Libro: Repensemos el juego

05 octubre 2017/Fuente: Openlibra 

El juego es más viejo que la propia cultura y la razón por la cual puede ser culturalmente valioso es porque tiene una función en sí mismo. En la historia podemos remontarnos al principio de rebus para ello, un principio que se usó en el surgimiento de la escritura alfabética y según el cual algunos ideogramas pasaron a utilizarse para representar el sonido inicial de la palabra representada por este. Y tal como afirma Marius Serra en páginas posteriores, la invención del alfabeto y de la escritura serían considerados un juego de palabras, ya que “los historiadores explican el nacimiento de la transcripción a partir de diversos símiles, dos de los cuales tienen que ver con el juego”.

(…)

No es una cuestión estratégica, retórica, o política, más bien, se ha buscado representar y comprender una actividad básica del ser humano. La “conceptualización” sigue la idea de dar respuestas a un fenómeno del mundo en el que se identifican otros conceptos relevantes, así que repasemos brevemente algunos de los conceptos clave más utilizados en el tema y algunas de las reflexiones de nuestros invitados. Johan Huizinga en su famoso libro Homo Ludens de 1983 explica que jugar, es un acto que constituye diversas formas culturales que facilitan las normas o códigos de la semiótica de la sociedad. El jugador se comprome a seguir unas normas que rigen su conducta y, de esta forma, el juego permite al sujeto realizar acciones que no tienen porque tener consecuencias materiales.

(…)

Necesitamos más teorías de manera que los términos y los principios asociados con personas e instituciones, invoquen a lograr un nuevo contexto mucho más crítico. Es una evolución. Así que os invito a que repensemos el juego.

Para leer, descargue aqui: https://openlibra.com/es/book/download/repensemos-el-juego

Fuente: https://openlibra.com/es/book/repensemos-el-juego

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Juego como herramienta de aprendizaje

Por: Claudia Garcia

En la escuela, los niños juegan durante el recreo y estudian durante la clase. Sin embargo, algunos de los grandes nombres de la psicología, entre ellos  Jean Piaget  y  Jerome Bruner , creen que el juego  es  el trabajo de un niño. La mejor manera de enseñar a los niños, dicen, es a través del aprendizaje activo con manos.

Sin embargo, con los puntos de referencia estatales y la evaluación de maestros basados en el desempeño que cuelga por encima de nuestras cabezas, es difícil que los educadores imaginen pasar tiempo jugando juegos académicos preciosos con niños. Ahí es donde el aprendizaje basado en el juego (a menudo confundido con gamification viene, que no es exactamente lo mismo) tiene este enfoque, el aprendizaje y el juego no están en conflicto entre sí. De hecho, los juegos son el vehículo y el medio ambiente para el aprendizaje.

Aprendizaje: Teoría del descubrimiento de Bruner

Según Bruner, los estudiantes que participan en el aprendizaje práctico y actividades basadas en la experiencia de juego, adquieren los siguientes beneficios:

  • Aumento de la motivación.
  • La creatividad impulsada.
  • Habilidades de resolución de problemas mejoradas.
  • Un mayor sentido de la responsabilidad personal.
  • La alegría de la autonomía y la independencia.

El maestro quiere que sus estudiantes estén motivados, creativos, inteligentes, responsables, y llenos de alegría. Si jugar juegos verdaderamente beneficia a los estudiantes de esta manera, no nos podemos permitir no jugar con ellos. Pero ¿qué significa eso en términos reales?

Consejos

Tanto si eres un maestro de primaria que quiere integrar aplicaciones de aprendizaje de matemáticas en el aula o un profesor de secundaria en busca de maneras de utilizar juegos en la escuela, los videojuegos son una manera divertida y eficaz para inspirar y motivar a sus estudiantes. Siga estos consejos para obtener los mejores resultados:

  • Pruebe el juego primero.
  • Encontrar maneras de conectar los puntos en su plan de estudios para el juego.
  • Esté preparado para justificar su uso de juegos en el aula a los espectadores dudosos.

En breve

Aumentar el tiempo de juego cuando se está bajo presión para poner hacia fuera a los evaluados, orientado al logro requiere que dar un salto de fe. Aunque podría parecer contraproducente, se ha demostrado una y otra vez que su salto de fe tendrá resultados positivos.

