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Insta Derechos Humanos a impulsar lectura y escritura

www.terra.com/24-04-2017

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó a las autoridades educativas a impulsar el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura, como parte de la obligación general del Estado de garantizar el derecho a la educación de todos los mexicanos.

En ocasión del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, destacó la necesidad de garantizar a la sociedad el pleno acceso a la alfabetización y fomentar la lectura, actividades que resultan fundamentales para disfrutar de otros derechos y generar integración social, en igualdad de condiciones.

En un comunicado, el organismo defensor informó que el analfabetismo constituye un obstáculo que restringe sensiblemente el goce y ejercicio de derechos humanos, entre ellos a la educación.

Los derechos humanos a la educación y la protección de los intereses morales y materiales que corresponden de las producciones científicas, literarias o artísticas se encuentran plenamente reconocidos por la Constitución Política y los tratados internacionales, acotó.

Al citar cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), indicó que en México aún hay cinco millones de personas en condición de analfabetismo, quienes no pueden ejercer plenamente sus derechos fundamentales, especialmente a la educación.

Ante ello, la CNDH llamó a la población en general a adoptar la lectura como un hábito positivo, así como a considerar que, además de ser el vehículo más importante para el aprendizaje, permite acceder a la cultura y al conocimiento en general.

De igual forma, agiliza la mente, logra un mejor razonamiento y facilita explorar todo aquello que nos rodea, y es una sana distracción.

Recordó que el Derecho de Autor se encuentra catalogado como un derecho humano, tal como lo establecen, entre otros, el Artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el Artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), celebrada en París en 1995, decidió instituir el 23 de abril como el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor para rendir homenaje universal a los libros y los autores.

La celebración se instituyó para alentar a todos, y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y a valorar las irremplazables contribuciones de aquellos quienes han impulsado el progreso social y cultural de la humanidad.

*Fuente: https://www.terra.com/noticias/mundo/latinoamerica/insta-derechos-humanos-a-impulsar-lectura-y-escritura,61361a32d41223cdd7afe836fad33c50rmndzrbs.html

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Venezolana gana premio a la educación en Australia

Venezuela – Australia/14 de marzo de 2017/Fuente: Noticias.com.ve

Isabel Osuna Gatty recibió el Australian Trainning Award por la Excelencia en Práctica de Lenguaje, Alfabetización y Numeración luego de 15 años educando e innovando.

Amor por la educación, así podrías definir una vida dedicada a la enseñanza y precisamente, eso es lo que puedes percibir al conversar con Isabel Osuna Gatty, una maestra venezolana que ha dejado huella en su país y ahora se encuentra sembrando futuro en una latitud un tanto remota de donde su corazón nació.

En noviembre de 2016 Isabel Osuna Gatty recibió el  Australian Training Award por la Excelencia en Práctica de Lenguaje, Alfabetización y Numeración, pero ¿Dónde comenzó todo esto? Este galardón es una pequeña cosecha de una pasión de más de 40 años.

Para cambiar el mundo solo necesitas disposición

Una pequeña pizarra de tiza en el patio de su propia casa en El Trigal, Valencia fue el primer lugar donde Isa comenzó a dar clase. Estaba apenas en cuarto grado de primaria pero la sensibilidad por sus vecinos con Síndrome de Down quienes no estudiaban en una escuela, le hizo determinarse a enseñarles.

Pidió a su papá colores, plastilina y papel y así arrancó con las primeras clases.

“Ellos estaban disfrutando su creatividad y no  sentían que estaban en la escuela, pues realmente, yo estaba en cuarto grado cuando empecé a hacer todo esto”

Un dato curioso es que años más tarde, Isa recibió un agradecimiento de la madre de una de las niñas a quien daba clase, quien se convirtió en atleta paralímpica años más tarde, esta es solo una de tantas historias de gratitud.

“Quería aprender de todo”

“Estudié literatura inglesa y artes y dentro de eso, estudié periodismo, publicidad, mercado, linguística y bueno un montón de otras materias super interesantes porque lo que yo quería era aprender”, expresó la ganadora del premio australiano.

Al volver de cursar estudios en los Estados Unidos, Isa se forma en la Universidad Central de Venezuela con un curso para la enseñanza del inglés como segunda idioma, pero también estudió con el Sistema de Turismo Venezolano, además de cursar diseño gráfico, publicidad.

“Siempre me ha gustado el arte porque me gusta pintar y siempre me ha gustado escribir, esas son las dos cosas que siempre me ha gustado”

Se estableció como profesora de Inglés en El Junquito con un laboratorio de Idiomas al servicio de los vecinos del Sector mientras también educaba en empresas privadas pero en 2000 la situación del país respecto a la enseñanza de idiomas extranjeros la hizo pensar en emigrar.

Finalmente el amor la dirige hacia Australia al conocer a quien es su esposo y llega a Sydney en 2001, allí emprende un nuevo rumbo en una latitud lejana de estas tierras tropicales.

¿Cómo emprender en un país con una cultura tan diferente?

“A pesar de que yo hablo inglés perfectamente, Australia es un país que por su aislamiento mundial es un país muy cerrado, donde las personas se juzgan rápidamente. Aquí la gente sufre el síndrome de la Amapola Alta, el sindrome dice que si una Amapola es más alta que el resto hay que cortarla”

“La educación es lo más importante en la vida de una persona”

“Es una cuestión cultural, la cual ha sido mi mayor desafío, pero para mí, siempre he dicho que la educación es lo más importante en la vida de una persona, cuanto más te educas y cuanta más información tengas, más poder tienes”.

Sin expectativas laborales y dispuesta trabajar en cualquier cosa, en seis semanas Isa consigue un permiso para trabajar como profesora y con la ayuda de un psicólogo organizacional, quien curiosamente amaba a Venezuela, obtiene sus primeros empleos enseñando en centros comunitarios y centros de educativos con cursos cortos para adultos.

Allí continuó con una labor que ya venía haciendo en Venezuela con su comunidad.

Con 40 años comienza a trabajar con jóvenes, aprovechando su energía y vitalidad.

“Mi corazón está en la enseñanza”australian_awards

Recibir el Australian Training Award fue un gran orgullo para ella como mujer y emigrante.

“La acumulación de 15 años de trabajo, estableciendo programas” y recursos para luchar por la enseñanza del inglés  en los australianos en un país donde el 46% no sabe leer y el 53% no  sabe interpretar medidas.

Los Australian Training Award son los máximos premios nacionales para el sector de la educación y la formación profesionales.

“Fue bonito recibir ese premio como culminación de una carrera de pasión de toda la vida”

Isabel Osuna Gatty desea ayudar a otros venezolanos en el mundo. Por eso ha lanzado un sitio web de asesoramiento ¡Aquí lo puedes ver!

Para cerrar la entrevista a Noticias.com.ve Isa nos dio una serie de tips para ser venezolanos emprendedores desde Venezuela o cualquier lugar del mundo.

¿Qué le dirías a los jóvenes venezolanos?

-¡Siempre hay maneras de surgir y  hay que buscarlas!

“Hay que leer y aprender todos los días (…) aprende todos los días nunca dejes de estudiar. Hay momentos en los que a veces piensas que no hay oportunidades. Siempre hay algo que hacer, siempre hay alguien que te puede ayudar Siempre hay algo que te llame la atención”

“Si tu sigues tu pasión tu puedes hacer lo que quieras, pero hay que seguir estudiando, hay que seguir aprendiendo(…) Tengo que seguir aprendiendo porque el mundo cambia”.

