Costa Rica cierra filas a la violencia contra la mujer

Centroamérica/Costa Rica/Noviembre 2020/prensa-latina.cu

Los convenios del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) con entidades privadas permiten mejorar el combate al machismo y a la violencia contra las mujeres y las niñas, males en ascenso en Costa Rica.
A propósito de la celebración del Día Nacional e Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Inamu suscribió este miércoles tres convenios: con el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica, con el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica y con la Municipalidad de Curridabat, en esta capital.

La presidenta ejecutiva y ministra de la Condición de la Mujer, Patricia Mora, expresó que esos acuerdos significan avanzar en temas como acoso sexual callejero para reducir la impunidad y una movilidad libre y segura para las mujeres y niñas, así como la eliminación de estereotipos y prejuicios.

Además, prosiguió, lograr la incorporación de la perspectiva de derechos humanos de las mujeres, de género y de diversidad en el ejercicio profesional de las personas agremiadas a ambos colegios profesionales y del personal de la Municipalidad de Curridabat.

El presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, Luis Carlos Pastor, aseguró que debemos erradicar el machismo de nuestra sociedad, y agregó que ello implica un trabajo de construcción y sobre todo de educación importante.

‘Adoptar un enfoque inclusivo e integrado que tenga en cuenta las consideraciones de género, aborde las causas profundas y los factores de riesgo, como los estereotipos, el abuso de las relaciones de poder, nos llevará por las sendas correctas’.

Datos oficiales del Inamu, divulgados por la efeméride, reflejan que hasta el 26 de octubre pasado este país contabilizaba 11 femicidios, y sobre la muerte violenta de otras 50 mujeres, las autoridades estudian 41 casos de posible asesinato por su género.

También, apuntan las 234 mujeres con sus hijos menores atendidas este año en los albergues de la entidad salieron de sus casas al estar en peligro de muerte producto de la violencia machista.

Las denuncias por delitos sexuales ingresados al Ministerio Público durante el primer semestre de 2020 sumaron 37 por los delitos de tentativa de abusos contra mayor, tentativa de abusos contra menores de edad, difusión de pornografía y trata de personas, mientras en igual etapa del año anterior fueron 22, señala el Inamu.

Asimismo, al 30 de septiembre el Ministerio Público registraba siete mil 60 denuncias por violencia contra personas menores de edad, de las cuales tres mil 830 eran por delitos sexuales, hechos que en el 99 por ciento de los casos es cometido por hombres, el 96 por ciento de las víctimas son niñas y el 60 por ciento es realizado por un familiar.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=413839&SEO=costa-rica-cierra-filas-a-la-violencia-contra-la-mujer
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Lucha por la equidad de género, de la mano de la lucha de clases

Por: Marcelo Colussi

En Guatemala, luego de la Firma de Paz en 1996, alguna vez un funcionario de un organismo internacional decía con vehemencia a los consultores que estaban dando forma a un proyecto de apoyo para víctimas de la guerra, que había que posicionar “muy claramente” el tema de género. “Género, género, equidad de género por todos lados”, pedía acucioso. “Eso es lo que los financistas quieren oír”, agregaba con un nada disimulado ímpetu. Esa insistente petición (¿orden?) abría un interrogante: el tema de género como se comenzó a posicionar para la década de los 90 del pasado siglo, ¿surge enteramente de las luchas político-sociales de las mujeres, o tiene algo de artificioso?

Plantear este tema puede verse como un velado machismo que sobrevive subrepticiamente en estas líneas. La intención, sin embargo, es abrir una crítica -serena, profunda y certera- sobre mucho de lo que la llamada “cooperación internacional” impone. La opresión del género femeninoa manos del masculino (patriarcado) es una más de tantas opresiones que recorren la actual dinámica humana, al igual que la económica (diferencia de clases sociales: explotación), la étnica (léase: racismo, “razas superiores” sobre “incivilizados”), el repudio de la diversidad sexual (heteronormatividad reinante descalificadora de otras opciones), adultocentrismo, blancocentrismo, y seguramente más de algún otro etcétera. Luchar contra cualquiera de esas asimetrías no puede hacerse en forma independiente, desgajada: todas las contradicciones se anudan. Imaginemos un mundo manejado, por ejemplo, por mujeres, o por negros, donde también se da la explotación económica (a los varones, o a los blancos): solo sería cambiar de amo. Una verdadera revolución debe modificar todas las asimetrías simultáneamente.

