La conmovedora noticia del fallecimiento de la pedagoga y psicóloga Emilia Ferreiro, que tantos aportes realizo a la enseñanza. Fue argentina exiliada en México desde 1976, una de las profesionales en su campo disciplinar más reconocidas por sus investigaciones sobre la enseñanza y el aprendizaje de la lectoescritura en la infancia. Falleció el pasado 26 de agosto a los 86 años, la homenajeamos en esta nota.
Nació el 24 de julio de 1937 en Buenos Aires. Era psicóloga, educadora. Se doctoró en la Universidad de Ginebra, donde realizó su tesis bajo la dirección de Jean Piaget. Ferreiro es reconocida internacionalmente por sus contribuciones a la comprensión del proceso de adquisición de la lengua escrita. Ha dado conferencias en varios países de América Latina, Canadá, Estados Unidos, Europa, etc. Su obra y su trayectoria como investigadora ha sido distinguida por universidades y organizaciones educativas de todo el mundo.
Reconocida por su trabajo pionero en el campo de la alfabetización y el desarrollo cognitivo, particularmente en el área de la educación infantil y la adquisición del lenguaje. Ferreiro fue mejor conocida por su teoría sobre cómo los niños adquieren habilidades de alfabetización, que desarrolló en colaboración con Ana Teberosky. Su trabajo desafió las nociones tradicionales sobre el desarrollo de la alfabetización e introdujo el concepto de que los primeros intentos de los niños por escribir y leer no son simplemente imitaciones de modelos adultos, sino que representan su propia comprensión única del sistema del lenguaje escrito.
Uno de los libros más influyentes de Ferreiro es «Psicogénesis y el proceso de adquisición del lenguaje», publicado originalmente en español en 1979. En este libro, ella y Teberosky detallaron los resultados de su investigación y propusieron etapas del desarrollo de los niños en relación con la lectura y la escritura. Su trabajo ha tenido un impacto significativo en las prácticas educativas, enfatizando la importancia de comprender los procesos de pensamiento y las conceptualizaciones del lenguaje de los niños en la enseñanza.
La investigación de Ferreiro contribuyo y seguirá aportando en el campo de la educación al promover un enfoque de la alfabetización más centrado en el niño. Su trabajo también ha alentado a l@s educadores a reconocer y aprovechar las diversas etapas del desarrollo de la alfabetización por las que pasan l@s niñ@s mientras aprenden a leer y escribir.
A lo largo de su carrera, Emilia Ferreiro recibió numerosos premios y distinciones por sus contribuciones a la educación y la psicología cognitiva. Su trabajo continúa influyendo en educadores, investigadores y formuladores de políticas en el campo de la alfabetización y la educación infantil.
Emilia Ferreiro ha dejado una marca indeleble en la educación y la psicología del aprendizaje con su teoría de la psicogénesis de la lengua escrita. Su enfoque revolucionario, que reconoce la capacidad de los niños para construir su propio conocimiento, ha transformado la manera en que entendemos y abordamos la alfabetización. Su legado perdura en las aulas de todo el mundo, recordándonos la importancia de escuchar y comprender las ideas y concepciones de los estudiantes para brindarles una educación más efectiva y significativa.
Es habitual que se escriban ríos de tinta sobre cómo logarar que los niños adquieran el hábito de leer por todos los beneficio para su desarrollo con personas. Sin embargo, también hay adultos que pierden este hábito por muchas circunstancias, falta de tiempo por las labores profesionales, domésticas, mayor dedicación a las redes sociales… pero, siendo conscientes de todo esto, la buena noticia es que el gusto por la lectura se puede recuperar.
Andrew Dilger, product Development Lead en Oxford University Press, asegura que leer no es una habilidad que se olvide, «aunque es cierto que los adultos pueden perder la práctica de hacer una lectura extensiva o «lectura profunda». Si este es nuestro objetivo, tan solo tenemos que encontrar un poco de tiempo para practicar».
¿Cómo se puede hacer?
Para que un adulto recupere el hábito de la lectura, ante todo tiene que buscar un tema que le apasione de verdad. Leer sobre lo que te gusta es una regla de oro. Con el tiempo, estas lecturas conducirán a otros subtemas o áreas de interés.
¿Cuáles serían los pasos a seguir?
