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Víctimas del matrimonio infantil en África alzan su voz

África/30 octubre 2017/Fuente: La República

Sentada en el suelo y vestida de negro, la joven de 15 años sostenía a su bebé en brazos mientras lloraba de miedo. Su marido, dos décadas mayor que ella, podría matarla si descubría que estaba contando su historia, dijo.

 La adolescente se casó a los 13 años en Guinea, en el oeste de África, porque sus padres temían que pudiera empeorar sus perspectivas de matrimonio si tenía relaciones sexuales antes de casarse. En ese momento, explicó, ni siquiera se le habían desarrollado los pechos.

“Me entregaron a un hombre que no elegí antes siquiera de que mi cuerpo estuviera preparado para tener sexo”, dijo, hablando bajo condición de anonimato por miedo a represalias. “Después no me pude mover durante una semana porque estaba hinchada y sangraba”.

El matrimonio infantil sigue muy arraigado en el centro y oeste de África, donde se encuentran seis de los 10 países con las tasas más altas del mundo. Grupos de derechos y líderes políticos y religiosos de toda la región se reunieron en Senegal en la última semana para buscar formas de combatir esta práctica.

Varias sobrevivientes del matrimonio infantil les instaron a seguir trabajando.

En Guinea, más de la mitad de las niñas se casan antes de los 18 años. Aunque el país prohibió hace poco el matrimonio de menores, los observadores dicen que la práctica sigue siendo generalizada. Algunas niñas entran en matrimonios arreglados en momentos de inseguridad o cuando sus familias pasan apuros económicos.

“Esta es una cuestión compleja impulsada por la pobreza, las normas culturales y familias que intentan hacer lo mejor para sus hijas”, dijo la directora general de Save the Children, Helle Thorning-Schmidt.“Pero hasta que rompamos el ciclo en el que la única forma en la que una niña puede honrar a su familia es casándose y teniendo hijos, no cambiaremos esto”.

El matrimonio infantil afecta a casi 15 millones de niñas en todo el mundo. La tasa alcanza el 76% en Níger, mientras que en Chad y República Centroafricana es del 68%. Mali y Burkina Faso tienen tasas de más del 50%, según datos de Save the Children y Girls Not Brides.

Los expertos afirman que la educación de las menores es clave para darles oportunidades más allá del matrimonio y mejorar la prosperidad regional.

Musu Bakoto Sawo, de Gambia, que ahora es una abogada y activista de derechos humanos de 27 años, se casó a los 14 años. A los 21 se quedó viuda y no heredó nada.

La educación es el único motivo por el que salió adelante, afirmó, señalando que había sido “la única forma en la que pude ir contra el sistema”.

Incluso para las que evitan una boda temprana, las consecuencias sociales pueden ser inmensas.

Fatoumata, de 14 años, dijo que había sido “la pesadilla de mi vida” cuando su familia dijo que debía casarse con su primo de 39 años. Huyó esa noche en pijama para quedarse con un amigo de la familia.

“Mi padre dijo que si me negaba a esa boda, ya no era su hija”, dijo la joven, que solo dio su primer nombre por miedo a represalias. “Amenazó a mi madre también… ella ha sufrido mucho por mí”.

Algunas jóvenes podrían aceptar de buen grado esos matrimonios tempranos y considerarlos como una forma de protección en zonas en conflicto, explicó Zuwaira Bello, del grupo activista Girl Child Concerns. El grupo opera en el norte de Nigeria, donde se sabe que el grupo insurgente extremista Boko Haram secuestra a mujeres jóvenes y las obliga a casarse.

Implicar a antiguas novias niñas en el activismo comunitario ayudará a disuadir de nuevos matrimonios infantiles como protección, dijo Bello.

Algunas mujeres que huyeron de matrimonios forzosos hacen campaña ahora en contra de esta práctica.

Leila, que pidió que no se utilizara su apellido para proteger a su familia, dio que su tío en Níger la había obligado a casarse con un hombre a los 14 años porque él tenía una deuda que no podía pagar. Un año más tarde, estaba embarazada.

Dijo que su marido la había golpeado por negarse a mantener relaciones sexuales. Tras un segundo embarazo pudo escapar, divorciarse y volver a sus estudios.

Entre lágrimas, instó a las jóvenes novias a conservar la esperanza. “Yo les diría que sean pacientes y se mantengan valientes”, dijo. (I)

Fuente: https://www.larepublica.ec/blog/sociedad/2017/10/28/victimas-matrimonio-infantil-africa-alzan-voz/

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HRW: Niñas luchan por sus derechos en todo el mundo

23 octubre 2017/Fuente: HRW

El matrimonio infantil y el acceso limitado a la educación, entre los mayores obstáculos.

El matrimonio infantil y la falta de acceso a educación de calidad constituyen serios obstáculos a la posibilidad de progreso de las niñas en todo el mundo, señaló hoy Human Rights Watch, en el Día Internacional de la Niña de las Naciones Unidas.

