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Entrevista a Byung-Chul Han: Viviremos como en un estado de guerra permanente

Redacción: La Vanguardia

Carmen Sigüenza y Esther Rebollo

Redacción Internacional, 12 may (EFE).- Supervivencia, sacrificio del placer y pérdida del sentido de la buena vida. Así es el mundo que vaticina el filósofo coreano Byung-Chul Han después de la pandemia: “Sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente”.

Nacido en Seúl en 1959, Han estudió Filosofía, Literatura y Teología en Alemania, donde reside, y ahora es una de las mentes más innovadoras en la crítica de la sociedad actual. Según describe en una entrevista a EFE, nuestra vida está impregnada de hipertransparencia e hiperconsumismo, de un exceso de información y de una positividad que conduce de forma inevitable a la sociedad del cansancio.

El pensador coreano, global y viral en su fondo y forma, expresa su preocupación porque el coronavirus imponga regímenes de vigilancia y cuarentenas biopolíticas, pérdida de libertad, fin del buen vivir o una falta de humanidad generada por la histeria y el miedo colectivo.

«La muerte no es democrática», advierte este pensador. La Covid-19 ha dejado latentes las diferencias sociales, así como que “el principio de la globalización es maximizar las ganancias” y que “el capital es enemigo del ser humano”. A su juicio, “eso ha costado muchas vidas en Europa y en Estados Unidos” en plena pandemia.

Byung-Chul Han, que publicará en las próximas semanas en español su último libro, «La desaparición de los rituales» (Herder), está convencido de que la pandemia “hará que el poder mundial se desplace hacia Asia” frente a lo que se ha llamado históricamente el Occidente. Comienza una nueva era.

PREGUNTA: ¿La Covid-19 ha democratizado la vulnerabilidad humana?¿Ahora somos más frágiles?

RESPUESTA: Está mostrando que la vulnerabilidad o mortalidad humanas no son democráticas, sino que dependen del estatus social. La muerte no es democrática. La Covid-19 no ha cambiado nada al respecto. La muerte nunca ha sido democrática. La pandemia, en particular, pone de relieve los problemas sociales, los fallos y las diferencias de cada sociedad. Piense por ejemplo en Estados Unidos. Por la Covid-19 están muriendo sobre todo afroamericanos. La situación es similar en Francia. Como consecuencia del confinamiento, los trenes suburbanos que conectan París con los suburbios están abarrotados. Con la Covid-19 enferman y mueren los trabajadores pobres de origen inmigrante en las zonas periféricas de las grandes ciudades. Tienen que trabajar. El teletrabajo no se lo pueden permitir los cuidadores, los trabajadores de las fábricas, los que limpian, las vendedoras o los que recogen la basura. Los ricos, por su parte, se mudan a sus casas en el campo.

La pandemia no es solo un problema médico, sino social. Una razón por la que no han muerto tantas personas en Alemania es porque no hay problemas sociales tan graves como en otros países europeos y Estados Unidos. Además el sistema sanitario es mucho mejor en Alemania que en los Estados Unidos, Francia, Inglaterra o Italia.

Aún así, en Alemania, la Covid-19 resalta las diferencias sociales. También mueren antes aquellos socialmente débiles. En los autobuses y metros abarrotados viajan las personas con menos recursos que no se pueden permitir un vehículo propio. La Covid-19 muestra que vivimos en una sociedad de dos clases.

P: ¿Vamos a caer más fácilmente en manos de autoritarismos y populismos, somos más manipulables?

R: El segundo problema es que la Covid-19 no sustenta a la democracia. Como es bien sabido, del miedo se alimentan los autócratas. En la crisis, las personas vuelven a buscar líderes. El húngaro Viktor Orban se beneficia enormemente de ello, declara el estado de emergencia y lo convierte en una situación normal. Ese es el final de la democracia.

P: Libertad versus Seguridad. ¿Cuál va a ser el precio que vamos a pagar por el control de la pandemia?

R: Con la pandemia nos dirigimos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, sino incluso nuestro cuerpo, nuestro estado de salud se convierten en objetos de vigilancia digital. Según Naomi Klein, el shock es un momento favorable para la instalación de un nuevo sistema de reglas. El choque pandémico hará que la biopolítica digital se consolide a nivel mundial, que con su control y su sistema de vigilancia se apodere de nuestro cuerpo, dará lugar a una sociedad disciplinaria biopolítica en la que también se monitorizará constantemente nuestro estado de salud. Occidente se verá obligado a abandonar sus principios liberales; y luego está la amenaza de una sociedad en cuarentena biopolítica en Occidente en la que quedaría limitada permanentemente nuestra libertad.