1) Haz una lista de todos los temas o áreas que te interesan. Hay que ser honesto, no es necesario que sea algo intelectual. Pueden ser temas amplios como el deporte o la paternidad, o bien cosas más específicas como la comida vegetariana o las plantas de interior.
2) Busca en internet artículos cortos o entradas de blogs sobre estos temas. Probablemente te ayude empezar a leer desde tu teléfono, por ser más cómodo.
3) A continuación, busca artículos o libros más largos sobre los mismos temas que habías elegido.
4) Empieza intentando leer durante unos 10 minutos al día. Antes de irse a la cama suele ser un buen momento, pues puede ser una buena forma de relajarse antes de dormir. Si te resulta difícil dedicar 10 minutos al día para leer, también puedes buscar un audio de lo que te gustaría leer y escucharlo mientras realizas otras actividades.
5) Busca un amigo o pequeño grupo de personas que tengan intereses similares y quieran leer sobre los mismos temas que tú, e intercambiad ideas. Siempre es más fácil desarrollar un hábito si hay otras personas que hacen lo mismo.
6) Aumenta gradualmente la cantidad de tiempo que lees del tirón. Si llegas a un máximo, y no puedes dedicarle más tiempo, ¡no pasa nada!
¿Cuánto tiempo se puede tardar en recuperar la afición por los libros?
Hacer algo todos los días durante 28 días suele ser el «número mágico» para desarrollar un nuevo hábito. En realidad, eso significa hacerlo de forma constante durante un mes. Las investigaciones sobre el ejercicio físico —una analogía útil para la lectura— sugieren que hacer algo con regularidad durante un periodo de 6 semanas es suficiente para «adquirir” el nuevo hábito.
¿Qué es lo que nunca hay que hacer para evitar fracasar en el intento?
¡No seas demasiado ambicioso en tus objetivos o expectativas! Si empiezas poco a poco, deberías tener éxito. Una persona adulta que ha pasado años como «no lectora» no debería intentar empezar y terminar El Conde de Montecristo en quince días. Además, nunca olvides que la lectura debe ser un placer. No te sientas mal si no lo haces. La lectura debe ser todo lo contrario a una tarea u obligación.
¿Qué motivos puede tener un adulto para motivarse a leer?
Las vidas nunca han estado tan ocupadas como ahora. Es increíblemente difícil sacar tiempo para nosotros mismos, sobre todo si tenemos trabajos a tiempo completo y hemos de cuidar a otras personas. La lectura debe ser un placer o un descanso, pero al mismo tiempo no debe ser algo demasiado indulgente. Fundamentalmente, la lectura es una oportunidad para volver a conectar con nosotros mismos en un mundo cada vez más desconectado.
¿Qué beneficios le puede aportar al adulto?
Los beneficios de la lectura son múltiples. Algunos son rápidamente evidentes , como el aumento de conocimiento y la ampliación de la experiencia; otros son más bien una consecuencia de la propia actividad, como lograr fluidez y concentración.
¿Qué tipo de libros se pueden regalar a una persona que no es lectora habitual?
¡Libros cortos! La definición de lo que es un libro se ha ampliado en los últimos años. Un libro ya no tiene por qué ser un voluminoso tomo impreso; también lo es una serie de artículos online o publicaciones de un blog. O incluso algunas letras de canciones de tu banda favorita.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-adultos-tambien-pueden-recuperar-habito-leer-estos-pasos-seguir-202204230225_noticia.html
Las habilidades vigentes deben cambiar de acuerdo a las necesidades de los tiempos.
La escuela es el primer lugar fuera del hogar donde los alumnos comienzan a obtener conocimientos y desarrollar habilidades, ambos entornos responden a una necesidad marcada por los tiempos. Por ejemplo, hace unos 150 años era indispensable saber montar a caballo para llegar más rápido a un destino, ahora solo se necesita aprender a manejar un automóvil o incluso, solo se requiere tener una aplicación móvil para pedir un taxi; a principios del siglo pasado era crucial saber código morse para hacer llegar un mensaje breve a una distancia larga en una forma económica y expedita, hoy solo se necesita saber usar un dispositivo móvil o computadora para poder enviar mensajes a cualquier parte del mundo y de forma inmediata.
El avance de la tecnología y las necesidades sociales de determinado momento histórico son los valores que definen las habilidades que están vigentes, y las que tienen prioridad en los espacios educativos. Bajo este contexto, podemos decir que hay habilidades que estamos perdiendo, y otras que estamos ganando. Hay seis de ellas que muestran el impacto de un progreso hacia una era de inteligencia digital, comunicativa y consciente.