Millones de niñas en todo el mundo están casadas o expuestas a la posibilidad de matrimonio, y es lento el ritmo de los avances conseguidos mundialmente por los gobiernos para terminar con el matrimonio infantil y asegurar el acceso a educación primaria y secundaria de calidad. El matrimonio infantil es un fenómeno que ocurre en todas las regiones del mundo: una de cada cuatro niñas se casa antes de los 18 años.

“El matrimonio infantil frustra las vidas de millones de niñas, entre otras cosas, privándolas de recibir educación”, observó Liesl Gerntholtz, directora de derechos de la mujer de Human Rights Watch. “A menos que los gobiernos actúen con determinación, la cantidad de niñas casadas y mujeres que se casaron siendo niñas seguirá aumentando, y esto impedirá que tanto las niñas como sus países alcancen su pleno potencial”.

La pérdida de acceso a la educación es al mismo tiempo una causa y una consecuencia del matrimonio infantil. En todo el mundo, 32 millones de niñas en edad de asistir a la escuela primaria y 29 millones en edad de asistir a la escuela secundaria elemental no van a la escuela, y casi dos tercios de los adultos analfabetos del mundo son mujeres. Las niñas que no asisten a la escuela están expuestas a un mayor riesgo de contraer matrimonio durante la infancia.

Sudáfrica tiene la mayor prevalencia de matrimonio infantil: una de cada dos niñas se casa antes de los 18 años. En el África subsahariana, el 40 % de las niñas se casan antes de los 18 años, y entre los países africanos se encuentran 15 de los 20 países con las tasas más elevadas de matrimonio infantil. El matrimonio infantil también ocurre en países de altos ingresos, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido. Human Rights Watch ha documentado las consecuencias adversas del matrimonio infantil en NepalBangladeshMalawiTanzaniaZimbabweSudán del Sur y Yemen.

Aunque matrimonio infantil impide que las niñas participen en todos los ámbitos de la vida, tiene un impacto especialmente grave en su acceso a la educación. Las niñas que se casan suelen abandonar la escuela de manera prematura debido a la presión social, las responsabilidades domésticas, y el embarazo y la crianza de los hijos. En muchos países, hay creencias culturales o religiosas que estigmatizan a las niñas solteras embarazadas, y por consiguiente, las jovencitas embarazadas son obligadas a contraer matrimonio a temprana edad.

Políticas gubernamentales discriminatorias suelen prohibir que jovencitas casadas o embarazadas asistan a la escuela. En Tanzania, por ejemplo, Human Rights Watch comprobó que funcionarios escolares realizan pruebas de embarazo forzadas y expulsan a las estudiantes embarazadas. El gobierno también ha postergado su compromiso de elevar la edad legal para contraer matrimonio a 18 años para varones y mujeres.

Niñas en Malawi, Sudán del Sur, Nepal y Bangladés contaron a Human Rights que una vez que estaban casadas o daban a luz debían lidiar con presiones familiares para abandonar los estudios, la falta de opciones para el cuidado de los niños, la imposibilidad de pagar los costos relacionados con la educación y la necesidad de ocuparse de las tareas domésticas. Que el gobierno no brinde educación verdaderamente gratuita y accesible para todos contribuye a la presión sobre quienes están en mayor riesgo.

Todos los países miembros de la ONU han asumido un compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU de garantizar igualdad de género, terminar con el matrimonio infantil y proporcionar acceso universal a la educación primaria y secundaria gratuita a todos los niños para el año 2030.

Los gobiernos deberían adoptar —y aplicar plenamente— leyes que fijen en 18 años la edad mínima para contraer matrimonio, tanto para varones como mujeres, señaló Human Rights Watch. También deberían sancionar leyes que exijan el consentimiento libre y pleno de ambos cónyuges para contraer matrimonio y contemplen penas por violencia e intimidación ejercidas para obligar a las personas a casarse. Los gobiernos deberían educar a los padres, tutores y líderes comunitarios sobre los efectos perjudiciales del matrimonio infantil y establecer programas para proteger a las niñas en riesgo.

Los gobiernos también deberían garantizar que las niñas tengan igualdad de acceso a educación primaria y secundaria gratuita de calidad, observó, Human Rights Watch. Deberían procurar que las niñas obtengan el apoyo que necesitan para permanecer en la escuela y revertir las políticas y prácticas perjudiciales que discriminan a las niñas, incluidas las pruebas de embarazo forzadas y las reglamentaciones que contemplan la expulsión de niñas embarazadas o casadas. Asimismo, los gobiernos deberían brindar información a padres, tutores y líderes comunitarios sobre los beneficios de educar a las niñas, e intensificar los esfuerzos para retener a las jóvenes en las escuelas en zonas rurales y remotas donde el matrimonio infantil es más frecuente.