Fuente de la Noticias:

Venezolana gana premio a la educación en Australia

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Entrevista a Emilia Ferreiro: Si los docentes no leen, son incapaces de transmitir el placer de la lectura

Fuente: OEI

Entrevista realizada por Mariana Otero a Emilia Ferreiro

La educadora argentina Emilia Ferreiro, quien revolucionó la lectoescritura, asegura que si los docentes no leen son incapaces de transmitir placer por la lectura. Dice que todos los chicos pueden aprender si los maestros se lo proponen. Para la investigadora, la escuela es muy resistente a los cambios porque siguen instaladas viejas ideas.

Emilia Ferreiro casi no necesita presentación. Para el mundo de la educación es un referente indiscutible, que revolucionó la enseñanza de la lectoescritura y que realizó numerosos aportes a la alfabetización en el mundo.

Es argentina, pero está radicada en México desde hace más de dos décadas. Su tesis de doctorado fue dirigida por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra. Hace años que recorre América y Europa dando conferencias y capacitaciones a docentes; es autora de innumerables artículos científicos y libros y fue reconocida varias veces como doctora honoris causa por diversas universidades, entre ellas la Universidad Nacional de Córdoba (1999).

La investigadora del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México estuvo en Córdoba invitada por la Facultad de Psicología de la UNC. En diálogo con La Voz del Interior , aseguró que el docente no puede seguir haciendo tareas burocráticas, que debe profesionalizarse, que todos los chicos pueden aprender si tienen un maestro que crea que pueden lograrlo y que la escuela se resiste a los cambios que no genera ella misma. A continuación, un extracto de una larga charla.

–¿Qué puede hacer la escuela para evitar el fracaso escolar?

–El fracaso escolar tiene varias caras (…) Voy a hablar de los aprendizajes vinculados con la lengua. La alfabetización inicial o tiene lugar en los primeros años de la primaria o es un déficit que se arrastra muy mal. Incluso en casos donde no hay percepción de fracaso puede haber fracaso con respecto a lo que significa alfabetizar. Hoy nadie puede considerarse alfabetizado si está en situación de comprender mensajes simples, saber firmar o leer libros con léxico y sintaxis simplificada. Desde finales del siglo XX estamos asistiendo a una revolución en la que la digitalización de la información es parte de la vida cotidiana y la escuela ni se ha dado cuenta. Entonces sigue preparando para leer un conjunto limitadísimo de textos, sigue haciendo una alfabetización para el pizarrón. Trabajar con la diversidad de textos y alfabetizar con confianza y sin temor a circular a través de los múltiples tipos de textos y de soportes textuales del mundo contemporáneo es indispensable.

¿Se puede decir que la escuela sigue siendo demasiado conservadora para niños de la era tecnológica?

–El sistema escolar es de evolución muy lenta. Históricamente ha sido muy poco permeable a cambios que la afectaban. Dos ejemplos: cuando apareció la birome, la primera reacción del sistema educativo fue “eso no va a entrar acá porque arruina la letra”, y la escuela le hizo la guerra a ese instrumento: una guerra perdida de antemano (…) Lo mismo hizo cuando aparecieron las calculadoras de bolsillo y dijeron “eso va a arruinar el cálculo escolar y no van a entrar”. Y entraron con muchas dificultades, hasta que en algunos lugares descubrieron que podía hacerse un uso inteligente de la máquina de calcular. En ese contexto hay que ubicarse. La institución escolar siempre ha sido muy resistente a las novedades que no fueron generadas por ella.

–Ahora se resiste a la computadora.

–Es una tecnología de escritura y tiene ventajas innegables para la enseñanza. La primera reacción es de desconfianza. El primer acto reflejo es que si nos traen una, la ponemos con llave.

–¿Se puede alfabetizar igual en diferentes contextos sociales y culturales y con recursos distintos?

–Hay cosas que van a ser iguales y otras que son necesariamente distintas. Algo que les digo siempre a los maestros es: “¿Usted no sabe qué hacer el primer día? Lea en voz alta”. La experiencia de escuchar leer en voz alta no es una experiencia de todos los chicos antes de entrar a la escuela y es crucial para entender ese mundo insólito que tiene que ver con que hay estas patitas de araña (muestra las letras) en una hoja y que suscitan lengua.

–Es otra forma de enseñar a leer y escribir…

–Más que empezar con la pregunta típica de cómo hago para enseñar a leer y escribir, primero hay que enseñar algo acerca de lo que es la escritura y para qué sirve. El maestro tiene que comportarse como lector, como alguien que ya posee la escritura. La gran diferencia entre los chicos que han tenido libros y lectores a su alrededor y los que no los han tenido es que no tienen la menor idea del misterio que hay ahí adentro. Más que una maestra que empieza a enseñar, necesitan una maestra que les muestre qué quiere decir saber leer y escribir. Cuanta menos inmersión haya tenido antes, más hay que darle al inicio.

–¿El docente es consciente de que esta es una buena manera de enseñar a leer y escribir? Hay investigaciones que dicen que los maestros no leen.

–Ese es uno de los dramas del asunto porque se habla mucho del placer de la lectura, pero ¿cómo se transmite ese placer si el maestro nunca sintió ese placer porque leyó nada más que instrucciones oficiales, libros de “cómo hacer para”, leyó lo menos posible. Es muy difícil que ese maestro pueda transmitir un placer que nunca sintió y un interés por algo en lo que nunca se interesó. En toda América latina el reclutamiento de maestros viene de las capas menos favorecidas de la población. En muchos casos no hay aspiración a ser maestro. Y en ese sentido cambió, pasó de ser una profesión de alto prestigio social a una con relativo bajo prestigio social.

–¿Cuánto influye eso en la alfabetización de los niños?

–Mucho, porque si alguien está haciendo lo que hace porque no pudo hacer más, se va a sentir frustrado; y la frustración profesional no ayuda al ejercicio profesional.

Una escuela vieja. –¿Se avanzó en el modo de alfabetizar?

–Hay una visión muy instrumentalista que piensa lo mismo desde hace tantas décadas que da hasta lástima decirlo. Dice: “Primero vas a aprender la mecánica de las correspondencias grafofónicas y para eso mejor que ni pienses porque es un ejercicio mecánico de asociación de correspondencias. Después vas a aprender de corrido, y después vas a entender lo que estás leyendo y después, quizá, te venga esa cosa desde algún milagro llamada placer por la lectura”. En realidad, el placer por la lectura entre los chicos que tienen lectores a su alrededor es lo primero que se instala (…) Es lo primero, no lo último.

Esta tendencia del placer antes que lo instrumental no está en práctica; seguimos con las viejas teorías. ¿Cómo se revierte eso?

–No es fácil. Lo que no consigo es que me den la lógica de la visión opuesta. Por ese lado hice investigaciones que revelan que los chicos piensan sobre la escritura antes y que lo que piensan es relevante y que es bueno tenerlo en cuenta.

–¿Sigue en vigencia esa idea de que el maestro es la autoridad que les enseña a niñitos que no saben nada?

–Siguen instaladas viejas ideas que son parte de la lentitud del sistema para reaccionar. A veces con el razonamiento de que si siempre se hizo así para qué cambiar (…) Una de las tendencias es regalarle el fracaso a la familia o al niño y no asumir la responsabilidad de que todos los chicos pueden aprender y deben aprender. Andan buscando desde antes que empiece el año escolar quiénes van a repetir o quiénes son los disléxicos o los que tienen alguna patología por la cual la cosa no va a andar. Y realmente todo cambia muy fuerte cuando el maestro dice “aquí no va a haber repetidores” y cuando asume desde el inicio que “aquí van a aprender todos”. Eso exige un involucramiento fuerte del maestro con el aprendizaje; ahí entramos en otra vertiente, en la que el oficio del maestro se ha ido burocratizando cada vez más y desprofesionalizando al mismo tiempo. Recibe instrucciones y las ejecuta: esa es la definición de un burócrata. En tanto, el profesional es el que sabe lo que está haciendo, por qué lo está haciendo y tiene una racionalidad y una especificidad que puede defender profesionalmente.

