Antes, durante y después del 8 de Marzo

Por: Ilka Oliva Corado

La sirvienta seguirá siendo sirvienta, sin beneficios laborales ni derechos humanos. Todo el día, humillada, entre mierda.

La jornalera seguirá siendo jornalera, excluida y violentada, trabajando con el lomo partido de sol a sol, los 7 días de la semana. Hasta las galeras donde duermen tiradas sobre el suelo, no llega el feminismo.

La maquiladora, seguirá pudriéndose en una fábrica, sin derecho ni para ir al baño en horas de trabajo. 117 años después del feminicidio de 123 trabajadoras en aquella fábrica en Nueva York.

Y en el 2017, el feminicidio de 41 niñas en un Hogar Seguro, del gobierno de Guatemala, violentadas sexualmente y torturas por el gobierno.

La tortillera, seguirá quemándose la vida y los sueños frente a un comal. Será la artritis la que la consuma en el olvido de la sociedad.

Antes, durante y después del 8 de Marzo, la paria seguirá siendo paria. Porque hasta la alcantarilla no llega el feminismo. No llega el de las redes sociales, el de las exposiciones artísticas y mucho menos el de acción que es el consecuente, el que transforma.

La mujer negra, indígena y transexual seguirá siendo excluida por el feminismo burgués y blanco. Porque éste también tiene sus límites cuando se trata de romper con el patriarcado, el racismo y el clasismo.

Para la vendedora de mercado, no existe el Día Internacional de la Mujer, tampoco para la analfabeta que lava ropa ajena, ni para la que se desloma limpiando habitaciones de hotel.

No existe para la que vive en un basurero ni para la que hace malabares frente a un semáforo.

No hay 8 de Marzo, para las niñas, adolescentes y mujeres que son violentadas en los bares y en las casas de citas, no hay derechos ni antes, ni durante, ni después. No hay marchas feministas mundiales que hagan un paro mundial exigiendo la eliminación de bares, la eliminación de la explotación sexual, de la trata de personas. No las hay, porque hasta ahí no llega el feminismo. ¿Por que quién levanta la voz por una paria? ¿Qué es una paria en marco feminista?

No habrá 8 de Marzo, ni antes, ni durante ni después, hasta que sean las parias, desde su misma entraña las que se paran así mismas, y tomen el espacio que les han arrebatado falsas feministas, burguesas y oportunistas que ven en la ideología feminista la oportunidad para sobresalir individualmente tomando ventaja de la marginación y el abuso de otras.

Serán las parias, indígenas, negras, transexuales, marginadas, obreras, las que reescribirán el feminismo mundial, las que como Roxa Luxemburgo, Clara Campoamor y Emma Goldman, vayan más allá de lo que es políticamente correcto y derrumben los muros y se salten los cercos y borren toda huella del feminismo de ocasión.

Un día, más temprano que tarde, saldrán desde las entrañas de la alcantarilla, las mujeres que con voz de trueno lucharán por sus derechos, sin permitir que ninguna oportunista las represente. Ese día, caerá la bullaranga que hoy vemos como feminismo de salón, de etiqueta, el feminismo intelectual para las fotos, oportunista y burgués: el feminismo de azadón.

Y ese día, ese día, será la alcantarilla la que hablará y el mundo tendrá que escucharla.

Fuente del articulo:https://cronicasdeunainquilina.com/2018/03/07/antes-durante-y-despues-del-8-de-marzo/

Fuente de la imagen:https://www.google.co.ve/search?biw=1517&bih=653&tbm=isch&sa=1

Comparte este contenido:

La activista negra que forzó los derechos de autor para luchar contra la esclavitud

Marta Sofía Ruiz

Feminista, abolicionista y defensora de los derechos de los afroamericanos, Sojourner Truth usó los derechos de su propia imagen para financiar sus distintas luchas. Adelantada a su tiempo, esta activista del siglo XIX pasó treinta años siendo esclava y, tras huir de su dueño, dedicó su vida a intentar cambiar un sistema con el que no estaba de acuerdo.