“Las niñas que asisten a la escuela no deberían temer que el matrimonio las prive de recibir educación”, manifestó Zama Neff, directora de derechos del Niño de Human Rights Watch. “Los gobiernos tienen que implementar leyes y políticas que prohíban el matrimonio infantil y aseguren que todas las niñas tengan acceso a educación primaria y secundaria gratuita”.

Fuente noticia: https://www.hrw.org/es/news/2017/10/11/ninas-luchan-por-sus-derechos-en-todo-el-mundo

Fuente imagen: https://www.hrw.org/sites/default/files/styles/16x9_small/public/multimedia_images_2017/201708wrd_india_menstrual.png?itok=Lg5OH6jX

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Casadas a la fuerza

Por: Flore Olive

Tienen edad de jugar a las muñecas, pero se encuentran prisioneras en un matrimonio que pisotea su infancia, su dignidad y su libertad. En el Día Internacional de la Niña no podemos dejar de recordar a las víctimas de este infierno cotidiano.

Tienen la mirada huidiza, triste, vacía o empañada de lágrimas… Cuando posan junto a esos esposos que no han elegido, nunca sonríen. Tehani, se escondía en cuanto Majed, su marido, se acercaba. No para jugar, sino para… escaparse de los ataques de ese hombre de 25 años, cuando ella solo tenía seis. «Mientras hacíamos el amor, yo lloraba y le suplicaba que parara, pero él no me escuchaba -contaba-. Me ponía las manos sobre la boca. Y yo no hacía más que llorar». Tehani es yemení, originaria de la región montañosa de Hajjah.

En su país, casi la mitad de las mujeres se han casado cuando apenas eran unas niñas. La fotógrafa norteamericana Stephanie Sinclair decidió dedicarse a defender su causa desde aquel día de 2003 en el que, en Afganistán, descubrió, en un servicio hospitalario dedicado a las quemaduras graves, los cuerpos destruidos de mujeres que se habían inmolado quemándose. Todas habían tratado de escapar a una unión forzada que había convertido su vida en un calvario. Entre ellas, había una niña.

Un infierno en vida

La palabra matrimonio, definida como la unión de dos adultos que consienten, no tiene sentido en los países en los que viven estas muchachas. Aunque Sinclair haya cubierto numerosos conflictos, la imagen de estas muertas en vida le vuelve a la cabeza como una obsesión. «Nunca me habría implicado tanto, si no me hubiera visto enfrentada de golpe a esta cuestión de una manera tan violenta». ¿Cómo tiene que ser la vida cotidiana de estas niñas para que algunas elijan terminar con su vida de la peor manera posible? Intentando dar respuesta a esta pregunta, la fotógrafa descubre ramificaciones personales, sociales, médicas y políticas de este problema.

Algunas menores son entregadas por sus padres para reparar una afrenta o cubrir una deuda, son vendidas, sacrificadas para asegurar la supervivencia del resto de la familia. La madre de Ghulam casó a su hija de 11 años con Faiz, de 40, para poder alimentar a sus otros hijos. Convertidas en moneda de cambio, condenadas a sufrir tanto en los campos como en la casa, convertidas en objetos sexuales, en estas sociedades rurales, conservadoras, pobres y religiosas, las niñas solo tienen valor patrimonial, comercial, laboral o reproductor.

Especialmente en Afganistán, donde las cuestiones importantes, pero también el placer, solo lo comparten los hombres. «Es allí donde vi los casos más dramáticos, niñas muy pequeñas casadas con hombres muy mayores, en un país donde la violencia contra las mujeres es extrema», explica Stephanie antes de citar la historia de esos tres hombres que, para impedir su huida, le cortaron la nariz y las orejas a su hermana. Todo por la vergüenza. Otra vez.

La fotógrafa no cree, sin embargo, que «los padres casen a sus hijas para hacerles daño». Ocurre, a veces, que las madres son especialmente duras con las niñas para hacerlas más fuertes. Saben lo que tendrán que soportar, pero son muy pocas las que se oponen o las que luchan para que sigan estudiando. Como muchas víctimas, estas mujeres reproducen lo que ellas mismas han vivido.Como esa madre india que sacó del colegio a su hija de siete años, recién casada pero todavía demasiado pequeña para vivir con su marido, apenas más mayor».

«Cuando los esposos son demasiado jóvenes para consumar el matrimonio, se celebran dos ceremonias con algunos años de diferencia: una para sellar la unión y la otra, para hacerla efectiva. La niña podría haber continuado yendo a clase, pero su madre decidió que no. «¿Para qué alimentar a la vaca de otra persona?», me dijo. Solo veía a su hija como un animal -explica Stephanie- y de sí misma pensaba de la misma forma. No tenía ninguna conciencia de su valor y, sin educación, eso no puede cambiar».

Tratadas como cosas, las niñas crecen convencidas de que han nacido para sufrir. A veces se las casa por una «causa», como a las desgraciadas de Chibok o de otros pueblos y ciudades de Nigeria devastadas por la secta yihadista de Boko Haram. Tras ser raptadas, son casadas con los combatientes con el único cometido de dar a luz a los futuros soldados de la yihad.