El tema de género, indispensable en las luchas por un mundo de mayor justicia, es de capital importancia. Pero lo que ha venido impulsando ese peculiar mecanismo llamado cooperación internacional en estos últimos años puede llamar a confusión. Vale aquí aquello de “divide y reinarás”. La atomización de las luchas sociales, en vez de potenciarlas, tiende a debilitarlas: cada quien por su lado con su pequeña parcela, logra poco. La cuestión de base no es, obviamente, “mujeres versus hombres”. La actual inequidad de género es un tema social, por tanto, involucra a todos los géneros, al colectivo en su conjunto. Reivindicar a Lorena Bobbit no es el camino.

Nos inspira en esa crítica lo dicho por la feminista comunista Silvia Federici: “No es casual que aunque el capitalismo se base presuntamente en el trabajo asalariado, más de la mitad de la población mundial [amas de casa, trabajadores precarizados] no esté remunerada. La falta de salarios y el subdesarrollo son factores esenciales en la planificación capitalista, nacional e internacional. Esos son medios poderosos con los que provocar la competencia de los trabajadores en el mercado nacional e internacional y hacernos creer que nuestros intereses son diferentes y contradictorios. (…) [Las mujeres] no estamos peleando por una redistribución más equitativa del mismo trabajo. Estamos en lucha para ponerle fin a este trabajo [doméstico no remunerado], y el primer paso es ponerle precio”.

La lucha por la equidad de género, sin articularse con las otras luchas, puede resultar incluso cuestionable. En tal sentido, nos permitimos citar palabras de una incansable luchadora guatemalteca, pionera en la lucha contra el patriarcado en el país, que por razones de seguridad pide ocultar su nombre (la llamaremos simplemente “Entrevistada”). He aquí extractos de una entrevista inédita donde ella plantea estos postulados.

(…) Pregunta: En los 80, en plena guerra, la lucha contra el patriarcado ¿ya empezaba a ser un eje importante?

Entrevistada: Creo que todavía no pasaba a ser tan importante en aquel momento. Creo que hasta ahorita se está reconociendo este tema. Pero no hay que dejar de reconocer que con los comunistas, con los clásicos, es que primeramente se da a conocer la opresión de las mujeres. En su momento no se le daba toda la importancia, pero fueron mujeres comunistas las primeras que plantearon la opresión y la lucha contra el patriarcado. Hay antecedentes de mujeres que venían luchando desde la Revolución Francesa, o desde las luchas de Lenin, y las mujeres comunistas ya habían recorrido un camino, pero nunca se visibilizó ese trabajo. Quizá la única que se visibilizó, seguramente por sus aportes teóricos, fue Rosa Luxemburgo. Después Clara Zetkin, pero no fue tan evidente, más bien fue ocultada. O también Alejandra Kollontai, que hablaba de la sexualidad de un modo pionero, y fue una de las primeras mujeres que ocupó cargos del Estado. Nadia Krupskaya, la compañera de Lenin, que fue una educadora, y así hay muchas mujeres que hasta ahora empiezan a visibilizarse y que en su momento no se las consideraba, pues se decía que no era tan importante la lucha de las mujeres. A pesar de que se tenía todo ese camino recorrido de las mujeres francesas, de las inglesas, por ejemplo con su lucha por el derecho al voto, por prejuicios no se quiere saber mucho de eso. El tema del patriarcado es como con el racismo: son cosas que tenemos tan arraigadas que ni las reconocemos como problema.

(…) El machismo está muy arraigado, es muy difícil combatirlo. Cuando se analiza el patriarcado una se da cuenta que nadie va a querer perder sus privilegios. Porque los hombres, hay que decirlo, tienen más privilegios que las mujeres. Por más que digan que están de acuerdo con la lucha de las mujeres, a la hora de hacer cambios reales de actitudes, de repartir poderes, es muy difícil hacer el cambio.

Pregunta: Cambiar profundamente los patrones culturales es difícil, sin dudas. La transformación social cuesta, con el patriarcado, con el racismo, con autoritarismo. “Vos sos mujer, entonces andá y prepará la comida”. Eso lo tenemos tan incorporado que cambiarlo es cuesta arriba. ¿Qué hacemos entonces?

