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México: Grupos de menores recursos, los más afectados por la inseguridad alimentaria en pandemia

Por: Brenda Macías

La inseguridad alimentaria (IA) es una de las consecuencias más graves de la pandemia por COVID-19 en México y a nivel mundial, alertó el Programa de Desarrollo con Equidad (ProDEq), consorcio de investigación de la Universidad Iberoamericana y la Universidad Nacional Autónoma de México en un breviario dirigido al gobierno federal, al estatal, a organizaciones internacionales y de la sociedad civil.

El ProDEq urge a las instituciones a crear una estrategia de atención a corto plazo para retornar a niveles prepandemia. Pide atender a los grupos de menores recursos, quienes requieren una atención prioritaria, porque en ellos recae la IA severa. Los monitoreos revelan que «la IA severa crece sostenidamente; partió de 9% en 2018 y en marzo de 2021 alcanza su nivel más alto: 17%».

El documento define que la IA es la disponibilidad limitada o incierta en un hogar para acceder a suficientes alimentos, nutricionalmente adecuados e inocuos, en formas socialmente aceptables. Se identifican tres niveles de gravedad:

  • La IA leve se expresa como la preocupación por adquirir comida.
  • La IA moderada implica que un hogar reduce la variedad y calidad de alimentos.
  • La IA severa disminuye la cantidad de alimentos y se experimenta hambre.

La IA es uno de los principales indicadores del segundo Objetivo de Desarrollo Sustentable –Cero Hambre– y uno de los componentes de la medición multidimensional de la pobreza en México. La pandemia por COVID-19 tiene el potencial de incrementar la pobreza en el país.

Las recomendaciones que el ProDeQ hace son las siguientes:

  1. Extender los programas de protección social para facilitar el acceso a los alimentos y proteger los ingresos de los grupos de población más vulnerables.
  2. Garantizar el funcionamiento de programas de apoyo nutricional para niños, niñas y adolescentes –como los escolares– y apoyar especialmente la lactancia materna y a los menores de cinco años.
  3. Continuar con el monitoreo continuo de la IA.

El ProDEq detectó algunas acciones específicas para frenar el aumento de la IA en países de ingresos medios, y que México podría adoptar y mejorar:

  • Las transferencias económicas de emergencia en Argentina y Chile.
  • Las entregas de alimentos en Guatemala e India.
  • Las exenciones fiscales Honduras.
  • La creación de obra pública para emplear al sector informal en Sudáfrica.

Actuar oportunamente ante los preocupantes niveles de IA y IA severa podría sentar las bases para una estrategia integral y sostenible de largo plazo que permita mejorar los niveles prepandemia y así contribuir a reducir la malnutrición en México.

IBERO y UNAM fortalecen lazos para fomentar el desarrollo con equidad en México

El pasado primero de julio de 2021, la IBERO y la UNAM formalizaron el ProDEq con el objetivo de ser una propuesta alterna y rigurosa que complemente la política pública en torno a la medición de la pobreza y el bienestar en México.

«Es de interés del ProDEq constituir una propuesta alterna, moderna, actual, objetiva, oportuna y rigurosa para la ciudadanía con el objetivo de complementar la información que se mide de forma oficial», explicó la Dra. Graciela Teruel, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la IBERO e integrante del ProDEq.

Con este Programa, la IBERO y la UNAM buscan contribuir con evidencia científica a mejorar la toma de decisiones; para poner al alcance de las personas información fidedigna que favorezca la creación de un panorama amplio acerca del bienestar que gozamos en el país, abundó.

«El ProDeQ nace con el objetivo de conformar un grupo académico con fortalezas técnicas en el área de medición para así avanzar en los estudios sobre medición de pobreza y más ampliamente sobre el bienestar«, dijo la Dra. Teruel Belismelis en la presentación de este programa de investigación colaborativa que se transmitió por el canal de YouTube del Programa Universitario de Estudios de Desarrollo de la UNAM.