P:¿Qué consecuencias van a tener el miedo y la incertidumbre en la vida de las personas?

R: El virus es un espejo, muestra en qué sociedad vivimos. Y vivimos en una sociedad de supervivencia que se basa en última instancia en el miedo a la muerte. Ahora sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente. Todas las fuerzas vitales se emplearán para prolongar la vida. En una sociedad de la supervivencia se pierde todo sentido de la buena vida. El placer también se sacrificará al propósito más elevado de la propia salud.

El rigor de la prohibición de fumar es un ejemplo de la histeria de la supervivencia. Cuanto la vida sea más una supervivencia, más miedo se tendrá a la muerte. La pandemia vuelve a hacer visible la muerte, que habíamos suprimido y subcontratado cuidadosamente. La presencia de la muerte en los medios de comunicación está poniendo nerviosa a la gente. La histeria de la supervivencia hace que la sociedad sea tan inhumana.

A quien tenemos al lado es un potencial portador del virus y hay que mantenerse a distancia. Los mayores mueren solos en los asilos porque nadie puede visitarles por el riesgo de infección. ¿Esa vida prolongada unos meses es mejor que morir solo? En nuestra histeria por la supervivencia olvidamos por completo lo que es la buena vida.

Por sobrevivir, sacrificamos voluntariamente todo lo que hace que valga la pena vivir, la sociabilidad, el sentimiento de comunidad y la cercanía. Con la pandemia además se acepta sin cuestionamiento la limitación de los derechos fundamentales, incluso se prohíben los servicios religiosos.

Los sacerdotes también practican el distanciamiento social y usan máscaras protectoras. Sacrifican la creencia a la supervivencia. La caridad se manifiesta mediante el distanciamiento. La virología desempodera a la teología. Todos escuchan a los virólogos, que tienen soberanía absoluta de interpretación.

La narrativa de la resurrección da paso a la ideología de la salud y de supervivencia. Ante el virus, la creencia se convierte en una farsa. ¿Y nuestro papa? San Francisco abrazó a los leprosos…

El pánico ante el virus es exagerado. La edad promedio de quienes mueren en Alemania por Covid-19 es 80 u 81 años y la esperanza media de vida es de 80,5 años. Lo que muestra nuestra reacción de pánico ante el virus es que algo anda mal en nuestra sociedad.

P:¿En la era postcoronavirus, nuestra sociedad será más respetuosa con la naturaleza, más justa; o nos hará más egoístas e individualistas?

R: Hay un cuento,“Simbad el Marino”. En un viaje, Simbad y su compañero llegan a una pequeña isla que parece un jardín paradisíaco, se dan un festín y disfrutan caminando. Encienden un fuego y celebran. Y de repente la isla se tambalea, los árboles se caen. La isla era en realidad el lomo de un pez gigante que había estado inmóvil durante tanto tiempo que se había acumulado arena encima y habían crecido árboles sobre él. El calor del fuego en su lomo es lo que saca al pez gigante de su sueño. Se zambulle en las profundidades y Simbad es arrojado al mar.

Este cuento es una parábola, enseña que el hombre tiene una ceguera fundamental, ni siquiera es capaz de reconocer sobre qué está de pie, así contribuye a su propia caída.

A la vista de su impulso destructivo, el escritor alemán Arthur Schnitzler compara la Humanidad con una enfermedad. Nos comportamos con la Tierra como bacterias o virus que se multiplican sin piedad y finalmente destruyen al propio huésped. Crecimiento y destrucción se unen.

Schnitzler cree que los humanos son solo capaces de reconocer rangos inferiores. Frente a rangos superiores es tan ciego como las bacterias.

La historia de la Humanidad es una lucha eterna contra lo divino, que resulta destruido necesariamente por lo humano. La pandemia es el resultado de la crueldad humana. Intervenimos sin piedad en el ecosistema sensible.

