Romper al magisterio por lo más DELGADO

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Pasadas las elecciones presidenciales, donde la arrasadora mayoría se opuso al proyecto de la derecha, el periodista Luis Hernández Navarro (Hernández, 2024) relata una metáfora, en la cual, las minorías económicamente poderosas hacen sonar sus joyas para revolotear las especulaciones financieras en los tiempos poselectorales, recordando a la nueva presidenta desde los palcos de honor que, desde ahí y no en las urnas populares, su voto tiene un peso especial y no están dispuestos a poner en riesgo ni una sola de las muchas vetas, por donde corren sus inmensos flujos de ganancia que se han incrementado en el primer sexenio de la cuarta transformación.

El periodista no se equivocó. En el nuevo gabinete federal, Marcelo Ebrard en la Secretaría de Economía da certeza a los intereses norteamericanos que se plasmaron en el acuerdo de libre comercio T-MEC; Rogelio Ramírez de la O en
Hacienda, ratifica el pacto que se hizo en la Convención Nacional Bancaria para respetar las reglas de acumulación de capital y seguir la austeridad republicana con los excedentes del Estado, sin incrementar los famélicos impuestos que pagan los sectores empresariales; García Harfuch en Seguridad, coquetea con los grupos más conservadores afines a la mano dura para controlar los brotes de inestabilidad provocados por la delincuencia o los movimientos insurreccionales.

Los anteriores perfiles tienen en común, experiencia en la materia y resultados eficaces en las funciones de Estado; sin embargo, el nombramiento de Mario Delgado como titular de la Secretaría de
Educación responde a situaciones de operatividad política para la partidocracia hegemónica de turno, no importa la filiación ideológica. Su formación tecnocrática en el ITAM, cuna de la derecha mexicana, ha sido útil a la instrumentación técnica de reformas que mantienen las directrices legislativas del neoliberalismo global.

Promotor del Pacto por México, signado con el propósito de llevar a cabo el conjunto de reformas estructurales para el desmantelamiento de las bases económicas, materiales y culturales de la nación; el entonces senador Mario Delgado, presentó la reforma educativa del 2012, instaurando así, el modelo de privatización escolar de autonomía de gestión, la calidad vinculada a la medición estandarizada de los aprendizajes domésticos al capitalismo y un sistema de desprofesionalización, despedagogización y despojo laboral de los maestros, basado en la evaluación punitiva.

Un sexenio después; ahora, afiliado en la oposición, siendo coordinador de morena en la bancada mayoritaria de la cámara baja, sube a tribuna para anunciar la aprobación de una nueva reforma educativa que echaría atrás la presentada por el mismo como senador en el bloque conservador. En su discurso de presentación, agradeció el involucramiento directo y personal de coordinadores parlamentarios de la derecha. René Juárez Cisneros del PRI, celebró diciendo “ganó México” “se mantuvo el objetivo fundamental de titular el derecho de los niños y niñas a un sistema educativo de excelencia” (Universal, 2019), resaltando que no se perdió la visión gerencial de la escuela.

Especial mención, le mereció el coordinador del PAN, ex presidente de la Comisión de Educación en el senado y uno de los académicos de la élite neoliberal que, había dado sustento teórico a la reforma educativa empresarial del Pacto por México: “Quiero expresar mi reconocimiento a Juan Carlos Romero Hicks (…) tú sabes que también lleva tu huella”. (Delgado, 2019). Tiempo después, Romero Hicks declaró que esa reforma no había abrogado la de Enrique Peña Nieto, sino que, “la perfeccionó” (Excelsior, 2019).

Tenía razón. El régimen de excepción laboral dejó de ser sólo una ley secundaria que podría haberse revertido con una mayoría simple en el poder legislativo y se elevó a rango constitucional, es decir, una norma instrumentalista de precarización del magisterio se introdujo entre los fundamentos históricos, filosóficos y pedagógicos de la educación; se eliminó la evaluación vinculada a la estabilidad en el empleo, pero afianzaron de facto los mecanismos meritocráticos de competitividad individual, en detrimento del magisterio como agente histórico y de organización colectiva.

A pesar de que, en la nueva Constitución se exaltó la noción gerencial de excelencia, en los confines del sexenio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se fue construyendo, con tropiezos y dificultades,
un proyecto educativo con otras directrices que recuperaron, a través de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), algunas orientaciones de las educaciones alternativas: autonomía profesional, la comunidad como sujeto colectivo cognoscente y el aprendizaje situado, dinámico, transdisciplinario y problematizador. Conceptualizaciones que tensaron la genética empresarial de lo estandarizado, medible y rentable.

Sin embargo, Mario delgado no se involucró en el proceso de construcción de la NEM, ni tiene conocimiento del territorio educativo y tampoco cuenta con credenciales académicas en las áreas pedagógicas; pero, se le presenta como un político de resultados electorales y habilidades negociadoras favorables al oficialismo. En el supuesto caso de que estas cualidades fueran trasferibles al ámbito complejo de los actores que componen el sistema educativo nacional, estamos frente a un escenario poco prometedor.

