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María Tambilla: “Aquí la pobreza es el pan de cada día”. Perú

Redacción: La República

Desigualdad que duele. María Tambilla forma parte del 98% de mujeres que realizan trabajos no remunerados en el país. La población femenina lleva a cabo labores sin pago pero que aportan a la economía US$ 136 mil millones.

“La desigualdad económica está fuera de control”. Es el contundente mensaje de Oxfam en su último informe denominado Tiempo para el Cuidado. La problemática de la que ahora todos hablan tras el éxito de la película coreana Parasite (en la que se critica las diferencias sociales con algo de humor negro) está aumentando también en la sociedad peruana, y son las mujeres quienes más la padecen.

Solo basta acercarse (o viajar) un poco: Las mujeres en el distrito más pobre del país, Chetilla (Cajamarca), sobreviven con solo S/ 100 al mes. Así lo retrata Juana Quispe Vásquez (80). Ella junto con María Tambilla son agricultoras que deben cuidar la casa cuando sus hijos salen a estudiar o a trabajar.

«Todos los días cuido la casa y recibo ciencito soles nomás. Acá todos somos pobres y ya no hay gente para que trabajen la tierra», dice Juana, una mujer quechuahablante que se muestra desconfiada ante tantas promesas de gobiernos que nunca llegaron.

María, aunque se muestra contenta de trabajar en la chacra, es consciente de que lo que gana es lo «único que tiene para vivir». «Pero a veces se pierden las cosechas. La neblina jode la siembra de papa. Yo cuido la casa y no sé si me hubiera dedicado a trabajar en otra cosa. Aquí la pobreza es el pan de cada día», relata a La República.

Más trabajo, menos pago

Y en el ámbito urbano la desigualdad hacia la mujer también está presente. Con jornadas laborales que pasan las 10 horas al día, y sin contrato por escrito, las trabajadoras del hogar son el otro grupo que no conoce la inclusión: perciben en promedio S/ 500 al mes, cuenta Leddy Mozombite, presidenta de la Federación de Trabajadoras del Hogar, gremio que representa a casi medio millón de mujeres dedicadas a esta actividad en el país.

Mozombite vivió en carne propia cómo fue llegar a Lima a los 14 años para emplearse como trabajadora del hogar «cama adentro» donde no existen ni domingos ni feriados.

Pero hay otra situación que afecta a casi el 98% de mujeres en el país: dedican cerca de 400 millones de horas a la semana a trabajos no remunerados, como el cuidado de los hermanos, hijos, enfermos o ancianos; a buscar agua o limpiar el hogar.“Lamentablemente el capitalismo promueve y se aprovecha de creencias sexistas que restan autonomía a la mujer y dan por hecho que ellas ocuparán este tipo de trabajo”, explica el informe de Oxfam.

Invisibilizadas

Armando Mendoza, economista y vocero de Oxfam en Perú, señala que la situación económica de la mujer es la misma que hace diez años. “La brecha salarial no se ha movido”, advierte. (Hoy Perú ocupa el puesto 87 de entre 187 economías en el índice de igualdad de género, según el PNUD, 2019).

Una explicación es que no han surgido políticas públicas que reconozcan los trabajos de cuidado como una labor que aporta a la economía, pese a que la organización con sede en Reino Unido ha resaltado que “no tener en cuenta el valor social del trabajo de cuidados más allá de lo económico es el hecho de que, sin este trabajo, nuestra economía se colapsaría por completo”, advierte.

¿Por qué? Leddy Mozombite lo explica bien: «Las trabajadoras del hogar remuneradas o no, somos las que permitimos que otros estudien, trabajen y realicen su vida económica. Cuando cuidamos a un bebé, debemos protegerlo, incluso cuando hay un temblor y, pese a ello, menos del 10% accede a un seguro», comenta.

Y el trabajo no remunerado tiene un valor en la economía mundial: según Oxfam asciende a US$ 10.008 millones al año.

En Perú, según cálculos de Mendoza, bordearía los S/ 136 mil millones al año. «Es lo que las mujeres en el país dejan de ganar en conjunto por realizar actividades del hogar que no son reconocidas. El monto es equivalente a casi el 20% del PBI», anota.

¿Camino a la OCDE?

Una de las promesas del Gobierno fue que al 2021 el Perú ingrese al selecto grupo de países de la OCDE, pero alcanzar ese objetivo demandará una drástica reducción de la desigualdad.

Y todo parece estar lejos de la meta, al menos, en esa materia. El informe del 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “Más allá del ingreso, más allá de los promedios y más allá del presente”, reveló que está surgiendo una nueva generación de profundas desigualdades en desarrollo humano en el país.

Frente a ello, el pedido de mujeres como Juana Quispe desde Cajamarca es que el Gobierno llegue a sus pueblos. Mientras que las trabajadoras del hogar piden que el nuevo Congreso apruebe el dictamen de una nueva ley que garantice los derechos fundamentales para ellas en el marco del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que Perú ratificó en 2019.

Combatir la elusión

Y mientras unos viven con menos de S/ 100 al mes, las grandes fortunas logran eludir hasta el 30% del pago de impuestos (según Oxfam), reduciendo así la recaudación fiscal y la posibilidad de que el Tesoro Público pueda destinar más recursos para cerrar las brechas sociales.

Estos mecanismos que utilizan para tener menor carga fiscal los ha ayudado −además− a tener rentabilidades anuales de sus riquezas de 7,4% en los últimos 10 años.

«Si a ese 1% más rico de la población se le incrementa el impuesto que grava a la riqueza en 0,5%, en los próximos 10 años permitiría recaudar fondos necesarios para crear 117 millones de puestos de trabajo», refiere el documento como una recomendación global.

Pero frenar la elusión es solo una de las medidas, en una serie de políticas que deben apuntar a generar un sistema menos sexista, dice Mendoza: Si antes de la maternidad la brecha de género es de 10%, luego de ser mamá se eleva a 50%, «y no hay una política de Estado para combatir estas diferencias laborales hacia la mujer».

“Políticas que deben complementarse con acceso a la educación, a la asesoría legal, a lactarios en el trabajo, a la cobertura del seguro para ellas”, anota. ¿Nos ponemos a trabajar?

El problema en cifras. ¿Cómo actuar?

En el 2010, el valor del trabajo no remunerado que afecta a mujeres valía S/ 60 mil millones. Diez años después, asciende a S/ 136 mil millones.

Para los especialistas, la gradual incorporación de las mujeres al mercado laboral no se ha traducido en una distribución más equitativa de las labores domésticas y de cuidado familiar.

Políticas o leyes que reconozcan las labores de cuidado como trabajo, donde las empresas también se involucren, sería un paso a un país más equitativo.

Las cifras

5 h en promedio al día dedica la mujer a labores del hogar. Los varones, la tercera parte del tiempo.

30% de impuestos es lo que las grandes fortunas eluden.

Fuente: https://larepublica.pe/economia/2020/02/23/mujeres-pobres-en-peru-desigualdad-economica-de-genero-en-la-sociedad-peruana-oxfam-ocde/

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España:Las madres investigadoras no serán penalizadas por la crianza de sus hijos

Europa/España/03 Febrero 2020/elpais.com

El Gobierno incluye una prórroga por maternidad para “mantener vivos” los sexenios investigadores y evitar la brecha de género en la carrera académica

2020 arranca con buenas nuevas para quienes aúnan ese cóctel de difícil digestión que supone ser mujer, madre e investigadora. Por primera vez, el gobierno incluye una prórroga por maternidad para evitar la brecha de género en la carrera académica. La medida, recogida en el BOE del 11 de diciembre, quiere evitar que la maternidad, y los permisos ligados a ella, penalicen a las mujeres en su trayectoria como investigadoras. “Da respuesta a una demanda histórica”, recuerda la delegada de Igualdad de CRUE Universidades Españolas y rectora de la Universitat Jaume I de Castelló, Eva Alcón.