El paleontólogo Andrew Knoll nos enseña que el hombre es solo la guinda del pastel de la evolución. El pastel real está formado por bacterias y virus, que siempre están amenazando con romper esa superficie frágil y amenazan así con reconquistarlo.

Simbad el Marino es la metáfora de la ignorancia humana. El hombre cree que está a salvo, mientras que en cuestión de tiempo sucumbe al abismo por acción de las fuerzas elementales. La violencia que practica contra la naturaleza se la devuelve ésta con mayor fuerza. Esta es la dialéctica del Antropoceno. En esta era, el hombre está más amenazado que nunca.

P: ¿La Covid-19 es una herida a la globalización?

R: El principio de la globalización es maximizar las ganancias. Por eso la producción de dispositivos médicos como máscaras protectoras o medicamentos se ha trasladado a Asia, y eso ha costado muchas vidas en Europa y en Estados Unidos.

El capital es enemigo del ser humano, no podemos dejar todo al capital. Ya no producimos para las personas, sino para el capital. Ya dijo Marx que el capital reduce al hombre a su órgano sexual, por medio del cual pare a críos vivos.

También la libertad individual, que hoy adquiere una importancia excesiva, no es más en último término que un exceso del mismo capital.

Nos explotamos a nosotros mismos en la creencia de que así nos realizamos, pero en realidad somos unos siervos. Kafka ya apuntó la lógica de la autoexplotación: el animal arranca el látigo al Señor y se azota a sí mismo para convertirse en el amo. En esta situación tan absurda están las personas en el régimen neoliberal. El ser humano tiene que recuperar su libertad.

P: ¿El coronavirus va a cambiar el orden mundial? ¿Quién va a ganar la batalla por el control y la hegemonía del poder global?

R: La Covid-19 probablemente no sea un buen presagio para Europa y Estados Unidos. El virus es una prueba para el sistema.

Los países asiáticos, que creen poco en el liberalismo, han asumido con bastante rapidez el control de la pandemia, especialmente en el aspecto de la vigilancia digital y biopolítica, inimaginables para Occidente.

Europa y Estados Unidos están tropezando. Ante la pandemia están perdiendo su brillo. Zizek ha afirmado que el virus derribará al régimen de China. Zizek está equivocado. Eso no va a pasar. El virus no detiene el avance de China. China venderá su estado de vigilancia autocrática como modelo de éxito contra la epidemia. Exhibirá por todo el mundo aún con más orgullo la superioridad de su sistema. La Covid-19 hará que el poder mundial se desplace un poco más hacia Asia. Visto así, el virus marca un cambio de era.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/cultura/20200512/481122883308/byung-chul-han-viviremos-como-en-un-estado-de-guerra-permanente.html

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Brasil: deforestación en la Amazonía sube casi un 64 por ciento

América del Sur/Brasil/10-05-2020/Autor(a) y Fuente: www.dw.com

Las mediciones realizadas por el INPE demuestran que en los primeros meses de este año se ha incrementado la tala ilegal del principal pulmón verde del planeta.

El sistema de monitorización del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil detectó que el área deforestada ilegalmente en la Amazonía del país más grande de Sudamérica creció un 63,75 por ciento en abril respecto al mismo mes del año anterior, informaron las autoridades este viernes (08.05.2020). Se trata de una tendencia preocupante tras los devastadores incendios que afectaron a esa región en 2019.

Las informaciones de las imágenes obtenidas por el sistema Deter-B indicaron que durante el mes de abril fueron emitidas señales de alerta en 405,6 kilómetros cuadrados de los seis estados de la región norte de la Amazonía, más Tocantins (centro), Mato Grosso (occidente) y Maranhao (nordeste). El aumento de la deforestación coincide con las medidas de aislamiento social, cuarentena y en algunos casos de confinamiento total para contener el avance del coronavirus.

Durante los primeros cuatro meses del año fueron talados 1.202 km2 de selva, un aumento de 55 por ciento en relación al mismo período del año pasado y la cifra más alta para el período enero-abril desde 2016, cuando se iniciaron las mediciones. Estos datos cuestionan nuevamente la política del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro respecto a la protección de la mayor selva del planeta, de la que Brasil alberga el 60 por ciento.