Nacida en 1797 como esclava, Sojourner Truth –nombre que adoptó en 1843– pasó gran parte de su vida luchando contra la esclavitud y fue una defensora de los derechos de la mujer y de la igualdad entre blancos y negros. Vendida un total de tres veces, escapó un año antes de que su último dueño se viera obligado a liberarla a causa de las nuevas regulaciones del estado de Nueva York, que avanzaba lentamente hacia la abolición total del esclavismo.

Con su hija pequeña en brazos, abandonó la granja en la que había trabajado los últimos 16 años, dejando atrás a su marido y a otros tres hijos que, ni siquiera con las nuevas leyes, podían obtener aún el derecho a ser libres. “ No salí corriendo, pensando que hacía mal, salí andando, creyendo que todo estaba bien”, explicaría años más tarde.

Desde entonces, su vida se convirtió en una batalla permanente contra lo establecido en la que utilizó todas las herramientas a su alcance para hacer oír su voz. Dotada de una gran espiritualidad, que experimentó a través de su pertenencia a distintas congregaciones, Truth fue una de las primeras afroamericanas que ganó un juicio contra un blanco cuando, en 1928, acudió a los juzgados para conseguir la custodia de su hijo Peter, que había sido vendido a un esclavista de otro estado de forma ilegal. Le dieron la razón. Y no sería la última vez.

En 1832 presentó una demanda por calumnias cuando su nombre se vio envuelto en un escándalo relacionado con el Reino de Matthias –un grupo religioso al que estuvo vinculada durante un tiempo– y obtuvo 125 dólares, lo que equivaldría a unos 2.600 euros en la actualidad. Años más tarde, en 1865, presentó cargos contra un conductor de un tranvía que la había intentado tirar del vehículo y que, debido a su denuncia, fue apartado de su puesto de trabajo.

Sin embargo, puede que uno de los puntos más peculiares de la historia de esta luchadora pionera sea el uso que hizo de su propia imagen, que ha permitido que distintas fotografías en las que aparece hayan llegado hasta nuestros días. En ellas, Truth, una mujer alta y ya en sus sesenta, mira al espectador con una pose digna, ataviada con la vestimenta cuáquera que adoptó en las últimas décadas de su vida. Con un precio de 25 centavos –lo que en la actualidad equivaldría a unos 6 dólares o a unos 5 euros–, aquellos que las adquirían contribuían a la labor de predicación de Truth, que recorrió el este y el medio-oeste de Estados Unidos defendiendo sus ideas.

LA SOMBRA PARA PROTEGER LA SUSTANCIA

La tarjeta de visita o ‘carte de visite’ fue un formato fotográfico para retratos de estudio nacido en Francia que se convirtió rápidamente en un fenómeno social, expandiéndose por toda Europa y Estados Unidos. Los álbumes para coleccionar y mostrar estas tarjetas de pequeñas dimensiones se volvieron habituales y las personas intercambiaban sus retratos y adquirían otros nuevos, siendo especialmente relevantes los de personajes prominentes de la época.

Truth encontró en estas ‘carte de visite’ un modo de financiación y, a la vez, una forma de reivindicación peculiar. La abolicionista decidió que la propietaria de las imágenes en las que aparecía era ella, y no el fotógrafo que las realizaba. Por ello, ponía en los retratos que el ‘copyright’ le pertenecía.

Tal y como explica el libro ‘Enduring Truths. Sojourner’s Shadows and Substance’, poco después de que la activista empezara a reclamar derechos sobre su imagen, Estados Unidos introdujo una enmienda que clarificaba el ‘copyright’ estableciendo que “los autores que habían creado las fotografías y los negativos de las mismas eran los poseedores de la propiedad intelectual.»

A pesar de que los fotógrafos no se dieron demasiada prisa en ejercer sus derechos legales, las imágenes que incluyen ‘copyright’ mencionan habitualmente a su creador. Por ejemplo, Mathew Brady –el fotógrafo– es el que aparece como poseedor de los derechos en su retrato de Abraham Lincoln, a pesar de la importancia del presidente. No era así en el caso de Truth, que consiguió obtener la propiedad de las imágenes que protagonizaba. De hecho, solo dos de sus cartas de visita, de las primeras realizadas en los años sesenta del siglo XIX, mencionan al fotógrafo. Y aún así también incluyen su nombre.