–¿Cómo se hace para sacar adelante a niños que concurren a escuelas donde hay un libro cada 40 alumnos, sin biblioteca ni computadora y el docente, además, atiende situaciones familiares, psicológicas?

–Enseñar a leer y escribir bajo los bombardeos es difícil. Cuando un maestro está convencido de que puede hacer algo termina descubriendo la manera de hacerlo, y si deja que el malestar general lo apabulle no va a poder hacer nada. Si acepta estar ahí es porque cree que algo puede hacer. Si forma parte de la desesperación colectiva, si se deprime junto con el ambiente, no va a poder hacer nada. Pero hay maestros creativos que consiguen llevar adelante algo que da esperanza… El maestro tiene que decir “aprender es posible”, como el médico decir “la salud es posible”.

Fuente: Redes OEI

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La enseñanza inicial de la lengua escrita

Europa/España/Octubre 2016/Maria Clemente Linuesa/http://cedoc.infd.edu.ar/

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La alfabetización de toda la población a un nivel alto constituye hoy un gran reto. En los casi cuatro mil años de existencia de la escritura, leer y escribir no había sido un fenómeno generalizado como pretendemos que lo sea. Este reto no sólo es social, tiene una vertiente pedagógica muy importante: la de facilitar que millones de personas sean lectores competentes. Durante siglos se han mantenido prácticas docentes sobre la enseñanza de la lengua escrita esencialmente idénticas a las que se realizaban en Grecia, donde se inventó el alfabeto. Más allá de quienes aprendieran a leer y escribir o cuales fueran las finalidades de la lectura, lo cierto es que los métodos y formas de hacerlo se mantenían con patrones y modelos idénticos a los griegos (Clemente, 2004). Hasta el siglo XVIII no se produjeron sino pequeños cambios, que se hicieron algo más notables a principios del siglo XX, con el nacimiento de la Escuela Nueva. No obstante, esas aportaciones fueron muy intuitivas, surgidas de la visión de maestros innovadores, y muy centradas en la pugna entre los métodos: el fonético y el global. No se contaba con investigación específica en el tema de la lengua escrita. Hoy disponemos de un importante cuerpo teórico que desde diferentes enfoques ha iluminado este campo de forma notable. El conocimiento teórico que se ha derivado de la investigación sobre el aprendizaje de la lectura ha tenido un desarrollo extraordinario durante las últimas décadas. Se han conformado e incluso confrontado diversas tendencias, que desde ópticas y presupuestos particulares han intentado dar luz sobre cómo se enseña y aprende a leer, qué derivaciones prácticas podemos extraer de esas aportaciones y qué teorías son más relevantes o más adecuadas para la enseñanza.

La teoría psicolingüística Las teorías que se han desarrollado en los últimos tres decenios sobre la lengua escrita y su enseñanza han aportado un importante y sustantivo conocimiento. Sin embargo, como hemos indicado repetidamente, no podemos hablar de una teoría general al respecto, sino de aportaciones parciales sobre el tema, consecuencia de que cada una de ellas ha incidido en la indagación sobre alguno de los aspectos constitutivos de la propia lengua escrita y también de su enseñanza. Es decir, la investigación se ha centrado en alguno de los aspectos pero no en todos. Para unos, lo importante era cómo mostrar al aprendiz lo interesante que es ser lector, centrarse en los aspectos funcionales de la lengua escrita; para otros, se trataba de dar explicaciones sobre los procesos cognitivos que ocurren cuando leemos, por señalar tan sólo dos ejemplos representativos de las corrientes más conocidas. Vamos, pues, a ir desarrollando las distintas teorías. Una de las corrientes o líneas de investigación más desarrolladas y fructíferas es, sin duda, la teoría psicolingüística, que ha centrado su atención en estudiar los procesos cognitivos involucrados en la lectura, aportando modelos teóricos que permiten determinar cuáles son esos procesos, cuáles son las diferencias entre expertos y novatos e identificar qué componentes funcionan mal en aquellos individuos que muestran problemas en este aprendizaje. Todo ello bajo el supuesto de que esos procesos son idénticos en cualquier contexto, y con la convicción de que es posible analizar objetivamente al sujeto lector, obviando su medio social y la cultura a la que pertenece. Los psicolingüistas hacen del estudio del aprendizaje de la lectura su gran reto intentando responder a varias cuestiones: qué es un lector hábil (Morais, 1998), cuáles son las vías de acceso al léxico interno, qué papel juega la fonología en el aprendizaje de la lengua escrita y qué supone comprender un texto. Este conocimiento permitirá poner en marcha propuestas didácticas que ayuden a los sujetos a desarrollar esos procesos y a diseñar estrategias de intervención educativa adecuadas a los problemas reales que presentan los aprendices.

Desde el punto de vista del lector novel, este modelo tiene algunas singularidades, como por ejemplo que la vía fonológica juegue un papel predominante al inicio de la enseñanza de la lectura, en tanto el aprendiz se apropie del principio alfabético, que es lo que hace productivo al sistema mismo, y en tanto que no sea un lector avezado capaz de utilizar la vía directa de forma productiva y automática, que, dicho sea de paso, se consigue, como parece obvio, leyendo mucho. La construcción de la vía alfabética, según los estudios, sí parece necesitar mediaciones más explícitas que tienen mucho que ver con el análisis del propio lenguaje oral y con el desarrollo de ciertas habilidades metalingüísticas. Vamos a abordar este asunto con más detenimiento dada su repercusión en el tema, intentando responder a la pregunta: ¿Qué papel juegan las habilidades metalingüísticas en el aprendizaje de la lengua escrita?

En primer lugar debemos asumir que existen habilidades que permiten al sujeto centrar la atención sobre la lengua y reflexionar acerca de su naturaleza, estructura y funciones. Serían de cuatro tipos: conocimiento fonológico, conocimiento, de la palabra, conocimiento sintáctico y conocimiento pragmático. Dentro de ellas, la que más atención ha recibido por parte de los investigadores en lectura ha sido la del conocimiento fonológico, debido a la propia naturaleza de la escritura alfabética que asigna, generalmente, una representación gráfica distinta a cada fonema de la lengua. De ahí que, para dominar los procesos de lectura y escritura y hacer productivo el sistema, los niños deban aprender las correspondencias entre los sonidos individuales del lenguaje, los fonemas y las letras que representan estos sonidos (los grafemas). Para ello, deben ser capaces de centrar su atención sobre los sonidos y acceder a la fonología de su lenguaje, es decir, deben ser capaces de manipular explícitamente los segmentos fonológicos del habla. Esta habilidad se pone de manifiesto en tareas como contar fonos, invertir fonos, añadir u omitir un fono a una palabra, etc.