Entrevistada: Está complicado. Todos los mandatos que trae la sociedad implican esa dificultad, es difícil cambiarlos. Esas son las actividades de las mujeres y estas son las de los hombres; eso parece ya escrito, y por más que quieras hacer cambios de actitudes, tiene que haber una fuerza grandísima para lograrla, y no es fácil. Creo que tienen que pasar generaciones para que se extingan, con un trabajo educativo y político continuo. Por la experiencia que se ve, no es tan fácil de cambiar.

(…) El patriarcado hay que verlo con todas sus facetas: no es algo que solamente sea en la casa. También la sexualidad, el trabajo, la violencia, el trabajo doméstico fundamentalmente. Es todo eso al mismo tiempo. Hasta el año 85 para mí era tan difícil poder ir hilvanando cada una de estas nuevas experiencias que iba reflexionando, porque las iba conociendo, y a partir de los años 85 cuando comparto las reflexiones con otras mujeres que ya lo estaban pensando, se me amplió el panorama. Creo que Cuba todavía no ha logrado definir políticas públicas de mayor impacto en la transformación de las mujeres. Las mujeres han tenido acceso a la educación, y eso está muy bien, pero creo que a la cultura del patriarcado tiene todavía muy arraigada sus raíces en la población, por lo que debe seguir trabajándose. Todo el movimiento de mujeres avanzó mucho en América Latina, y son ellas quienes avanzaron en la lucha contra el patriarcado. Sin embargo, con esto de los lenguajes políticamente correctos ahora hay un retroceso en la lucha. Creo que se ha venido despolitizando el tema de género, se lo ha aguado un poco.

Pregunta: ¿Por qué decís “despolitizado”?

EntrevistadaPorque ya todo el tema de género entró en una cierta moda, un planteamiento vinculado a la cooperación internacional, que fue tornándolo desideologizado, despolitizado. Se lo desvinculó de la lucha de clases, y así perdió toda su fuerza como lucha. Si en Cuba, con una revolución triunfante, cuesta ir haciendo los cambios necesarios, en un contexto como aquí, en Guatemala, de derecha, cuesta mucho más. ¡Cuánto nos costó a nosotras, las mujeres, el reconocimiento de la existencia de violencia en Guatemala! Eso era algo que se tenía por normal. Con toda nuestra lucha empezaron a cambiar un poco las cosas. Empezó a cambiar un poco el marco legal, y así lo empezaron a aprobar una serie de partidos, y en el tiempo, con las Conferencias de las Mujeres organizadas por la ONU, fue que se empezó a reconocer la violencia. Ahora están las leyes, pero su aplicación así como se hace es muy deficiente todavía. Todavía a las mujeres se las manipula, se las excluye; se las hace estar más interesadas en ver la tecnología o la moda, y eso impide que las mujeres estén pensando en tomar conciencia de que son objetos, de que las ven como objetos. La violencia real sigue existiendo, el golpe, la violencia económica, psicológica, y también política.

Pregunta: Desde el 96, cuando se firma la paz, todo se empieza a inundar de cooperación internacional. Fue una avalancha de dólares y euros. Hasta se “puso de moda” el tema de género. ¿Qué opinás de todo eso?

EntrevistadaCreo que desde allí viene la despolitización. Con esa avalancha de dinero cualquiera hacía su grupo sin ningún objetivo estratégico, para conseguir algunos fondos, solamente hablando de equidad de género como una cierta moda que se había instalado. Era un chantaje. Para nosotras fue fundamental tener a la URNG, [Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, unión de los cuatro grupos guerrilleros existentes en ese entonces] porque íbamos luchando dentro de ese marco, al tener la unidad con las otras organizaciones. Teníamos muy claro cuáles eran los lineamientos dentro de ese marco. Como no dependíamos de la cooperación internacional, no teníamos la presión de responder a su agenda. El tema de la organización que propiciábamos estaba más enfocado en las necesidades y la educación formal y no formal de las compañeras, ya que coordinamos con IGER [Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica] la educación primaria y secundaria para mujeres, y lo informal iba acompañado de lo formal. En un inicio nos criticaron, porque las mujeres estábamos haciendo lo tradicional, porque dábamos costura, dábamos cocina, pero eso era lo que las mujeres querían. Pero por otra parte, y esto es lo importante, estas mujeres también estaban recibiendo la escuela primaria, y además había trabajo ideológico a través de los cursos que se daban. Con el partido diseñábamos los contenidos, sin dejar de tener en cuenta el contexto nacional e internacional, las condiciones de la fábrica, las condiciones laborales, las relaciones familiares, cuestiones de sexualidad, cuestiones de violencia. Fue una de las experiencias más significativas para nosotras, tener esa participación de las mujeres de sectores populares. (…) Después empezó la represión, principalmente en las fábricas. También el neoliberalismo iba avanzando, entonces iban desplazando las fábricas nacionales. En ese período de auge de las luchas y de la organización sindical fue que aprovechamos para darles herramientas para se pudieran defender.