El ocaso de la letra escrita
¿Cuándo fue la última vez que escribieron a mano una cuartilla completa? La caligrafía, disciplina que perfecciona la escritura a mano, ha estado desapareciendo silenciosamente de las escuelas. En Finlandia, las lecciones de caligrafía están siendo desplazadas en favor de clases de mecanografía; en Estados Unidos la escritura cursiva ya no es obligatoria; en las Filipinas, solo el 20 % de los alumnos de séptimo grado provenientes de escuelas públicas escriben cursiva.
Debido al uso masivo de computadoras y dispositivos móviles, la actividad de escribir a mano ha caído en desuso. Las escuelas que siguen enseñando la disciplina lo hacen porque a pesar de ser una habilidad obsoleta, existen beneficios de aprender a escribir a mano y hacerlo frecuentemente, como desarrollar habilidades motoras, potencializar la creatividad, la retención de memoria, el pensamiento crítico, la gramática y la ortografía.
Pasó el tiempo de leer la hora
Hace 15 o 20 años era indispensable saber descifrar la hora en un reloj de manecillas, pero la llegada de los celulares y dispositivos móviles puso fin a esa necesidad, hoy en día son tan pocos los estudiantes que pueden leer la hora en un reloj análogo, que las escuelas están considerando retirarlos y sustituirlos completamente por digitales.
Este aprendizaje es valioso para muchos maestros, dado que abarca habilidades ligadas al pensamiento lógico y matemático. Aprender a leer la hora es auxiliar para entender las series numéricas como las sustracciones y las fracciones.
Quedando desubicados
Saber leer y dibujar mapas fue una habilidad básica para navegar nuestras ciudades y países antes de la era del GPS, Google Maps y Waze. Hoy solo necesitamos ingresar una dirección y una aplicación nos indicará cómo llegar hasta el punto de decirnos dónde dar vuelta y cuando cambiar de carril. Estas aplicaciones han ayudado a que muchas personas sin un buen sentido de la orientación, puedan llegar a más lugares que no habrían podido alcanzar de otra forma. Pero también ha sacrificado algunos aprendizajes que pudieran ser benéficos en una era en la que leer mapas pudiera calificarse como obsoleto.
Aprender a descifrar mapas y a desplazarse con ellos es auxiliar en el desarrollo del pensamiento crítico, análisis, orientación, dimensión espacial, memoria y pensamiento lógico, además de sacarte de apuros cuando se te acaban los datos o la batería del celular.
Nuevas inteligencias a la vista
Muchos de los que nacimos en el rango de tiempo de la generación X o inclusive en los primeros años de la Millennial, hemos conocido situaciones en las que la interacción, el trato humano y el trabajo en equipo son más difíciles de lo habitual. Todas estas son actividades que requieren el uso de inteligencias a las que no habíamos puesto mucha atención hasta ahora: la inteligencia social y la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional se refiere a la conciencia y el trabajo sobre las propias emociones, conocer aquello que motiva tus actitudes y la forma en interactúas. La inteligencia social implica las habilidades con las que tratas de conocer a otra persona y comunicarle algo de la mejor forma posible. En el campo laboral, la inteligencia emocional es el indicador más alto de desempeño, 71 % de los empleados encuestados por CareerBuilider dijeron valorar la inteligencia emocional por encima del coeficiente intelectual. La encuesta también reportó que los empleados con inteligencia emocional alta son más propensos a mantenerse en calma ante una situación de trabajo bajo presión, resuelven conflictos más eficientemente y responden a sus compañeros de trabajo con empatía.
La inteligencia social, por su parte, es una de las habilidades con mayor capacidad de resistirse a la automatización ya que involucra elementos como la percepción compleja, la interpretación, el pensamiento crítico, la resolución de conflictos, la negociación y la persuasión, entre otras.
Un nuevo código de habilidades
Conforme cada vez más dimensiones de la vida humana se tornan al espacio digital, aprender código se hace cada vez más importante. Hay una aplicación o dispositivo para todo, para pedir un taxi, para barrer la casa, para encargar comida o el super a domicilio… todas ellas necesitan un software y ese software se escribe en código.