Uno de los primeros trabajos que demostró la relación entre el conocimiento fonológico y el aprendizaje de la lectura fue el de Liberman (1973)2 , quien encontró una correlación entre el nivel lector de niños de segundo curso de primaria y los resultados de pruebas de conocimiento fonológico pasados dos años. A este trabajo hay que añadir otros posteriores de muchos investigadores que replicaron sus investigaciones en distintas lenguas. Los estudios de tipo correlacional, denominados longitudinales, pusieron de manifiesto la existencia de una relación entre el conocimiento fonológico y el aprendizaje de la lectura, si bien el problema residía en determinar cuál es la dirección de dicha relación (conocimiento fonológico hacia lectura o al contrario) y la naturaleza de la misma. En un intento de dilucidar esta cuestión, se han llevado a cabo otro tipo de estudios, denominados estudios de entrenamiento (p.e., Bradley & Bryant 1983; Domínguez, 1996, Domínguez y Clemente, 1993), que han intentado determinar cuál es el efecto del entrenamiento en conocimiento fonológico sobre el aprendizaje de la lectura y de la escritura, demostrando que tal actividad facilita el posterior aprendizaje de la lectura y provoca diferencias en los niveles lectores alcanzados por los niños dentro de los dos primeros cursos escolares, lo cual es una evidencia clara de la existencia de un vínculo causal entre el conocimiento fonológico y el aprendizaje de la lectura.

Desde cualquier posición que analicemos el tema de la lectura, seguramente todos estaríamos de acuerdo que el acto de leer tiene como finalidad comprender un texto escrito, del mismo modo que escribir supone la capacidad de producir un texto. Pero adquirir estas capacidades es una tarea mucho más compleja de lo que pensamos. Ello está relacionado con cuestiones no sólo pedagógicas, sino también sociales, culturales y, desde luego, personales. En los últimos años se han realizado importantes avances en este campo de investigación sobre los procesos cognitivos que implica la comprensión (Sánchez Miguel, 1998; Van Dijk y Kintsch, 1983)3 . Se ha revisado críticamente la idea de que la comprensión lectora es un proceso posterior a la automatización del aprendizaje del código (Wray y Lewis, 2000; Cairney, 1992), un punto de vista más desarrollado por la línea comunicativa. Parece bastante asumido que comprender un texto implica abordar cuestiones como: el lector, el texto, las finalidades de la lectura y las ayudas necesarias. La línea psicolingüística se ha centrado especialmente en conocer los procesos cognitivos y textuales de la comprensión, en tanto que la vía comunicativa ha contemplado más las finalidades del acto de leer.

Así pues, resumiendo el modelo desarrollado dentro de la perspectiva psicolingüística, podemos decir que el proceso de comprensión supone: establecer con claridad las intenciones; actualizar los conocimientos previos del que se enfrenta al texto, e interpretar el texto, que a su vez conlleva: reconocer palabras y construir proposiciones (microestructura), construir la idea principal (macroestructura) y reconocer los tipos de texto (superestructura). La posición de la teoría psicolingüística respecto de la enseñanza es clara: conocidos los componentes de la lectura y la escritura, diseñemos programas para que el alumno se apropie y automatice esos componentes. Para algunos incluso se trataría de potenciar habilidades altamente estructuradas a partir de materiales muy específicos para llevarlas a cabo. Para otros dentro de esta línea, asumiendo que hay que trabajar habilidades que sin duda son específicas de la lectura en los sistemas alfabéticos, éstas deben realizarse dentro de contextos apropiados, e integrados en propuestas globales que tengan en cuenta otros aspectos del proceso lector (Clemente y Domínguez, 1999; Yopp y Yopp, 2000). Por poner un ejemplo muy significativo relativo a tareas específicas como las de realizar análisis fonológico, Snow y Juel (2005) subrayan que la dificultad de hacer tales tareas depende de cómo se planteen éstas, más que de una dificultad intrínseca de este componente

Esta perspectiva la constituyen algunas visiones singulares; nos referiremos a las que podrían ser las más representativas: el lenguaje integrado y el constructivismo. Incluiremos en alguna medida la perspectiva de la teoría sociocultural que participa de algunos de estos principios.e de la lectura y provoca diferencias en los niveles lectores alcanzados por los niños dentro de los dos primeros cursos escolares, lo cual es una evidencia clara de la existencia de un vínculo causal entre el conocimiento fonológico y el aprendizaje de la lectura.

Goodman (1995) sostiene que se aprende a leer y escribir como se aprende a entender y hablar de forma oral; aprender supone que el individuo realice interacciones con un medio letrado, con un entorno de materiales impresos. El niño desarrolla su aprendizaje de forma activa en un proceso de interacción con textos y según se suceden los estadios de su propia madurez para ese aprendizaje. Por tanto, se debe propiciar la espontaneidad del aprendiz y reducir al mínimo el papel del docente que debe limitarse a facilitar materiales, textos, que el niño debe explorar y, a partir de esa interacción individual con tales textos y de su propio desarrollo, el pequeño construirá ese conocimiento. Su mayor problema es la identificación que realiza entre lenguaje oral y escrito y la propuesta de que se adquieren de forma idéntica (Clemente, 1997). Con todo, lo más sorprendente es la falta de explicación acerca de cómo se aprende a leer, así como del papel que tiene el docente como mediador del aprendizaje, papel que reducen excesivamente a facilitar un contexto de materiales escritos. Dentro de una línea comunicativa, el constructivismo defiende que los niños construyen la idea de qué es la escritura a través de hipótesis y comprobaciones según sus experiencias con materiales escritos y prácticas de escritura. Ferreiro y Teberosky (1979), Ferreiro, Teberosky y Castorina (2004) y Teberosky y Tolchinsky (2004) defienden que el niño pasa por diferentes etapas para ir dominando este sistema de comunicación y resaltan la necesidad de que el pequeño aprendiz vaya creando textos tanto enumerativos como narrativos aunque sean imperfectos, que poco a poco le lleven a exponer una pequeña idea. Este proceso puede iniciarse con el dibujo, después se realizará con la escritura como forma de representación más exacta y precisa. Por lo que se refiere al aprendizaje del código, lo entienden como un proceso de descubrimiento que pasa por diferentes etapas y no parecen reconocer que deba enseñarse de forma explícita. Ambas tendencias han desaprobado tareas instructivas que tengan que ver con la enseñanza del código por considerar que esto es innecesario, que el pequeño lo descubrirá en su experiencia con la propia escritura, sin admitir que éste es precisamente el gran escollo en la mayor parte de los casos que presentan problemas serios para aprender a leer. Su fallo más notable proviene del énfasis individualista que dan al aprendiz: la idea subyacente de que los estadios son también universales (como eran los procesos en la teoría psicolingüística). La mayor ventaja de estos enfoques estaría en subrayar el valor que otorga al que aprende como sujeto activo, así como el sentido funcionalista que tendría para él este aprendizaje, lo que propiciaría una mayor significatividad. Estas teorías cargan las tintas en el aspecto intencional de la práctica, importa sobre todo el para qué, pero curiosamente se plantean de forma débil el qué, y de forma un tanto indefinida el cómo. // La perspectiva comunicativa /