Pregunta: Ya pasaron años trabajándose los temas de género, por lo que puede ser pertinente esta pregunta: la cooperación ¿sirve para impulsar cambios o puede funcionar como un freno en las luchas sociales?

EntrevistadaSiempre he pensado que sí, funciona como freno. Nunca se ha logrado hacer una agenda de negociación real entre la cooperación y los movimientos sociales, más del movimiento de mujeres Es una forma de control. Dan el dinero para los proyectos, pero te la pasás haciendo foros, reuniones, mientras te están controlando, y después hay que entregar un informe de qué es lo que se hace, quiénes son los participantes. En realidad es como un control dentro de la población –como una CIA metida adentro–. Allí está ese control, por todas partes. Los grupos de solidaridad con que trabajábamos no te pedían eso. En cambio hoy te dan un almuerzo y tenés que llevar los listados de todos los asistentes; es un control permanente, y además te ponen la agenda. Siempre tiene que estar alguien de la cooperación en cada inauguración, porque tienen que mostrar que financian las actividades. Todo eso le quita autonomía a las organizaciones, y a veces se termina priorizando solo lo de género pero solo en este marco que te fijan, y la cooperación no te permite el trabajo de clase, porque lo de etnia lo hace como parte de la cultura, pero controlado. La cooperación te dice qué se puede tocar y qué no. El tema de lucha de clases salió de escena.

(…) Hoy se habla de género pero no de clase, y antes hay clase pero no género. A nosotros nos tocó hacer esa articulación. Con el movimiento sindical nosotras articulamos las demandas de género con las de clase, así como también lo de etnia. Pero no nos dio tiempo para hacer todo lo que pretendíamos. Estábamos ante temas difíciles de tratar, de visibilizar. Queríamos hacer entender que el acoso sexual no solo se da por el empresario, sino que se da por los compañeros trabajadores también. Chocábamos ahí contra prejuicios, por eso tuvimos que ponernos a pensar y trabajar para que los compañeros se dieran cuenta del asunto.

Pregunta: El tema del patriarcado, ¿te parece que está suficientemente abordado en el campo del movimiento comunista, o ves un déficit allí?

EntrevistadaCambiar el patriarcado es difícil, complicado. Para los hombres es un asunto difícil, porque no quieren perder privilegios. ¿Quién quiere perderlos? Y cambiar el patriarcado es cambiar relaciones de poder. Por supuesto, para los hombres es cómodo seguir manteniendo sus cuotas de poder. No es tan sencillo cambiar eso por decreto.

Fuente e imagen tomadas de: https://rebelion.org/lucha-por-la-equidad-de-genero-de-la-mano-de-la-lucha-de-clases/

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“Las niñas tenemos una visión amplia del futuro”: Sandra Camila, embajadora de Francia por un día

Por @EEColombia2020

Hoy, el Día de la Niña, esta joven de 17 años, de Buenos Aires, Cauca, ocupa el puesto del embajador de Francia, Gautier Mignot, en representación de las niñas de su región. Quiere ser abogada para seguir luchando por la igualdad.

¿Por qué estás en Bogotá?

¿Qué tipo de problemas aquejan a las niñas de tu región?

Una es la violencia física, sexual y psicológica, además de la frustración porque muchas no tienen las oportunidades para estudiar una carrera y muchas veces les queda la opción de quedarse en casa ayudando a sus padres y depender totalmente de un hombre. Por otro lado, la gran mayoría ve la violencia como parte de su vida cotidiana. Que si sales a la calle y te dicen “mamacita rica”, seamos conscientes de que eso no está bien. Eso es acoso. Cada quien tiene derecho a hacer uso de su libre expresión y vestirse y manifestarse como desee sin temor a ser juzgadas.

¿Cómo es la vida para las niñas en estos municipios donde está la violencia y el narcotráfico?