“En sus cartas de visita, Truth exigía que se imprimiera su nombre tanto en la parte delantera como en la parte trasera de la foto. Esto es muy inusual, pocas cartas de visita incluyen el nombre de la persona que aparece en ella y, hasta donde yo sé, ninguna tiene derechos de imagen asociados a la persona fotografiada, lo que sí sucede en el caso de Truth”, explica en el libro Darcy Grimaldo Grigsby.

El nombre de la activista no es lo único que se grababa en esas fotos: «Vendo la sombra para mantener la sustancia», solía aparecer escrito acompañando a la imagen de Truth. Este lema era su forma de explicar, y reclamar, que después de haber sido vendida en numerosas ocasiones, era ella ahora su única propietaria y la que decidía comercializar una parte de sí misma.

A pesar de que los fotógrafos que realizaban su retratos podrían haber reclamado el ‘copyright’, la mayoría de los autores de sus cartas de visita estuvieron de acuerdo en cederle su derecho sobre las imágenes y ni siquiera aparecer mencionados. En contra de la ley, la convención y la práctica general, Truth poseía incluso la sombra de su imagen.

¿ACASO NO SOY UNA MUJER?

Este juego con el ‘copyright’ le permitió pasar las últimas décadas de su vida luchando por la abolición total de la esclavitud, por el voto de los afroamericanos y las mujeres –acudió en varias ocasiones a las urnas pero nunca la dejaron votar–, por el derecho a la educación y a la propiedad de terrenos de los esclavos emancipados, por la desegregación de los tranvías y por la eliminación de la pena capital.

Adelantada a su tiempo y defensora de las nuevas tecnologías –como dejó patente en cartas que remitió a distintas publicaciones–, Truth no pasó a la historia por su reivindicación original y tan particular de los derechos de imagen, sino por su aclamado discurso ‘ ¿Acaso no soy una mujer? que pronunció en la Convención de Mujeres de Akron (Ohio) en 1851, en el contexto previo a la Guerra de Secesión. Durante su mensaje, según la transcripción que otros realizaron de sus palabras, Truth reivindicó y estableció un paralelismo entre la la lucha por los derechos de las mujeres y los de los afroamericanos.

“Los caballeros dicen que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carretas y para pasar sobre los huecos en la calle y que deben tener el mejor puesto en todas partes. Pero a mí nadie nunca me ha ayudado a subir a las carretas o a saltar charcos de lodo o me ha dado el mejor puesto. ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mis brazos! ¡He arado y sembrado, y trabajado en los establos y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo! ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Puedo trabajar y comer tanto como un hombre, si es que consigo alimento, y puedo aguantar el latigazo también!”

Futura protagonista del reverso del billete de 10 dólares, que homenajeará a las pioneras que lucharon por el sufragio femenino, y con un asteroide nombrado en su honor, los métodos de esta luchadora, que se declaró dueña hasta de su sombra, le ayudaron a combatir las injusticias y le hicieron ganarse un hueco en la historia de sus diferentes luchas y también, de pasada, en la de la propiedad intelectual y el ‘copyright’.

Fuente del articulo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/Sojourner_Truth-abolicionismo-esclavitud-feminismo-derechos_0_544545763.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/hojaderouter/Vendo-proteger-sustancia-inscripcion-tarjetas_EDIIMA20160804_0184_18.jpg

Comparte este contenido:

Los derechos de las mujeres se juegan en el transporte público

Por: Rose Delaney

El acoso que sufren las mujeres en el transporte público está tan generalizado en todo el mundo, que lo más común es que se callen y no denuncien el acoso verbal, sexual y físico que sufren en ese espacio.

Hay estudios que estiman que alrededor de 1,5 millones de las niñas que en 2030 serían susceptibles de sufrir algún tipo de violencia y acoso por su condición de género en el transporte público, residirán en las ciudades. Si en tanto que comunidad internacional de mujeres, hacemos la vista gorda a las miradas que chorrean saliva y al contacto denigrante de los hombres, ¿no estaremos avivando un “mercado de carne” y sucumbiendo a la objetivación sexual de las mujeres a escala global?.