El consorcio está conformado por las y los investigadores de la UNAM: Dr. Fernando Cortés, Dra. Iliana Yaschine, Dr. Delfino Vargas, Dr. Héctor Nájera, Dr. Isidro Banegas, Dra. Karina Vedegain, Actuario Servando Valdés. Por la IBERO: Dra. Graciela Teruel, Mtro. Víctor Pérez, Dr. Pablo Gaitán, Dr. Alán Hernández, Dra. Mireya Vilar, Dr. Manuel Triano, Dr. Isidro Soloaga y Mtro. Thibaut Plassot.

Fuente de la información e imagen: IBERO

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La pandemia es un ultimátum ante el cambio climático, dice la Organización Meteorológica Mundial

El clima extremo combinado con la covid-19 fue un doble golpe para millones de personas en 2020, pero ni siquiera la desaceleración económica causada frenó el calentamiento global, y sus impactos cada vez se aceleran más, aseguró un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) divulgado este lunes 19.

Petteri Talas, secretario general de esa agencia de las Naciones Unidas, dijo que “tenemos 28 años de datos que muestran aumentos significativos de temperatura en la tierra y el océano, aumento del nivel del mar, derretimiento de hielo marino y glaciares, y cambios en los patrones de precipitación”, en todo el planeta.

La década 2011-2020 fue la más cálida de la historia, 2020 uno de los tres años más calientes, y la temperatura media mundial estuvo 1,2 grados Celsius por encima del nivel preindustrial (1850-1900), siendo que la meta mundial, ante el creciente calentamiento, es no pasar de,15 grados antes del año 2050.

Al presentar el estudio “El estado del clima mundial”, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que “en este informe se demuestra que no hay tiempo que perder. El clima está cambiando, y los impactos ya son demasiado perjudiciales para las personas y el planeta. Es indispensable adoptar medidas este año”.

“Tenemos 28 años de datos que muestran aumentos significativos de temperatura en la tierra y el océano, aumento del nivel del mar, derretimiento de hielo marino y glaciares, y cambios en los patrones de precipitación” Petteri Talas.

El informe precede una cumbre virtual de líderes sobre el tema, que se realizará los días 22 y 23 de abril, y la 26 sesión de la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP 26), prevista para noviembre próximo en Glasgow, Reino Unido.

En 2020, la covid agregó una dimensión nueva a los peligros meteorológicos, climáticos y los relacionados con el agua, impactando la salud y el bienestar humanos, explica el informe.

Las restricciones de movilidad, las recesiones económicas y las perturbaciones del sector agrícola exacerbaron los efectos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos.

Eso elevó los niveles de inseguridad alimentaria y ralentizó la prestación de asistencia humanitaria. La pandemia también interrumpió las observaciones meteorológicas y complicó los esfuerzos de reducción del riesgo de desastres.

La desaceleración económica deprimió temporalmente las nuevas emisiones de gases de efecto invernadero (causantes del calentamiento global), pero no tuvo un impacto perceptible en las concentraciones atmosféricas.

Las concentraciones de esos gases aumentaron en 2019 y 2020, las de dióxido de carbono superaron las 410 partes por millón (eran 280 ppm en el siglo XVIII). Si  siguen ese patrón podrían alcanzar 414 ppm en 2021.

Más de 80 por ciento del área oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2020, y el nivel promedio del mar ha aumentado a un ritmo mayor en parte debido al mayor derretimiento de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.

Solo en Groenlandia la pérdida de hielo por desprendimiento de icebergs batió los récords de 40 años. En total, se perdieron unas 152 gigatoneladas de hielo de la capa de hielo de Groenlandia entre septiembre de 2019 y agosto de 2020.

En 2020 se produjeron fuertes lluvias e inundaciones en gran parte de África y Asia, y en contraste una severa sequía afectó a muchas partes del interior de América del Sur, como el norte de Argentina, Paraguay y las áreas fronterizas de Brasil y Uruguay, con pérdidas cercanas a 3000 millones de dólares.

En el Ártico siberiano y en Australia las altas temperaturas se acompañaron de incendios forestales, y en Estados Unidos los incendios más grandes jamás registrados ocurrieron a fines del verano y otoño.

El Valle de la Muerte en California, Estados Unidos, alcanzó los 54,4 grados centígrados el 16 de agosto, la temperatura más alta conocida en el mundo en los últimos 80 años.

