IOT y «data science» en la educación

Los últimos dos años quedarán siempre en nuestra memoria por la llegada de la COVID-19, por el caos o la incertidumbre, pero, también por el punto de inflexión que ha dotado a la tecnología hiperconectada de visibilidad en lugares y sectores en los que hasta ahora parecía de difícil aplicación. Cómo en toda crisis, sea del tipo que sea, hay quienes en medio de las dificultades siempre encuentran la oportunidad para avanzar y mejorar en algunos aspectos, como ha sido el caso de la educación.

El sector educativo está evolucionando en su metodología, cada día más alejada de lo que entendemos como tradicional, pero también su suma a la transformación digital. Si cada día es más normal integrar este tipo de tecnologías en auge como el IoT en la industria y las empresas, ¿por qué no hacerlo en las escuelas?

El IoT está creciendo muy rápido, aportando valor a todas aquellas industrias que deciden aplicarlo, y, por ello, son cada vez más los centros educativos que apuestan por su uso, aunque sea de manera gradual, ya que los dispositivos IoT contribuyen a la construcción de entornos educativos distintos.

El Internet de las Cosas puede estar presente de manera crítica en algunos sectores como el logístico, donde se emplea de manera masiva para la monitorización de activos en tiempo real, por lo que conocer su aplicación y potencial es de gran utilidad de cara a la empleabilidad del alumnado.

Además de lo referente a la mejoría de la experiencia tanto desde el punto de vista del que aprende como del que enseña, no puede pasarse por alto la gran utilidad del IoT en lo referente a la seguridad tanto física, si se emplea para la vigilancia de los recintos como atribuida a lo digital para proteger la red interna que contenga información relevante del centro, los alumnos o los profesores.

Respecto a los datos, el uso del IoT permite una mejoría en la gestión de los centros educativos, recogiendo un volumen de información que, posteriormente, la dirección de los centros puede utilizar para enriquecer rendimientos o ahorrar costes. Por ejemplo, conectando la iluminación o los sistemas de calefacción y refrigeración al IoT y teniendo un control de horarios, aulas vacías y apagados programados.

Un aspecto fundamental es la implicación de los estudiantes con estas tecnologías IoT. El Data Science y El Internet de las Cosas son dos tecnologías en crecimiento, prácticamente acaban de aterrizar, por lo que todo indica que de aquí a unos años se convertirán en auténticas necesidades tanto como lo es un teléfono móvil o un ordenador hoy día. No está de más que se invite a los alumnos, sobre todo si cursan algo en relación con la ingeniería, a descubrir estas nuevas posibilidades que ofrece el IoT.

La administración de esta tecnología juega un papel determinante en esta era tecnológica con nativos digitales en las aulas. El IoT tiene el firme propósito de colaborar para que colegios, institutos y universidades otorguen a sus alumnos una formación excelente acompañada de unas herramientas de gestión de vanguardia.

Fuente: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/11597048/02/22/IOT-y-data-science-en-la-educacion-.html

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La Cuarta Revolución Industrial: el gran reto de las universidades dominicanas

Por: Héctor Rodríguez Cruz

Ojalá que muy pronto podamos contar la historia de “conversión” a Universidad 4.0 de todas las universidades e IES del país.

Estamos frente a la Cuarta Revolución Industrial, una era que está borrando los límites entre las esferas físicas, digitales y biológicas, y transformando las relaciones productivas, económicas y comerciales, hasta modificar radicalmente nuestra forma de vivir, de trabajar, de estudiar  y de relacionarnos. ¡Afrontar los retos del futuro exige ver el mundo desde nuevas perspectivas!

En este escenario, el mayor reto de las más de 40 universidades e instituciones de educación superior del país consiste en ajustar/actualizar/convertir su visión y sus competencias institucionales de cara a la Cuarta Revolución Industrial (Revolución 4.0) como cambio disruptivo que trae desafíos para todos los sectores de la industria, del gobierno, de la educación y miembros de la sociedad.

El concepto de la Cuarta Revolución Industrial fue acuñado por  Klaus Schwab  en el contexto del Foro Económico Mundial del 2016, un acontecimiento que reúne anualmente en Davos, Suiza, un millar de personas capaces de influir en esas transformaciones como jefes de gobierno, empresarios, académicos,  científicos, líderes y emprendedores.

