Incertidumbre política en Francia

Francia/Marzo de 2017/Fuente: Capital  Bolsa

Nos encontramos en un momento en el que los eventos electorales teóricamente imposibles se hacen realidad, como es el caso del Brexit y de Donald Trump. El próximo se encuentra a la vuelta de la esquina y cada vez pisa más fuerte, su nombre es Marine Le Pen, la líder del partido político de la ultraderecha francesa.

Las elecciones tendrán lugar el próximo 23 de abril en primera ronda, y el 7 de Mayo en segunda ronda, y está generando una gran incertidumbre en los mercados debido a que la victoria de Le Pen empieza a considerarse como una posibilidad real. Los inversores comienzan a incluirlo en sus valoraciones.

Ahora bien, para poder entender esta incertidumbre que se está generando en el mercado es necesario conocer las propuestas que propone la líder de la ultraderecha, la viabilidad para que dichas propuestas se cumplan, y cómo está digiriendo el mercado la situación.

El pasado 4 y 5 de febrero Le Pen reveló los “144 compromisos” que constituyen su programa electoral con los que busca una Francia “libre”, “segura”, “próspera”, “justa”, “orgullosa”, “potente” y “sostenible”, y entre los cuáles destacamos dos de sus promesas. En primer lugar dice que reducirá drásticamente la migración, expulsará a todos los inmigrantes ilegales y restringirá ciertos derechos ahora disponibles para todos los residentes, incluida la educación gratuita.

Fuente: http://www.blogscapitalbolsa.com/article/12130/incertidumbre_politica_en_francia.html

 

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¡Pilos con la Universidad Nacional!

Por: Germán Eduardo Vargas

A propósito del Plan Decenal de Educación 2016-2026, reconociendo las buenas intenciones de su gestora, la exministra Parody, es importante precisar que sus iniciativas no resuelven problemas estructurales, aunque ella manifestara que “la educación de calidad ha dejado de ser un privilegio de ricos”.

De hecho, Colombia no mejoró en el componente higher education & training del Informe de Competitividad Global, solo 34 por ciento de los bachilleres transita hacia la educación superior, y apenas 9 por ciento de quienes ‘pertenecen’ a estratos bajos logra hacerlo. Las causas de estas deficiencias han sido las incoherencias entre el origen y destino de los recursos.

Por ejemplo, es contradictorio que las licoreras patrocinen la educación (el deporte), o que la inversión pública –directa e indirecta– refuerce la privatización, tal como evidencian las instituciones acreedoras del Icetex o ‘Ser Pilo Paga’.

Respecto a la calidad y el objeto de la educación, persisten las deficiencias en el énfasis racional (Stem), pensado para la ‘nueva economía’, y se continúa ignorando que necesitamos una ‘nueva sociedad’, para el posconflicto, formada en humanidades e inteligencias alternativas (emocionales) que faciliten la reconstrucción de capital social.
No obstante, la mayor contradicción es el programa de becas ‘Ser Pilo Paga’, que desplazó la agencia de recursos, por demanda, hacia instituciones privadas que no ostentan el reconocimiento internacional y la excelencia de la Universidad Nacional, que está abandonada y debe ser honrada, con recursos y protagonismo, en el sesquicentenario de su fundación.

Su proceso de admisión es más riguroso y específico que las Pruebas Saber, y cualquiera de las universidades más beneficiadas por ‘Ser Pilo Paga’, y su Programa de Admisión Especial y Movilidad Académica ofrece oportunidades con sentido de inclusión y equidad. Entretanto, el costoso e insostenible modelo ‘Ser Pilo Paga’, ha dejado como consecuencia: exclusión, pues ese beneficio está limitado a una minoría; deserción para satisfacer cobertura y calidad en la oferta pública; mercantilización (el porcentaje de crecimiento del salario mínimo es un tercio del incremento en el costo de matrículas), y discriminación hacia los egresados de universidades públicas (el proyecto de ley 062/16C corregiría esta falla).