Con 30 tormentas con nombre, la temporada de huracanes del Atlántico Norte tuvo la mayor cantidad registrada de la historia de estos fenómenos, y al otro lado del planeta, el ciclón Amphan fue el más costoso registrado en el norte del océano Índico, con pérdidas solo en India de 14 000 millones de dólares.

Más de 50 millones de personas se vieron doblemente afectadas en 2020 por desastres relacionados con el clima (inundaciones, sequías y tormentas) y por la pandemia, incluidos fuertes desplazamientos de comunidades enteras en América Central, África y el sureste de Asia.

Los países “deben comprometerse a lograr emisiones netas de valor cero, a más tardar, en 2050. Deben presentar planes nacionales sobre el clima ambiciosos con suficiente antelación a la COP 26. Y deben actuar ahora para proteger a las personas contra los efectos desastrosos del cambio climático”, urgió finalmente Guterres.

Fuente: https://rebelion.org/la-pandemia-es-un-ultimatum-ante-el-cambio-climatico-dice-la-organizacion-meteorologica-mundial/

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Los están matando de hambre

Con el gasto militar mundial de 26 horas se podría evitar la inanición

Los 270 millones de personas que en el mundo padecen inanición y sufren hambruna son víctimas de un sistema. La sociedad civil internacional alzó la voz para desafiar a los responsables de este drama planetario

Los que padecen hoy de hambre son “personas capaces de producir o ganar lo suficiente para alimentarse a sí mismos y sus familias”. Pero que no lo logran debido a situaciones de conflictos y violencia, desigualdad, impactos del cambio climático, pérdida de tierras y empleo o las consecuencias directas de la pandemia que las han golpeado de manera trágica. “No están muriendo de hambre, las están matando de hambre”, denuncia la Carta abierta a los Estados y sus líderes publicada la tercera semana de abril.

La suscriben 260 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales de los cinco continentes que trabajan estrechamente en el terreno, con víctimas de este drama. “Todos los días somos testigos del sufrimiento y la resiliencia”, enfatizan, https://www.icvanetwork.org/system/files/versions/Carta%20abierta%20a%20los%20Estados_SPANISH.pdf.

Y afirman que con el gasto militar mundial de 26 horas se podría cubrir los fondos suplementarios necesarios a fin de asegurar la ayuda alimentaria urgente para más de 34 millones de niñas, niños y personas adultas que “están a un paso de la hambruna”.

Se hacen eco, así, del llamado lanzado hace varios meses por el Programa de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de recaudar ese fondo adicional para el año 2021.

Entre los firmantes se encuentran, por citar solo algunos nombres, Tierra de Hombres de Suiza; Médicos del Mundo de Canadá; numerosas Caritas de Europa y de Latinoamérica -entre ellas las de Argentina y Brasil-; el Consejo Internacional de Agencias Voluntarias (ICVA); la Acción contra el Hambre de Francia; el Consejo Noruego para los Refugiados; InterAction de Estados Unidos; Oxfam de Kenia; la Federación Luterana Mundial; CARE Internacional; Alianza 2015 de Bélgica y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria de España, https://www.icvanetwork.org/OpenLetterFaminePrevention.

Cruda acusación

Las ONG, que tienen proyectos y presencia en sectores necesitados, sostienen que no hay nada de casual en la situación actual: son acciones humanas las que provocan esta realidad. Comprueban también el aumento cada vez mayor de la brecha entre las necesidades que confronta la gente y la asistencia que las mismas ONG pueden brindar. Situación que amenaza con “robar la esperanza. No podemos permitir que se pierda la esperanza”, afirman.

Las cifras siguen creciendo. Un total de 174 millones de personas en 58 países corren el riesgo de morir por desnutrición o falta de alimentos «y esta cifra aumentará en los próximos meses si no se hace nada», denuncian las ONG. Los conflictos bélicos son el principal motor del hambre en el mundo, seguidos del cambio climático y la pandemia de coronavirus.