Y es que la delgada línea roja que transita entre los llamados sexenios vivos –seis años de actividad investigadora de alto nivel e ininterrumpida- y la temida entrada en vigor de los sexenios muertos –que se produce cuando, por un permiso maternal u otra circunstancia familiar, se corta esa continuidad y es inviable cumplir con los plazos ordinarios de producción de publicaciones de alto impacto- tiene su lastre. “Sin esta nueva medida, se pierde tiempo de investigación y su evaluación puede ser negativa. Ello implica aumentar la carga de horas de docencia, lo que impide investigar al mismo ritmo. Al final es un círculo vicioso”, apunta Alcón.

“Lo que consigue el nuevo decreto es que el sexenio siga vivo” y poder investigar, requisito para el acceso a las cátedras, señala en la misma línea María José Esteve. Doctora en Filología Inglesa y profesora en la UJI, donde ha sido vicedecana de Estudios Ingleses, a esta vila-realense la noticia le ha sorprendido en Escocia, su hogar desde septiembre. Inmersa en pleno año sabático en la Universidad de Glasgow –hasta donde se ha trasladado con sus hijos de 11 y 8 años- para darle un impulso a su vertiente como investigadora, celebra la medida, que busca alcanzar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Un paso más para poner fin a la segregación vertical que sufren las científicas en España por disfrutar de unos permisos que ralentizan su carrera investigadora, y para romper ese techo de cristal que persiste en el mundo universitario: el del acceso a las cátedras y a la posibilidad de que haya más mujeres rectoras. Las cifras hablan: el 40,3% de docentes titulares en el sistema universitario español son mujeres. El porcentaje cae al 21,3% en el cuerpo de catedráticas.

El nuevo decreto, fruto de las negociaciones de la Delegación de la Presidencia de CRUE para Políticas de Igualdad con el entonces Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y el Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación, ofrece a las funcionarias de cuerpos docentes universitarios prorrogar un año el último sexenio vivo por cada permiso que disfruten por nacimiento, adopción, guarda con fines de adopción o acogimiento, a efectos del cómputo de los tramos de investigación para la evaluación de la actividad científica e investigadora.

Desde el 15 de enero se abre la convocatoria para pedir el citado sexenio de investigación. Poder beneficiarse de la moratoria implica que los permisos hayan sido disfrutados entre los dos años anteriores a la entrada en vigor de esta resolución y los seis años posteriores del último sexenio en tramitación. Ahora, aquellas investigadoras que hayan sido madres en 2018 o 2019 y les toque formalizar la demanda del sexenio en 2020 y quieran, podrán prorrogar la solicitud un año, hasta 2021, sin que se les aplique ninguna penalización. Es el caso de Carmen Fernández, vicedecana y profesora titular del Departamento de Historia, Geografía y Arte de la UJI y madre de un niño de 21 meses. “El permiso maternal y el de lactancia los disfruté en 2018”, dice. Se acoge a la prórroga y confía en su incidencia positiva. “Espero que me dé algo de margen para solicitar el siguiente sexenio; la llegada de mi hijo ha supuesto para mí un cambio que ha afectado a mi dedicación investigadora”, añade.

A María José Esteve la opción le llega tarde pero la aplaude sin fisuras. “Para nosotras el decreto no es algo completamente nuevo porque en la UJI se aplican ya medidas como la conciliación horaria cuando tienes menores de 12 años o el propio año sabático del que estoy disfrutando, además de otras que liman el efecto punitivo del decreto Wert, que planteaba la maternidad casi como un obstáculo a solventar, y al que la nueva resolución planta cara. Este nuevo decreto iguala en derechos a toda la comunidad universitaria. Es algo para celebrar”, explica a EL PAÍS.

“La sociedad en su conjunto se verá beneficiada si se acuerdan y aplican medidas que atajen los problemas de igualdad y la crisis demográfica”, suscribe Carmen Fernández. También optimistas se muestran otras compañeras de la Jaume I, como la vicedecana de Humanidades Mónica Velando o Pilar Ordóñez, profesora titular del Departamento de Traducción y Comunicación. La resolución les pasa de largo, al haber tenido que pedir el sexenio en la anterior convocatoria, “pero la medida es estupenda”, matiza Velando. Con cuatro hijos, sí pudo beneficiarse de una moratoria de un año ofrecida por la UJI. “Aseguré el sexenio, pues con cuatro maternidades entre un sexenio y el siguiente era prácticamente imposible tener las publicaciones que te solicitan”. La valoración de todas ellas, cautelosa pero esperanzada, convive con las voces críticas de otras docentes que apelan a la “ineficacia” de una resolución “que no soluciona nada y nos sigue discriminando”, indican.

Pero la mayoría ve en la recién activada medida un paso en esta carrera de fondo. María José Esteve cita entre sus virtudes que contemple la heterogeneidad del día a día. De la vida. La personal y la académica. Y se adapte a la realidad social y profesional. Lo expone con el mismo grafismo dialéctico que hila toda la entrevista telefónica con ella. “Investigar no es una línea recta. Tiene ciclos, fases de efervescencia de ideas y de ausencia de ellas; si a esto unimos las circunstancias familiares que rodean a la persona que investiga, que tampoco van en línea recta, el resultado es que se producía una línea muy desigual y con un efecto de castigo para quienes no pueden seguir esa dinámica de publicar, pereciendo en el intento, que es la que de alguna manera se promovía hasta ahora”, dice.

“Hemos dado un paso, pero quedan retos”, coinciden Eva Alcón y María José Esteve. “Hay que seguir proporcionando herramientas que permitan encajar la vida familiar y la profesional y en ningún caso generar espacios que supongan una renuncia a cualquiera de ellas”, indica Esteve. Mientras llegan los nuevos pasos, el dado ahora es, dicen, un aliento para el futuro inmediato de miles de investigadoras en España. María José, ilusionada por su curso sabático, “que me va a suponer poder volver a tener mi sexenio vivo y ponerme a un buen nivel de actividad investigadora”, señala con seguridad que “se van a producir más cambios con nuestra rectora al frente, para quien la igualdad es un desvelo”. Ella, Eva Alcón, deposita por su parte su confianza en el trabajo colectivo entre administraciones para avanzar en esa igualdad real, “porque cuando se va de la mano, el resultado no sólo suma, sino que se multiplica”.