«En tu país, a los 12 años, comienza la vida física. En el nuestro, acaba». Stephanie no ha olvidado las palabras de una niña yemení. En muchos países de África, de Asia y de la península arábiga, la ablación es todavía una condición muy frecuente para el matrimonio. Cada año, según Unicef, tres millones de niñas, la mayoría menores de 15 años, padecen una ablación parcial o total de sus genitales y del clítoris. Una práctica que, se cree, reduce la líbido y garantiza la virginidad prenupcial. En más de 30 países, al menos 200 millones de niñas y de mujeres han sido ya víctimas de estas mutilaciones, practicadas sin anestesia ni ninguna precaución higiénica. En Indonesia, por ejemplo, afecta a la mitad de las niñas de 12 años. Y son heridas físicas y mentales que no cicatrizan jamás.

Una vez casadas, sus cuerpos dejan de pertenecerles. Stephanie recuerda a ese policía de Sierra Leona y a su esposa a punto de dar a luz, fotografiados hace un año. Cuando la mujer estaba sola, hablaba abiertamente, pero delante de su marido se callaba. Cuando la fotógrafa le preguntó cuantos niños le gustaría tener, el hombre dijo tajante: «No es ella la que tiene que decidirlo, no tiene por qué opinar sobre eso«.

A menudo, estas chicas son demasiado jóvenes para llevar a adelante un embarazo, apenas púberes, más vulnerables a las infecciones de transmisión sexual. Muchas no se recuperan de las secuelas del embarazo o del parto, que puede provocarles fístulas, que ocasionan una grave forma de incontinencia. «Una vez que padecen este tipo de daños físicos, su vida está acabada», explica Stephanie.

Tradición frente a la prohibición

Países como la India, Nepal o Bangladesh -donde el 29% de las niñas están casadas antes de cumplir los cinco años- han tomado medidas legales para prohibir estos matrimonios precoces. Pero la pobreza, la tradición, la presión social y la corrupción son más grandes que el temor a las autoridades. «Estas cosas ocurren incluso en el seno de las fuerzas de policía -cuenta la fotógrafa y activista-. He podido constatarlo en muchos sitios». En detrimento de la legalidad, la costumbre sigue aplicándose. Y las niñas son a menudo arrancadas de sus familias en mitad del sueño para casarlas en plena noche, en ceremonias celebradas a escondidas.

¿Y en Occidente?

Los países occidentales tampoco son ajenos a esta situación. En Europa del este, el 11% de las chicas están casadas antes de los 18 años. Según el Pew Research Center, en los Estados Unidos, 57.800 jóvenes de entre 15 a 17 años se casaron en 2014. Estos matrimonios se benefician de un vacío legal que muchos estados se han comprometido a llenar: ninguna ley fija la edad legal del matrimonio a nivel federal y, en más de 30 estados de Estados Unidos, las adolescentes pueden casarse si tienen la autorización de sus padres o el consentimiento de un juez.

Stephanie Sinclair decidió investigar el caso de los mormones, «una comunidad típicamente americana, polígama, en la que los abusos y el matrimonio de niñas están justificados por razones puramente religiosas y donde ellas se quedan embarazadas muy jóvenes«. El 3 de abril de 2008, las autoridades americanas llevaron a cabo un asalto en un rancho de la secta de Jesucristo de los Santos de Los Últimos Días, una iglesia fundamentalista mormona de Texas. Más de 400 niñas y jóvenes casadas, destinadas a los dignatarios polígamos del grupo, fueron liberadas. Es uno de los casos más graves de maltrato de la historia norteamericana. «Pero la diferencia con otros países es que allí se aplican las leyes y todas esas personas fueron a la cárcel». La educación de las niñas, pero también la de los niños, es el único remedio para acabar con esta situación, insiste la fotógrafa tras haber conocido de primera mano tantos casos.

Niruta fue obligada a casarse en Nepal con 12 años. Su esposo, de 16, y sus hermanos necesitaban a una mujer en la casa. Tras la muerte del padre, el marido de Niruta, que no fue nunca al colegio, no pudo defender su herencia, frente a un hermano con más educación. ¿El resultado? «Ellos también tendrán que casar a su hija para salir adelante«, dice Sinclair.

Tan rara como preciosa, una especie de ternura acaba naciendo a veces entre los esposos. Algunas mujeres se enamoran de un hombre que las respeta y las considera. «Es cuestión de suerte», dice Stéphanie, que cita el ejemplo de Destaye, casada a los 11 años con el joven sacerdote Addisu. A pesar de las burlas de la gente de su pueblo, él aceptó que continuara estudiando. Lamentablemente, la presión social acabó siendo más fuerte: Destaye terminó abandonando el colegio y ha sido madre a los 13 años.

