo y no terminan de abrirle espacio al protagonismo de los productores. Categorías como «comunal» y «propiedad social directa», puestas en contacto con formas convencionales de propiedad privada (cooperativas, pequeñas empresas) y mixta, permiten entrever otra dimensión de relaciones donde el financiamiento y la regulación pública se pone a disposición del esfuerzo productivo. Desde esta perspectiva los productores tienen oportunidad de recurrir a formas de colaboración que pueden convertirse en vehículo de la formación de un tejido socioproductivo basado en la reciprocidad y la complementariedad de las iniciativas particulares (Bauwens, 2005). La esfera de lo público-comunal debe comprenderse entonces como ámbito de otra institucionalidad que permita el diálogo entre la regulación pública, la investigación, la producción, el interés social y la realización de iniciativas productivas en el campo.

Diseñar e implementar cadenas de creación de valor basadas en el conocimiento libre: en una sociedad marcada por el capitalismo dependiente es sobre todo necesario modelar las cadenas que permitan generar nuevos procesos de producción y mayor acceso a bienes y servicios. Esto va en conjunto con el entendimiento de que en una economía del conocimiento la producción origina también la creación de mejores condiciones de generación de conocimientos, por lo que el retorno de las actividades económicas no es sólo financiero sino también social. En Venezuela se han realizado esfuerzos importantes para mejorar el nivel educativo de la población, por lo cual se deben aprovechar las capacidades acumuladas en estos años para dirigirlos hacia la materialización de redes socioproductivas que incorporen tecnologías libres. Este reto abarca los problemas de investigación y desarrollo de alternativas tecnológicas, la formulación de modelos de servicios y el entretejido de cadenas de actores económicos como proveedores, distribuidores y generadores de actividades asociadas que integren tecnologías libres de forma productiva.

La superación del capitalismo rentístico en un entorno de confrontación complejo es una empresa que involucra diferentes aristas del quehacer social. El conocimiento y las tecnologías libres tienen mucho que aportar como motor para el diseño y despliegue de procesos asociados con la generación de capital social e infraestructura necesaria para escalar y diversificar actividades de producción de bienes y servicios. Al mismo tiempo la incorporación del conocimiento libre como concepto presenta la oportunidad de romper con patrones institucionales y culturales afines con el capitalismo rentístico. Por lo tanto, un tema de interés inmediato es investigar sobre los medios para apoyar la creación de unidades productivas que incorporen este concepto como parte de sus actividades de producción. Avanzar en este sentido contribuirá a formar una noción de economía del conocimiento vinculada con una perspectiva de desarrollo endógeno postcapitalista, en contraposición con las alternativas relacionadas con modelos de desarrollo dependiente.

Referencias

Álvarez, V. (2009). Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?. Caracas: Centro Internacional Miranda.

Baptista, A. (2010). Teoría económica del capitalismo rentístico. (2° ed.). Caracas: Banco Central de Venezuela.

Bauwens, M. (2005). «La economía política de la producción entre iguales». P2P Foundation. Disponible en: https://wiki.p2pfoundation.net/La_econom%C3%ADa_pol%C3%ADtica_de_la_Producci%C3%B3n_entre_iguales

David, P. y Foray, D. (2002a). «Una introducción a la economía y a la sociedad del saber». En Revista Internacional de Ciencias Sociales, (171). UNESCO, 7-28.

David, P. y Foray, D. (2002b). «Fundamentos económicos de la Sociedad del Conocimiento». En Revista Comercio Exterior, 52 (6), 472-490.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO (2005). Hacia las sociedades del conocimiento. París, Francia: Sociedad de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Ostrom, E. (2008). «El gobierno de los bienes comunes desde el punto de vista de la ciudadanía». En: Helfrich, S. (2008). Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía. México: Ediciones Böll.

Roca, S. (2014a). «Interpretación de las políticas públicas venezolanas en ciencia y tecnología a partir del concepto de «Sociedades del Conocimiento»». Revista Venezolana de Ciencia Política. N° 45. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

Roca, S. (2014b). «¿Pueden las tecnologías libres ayudarnos a superar el rentismo petrolero?». Conocimiento Libre – CENDITEL. Disponible en: http://conocimientolibre.cenditel.gob.ve/2014/01/31/pueden-las-tecnologias-libres-ayudarnos-a-superar-el-rentismo-petrolero/

Steinmueller, W. (2002). «Las economías basadas en el conocimiento y las tecnologías de la información y la comunicación», en: Revista Internacional de Ciencias Sociales. (171). UNESCO; pp. 193-209.

Vercellone, C. (2004) «Las políticas de desarrollo en tiempos del capitalismo cognitivo». En: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de sueños.

Vila-Viñas, D. & Barandiaran, X.E. (Eds.) (2015). Buen Conocer – FLOK Society. Modelos sostenibles y políticas públicas para una economía social del conocimiento común y abierto en el Ecuador. Quito, Ecuador: IAEN-CIESPAL.

Nota: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (CENDITEL). Mérida, Venezuela. Fuente: http://conocimientolibre.cenditel.gob.ve/2016/08/01/el-conocimiento-y-las-tecnologias-libres-como-motores-de-una-economia-productiva/

Fuente: http://www.aporrea.org/tecno/a231775.html

Fuente de la imagen:http://www.conatel.gob.ve/fiesta-de-saberes-y-educacion-popular-en-software-libre/

 

 

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