En Bogotá, la ciudad colombiana considerada como la que tiene el transporte público más peligroso del mundo para la población femenina, seis de cada 10 mujeres denunciaron haber sido víctimas de acoso físico mientras viajan. ¿Acaso la renuncia de las mujeres a reconocer el temor generalizado que les provocan bien adentro no le da a los hombres que chistan un poder imbatible?.

Al desestimar el acoso, ¿las mujeres no estarán fortaleciendo la cadena represiva del patriarcado al no cuestionar ni reprender ese comportamiento? Una buena oportunidad para hacer frente al acoso sexual y a la amenaza que soportan las mujeres en el transporte público y luchar por su derecho básico a la libertad de movimiento en su propio entorno es la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible (Hábitat III). En especial porque en el encuentro, organizado por ONU Hábitat y que tendrá lugar en Quito del 17 al 20 de octubre, se discutirá una Nueva Agenda Urbana mundial.

Muchas personas podrán considerar que chistar o que un “pequeño manoseo” son inofensivos, pero el retroceso que implica que los hombres supongan una amenaza para ellas en el transporte público es vital. La gente no se pone a considerar que un comentario amenazante ni que una mirada lujuriosa puede representar un obstáculo para la libertad y el desarrollo educativo y social de las mujeres. Según los últimos debates dirigidos por el espacio digital de debates Wikigender, las cuestiones relacionadas con la accesibilidad y la seguridad pueden disuadir a las mujeres de usar espacios públicos, de continuar su educación, de aprovechar oportunidades económicas y de recibir atención médica.
Si la Nueva Agenda Urbana que saldrá de Hábitat III se concentra en cómo hacer para que el transporte público contemple a las mujeres, se estará más cerca no solo de lograr el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que promueve la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. También ayudará a cumplir con el 11 ODS, que se propone lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

La necesidad de erradicar los sistemas de transporte que son omisos frente a las cuestiones de género es especialmente importante en la coyuntura actual y por primera vez en la historia, pues hay más personas viviendo en las ciudades que en las áreas rurales. No hay mejor momento para implementar iniciativas inclusivas de género en el transporte que el actual. En los países en desarrollo, cinco millones de personas comienzan a vivir en las ciudades cada mes. Un informe de la organización humanitaria a favor de la infancia y la adolescencia Plan International indica que el miedo a la violencia que sienten las adolescentes prevalece particularmente en ciudades de países en desarrollo como Kampala, Nueva Delhi y Lima, donde se realizó la investigación.

Las conclusiones hablan a gritos del terror y de la incomodidad que genera un sistema de transporte que no contempla las cuestiones de género en perjuicio de niñas de apenas 12 años. En Nueva Delhi, solo 3,3 por ciento de las consultadas dijeron sentirse seguras en un medio de transporte público. En tanto, en Lima, solo 2,2 por ciento dijeron sentirse seguras cuando caminaban en espacios públicos. Mientras que en Kampala, más de 80 por ciento de las jóvenes mujeres entrevistadas dijeron no sentirse seguras en la transición urbana, en general. El estudio se realizó en distintas partes del mundo, sin embargo, el silencio fue el común denominador en todas partes. La duda de las mujeres a la hora de denunciar situaciones difíciles permite que se mantenga el círculo vicioso de victimización, acoso y amenaza en el transporte público. Las entrevistadas subrayaron el hecho de que sus opiniones no fueron consideradas a la hora de realizar la planificación urbana y compartieron un sentimiento generalizado de exclusión en lo que respecta a la toma de decisiones clave en sus respectivas ciudades. Y lo que es irónico, muchas jóvenes restaron importancia o excusaron las acciones de los acosadores y agresores. Durante las entrevistas para el informe de Plan International, palabras como “agresión” y “acoso” fueron reemplazadas por “tonteo inocente” en Nueva Delhi y por “contacto inapropiado” en El Cairo. Eso revela que la renuncia de las mujeres que sufren acoso y violencia a condenar a los agresores deriva de un sentimiento intrínseco de la vergüenza que les ha sido inculcada. Y en lo que puede considerarse como un proceso de revictimización, el profundo temor social de ser responsable del acoso, la consiguiente consecuencia de ser objeto de burla, de ridículo y hasta de sufrir castigos, funciona como eje del silencio que rodea al acoso contra las mujeres en el transporte público. A la larga, la recurrente negación del derecho fundamental que tienen las mujeres a desplazarse en las ciudades no genera nada menos que indignación.