Fuente: http://www.mujerhoy.com/vivir/protagonistas/201710/08/casadas-fuerza-20171006091753.html

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El Tribunal Supremo de India sentencia que el sexo con una menor dentro del matrimonio es violación

India/16 octubre 2017/Fuente: El Mundo

Una cláusula del código penal permitía a los maridos tener relaciones sexuales con sus esposas si ellas tenían al menos 15 años

Aunque la ley los prohíbe, India es uno de los países con más casamientos de menores del mundo

El Tribunal Supremo de la India ha sentenciado que el sexo entre un hombre y su esposa menor de edad es delito de violación. Hasta ahora, una contradicción jurídica lo permitía. Los jueces, sobre el papel, dan un paso importante que afecta a millones de mujeres, si bien los efectos reales, sobre el terreno, pueden verse retrasados por las persistentes trabas sociales que todavía existen en la sociedad india.

Las leyes indias establecen que el sexo con una menor de 18 años es delito, pero una cláusula del código penal permitía a los maridos tener relaciones sexuales con sus esposas si ellas tienen al menos 15 años. Es decir, era la condición de casada la que excluía a las mujeres de poder denunciar esas agresiones sexuales. Este miércoles el tribunal ha dictado que esa excepción es «discriminatoria» y «arbitraria» y que «viola la integridad física» de la menor.

Ese apartado, además, chocaba frontalmente con la edad legal para el matrimonio (18 para ellas, 21 para ellos). Fue la organización Pensamiento Independiente la que llevó ante la Justicia estas contradicciones. Sus miembros consideran que la sentencia corrige un «error histórico contra las niñas». Ahora, las menores podrán denunciar a sus maridos de violación en el periodo de un año desde la agresión sexual.

El paso dado por el Supremo ha puesto sobre la mesa dos temas muy arraigados en India. El primero: los matrimonios infantiles. Aunque la ley los prohíbe, India es uno de los países con más casamientos de menores del mundoUNICEF señaló en 2016 que en el país asiático el 18% de las niñas están casadas a los 15 años y el 47% a los 18. Esos datos se disparan a más del 60% en algunos estados como Bihar o Rajastán.

Un informe de la Comisión Nacional para la Protección de los Derechos del Niño afirmaba que, aunque los matrimonios infantiles están en descenso desde principios de siglo en las zonas rurales, en las ciudades está creciendo. La falta de educación, la pobreza, una cultura patriarcal y unos profundos valores conservadores actúan como factores determinantes en estas prácticas.

Además, las mujeres indias son vistas como una carga económica desde su nacimiento, por lo que los padres tratan de arreglar matrimonios lo antes posible para desprenderse de esa responsabilidad, que pasa al marido y su familia. «Controlar la sexualidad de las niñas y las mujeres también es un factor influyente en la práctica del matrimonio infantil. La presión de los matrimonios tempranos tiene como objetivo minimizar el deshonor asociado a la conducta sexual inapropiada de la mujer, lo que a menudo conduce a matrimonios arreglados durante la pubertad», denuncian desde la asociación Girls Not Bribes.

La institución del matrimonio

El gobierno se mostraba favorable a mantener la cláusula que permitía el sexo con esposas menores porque considera que así se protege la institución del matrimonio, un pilar fundamental en la sociedad india. Los jueces del Supremo, que rechazaron esa tesis, aprovecharon la ocasión para expresar su preocupación sobre los casamientos de menores y pidieron al gobierno nacional y a las autoridades estatales que tomen medidas para erradicar esta ilegalidad tan extendida en el país.

Lo que no hicieron los magistrados es abordar un segundo asunto tan presente y extendido como el primero: la violación dentro del matrimonio entre dos adultos, una práctica que a día de hoy no es delito. El gobierno indio sostiene que el concepto de violación marital que se tiene en muchas partes del mundo «no se puede aplicar al contexto indio». Con «contexto indio» hay que entender una sociedad que cree que el deber de la esposa es mantener sexo con su marido, además de ser fértil. Es decir, impera la percepción de la mujer como alguien que debe cumplir el papel de esposa y madre.

Lo que ocurre ahora es que, con la sentencia del Tribunal Supremo, una mujer casada podrá denunciar que está siendo violada por su marido hasta que cumpla los 18 años. A partir de esa edad, la ley no lo considerará violación.

Además, existe un escollo social al que se enfrentan las mujeres que sufren violencia sexual, empujadas a guardar silencio sobre todo lo que ocurra en el hogar. Si el miedo a denunciar a sus maridos es algo profundamente extendido (por el temor a las represalias, por la presión social y familiar que reciben cuando lo hacen, por el deshonor que les hacen sentir), no es difícil imaginar cómo será la situación cuando se trata de una menor casada con un adulto.