2020 puede romper marcas

Justo la víspera, Bolsonaro autorizó el envío de las Fuerzas Armadas a diferentes estados del país para combatir la deforestación y prevenir incendios en la Amazonía. El decreto con la autorización fue publicado el jueves en el Diario Oficial y limita, por ahora, la actuación del Ejército entre los días 11 de mayo y 10 de junio para combatir la destrucción de la selva amazónica.

Solo en 2019, los incendios contribuyeron con la pérdida de 10.123 km2 de bosques en la región amazónica brasileña, superando por primera vez desde 2008 la marca de los 10.000 km2. La tendencia para 2020 es aún más preocupante debido a que el período de incendios comienza apenas en mayo, con el inicio de la estación seca. Si la Amazonía vuelve a registrar incendios gigantescos este año, 2020 podría romper todos los récords de deforestación.

La deforestación es provocada en gran parte por la actividad de madereros ilegales, la minería y la agricultura en áreas protegidas. Tras derribar los árboles, los invasores los dejan secar y los prenden fuego para despejar los terrenos.

DZC (EFE, AFP)

Fuente e Imagen: https://www.dw.com/es/incendios-en-el-amazonas-repercuten-en-ecuador-per%C3%BA-y-bolivia/a-50119801

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5 documentales sobre medio ambiente y sostenibilidad imperdibles

Redacción: Ternura

Cambio climático, especies en extincióndeshielo de glaciaresplástico y microplástico en los océanos, excesos de contaminación del medio ambiente provocada por la ganadería industrialmoda de usar y tirar y tóxica que contamina ríos y genera condiciones laborales pésimas. Aunque podría parecer un guión sacado de una película de terror, son problemáticas reales sobre las que es obligado tomar consciencia y cambiar en la medida de lo posible nuestras acciones. Hoy os recomendamos cinco documentales sobre medio ambiente y sostenibilidad que nos muestran en imágenes y con datos esta realidad y pueden servir de punto de partida hacia este cambio.

Cinco películas seleccionadas de una larga lista igual de interesante. Déjanos tus recomendaciones de documentales en un comentario, ¡estaremos encantados de leerlas!

OUR PLANET. La grandeza de la naturaleza.

La imágenes más espectaculares e inéditas sobre la grandeza de la naturaleza. Las que han cautivado al planeta y nos han conmocionado a la vez. Una producción de 600 personas, cuatro años de rodaje y más de 50 países. «Our Planet» no es una serie documental llena de datos alarmantes, ni entrevistas a expertos para hablar de las principales problemáticas del medio ambiente. En Our Planet la propia naturaleza habla por sí sola, mostrando la realidad de los ecosistemas actuales que están cambiando alarmantemente y amenazan con hacer desaparecer los animales que habitan en ellos. Una serie documental de 8 capítulos sobre glaciares, selvas, aguas costeras, desiertos y praderas, alta mar, agua dulce y bosques. Un espectáculo visual que no te puedes perder.

Mira el tráiler de OUR PLANET aquí.

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A PLASTIC OCEAN. Un océano lleno de plástico.

En 2050 los océanos del planeta contendrían más plástico que peces en términos de peso, según un informe del Foro Económico de Davos. Restos de plástico, bolsas, redes de pesca… Así es. Buscando la ballena azul, el animal conocido más grande que jamás haya poblado la Tierra, los creadores del documental encontraron un océano lleno de plásticos. En “A Plastic Ocean” el periodista Craig Leeson junto a científicos recorren veinte lugares del océano alrededor del mundo, hasta las aguas más profundas, para mostrarnos y estudiar el estado de nuestros océanos y el impacto en la fauna y la flora y medio ambiente que tienen las toneladas de plástico que en ellos abocamos.

Mira el tráiler de A PLASTIC OCEAN aquí.

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BEFORE THE FLOOD. Cómo revertir el cambio climático.

El estilo de vida y el consumo deberían ser el centro de atención del debate sobre el cambio climático. Es una de las conclusiones de este aclamado documental protagonizado por el actor Leonardo DiCaprio y Mensajero de la Paz nombrado por las Naciones Unidas. “Before the flood” explora los efectos del cambio climático de la mano de DiCaprio, con la visita del actor a distintos lugares del planeta, desde glaciares a selvas, para ver las consecuencias del calentamiento global “in-situ”. El documental analiza los entresijos de un sistema dominado por intereses y políticas que no priorizan soluciones y que hasta niegan la existencia de un cambio climático y nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Además se entrevista con las personalidades más influyentes y decisivas, responsables de afrontar cambios que reviertan la situación del medio ambiente, de manera decisiva y urgente.