La incomodidad y la inseguridad femenina ya no pueden considerarse una “norma social” o una consecuencia asociada o vinculada al hecho de ser mujer. La apatía de los testigos del acoso es consecuencia de un miedo subyacente a intervenir de alguna forma en la situación. Si nadie elige condenar la agresión, seguirán existiendo los obstáculos a la libre circulación de las mujeres. Es fundamental comprender que este asunto no es menor ni específico de las mujeres, sino que es una epidemia mundial avivada por un sentimiento de machismo adquirido. De hecho, una investigación realizada por Hollaback, un movimiento internacional contra el acoso callejero, y  la estadounidense Universidad Cornell, en base a 16.000 entrevistas en 22 países, concluyó que entre 80 y 90 por ciento de las mujeres sufren acoso en espacio públicos.

La evidencia revela la impactante dimensión del acoso público al punto que 66 por ciento de mujeres alemanas consultadas dijeron que las habían manoseado o toqueteado en público y que 47 por ciento de las indias fueron testigos de distintos tipos de exposición masculina en espacios públicos. En Nueva York, se estima que no se denuncian 96 por ciento de los casos de acoso sexual ni 86 por ciento de las agresiones sexuales que ocurren en los trenes metropolitanos subterráneos. En Bogotá, la ciudad colombiana considerada como la que tiene el transporte público más peligroso del mundo para la población femenina, seis de cada 10 mujeres denunciaron haber sido víctimas de acoso físico mientras viajan.

Esos datos revelan que el continuo acoso de los hombres es una amenaza generalizada y perjudicial para el futuro de la igualdad de género.  Por eso es fundamental que la Nueva Agenda Urbana de Hábitat III implemente iniciativas con un fuerte énfasis en lograr que la movilidad de las mujeres y las niñas sea segura en los entornos urbanos.  Al garantizar un transporte seguro y la protección de las mujeres, crear una red de apoyo y reconocer el significado fundamental de la voz femenina en los procesos de decisión en los ámbitos urbanos, estará allanado el camino para que se desplacen libremente en las ciudades. De esa forma, la próxima mujer o niña que se sienta amenazada por una mirada denigrante o por un comentario humillante no temerá a las consecuencias de los reproches, y en cambio denunciará al acosador y ayudará a poner fin a la inseguridad y a la victimización en el transporte público.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216734&titular=los-derechos-de-las-mujeres-se-juegan-en-el-transporte-p%FAblico-

Comparte este contenido:

Semiótica de cierta inteligencia monstruosa en la ética y en la lógica del mercado ¿Todas las “lindas” son “tontas”?

Por: Fernando Buen Abad

Mascaradas de la “belleza” burguesa. Por si fuese poca la avalancha represora que la ideología de la clase dominante descargó, históricamente, contra las mujeres, llegó el capitalismo con su creatividad y rápidamente las convirtió en masa explotada con carácter decorativo y estigma de “cabeza hueca”. La burguesía tardó siglos en confiar el voto político a las mujeres, por ejemplo. “En el comportamiento hacia la mujer, botín y esclava de la voluptuosidad común, se manifiesta la infinita degradación en que el hombre existe para sí mismo… Del carácter de esta relación se desprende en qué medida el hombre ha llegado a ser y se concibe como ser genérico, como ser humano: la relación entre hombre y mujer es la más natural de las relaciones entre uno y otro ser humano”. Marx

Convertidas en seres superfluos, serviles y dóciles las mujeres del ideal burgués debieron asumir, además, un mandato mercantil útil para reforzar el consumismo. Se las habilitó culturalmente para hacer las compras de las cosas menores. Jamás lo “caro”, jamás los “electrodomésticos” de “alta gama”, jamás las cosas que el hombre compra. Los publicistas saben bastante de esas trastadas ideológicas. Esa “capacidad” de compra establece el grado de éxito que las mujeres deben conquistar en el torneo burgués del éxito social, la aceptación y la admiración de otras mujeres. Especialmente. Para la burguesía la mujer (que se vuelve, también, propiedad privada) depende -su ontología– de la cantidad de dinero que el marido le da para gastar en las cosas “del día a día” y en la ropa que se pone para decorar bien a su personaje. Les llaman “señoras”.