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/10/11/59de38f6468aebc26b8b46a2.html

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Tanzania: HRW denuncia la falta de acceso de las niñas a la educación a causa de los matrimonios infantiles

Tanzania/16 de Octubre de 2017/Ecodiario

Con motivo del Día Mundial de la Niña, la ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este miércoles que el matrimonio infantil «arruina la vida de millones de niñas» e impide su acceso a una educación de calidad, siendo la principal barrera a la que se enfrentan las menores en el mundo.

«Hasta que los gobiernos no actúen de manera decisiva, el número de matrimonios infantiles y de mujeres que se han casado siendo niñas seguirá aumentando, privando tanto a las niñas como a sus países de alcanzar todo su potencial», ha asegurado la directora de Derechos de la Mujer de HRW, Liesl Gerntholtz.

La organización también ha advertido de que los progresos globales por parte de los distintos gobiernos para poner fin al matrimonio infantil y garantizar el acceso igualitario de las niñas tanto a la educación primaria como a la secundaria son «muy lentos».

Las menores que se casan normalmente abandonan la escuela de forma prematura debido a la presión social, las responsabilidades del hogar o incluso debido al embarazo y cuidado de sus hijos.

En muchos países, las creencias religiosas y culturales estigmatizan los embarazos de jóvenes solteras, muchas de las cuales son obligadas a casarse de manera temprana.

SUDESTE ASIÁTICO Y ÁFRICA, A LA CABEZA DE MATRIMONIO INFANTIL

HRW ha subrayado que el sudeste asiático es la región donde se producen más matrimonios infantiles y donde una de cada dos niñas se casa antes de los 18 años.

Por otro lado, en África subsahariana el 40 por ciento de las niñas se casan antes de los 18 años, mientras que los países africanos representan 15 de los entre los 20 países con los mayores índices de matrimonios infantiles.

Sin embargo, tal y como ha destacado la organización, el matrimonio infantil es un fenómeno que también se produce en países desarrollados como Estados Unidos o Reino Unido. Algunos de los países donde peores consecuencias tiene el matrimonio de menores son Nepal, Bangladesh, Malawi, Tanzania, Zimbabue, Sudán del Sur o Yemen.

HRW ha denunciado que concretamente en Malawi, Sudán del Sur, Nepal y Bangladesh una vez que las niñas se han casado o han dado a luz sufren presión por parte de sus familias para que abandonen la escuela ante la falta de dinero para poder pagarla y frente a la necesidad de que se encarguen de las tareas del hogar.

La ONG ha denunciado que la incapacidad de los gobiernos para garantizar una verdadera educación gratuita y accesible a todos los ciudadanos incrementa la presión sobre aquellos en mayor riesgo de sufrir este tipo de situaciones.

DOS TERCIOS DE LAS PERSONAS ANALFABETAS DEL MUNDO SON MUJERES

HRW ha señalado que el escaso acceso a la educación es tanto una causa como una consecuencia del matrimonio infantil. En todo el mundo, unas 32 millones de niñas en edad escolar no tienen acceso a la educación infantil y otros 29 millones de ellas no pueden acceder a secundaria.

Según los datos presentados en el informe, dos tercios de las personas analfabetas del mundo son mujeres. Las niñas que no están escolarizadas afrontan un mayor riesgo de sufrir un matrimonio infantil.

En muchas ocasiones, las políticas discriminatorias de los gobiernos prohíben a las niñas casadas o embarazadas acudir a la escuela. En Tanzania, por ejemplo, HRW ha denunciado la existencia de colegios en los que se realizan pruebas de embarazo forzadas y se expulsa a las menores que estén embarazadas.

Además, el Gobierno se ha estancado en su compromiso de aumentar la edad legal para contraer matrimonio a los 18 años, algo aplicable tanto para los niños como para las niñas.

«Las niñas escolarizadas no deberían tener el miedo de que el matrimonio las privara de su educación», ha asegurado el director de Derechos del Niño para HRW, Zama Neff.

«Los gobiernos deberían aprobar leyes y políticas que prohíban el matrimonio infantil y garanticen el acceso gratuito de todas las niñas a la educación primaria y secundaria», ha concluido.

Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/8667736/10/17/HRW-denuncia-la-falta-de-acceso-de-las-ninas-a-la-educacion-a-causa-de-los-matrimonios-infantiles.html#

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Llama ONU a erradicar el matrimonio infantil en México

América del norte/México/14 Octubre 2017/Fuente: Educación futura

La Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) llaman a erradicar el matrimonio infantil en todos los estados de la República mexicana.

El matrimonio y las uniones tempranas de las niñas constituyen una violación a sus derechos humanos y son consideradas por la ONU como prácticas nocivas que afectan gravemente la vida, la salud, la educación y la integridad de las niñas. Estas prácticas impactan en su desarrollo futuro y el de sus familias, además de incrementar la discriminación y el riesgo de violencia contra ellas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) del 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México hay 6.8 millones de mujeres entre los 15 y 54 años que se unieron conyugalmente antes de los 18 años. La tendencia de las uniones tempranas ha variado poco en los últimos 30 años: entre las mujeres de 50 a 54 años 25.3% se unieron antes de los 18 años, mientras que en el grupo de edad de 20 a 24 años este porcentaje es de 21.4%.