Esta corriente plantea el conocimiento como un artefacto social, elaborado y sujeto a influencias del contexto socioeconómico y cultural donde se produce, por lo que se concibe como una realidad construida en el marco de una cultura. Según esto, la escritura es considerada como un invento social, cuya naturaleza es de carácter cultural, y por ello su aprendizaje tendrá lugar a partir de un proceso de interacción y ayuda de los miembros formados de una cultura a los que no lo estén. Este paso, que se denomina andamiaje, supone un auténtico proceso de mediación entre los docentes y los alumnos, hasta que éstos dominan ese conocimiento y pueden actuar de forma autónoma. Dentro de esta línea contamos con las aportaciones de Bruner (1991), quien resalta el valor de la narración oral y su relación con el aprendizaje de la lectura, así como el papel de la cultura y de los instrumentos culturales en el desarrollo de los sujetos. También con el punto de vista de Vigostky (1979) sobre el lenguaje escrito y su papel en el desarrollo de los procesos cognitivos, así como, sus pertinentes, aunque poco desarrolladas, indicaciones sobre cómo enfocarlo, planteando una transición por distintos sistemas de representación hasta llegar a la escritura. Las consideraciones más claras que extraemos de este último planteamiento frente a los anteriores son las siguientes: el conocimiento no está basado ni en una realidad objetiva, ni totalmente subjetiva, como defienden respectivamente cada una de las posiciones anteriores, sino en el consenso sociocultural; el aprendizaje de la lengua escrita está totalmente relacionado con la cultura en que esté inmerso el sujeto que aprende, es decir, con los usos y funciones que para su contexto tiene este conocimiento. Por último, se otorga al docente un papel mucho más activo y claro que, por ejemplo, en la perspectiva naturalista: éste debe proponer las tareas que el alumno debe realizar y planificarlas con todo detalle, al tiempo que propiciar actividades que el aprendiz trabaje, primero con ayuda del maestro o de sus iguales, y después autónomamente. En esta corriente el diálogo juega un papel clave y no se considera como algo introductorio y facilitador, sino como el eje del proceso de construcción del conocimiento; en este caso, de la alfabetización. Profesores y alumnos son igualmente importantes y, sobre todo, igualmente activos en el proceso. Tanto de textos de Vygotski (1979, 1982) como de Bruner (1991) extraemos ideas pedagógicas concretas que van más allá de la idea genérica y poco concreta de sumergir al pequeño en un medio letrado, como defienden las teorías naturalistas. Estas características presentan algunas desventajas o complicaciones, como, por ejemplo, que las derivaciones metodológicas que se desprenden de esa interacción entre el individuo y el contexto cultural son bastante complejas, aunque no es poco decir que éstas deben darse. /

Asumiendo los puntos de vista enunciados más arriba, la propuesta que presentamos contempla cuatro dimensiones que debemos tener en cuenta para enseñar a leer (ver figura 2). Esas cuatro dimensiones no son sucesivas, sino que deben ser entendidas como tareas que se ofertan de manera entrelazada en las aulas desde los 3 hasta los 7 años, período que consideramos de forma amplia el de la enseñanza inicial de la lengua escrita. Cada una de ellas consta de tipos de tareas que se deberían llevar a cabo, enmarcadas por o bajo la influencia de una serie de principios o aspectos contextuales que serán los marcos en que éstas adquieran sentido. Veamos cada una de ellas de forma resumida: Hace referencia al porqué y para qué leer, a los aspectos por los que nos sentimos interesados por adquirir ese instrumento que es la escritura. Se sustenta sobre todo en el punto de vista naturalista y constructivista, antes descrito. También la teoría sociocultural aporta conocimiento para dar sentido a esta dimensión, puesto que enmarca culturalmente el sentido que tiene leer y escribir en cada cultura. Se trata dar sentido a lo escrito como sistema de representación en relación con otros sistemas simbólicos, como los gestos, el dibujo y desde luego en los sistemas alfabéticos al lenguaje oral, al que representa. También en esta categoría tenemos la confluencia de la teoría sociocultural, en este caso sobre todo la idea de Vigotski (1979) acerca de los sistemas simbólicos y de la teoría constructivista que, si bien de otro modo, propugna la evolución del dibujo a la escritura.

Dimensión de aprendizaje del código Se refiere a los aspectos que tienen que ver con la comprensión de los textos en su complejidad, poniéndolos en relación con nuestro conocimiento de la realidad. En este caso también desde la psicolingüística se ha realizado una potente investigación que ha permitido comprender los procesos de comprensión textual (Kintsch, 2005). Desde la línea comunicativa se han propugnado formas de trabajo que impliquen la comprensión de la lengua escrita (Cairney, 1992; Pang, Muaka, Bernhard y Kamil, 2003). A continuación presentamos nuestra propuesta didáctica, que resumimos en la figura número 2 además de los principios que enunciaremos al final. Dimensión de comprensión lectora Figura 2 Dimensiones de la enseñanza inicial de la lectura Con las actividades o tareas de la primera dimensión pretendemos que el niño encuentre sentido al aprendizaje de la lengua escrita y aprecie las utilidades, ventajas y satisfacciones que puede encontrar si domina este lenguaje. Que capte que la lengua escrita es un sistema de comunicación que nos permite: * Escribir a personas que están lejos (cartas a niños de otros lugares, a abuelos, etc.). * Leer para otros. Oralizar un escrito (leer un cuento a niños más pequeños). Se trata de realizar tareas que lleven a valorar que aprender a leer le permitirá gozar de relatos maravillosos, tales como: * Narrar textos orales y escritos (contar cuentos, leerles cuentos). * Crear textos de forma oral y escrita entre todos o cada niño con la ayuda del maestro (dándo les apoyos como un dibujo, ofreciendo introducciones a las partes del cuento, caracterizando per sonajes, etc.). Apreciar que con la lectura podrá obtener información de los libros, de internet, para * Adquirir conocimientos (consultar libros con frecuencia para saber algo) * Seguir instrucciones (leer con ellos las instrucciones de un juego nuevo) * Recordar (escribir una nota para recordar lo que llevaremos a una excursión) // Dimensión funcional: funciones de la lengua escrita 1.1 Comunicarse con otros 1.2. Leer por placer 1.3. Obtener conocimiento e información Maria Clemente Linuesa 47 DIMENSIONES 1. ASPECTOS FUNCIONALES 2. SISTEMA DE REPRESENTACIÓN 3. ENSEÑANZA CÓDIGO 4. COMPRENSIÓN LECTORA La segunda dimensión recoge aquellas actividades que permiten ver el lenguaje escrito como un sistema para expresar nuestras ideas y deseos. Para ello se hace pasar al niño por otros sistemas de representación más primarios como son Con la tercera dimensión se pretende abordar la enseñanza explícita del sistema alfabético. Dos grandes tipos de tareas componen esta dimensión La cuarta dimensión se traducirá en tipos de actividades adecuadas para esta etapa de la enseñanza Todas las tareas que tengan que ver con formas gestuales y corporales de representación (hacer mimo, representar cuentos). Nos referimos a hacer ver al niño que la lengua oral tiene componentes y estructuras, en tres niveles: * Conciencia léxica (contar el número de palabras que tiene una frase). * Conciencia silábica: romper las palabras en unidades menores aunque no tengan significado (identificación de sílabas dentro de una palabra, contarlas, sustituir una por otra para formar una nueva palabra, añadir una sílaba para formar otra palabra posible). * Conciencia fonológica: hacer captar al niño la existencia del fonema como unidad mínima de la lengua. El mismo tipo de tareas que en la conciencia silábica, con apoyos gráficos: rodear un grafema dado, identificar todos los fonemas iguales a uno dado y otros. Enseñanza directa del código de escritura., con tareas como: * Enseñar las letras (nombrarlas, reconocerlas, escribirlas, aprender el alfabeto). * Enseñar el sistema de reglas de correspondencia grafema-fonema. * Leer, escribir, componer y copiar palabras. * Leer frases. * Lectura de textos de distintos tipos, fundamentalmente narrativos, también componer y copiar. Utilizar el dibujo como forma de representar la realidad (dibujar una historia, expresar un deseo). Entenderemos que se trabaja esta categoría cuando se propongan actividades que tengan que ver con el lenguaje oral en sus tres dimensiones: * léxico-semántico (nombrar, describir o interpretar; analizar conceptos, familias semánticas); * morfosintáctico (juegos que tienen que ver con la estructura de las frases, comprensión y uso de nexos y utilización correcta de flexiones de género, número y ciertos tiempos); * fonético (ejercicios de discriminación fonética, que no requieren ningún grado de reflexión, tan sólo de distinción entre pronunciar algo correcta o incorrectamente). // Dimensión representacional: la lengua escrita como sistema de representación // Dimensión de aprendizaje del código // Dimensión de la comprensión lectora 2.1. Juego simbólico 3.1. Habilidades metalingüísticas 3.2. Enseñanza explícita del código 2.2. Dibujo 2.3. Lenguaje oral 48 La enseñanza inicial de la lengua escrita 1. Construcción conjunta de ese aprendizaje. Implicación del profesor de manera que se puedan leer los textos y construir el significado de forma colaborativa. 2. El valor que supone que el maestro se muestre como lector. Propiciar tiempos donde el maestro y los niños lean. Hablar de los libros y de la lectura como algo placentero. 3. La utilización de textos próximos al aprendiz que le inciten a leer. Historias que le sean próximas, que le resulten familiares y sugerentes. 4. La importancia de hacer captar el valor social de ser lector y el valor personal de ser lector autónomo. Dar importancia y hablar de los que leen, de los autores, bibliotecarios. 5. La creación de espacios para la promoción del lenguaje escrito tanto en el aula, como en bibliotecas. Llenar el aula de textos escritos, libros de imágenes, cuentos, libros para consultar, acercar al niño lo escrito en general. Llevarlo a la biblioteca como actividad muy normal y cotidiana. 6. Hacer partícipe a la familia de la lectura. Traer libros a casa y llevar del colegio. 7. Promover el intercambio de libros entre los niños. Crear un pequeño fondo con los libros de cada escolar de manera que los puedan tener todos los niños. 8. Realizar salidas a bibliotecas o centros de lectura fuera del propio centro. Propiciar el interés por las bibliotecas externas al centro, incitar el uso del préstamo. Estrategias que pongan en relación lo que vamos a leer con algo ya sabido por el niño (explicar lo que se va a leer, pedir que hablen de ello). Aplicamos estrategias para abordar el texto, en varios niveles. * Microestructura: conocimiento del significado de las palabras, (reconocer palabras, trabajar el vocabulario, sobre todo el nuevo). * Macroestructura ideas principales: hacer comprender el texto en general (hacer resúmenes, dibujar lo leído, poner títulos a textos, etc). * Estructura del texto (conocer las partes de un libro, portada, titulo, índice, inventar un cuento ofreciendo como andamios estructuras como: “érase una vez”, “entonces ocurrió que”, “por lo que”…).