Pero hay un reducto ideológico (de falsa conciencia) en el que se producen y reproducen las patologías más humillantes del capitalismo. Es un reducto histriónico en el que las mujeres se ven obligadas a ser “tontas” rentables. Eso se ve en la “tele”, en los “diarios”… en todos los medios y en todos los horarios. Es el reino del individualismo y de la egolatría de mercado que busca en las mujeres “lindas” a su presa predilecta porque, según reza la moral mercenaria de la publicidad, “lo lindo vende”. A eso se debe la profusión histérica de estereotipos que la burguesía impone a las mujeres para derrotarlas en una prisión ideológica invisible alambrada con anti-valores de mercado y conductas convenencieras para poner a salvo las instituciones de la familia, las iglesia y el estado burgués. El fetichismo de la belleza femenina y su valor de mercado. Vestidas o desnudas.

Se trata de un reducto ideológico en el que se amasan convicciones y conductas que, por colmo, cuentan con la complicidad de algunas mujeres y muchos hombres. Las más colonizadas tienen tendencia a hacerse famosas en la farándula mediática burguesa. Con o sin éxito, en las artes de exhibicionismo de las “lindas” los principios de mercado predominan, más allá de lo imaginable, en el centro mismo de la vida diaria. Incluso en el cuarto de baño donde recalan cientos de los productos “indispensables” para dar mantenimiento al modelo de “belleza” ordenado por los “medios”. Pero se trata de una “tontería” impostada que envuelve una gran astucia mercenaria y una moral de vendedor que, para venderse a sí mismo, cuenta con muchos clichés y muy poco tiempo. La “lindura” de mercado dura poco por que la velocidad del consumismo es una maquina productora de desechos humanos a destajo.

Las “lindas” “tontas” son ese cliché que ha tenido éxitos mercantiles resonantes. Dicen algunos que es una forma del “sex appeal” que condimenta magníficamente la imposición de los valores burgueses y todas esas aplicaciones, decadentes y humillantes, que uno mira por las calles en la apariencia más cruel que la realidad impone. Hay personas que transitan su vida entera sin percatarse del rol impuesto por una sistema económico enfermo, también, de “mercancías humanas”. Desde su mascarada, aquellas mujeres que juegan (con su voluntad o sin ella) el papel de “tontas” “lindas” van midiendo con una vara burguesa la cantidad y la calidad de sus victorias seductoras más rentables. Suele haber detrás de la apariencia de “tontas”, inteligencias mercenarias muy brillantes agazapadas entre los pliegues efímeros de su “lindura”. Garantizadas las reglas del negocio, algunas se contentan con la “fama”, otras aspiran a ser “divas” bajo el supuesto de que se puede ser “bella”, “tonta” y además “madura”. “Vieja”, es un término que la burguesía usa casi exclusivamente para las mujeres proletarias.

Por todo eso es que las luchas de género (que son realmente de clase) en el mundo revisten, con grados diversos, un carácter revolucionario fundamental. Especialmente esas luchas, no exclusivas de mujeres, en las que se demuele sistemática y profundamente la ideología de la clase dominante y todas sus trampas opresoras. Por más sutiles o seductoras que se presenten. A pesar de eso no contamos aun con una corriente crítica internacionalista capaz de generar repudios contundentes contra el modelo de humillación con que la burguesía somete a no pocos millones de mujeres. En todo el mundo y en pleno siglo XXI. Es necesario ser concientes, sensibles, solidarios y proactivos en las luchas emancipadoras que no son sólo de “género” porque son fundamentalmente de clase. Es necesario el desarrollo de una praxis revolucionaria que deplore y combata todo modelo de opresión por más “lindo” que parezca y siempre abrazando -con fuerzas amorosas y fuerzas científicas- a toda víctima. Aunque lo “lindo” y lo “tonto” haga creer a esas víctmas intocables, reverenciables o superiores.

