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Infancias pisoteadas

Sonia Sierra

En los últimos días, varias las noticias protagonizadas por menores han saltado a los medios y, desgraciadamente, todas ella son atroces. Tenemos, por ejemplo, el caso del profesor que presuntamente ha abusado de sus alumnos entre 11 y 13 años en Villanueva del Pardillo (Madrid). La justicia española se puso inmediatamente en marcha, el hombre de 33 años fue apartado de sus funciones, y ahora mismo está en prisión, mientras que el centro ha puesto a disposición de los alumnos atención psicológica. Aun así, es más que posible que tengan que arrastrar de por vida las secuelas de esos abusos en un lugar en el que se supone que deberían estar protegidos, como es la institución escolar. ¿Nadie vio nada? ¿Ningún profesor notó un cambio extraño en sus alumnos? De momento, el director también ha sido destituido.

También en nuestro país, en este caso en Rubí (Barcelona), una mujer de 32 años que se dedicaba a captar y trasladar mujeres de Europa y Marruecos a Siria e Irak para unirse al grupo terrorista Estado Islámico, mostraba su compromiso con la organización haciéndole repetir a su hijo de 3 años barbaridades como «degüello al policía y voy». A una edad en la que el universo de un niño deberían de ser los juegos y el descubrimiento del mundo, esa madre lo convierte en objeto de sacrificio de esa orgía del odio que es el yihadismo.

El Estado Islámico nos sorprende cada día con alguna de sus muestras de crueldad absoluta, ya sea degollando cristianos o destruyendo restos arqueológicos de los albores de la civilización. Ahora han difundido un vídeo en el que un niño, junto a un adulto, conduce a un prisionero por el campo. El adulto suelta una alocución contra los judíos, y el crío dispara al joven enfundado en un mono naranja en la frente. Es un niño con una cara preciosa, de rasgos infantiles y redondeados. Sin embargo, su gesto es frío, concentrado como está en no errar el tiro con esa arma en sus manos. Esa arma no es una ligera pistola de plástico de vaquero o del espacio, sino de un metal pesado. Cuando el hombre cae, vuelve a dispararle y celebra su muerte como cualquier niño de su edad celebraría haber metido un gol.

Otro de los muchos horrores de este grupo terrorista es secuestrar y violar mujeres y niñas de los que ellos consideran enemigos, como por ejemplo, la etnia kurda yazidí. La violación de mujeres es un arma de guerra, se utiliza para atacar y humillar a los hombres, ya que se ve a las féminas como una posesión masculina. Además, si tras las violaciones se quedan embarazadas, es una manera atávica de dejar su semilla de odio diseminada entre los enemigos.
No se trata, pues, de ninguna novedad y si esta vez ha saltado a la prensa es porque estas pobres crías, al ser devuelta a sus hogares, se han suicidado en masa. Horror sobre el horror, y el mundo sigue girando sin que apenas levantemos la vista de nuestras ocupaciones habituales.

También forma parte de la normalidad en Yemen que las niñas se casen con adultos: casi una de cuatro menores de 15 años son dadas en matrimonio. En 2009 se aprobó una ley en ese país para que la edad mínima se elevara a los 17 años, pero fue revocada por los legisladores conservadores por considerarla una ley anti-islam. No sé qué opinará Alá de que una niña de 8 años muriera en la noche de bodas por lesiones sexuales; quizá le tenga reservado un lugar de honor en el paraíso. Yo, como soy más terrena, hubiera deseado para ella un mejor destino en esta vida, y que alguien hubiera velado por su bienestar.

Todos estos casos tienen en común infancias truncadas y tienen que ver con esa extendida idea de que los niños (y aun más las niñas) no son personas individuales con sus derechos sino meros objetos fácilmente manipulables. Los seres humanos, a diferencia de otras especies animales, necesitamos un amplio periodo de crianza, por lo que un bebé no puede sobrevivir sin cuidados. Por este motivo, cuando una persona decide traer otra al mundo, tiene la obligación de alimentarla y protegerla y, si esto no es posible, debería ser el Estado quien se hiciera cargo. En la preciosa novela El lector hay una reflexión muy interesante: el padre del protagonista le dice a su hijo que la Filosofía nunca se ha encargado de los niños. Claro que existe la Declaración de los Derechos del Niño (1959) y la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y está bien que así sea, pero es obvio que en la práctica, son papel mojado.

Urge un cambio de mentalidad que no se quede en los tópicos de la pureza y la inocencia de los niños y asumir que, al igual que los adultos, los niños deben de considerarse ciudadanos a los que se les debe garantizar sus derechos individuales, su protección y su acceso a la educación. Y, sobre todo, no ceder ni un milímetro ante la barbarie y no permitir que ideas como el respeto a las tradiciones o al ámbito de lo privado sirvan para seguir pisoteando infancias.

Fuente del articulo: http://www.huffingtonpost.es/sonia-sierra/infancias-pisoteadas_b_6884318.html

Fuente de la imagen:http://i.huffpost.com/gen/2729308/images/n-INFANCIASPISOTEADAS-large570.jpg

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Estados Unidos: Los niños negros y discapacitados sufren castigos físicos con más frecuencia en la escuela

Estados Unidos/10 de Octubre de 2016/Univisión

Apalear a un niño en la escuela por motivos disciplinarios es legal en 19 estados de EEUU y durante el año académico 2013-2014 fueron agredidos 160 mil niños.