Descargar  aquí:

http://cedoc.infd.edu.ar/upload/La_Formacion_Docente_en_Alfabetizacion_Inicial2.pdf

Fuente :

http://cedoc.infd.edu.ar/upload/La_Formacion_Docente_en_Alfabetizacion_Inicial2.pdf

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El rol de las estrategias de aprendizaje en el Down.

Para la enseñanza de la lectura y la escritura de los chicos con síndrome de Down, la mexicana Alicia Llanas utiliza una metodología que implica una mezcla de diferentes técnicas, tomando como base que ellos  pueden aprender a leer de una forma más natural y rápida, con menos estrés y más apegada a los gustos y necesidades de cada individuo.

Por: Fanny D Arias Ch.

El camino para introducir a los chicos con síndrome de Down en el mundo de laescritura y lectura no es fácil. Aunque más allá de ese hecho, hay que usar una metodología adecuada y ser constante en este trabajo para lograr el éxito.

Así lo indicó la mexicana Alicia Llanas, quien es maestra de apoyo de niños consíndrome de Down con los que trabaja en lectura, escritura, motricidad fina y matemáticas, entre otras habilidades.

La metodología que mejor le ha funcionado es la lectura global, es decir, enseñar a leer palabras completas en lugar de fonemas y sílabas.

Hace una mezcla de diferentes técnicas, tomando como base que las personas con síndrome de Down pueden aprender a leer de una forma más natural, más rápida, con menos estrés y más apegada a los gustos y necesidades del individuo.

Llanas compartió con padres, madres, maestros y tutores de chicos con esta condición, durante la actividad “ Estrategias para iniciar la lectura y escritura en personas con síndrome de Down”, que organizó Down Panamá este fin de semana.

En relación con la elección de los textos escolares, primero hay que hacer adecuaciones, buscar aquellos que sean de letra grande, clara y sin mucho texto, que sea sencillo, indica.

Sin embargo, con el tiempo habrá que ir subiendo la complejidad, señala Llamas, quien es madre de Elías, de 11 años, y Eva, de 8 años, ambos con síndrome de Down.

Llanas, quien también es ingeniera en sistemas, dio a conocer en esta entrevista otros datos que influyen en este proceso.

¿Es primordial un programa de atención temprana antes de la introducción a la lectura?

No, pero la atención temprana le ayudará a mejorar diferentes habilidades que le facilitarán el proceso de lectura y escritura.

¿A qué edad se le puede ir introduciendo en la lectura y la escritura?

Desde muy pequeños. Conozco casos que han iniciado desde los tres meses.

¿A qué edad los niños pueden alcanzar el nivel de lectura correspondiente a un primer grado?

Depende del niño y de la constancia de la familia. Pero en el caso de mis hijos y dos alumnas mías, les tomó dos años aproximadamente.

¿Los niños con síndrome de Down aprender a leer antes de escribir?

En muchos casos sí. La escritura requiere más esfuerzo y a veces la maduración necesaria no se tiene, pero la lectura va avanzando.

¿Qué tan positivo es el uso de la tecnología?

La tecnología es una herramienta que nos pude ayudar mucho, pero considero que es importante manejar tiempos y reglas. Existen aplicaciones, sobre todo, en el Ipad que son muy llamativas y de fácil uso.

¿Cuéntenos sobre su experiencia como maestra de apoyo de niños con síndrome de Down?

Cuando iniciamos el proceso de lectura con Elías, me di cuenta de que él podía más de lo que estaban trabajando donde recibía clases de apoyo, así que lo sacamos y a partir de ese momento me hice cargo de él y su hermana. Este año estaré trabajando en la escuela de mis hijos apoyando en su inclusión, con adecuaciones, asesoría a los maestros y espero aprender de esta experiencia, porque sueño con poder emprender un programa de inclusión en las escuelas.

Opiniones:

En Panamá, se utilizan todos los métodos conocidos, como el perceptivo, el método fonético, el método sintético, el método alfabético y el método silábico para la enseñanza de la lectura y escritura en los niños con síndrome de Down, cuenta la maestra Veyra Smith.

Lo que hace la diferencia en el uso de los métodos a utilizar es el conocimiento de las habilidades y competencias que tengan los niños, que se trabajan desde el seno del hogar y en los programas de estimulación temprana.

En este proceso de aprendizaje, la tecnología puede ser un verdadero apoyo, ya que a través de los programas educativos existentes el niño es motivado de forma visual, auditiva y táctil.

Asegura que entre más temprano se inicie esta introducción, mucho mejor. Incluso, desde el momento en que se trabaja la parte perceptiva se está iniciando este proceso.

En este renglón, la psicóloga Kellys Ramírez añade que desde hace años se discute justamente la edad en la cual se expondrá al niño al proceso de la lectura y la escritura. Si bien es cierto que se está en un constante aprendizaje, este proceso debe ajustarse a cada niño, porque cada uno tiene su propio ritmo de aprendizaje.