Como ejemplo de democratización, considere el enfoque social de Uniminuto, en proceso de acreditación), fundada para aprender de las comunidades en las regiones, y contribuir a la construcción de soluciones, desarrolló un modelo solidario de matrículas y becas galardonado por el Banco Mundial. Esa institución se ha fortalecido mediante alianzas con la Universidad de los Andes, y su plataforma virtual puede consolidarla como la moderna Unad: Universidad Nacional ‘Abierta y Digital’.

El Ministerio debería convocar a los mejores docentes para desarrollar y certificar contenidos de acceso público, capitalizando las directrices del Centro para la Innovación Educativa (Giving Knowledge for Free, Ceri-Ocde) y la Estrategia Reda (Recursos Educativos Digitales Abiertos, Ministerio de Educación).

Fuente: http://www.portafolio.co/opinion/german-eduardo-vargas/columna-german-eduardo-vargas-guerrero-de-diciembre-502079

Foto de archivo

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El movimiento estudiantil contra la Universidad SA

Por: Enric Llopis

En los centros superiores de enseñanza los estudiantes estaban viendo que no se les formaba como tales profesionales libres y creativos del futuro, con un concepto de servicio a todos (…) sino en razón de las demandas concretas de las empresas para sus necesidades concretas, para su beneficio económico o para la expansión del capitalismo”, escribía el periodista Eduardo Haro Tecglen en el libro “El 68: Las Revoluciones Imaginarias”. Tal vez se trate de la eterna aspiración. El pasado 24 de noviembre miles de estudiantes del estado español participaron en una huelga general y se manifestaron contra las “reválidas” previstas en la LOMCE o Ley “Wert”. Un mes antes se convocó otra huelga estudiantil y protestas en la calle contra estas pruebas de evaluación final para la obtención del título del graduado en ESO y bachiller. La nueva correlación de fuerzas parlamentaria obligó a Rajoy a suspender los efectos académicos de las reválidas el 27 de octubre.

Publicado en abril de 2015 por Caliu Espai Editorial, el libro “Universitat Perduda” recoge 220 páginas de reflexiones, pequeños ensayos, panfletos, comunicados, cómics y fotografías de las luchas del movimiento estudiantil en el País Valenciano durante los últimos años. Algunos de los protagonistas dan cuenta de las movilizaciones, las diferentes formas de organización y sus límites, las reivindicaciones principales y el modelo de universidad al que se enfrentaron. Sin intención de relato experto ni resumen prolijo, se trata de una herramienta para la discusión y el avance. La posición de los autores se explicita en un párrafo del prólogo, firmado por “Independència Total”: “Nuestra universidad no cabe en su universidad. No tiene cabida entre estos muros. Ahora ya lo sabemos y hemos salido a buscarla. Seguiremos construyéndola afuera”.

Se podría establecer un hilo conductor entre la batería de leyes, reformas y modelos que las instituciones pretenden implantar, pero también en la heterogeneidad del movimiento de oposición estudiantil. Encargado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), el Informe Universidad 2000 o “Informe Bricall” (por el apellido del autor, rector durante ocho años de la Universidad de Barcelona) ya fue rechazado por los estudiantes al plantear la mercantilización y servidumbre de la universidad ante las empresas o sugerir una subida de tasas. “Fue financiado por empresas privadas como El Corte Inglés y Telefónica”, recuerda Andrés González, exmilitante de la Coordinadora d’Estudiants dels Països Catalans (CEPC). Se marcaba, así, la pauta de las “reformas” subsiguientes. Un incipiente movimiento de base organizó dos huelgas estudiantiles. En 2001, el segundo gobierno de Aznar aprobó la Ley Orgánica de Universidades (LOU), que se inspiraba en principios muy similares. Entre las manifestaciones, ocupaciones y huelgas se podía trazar una divisoria. Por un lado, la izquierda más o menos afín al PSOE, que reclamaba la falta de financiación y por los ataques a la autonomía universitaria. Y quienes “trataban de ir un poco más lejos”, apunta Andrés González, al denunciar el proceso de mercantilización global de la educación.