Tan solo en los últimos tres meses del 2019, las tiendas de apps en Android ofrecían 2.57 millones de aplicaciones, mientras que las de Apple alcanzaron los 1.84 millones. Esto sin contar los programas de computadora, los videojuegos o el software para herramientas de uso común, como escobas eléctricas o smartwatches. La industria del software ha tenido un crecimiento enorme en esta última década y seguirá creciendo a pasos agigantados. Bajo este contexto, podemos decir que la habilidad de escribir y entender código será básica para ubicarse en el mercado profesional.
Leer y pensar bien
La digitalización de los contenidos ha traído grandes ventajas al habilitar la conservación, archivado, difusión y disposición al público de grandes cantidades de información. Pero pocas veces nos preguntamos, ¿cuánta información es demasiada?
Como ejemplo, el mexicano promedio pasa 13 horas diarias conectado a la red, de esas 13 horas, ocho son dedicadas a la lectura de contenidos digitales. Estos contenidos pueden ser muy diversos, desde artículos de revistas, estudios o libros, hasta interacciones escritas en servicios de mensajería y redes sociales. ¿Qué estamos aprendiendo de todo lo que leemos en la red?
Fenómenos sociales propios de la arena de la comunicación digital como las cámaras de eco y las fake news generan una necesidad que no existía en décadas anteriores, cuando la oferta y producción de contenidos era más limitada y su menor volumen la hacía más fácil de validar o desmentir. Esta desinformación y cacofonía digital puede llevar a malentendidos, interacciones negativas o violentas en redes, o hasta pánico global cuando estas fallas de comunicación suceden bajo el marco de una crisis de salud, financiera o política. Este exceso de información llama a una lectura de comprensión de alto nivel, un sentido crítico, habilidades de investigación y constatación de fuentes, además de un ejercicio constante de la empatía y comunicación efectiva con los interlocutores.
Es cierto que para muchos maestros, las habilidades que van quedando obsoletas dejan un hoyo en el sistema que hay que llenar con otras estrategias para que los estudiantes aprendan cosas como la coordinación motora, el pensamiento matemático y la dimensión espacial, entre otras, pero parte del reto de enseñar implica desarrollar medios que brinden estos conocimientos a los estudiantes sin quedarse atrás de las nuevas necesidades del mercado laboral y el foro social en los que es necesario adaptarse constantemente.
¿Qué otras habilidades crees que se han perdido en los últimos años con este cambio de necesidades de acuerdo a la época? ¿Qué otras habilidades han ganado las nuevas generaciones? Cuéntanos en el apartado de comentarios.
Este profesor catalán hace todo lo posible por ser un rebelde dentro del sistema educativo español y acerca la realidad de sus alumnos a su aula. En Hipertextual hemos querido hablar con él para que nos cuente cómo son sus clases.
Para hacer su trabajo usa las lecturas obligatorias para guionizar una serie de Netflix, con todo el trabajo de marketing y escritura que conlleva, o propone a sus alumnos crear un álbum musical al estilo de Rosalía: una canción por capítulo. Olivé publica su libro Profes rebeldes (Grijalbo) en el que cuenta su experiencia.
¿Cómo es ser un profesor rebelde?
Ser un profesor rebelde, para mí, es situar al alumno en el centro de su propio aprendizaje. A veces es algo muy evidente, pero bueno, tenemos unas programaciones que seguir, que cumplir a rajatabla… a veces no nos lo permite. En cambio, yo creo que aquellos profesores que intentamos dejar un poquito de lado aquella programación tan fija y a veces incluso rancia, que se aleja de lo que les interesa a los alumnos y, en cambio, centrarlos a ellos en lo que quieren… Para mí eso es ser rebelde.
Todo esto para que sean críticos, para que tengan opinión propia, para que se sientan valorados, para todo eso al final. Porque muchas veces enseñar lengua, literatura, matemáticas, tecnologías… está muy bien, pero solamente enseñamos los contenidos, no nos olvidamos de lo más importante: que crezcan como personas.
¿Qué coges de su vida para llevarlo a clase?
Desde los gustos de las series que miran hoy en día, las aplicaciones que utilizan en el móvil, redes sociales como Instagram o YouTube, su lenguaje de WhatsApp… preparaban para trabajar algunos aspectos en clase. Y, al final, lo que consigo con eso es demostrarles que aquello que les gusta no solamente lo respeto, no lo juzgo, sino que pueden aprender con ello porque lo que aprenden tiene una aplicación en la realidad.