Según explica en su sitio WEB Oxfam de Quebec (Canadá), un año después que las Naciones Unidas advirtieran sobre «hambrunas de proporciones bíblicas», los fondos aportados como respuesta por los países ricos llegan apenas al 5% del pedido de la ONU para este año en curso. Por el momento están confirmados, solamente, 415 millones de dólares de lo solicitado para luchar contra el hambre en el mundo, https://oxfam.qc.ca/depenses-militaires-pour-financer-aide-humanitaire/

De Yemen a Afganistán, de Sudán del Sur al norte de Nigeria, las armas y la violencia están empujando a millones de personas al borde de la inanición, afirma Oxfam. Ésta recuerda que los precios medios de los alimentos a nivel mundial se encuentran en el nivel más alto de los últimos siete años.

“Los países más ricos están recortando la ayuda alimentaria mientras millones de personas pasan hambre; se trata de un enorme fracaso político”, subraya.  El hambre en el mundo no se debe a la falta de alimentos, sino a las desigualdades socio-económicas, sostiene dicha ONG, una de las más activas en lo que hace a la información y la sensibilización sobre esta temática.

Latinoamérica también víctima

Más de 20 países sufrirán hambre aguda si no se les asiste con urgencia. Yemen, Sudán del Sur y el norte de Nigeria encabezan la lista de naciones de alto riesgo. En algunas zonas de Sudán del Sur y de Yemen hay familias que ya están en peligro de morir de inanición, señala el documento presentado el 23 de marzo por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos, http://www.fao.org/news/story/es/item/1390765/icode/ 

En el mismo, las agencias señalan que, si bien la mayor parte de los países afectados se encuentran en África, el flagelo del hambre aumentará en prácticamente todas las regiones del mundo, incluida incluso América Latina. Este informe afirma – de igual manera que ahora lo hacen las 260 ONG- que 34 millones de personas están en este momento a un paso de morir de hambre.

En cuanto a América Latina y el Caribe destaca la escalada de la inseguridad alimentaria aguda en El Salvador, Guatemala y Honduras debido al doble impacto de los huracanes Eta e Iota y los efectos  económicos del COVID-19.

Estos cataclismos, agrega, dañaron grandes extensiones de tierras de cultivo, al igual que la infraestructura de los sectores productivo, ganadero, pesquero y de transporte, provocando una caída del suministro de alimentos y un alza en los precios de los mismos. Además, el cierre de actividades impuesto por la pandemia redujo el empleo, sobre todo el informal, lo que ha provocado la pérdida de ingresos familiares y un menor acceso a los alimentos.

El estudio anticipa un panorama dantesco. Estima que las condiciones en Honduras empeorarán entre abril y junio, cuando unos 3,1 millones de personas enfrenten inseguridad alimentaria aguda y 570.000 lleguen a una situación de emergencia. Calcula que, en Guatemala, 3,7 millones de personas se encuentran ya en situación grave, con 428.000 en alto riesgo de inanición. En cuanto a El Salvador, las dos organizaciones de la ONU anticipan que un millón de personas enfrentará inseguridad alimentaria entre marzo y mayo, con 121.000 en situación de emergencia.

Panorama continental agudizado por la realidad haitiana y venezolana. En Haití, el COVID-19 y las malas cosechas han dejado a casi la mitad de la población, es decir unos 4.4 millones de personas, en situación de inseguridad alimentaria grave, y a 1.2 millones en situación de emergencia, lo que representa un aumento del 6% con respecto al año anterior. En Venezuela, “la situación es probable que se deteriore más” por la hiperinflación y las sanciones internacionales, subrayan la FAO y el PAM. Anticipan que los niveles de inseguridad alimentaria crecerán con respecto al 2019, cuando 9.3 millones de personas padecieron por la carestía de los alimentos.

Es hora de actuar con urgencia

La Carta abierta hecha pública el 20 de abril por las organizaciones no gubernamentales insta a los líderes y a los Estados a dar respuestas inmediatas. Y enfatiza que dichos dirigentes tienen una “responsabilidad única”. La ayuda debe llegar lo más directamente posible a las personas más necesitadas y de forma urgente. Recuerdan que se necesitan 5.500 millones de dólares para que la asistencia alimentaria urgente llegue a esos 34 millones de personas a punto de caer en el abismo de la hambruna.