En 2002, el ejecutivo de Aznar aprobó la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), que afectaba a la enseñanza secundaria y que también tuvo respuesta en la calle. En 2003 las asambleas, acampadas, huelgas y manifestaciones de estudiantes combatieron la guerra de Irak. De la conflagración y las dos leyes citadas, el exmilitante de la CEPC extrae la siguiente conclusión: “La lucha contra el PP se convirtió en el denominador común de todas las personas movilizadas, de manera que se le hizo el juego al principal partido de la oposición, el PSOE”. Con el cambio de mayoría en 2004, el ejecutivo de Rodríguez Zapatero realizó pocos cambios, pero mucha de la gente que había salido a la calle retornó a casa. Uno de los hitos en la batalla universitaria de los últimos años es la contestación en 2007-2008 al “Plan Bolonia”, cuyo objetivo, en los textos y discursos oficiales, era el establecimiento en 2010 de un “Espacio Europeo de Educación Superior”. Para ello, se utilizaban términos como “convergencia”, “comparabilidad”, “empleabilidad” o “movilidad”. Cada trimestre se convocaba una movilización estudiantil a escala europea. Seis asambleas de la Universidad de Valencia lanzaron un comunicado de ocho puntos contra el “Plan Bolonia”, que se resume en el primer parágrafo: “Las reformas se han orientado según las demandas del mercado”.

El libro “Universitat Perduda” recupera las huellas del conflicto. Como la carta hecha pública por los compañeros de Alexis Andreas Grigoropoulos, de 15 años, asesinado por la policía el seis de diciembre de 2008 en el barrio de Exarjia, en el centro de Atenas. La muerte del adolescente precipitó dos semanas de revueltas. “Recordad: una vez vosotros también fuisteis jóvenes; ahora perseguís el dinero, sólo os preocupa la fachada; habéis engordado, os habéis quedado calvos y os habéis olvidado”, decía la carta presentada el día del entierro, que asimismo pedía que no se lanzaran más gases lacrimógenos. “Nosotros lloramos por nuestra cuenta”. En el libro también se incluyen fragmentos de canciones, como “Tan sometido”, de La Polla Records: “El mercado laboral pronto va a necesitar/gente con preparación más competitividad/no pensar ni criticar, sumisión, adaptación/y llaman universidades a criaderos de mutantes”.

Recorren este ensayo las reflexiones de antiguos alumnos que señalan un viraje en las expectativas, al pasar de la aspiración a un título con “salida”, que supuestamente capacitaba al licenciado para el mercado laboral; frente lo que ocurre hoy, explica Lluïs Pascual, exmilitante del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC): “Parece que te preparen para consumir uno o varios máster, de modo que se ha de acertar con el que dé acceso a uno de los pocos trabajos precarios que te ofrecen”. La batalla contra el Plan Bolonia se perdió, pero el activista recuerda que, a diferencia de lo que sucedió contra la LOU, sí cuajó una consigna por encima de organizaciones y programas: “Todo el poder para las asambleas”.

Las experiencias de Okupación en la Universitat de València apuntan a modos “alternativos” de autoorganizarse. El 12 de noviembre de 2012 (dos días antes de la huelga general del 14-N) la antigua Facultad de Agrónomos de Valencia se convirtió en un centro social autogestionado, “Ca la Vaga”, donde se podían leer las siguientes octavillas de primera hora: “Quan la injustícia es fa llei, la revolta és un deure”. Pero finalmente el reto devino superior a la fuerza de los activistas, según reconocen Flora Jakobson, Felip-El-Caliu y M.Tramoyeres en el libro “Universitat Perduda”. Se habían fijado unas expectativas muy altas, como apuntaba la consigna de la gran pancarta colgada en la fachada de la “Okupa”: “La llibertat no es demana, es pren”. Casi un año después los estudiantes okuparon otro espacio en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València, “Ca l’Estudiantat”. “Fue un espacio de comunidad dentro de la maquinaria”, coinciden. En mayo de 2015, el decano de la facultad comunicó que se debía producir el desalojo en el plazo de un mes, a lo que se respondió con movilizaciones en el Campus de la avenida Blasco Ibáñez. Pocos días después, unos individuos destrozaron el local de “Ca l’Estudiantat” y realizaron pintadas con simbología fascista.