Supongo que será difícil convencer a tus alumnos con las lecturas obligatorias: ¿cómo les vendes los libros que vais a trabajar?
Los clásicos los vendo desde el punto de vista que cualquier historia universal, que ya se ha convertido en un clásico, sigue vigente. Porque lo que está vigente no solamente es la historia sino que son las emociones que sienten los protagonistas. Y luego para trabajar las lecturas, sean clásicos o no, me gusta que lo vivan, que sea una experiencia.
El otro día estuvimos creando una serie de Netflix con una de las lecturas y eso implicaba crear no solamente el guión, luego grabarse, también implicaba preparar la campaña de promoción, todos los tuits, los posts de Instagram, la campaña de difusión. Todo eso para ellos fue vivir la lectura de ese modo.
Con Instagram también he trabajado y les hago crear al protagonista como si fuera él un influencer o instagramer y contando su día a día con las publicaciones en esta red social, por ejemplo.
¿Crees que esto también les ayuda a darse cuenta de lo que quieren dedicarse el día de mañana?
Si, yo creo que sí, porque de hecho ese tipo de actividades que planteo, como es convertir la novela en un álbum musical, y tiene que crear las letras como Rosalía, que creó su disco y cada canción es un capítulo. Y tienen que crear una historia y me estoy dando cuenta de que a muchos de ellos les gusta escribir, por ejemplo. Con la de Netflix algunos les gustaba dedicarse al mundo del periodismo o del marketing…
Creo que justamente lo que tiene que hacer la escuela es darles herramientas para descubrir sus talentos. Siempre digo que tenemos una educación que enseña mucho, pero pregunta muy poco. Tienen que preguntarles a los alumnos sobre lo que les gusta y hacerles pensar sobre ellos mismos, porque si no pasa lo que pasa, que acabamos la ESO o Bachillerato y no saben lo que quieren hacer, ni a lo que se quieren dedicar.
¿Cómo se relaciona la Odisea con los migrantes?
Bueno, justamente me gusta trabajar los clásicos y siempre darles un punto de actualidad. Y así, como en su momento hablé de El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, para trabajar la obsesión por el físico, que todavía en el mundo actual persiste en las redes sociales, ese postureo que tanto criticó… Pues la Odisea, para mí, esa lucha, ese viaje lleno de obstáculos, al final no deja de ser un reflejo de las personas que intentan buscar una vida mejor y que se encuentran con un montón de dificultades en el mar para llegar hacia su destino, tal y como le pasó a Ulises. Aunque con circunstancias distintas.
Me gusta mucho utilizar la literatura para trabajar también temas que a ellos les pueda llegar, porque los conocen, porque los ven en el día a día.
¿Aprender está reñido con tener una nota a final de curso?
Para mí una nota al final yo creo que es una tara del sistema. Resumir o reducir un aprendizaje tan amplio a una nota yo creo que es bastante humillante para una persona, porque al fina lo que interesa es el proceso de aprendizaje, lo vivido. Más que la meta importa el camino para llegar hasta ahí y con las notas todo esto se pierde.
Entonces no pones notas a tus alumnos, ¿no?
Pongo notas porque al final me obliga el sistema, pero mi manera de poner notas es distinta. Ellos ya están acostumbrados, pero al principio no les gusta. No les doy nota numérica sino que le pongo comentarios. Al principio siempre me dicen pero ¿qué nota tengo?. Bueno, pues la nota que tienes es el comentario que te acabo de decir para que mejores.
El problema es que les hemos acostumbrado tanto a que cualquier trabajo o cualquier esfuerzo tiene una recompensa en forma de nota que les cuesta, al principio, aceptar que venga un profe y les da un comentario para mejorar. Pero si es un poco una lucha que tengo contra las notas, pero al final se puede ser rebelde, pero tengo que cumplir lo que me obliga el sistema, por mucho que a veces me duela.
Este comentario se asemeja a lo que luego les pasará en el mundo laboral, ¿es otra forma de prepararles para el día de mañana?
Exacto. Yo siempre pongo el ejemplo de como adultos imaginémonos que estamos trabajando y al final de la semana nos hacen ir al despacho y nos dicen mira, tienes un 10 o tienes 8. Eso no os va a servir de mucho. De hecho, todo lo contrario, va a provocar frustración por no entender lo que tienes que mejorar.