Como presidente de morena, fue clave en la permisividad de prácticas y comportamientos antidemocráticos: imposición de decisiones cupulares; constitución de alianzas que rebasaron los límites éticos del pragmatismo; incorporación de sujetos impresentables, violando principios fundamentales de la izquierda electoral; aprobación de candidaturas que suplantaron identidades indígenas y de la diversidad de género; censura a la autocrítica; y, contención de posiciones progresistas.

Con estos antecedentes, no tiene ciencia anticipar lo que el mismo Mario Delgado dejó ver en reunión con el charrismo magisterial, desde el primer día de su designación como titular de la SEP. Estará ahí para consolidar un sindicalismo neocorporativo que legitime la continuidad de la vertiente neoliberal de la reforma educativa, a cambio de prebendas a las cúpulas del SNTE. Con las resistencias magisteriales que aglutina la CNTE, se ven pocas posibilidades de continuidad de diálogo, porque se trata de ponerlos frente a quien fue el artífice de la reforma administrativa y laboral que: encarceló, persiguió, criminalizó, humilló y cesó de su trabajo, a miles de maestros mexicanos.

Más que una designación equívoca, parece una decisión premeditada. Mario Delgado es el tipo de político dispuesto a matizar y revertir los compromisos que se hicieron con la CNTE al calor de la movilización; después de todo, no será la primera vez que mienta sin escrúpulos para avanzar en la profundización del neoliberalismo educativo, intentando contener con engaños los descontentos magisteriales. Para ejemplo de lo anterior, recordamos dos momentos.

En 2019 un grupo de profesores de diferentes entidades, entre ellos cesados, lo cuestionaron sobre la propuesta de dictamen legislativo: “nosotros derrotamos a la reforma y el congreso está decidiendo por sí mismo” “la reforma queda igual” “se queda el marco laboral en el Artículo 3°”. Mario Delgado, respondió sin reparo “no es cierto, alguien los está engañando” “se va a aclarar que los profesores están en el apartado B del 123|°” “el Artículo 3° para la promoción, nada más” “la reforma que se está trabajando, abroga completa la anterior” (Video, 2019). El otro momento, ya no fue una plática privada, sino de cara a la nación y desde la tribuna legislativa “No hay un régimen de excepción para las y los maestros, lo que hay, es una reforma excepcional” (Delgado, 2019).

En efecto, alguien estaba engañando a los maestros del país. Se vació, casi por completo, el régimen de excepción al articulado constitucional, donde históricamente se había definido la educación nacional y ésta como un derecho social. Quedó establecido, fuera del Articulo 123°, un nuevo sistema de profesionalización, para regular de forma unilateral y sin la mediación de la representación de los maestros, no sólo la promoción, también el ingreso y el reconocimiento. Con esta medida, todos los trabajadores del país protegidos por las leyes laborales tienen derecho a negociar sus condiciones de trabajo, a excepción de los profesores.

Sin intencionalidad propositiva desde el gobierno de la república, para revertir los daños causados por el neoliberalismo, el Plan C, de mayoría calificada en las cámaras legislativas, no tendrá los alcances deseables para hacer efectivo el derecho humano a la educación ni para hacer justicia laboral a los maestros. Los límites del progresismo para abrogar el conjunto de medidas estructurales, son sus propios actores políticos.

Los otros poderes, tampoco prometen mucho al magisterio. Apenas la CNTE daba a conocer que el presidente de la república presentaría una iniciativa para modificar las disposiciones de la Ley del ISSSTE de 2007 con respecto a la jubilación; cuando, un día después de anunciado el compromiso, sonó el mallete de los jueces de la SCJN anticipándose a decir que no hay afectaciones al “restringir a los trabajadores la posibilidad de modificar el régimen de pensión que, en su momento, hayan elegido o se les haya impuesto por no haber manifestado su elección en el plazo previsto” (SCJN, 2024).

En este contexto, en el que los grandes capitales suenan las alhajas para hacer valer su poder económico, donde la SEP es otra vez el botín político de la partidocracia y los ministros de la Corte azotan el mazo del supremo poder conservador para impedir cualquier maniobra legislativa progresista cabe preguntarnos, ¿qué harán los maestros para recuperar las conquistas sociales, ante los límites del progresismo y la presencia regresiva de poderes de la derecha, en el segundo piso de la cuarta trasformación?

Fuente de la información e imagen:  https://revistaaula.com

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La cuarta transformación y el miedo.

Por: Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo

Los ninguneados estamos inspirados por la cuarta transformación.

Se habló de la historia y todos coincidimos en que los desmanes no debe continuar ni repetirse.

Unos votaron por el hartazgo otros por la esperanza.

Millones están satisfechos al ver que las promesas se han ido cumpliendo una a una.

Se elevó el salario mínimo, se bajó el salario de los burócratas, se enfrentó el guachicoleo, se crearon universidades y programas de ayuda a los más desvalidos…

Todo muy bien… pero… pero… pero…

¿Qué pasará luego de estos seis años…?

¿Acaso no podrán regresar los Porfirianos y hechas atrás todo lo logrado…?

¿Acaso no podrán regresar los usureros dirigidos por Barrabás y embaucar al pueblo, nuevamente?