Las mujeres y niñas fueron usadas como objetos de guerra. Han sido víctimas de violencia sexual, muchas secuestradas e incluso hay mujeres que han tenido hijos de excombatientes, producto de un abuso, lo que les ha causado daños físicos y emocionales. Incluso sus hijos han tenido que sufrir la discriminación. Las mujeres han sido pisoteadas. Nos han querido ver sumisas. Pero esta situación está empezando a cambiar, ahora las mujeres están empezando a alzar su voz y están dejando de ser temerosas.

¿Qué tanto hablan las niñas de estos temas?

¿A qué te dedicas?

Me gradué el año pasado en el colegio de Buenos Aires, Cauca. Aprendí muchas cosas, pero me hubiera gustado que la educación fuera mejor, porque la institución educativa no cuenta con implementos necesarios para fortalecer los aprendizajes. Tengo un grupo de niños a los que les doy clases de lectura y les enseño sobre derecho e igualdad de género. Participo en espacios de mi comunidad y sobre todo en la Fundación Plan, que ha hecho un muy buen trabajo con las niñas de mi comunidad.

¿Quiénes son esos niños y niñas que ayudas?

Son del grado tercero de la escuela. Es importante enseñarles sus derechos para que desde pequeños sepan cómo exigirlos. Aprenden a qué entidades tienen que acudir en caso de violencia sexual, física y psicológica. Pero también les enseño sobre valores, como el compañerismo, respeto, amistad, que mejoren sus comportamientos y para que en un futuro sean mejores personas. Es un programa que se llama Construyendo el mundo que queremos.

¿Y cuál es el mundo que quieres?

Quiero un mundo en el que las mujeres y las niñas tengan más oportunidades para acceder a una universidad, tener una educación de calidad; en el que el trabajo del hogar sea compartido; en el que las mujeres adultas tengan los mismos ingresos en sus trabajos que los hombres.

¿Cuál es tu sueño?

¿Qué falta para que puedas entrar a la universidad?

La mayor limitante es la falta de recursos. Las ganas las tengo.

¿Dónde has aprendido todo esto?

En la Fundación Plan gran parte. Desde niña he participado este proceso, comencé a los nueve años en los semilleros. Ha sido un proceso arduo de empoderamiento y creo que ya está dando frutos.

¿Qué dice tu familia y tus amigos sobre esto?

A mi mamá le parece muy bien que participe y sea una chica destacada, que me preocupe por salir adelante. Mi familia me apoya mucho. En ese sentido, le gusta que estudie, que aprenda cosas nuevas. Tengo un hermano de 9 años y otra hermanita de 4. En mi casa también hay trabajo. A mi hermano le enseño que a las mujeres hay que tratarlas bien, respetarlas, porque tenemos los mismos derechos. Y a mi hermanita le leo un libro que me entregó Plan llamado Cuento de buenas noches para niñas rebeldes, para que ella encuentre inspiración y crezca con ese pensar de que las mujeres venimos al mundo a ser y hacer muchas otras cosas diferentes a ser amas de casa o parir, que es la imagen que tienen muchas personas machistas.

¿Cómo cambiar la mentalidad de niñas y niños que están influenciados por conductas machistas?

Hay que empezar no sólo con las niñas sino también con los niños. Si se educa a los niños para que en un futuro sean hombres comprometidos con esta causa y crean en la igualdad, las mujeres vamos a estar más protegidas y unidas. Pero el trabajo debe estar principalmente en las niñas. Aún hay mujeres que no se reconocen como feministas y no comparten los ideales para acabar con esa desigualdad. También hay que trabajar con las familias, con los padres y las madres, que entiendan que las mujeres tenemos más capacidades de lo que se imaginan y vinimos al mundo a ser fuertes, luchadoras, empoderadas, a salir adelante.

¿Qué mensaje envía a quienes viven en las ciudades y piden que siga la guerra?

Que se pongan en nuestro lugar. Es nuestra familia, es nuestro territorio, no pueden pedir que siga la guerra si no la han vivido como la hemos vivido nosotros. A las personas que vivimos en el campo nos duele la guerra, queremos salir adelante, estudiar y trabajar sin miedo. A pesas personas las invito a que vayan a vivir a mi municipio al menos un mes para que cambien esa visión.