El matrimonio y las uniones tempranas tienen múltiples consecuencias como la deserción escolar, el embarazo prematuro, la mortalidad materna, la transmisión intergeneracional de la pobreza y, en general, la limitación a las oportunidades de vida de las niñas y adolescentes. Por ello, asegurar en las leyes y políticas públicas que ninguna niña sea víctima de estas prácticas constituye una medida de protección de sus derechos.

En la actualidad, la armonización de los códigos civiles y familiares para prohibir categóricamente el matrimonio infantil en el país sigue siendo un desafío. El Código Civil Federal establece los 14 años como la edad mínima de las niñas para contraer matrimonio y 16 para los niños.

En lo referente a los códigos civiles y familiares de las entidades federativas, cinco estados (Baja California, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro y Sonora) todavía aceptan excepciones a la prohibición del matrimonio infantil y un estado -Chihuahua- establece una edad menor a los 18 años para casarse legalmente[1].

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, aprobados recientemente en la ONU, establecen en su meta 5.3 la erradicación de prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la unión temprana para niñas y adolescentes.

El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas hizo en 2015 la siguiente recomendación al Estado mexicano“A la luz de la observación general N°18 (2014) adoptada de manera conjunta con el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, el Comité recomienda al estado parte que asegure la efectiva implementación del artículo 45 de la Ley General de los Derechos Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA), asegurando que la edad mínima para contraer matrimonio por parte de niñas y niños sea establecida en 18 años en las leyes de todos los estados. El Estado parte debe también implementar programas integrales de sensibilización sobre las consecuencias negativas del matrimonio infantil en niñas, teniendo como población objetivo a los familiares, maestros y líderes indígenas”.

La ONU en México lanzó en 2015 la campaña “De la A (Aguascalientes) a la Z (Zacatecas), México sin unión temprana y matrimonio de las niñas en la ley y en la práctica”, convocando a sumar esfuerzos de los gobiernos estatales, municipales y federal, junto a las organizaciones civiles, la academia y otros aliados para poner fin a las uniones tempranas y matrimonios de las niñas, a través de:

  • Armonizar los marcos legales federal y estatales de acuerdo con los más altos estándares de protección;
  • Empoderar a niñas y adolescentes para lograr la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres;
  • Promover el cambio de normas culturales alrededor de mujeres y niñas a través del diálogo y la movilizacion de la sociedad y las comunidades;
  • Garantizar la protección social integral de niñas y adolescentes, a través de políticas y programas que promuevan oportunidades de inclusión y desarrollo;
  • Garantizar la permanencia de las niñas en la escuela al menos hasta el término de la preparatoria;
  • Mejorar la información disponible en el tema, a través de la generación y uso de datos cuantitativos y cualitativos;
  • Realizar campañas de difusión a nivel estatal y municipal sobre las consecuencias negativas de la unión temprana y el matrimonio de las niñas con la finalidad de desalentar y erradicar esta práctica nociva.

Las agencias firmantes hacen un llamado a las instituciones mexicanas y a la sociedad en general a redoblar esfuerzos para erradicar el matrimonio y la unión temprana de las niñas, niños y adolescentes, y reiteran su compromiso por seguir acompañando y brindar asesoría y cooperación técnica en aras de terminar con esta práctica.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/llama-onu-a-erradicar-el-matrimonio-infantil-en-mexico/

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Matrimonio infantil en África: la niñez perdida

África/07 Octubre 2017/Fuente: Prensa Latina
Cada dos segundos una niña es obligada a contraer nupcias en el mundo, de ellas muchas en África, continente que a la vuelta de tres décadas tendrá alrededor de 310 millones de menores de edad casadas.
La lentitud de la lucha contra el mal social y el incremento demográfico de la población son las principales causas del aumento del matrimonio infantil en África, contrariamente al resto del planeta.

Estimados apuntan que el número de niñas en la región se elevará de 275 millones en la actualidad a 465 millones en 2050; así lo confirman estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas al abordar la aterradora realidad.

Por tal motivo, la Unión Africana (UA) se erigió como puntero de una campaña continental por erradicar el problema y a su vez implementar un plan de acción para los gobiernos con el fin de reducir las hasta ahora imparables tasas.

La organización, entre otros aspectos, pidió facilitar el acceso a una educación de calidad y a servicios de salud reproductiva; el fortalecimiento y la aplicación de leyes y políticas que protejan los derechos de las niñas, así como la prohibición del matrimonio hasta los 18 años.

Durante la primera Cumbre para poner fin al Matrimonio Infantil en África, celebrada con la participación de ONU Mujeres y bajo auspicio de la UA, celebrada del 24 al 27 de noviembre de 2015 en Lusaka, Zambia, se trató de movilizar a líderes tradicionales y políticos en torno al tema.