Una larga lista de luchas, luchadoras y luchadores sociales enriquece la perspectiva revolucionaria que nos acerca a un mundo liberado, por fin, del capitalismo y de toda la parafernalia grotesca que nos ha impuesto, también, con sus mercancías humanas y sus mercancías ideológicas. En esa larga lista de frentes para la lucha se desarrolla, de manera desigual y combinada, un repertorio de crítica que se impulsa científicamente porque aprendió a no ser víctima de los chantajes morales, éticos o estéticos que la ideología burguesa despliega, fundamentalmente, para inmovilizarnos y dominarnos. Un buen día los pueblos dejarán de ser vulnerables a la guerra psicológica que usa “lo lindo” y lo “tonto”(entre miles de subterfugios) como estrategias de ablandamiento, como trampas para generar solidaridades que, tarde o temprano, operarán en contra de las víctimas. Nada más anti-cristiano, por cierto. Un día aprenderemos a dejar de ser usados por la lógica del mercado aunque se presente en “paños menores”, con gestos sugerentes o con “hermosa” “tontería” impostada, de esa que tanta chatarra ha ayudado a vender en un mundo ahogado con mercancías que buscan millones de compradores compulsivos.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=215915

Comparte este contenido:

Ruanda: Nobel de la paz Malala pide educación de calidad para refugiados

Ruanda/16 Julio 2016/Fuente: Spanish.CHINA.ORG.CN

La ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafza, advirtió que el mundo podría perder a la futura generación porque los jóvenes, en especial las mujeres, enfrentan muchos desafíos en condiciones de refugio.

La ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafza, advirtió que el mundo podría perder a la futura generación porque los jóvenes, en especial las mujeres, enfrentan muchos desafíos en condiciones de refugio.

Malala, quien está en Ruanda desde el miércoles, dijo que los donadores internacionales y todos los países deben convertir a la educación en una prioridad y deben invertir en los niños refugiados.

La activista hizo la declaración el jueves al visitar el campamento de refugiados Mahama, donde se encuentran más de 49.000 refugiados de Burundi.

La gira regional de Malala, que comenzó el martes en el campamento de refugiados somalíes Dadaab en Kenia, tiene el fin de abogar por los refugiados en África bajo los auspicios del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

En la capital ruandesa, Malala se reunió con el presidente del país, Paul Kagame, y con otros funcionarios gubernamentales, antes de visitar el campamento Mahama, en el este de Ruanda.

La joven de 19 años de edad interactuó libremente con niños y mujeres refugiados, quienes le contaron sus historias, sus dificultades y ambiciones futuras.

Todo lo que necesitan los niños refugiados es educación de calidad, dijo Malala.

«La educación es la única herramienta que puede empoderarlos, pero desafortunadamente en este campamento de refugiados hay demasiados estudiantes que no pueden tener acceso a la educación», agregó.

Malala declaró que las niñas refugiadas en campamentos enfrentan muchas dificultades, tales como violencia sexual y pobreza, pero sus voces deben ser escuchadas y sus derechos respetados.

«Elevar la voz por las jóvenes, sean refugiadas o no, es muy importante. La comunidad internacional, los medios de comunicación, los líderes necesitan dar importancia a la voz de las chicas jóvenes, su voz importa, también son individuos y seres humanos», agregó.

Más de 15.000 niños refugiados del campamento Mahama estudian en una escuela primaria y secundaria cercanas, pero más de 2.700 no tienen oportunidad de acudir.

Malala, acompañada de su padre y de funcionarios gubernamentales, dijo que quedó impresionada por el valor y ambiciones de las niñas refugiadas.

Acnur calcula que en el mundo existen más de 60 millones de refugiados, de los cuales, 22 millones no pueden acudir a la escuela.

La activista paquistaní a favor de la educación de las mujeres ganó fama internacional en 2012, cuando fue baleada en la cabeza por un miembro del Talibán por las críticas que hizo al grupo y por defender la educación de las niñas.

Malala celebró su cumpleaños el año pasado con la inauguración de una escuela para niñas refugiadas sirias en Líbano.

Las ediciones 2013, 2014 y 2015 de la revista «Time» incluyeron a Malala entre «Las 100 personas más influyentes del mundo».

El 12 de julio fue declarado en 2013 por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, como el «Día de Malala», para que coincidiera con su cumpleaños.

Funcionarios del gobierno ruandés y Acnur creen que la visita de Malala podría contribuir a que los donadores aporten más fondos para apoyar la educación de los refugiados.