Los firmantes llaman a los jefes de Estado a poner fin a los conflictos y violencias de todo tipo y contribuir así a la solución global del hambre en el mundo. Y enfatizan la necesidad de que se aplique el “cese global de hostilidades” al que convocara el Secretario General de las Naciones Unidas el pasado 23 de marzo, https://news.un.org/es/story/2020/04/1472342.

“No hay lugar para el hambre y la inanición en el siglo XXI. La historia nos juzgará a todos por las acciones que tomemos hoy”, concluye la reflexión-advertencia-exigencia de la sociedad civil internacional. Y junto con el punto final de la misiva se abre el corolario analítico de este drama mundial. El hambre no es una fatalidad. Es el resultado de una voluntad política en la que prevalece un sistema ilógico. Es decir, la consecuencia de una falta de voluntad política para concebir el mundo desde el prisma de la equidad humana.

Fuente: https://rebelion.org/los-estan-matando-de-hambre/

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Silencio sobre la Primera infancia

Por: Elisabeth De Puig

La primera infancia ha sido dejada de lado. Sin embargo, en muchos hogares la violencia intrafamiliar ha aumentado, la inseguridad alimentaria por la pérdida de ingresos es una realidad y los consejos virtuales que se ofrecen en la página web de INAIPI llegan solo a los padres conectados y más empoderados.

Cuando en marzo pasado se paralizó la actividad económica y se cerraron las escuelas se clausuraron también los centros del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI). Desde esta fecha ningún Gobierno (saliente o entrante) ha hablado sobre esta población que es la base del desarrollo humano.

Incidir en la etapa de la vida de los niños y niñas que va desde la gestación hasta los 5 años aumenta significativamente las probabilidades de mejorar el sistema educativo y nuestro país.

La primera infancia es la etapa donde se edifican los cimientos que sostendrán los aprendizajes a lo largo de los años. Las neurociencias establecen que la gestión emocional y un buen entorno pueden marcar diferencia en las conexiones del cerebro desde el embarazo hasta los primeros años de vida del niño.

Cada cerebro es único, irrepetible. Su proceso de desarrollo es gradual y está vinculado a factores genéticos y ambientales. Además, existen factores de alteración y de potenciación del cerebro: padres y educadores pueden marcar la diferencia.

El INAIPI cuenta con 684 centros; ofrece cobertura a 203,029 niños y niñas y 160,745 familias en situación de riesgo repartidas en las zonas de mayor vulnerabilidad de la República Dominicana y funciona con diferentes mecanismos.

Los Centros de Atención a la Primera Infancia, o CAIPI, ofrecen servicios de educación y atención integral a niños y niñas y trabajan de la mano con las familias, a quienes se les apoya para mejorar sus capacidades para el cuidado integral de sus hijos e hijas.

Por otro lado, los Centros de Atención Integral a la Infancia y la Familia, o CAFI, se basan en el fortalecimiento de los padres madres y tutores para que integran las buenas practicas de crianza en el desarrollo de sus niños y niñas atendiéndolos de manera adecuada. Estos cumplen su cometido a través de convenios con más de 20 ONGs en el país.

Llama la atención que las iniciativas actuales del Ministerio de Educación, que dio comienzo al año escolar a distancia para todo el alumnado de las escuelas públicas dominicanas el pasado 2 de noviembre, no contemplan la proteccion y educación integral de la primera infancia, especialmente los niños de los sectores más vulnerables y desfavorecidos.

La primera infancia ha sido dejada de lado. Sin embargo, en muchos hogares la violencia intrafamiliar ha aumentado, la inseguridad alimentaria por la pérdida de ingresos es una realidad y los consejos virtuales que se ofrecen en la página web de INAIPI llegan solo a los padres conectados y más empoderados.

La situación actual se contrapone con las múltiples teorías y corrientes de la educación que demuestran que los niños requieren materiales concretos, que el aprendizaje debe, entre otros, ser cooperativo, por descubrimiento, manipulativo, exploratorio, y vivencial para captar su atención y motivarlos. Estimular la interacción, la exploración y el conocimiento pueden ser claves para que los más pequeños aprendan de manera efectiva.