En cambio, un comentario, siempre bien dicho, de forma constructiva, creo que sería mucho mejor para superarte a ti mismo que no una nota simplemente. A veces les pedimos a los alumnos, a los adolescentes o a los jóvenes, que acepten lo que los adultos no somos capaces de aceptar. Y me parece muy injusto.
¿Tratamos a los adolescentes como si fueran tontos?
Sí, porque tenemos los adultos, tenemos ese tono de condescendencia que da mucha pereza y por eso el hecho de acercar la materia a su realidad, el mensaje que les estás lanzando es os respeto, os entiendo y aunque no compartamos los gustos, vamos a convivir con ellos, ¿no? Vamos a aprender los dos a la vez. Yo creo que los adultos deberían hacer más este ejercicio de aceptación y de entendimiento hacia ellos. Más que de juicio o de prejuicio.
¿También pides ayuda a tus alumnos para poder desarrollar tus clases?
Sí, de hecho, yo siempre aprendo con ellos. Y el mejor aprendizaje que hacemos los profes y los alumnos es el que hacemos juntos, cuando aprendemos juntos. Y a mí me gusta mucho cuando me preguntan oye, ¿y esto? y responderles: «Pues no tengo ni idea, vamos a aprenderlo juntos, vamos a investigarlo. O, incluso, estar en medio de una conversación o debate con ellos y que uno suelte un comentario sobre algo que yo desconozca y a partir de ahí vaya a más la clase y que yo aprenda algo que ni sabía. A mí eso me parece brillante y es lo que debe ser, porque sea finalmente entendemos la figura del profe como del que lo sabe todo… es tan falso, es tan irreal que no aporta nada. Entonces lo mejor es aprender a la vez. Me parece que es lo más sensato
¿Te has tenido que enfrentar como profesor a algún caso de acoso escolar
Por desgracia es un tema habitual en las aulas y a mí me da mucho miedo no verlo, porque muchas veces el adulto es el último que lo ve porque la víctima, la persona que lo está sufriendo, muchas veces tiene miedo de expresarlo. Y justamente tenemos muchos protocolos en el centro y también como profesores estamos alerta de que los posibles casos, pero sí sé que ha habido.
¿Cómo has tratado en el aula el tema del acoso?
Creo que para generar un buen clima de convivencia se tienen que tratar estos temas, hacerles reflexionar sobre ello y, sobre todo, educar en el respeto y la tolerancia para evitar posibles futuros casos.
¿Cuándo te diste cuenta de que quería ser profesor?
Bueno, yo desde siempre. Yo, por suerte, siempre he tenido clarísimo que me quería dedicar a ser profesor. Desde que empecé a ir a clase en parvulario. Entonces yo, en ese sentido, cuando veo gente que no tiene nada claro lo que quiere es en el futuro. Pues intento luchar contra ello, para que se descubran a sí mismos, para que tengan una pasión a la que quiere dedicarse. Yo, por suerte, siempre la he tenido.
Las familias y los docentes son figuras de apego para los niños y estudiantes. Éstos pueden contribuir a la educación emocional de los pequeños con la narración de cuentos, que le muestran sentimientos y distintos puntos de vista de la realidad. Los psicólogos Rafael Guerrero y Olga Barroso explican cómo puede ayudar la lectura de relatos a los niños en su crecimiento emocional.
Los niños perciben una gran cantidad de la información que se encuentra a su alrededor pero tienen grandes dificultades para organizarla y darle un sentido. Y aquí es donde entra en juego la figura parental y la de los docentes. Eso sí, con los cuentos como vehículo. Somos las familias y el profesorado los responsables de intentar ordenar y explicar a los niños lo que está ocurriendo fuera y lo que están sintiendo en su cuerpo.
Las figuras de apego y los cuentos
Las figuras de apego somos los ‘contadores de cuentos’ de lo que ocurre alrededor de los niños. Esta función de describir y contar lo que ocurre, tanto en el mundo exterior como en sus propios cuerpos, lo hacemos desde que llegan a nuestras vidas. Es ahí, si no antes, cuando comenzamos a desarrollar la educación emocional. Les ayudamos a interpretar las señales emocionales y fisiológicas de su cuerpo, así como a interpretar correctamente lo que ocurre a su alrededor. Y todo esto es educar en las emociones, ayudarles a comprender lo que les pasa.