Un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentado en la propia cita, alertó que de continuar con este ritmo África superará al sur de Asia como la región con el mayor número de mujeres de entre 20 y 24 años que se casaron siendo niñas.

‘El matrimonio infantil genera una serie de normas que resultan cada vez más difíciles de exterminar; normas que socavan el valor de nuestras mujeres’, dijo la entonces presidenta de la Comisión de la UA, Nkosozana Dlamini Zuma. A través de un mayor grado de conciencia, junto con un enfoque que implique a todos, será posible erradicar sus dañinos efectos, acotó.

Las estadísticas muestran que los países africanos suponen 17 de los 20 con Los índices más altos a nivel global.

Por ejemplo, el 76 por ciento de las niñas en Níger y cerca del 70 por ciento de las de República Centroafricana y Chad se casan antes de cumplir los 18 años.

Es una realidad muy latente en África, opinó el presidente de Zambia, Edgar Lungu, en un evento en Nueva York previo al segmento de alto nivel del 72 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, realizado este mes.

Tanto Lungu como sus homólogos de Uganda, Yoweri Museveni, y de Malawi, Peter Mutharika, expresaron su compromiso de apoyar los esfuerzos para poner fin al matrimonio infantil en África en 2030.

DATOS DIVERSOS DE UN GRAVE PROBLEMA

Justo en 2016 Malawi se unió a Gambia y Tanzania al prohibir el matrimonio infantil antes de los 18 años y quienes lo infrinjan cometen un delito punible con cinco años de prisión y una multa de unos 143 dólares.

El expresidente gambiano Yahya Jammeh proscribió la práctica que ahora se castiga con 20 años de prisión, al tiempo que en Tanzania, un tribunal declaró inconstitucionales las secciones 13 y 17 de la Ley del Matrimonio, que posibilitaba a las niñas unirse a los 15 años con permiso de los padres y a los 14 años con el permiso de una corte de justicia.

Igualmente, el Parlamento de Chad adoptó hace poco una reforma de su código penal que eleva la edad legal de matrimonio de 16 a 18 años.

El mandatario chadiano, Idriss Deby, también promulgó una ley que castiga al infractor con penas de cinco a 10 años de prisión y una multa que en algunos casos puede rondar los ocho mil 800 dólares, según el cambio.

Zimbabwe aún no ha elaborado leyes para criminalizar los matrimonios de niños. Algunos datos de instituciones especializadas y organismos internacionales arrojan que, por ejemplo, en Senegal solo el 18 por ciento de las mujeres usan métodos anticonceptivos.

Mientras en Mali, según el ‘Código Familiar’ vigente desde 2011, las mujeres le deben obediencia a sus esposos; en tanto, Níger refleja que la edad media del matrimonio es de 15.8 años.

Por su parte, en Malawi, cuatro de cada cinco chicas casadas no terminó la educación primaria, y en Mozambique, la violencia emocional, física y sexual son factores por los que muchas niñas abandonan la escuela y terminan en nupcias.

En Zambia, el 31 por ciento de las mujeres entre 20 y 24 años fueron casadas a sus 18 y en Tanzania, se eleva el 61 por ciento.

Las propias fuentes aseguran que después de África occidental, la tasa más alta de matrimonio infantil se registra en la región de Asia.

‘El número de niñas afectadas -y lo que esto significa en términos de infancias perdidas y de futuros destruidos- subraya la urgencia de prohibir la práctica del matrimonio infantil de una vez por todas’, a juicio del director ejecutivo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Anthony Lake.

Para el alto funcionario de la ONU, ‘cada niña casada es una tragedia individual’ y por lo tanto ‘un aumento en su número es intolerable’.

Al casarse de manera forzada, se les niega, especialmente a las niñas, su dignidad y la oportunidad de tomar decisiones que son esenciales en sus vidas.

Además, cuentan con menos probabilidades de terminar sus estudios y más posibilidades de ser víctimas de la violencia y de contraer el VIH, a lo que se añade el que los hijos corren más riesgo de bajo peso y mortalidad, ya sea al nacer o poco después.

Pero no es una solución simple y quienes toman decisiones lo saben. La sociedad en su conjunto tendrá que crear condiciones para eliminar el flagelo.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Fnuap), más de 140 millones de niñas contraerán matrimonio antes de 2020 y si el ritmo del fenómeno persiste, 14 millones 200 mil niñas por año, o sea 39 mil por día, se casarán a temprana edad.

De esos 140 millones, al menos 50 millones no habrán arribado a los 15 años.

No hay soluciones simples, opinan los especialistas, pero llegará el día en que desaparezcan de la prensa confesiones como la de una niña malawi, quien resumió en un lamento: ‘nunca he experimentado la felicidad en mi matrimonio. Nunca he visto el beneficio de estar casada’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=121648&SEO=matrimonio-infantil-en-africa-la-ninez-perdida
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