Fuente: https://elpais.com/ccaa/2020/02/01/valencia/1580551621_416877.html

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Entrevista a Nuria Labari: “Los referentes femeninos han estado siempre muy maltratados; y las madres, más”

Entrevista/29 Agosto 2019/Autor: Adrián Cordellat/El país

Nuria Labari es consciente de que la tragedia es la única forma de que un tema como la maternidad adquiera un carácter universal

“Para escribir sobre maternidad parece imprescindible traicionarse a una misma o al hijo, puede que a los dos como es mi caso”, afirma la mujer protagonista de La mejor madre del mundo (Literatura Random House). El personaje creado por la escritora Nuria Labari es consciente de que la tragedia es la única forma de que un tema como la maternidad adquiera un carácter universal. O puede que fuese la única forma. Ya no. La prueba es que no hay tragedia en las páginas de La mejor madre del mundo y, sin embargo, sí que hay literatura de muchos quilates. Y un personaje femenino universal cuya historia se despliega ante los ojos del lector a partir de la experiencia (también universal) de la maternidad. Aún así Labari lamenta que le haya pasado lo que nunca le había sucedido antes: que un hombre le preguntara si a él, como hombre, podría interesarle el libro. Y es que, como afirma la escritora santanderina afincada en Madrid, todavía hoy, lamentablemente, “cuando una mujer elige como sujeto literario protagonista a otra mujer, se entiende que estamos ante una historia de mujeres”, mientras que si lo hace un hombre, “estamos ante una historia universal”.

PREGUNTA. Citas en un fragmento de La mejor madre del mundo la novela El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, y afirmas que “puede que la tragedia sea la única manera de convertir la maternidad en tema universal”. ¿Por qué ha sido tradicionalmente relegada a un tercer, cuando no cuarto, escalón la literatura de maternidad?

RESPUESTA. Me temo que una razón principal es que las mujeres hemos publicado menos que los hombres. La temática de la literatura que se publica la han marcado y la siguen marcando los hombres. Aún en 2018 se publicaron en España el doble de libros escritos por hombres que por mujeres. Esto no afecta a la calidad literaria de las obras de unos y otras, pero sí a que ciertos temas imperen sobre otros. Es normal que la menstruación, por ejemplo, ocupe pocos capítulos de la literatura universal. Y creo que es normal porque hemos entendido durante mucho tiempo que universal era sinónimo de masculino.

P. “Las madres no escriben, están escritas”, decía Helend Deutsch. Eso, por suerte, aunque sea poco a poco, está cambiando. Ahora estamos viviendo un pequeño boom literario de la maternidad. Se están recuperando libros imprescindibles como El nudo materno o Nacemos de mujery se están publicando algunos títulos nuevos, como el tuyo sin ir más lejos. ¿Se ha conseguido poner la maternidad en el centro de la creación literaria y artística, sacarla del arquetipo del “cosas de mujeres”?

R. De momento no. A mí no me había pasado con ningún libro anterior que un hombre me preguntara si podría interesarle o si tendría sentido para él su lectura. Con La mejor madre del mundo me sucede a menudo. Y eso no le sucedió a Richard Ford cuando publicó Una madre. El problema es que cuando una mujer elige como sujeto literario protagonista a otra mujer, se entiende que estamos ante una historia de mujeres. Si lo hace un hombre estamos ante una historia universal.

P. Pese a ello es innegable el crecimiento de este nicho de mercado literario. ¿No te da miedo que esta moda y este boom, el filón que han encontrado las editoriales, acabe lastrando un poco la calidad de lo que se publica?

R. El mercado es muy capaz de convertir la novedad en moda y construir a partir de una tendencia, una churrería. Es decir, se terminan publicando libros iguales a otros solo porque son tendencia y cada vez más iguales e irrelevantes. En el caso de los libros es un hecho que la calidad literaria no es el único factor que se tiene en cuenta a la hora de publicar. Pero esto afecta a todos los libros, a todas las escritoras y a todos los escritores. Con todo, si por alguna moda se estuvieran publicando más mujeres o más historias de mujeres, me parecería una gran noticia. Sería una de las muy pocas veces que el mercado nos tiene en cuenta.

P. Tu libro es una mezcla de autobiografía y ficción. Tú misma dices que ni sabes qué es qué, que todo está mezclado, pero intuyo que cuando una escribe sobre una experiencia como la maternidad, es difícil desligarse por completo de su yomaterno, ¿no?

R. Pues lo cierto es que eso es justo lo que pasó. Sucedió que mi protagonista me excedió por todas partes, me rebosó, cobró vida propia y empezó a pensar y a actuar por su cuenta. Muchos de mis amigos están disgustados porque la protagonista les decepciona… ¡No soy yo! Otra cosa está en cuanta experiencia hay de mí en este libro, que es mucha. Pero también recae sobre el personaje de MiMadre o sobre el de Hombre o toma la voz de algunas amigas. En realidad el yomaterno me ata a la tierra cada día. Aquí pude volar.

P. Tengo que reconocer que se me escapó una gran sonrisa cuando la protagonista de tu novela dice que lo primero que se dijo, mucho antes de parir, es que ella no sería como su madre, que iba a ser una madre diferente. Al final llega a una conclusión demoledora: Ser madre es imitar a otra mujer.

R. Es que siempre lo es. Pero es curioso que muchas mujeres sabemos más de lo que no queremos hacer o parecer como madres que de lo que sí nos gustaría heredar de las que fueron antes. Esto es porque los referentes femeninos han estado siempre muy maltratados. Y las madres más. La idea de madre no se asocia a la de mujer exitosa, libre, independiente y creativa. Más bien las madres nos inspiran sacrificio y abnegación.

P. Sin embargo, en ese mismo fragmento señalas con acierto un drama actual. Las madres os estáis quedando sin referentes, sin mujeres a las que imitar. ¿Qué consecuencias tiene esto?

R. Consecuencias nefastas. Porque a falta de ideas y referentes reales, de carne y hueso, la idea de madre se rellena con clichés y con un “deber ser” de “buena madre ideal” que no tiene nada que ver con la realidad y que amarga la vida de muchas mujeres. El hecho de no estar a la altura de la idea de madre (abnegada, sacrificada, perfecta, siempre entregada, descansada y hermosa y comprensiva y de mentira, por resumir) es algo que puede llegar a causar mucha frustración y grandes desencuentros con la pareja y con los propios hijos.

P. Esa falta de referentes se explica en parte por las tasas cada vez más bajas de natalidad, al retraso sine die de ésta. La protagonista de tu novela es madre por reproducción asistida. Eso te da para hablar largo y tendido sobre la mercantilización de la maternidad. Es el mercado, amigos.

R. Da para largo y debería hablarse larguísimo. El mercado ha penetrado en el cuerpo de las mujeres y en su capacidad de engendrar sin ningún rigor y sin ninguna humanidad. La fecundación in vitro es la punta de un iceberg que ya va por la gestación subrogada. Todo lo que se puede hacer, se podrá comprar. Y si se puede comprar es bueno.

P. Puede que el apogeo de esa mercantilización sea, como dices, la gestación subrogada. ¿Es nuestro particular Gilead?

R. Vivimos en Gilead. Existen granjas de mujeres. Lo que pasa es que tú y yo estamos viviendo en Canadá. O peor. Nosotros vivimos en un lugar donde los dramas humanos sólo nos impactan sin están una pantalla. Es como si la gente de verdad fueran también actores de esa otra parte del mundo, como si no fuera en serio.

P: Hablando de mercantilizaciones es imposible no dar el salto a los cuidados. “Cada vez que se consolida una directiva en España se rompe un techo de cristal. Y, al mismo tiempo, se da de alta en la Seguridad Social a otra mujer (recién llegada de un país o de una barrio más pobre) para realizar las tareas domésticas de las que la profesional se habrá librado para siempre, como yo”, reflexiona la protagonista de tu novela. Eso no pasa con los hombres, añade. Cuando un hombre “trabaja fuera de casa nunca hace falta sumar a otro macho para que complete las labores familiares del padre trabajador”. ¿Estamos aún muy lejos de la igualdad en los cuidados?