Fuente: http://spanish.china.org.cn/international/txt/2016-07/15/content_38892984.htm

 

Comparte este contenido:

De una mujer

Venezuela/ 07 de Junio de 2016/Aporrea

Por: Marta Ortega

“Una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe
Proyectar la vida de una familia, sino también la de una sociedad
Y el futuro de un milenio”
Rigoberta Menchú

Hay que tener presente que hasta principios del siglo pasado las mujeres se hallaban limitadas al espacio familiar y descartadas casi por completo del  ámbito público. Debemos aceptar que la opresión de la mujer y la desigualdad todavía existen, según la ONU, una de cada tres mujeres puede sufrir abusos sexuales en su vida, la ONU también tiene un slogan que dice que las mujeres tienen 2/3 partes del trabajo mundial y reciben una remuneración de 1/3 partes.

El avasallamiento hacia las mujeres es un asunto cultural que por miles de años se ha venido construyendo. Es a lo largo del siglo XX, que este hecho  fue variando poco a poco, y siempre acompañado con el problema principal: El Machismo, de quienes no ven la capacidad administrativa, financiera, artística, que puede tener una mujer, ni aceptan su potencial desenvolvimiento o habilidad demostrada en la competente ejecución que  como médicas,  administradoras, ingenieras, pilotos de avión, senadoras, diputadas presidentas de repúblicas, pudieran haber realizado. Los programas de la “ONU MUJERES” han aprobado La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la cual defiende el derecho de las mujeres a participar en la vida pública, mientras que la Plataforma de Acción de Beijing insta a eliminar los obstáculos para la participación igualitaria. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio miden los avances hacia la igualdad de género.

Al manifestar los logros de las mujeres, su capacidad de transformación personal y colectiva, cambiándolas en unas exitosas luchadoras, también debemos admitir que todavía falta mucho camino por recorrer y que aún existen mujeres  que no han hecho conciencia que no confían ni apoyan la capacidad de otras mujeres, señalándolas con calificativos discriminativos, convirtiéndose en enemigas de las mujeres que escriben la historia de la igualdad y superación para todas si tomar en cuenta ni raza o clase social.

La opresión en las mujeres es una manifestación que cruza las clases sociales porque afecta a todas las mujeres, no solo aquellas que pertenezcan a la clase trabajadora, hay violencia, vejaciones, y formas de dominación contra la mujer, en todos los estratos sociales, aunque sean cualitativamente diferentes para las mujeres en las diferentes clases. Los privilegios y beneficios materiales que disfrutan las mujeres de la clase dominante, las conduce, por el interés en preservar los privilegios que disfrutan, a  defender el orden social existente. De allí que la señora esposa del diputado Ramos Allup califique a la mujer trabajadora, (quienes somos todas las que apoyamos  la propuesta de cambio del proceso bolivariano) de sucias y mal arregladas, mujeres quienes no solo luchan contra la pasividad y la dependencia en sus relaciones, sino también contra la idea de ser definidas en términos sexuales y de ser obligadas a empaquetarse y venderse solo como objeto de exhibición.

En la sociedad se mide la civilización, por el progreso de las mujeres hacia la  libertad  pero  como contrapartida, existe aun, quienes ven a la mujer solo como objeto decorativo para ejemplo lo que ha manifestado Trump en sus libros “El Arte de volver” y el “Arte de Ser Donald” en los cuales deja explicito como para él, las mujeres son inferiores, expresando “Las mujeres son en esencia, objetos estéticamente agradables”. Siendo esta la expresión de cómo la clase dominante considera al sexo femenino, concepción tan arraigada que las mujeres de esa clase, se valorizan por la ropa de marca que posean y el maquillaje que se colocan, desvirtuando su valor intrínseco como ser humano superior.

 “Dentro este sistema las mujeres son doblemente esclavas y para liberarse tienen que ser doblemente revolucionarias.”

Alex Pimentel

Fuente: http://www.aporrea.org/oposicion/a229134.html

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=mujeres+luchadoras&client=firefox-b-ab&biw=1024&bih=489&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiB7t3z0qLNAhXBHR4KHbyQCF4Q_AUIBigB#imgrc=621VLNLOAbVsOM%3A

Comparte este contenido: