España: Educación fija un contenido mínimo común del 70% en la Selectividad

Europa/España/11 Diciembre 2016/Fuente: elmundo/Autor: OLGA R. SANMARTÍN

En la vieja Prueba de Acceso a la Universidad, las comunidades autónomas y las universidades no tenían ningún mínimo obligatorio en toda España

La nueva prueba de acceso a la Universidad tendrá al menos un 70% de contenidos comunes en toda España. Así lo establece el último y previsiblemente definitivo borrador de orden ministerial, al que ha tenido acceso EL MUNDO, que determina las características de esta evaluación que los alumnos de 2º de Bachillerato tendrán que realizar el próximo junio si quieren cursar una carrera universitaria.

El examen es muy similar a la antigua Selectividad, pero hay alguna diferencia. Por ejemplo, en la normativa de la vieja Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) no se especificaba por parte del Gobierno ningún mínimo de contenidos comunes a todo el Estado.

Ahora sí, pero este 70% de competencia estatal ha llenado de dudas a los juristas. Los servicios jurídicos del Consejo Escolar del Estado, cuya Comisión Permanente analizará esta orden ministerial el próximo martes, consideran que el porcentaje «no se ajusta» a lo que dice la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), según las fuentes consultadas.

Las mismas fuentes añaden que, para que la orden «se corresponda con» la denominada Ley Wert, los contenidos de la nueva Selectividad deberían ser fijados«en su totalidad» por el Ministerio, salvo en el caso de las asignaturas de lenguas cooficiales.

Apuntan también que «la orden ministerial no deja claro quién determina el otro 30», si las comunidades autónomas o las universidades, provocando una indefinición que puede causar problemas a la larga.

El asunto de los porcentajes en el reparto competencial de la educación ha sido siempre un tema espinoso para el PP. La Ley Orgánica de Educación (LOE) del PSOE dejaba bien claro que el 55% de los contenidos curriculares era común para toda España en las comunidades con lengua cooficial, mientras que, para las que no tenían lengua cooficial, era del 65%.

Cuando José Ignacio Wert llegó al Ministerio, quiso elevar esos porcentajes al 65% y al 75%, respectivamente. Debido a la presión autonómica tuvo que desechar esta idea y, finalmente, optó por cambiar el sistema de arriba abajo. Prescindió de los porcentajes y estableció un nuevo reparto de asignaturas: las materias troncales para el Gobierno y las de libre configuración autonómica para las comunidades. Entre medias estaban las materias específicas. Las reválidas ya se encargarían de exigir que todos los alumnos estudiaran lo mismo en toda España.

El problema es que las reválidas han quedado reducidas a la mínima expresión y ya no pueden ejercer esta tarea unificadora. Pero sigue vigente una ley, la Lomce, que los nuevos cambios realizados en aras de llegar a un consenso educativo deben respetar hasta que se sustituya por otra.

El borrador de orden ministerial dice en su artículo 8, refiriéndose al «contenido de las pruebas» de Bachillerato, que «al menos el 70% de la calificación de cada prueba deberá obtenerse de estándares de aprendizaje evaluables seleccionados entre los definidos en la matriz de especificaciones de la materia correspondiente».

El enunciado es enrevesado, pero todas las fuentes consultadas lo traducen igual: en cada prueba debe haber un mínimo del 70% que responda a los «estándares de aprendizaje evaluables» que el Ministerio concreta en el anexo de la orden. El objetivo final, interpretan, es «unificar los contenidos de toda España».

Algunas fuentes educativas opinan que «va a ser imposible de cumplir con este 70%». «Es un deseo más voluntarista que realista, pero no hay inspectores en el Ministerio de Educación que puedan vigilar que se respete este porcentaje. Además, ¿qué pasará si no lo cumplen?¿Va a tomar medidas el Ministerio contra las comunidades en un momento en que ha hecho la vista gorda cuando ha habido varias que no han cumplido la prueba de 6º de Primaria?», reflexionan.

Y se preguntan si, a seis meses de que se celebren estas pruebas, los profesores, que ya han recibido instrucciones de sus comunidades autónomas sobre el contenido de los currículos, se van a poner a seguir a partir de ahora los «estándares de aprendizaje evaluables» del Gobierno.

Fuente de la noticia: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/12/11/584c4cb1268e3e3e7d8b459f.html

Fuente de la imagen:http://e01-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/12/10/14813950183533.jpg

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España: El campo de minas que Wert le dejó a Méndez de Vigo en la Lomce

Europa/España/29 de noviembre de 2016/Fuente el mundo

La reforma educativa del PP tiene «ocurrencias» que causan problemas al llevarse a la práctica

No figuran en el orden del día de la Conferencia Sectorial de Educación que se celebra hoy, pero también serán objeto de debate durante los próximos meses

José Ignacio Wert dejó un campo de minas en la Lomce, bombas supuestamente pedagógicas que, en estos tres años de implantación de la reforma educativa del PP, han comenzado a estallar en las manos de profesores y alumnos provocando temblores en las aulas. Estas «chapuzas» y «ocurrencias legislativas», como las definen respetables miembros de la comunidad educativa de todo signo político, han obligado a Íñigo Méndez de Vigo, a los consejeros autonómicos y a los rectores a convertirse en artificieros que trabajan ahora para desactivar aquellos explosivos que no han llegado a detonar por no haberse aplicado aún, como es el caso de las reválidas.