Una de las iniciativas desarrolladas en “Ca l’Estudiantat” fue la “Universitat Negativa”. De este modo se designó a un proyecto de educación crítica forjado por el movimiento estudiantil de Trento, entre enero y abril de 1967. Además de ocupar instalaciones universitarias y denunciar la formación de estudiantes para el mercado, fomentaron los “contra-cursos” y “contra-lecciones”, con autores excluidos de las aulas como Marx, Lenin, Mao, el Tribunal Russell, Marcuse, Malcom X o el sociólogo Wright Mills. La crítica a la mercantilización de la universidad permea el texto. Un artículo de febrero-marzo de 2014 del colectivo “Independència Total” recuerda que las transacciones diarias en los mercados de divisas internacionales superaban los 1,8 billones de dólares diarios en 1998, es decir, 60 veces más que los intercambios de bienes y servicios. No se trata de mera estadística, ni de números ajenos a la universidad. La financiarización de la economía tiende a que, más allá de la formación en un “saber hacer” determinado, a los empleados se les exija una “infinita disponibilidad personal” en las empresas. Además, frente a la universidad mercantilizada no hay panaceas ni estrategias infalibles. Enrique Martín y Jordi García, de “Independència Total”, consideran un error prescindir de las estructuras. Un miembro de la Federación Estudiantil Libertaria advierte de uno de los grandes riesgos por resolver: “la tiranía de las estructuras”. Otras reflexiones se centran en la violencia, el peso de las asambleas, la informalidad, la autonomía y la relación entre movimientos, plataformas y organizaciones.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220073

Foto de archivo

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Sudáfrica: estudiantes luchan por la educación gratuita

Sudáfrica/29 septiembre 2016/Fuente: La Red 21

Tras el anuncio de un aumento en las cuotas a pagar por la matricula universitaria los estudiantes sudafricanos comenzaron una intensa lucha con manifestaciones para frenar la iniciativa, al igual que el año pasado, y pedir por la educación gratuita.

La semana pasada el Gobierno sudafricano anunció que las 24 universidades públicas del país podrán incrementar hasta un 8% las matriculas para el 2017.

Tras la noticia los estudiantes, que piden que la educación sea gratuita, se manifestaron durante varios días recibiendo represión por parte de la policía que lanzó gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento contra ellos.

En la Universidad de Wits, en Johannesburgo, al menos 30 estudiantes fueron arrestados por la policía y varios de ellos resultaron heridos. En Mahikeng, en el campus de la Universidad de North West, la policía reprimió a los manifestantes. Mientras que la Universidad de KwaZulu-Natal, en el campus de Pietermaritzburg, se decretó un paro y los estudiantes no asisten a clases.

Las manifestaciones y represiones que fueron aumentando en el correr de la semana llevaron a que la Universidad de Pretoria, la de Free State, la Metropolitana Nelson Mandela y la de Ciudad del Cabo cesaran sus actividades académicas.

Ya en 2015 el Gobierno propuesto aumentar la cuota de la matricula, pero tras numerosas manifestaciones bajo la consigna “las cuotas deben caer” (#FeesMustFall) los estudiantes llegaron a un acuedo con el gobierno y lograron que no hubiera aumento.

Subvenciones pero no gratuidad

Ante los reclamos de los estudiantes, pero previo a las manifestaciones más intensas el ministro de Educación Superior, Blade Nzimande de Sudáfrica había anunciado que el Gobierno subvencionará a los jóvenes de familias menos favorecidas, pero que no garantizará la gratuidad para todos los estudiantes. Y argumento la decisión cuestionándose: “¿Por qué en los hogares que pueden pagar escuelas privadas deberían recibir subsidios estatales para sus hijos en las universidades?”. Y aseguró que “Los estudiantes sólo quieren a la demanda, y exigir. Algunos de ellos ni siquiera están dispuestos a escuchar y participar”.

En ese sentido consideró que los padres deberían participar más en los debates sobre las tasas universitarias y se preguntó “¿Dónde están los padres en todo esto? Están dejando grandes decisiones en manos de jóvenes de 19 y 20 años de edad”.

Fuente: http://www.lr21.com.uy/mundo/1305879-sudafrica-estudiantes-luchan-por-la-educacion-gratuita

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