Fuente: https://revistaeducacionvirtual.com/archives/2916

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Aprender o jugar

Carlos Magro

Empecemos con algunas preguntas. ¿Son compatibles el juego y el aprendizaje? ¿Es posible generar aprendizajes profundos y permanentes desde el juego, el aprendizaje basado en juegos y la gamificación? ¿Es posible aprender jugando? O se trata de un oxímoron educativo, de una “contradictio in terminis” como dirían los clásicos. Una pregunta entre absurda e incómoda que nos obliga a mirar para otro lado.

¿Es el aprendizaje un plato que se debe comer frío? ¿Es aprender ante todo una cuestión de repetir, reproducir y replicar? ¿Y educar transmitir e inculcar un saber objetivo? ¿Es aprender una cuestión solo de adquirir conocimientos abstractos y formales? ¿Debemos evitar que nuestros alumnos comentan errores y si los hacen hay que erradicarlos lo antes posible? (Juan Ignacio Pozo. Aprender en tiempos revueltos. 2016)

¿Estimulamos a nuestros alumnos a discutir lo que les interesa? ¿A que evalúen sus propias soluciones? ¿A que colaboren entre ellos? ¿Les escuchamos con atención? ¿Les enseñamos lo importante que es cometer errores? ¿Les estimulamos a someter a prueba y a cuestionar lo que ellos mismos y otras personas dan por sentado? ¿Les enseñamos que el juego es valioso? ¿Potenciamos sus capacidades de juego mental: la fantasía, la imaginación y la producción de imágenes? (Guy Claxton. Vivir y aprender. Psicología del desarrollo y del cambio en la vida cotidiana. Capítulo 9: Enseñar. 1987).

¿Ayudamos a nuestros alumnos a que sean aprendices autónomos, a aprender a aprender? ¿Estamos preparando a nuestros alumnos a prueba de futuro? (Cristóbal Cobo. La innovación pendiente. 2016).

¿Qué tenemos hoy?

Un modelo de enseñanza muy rígido, excesivamente aislado del entorno, basado casi siempre en la transmisión de unos contenidos establecidos y con un curriculum inabarcable y demasiado definido.

Un sistema que no responde bien a las necesidades de la sociedad de hoy. Un sistema que piensa que enseñar es suministrar materias primas por un extremo y recoger productos finales por el otro. Un sistema que separa: la razón y la emoción; el cuerpo y la mente; la teoría y la práctica. Que hace “caso omiso de las necesidades de tiempo y de juego, creando, en consecuencia, seres que sólo pueden aprender de modo rutinario“. (Guy Claxton)

Un modelo que provoca, en muchos casos, desmotivación. A pesar de saber, como sostiene Ian Gilbert, que el problema reside en la mayoría de las ocasiones en nuestro empeño por que los alumnos hagan cosas que nosotros, como adultos, deseamos y cuando nosotros las deseamos.

Y que nos lleva a tener que abordar el problema habitual, crónico dice Juan Ignacio Pozo, de la motivación, o más bien de “la falta de motivación para aprender en contextos formales una vez vaciado de toda emoción, una vez eviscerado el aprendizaje, se necesita promover el esfuerzo de aprender y para ello se asocian los resultados del aprendizaje con ciertas consecuencias con contenido emocional para el aprendiz, que son sin embargo ajenas al propio acto de aprender“. (Juan Ignacio Pozo. Aprender en tiempos revueltos. p. 204).

Y a una necesidad cada vez más urgente de cambio educativo. “Debemos cambiar la forma de educar”, decía el tecnólogo educativo Alan Kay ya en 1972. “Ir más allá de la educación tradicional basada en la transmisión de datos y hechos para animar a los niños a observar el comportamiento del mundo real por ellos mismos.” Debemos asumir que enseñar es una actividad subversiva (Neil Postman & Charles Weingartner, 1969). Y que la enseñanza, por sí sola, no produce aprendizaje. Que “no se aprende nada que no esté relacionado, aunque sea de modo muy lejano, con la satisfacción de una necesidad o un deseo o con la evitación de una amenaza…El aprendizaje es la búsqueda de una respuesta para una pregunta que nos interesa.” (Guy Claxton).