Desde el momento en que el neonato llora porque tiene hambre o sueño, el adulto es el encargado de traducir y darle una narrativa de lo que está ocurriendo, además de dar respuesta a su necesidad. El neonato no entiende lo que ocurre, solo siente placer o displacer. Es momento de narrar lo que está pasando: “Tranquilo, cariño. Tienes hambre, por eso estás llorando. Ahora te daré de comer”. Esto es fundamental. Es el proceso de mentalización, es decir, de ponerle nombre a los afectos, las sensaciones o los pensamientos, etc. El bebé y el niño necesitan de un adulto responsable y responsivo que le aporte luz y sentido a lo que están experimentando. Alguien que les traduzca lo que sienten en su cuerpo (dolor, hambre, sueño, rabia, etc) o lo que están viendo en el exterior.
Los beneficios emocionales que aporta una narración
El rol como figuras de apego (madres, padres, docentes…) consiste en ayudar al niño a pasar su caos a un estado de tranquilidad y darle un sentido. Para ello, los cuentos son fundamentales en la vida ya que nos ayudan a adaptarnos al ambiente en el que vivimos. Estamos constantemente contando y escuchando historias: hablando en el parque con nuestros hijos, viendo una película, conversando con un amigo sobre nuestras preocupaciones, escribiendo un tweet…
Escuchar y contar historias es de lo más habitual y cotidiano que podemos hacer. Estamos constantemente contando a nuestros hijos, padres, hermanos y parejas lo que nos ha sucedido y lo que nos va a suceder. Mediante la narración de estas historias contribuimos a desarrollar y comprender las emociones que experimentamos.
El cuento es un vehículo extraordinario para que los niños, y las personas en definitiva, entendamos el mundo en el que estamos inmersos. Así, podemos entender que Caperucita Roja siente mucho miedo al encontrarse con el lobo en el bosque y que Ricitos de Oro siente una gran curiosidad por entrar a la casa de los ositos. Entendemos y sentimos las emociones de los demás a través de los cuentos. Además, las historias nos ayudan a poder identificar las emociones en los demás, así como diferentes estrategias efectivas de regulación emocional. Es por ello que recomendamos, desde pequeños, que les leamos cuentos a nuestros hijos. Es fundamental.
Sirva como ejemplo, el libro ‘Cuentos para el desarrollo emocional desde la teoría del apego’ donde se explica de manera sencilla las bases de la teoría del apego, (qué es el apego, los diferentes estilos de apego que existen -apego seguro, evitativo, ansioso-ambivalente y desorganizado-, las necesidades básicas del ser humano y diversas herramientas para regular de manera adecuada las emociones que presentan los niños. También se muestra la neurobiología de las emociones y el apego y estrategias concretas para lograr un vínculo seguro con los hijos. También se incluye un total de 12 cuentos que ilustran de manera práctica los conceptos explicados y desarrollados al principio de los capítulos.
En definitiva, a través de los cuentos comprendemos mejor el mensaje y, además, perdura más en el tiempo. Viendo cómo los demás se relacionan en una historia contada en tercera persona podemos comprender mejor nuestra historia y las circunstancias.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/importancia-cuentos-desarrollo-emocional/116804.html
Solo el 4.1% de los estudiantes en México quiere ser maestro algún día, de acuerdo con un análisis de la OCDE.
No muchos jóvenes quieren ser maestros en México, y de los que sí aspiran a serlo, la mitad tienen un bajo puntaje en habilidades matemáticas y de lectura.
De acuerdo con el estudio Políticas Efectivas para Docentes: Visión desde PISA, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), solo el 4.1% de los estudiantes en México quiere ser maestro algún día, mientras que el 73.1% quiere ser profesionista en otras carreras, reportó el diario Reforma(solo suscriptores).
De los estudiantes que respondieron en la Prueba PISA que quieren ser maestros cuando tengan 15 años, la mitad salió con bajo puntaje en el estudio en habilidades matemáticas y de lectura, mientras que el 5.6% es hijo de padres que tienen menos estudios que la preparatoria.
‘Reprobados’ en PISA
De acuerdo con la prueba PISA 2015, que mide las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años en 72 países, México se encuentra por debajo del promedio de los países de la OCDE en Matemáticas, Lectura y Ciencias.