Beneficios de la lectura y la escritura:

Dimas Samid Quiel Ayala tiene ocho años y cursa el segundo grado en un colegio particular. Sabe escribir su nombre y su apellido, además transcribe textos de forma adecuada.

Su madre, Lilia Ayala, comparte el camino recorrido con Dimas, un chico con síndrome de Down.

Su pequeño asiste a la escuela desde los tres años y al principio fue más sencilla laescolarización porque las personas con esta condición van bastante parejas con sus compañeros de clase. Sin embargo, una vez inició el primer grado se notó que necesitaba más ayuda en el proceso de lectoescritura.

Con Dimas intentaron aplicar la enseñanza tradicional que es por sílabas, pero por ser algo tan abstracto “la tutora y yo consideramos que no era la mejor opción. Ellos son muy visuales, así que recurrimos al uso de palabras completas y figuras a colores que ilustran las palabras que deseamos que aprenda”, manifiesta Ayala.

Pero no todas las experiencias en el tema de escritura y lectura de las personas con síndrome de Down son satisfactorias. 

Este es el caso de la señora Saydeé Padilla de Miranda, quien comparte que su experiencia ha sido un poco difícil, “pero poco a poco se ve el esfuerzo que ellos hacen, aunque sabemos que no son 100% como un niño sin dificultades de aprendizaje”.

Blanca Rosa, de 23 años, hija de Saydeé Padilla de Miranda, es bien desenvuelta, y tiene trabajo desde hace tres años.

Blanca estudió en el aula especial de la Escuela Estado de Israel y usó los mismos libros de leer que usaban para enseñarles lectura a los otros niños del plantel.

Este fin de semana Down Panamá organizó la actividad “Estrategias para iniciar la lectura y escritura en personas con síndrome de Down”, dirigido a padres, madres, maestros y tutores de chicos con esta condición, y fue dictado por la docente mexicana Alicia Llanas y madre de Elías y Eva, ambos con síndrome de Down.

Ventajas:

Al hablar de las personas con síndrome de Down, se debe tener como principio fundamental el acto de educar para lograr, como proyecto de vida, su “autodeterminación”, dice la psicóloga Kellys Ramírez.

La independencia en las acciones que emprendan en la vida y las labores cotidianas es uno de los grandes beneficios que tiene el aprender a leer y escribir para un chico con esta condición. Ahora bien, “no solo es una ventaja para ellos por tener una condición de vida especial, pues es un beneficio para todos”, agrega Ramírez.

Las personas con diversidad funcional cognitiva deben prepararse, ser asistidos, deben participar de forma activa en todos los procesos sociales, escolares, conductuales y familiares. “No queremos que la inclusión siga siendo una utopía. Necesitamos que sea una realidad. Por lo tanto, leer y escribir tiene que ser una posibilidad que les abra la puerta y formen parte de una dinámica social y laboral”.

Hay grandes ventajas pedagógicas y didácticas que permiten la enseñanza de la habilidad del lenguaje escrito y oral.

La participación activa de los padres determina el logro no negociable para el aprendizaje de cada niño o adolescente con “necesidades educativas especiales e insisto, debemos tomar en cuenta parámetros que son de cada persona y de acuerdo con su necesidad individual”.

En este renglón, Alicia Llanas asegura que los beneficios que más se reflejan son mejora la atención, la memoria, el razonamiento y la comprensión, y además, aumenta el vocabulario, los conocimientos y lo más importante es que mejora el lenguaje del individuo. También les da independencia, seguridad, autoestima y confianza.

El recibir estos beneficios los hace sentir que son incorporados al mundo que los rodea, entonces pueden trasmitir dicha información, comenta por su parte la maestra Veyra Smith.

Desaciertos:

En este proceso se pueden llegar a cometer algunos errores. Uno de los más grandes es creer muy poco en los chicos. “Creemos que por tener síndrome de Down son muy lentos, o que porque no hablan no pueden aprender en leer, o porque son muy chicos o muy grandes o porque no tienen ciertas habilidades”, dice Llanas.

Así mismo está el trabajar por ensayo y error sin seguir un método ajustado a su realidad y necesidad individual, comenta Ramírez.

Entre otros, saltarse pasos importantes en la enseñanza, entiéndase que no pueden aprender a escribir una letra sin aprender qué es un trazo; no se les puede enseñar a leer una vocal sin enseñarle a reconocer las personas del entorno, sin conocer el concepto de igual y diferente.

La maestra Smith añade que después de que los niños hayan sido estimulados correctamente, las expectativas para lograr este proceso es mayor.

Fuente:

 http://www.prensa.com/salud_y_ciencia/rol-estrategias-aprendizaje-Down_0_4551294855.html

Imagen:

http://images.prensa.com/salud_y_ciencia/Panama-perceptivo-metodo-alfabetico-Down_LPRIMA20160813_0052_32.jpg

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Estrategias para la educación de personas con Down.

Centro America/Panamá/Fuente:http://laestrella.com.pa/

Por: Keila E. Rojas L.

Los factores biológicos propios del síndrome de down, como la dificultad para expresarse, la memoria a corto plazo y la hipotonia, dificultan el proceso de lectura y escritura.

A pesar de esto, es importante aclarar que ‘ninguna es condicionante para que no puedan aprender a leer y escribir’, señala Alicia Llanas.

Llanas, madre de dos niños, ambos con síndrome de down, maestra de ocho infantes más y asesora de padres y maestros, de forma virtual y resencial, dictará el taller ‘Estrategias para iniciar la lectura y escritura en personas con síndrome de down’, a realizarse hoy viernes 12 y sábado 13 de agosto, en el Salón Zafiro, Hotel El Panamá.

Durante el curso también se abordará el tema, ‘Modificación de conducta a tiempo y en el tiempo’ y ‘Enseñando con adecuaciones curriculares’ puntos importantes en la educación de las personas con síndrome de down y discapacidad intelectual.

El taller dirigido a padres, docentes y especialistas relacionados con la educación de las personas con síndrome de down, ‘busca brindar herramientas para entender las fortalezas y áreas de oportunidad de las personas con el síndrome, enfocadas a la lectura y escritura’, afirma Marta Vernaza, presidenta de Down Panamá.

Por su parte, Tagnia Shocrón, madre de un niño down y miembro del comité organizador del evento- Down Panamá, asevera que ‘es importante que los padres que inician la crianza de sus hijos con síndrome de down o con alguna discapacidad intelectual se capaciten sobre herramientas pedagógicas o métodos para lograr que los niños y niñas en edad escolar puedan aprender y ser incluidos en el sistema’.

Según Shocrón, ‘aunque exista una ley de inclusión en Panamá, es letra muerta si los estudiantes con discapacidad no logran entrar al sistema académico’.

Alicia Llanas expondrá técnicas de enseñanza que ha practicado con sus hijos. ‘Lo que ella propone nos parece sencillo de aplicar y nos está dando buenos resultados’, indica Lilia Ayala, del comité organizador. Añade que ‘al ser perseverantes podremos lograr que nuestros hijos escriban, lean y se comuniquen verbalmente de manera más comprensible’.

Por otro lado, a favor de los niños down con bajos recursos en Panamá, la Asociación Pro-Niños Excepcionales de Panamá (Apnep ) realizará el sábado 20 de agosto, la segunda feria familiar escolar.

El evento se celebrará en el Colegio Apnep, calle 50. Desde las 10:00 a.m. hasta las 4:00 p.m.