Aprender hoy es participar de manera activa en el propio proceso de aprendizaje. “El aprendizaje no es solo una cuestión transmitir información. No se trata de verter información en la cabeza de nuestros alumnos. Al contrario, aprender es un proceso activo. Construimos nuestro entendimiento del mundo mediante la exploración activa, la experimentación, la discusión y la reflexión. En breve: no adquirimos ideas. Las construimos.” (Mitchel Resnick. Rethinking Learning in the Digital Age). “El aprendizaje no está limitado por la falta de información, sino por la capacidad de convertirla en conocimiento” (Julio Carabaña. Las escuelas del futuro. 2012). Aprender hoy es ir más allá de las 3Rs e incorporar las 3 Xs: eXploration, eXpression, eXchange. Es explorar, expresar, intercambiar. Es pensar, hacer, comunicar. Aprender hoy implica revisar formas de hacer, de pensar y de comunicar (Neus Sanmartí. Trabajo por proyecto. ¿filosofía o metodología?. Cuadernos de pedagogía nº472. Noviembre 2016)

Aprendemos haciéndonos preguntas y buscando respuestas. Aprendemos equivocándonos. Aprendemos si el contenido se nos presenta de una manera organizada en relación con nuestras experiencias y aprendizajes previos. Si responde a nuestros intereses, necesidades o problemas. Aprendemos si estamos suficientemente motivados. O como decía Maria Montessori: “Para que los estudiantes se involucren más en el aprendizaje, su curiosidad e intereses deben ser abordados.”

No hay aprendizaje sin emoción. Todo aprendizaje es emocionante en sí mismo. ¡Necesitamos, por tanto, recuperar la emoción!

¿Qué es el juego?

Cultura, criterio, diversión, reto, igualdad, experimentación, comprensión, sociabilidad, conocimiento, libertad…

El juego es un mecanismo natural que despierta la curiosidad. Es placentero y nos permite adquirir capacidades imprescindibles para desenvolvernos mejor en el mundo que nos rodea. El juego, por su propia definición, no tiene ninguna otra finalidad que la alegría y el propio placer de jugar. “El impulso lúdico inicia el interés por lo desconocido, despierta la alegría de aprender, motiva al cerebro para comprender e imaginar.” (Raimundo Dinello. Lúdica y sociedad que re-creamos). “El juego es un invento poderoso de la naturaleza… El instrumento del juego, combinación de curiosidad y placer, es el arma más poderosa del aprendizaje” (Francisco Mora. Neuroeducación. 2013). Somos juego, somos hombres en tanto que jugamos, como diría más de uno al hilo de la conocida afirmación del poeta Schiller: “El hombre juega sólo cuando es hombre…Sólo cuando juega es plenamente hombre.”  (Friedrich Schiller. Cartas sobre la educación estética del hombre. p. 110)

¿Qué sucede cuando jugamos?

El juego es una actividad generadora de placer que no se realiza con una finalidad exterior a ella, sino por sí misma.

El juego activa el llamado sistema de recompensa cerebral asociado a la dopamina que despierta nuestra motivación intrínseca y que, en definitiva, nos permite aprender. El aumento de la dopamina ayuda al aprendizaje porque ante la satisfacción de una respuesta correcta, se refuerza la memorización de la información de la respuesta correcta o del modo en cómo se ha solucionado un problema. El juego aumenta la motivación, la memoria y la atención.

Cuando se producen emociones positivas se activa el hipocampo y ello posibilita que los participantes puedan memorizar más, lo que sugiere la necesidad de generar en el aula climas emocionales positivos y seguros en los que se asume con naturalidad el error, se proporcionen retos adecuados, se fomente la participación y el aprendizaje activo. La ciencia nos dice que más que dejar de lado o suprimir las emociones, lo más eficaz para el aprendizaje es incorporarlas para construir el conocimiento cognitivo.

¿Qué han dicho los pedagogos y los psicólogos sobre el juego?

Para Piaget es la forma de pensar del niño. “Jugar es una forma de que los niños participen activamente en el mundo que les rodea a través de la práctica simbólica.” (Jean Piaget. The language and thought of the child. 1959).

Para Jerome Bruner es la primera aproximación a la comunicación en la infancia. Para Vigotsky las actividades lúdicas deben cumplir dos fines, el aprendizaje, y, como no podía ser de otra manera, el reforzamiento de las relaciones entre los alumnos y su entorno.

¿Cómo podemos poner el juego al servicio del aprendizaje?

El juego promueve el aprendizaje en acción, los procesos cognitivos superiores, el desarrollo de habilidades y capacidades, la movilización de recursos internos y el trabajo en equipo. Si trabajamos con juegos cooperativos y no competitivos permite que los alumnos desarrollen la empatía y la tolerancia, facilita la socialización y fomenta el apoyo mutuo y las relaciones en términos de igualdad.