R. Lejos, lejísimos. Y lo que es peor, los cuidados se han denostado. Se ha decidido que no valen nada, que los niños y los viejos se aparcarán donde se pueda y con quien sea preciso. Por eso hombres y mujeres debemos reivindicar espacios para cuidar a nuestros niños y a nuestros mayores. Nos merecemos amar y nos merecemos cuidar. Y además es lo más eficaz. La vida será mejor para todos si no existe un abismo entre el más rápido de la carrera y el último del pelotón.

P. Dedicas el libro “al corazón femenino de todos los hombres”. Supongo que es una llamada de atención, hacia nosotros, para recordarnos la importancia de esa igualdad…

R. Sí. Es una llamada y una súplica. Os iría pidiendo a uno a uno que leyerais libros escritos por mujeres sintiendo que os incumben personalmente igual que nosotras hemos leído tantísimos libros escritos por hombres que nos han atravesado. Ya sé que aquí todo el mundo ha leído a las Bronte y a Virgina Woolf. Pero ahora en serio, la igualdad va a llegar, pero la velocidad del proceso dependerá en gran medida de la actitud de los privilegiados. Y en esta historia, vosotros sois los hombres blancos.

fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/07/22/mamas_papas/1563804958_095015.html

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Estados Unidos: Maternidad y violación de Derechos Humanos

Por: Nueva Revolución

El embarazo y parto son acontecimientos que la mayoría de las personas piensan natural,  seguro y muy feliz. Pero es evidente que dependiendo del punto del mundo en el que hayas nacido, se convierte en un proceso vital con muchos riesgos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 830 mujeres y niñas mueren de complicaciones durante el embarazo y parto cada díay es la segunda causa principal de muerte entre las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo.

1.2 millones de niñas y adolescentes mueren cada año. Y aunque en los lugares más pobres del mundo, el ratio de muertes aumenta, no es menos cierto que en países tan supuestamente desarrollados como Estados Unidos, el índice de mortalidad maternal se eleva de manera alarmante en comparación a otros países, de 700 a 900 mujeres mueren al año de complicaciones de embarazo o parto. Tres veces más que en cualquier otro país “desarrollado”. De hecho Estados Unidos ostenta las tasas más altas de mortalidad maternal de países ricos. Y es uno de los pocos donde las muertes maternas han aumentado en lugar de disminuir, y las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades de morir a causa de complicaciones del embarazo o parto que las mujeres blancas. Y lo más desgarrador es que la mayoría de las muertes maternas se pueden prevenir. Entre otros motivos, a consecuencia de los recortes (nueva ley) del gobierno Trump que ha dejado sin cobertura a al menos 2,5 millones de pacientes en algunas de las comunidades más marginadas. Además de recortes al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), una agencia de las Naciones Unidas que combate las muertes maternas en entornos asolados por la pobreza y los conflictos, por ejemplo, Siria, Irak y Sudán del Sur, etc.

Resulta verdaderamente alarmante que mientras distintos gobiernos de los EEUU prohiben el aborto e incluso penalizan a las mujeres con cárcel o con tener que pagar un seguro extra para la práctica del aborto en caso de violación, permitan el negocio de la “gestación subrogada” y los matrimonios infantiles. (En 26 Estados de EEUU las niñas no tienen edad mínima para casarse, Texas es uno de los estados que no tiene límite de edad a la baja para casarlas). Niñas de hasta 12 años se les concede licencia de matrimonio en Texas, Illinois, Alaska, Louisiana, South Carolina y Tennessee. Tres niñas de 10 años en Tennessee fueron las más jóvenes de 207.468 menores que se casaron en EEUU entre 2000 y 2015. Casi el 90% de los niños que se casaron y lo hicieron con adultos (desde los 18 a los 60a) fueron niñas. (Para más datos pueden leer la investigación de Frontline). Todo ello mientras que la floreciente industria de los vientres de alquiler va copando más y más estados y que muchas mujeres pierden sus beneficios de planificación familiar y ven imitadas su cobertura de anticonceptivos y otras atenciones.

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“Las mujeres que no pueden decidir sobre su embarazo son esclavas, porque el Estado reclama la propiedad de sus cuerpos y el derecho a decidir sobre el uso que deben hacerse de ellos” Margaret Atwood

No podemos olvidar que el aborto inseguro es otro de los factores que contribuyen a las muertes maternas por culpa de leyes restrictivas. La Organización Mundial de la Salud estima que al menos 22.000 mujeres mueren cada año por complicaciones relacionadas con el aborto. Muchas de estas mujeres ya son madres, dejando a sus hijos huérfanos. Que 214 millones de mujeres y niñas no tengan acceso a anticonceptivos y salud sexual, evitaría 53 millones de embarazos no deseados al año.

Además hemos de hablar de otro aspecto muy preocupante. Es incomprensible que cada vez sean más las mujeres sometidas a intervenciones y cesáreas innecesarias, poniendo en riesgo la salud de bebés y madres mientras la OMS exige que no se use la misma a menos que existan riesgos reales, mientras que en otros países ni siquiera tienen acceso a ella en caso de poner en peligro la vida de la madre o de sus hijos, por falta de medios.

Hoy por hoy las mujeres vulnerables y las madres pobres que viven en áreas rurales y en barrios marginales en todo el África subsahariana todavía no pueden someterse a una cirugía que les salve la vida. Según la Organización Mundial de la Salud, no tienen acceso al parto por cesárea. El 99% de las muertes maternas ocurren en países con ingresos bajos y medios. De hecho, una mujer en el África subsahariana tiene 175 veces más probabilidades de morir durante el parto que una mujer en un país desarrollado que invierte en políticas de salud. No hablemos ya de países en conflicto, el gobierno de Sudán en 2006 puso la tasa de mortalidad materna de Kordofan del Suren 503 por cada 100.000 nacidos vivos.

En la reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2018, en Nueva York, los objetivos de “Desarrollo Sostenible” relacionados con la salud materna y neonatal ocuparon un lugar destacado en la agenda: garantizar que todas las mujeres en todo el mundo tengan acceso a cesáreas si son necesarias. Y como objetivo global, reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100.000 nacidos vivos. Una tasa elevadísima teniendo en cuenta la media de países desarrollados.

La situación en América Latina no es mucho mejor, el embarazo infantil en México es el resultado de una violencia estructural, la mayoría con un denominador común, los matrimonios infantiles, la violencia machista, las costumbres, la penalización del aborto, la falta de atención sanitaria y ahora los vientres de alquilerEl 70% de los embarazosen niñas, los padres son adultos. Patrones de violencia bien definibles que provocan no solo el aumento de las muertes maternas y neonatales, sino también de consecuencias graves en el estado de salud y nutrición del recién nacido así como en la salud futura de la madre. La violencia en el embarazo de mujeres indígenas.

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Tenemos que hacer hincapié en que el embarazo es la primera causa de muerte en adolescentes en países de América latina por complicaciones en la gestación y parto y que matan al año a 70.000 mujeres y niñas. Expertos de la Organización de las Naciones Unidas ( abogan por la práctica de abortos seguros para todas las mujeres y niñas que los necesiten, no solo para las que tienen recursos. No podemos olvidar el reciente debate en Argentina que puso en pie a las feministas del país. Las cifras hablan por si solas. En 2016 murieron 245 mujeres embarazadas, 43 muertes por “embarazo terminado en aborto” (la DEIS no distingue entre provocados y espontáneos o naturales) Desde la democracia han muerto 3030 mujeres por abortos inseguros. En Argentina se realizan entre 370.000 y 520.000 abortos legales y no legales por año.