Mira el tráiler de BEFORE THE FLOOD aquí.

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RIVER BLUE. Moda que contamina el medio ambiente.

Comprar, usar, tirar. El premiado documental “River Blue” nos habla de las consecuencias para el medio ambiente y la vida de las personas que genera hoy la industria de la moda, la moda rápida y las cadenas de moda low cost. El documental viaja a la India para analizar la contaminación de los ríos provocada por la producción téxtil -agua que las familias que habitan en la zona consumen- y el impacto de todo ello en la vida de las personas que trabajan en las descomunales fábricas de Asia. Aunque cada vez son más las marcas que apuestan por una moda sostenible y sin tóxicos, las sobreproducción de ropa y calzado es aún una realidad y “River Blue” nos lo muestra para consciencia y a motivar a cambiar nuestras acciones en pro del medio ambiente.

Mira el tráiler de RIVER BLUE aquí.

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COWPIRACY. La contaminación que provoca la ganadería industrial.

Cowspiracy” nos cuenta que el consumo de carne y la ganadería industrial es uno de los principales problemas medioambientales actuales y que más gases de efecto invernadero provoca. Una problemática que según muestran en el documental no se aborda como cuestión de suficiente importancia y a menudo se olvida, tanto por parte de la industria, los gobiernos e incluso por parte de organizaciones ambientales. El protagonista entrevista a personas relacionadas con la industria alimentaria para analizar nuestro consumo abusivo de carne y sus consecuencias para el medio ambiente. Así mismo, aboga por cambiar nuestro hábitos ofreciendo datos sobre las ventajas de llevar una dieta vegana. Un documental a veces criticado por ofrecer algunos datos que pueden generar “rechazo” a una parte de la sociedad, pero que ofrece a su vez otros bastante interesantes como punto de partida.

Mira el tráiler de COWSPIRACY aquí.

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Fuente: https://www.ternua.com/es/blog/documentales-medio-ambiente-sostenibilidad/

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Los arrecifes de coral del Caribe podrían colapsar en solo 15 años

El Caribe/22-03-2020/Autor y Fuente: www.elespectador.com

Por: Agencia Europa Press – Ciencia Plus

Un nuevo estudio publicado en la revista “Nature Communications” sugiere que grandes ecosistemas como las selvas tropicales y los arrecifes de coral pueden colapsar a un ritmo significativamente más rápido de lo que se pensaba hasta ahora. Los investigadores aseguran que es necesario prepararse para cambios en los ecosistemas de nuestro planeta más rápidos de lo que se había previsto.

Los resultados de un nuevo estudio, publicado en la revista ‘Nature Communications’, sugieren que los ecosistemas del tamaño de los bosques amazónicos podrían colapsar en solo 49 años y los arrecifes de coral del Caribe, en solo 15 años.

Científicos de la Universidad de Southampton, la Escuela de Estudios Orientales y africanos y la Universidad de Bangor, todas en Reino Unido, estudiaron datos sobre las transformaciones de 40 ambientes naturales en la tierra y en las aguas. Estos varían en tamaño desde pequeños estanques hasta el ecosistema acuático del mar negro.

Estos datos han sido recopilados de publicaciones científicas, informes institucionales y bases de datos en línea sobre cambios de régimen y umbrales.

El equipo descubrió que si bien los ecosistemas más grandes tardaron más en colapsar, debido a su gran tamaño, la velocidad a la que ocurrió la transformación fue significativamente más rápida que el ritmo de cambio para sistemas más pequeños.

Los hallazgos pueden explicarse por el hecho de que los ecosistemas más grandes están formados por más compartimentos, o subsistemas, de especies y hábitats.

Esta configuración modular proporciona resistencia contra el estrés inicialmente, sin embargo, una vez que se pasa un cierto umbral, la misma modularidad hace que se acelere la velocidad a la que se desenreda el ecosistema. Esto significa que los ecosistemas que han existido durante miles de años podrían colapsar en menos de 50.

Los efectos desenmarañantes que el profesor Dearing y su equipo han destacado probablemente se ilustran por la rápida propagación de incendios forestales recientemente vistos en Australia y aumentan las preocupaciones sobre los efectos que los incendios recientes en la selva amazónica tendrán sobre su capacidad para resistir el cambio climático.