¿Acaso, con buenas intenciones se logra descolonizar la mente del pueblo novelero?

Ciertamente el pueblo se ha politizado más, la gente opina, participa, habla… no se deja… pero no nos engañemos: en Brasil pasó igual y míralos ahora; en Argentina pasó igual y míralos ahora; en Ecuador se hizo mucho y bueno y Míralos ahora…

La gente no está leyendo y estudiando. No se pagaron las televisoras y sus novelas fifi. Tampoco el programa escolar se ha actualizado según estas nuevas exigencias. Las escuelas y su currícula continúa anestesiada en saberes desconectados de la realidad histórica.

¿Qué pasó en estos países que los cambios no perduraron?

¿Por qué el pueblo no continuó con procesos que benefician a la mayoría pobre de la población?

Porque pobre con dinerito compra, consume y sueña a lo pequeño burgués.

Pobre con dinero aspira a más dinero…

Barriga llena y cabeza vacía puede irse feliz a disfrutar la fiesta de barrabás.

Barriga llena corazón contento… el cerebro que no chingue.

No nos engañemos: sin una profunda transformación de la escuela que incluya la educación popular descolonizada como centro de todo el proceso continuaremos con la escuela lancasteriana otros doscientos años más.

Ese será el grave error de esta cuarta transformación…

Se tiene miedo de hacer lo definitivo en el plano educativo.

Si no se piensa en una reforma educativa que eduque la conciencia histórica de este pueblo que lleva más de 500 años sirviendo al capital nacional y extranjero, regresaremos a las arenas contaminadas de las playas a utilizar nuestras cremas antisolares y a sonreír la suerte del pollo que dejan pa gallo…

¿Por qué el presidente no le entra de frente a la educación…?

En el plano educativo no vale lo demócrata o lo dictador…

Acá no se trata de votaciones o ponernos de acuerdo…

Si pidió una disculpa a España es porque entiende, al menos el inicio, del enorme problema que enfrentamos.

Si no educamos al pueblo descolonizadamente, estos seis años serán solo un pequeño paseo por las nubes para luego caer a nuestra realidad gravitatoria de los últimos cuarenta años.

Si ya el presidente reconoció que hay prensa fifi.

Si el presidente ya reconoció que hay empresarios corruptos…

Por qué no reconocer que también hubo y hay educación fifi… que en pocas palabras es la educación al servicio de la ideología neoliberal contra la que él lucha.

Los educadores mexicanos llevan años enfrentados al neoliberalismo educativo, a la prensa fifi y a los empresarios corruptos; y son ellos, los maestros de la CNTE, señor presidente, los únicos que pueden lograr que esta hermosa cuarta transformación se transforme en el carácter de un pueblo descolonizado y libre. Sin educación descolonizada no habrá verdadera libertad.

El presidente debería entender que en México hubo y hay una educación heredera de la educación del porfiriato con una enfermiza vocación servil. Una educación fifi contra la que estamos luchando.

El presidente debe entender que la reforma educativa es la quinta esencia de la reforma del país y que tal como se reforme ella será el México que tendremos en seis años.

AMLO es una persona decente, yo apuesto por él… pero en el plano de la educación no está listo para lo que se necesita y su error más drástico es poner un secretario de educación al que no le importa la educación.

(Con Barragán nos vamos al despeñadero)

Según se nos dice; Si no logramos ponernos de acuerdo los maestros regresaremos a la educación anterior a Peña; esto es la de Salinas…

Qué soberano disparate… La misma educación salinista, de fox o calderonista que impidió la movilización total del pueblo oprimido porque nos robó la conciencia histórica. La educación del «Comes y te vas», arrodillada a los intereses del amo.

La educación que implementaron estos señores no servía como tampoco sirvieron sus gobiernos.

Qué se solicita de nosotros… Ponernos de acuerdo con Gordillo, la corrupta… solo eso nos piden a los maestros que hemos dado la vida por defender la dignidad y el derecho del pueblo a la emancipación.

Pues piden jucho señores.

Sentarse con Elva y sus secuaces a discutir de educación sería como que el señor presidente se sentará con la prensa fifi a debatir su estrategia comunicacional. O como que se sentará con los empresario corruptos a discutir cómo salvar al país del desastre que ellos mismos crearon.

Se le pide a los educadores lo que los educadores no pueden hacer; pues la izquierda puede aceptar cualquier clandestinidad menos la clandestinidad moral.

Los educadores han demostrado su congruencia con creces: ni antes ni luego del primero de diciembre se entregaron a charrismos ni traiciones éticas.

Oaxaca, por ejemplo, tiene una propuesta educativa, también otros estados… por qué no se la analiza para que comprenden de qué estamos debatiendo.

No estamos discutiendo sólo de evaluación o permanencia; se trata de aceptar que tenemos derechos a educar a nuestros hijos con «Un rostro propio y un corazón verdadero».

La propuesta educativa del PT es la más congruente que se ha presentado, porque MORENA no la asume de una vez y la defiende hasta las últimas consecuencias.

Creo que no se podrá hacer la cuarta transformación sin descolonizar a la educación y esto no podrá hacerse con miedo.

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