En La India muere una mujer cada 5 mn por embarazo “La maternidad subrogada necesita ser vista en el contexto del genocidio femenino” Rita Banerji

También podemos referirnos a países que además de falta de atención sufren el proceso de eliminación de mujeres y niñas por su sexo. (feminicidio en La India). En La India muere una mujer cada 5 minutos por embarazo. 173 mujeres cada 100.000 partos. (Recordemos el objetivo global de reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos).

La India es un claro ejemplo, y no ha hecho más que crecer, del feminicidio de 50 millones de mujeres “desaparecidas” en 2002 a 68 millones en 2017, lo que supone un 20% de población femenina. Además representa un tercio de las novias infantiles del mundo. Esto unido a la explotación reproductiva, los vientres de alquiler, hacen de este país un lugar de los más peligrosos para las niñas y las mujeres. Las clínicas de fertilidad son una mina. Y La India se ha convertido y sigue siendo un destino de bajo coste para la compra-venta de bebés. Por otro lado, el tráfico de miles de mujeres, a menudo adolescentes, como “novias” a lugares de La India donde la proporción de sexos de las niñas ha descendido tanto que los hombres no pueden encontrar mujeres para casarse, es de hecho una puerta a la práctica de “maternidad subrogada”. Esencialmente el tráfico de niñas a menudo adolescentes para sexo y procreación. Niñas y mujeres que son compradas a sus padres o secuestradas, y luego vendidas a una familia donde el esposo, sus hermanos e incluso el padre ‘comparten’ a la mujer. Si las mujeres se resisten, son golpeadas y a veces asesinadas. Una vez que tiene hijos, es vendida a otra familia de hombres para su “uso” sexual y reproductivo. Y lo curioso es que este sistema de violación colectiva y violencia sexual y reproductiva contra las mujeres es perfectamente legal, según nos decía Rita Banerji. La policía no arresta a nadie porque están “casados”. (Del artículo “Vientres de alquiler, la nuevademanda social” dónde se entrevista a Rita Banerji, fundadora de 50 Million Missing.)

Vientres de alquiler: “La realidad de un negocio misógino y explotador, que mueve alrededor de 400 millones de dólares anuales a través de más de 3000 clínicas y despoja de todo derecho a las mujeres y tiene una conexión directa con el feminicidio.” Rita Banerji

Referente a la salud sexual en dicho país, de las 26,8 millones de personas que viven con una discapacidad en La India, 11.8 millones son mujeres y niñas y tienen cuatro veces más probabilidades que otras mujeres de sufrir violencia sexual. En India, la práctica de histerectomías enérgicas para mujeres y niñas con discapacidad se hizo pública por primera vez en 1994, en zonas como Pune, es el mismo estado el que toma de decisión de someter a mujeres entre 18 y 40 años de edad a la práctica de estas cirugías irreversibles, con el consentimiento de los tutores.

No podemos olvidar tampoco las más de 300.000 mujeres que fueron esterilizadas (vídeo) por el programa de control de la natalidad forzado en Perú, en la década de los 90, durante el mandato del presidente Alberto Fujimori.

Parece que la radicalidad de las medidas de la nueva tanda de políticos de derechas siempre acaba afectando los derechos de los más vulnerables. Y en este tema, a las mujeres. Solo hay que hacer mención al discurso de Casado o Rivera, las políticas restrictivas  de Andrzej Duda, Columbia, Italia, Estados Unidos o al ideario político del ultraderechista Bolsonaro, y su programa de planificación familiar. Por no mencionar el reciente y polémico fallo de una jueza argentina, país donde ni siquiera la mujer puede recurrir al aborto en libertad. ¿Cómo reconocer y proteger los derechos de las madres, si ni siquiera se les otorga el status de madre al parir? El fallo declara inconstitucional el artículo del Código Civil que estable que es madre quien pare. Un derecho por el que las feministas llevan luchando siglos, el derecho de filiación.

Para 2030 la agenda exige que los países deben reducir su tasa de mortalidad maternal a dos tercios de la de 2020. Reducir la tasa a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos. Y que ningún país tenga ratios de mortalidad por encima de 140 muertes por cada 100.000 nacimientos. Las razones de que los embarazos se conviertan en un proceso vital con muchos riesgos tiene distintos orígenes, la mayoría relacionados con la pobreza, la falta de recursos, los recortes en programas de salud de las mujeres, leyes misóginas, la imposibilidad de acceder a aborto, o hacerlo a través del aborto inseguro, el matrimonio infantil y leyes que permiten que se exploten a niñas y mujeres a través de prácticas como la maternidad “subrogada”. Recordemos la tasa de mortalidad materna cada 100.000 partos de algunos países, teniendo en cuenta que Estados Unidos, Ucrania, India, Rusia, Georgia, Camboya, Nepal o Kenia con tasas tan altas de mortalidad, permiten el negocio de los vientres de alquiler:

  • África Subsahariana (547)
  • Brasil (44)
  • Camboya (161)
  • Canadá (7,3)
  • China (17,7)
  • EEUU (26) mujeres negras (43.5)
  • Etiopía (353)
  • Europa (7,2)
  • España (5)
  • Georgia (36)
  • India(173)
  • Irán (20,8)
  • Kenia (510)
  • Líbano (15,3)
  • Nepal (258)
  • Puerto Rico (15,1)
  • Rusia (25)
  • Sudán (311)
  • Turquía (15,8)
  • Ucrania (24)

Tasa de cada país en Indexmundi.

El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha priorizado la cobertura universal de salud especialmente para mujeres, pobres y vulnerables. Dada la antigua posición de Tedros como Ministro de Asuntos Exteriores y de Salud de Etiopía, no es sorprendente que su país se haya convertido en un líder en la lucha por la salud reproductiva, materna y neonatal. El gobierno etíope por ejemplo, ha desarrollado un plan nacional pionero para cirugía segura que se está implementando en todo el país. Más de tres millones de nacimientos al año tienen lugar en Etiopía, la mayoría en áreas rurales. El proyecto de El Ministerio de Salud de Etiopía está incluso preparando a personal no especializado, ante la falta de cirujanos especializados para atender ciertos procedimientos de emergencia como partos por cesárea, aliviando la carga de la cantidad limitada de cirujanos que trabajan principalmente en ciudades, salvando muchas vidas.

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Organizaciones No Gubernamentales para el desarrollo (ONGD) como Alegría Sin Fronteras, que trabajan en el terreno en hospitales son un claro ejemplo de la gran labor que llevan a cabo por la salud de las mujeres y sus hijos. En Alegría Sin Fronteras tienen como objetivo último el empoderamiento de las poblaciones con las que trabajan, desarrollando distintos proyectos.

import_14742389_1Las causas de la falta de atención médica durante el parto y el embarazo y sus consecuencias van íntimamente ligadas a la elevada mortalidad materna y perinatal. Cómo nos explica Iñaki Alegría, Director del Hospital de Gambo, existe el factor retraso en la decisión de acudir al centro debido a la pobreza, al desconocimiento o a la falta de ayuda para hacerse cargo de sus otros hijos. Retraso en alcanzar el centro sanitario, por ausencia de centro, por ausencia de carreteras, transporte… y retraso en ser atendido, por falta de equipamiento, recursos, etc… No olvidemos que en las zonas rurales de Etiopía los partos tienen lugar habitualmente en viviendas insalubres, sin agua corriente ni saneamiento, asistidos por la propia familia o por matronas tradicionales, por lo que la morbilidad y mortalidad materna y neonatal de dichas zonas son elevadas.