Fuente: https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/las-ninas-tenemos-una-vision-amplia-del-futuro-sandra-camila-embajadora-de-francia-por-un-dia-articulo-885383

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Una escuela para desaprender el machismo en Colombia

América del sur/Colombia/03 Octubre 2019/Fuente: El país

La delegación de la Unión Europea en el país lanza una campaña para promover la igualdad de género

Una escuela para desaprender las conductas machistas arraigadas en la sociedad. El concepto, con una dosis de humor, está en el corazón de la nueva campaña con la que la Embajada de la Unión Europea en Colombia se propone provocar una reflexión que permita eliminar actitudes que se repiten bien sea por tradición o costumbre, persistentes formas de discriminación que afectan tanto a las mujeres como a los hombres.

Con ese propósito, la misión diplomática presentó este jueves en la Universidad Escuela de Administración de Negocios (EAN), en Bogotá, ante un auditorio de un centenar de estudiantes y docentes, hombres y mujeres por igual, la Escuela Nacional de Desaprendizaje del Machismo, a la que bautizó ENDEMA. En realidad, no es un centro de estudios sino un creativo vehículo para promover la igualdad de género en Colombia, uno de los temas prioritarios de la cooperación europea.

Preguntas como si le regalaría una muñeca a un niño, quién debe cocinar en el hogar o si alguna vez organizó un plan con amigos para ver a deportistas mujeres que compitieran por Colombia, buscan provocar la discusión y desafiar ideas largamente interiorizadas. Entre las casi 8.000 personas que han contestado la encuesta digital sobre machismo que forma parte de la iniciativa, un 67 por ciento se ha ubicado en la categoría de “medianamente machista”.

“Nuestro objetivo es sobre todo provocar, hacer reflexionar, y también usar las redes sociales, que se están utilizando mucho para el insulto o para una provocación negativa, para crear consciencia y explotar el potencial que tienen para llegar a mucha gente en tiempos muy cortos”, indicó la embajadora de la Unión Europea, Patricia Llombart. “En esta fase queremos llegar especialmente a los jóvenes, por eso hemos escogido la academia para este encuentro”, detalló.

La diplomática estuvo flanqueada por dos potentes símbolos de las luchas por la igualdad. La actriz y activista por las mujeres Alejandra Borrero, embajadora de buena voluntad de la UE, y la bióloga Brigitte Baptiste, nombrada a comienzos de este mes como rectora de la EAN después de una década al frente del Instituto Humboldt. Baptiste, una de las mayores expertas en temas ambientales y biodiversidad en Colombia, ha tenido también una gran visibilidad pública como mujer transgénero.

“Yo fui criada como hombre durante 35 años de mi vida”, recordó Baptiste. “Sigo en ese trabajo también de desaprendizaje del machismo, porque es algo tremendamente pernicioso, que está en lo más profundo de nuestro comportamiento, de nuestra manera de interactuar y uno tiene que hacerse vigilancia permanente para no reproducir de manera cotidiana estos aspectos de la discriminación, de la injusticia”, valoró.

Preguntas como si le regalaría una muñeca a un niño, quién debe cocinar en el hogar o si alguna vez organizó un plan con amigos para ver a deportistas mujeres que compitieran por Colombia, buscan provocar la discusión y desafiar ideas largamente interiorizadas. Entre las casi 8.000 personas que han contestado la encuesta digital sobre machismo que forma parte de la iniciativa, un 67 por ciento se ha ubicado en la categoría de “medianamente machista”.

“Nuestro objetivo es sobre todo provocar, hacer reflexionar, y también usar las redes sociales, que se están utilizando mucho para el insulto o para una provocación negativa, para crear consciencia y explotar el potencial que tienen para llegar a mucha gente en tiempos muy cortos”, indicó la embajadora de la Unión Europea, Patricia Llombart. “En esta fase queremos llegar especialmente a los jóvenes, por eso hemos escogido la academia para este encuentro”, detalló.

La diplomática estuvo flanqueada por dos potentes símbolos de las luchas por la igualdad. La actriz y activista por las mujeres Alejandra Borrero, embajadora de buena voluntad de la UE, y la bióloga Brigitte Baptiste, nombrada a comienzos de este mes como rectora de la EAN después de una década al frente del Instituto Humboldt. Baptiste, una de las mayores expertas en temas ambientales y biodiversidad en Colombia, ha tenido también una gran visibilidad pública como mujer transgénero.

“Yo fui criada como hombre durante 35 años de mi vida”, recordó Baptiste. “Sigo en ese trabajo también de desaprendizaje del machismo, porque es algo tremendamente pernicioso, que está en lo más profundo de nuestro comportamiento, de nuestra manera de interactuar y uno tiene que hacerse vigilancia permanente para no reproducir de manera cotidiana estos aspectos de la discriminación, de la injusticia”, valoró.