Los castigos físicos se siguen utilizando de manera generalizada en los 19 estados del país en donde aún son legales y quienes más los sufren son los niños de minorías y discapacitados, según un nuevo estudio que analizó 160 mil casos registrados durante el año académico 2013-2014.

El estudio, publicado por la Sociedad para la Investigación del Desarrollo de la Niñez (SRCD), agrega que los 31 estados en donde están prohibidos los castigos corporales no han reportado aumentos en sus índices de delincuencia juvenil desde que los prohibieron, lo que sugiere que los defensores de esta política punitiva están equivocados en sus razones para mantenerla.

 Los castigos físicos, según el reporte, se utilizan más en las escuelas primarias que en otros niveles y la manera preferida de administrarlos espegándoles con tablas o paletas de madera a los niños en sus glúteos.

Los castigos físicos son legales

Los castigos corporales tienen el visto bueno de la Corte Suprema desde 1977, cuando declaró que los mismos no son inconstucionales porque no violan los derechos de los estudiantes ni representan castigo cruel e inusitado.

Sin embargo, las investigadoras afirman que lejos de disciplinar lo que hacen es provocarles daños físicos a los niños y perjudicar su desempeño académico, además de que se aplican de manera parcializada.

«Documentamos que los niños afroamericanos, niños con discapacidades y niños tienen más posibilidades de recibir castigos físicos» que el resto de los grupos demográficos, dijo una de las autoras del estudio, Elizabeth Gershoff, de la Universidad de Texas en Austin.

Según Gershoff y su colega Sarah A. Font, de Penn State University, quienes analizaron reportes de más de 36,000 escuelas en los 19 estados en donde los castigos físicos son legales, los niños negros y los niños con discapacidades tienen 50% más probabilidades de ser castigados físicamente que sus compañeros blancos y sin discapacidades, respectivamente.

El estudio halló que durante el año 2013-2014 se aplicaron castigos físicos a estudiantes que cometieron faltas graves como encender fuegos artificiales en la escuela, pelear, acosar a otro compañero o embriagarse en una excursión, pero también a otros que cometieron faltas menores como llegar tarde a clase, no entregar la tarea, dormir en clase, o recibir malas calificaciones.

A menudo los administradores escolares castigaron físicamente a los niños con discapacidades por conductas que son manifestaciones de su discapacidad, como el autismo o el Síndrome de Tourette, lo que es ilegal.

«Estas desigualdades violan varias leyes federales de derechos civiles que prohíben la discriminación y sugieren que algunos sesgos ocultos pueden incidir en qué niños son apaleados en la escuela», dijo Gershoff.

El reporte no incluye cifras sobre estudiantes hispanos porque «la cantidad de niños latinos en muchos distritos escolares en estados en donde los castigos físicos son legales era muy pequeña como para que el Departamento de Educación generara información confiable», aclaró Gershoff.

Miles de estudiantes resultan heridos por los castigos

Los castigos físicos, además, son peligrosos. Un estudio de la Sociedad para la Medicina Adolescente calculó que entre 10,000 y 20,000 estudiantes buscan atención médica cada año por lesiones provocadas por los castigos.

Entre las lesiones se han reportado hematomas, daño muscular y al sistema nervioso, cortaduras y fracturas óseas.

Según el informe, los estados que más apalean a sus estudiantes están ubicados mayormente en el sureste de EEUU, y entre esos, los peores son Arkansas, Alabama y Mississippi, en donde más de la mitad de las escuelas recurren a los castigos corporales como método de disciplina.

Sin embargo, en otros nueve estados en donde aún son legales (Arizona, Colorado, Florida, Idaho, Indiana, Kansas, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Wyoming) la práctica ha desaparecido virtualmente, y menos del 5% de las escuelas reportaron haberlos utilizado.

Los castigos físicos también son permitidos en las escuelas privadas de 48 estados del país, excepto Iowa y Nueva Jersey, pero el Departamento de Educación no recopila datos sobre cómo se administran en esos lugares.

Las investigadoras piden en el informe desistir de estas prácticas porque no tienen beneficio alguno.

«Los estados que han prohibido los castigos físicos en sus escuelas no han visto un aumento en la delincuencia juvenil a través del tiempo, contrario a los argumentos de los defensores de los castigos corporales en las escuelas, de que prohibirlos provocaría un aumento en el mal comportamiento y la actividad delictiva», indica el reporte.

«Docenas de estudios e investigaciones han confirmado que el castigo físico no promueve una mejor conducta en los niños», explicó Gershoff. «Un estudio internacional reciente halló que los niños sometidos a castigos corporales en las escuelas tienen desempeño académico más a través del tiempo», agregó.

Para cambiar esta política punitiva en el país se necesita legislación federal que la prohíba o cambios de política pública mediante el cual los distritos escolares abandonen la práctica voluntariamente en favor de métodos disciplinarios no físicos, argumentaron las investigadoras.

Fuente: http://www.univision.com/noticias/politica-de-educacion/escuelas-emplean-los-castigos-fisicos-con-mas-frecuencia-contra-ninos-negros-y-discapacitados

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