Gambo es una de dichas zonas rurales. Y la labor de esta ONGD, Alegría Sin Fronteras, es innegablemente importante y decisiva y se centra en distintos proyectos. El Hospital de Gambo ya cuenta con un departamento de maternidad y con consultas externas dedicadas al seguimiento del embarazo. Además, existe la posibilidad de que mujeres con embarazos de riesgo que viven en zonas alejadas se alojen cerca del hospital hasta dar a luz. El Proyecto Jan-Tan:  ofrece seguimiento escolar, sanitario y nutricional a las niñas y los niños en situación de riesgo que habitan en la provincia de Dioulacolon, Senegal. El Proyecto Tanante: en Senegal, ofrece atención médica a la población de Madina Souane y forma a profesionales para poder ofrecer atención durante todo el año. El Proyecto CMAM: da respuesta a la crisis alimentaría de Etiopía, de las 8 zonas rurales situadas entorno la población de Meki, producida por la sequía en la que vive el país actualmente. Y mejora las condiciones de vida de los poblados mediante el empoderamiento de profesionales de la medicina locales. El Proyecto Grants4Ethiopia: provee educación, nutrición y sanidad. Facilita el acceso a la educacion a niños y niñas que viven en situaciones de extrema pobreza o en entornos familiares difíciles en Etiopía. El Proyecto Alegría Con Gambo: En Etiopía, que mejora el estado de salud de los niños y niñas menores de 5 años de la región rural de Gambo y sus alrededores a través del refuerzo y formación de la red de asistencia sanitaria primaria liderada por mujeres. Y el Proyecto Materno-Infantil: En Gambo, Etiopía. Cuyo objetivo es disminuir la morbilidad materna y perinatal y mejorar la salud materno-infantil en la región rural de Gambo.

En su felicitación al Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus como Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Women Deliver, afirma que su nombramiento llega en un momento en que el mundo necesita un defensor feroz y proactivo para la igualdad de género y la salud, los derechos y el bienestar de las niñas y las mujeres más que nunca. Tedros Adhanom incide en algo muy importante, y es que se debe incluir a las mujeres como socios clave y responsables de la toma de decisiones, que las mujeres tienen que ser tomadas en cuenta a la hora de legislar en salud y progreso.

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“Necesitamos convertirnos en una sociedad que rechace la opresión de las mujeres”, dijo Sahlework Zewde, nueva Presidenta de Etiopía ante Parlamento poco después de jurar el cargo.

“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

Fuente: https://nuevarevolucion.es/maternidad-y-violacion-de-derechos-humanos/

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Etiopía: Diez asignaturas pendientes para la mujer en 2017

Etiopía/06 de Enero de 2017/El Mundo

Los problemas que afronta la mujer en todo el mundo -precariedad, violencia, desempleo, sexismo, ablación…- se condensan en una sola palabra: desigualdad. En el Global Gender Gap 2016 del Foro Económico Mundial (FEM) destaca un dato positivo: la brecha de género en educación podría cerrarse en 10 años. Y, como afirma Nana Taona Kuo, directora del programa de la ONU Every Woman Every Child, «la medida más efectiva para la igualdad es la educación. Completar el ciclo formativo supone un cambio radical para las mujeres. Les abre una puerta de futuro y les permite reclamar sus derechos».

1. Ablación / World Vision

Entre cien y 140 millones de mujeres han sufrido la mutilación genital. Aunque cada vez más países la prohíben -Nigeria y Gambia han sido los últimos- y en algunos como Liberia ha disminuido un 41%, «se sigue practicando de forma clandestina, lo que agrava los riesgos para la salud», señala Susanna Oliver, de World Vision. En los proyectos de esta ONG en Kenia y Mali la han reducido hasta en un 76%: «Nuestras mejores abanderadas son madres que no quieren que sus hijas pasen por lo mismo que ellas. Es imprescindible empoderarlas. Cuando ganan el sustento por sí mismas, les es mucho más fácil luchar contra la presión de su comunidad».

 2. Brecha salarial e igualdad económica / ONU

Las mujeres ganan de media la mitad que los hombres. Esta diferencia es una de las más difíciles de atajar. Incluso donde la participación laboral femenina es alta, las cifras se han estancado. EEUU y Canadá tienen el porcentaje más alto de mujeres profesionales, un 39%, seguidos por Europa (37%) y América Latina (36%), frente al 14% en Asia. Pero para 2025 se prevé que América Latina lidere la lista con un 49%, mientras que Asia duplicará su cifra actual. «Se cree que en los países occidentales no habrá progreso», advierte Nana Taona Kuo, directora de ‘Every Woman Every Child’: «Debemos reclamar nuestros derechos sin descanso en todos los países».

3. Matrimonio infantil / Plan Internacional

Cada dos segundos una niña es obligada a casarse, 14 millones cada año. «Esta práctica hunde sus raíces en la pobreza, la desigualdad de género y la falta de protección de los derechos de la infancia», explica Concha López, directora de Plan International en España. Gracias al trabajo de esta ONG en Guatemala y Malawi se han prohibido los matrimonios con menores de 18 años, pero pese a que se han reducido en un 20% en Etiopía o Nepal, las cifras globales siguen constantes los últimos 10 años. López alerta de la falta de indicadores sobre la situación real de la vida de las niñas, lo que las pone en riesgo.

4. Educación / Save The Children

En 10 años, la brecha de género en educación podría cerrarse en el mundo. Pero Nadia Criado, portavoz de Cooperación Internacional de Save the Children, señala que hoy 61 millones de niños en edad escolar no tienen acceso a las aulas. Más de la mitad son niñas. «Esto les supone un lastre. No podrán leer una receta médica, ayudar con los deberes a sus hijos o conseguir un buen trabajo», afirma, «es importante que los gobiernos inviertan en educación, como hace por ejemplo Etiopía, un país muy pobre que apuesta por el futuro». Además, destaca que hay que luchar por una enseñanza de calidad y eliminar los impedimentos para las chicas, porque la inversión en su educación garantiza un retorno en el terreno político y económico, los otros pilares de la igualdad.

5. Pobreza y malnutrición / Acción contra el hambre

Este binomio tiene rostro femenino. Siete de cada 10 pobres en el mundo son mujeres y, según la FAO, más del 60% de quienes pasan hambre en el mundo son féminas. Clara Ituero Herrero, asesora de género de Acción contra el Hambre, lo tiene claro. «Es evitable. Todos podemos contribuir a liberarles de esa amenaza», afirma, e indica que lo grave es que las desigualdades de género no solo afectan a las mujeres sino que «están en el origen y en las consecuencias de la pobreza«. Solo con que las agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres se reduciría en 150 millones el número de personas hambrientas en el mundo.

6. Participación en la política, el poder y la toma de decisiones / ONU

Islandia es el único Estado que ha cerrado más del 70% su brecha de género en política. En 39 países se mantiene en torno a un 10%. En Omán, Líbano y Qatar apenas la han reducido un 3%. En el lado opuesto se sitúa Ruanda, la nación con mayor representación parlamentaria femenina. «Tener mujeres en las áreas de decisión garantiza una mejora de las condiciones para todas. Es crucial conseguir líderes políticas», afirma Nana Taona Kuo, «y hombres que trabajen por la igualdad, como Ban Ki-Moon o Justin Trudeau».