Schwab desarrolla su idea de la Cuarta Revolución Industrial en un libro con el mismo nombre y expresa así la dimensión de la misma: “Pensemos en la impresionante confluencia de avances tecnológicos que abarca amplios campos, como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el internet de las cosas (IoT), los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de materiales, el almacenamiento de energía y la computación cuántica”.

Totalmente alineada con la Revolución 4.0, llegó  la Universidad 4.0. Nos encontramos, por tanto, frente a la “Revolución de las Competencias», que dará lugar a nuevas profesiones, a la modificación amplia de las existentes y la desaparición de muchas de ellas, así como a la formación de nuevas habilidades y competencias, determinantes en la empleabilidad de las personas.

En el marco de la Cuarta Revolución Industrial y de la Universidad 4.0,  las universidades e instituciones de educación superior deberán poner la mirada  en el  “Core work-related skills”, que presenta un perfil  de la mayoría de ocupaciones, consistente en una gama de combinaciones de 35 habilidades y competencias relevantes, además del conocimiento especializado específico de cada ocupación.

La Universidad 4.0 deberá reinventar la universidad tradicional y contemplar en sus programas otras competencias  que impactan de manera directa en la calidad del ejercicio de la profesión, tales como liderazgo, emprendimiento e innovación, curiosidad, pensamiento crítico, solución de problemas, ética, ciudadanía  y visión global.  Evitando definir los currículos en términos de competencias. Menos aún, si se especifican erróneamente mediante capacidades, ya que “una cosa es ser capaz y otra muy diferente es ser competente”.

La Revolución 4.0 ya entró en muchas universidades. ¡Y habrá de entrar en las universidades dominicanas!  Veamos algunas experiencias latinoamericanas. En Colombia, en el 2019 se dio una alianza entre el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA Antioquia, la Universidad de Antioquia, UdeA, y Amazon, para formar a 2000 estudiantes en programas relacionados con Cuarta Revolución Industrial.

La Universidad CES de Medellín  desarrolla  nuevos programas en modalidad virtual como Ganadería de Precisión, Gestión de Big Data en Salud y Nanotecnologías para la Salud. La universidad EAFIT ofrece la Maestría en Ciencias de los Datos y Analítica. En la Universidad EIA, también de Medellín, ofrece la Especialización en Big Data e Inteligencia de Negocios.

En México, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, que agrupa más de 200 universidades, en su Asamblea General del 2019 presentó el Modelo “ANUIES frente a la Cuarta Revolución Industrial”.

El Instituto Tecnológico de Monterrey a partir del 2019  estableció un currículo para todos los estudiantes, incluyendo los de primer ingreso, que incluye: Urbanismo Sostenible, Ciencia de Datos, Inteligencia de Negocios Vinculada a Big Data y Analytics, Transformación Pública, Innovación Educativa, Sistemas Digitales, y Nanotecnología. Carreras tradicionales como Contaduría o Arquitectura, integrarán materias de analítica de datos y tecnologías digitales.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en los últimos cinco años  ha creado más de 10 licenciaturas nuevas, como Neurociencias, Desarrollo Comunitario para el Envejecimiento, Física Biomédica, Materiales Sustentables, Negocios Internacionales, Ingeniería Ambiental, Tecnologías para la Información en Ciencias, Economía Industrial y Geociencias. Así como el “Centro de Ciencias de la Complejidad”, conocido como C3 y creado para  tender puentes entre las ciencias exactas, naturales, sociales y humanísticas.

En Chile, el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) realiza esfuerzos para la adecuación de las universidades chilenas a la 4RI. En Centroamérica, el Consejo Superior de Rectores, en el 2019  celebró en Costa Rica el Diálogo Regional  Centroamérica Digital en la Cuarta Revolución Industrial: Ciencia, Tecnología e Innovación al Servicio de la Región.

Aquí, bajo de Modelo “Triple Hélice”, universidades-empresas-gobierno cargan con la responsabilidad de promover y realizar la Cuarta Revolución Industrial en la República Dominicana. Ojalá que muy pronto podamos contar la historia de “conversión” a Universidad 4.0 de todas las universidades e IES del país.

Mientras esto sucede, invitamos a las comunidades académicas d educación superior a leer y debatir el libro “La Cuarta Revolución Industrial” de Klaus Schwab. Y si se animan,  que lo asuman como libro texto en todas las carreras. ¡Eso esperamos”.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-cuarta-revolucion-industrial-el-gran-reto-de-las-universidades-dominicanas-8930680.html

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