El vínculo corporal con las educadoras, educadores y con sus pares es primordial en el modo que tendrá el niño o niña de relacionarse en el futuro. El daño que se está causando en la población de primera infancia y en sus padres puede ser más alto que la protección que estamos buscando darles al tenerlos encerrados en sectores de alta vulnerabilidad.

¿Qué se va a hacer para los más pequeños? ¿Cuándo alguna autoridad dirá algo al respecto?

Fuente: https://acento.com.do/opinion/silencio-sobre-la-primera-infancia-8881386.html

Imagen: Charles Nambasi en Pixabay

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El huracán Eta siembra la semilla de futuras crisis migratorias en América Central

Los equipos de la Organización Internacional para las Migraciones en Honduras, Guatemala, El Salvador y Belice se han desplazado a las zonas más afectadas por el paso del huracán Eta en Centroamérica el pasado 3 de noviembre y están distribuyendo entre los afectados miles de kits de emergencia que incluyen utensilios de cocina, colchones, sábanas y productos de higiene.

En Honduras, donde el huracán alcanzó la categoría 4 y afectó a 1,8 millones de personas, la Organización entregó más de 39,000 artículos de protección personal, así como kits de higiene, mantas, ropa y bolsas de agua.

Por su parte, en Nicaragua, la Organización, junto a las ONG locales y organizaciones de la sociedad civil presentes en las áreas afectadas, entregará de kits de alimentos y artículos de higiene, mientras que México repartirá ayuda humanitaria en siete albergues del sur del país. En paralelo, evalúa en qué medida se han visto afectados los albergues en Chiapas.

Asimismo, empezó el despliegue de los equipos de la Matriz de Seguimiento de los Desplazamientos que se encarga de recopilar información sobre los desplazamientos de población provocados por el huracán. Su tarea servirá para facilitar la toma de decisiones que durante las próximas semanas ayuden a salvar vidas y en la recuperación de las zonas afectadas.

Según la información que maneja Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU, al menos 358.000 personas están alojadas temporalmente en escuelas y otros edificios en los tres países del norte de Centroamérica.

Hay que prevenir una futura crisis migratoria
El jefe de la Misión de la Organización para Honduras, El Salvador y Guatemala, Jorge Peraza, destacó que las necesidades más inmediatas “son la alimentación, protección y albergue de las personas afectadas, así como otros artículos básicos que ayudan a garantizar su dignidad”.

La directora regional de esa Organización para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe mostró su preocupación por la destrucción de cultivos y el impacto en las economías locales en algunas partes de Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Michele Klein-Solomon destacó que los desperfectos pueden “agravar las condiciones de inestabilidad económica e inseguridad alimentaria que han obligado a miles de centroamericanos a migrar en busca de mejores condiciones de vida”.

Al mismo tiempo, recordó que “lo que ha dejado el huracán Eta no es solo una enorme calamidad humanitaria que requiere atención inmediata, sino también la semilla de futuras crisis migratorias que debemos tratar de prevenir”, explicó Klein-Solomon.

Fuente: https://www.finanzasdigital.com/2020/11/el-huracan-eta-siembra-la-semilla-de-futuras-crisis-migratorias-en-america-central/

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Lula culpa a Bolsonaro por aumento de hambruna en Brasil

América del Sur/Brasil/13-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Luiz Inácio Lula da Silva señaló que no es un fenómeno de la naturaleza, sino provocado por la irresponsabilidad.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva responsabilizó al Gobierno de Jair Bolsonaro del empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores más humildes de la sociedad.

En un mensaje difundido a través de la red social Twitter, Lula manifestó que «habíamos acabado con el hambre y ahora ha vuelto», y señaló que se trata de un problema social que mucha gente ignora pese a que resulta «una enfermedad que no es invisible», dijo.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) lamentó ver «un aumento en el número de niños en las calles pidiendo limosna, hambrientos» y señaló que tras ello yace la ineficacia del Ejecutivo, pues «el hambre no es un fenómeno de la naturaleza; es provocado por la irresponsabilidad del Gobierno», escribió.