La suya es una complicada labor de desmontaje jurídico que tendrá que ampliarse cuando la Lomce sea sustituida por otra ley. Hay consenso en la comunidad educativa de que minas como los currículos, el nuevo reparto competencial, el plan del castellano o el recorte de la Filosofía no han cumplido los objetivos para los que se diseñaron y deben ser retiradas de la escuela. Estos temas, que no figuran en el orden del día de la Conferencia Sectorial de Educación que se celebra este lunes, también serán objeto de debate durante en los próximos meses:

1. El nuevo reparto competencial

Uno de los fines que perseguían los autores de la Lomce era que todos los alumnos de España tuvieran los mismos conocimientos comunes independientemente del territorio en el que estudiaran. Pero, según las fuentes consultadas, la ley «ha generado efectos contrarios y, en la práctica, ha sido menos centralizadora que la LOE [la norma anterior, del PSOE]». Las mismas fuentes explican que la Lomce «no garantiza un enfoque común suficiente en todo el Estado». ¿Por qué? Porque no detalla el número mínimo de horas que debe tener cada asignatura ni especifica qué contenido tiene que impartirse en cada curso, como hacía la LOE. Estos «errores», unidos al hecho de que la Lomce permite a los gobiernos regionales poner las materias que consideren oportunas (por ejemplo, Educación para la Ciudadanía), han dado «más márgenes de libertad a las comunidades autónomas» para maximizar la carga lectiva de unas materias en detrimento de otras.

2. Los currículos

Los profesores están «desconcertados» con los currículos de las asignaturas de Primaria y Secundaria. Intentan hacer «lo que pueden» a partir de unos decretos que no sólo son «de un grado de detalle, concreción y dirigismo excesivos», sino que tienen «enunciados contradictorios y mal redactados, con faltas de ortografíay sin tildes, indefinición sobre la extensión que deben tener los contenidos y conceptos ambiguos» tanto en la definición de contenidos, como en los criterios de evaluación y en los estándares de aprendizaje, «que a veces no tienen una relación obvia entre sí». Un ejemplo: en la asignatura Cultura Audiovisual, que se imparte en Bachillerato, los docentes tienen que elaborar un material didáctico «sin que exista texto de referencia alguno» a partir de enunciados tan crípticos como éste: «Trascendencia de la valoración expresiva y estética de las imágenes y de la observación critica [sic] de los mensajes».

3. El tijeretazo a la Historia de la Filosofía

La Lomce quiso reforzar las Matemáticas y la Lengua, pero eso suponía quitarle peso a otras materias: las enseñanzas artísticas, la Tecnología y la Historia de la Filosofía. La ley despojó a esta asignatura de su carácter obligatorio, lo que hizo intervenir a nueve comunidades autónomas, tres de ellas del PP, que este curso han reparado el error y la han blindado en su programación autonómica.

4. El plan del castellano

Sólo medio centenar de padres ha obtenido el aval del Gobierno para escolarizar a sus hijos en castellano en centros privados de Cataluña. El fracaso de la medida de Wert para equiparar catalán y español en las aulas catalanas ha quedado en evidencia con la reducción de las ayudas en un 80%.

5. El fin del distrito único

Con la idea de parecernos a Europa, Wert puso en la Lomce que cada universidad pudiera poner sus propias pruebas de acceso para seleccionar a sus nuevos alumnos. Esto, en la práctica, supuso la ruptura del distrito único, que permitía que la nota que sacara un alumno en Andalucía le sirviera para estudiar en Madrid y obligaba a los estudiantes a ir peregrinando por los campus haciendo exámenes distintos. Entre los rectores y el equipo de Méndez de Vigo han hecho encaje de bolillos para, sin desvirtuar lo que dice la Lomce, mantener la Selectividad prácticamente como estaba antes.

6. Las reválidas

Para subir la exigencia académica y evitar las diferencias entre las autonomías, Wert quiso examinar de lo mismo el mismo día a todos los alumnos de España. Pero no pensó que era una idea «difícilmente llevable a la práctica», según varias fuentes. La medida de poner a profesores ajenos a los centros a supervisar y corregir los exámenes generó todo tipo de problemas logísticos en varias regiones en una prueba tan sencilla como la que se estrenó el curso pasado en 6º de Primaria. Los que llevan tiempo en el mundo educativo consideran que la reválida de la ESO -que Méndez de Vigo finalmente ha dejado reducida a una pruebamuestral sin efectos académicos«no tenía ningún sentido». «Era un disparate someter a chicos de 16 años a cuatro días de exámenes para darles un título que no tiene ningún valor y que les excluye del sistema educativo si suspenden», opina una fuente. En realidad, la reválida de la ESO nunca estuvo en el acervo educativo del PP, a diferencia de la de 1º de Bachillerato, una prueba que se realiza en buena parte de los países de nuestro entorno. «Fue otra de las ocurrencias de Wert», lamenta otra fuente educativa cercana alPP, que añade que, «como consecuencia del despropósito de la evaluación de la ESO, va a desaparecer también la prueba de Bachillerato, que hubiera sido positiva para mejorar el sistema educativo».

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