7. Refugiadas / ACNUR

Se ha alcanzado un triste récord: más de 65 millones de desplazados. De ellos, un 85% son mujeres y niños. María Jesús Vega, de ACNUR España, explica que ellas, además, nunca terminan de estar a salvo: «Los riesgos continúan incluso cuando alcanzan países seguros. La violencia de género es constante en los conflictos». Para prevenirla, esta organización visibiliza a las refugiadas con documentación individual y fomentando su liderazgo. Aun así, ante la situación de emergencia global, Vega pide que «la comunidad internacional vea que es intolerable que cada minuto 24 personas tengan que huir de sus hogares para ponerse a salvo. Resulta inaceptable que un 86% de los refugiados esté acogido en los países más pobres del planeta y que no se haga todo lo que se debería para atajar las causas de raíz».

8. Salud y maternidad / Unicef

Desde 1990, la tasa global de mortalidad materna ha disminuido un 44% y el número de muertes infantiles en más de la mitad. Pese a ello, Nazareth Mateos, de Unicef, advierte que queda mucho por mejorar: «La atención materna y neonatal es insuficiente». Cada día más de 800 mujeres fallecen por complicaciones en el embarazo y el parto y cada año 36 millones de bebés nacen sin atención de personal cualificado. Las tres causas más frecuentes de defunción en menores de cinco años son neumonía, diarrea y malaria, todas evitables. «Unicef se esfuerza en la vacunación de menores, que salva la vi da de entre dos y tres millones de niños cada año», afirma Mateos.

9. Seguridad alimentaria y derecho a la tierra / Oxfam Intermón

A veces, las mejores soluciones son las más sencillas. José Touriño, de Oxfam Intermón en Burundi, el país más pobre del mundo, explica que una de las cosas que mejor funciona allí para luchar contra la inseguridad económica y alimentaria de las mujeres es legalizar sus matrimonios: «Ellas dejan su hogar familiar al casarse, pero no se firma papel alguno. De su familia no va a heredar y si el marido la deja, se queda sin nada». Legalizar su situación, aun siendo algo muy básico, supone una diferencia enorme y «las parejas entienden que ellas también tienen derechos». El 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres y solo el 1% de la tierra es de su propiedad, pese a que las campesinas generan un 60%-80% de la producción de alimentos en los países en desarrollo.

10. Violencia contra las mujeres / Amnistía Internacional

Una de cada tres experimenta agresiones físicas o sexuales en su vida. Pero solo dos tercios de los países tienen leyes contra la violencia, mientras que en 31 estados no se juzga a los violadores si están casados o se casan con la agredida. «Acabar con esto es un requisito previo indispensable para el desarrollo», explica Lola Liceras, portavoz de derechos humanos de las mujeres en Amnistía Internacional España, quien reconoce que «ha habido avances que, aunque puedan parecer puntuales, suponen un enorme paso adelante para las mujeres y niñas». En Marruecos la ley ya no permite librarse de la cárcel al violador de una chica si se casa con ella, ni en Pakistán que los asesinos puedan ser perdonados por los familiares de la víctima en los ‘crímenes de honor’, ahora se enfrentan a 25 años de cárcel. «Es necesario que las naciones aprueben leyes contra la violencia de género, garantizar que quienes la ejercen rindan cuentas y lograr la gran asignatura pendiente: que las supervivientes obtengan una reparación completa para rehacer sus vidas».

Y en España…

Por Beatriz García Manso

Racionalización de horarios. Pasar del dicho al hecho es imprescindible para resolver el asunto de la conciliación que dificulta el acceso de las mujeres al mercado laboral, coarta sus oportunidades profesionales, las aboca a contratos a tiempo parcial y perpetúa la brecha salarial. La ministra de Trabajo acaba de anunciar a bombo y platillo su intención de que la jornada laboral acabe a las 18 horas. Pero queda por ver cómo va a lograrse. José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, señala algunos de los pasos que convendría dar en esa dirección: creación de bancos de tiempo donde acumular horas de trabajo, adelantar el horario de entrada antes de las 8 de la mañana, mejorar los servicios públicos de guardería y escolares, medidas del tipo ‘Bono Canguro’, horarios flexibles, equiparación de permisos de paternidad y maternidad, rebaja del impuesto de sociedades e IRPF a las empresas que favorezcan la conciliación, finalización del ‘prime time’ de las televisiones a las 11 de la noche… ¡Será por ideas!

Acabar con la violencia de género

En España la vida de 53.000 mujeres maltratadas está en riesgo y 43 han sido asesinadas en 2016 (hasta el envío a imprenta de estas páginas). «Partiendo de la base del objetivo de cero asesinatos por violencia de género que siempre ha marcado nuestro quehacer diario, en el año 2017 tenemos tarea por delante», asegura Ángeles Carmona, directora del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. Ayudará un pacto de Estado que «incluya en los presupuestos recursos para la asistencia a víctimas y menores, la atención a mujeres que no presentan denuncias o las retiran, la creación de un plan personalizado de acompañamiento durante el proceso judicial y formación en los colegios en igualdad y prevención de la violencia de género, incluyendo enseñanza especializada para los profesionales de la educación», dice Carmona. También se creará una subcomisión que analizará los problemas que impiden avanzar para después concretar las reformas legislativas necesarias.

Protección para todas

Es necesario adaptar la legislación a las líneas que dicta el Convenio de Estambul, que obliga a los países firmantes (entre ellos España) a considerar violencia de género cualquier otra manifestación delictiva contra la mujer por el hecho de serlo, como el acoso o las agresiones sexuales, el matrimonio forzado, la trata con fines de explotación sexual, la mutilación genital, el aborto y esterilización forzosos… Todos son delitos contemplados en el Código Penal pero sus víctimas deberían poder ser beneficiarias de medidas de protección integral.

El miedo en la calle

En 2014 (últimos datos disponibles) se registraron en España 1.239 violaciones, es decir, más de tres al día, y 9.468 delitos contra la libertad sexual. Aproximadamente la mitad de mujeres mayores de 15 años han sufrido en algún momento acoso callejero y alrededor de un 80% ha sentido miedo al volver sola a casa. Un 27% de los ciudadanos de la UE justifica el abuso sexual en determinadas circunstancias (si la mujer ha bebido o tomado drogas, si ha invitado a su acompañante a casa, va vestida con ropa sugerente o no ha opuesto resistencia física), según el Eurobarómetro. Conclusión: es necesario un plan para acabar con el acoso callejero y la violencia sexual, creando un observatorio y lanzando campañas de sensibilización y concienciación sobre la cultura del consentimiento que ofrezca ejemplos de actitudes que suponen acoso machista.

La brecha salarial

Los datos recientes de Eurostat la sitúan en España en un 15% (según otros estudios, se acerca al 20%). ¿Ideas para cambiar de rumbo? «Debería aprobarse una ley específica que la erradique, ya que se produce en todas las categorías laborales. Por otra parte, el Gobierno tendría que dar un paso más en la aplicación de la Ley para una igualdad efectiva entre mujeres y hombres que se aprobó en 2007 e implantar un sistema de cuotas, igual que se ha hecho en países como Alemania, Noruega o Francia», señala Sara Berbel, doctora en Psicología Social y autora de ‘Directivas y empresarias. Mujeres rompiendo el techo de cristal’. Los expertos de FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) proponen el modelo italiano de cuotas, gradual, flexible y temporal, con el que han logrando que la presencia de consejeras pasara del 6% a casi el 30% en cinco años.