En Lectura, los estudiantes mexicanos obtuvieron en promedio 423 puntos, un rendimiento por debajo del promedio de la OCDE que fue también de 493 puntos. En este apartado, México se ubicó en el nivel de Bulgaria, Colombia, Costa Rica, Moldavia, Montenegro, Trinidad y Tobago, y Turquía.
En Matemática, los estudiantes mexicanos tuvieron los peores resultados, con un promedio 408 puntos, mientras que el promedio de los países de la OCDE fue de 490 puntos. Nuestro país tuvo un desempeño similar al de Albania y Georgia.
Profesores cualificados
«La falta de profesores cualificados es una importante barrera a la hora de superar las situaciones de desventaja y mejorar el aprendizaje», explica la Organización para el Desarrollo.
Aunque la OCDE advierte que la falta de profesores cualificados es una importante barrera a la hora de superar las situaciones de desventaja y mejorar el aprendizaje, México está lejos de esto, y no solo es una cuestión de recursos.
De acuerdo con un análisis del coordinador de México Evalúa, Marco A. Fernández, la capacitación de profesores en 2017 ejerció el presupuesto más bajo en el sexenio. Aunque fueron aprobados mil 654 millones de pesos a través del Programa para el Desarrollo Profesional Docente, el Estado mexicano sólo gastó 949 millones de pesos, es decir, tuvo un subejercicio de 42%, reportó Animal Político.
A continuación algunos métodos de enseñanza que pueden ayudar a que los niños aprendan mejor
A medida que los #Niños crecen a un ritmo notable, sus habilidades cognitivas y de lenguaje se desarrollan rápidamente durante estos años, pasan de sus primeras palabras a unas más complejas cargadas frecuentemente de la pregunta «¿por qué?».
Durante sus primeros años, los niños tienen una gran imaginación, creatividad y amor por jugar. Ellos van explorando el nuevo mundo y aprendiendo, es por esto muy importante emplear estrategiaseducativas que se adapten a su etapa de desarrollo y al mismo tiempo desafiarlos a crecer.
¿Cómo de fácil es enseñar a los niños?
Si bien muchas personas consideran que enseñar a los niños es gratificante, algunos dirán que a veces es simplemente estresante.
Los métodos y las técnicas varían según el niño. Existen varios estrategias y técnicas que se puede usar para que la #Enseñanza de los niños sea más efectiva. Los niños son versátiles. Antes de dedicarte a un método de enseñanza especifico, hay que descubrir cómo los niños aprenden mejor. Según ellos, puedes escoger los mejores métodos de enseñanza que se adapten mejor al niño.
A continuación, algunos de los métodos que puedes utilizar para enseñar a los niños. Estos los ayudaran a desarrollar su parte lingüística y cognitiva.
Métodos de enseñanza para niños
1.Haciendo preguntas
Debido a que los niños están aprendiendo a hablar y a comprender el por qué de las cosas, durante este período de tiempo es importante involucrarlos en la comunicación tanto como sea posible. Hacer preguntas es una excelente manera de conversar con su hijo mientras lo alientas a pensar en el mundo que le rodea.
Ejemplos de preguntas que puedes hacerles: «¿Por qué crees que sucedió eso?» o «¿Qué haremos mañana?»
2. Aprendiendo con la mirada
Hay niños que aprenden mejor visualmente, de hecho, este es uno de los mejores métodos que se utiliza para la enseñanza.
Tienes que mostrarles imágenes llamativas y preferiblemente definidas a conceptos o figuras que a ellos más les guste, como por ejemplo algún personaje de comiquita o cuento.
3. La lectura
Leer a los niños es la actividad más importante para el desarrollo del lenguaje y para sentar las bases para la alfabetización posterior. Desarrolla la conciencia de los símbolos de sonido, que es un factor importante que influye en la capacidad posterior de un niño para #Aprender a leer. Es recomendable leerles todos los días un cuento, especialmente si viene cargado de imágenes interesantes, esta actividad [VIDEO]ayudará a despertar en él curiosidad, memoria y vocabulario.
4. Enseñar con acciones
Hay que enseñar a los niños a través de las cosas que hagan, ponerlos a construir, crear, representar cosas y experimentar lo que están aprendiendo. Por ejemplo, enseñarles a sembrar una semilla y cuidarla hasta que crezca es un buen método de enseñanza. A los niños les gusta experimentar, tocar y aprender con lo que hacen.
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