El profesor Dearing concluye que «estos hallazgos son otro llamado para detener el daño actual que se impone a nuestros entornos naturales que empuja los ecosistemas a sus límites».

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/los-arrecifes-de-coral-del-caribe-podrian-colapsar-en-solo-15-anos-articulo-908654

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Brasil: Indígenas brasileños hacen un llamado en medio de la pandemia

América del Sur/Brasil/22-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Las comunidades indígenas brasileñas continúan preocupadas por la deforestación y la falta de atención del Gobierno y de la comunidad internacional.

El líder y defensor de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), Luiz Eloy Terena, hizo un llamado de alerta al Gobierno de Brasil y a la comunidad internacional, para que atiendan los efectos negativos de la deforestación que va en aumento en el Amazonas.

Terena, denunció la existencia de vínculos entre la administración del presidente Jair Bolsonaro y las actividades extractivistas que han afectado a las comunidades que habitan en los territorios amazónicos.

«Si Bolsonaro logra permitir la minería en tierras indígenas, no solo significará una mayor destrucción del bosque y sus ríos, sino un genocidio generalizado de varios grupos indígenas», aseguró el líder.

En 2019, fueron registrados en el Amazonas más de 80.000 incendios donde se perdieron al menos 9.762 kilómetros cuadrados de selva tropical, según los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil.

Una de las causas del fatídico hecho fue la práctica de expansión que suelen utilizar ganaderos y agricultores de la región para incrementar su producción afectando los territorios indígenas.

Los reclamos exigen una solución ante el hecho, por lo que el defensor indicó que, «La seguridad jurídica de nuestros territorios debe ser una prioridad mundial y las políticas globales de cambio climático deben realizarse junto a organizaciones indígenas y territoriales para ser verdaderamente efectivas».00

Entre sus reclamos, también piden a la comunidad internacional, especialmente a la Unión Europea, el rechazo al acuerdo UE-Mercosur, «ya que las empresas europeas y norteamericanas se encuentran entre las que más explotan los recursos de la selva tropical», así lo indicó Terena.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/brasil-indigenas-llaman-comunidad-internacional-deforestacion-20200321-0002.html

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Entrevista a Alicia Puleo: «La masculinidad incide negativamente en el medioambiente»

Entrevista/12 Marzo 2020/Autor: Raúl Solís Galván/rebelion.org

La filósofa ecofeminista ha dado la conferencia inaugural del Congreso Andaluz de Filosofía celebrado estos días en Sevilla.
Sostiene que las mujeres son las primeras víctimas de la destrucción ambiental

Alicia Puleo (Buenos Aires, 1952), catedrática de Filosofía de la Universidad de Valladolid y directora de la Colección Feminismos de la editorial Cátedra, es la madre un ecofeminismo crítico y no esencialista. Su mirada se centra en la  relación que existe entre el género y la crisis ambiental y en hacer de puente entre el ecologismo y el feminismo. 

La filósofa feminista ha sido invitada a pronunciar la conferencia inaugural del XII Congreso Andaluz de Filosofía, celebrado en la capital andaluza este pasado fin de semana bajo el título ‘Filosofía, Mujeres y Naturaleza’, donde ha desgranado parte del pensamiento que la convierte en una de las figuras intelectuales claves del feminismo español.

¿Qué relación existe entre la Filosofía, la naturaleza y las mujeres?

Podríamos decir que hay dos tipos de relaciones. Una historia de la filosofía en la que las mujeres han sido pensadas más cercanas a la naturaleza que los varones. Y un presente, de algunas décadas ya, en que surge una forma de pensamiento, llamado ecofeminismo, que analiza las relaciones de dominación sobre la naturaleza y las mujeres como relaciones vinculadas y que, a través de un análisis, se pueden llegar a desmontar. 

Hay feministas muy críticas con el ecofeminismo porque alertan de que retrotrae a las mujeres a una construcción biológica, al esencialismo naturalista.

En algunas formas de ecofeminismo, lo que se puede llamar ecofeminismo esencialista, que insistía en la cercanía de las mujeres con la naturaleza, por diferencias innatas y no construidas culturalmente, sí que existe ese riesgo. Desde otras posiciones ecofeministas, en las que yo me sitúo, que son constructivistas, que analiza cómo la cultura construye las identidades de género, no habría ese problema esencialista.