Siempre hemos aprendido jugando. El juego y el aprendizaje siempre han estado unidos. Los que no siempre han ido de la mano son el juego y la educación y menos aún el juego y la escuela. No es lo mismo la educación que la escolarización, como no es lo mismo el aprendizaje que la educación, nos ha recordado Mariano Fernández Enguita en la Educación en la encrucijada.

Tradicionalemente el aprendizaje y la educación se encontraban distribuidos entre las actividades cotidianas con la familia, los amigos, en el pueblo. “El surgimiento de la escuela supuso una ruptura radical al especificar en alto grado en qué espacio aprender (centro, aula, pupitre), en qué tiempo (edad, calendario, horario, graduación y secuenciación), qué contenido (ordenación, planes, programas, libros de texto, lecciones), de qué manera (pedagogías, actividades, tareas), a cargo de quién (maestros, profesores, mentores…) y con qué resultados (exámenes, calificaciones, diplomas).” (Mariano Fernández Eguita. La Educación en la encrucijada. p. 111).

El proceso de institucionalización del aprendizaje excluyó lugares, seleccionó momentos, eliminó contenidos y privilegió una maneras de aprender en detrimento de otras, consideradas como no apropiadas. Es en ese proceso de escolarización del aprendizaje que dimos la espalda al juego. El juego salió de las aulas. Pero con el juego sacamos también cosas como la manipulación o la curiosidad. Al quitar el juego, como dice Juan Ignacio Pozo, vaciamos al aprendizaje en contextos formales de toda emoción. La pregunta que tenemos que hacernos, entonces, es ¿cómo podemos poner el juego al servicio del aprendizaje en contextos formales?. ¿Cómo podemos volver a introducir el juego en la escuela? (más allá de la educación infantil donde sí es una parte central del proceso de aprendizaje). ¿Cómo podemos poner el juego al servicio de la enseñanza?.

Fuente del articulo: https://carlosmagro.wordpress.com/2016/12/29/aprender-o-jugar/

Fuente de la imagen:https://carlosmagro.files.wordpress.com/2016/12/captura-de-pantalla-2016-12-29-15-45-00.png?w=610&h=45

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La Universidad de Cambridge busca un profesor de Lego

América del Norte/EEUU/20 de enero de 2017/Fuente: terra

La universidad británica de Cambridge, la segunda más antigua del mundo en inglés, ha iniciado la búsqueda de un profesor para que imparta clases de Lego, los pequeños bloques de plástico intercambiables.

«La facultad de Educación de la Universidad de Cambridge, que está entre las cinco mejores del mundo, busca nombrar un profesor en una vacante surgida tras una donación de la Fundación Lego», señala el anuncio, publicado en la página web de la Universidad.

«La generosa concesión de la Fundación Lego ha posibilitado la creación de un profesorado en Juegos en educación, desarrollo y aprendizaje», añade la nota.

La persona que sea finalmente contratada (el proceso cierra este viernes 20 de enero) deberá tener, según el anuncio, «mentalidad infantil» y «visión, liderazgo, experiencia y entusiasmo», y un salario de 83.981 libras al año (97.048 euros), similar al de otros profesores universitarios en Cambridge.

La Fundación Lego, aunque ha asegurado que no tendrá voz en la elección del candidato, ha donado 2,5 millones de libras (2,9 millones de euros) para el puesto, en el que se estudiará «la importancia de los juegos y de la jocosidad en la educación en el mundo».

«Estamos buscando a un académico que sea juguetón y bromista, curioso, abierto de mente, creativo e imaginativo: alguien que piense en formas nuevas de investigar y de trabajar en disciplinas diferentes», dijo Bo Stjerne Thomsen, director de investigación en la Fundación Lego, según recoge el diario «The Guardian».

Fundado en 1932, el fabricante danés Lego, cuyo nombre proviene de las palabras danesas «Leg godt» (jugar bien), es famoso por sus juguetes creados con piezas de plástico de colores interconectables, con los que pretende promover el aprendizaje creativo y el desarrollo infantil, según su página web.

Fuente: https://noticias.terra.com/mundo/europa/la-universidad-de-cambridge-busca-un-profesor-de-lego,6ee023a55b825a45ee62a79f8eaccf660qnyqyak.html

Imagen:https://www.google.co.ve/searchq=un+profesor+de+Lego&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjXkdqkvc7RAhUFWCYKHSEgAyQQ_AUICCgB&biw=1920&bih=925#imgrc=KMIPJyqYzE7AMM%3A

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