Fuente: http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2017/01/04/5862a743268e3e733b8b4654.html

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Australia: Crean una Barbie que amamanta como una herramienta de educación

Oceania/Australia/11 Diciembre 2016/Fuente y Autor:lr21

Para la australiana Betty Strachan que creó la Barbie que amamanta la educación es la clave para acabar con el estigma que existe en torno a la lactancia materna e incorporar la práctica a los juegos es una buena forma de que la naturalicen.

La joven australiana Betty Strachan que se dedica personalizar muñecas Barbie y les modifica el aspecto cambiándoles el pelo, el color de los ojos, las curvas de sus siluetas, y a hacer sus propios muñecos hombres, bebés y niños y comparte su trabajo en su cuenta de Instagram, decidió crear una muñeca que represente a las madres que amamantan. Según cuenta la idea surgió por participar de un grupo de mamás donde constantemente hablan sobre lactancia.

Betty, madre de dos niños de 3 y 5 años y dijo que su hobbie de crear y modificar muñecas Barbie surgió cuando estaba creciendo porque “me sorprendía la falta de diversidad que existía en el mundo de las muñecas. No todos los niños nacían con el pelo rubio y los ojos azules (…) y cuando me convertí en madre, me di cuenta del daño psicológico que esa falta de pluralidad puede provocar potencialmente en los niños”.

Ante ese posible daño vio la necesidad de hacer una Barbie en período de lactancia para que sea utilizada como una herramienta de educación, ya que considera que la educación es la clave para acabar con el estigma que existe en torno a la lactancia materna.

En declaraciones a Huffington Post explicó que “una niña con cabello oscuro y tez morena puede ver a una Barbie rubia y de ojos verdes y obviamente no se sentirá identificada. Lo mismo pasa con la Barbie que amamanta. Si una niña desde pequeña sabe que es un proceso natural por el que toda madre tiene que pasar con sus hijos, pues siempre lo verá como eso…algo natural. Y no como la sociedad lo quiere dar a entender, prohibiendo y humillando a madres en plena calle o lugares públicos”.

Fuente de la noticia:http://www.lr21.com.uy/mujeres/1315168-barbie-amamanta-lactancia-materna-educacion-mujeres

Fuente de la imagen:http://www.lr21.com.uy/wp-content/uploads/2016/12/barbie-amamanta.jpg

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¿Qué hacer cuando no se quiere, ni se puede, ser madre?

Por ÁNGELA ESCALLÓN EMILIANI
Directora Fundación Corona

Llevo un par de años revisando si el Día de la Madre alguien expresa la opinión de los miles de mujeres que como yo, por designio o decisión, no fuimos madres. Por eso escribí esta nota para reflexionar sobre la condición femenina no ligada a la maternidad.

Tengo 55 años y desde los 18, por una serie de problemas de salud y de un tormento de exámenes, médicos y hospitales, un doctor pronunció la frase que me acompañaría como un fantasma el resto de mi vida: “Usted es muy joven y la ciencia cambia mucho, pero por ahora le informo que no podrá tener hijos”.

Se apoderó de mí, por años, la sensación de que mi vida sería incompleta. Sentía un vacío en mi abdomen, que no podría mantener ninguna relación porque mi carencia sería decisiva para el desengaño. Me hacía la pregunta que acompaña a los fracasos: ¿por qué yo?, ¿por qué me pasa esto a mí?

Como un vergonzoso secreto guardé esto por mucho tiempo, revalué la educación instintiva de las hembras como reproductoras, de las niñas de mi generación que desde pequeñas paseamos coches, arrullamos muñecas y jugamos a los papás mientras nadie le advierte a uno que estas son solo una de las posibilidades.

Soy parte de una numerosa familia en la que tener hijos es como lavarse los dientes. Natural, sin problemas, espontáneo. Ligado al deseo, a la frase de pareja “se llegó el momento”, a la obligada relación matrimonio-hijos.

Tengo la fortuna de contar con un marido al que no le preocupó esto. Su claridad y franqueza desde que lo conocí, a los pocos meses del diagnóstico, han permanecido durante 30 años de matrimonio. Su certeza de que lo importante en la vida es compartirla como es ha sido parte de la fuerza para mi cambio.

Pero mi deseo de ser madre permanecía. Por varios años hicimos un tratamiento de fertilización. Mi conciencia me exigía un camino donde el arrepentimiento no tuviera espacio por no haber intentado.

Vi a muchas parejas sufrir como nosotros. No solo la complejidad de los medicamentos, tiempos y condiciones rigurosas, sino el dolor, la desilusión y la desesperanza cuando no funciona. Y el vacío crece.

Tras un largo periodo de terapia, de la mano de un gran maestro, encontré la respuesta a lo evidente, como algunas veces pasa con las complejidades del alma.

Entendí que la vida es lo que tenemos y no lo que nos falta. Puede sonar trivial pero es una convicción y un reto. Entendí que mi riqueza interior radicaba en la esencia de mi ser y no en lo que se suponía debía hacer. Las luchas tienen un límite y nace de conocer nuestras limitaciones y aceptarnos. No es una resignación, porque si de algo me precio es de vivir cargada de desafíos y sueños.

Me sorprenden las personas a las que llamo ‘insaciables’, a las que les parece que todo puede y debe ser distinto y se pasan su vida en una carrera contra sí mismas, guiadas por la insatisfacción, en la búsqueda de algo más, sin valorar lo que ya tienen. No son pocos. El egoísmo de muchos impera. Es devastador aquellos que solo miran la competencia y la ambición; es una condición muy solitaria. Los límites existen y radican en nuestra propia capacidad de estar satisfechos con lo que somos.

Como siempre, hay paradojas. Miles de niños sufren, son abandonados, sus padres no alcanzan a atenderlos, mientras miles de parejas desean cuidarlos, realizan engorrosos trámites en adopciones que toman demasiado tiempo y se encierran en su propio dolor, sin saber que es el motor para dar y recibir, para apoyar a aquellos niños que tanto desean.

Veo con orgullo mi recorrido. Sin sentir mi carencia veo la vida, el destino, mi familia, mis satisfacciones profesionales y personales, y a mis amigos, que me han dado muchos hijos.

Tengo 28 sobrinos que son mi tesoro y que a su vez ya tienen natural y espontáneamente 23 niños, 9 ahijados, varios hijos por elección, nuevos amigos jóvenes y cómplices. A través de ellos vivo a diario la dura tarea de ser padre y de ser hijo. A través de ellos entiendo lo que yo no conozco y las realidades tan distintas que vivimos.

Por eso en las vísperas del día de la Madre, cuando los huérfanos lloran y los hijos domesticadamente celebran, quiero compartir con ustedes, como todos los días, celebramos el día de la fe en nosotros mismos, en nuestra responsabilidad de ser dueñas de nuestra propia piel e hijas de nuestra propia vida.

Fuente: http://www.eltiempo.com/bogota/mujeres-que-deciden-no-ser-madres/16584477

Imagen tomada de: http://www.cuartopodersalta.com.ar/4podwp/wp-content/uploads/2016/02/maternidad-juan-miguel-bueno.jpg

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