Unión Europea en Colombia@UEenColombia

¡Machistas a separar su cupo! Hoy abren las puertas digitales de Escuela Nacional de Desaprendizaje de Machismo para que Colombia le diga NO a la violencia de género y sí a

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En Colombia se han dado avances en igualdad, pero persiste la discriminación, además de altísimos niveles de violencia machista. Las mujeres nunca han alcanzado la presidencia, y en promedio ocupan el 15 % de los cargos de elección popular, muy por debajo de la media en la región. La brecha salarial de género se mantiene en 19%, mientras que las mujeres asumen el 87% de las tareas relacionadas con preparar y servir alimentos, entre muchos otros ejemplos, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

Romper estereotipos es una labor a mediano plazo, reconocen todos los promotores. “No es de un día para otro, toma muchísimo tiempo”, zanja Borrero. “Como sociedad somos absolutamente laxos con este tema, seguimos pensando que las mujeres son menos, que valemos menos, que los hombres nacen pudiendo y las mujeres no. Es muy importante mirarnos de igual a igual”.

La Escuela Nacional de Desaprendizaje de Machismo, que estará al aire en las redes sociales de la UE hasta noviembre, culminará con un video de Las Igualadas –un canal para discutir sobre temas de género del periódico El Espectador– y una nueva encuesta que permitirá obtener un certificado en línea. Forma parte de la campaña más amplia #IgualdadEs, una reflexión sobre los estereotipos de género que la UE promueve desde comienzos del año, de la mano de reconocidas figuras colombianas como el bailarín Fernando Montaño, del Royal Ballet de Londres, o la piloto de carreras Tatiana Calderón, del equipo BWT Arde.

Fuente e imagen: https://elpais.com/internacional/2019/09/26/colombia/1569532167_709431.html

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Perú: Ministro de Educación canta la versión modificada de ‘Arroz Con Leche’ (VIDEO)

Daniel Alfaro manifestó quiere erradicar «patrones machistas» presentes en la mencionada canción

América del Sur/Perú/diariocorreo.pe

«Arroz con leche, yo quiero encontrar, a una compañera que sepa luchar, que sea fuerte y muy audaz, que sea muy valiente y pueda soñar», es la primera estrofa de la versión modificada de la canción infantil ‘Arroz Con Leche’ que el ministro de Educación, Daniel Alfaro, invitó a entonar a los periodistas de Piura durante una capacitación sobre la implementación del enfoque de igualdad de género en el currículo escolar.

La iniciativa, difundida a través de la cuenta de Twitter del titular del Minedu, se realizó como parte de la reflexión que su sector, junto al de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, hizo sobre los patrones machistas que, cuestionó, encierra la conocida canción infantil.

«Una canción con la que hemos crecido y que nos parece normal encierra patrones machistas que queremos erradicar«, publicó su cuenta de la red social.

Enfoque de igualdad

Durante su intervención, el ministro de Educación remarcó que el enfoque de igualdad de género tiene como foco eliminar estereotipos entre hombres y mujeres que generan desigualdad para formar al nuevo ciudadano y ciudadana. La misma que se evidencia en los altos índices de feminicidios y violencia que sufren las peruanas.

Todos somos igual de responsables en la lucha para la erradicar la violencia contra la mujer. La seguridad en nuestras escuelas no es negociable, sostuvo en compañía de su par Ana María Mendieta.

En este sentido, precisó que los estereotipos machistas se reflejan en los alarmantes índices de violencia contra las niñas, niños y adolescentes del país. Esto, a su juicio, se irá erradicando con el tiempo al formar un pensamiento crítico en los escolares contra las frases misóginas que se encuentran normalizadas dentro de la sociedad.

Las cifras alarmantes de violencia nos exigen acciones contundentes para proteger a nuestras niñas, niños y adolescentes, señaló el ministro de Educación.

Asimismo, informó que el Ministerio de Educación ha capacitado a 237 especialistas y 13 mil directores de convivencia escolar para brindar atención oportuna y seguimiento a los casos de violencia escolar, los cuales pueden ser denunciados en el portal siseve.pe.

Más tarde, Alfaro se reunió con los maestros del Sindicato Magisterial de la región Piura para escuchar sus demandas.

Fuente: https://diariocorreo.pe/politica/ministro-de-educacion-canta-la-version-modificada-de-arroz-con-leche-video-837655/

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