Según datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el hambre alcanzaba a 10.3 millones de personas en 2018, cuando el país era gobernado por Michel Temer, quien ocupó la Presidencia tras el golpe parlamentario que sufrió Dilma Rousseff (PT) en 2016.

El reporte del IBGE precisa que en ese año al menos el 37 por ciento de las familias de Brasil padecía ese problema. La inseguridad alimentaria se situaba en 35 por ciento en 2004, y gracias a la gestión del PT descendió al 30 por ciento en 2009 y cuatro años después hasta el 23 por ciento, reveló la agencia.

Con anterioridad, Lula ha criticado la vuelta del hambre en Brasil y denunciado el desmantelamiento de las políticas de seguridad alimentaria por parte del Gobierno de Jair Bolsonaro.

El mensaje del líder político en Twitter se produce en el contexto de las elecciones municipales, que inician el 15 de noviembre próximo. Al respecto, el recomendó que «cuando vayas a votar el domingo, recuerda que cualquiera puede hacer un puente, un viaducto, asfaltar la calle, pero pocos saben cuidar a la gente. Cuida a la gente».

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/brasil-lula-culpa-bolsonaro-aumento-hambruna-20201111-0046.html

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La naturaleza no podrá cuidarnos en los próximos 30 años

Por: Agencias SINC

El primer estudio sobre las contribuciones de los ecosistemas a la humanidad refleja que la capacidad de la naturaleza para satisfacer las necesidades de la gente está disminuyendo. El informe asegura que dentro de 30 años, más de 5.000 millones de personas –en la actualidad viven 7.600 millones– sufrirán la inseguridad alimentaria, la contaminación del agua y el aumento de tormentas costeras.

La naturaleza aporta numerosas necesidades básicas al ser humano, como los servicios de los ecosistemas, que nos aseguran agua limpia o alimentación. Sin embargo, el creciente impacto mundial en el medio ambiente ha provocado una disminución de estos sistemas.

Por eso, la Plataforma Intergubernamental de Políticas Científicas en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés), ha elaborado un informe para determinar cómo de importante es la naturaleza para los seres humanos y quiénes corren más peligro si dejan de cuidarla.

Los resultados confirman que, en los próximos 30 años, es posible que más de 5.000 millones de personas tengan que enfrentarse a la contaminación del agua, el aumento de las tormentas costeras y la inseguridad alimentaria.

Rebecca Chaplin-Kramer, investigadora de la Universidad de Stanford (EEUU) y principal autora del estudio, explica que los países en desarrollo de África y Asia meridional serán los más afectados por estos impactos.

Análisis a escala global

Para llevar a cabo la investigación, se desarrolló un modelo de alta resolución y a escala global, que capta de manera única tanto el ‘lado de la oferta’ (las aportaciones de la naturaleza a las personas) como el ‘lado de la demanda’ (las necesidades de la gente).

Donde la gente necesita más la naturaleza, la capacidad de esta para satisfacer esas necesidades está disminuyendo

Los científicos evaluaron las tendencias en la calidad del agua, la polinización de los cultivos y la protección de las costas en tres posibles escenarios futuros.

Así concluyeron que en el futuro sufriremos la inseguridad alimentaria relacionada con la deficiente polinización de los cultivos, la escasez de agua limpia y el aumento de tormentas costeras severas provocadas por la erosión y las inundaciones.

Además, los resultados muestran que donde la gente necesita más la naturaleza, la capacidad de esta para satisfacer esas necesidades está disminuyendo.

Se trata del primer modelado global de las aportaciones que la naturaleza hace a las personas y sus conclusiones son determinantes. “Este artículo ofrece una imagen única y profundamente preocupante de las cargas sociales que soportará la pérdida de la naturaleza”, escribe Patricia Balcanera en Perspective. El informe se ha lanzado para concienciar de la magnitud del problema.

Referencia bibliográfica: 

Rebecca Chaplin-Kramer et al. “Global modeling of nature’s contributions to people”. Sciences. 10 de octubre de 2019. DOI:

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/ciencia/2019/10/11/la-naturaleza-no-podra-cuidarnos-en-los-proximos-30-anos

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