La Apnep se fundó el 18 de junio de 1956 y es el producto de la preocupación de un grupo de padres y profesionales, quienes interesados en la habilitación de niños, jóvenes y adultos con necesidades especiales educativas e intelectuales, decidieron organizarse y formar la asociación.

Fuente: http://laestrella.com.pa/estilo/cultura/estrategias-para-educacion-personas-down/23955701

Imagen: http://laestrella.com.pa/media/news/image/260026_800x600_crop_57ad10e85010b.jpg

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Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando?

Por: Rosa María Torres

Alfabetismo «Habilidad para leer y escribir, con comprensión, un enunciado simple relacionado con la propia vida cotidiana. Incluye un continuo de habilidades de lectura y escritura, y a menudo aritmética básica«.
UIS-UNESCO, Global Education Digest 2010, Glossary (nuestra traducción del inglés, p. 264)

El campo del analfabetismo es particularmente confuso, caracterizado por terminologías y definiciones variadas e incluso ad-hoc. La falta de consenso sobre el tema, y los continuos cambios en términos y nociones, se dan no solo en América Latina y el Caribe sino a nivel mundial.

En primer lugar, existe una confusión generalizada entre los términos alfabetismoalfabetización. Dicha confusión proviene entre otros de malas traducciones del término «literacy» en inglés (literacy equivale a alfabetismo; literacy education equivale aalfabetización). Alfabetización se refiere al proceso de adquisición de la lectura y la escritura.Alfabetismo se refiere a la condición o grado de manejo de la lectura y la escritura que tiene una persona, un grupo o un país. Deberíamos hablar, por tanto, de tasa de alfabetismo, no de tasa de alfabetización.

Algunas diferencias tradicionales vinculadas a los diferentes usos de los términosanalfabetismo/alfabetismo/alfabetización tienen que ver con:

▸ la usual asociación de estos términos con jóvenes y adultos, versus alfabetizaciónentendida como concepto abarcativo que incluye a todas las edades, dentro y fuera del sistema escolar;

▸ la inclusión o no del cálculo dentro del concepto de alfabetismo y de los programas de alfabetización;

▸ la alfabetización entendida como un período o un programa, o bien como un proceso y un continuo que se prolonga más allá de cierto número de años de escolaridad o de un determinado programa;

▸ el alcance de la alfabetización. Esta se entiende usualmente como básica, inicial o elemental. Esta visión estrecha y antigua contrasta con una comprensión de la alfabetización como apropiación de la cultura escrita – en todas sus variantes y soportes, incluidas las modernas tecnologías y las que sigan apareciendo – y el uso de la lectura y la escritura con fines diversos en la vida diaria;

▸ en algunos casos se especifica la lengua o lenguas a considerarse en la definición de una persona como alfabetizada (por ejemplo, creole en Haití u holandés en Surinam).

El término alfabetizaciones, en plural, ha sido introducido en los últimos años por académicos vinculados a la corriente llamada New Literacy Studies.

Otros preferimos ampliar el concepto de alfabetización y de alfabetismo para incluir en éste las nuevas y cada vez más amplias demandas puestas a la lectura y la escritura y a la cultura escrita en general, en la actualidad, incluyendo el mundo digital, que se ha incorporado de lleno a los requerimientos y competencias vinculados a la lectura y la escritura, a la información y el conocimiento.

Asimismo, los términos analfabetismo y alfabetización se vienen usando de manera cada vez más laxa, para indicar respectivamente ‘desconocimiento’ y ‘conocimiento básico’ de prácticamente cualquier campo (analfabetismo/ alfabetización científica, analfabetismo/ alfabetización ambiental, analfabetismo/ alfabetización en salud, analfabetismo/ alfabetización digital, etc.). Esto refleja entre otros el viejo prejuicio que asocia analfabetismo con ignorancia y alfabetismo/alfabetización con conocimiento.

Persisten las dicotomías tradicionales analfabetismo/ alfabetismo, analfabetismo ‘absoluto’/  ‘funcional’. No obstante, el conocimiento sobre el campo ha avanzado considerablemente en las últimas décadas, mostrando la obsolescencia de este pensamiento dicotómico. La alfabetización es un continuo y existen diversos niveles de dominio de la lengua y de la cultura escrita, en sus diversos formatos y soportes, como se reconoce hoy ampliamente. [1]

El término ‘alfabetización funcional’ fue oficialmente aprobado en 1978 en la Conferencia General de la UNESCO, entendiéndolo como la habilidad de una persona para “involucrarse en todas aquellas actividades requeridas para funcionar de manera efectiva en su grupo o comunidad, así como para permitirle continuar leyendo, escribiendo y calculando, para su propio desarrollo y el de su comunidad” (Glosario, Informe de Seguimiento de la EPT 2006:La alfabetización, un factor vital. Nuestra traducción del inglés).

Lo ‘funcional’ ha venido dando lugar a dos interpretaciones:

(a) lo ‘funcional’ entendido como el manejo efectivo de la lectura y la escritura, y éste asociado con determinado número de años de escolaridad, y

(b) lo ‘funcional’ entendido como el vínculo entre alfabetización y capacitación vocacional, trabajo o actividades generadoras de ingresos.

Ambos usos están presentes en América Latina. La tendencia dominante hoy es asociar ‘analfabetismo funcional’ con menos de cuatro años de escolaridad (la noción de ‘educación incipiente’ propuesta por el SITEAL) [2]. No obstante, la idea de que cuatro años de escolaridad aseguran ‘alfabetismo funcional’ ha sido desafiada, probada empíricamente desde los 1980s y crecientemente reclamada por el Caribe anglófono. Como ratifican los informes mundiales de la Educación para Todos y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio,cuatro años de escuela – buena o mala – son hoy claramente insuficientes para aprender a leer, escribir y calcular de manera autónoma en la vida real, fuera del aula de clase y los textos programados de instrucción. (Ver: El fracaso alfabetizador de la escuela).

Un estudio pionero sobre ‘alfabetismo funcional realizado por la UNESCO-OREALC a fines de los 1990s en áreas urbanas de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Paraguay y Venezuela) aportó evidencia empírica que confirmó la insuficiencia de cuatro años de escolaridad; mostró, además, que importa no sólo el número de años que alguien permanece en la escuela sino la calidad de dicha escuela y del contexto (Infante, 2000). Por muchos años la CEPAL ha venido afirmando en esta región que se necesitan al menos 12 años de escolaridad para que el alfabetismo alcanzado sea ‘funcional’ y pueda hacer una diferencia en la vida de las personas.

[1] Hay varias propuestas de clasificación de niveles y competencias de alfabetismo (para un breve recuento internacional, ver Letelier, 2008). La IALSS (International Adult Literacy and Skills Survey– Encuesta Internacional de Alfabetización y Habilidades de Adultos) la cual mide alfabetismo, cálculo y habilidades para la resolución de problemas, identifica cinco niveles de manejo. Ver IALLS/Statistics Canada  Ver también el LAMP (Literacy Assessment and Monitoring Programme-Programa de Evaluación y Monitoreo de la Alfabetización) desarrollado por el UIS en base a la IALLS y a la IALS (IALS- International Adult Literacy Survey-Encuesta Internacional de Alfabetización de Adultos).

[2] En Paraguay, el Censo de 2002 definió como analfabeta a la persona de 15 años o más que no ha terminado el segundo grado de la escuela. (Informe de Paraguay para CONFINTEA VI, 2008).

*Tomado de: http://otra-educacion.blogspot.com/2010/12/analfabetismo-y-alfabetizacion-de-que.html

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