¿Existe el riesgo de que el ecofeminismo sea usado para resituar a las mujeres en papeles opresivos de donde han escapado?

Sí, hay algunas tendencias del ecologismo que están manteniendo un discurso de vuelta a los roles tradicionales en nombre, precisamente, de la defensa de la naturaleza. La conclusión que sacan es que las mujeres juegan un papel de usar y tirar y que tienen que volver al hogar. Por otro lado, curiosamente, mistifican mucho la maternidad y la reproducción, olvidando que el ecologismo, en sus orígenes, tenía una gran preocupación por la sobrepoblación. Entonces, sí, ciertas tendencias del ecologismo están mistificando a la mujer-madre cuando, en realidad, el ecologismo desde el principio se planteó que la humanidad no puede reproducirse tanto. Es curioso ese giro hacia un ecologismo muy conservador, que no conservacionista. 

¿A qué se debe a esa vuelta de ciertas tendencias feministas y ecologistas hacia un conservadurismo mistificador de la maternidad?

No son planteamientos feministas, para nada. El feminismo en ese discurso ecologista conservador es el gran enemigo porque, según dicen, estaría llevando a la sociedad a su esterilización. Esas tendencias de ecologismo conservador no son feministas. 

¿Existe alguna vinculación entre la igualdad de género y la ética ambiental?

Por un lado, las mujeres, sobre todos las pobres, son las primeras víctimas de la destrucción medioambiental. En los países empobrecidos son las que dependen directamente del medio ambiente y, por lo tanto, su destrucción les afecta en su vida cotidiana. Si tienen que recoger leña y se ha talado el bosque, tendrán que caminar kilómetros para calentar el hogar. Son las primeras en sufrir las consecuencias de las fumigaciones intensivas. Ellas y sus hijas e hijos. Las mujeres, en muchos sitios del planeta, están siendo también protagonistas en los movimientos de defensa del medio ambiente. Las mujeres son víctimas directas del cambio climático, pero también son vanguardia en la lucha contra el deterioro ambiental.

¿Es el movimiento feminista consciente de la crisis ambiental que vivimos?

Yo creo que hace falta trabajar la relación entre feminismo y ecologismo porque no se puede decir ni que el feminismo sea ecologista, ni que el ecologismo sea feminista. Es una tarea muy larga y en eso estamos, el ecofeminismo trata de hacer ese puente. 

Aseguras que en nuestras sociedades tiene más valor ético el odio que la filantropía y que urge valorizar una ética del cuidado que feminice la ética, ¿qué quieres decir?

Me refiero a que en la Filosofía de Kant hay una desvalorización clara de los sentimientos, de las personas que actúan por sentimientos éticos. Porque, para Kant, la acción ética solamente tiene valor si no están movidas por los sentimientos, por las emociones, porque las emociones son nuestra parte irracional, animal. Hay una tradición, que viene del estoicismo, en que lo emocional es negativo, es lo bajo, las pasiones, lo débil de nuestra constitución y ha de ser dominado por la razón, que te dice qué es lo que debes hacer. Por eso, se ha considerado durante mucho tiempo que las mujeres no podían ser jueces porque, se decía, se guiarían por el sentimiento y no por el sano juicio. Esto cambia en la década de los 80, donde pensadoras como
Nel Noddings van a criticar esa desvaloración de las emociones y resaltan una ética del cuidado, donde sostienen que actuamos éticamente no sólo por razón, sino también por sentimientos.

Afirmas también que estamos asistiendo a un cambio de paradigma de la masculinidad que traerá una revolución esperanzadora. 

El feminismo ha terminado trayendo un cuestionamiento de las identidades del conjunto de la sociedad, no sólo de las mujeres. La entrada de los hombres en lo privado y en lo afectivo empieza a darse, fruto del feminismo y, con respeto a la naturaleza, me parece un signo de esta nueva masculinidad la cantidad de jóvenes que están entrando en movimientos de defensa de los animales, contra la crueldad. Estos eran movimientos muy feminizado y hoy vemos a muchos hombres entrando en ellos. 

Hay quienes dicen que la ultraderecha se ha vinculado también con el animalismo. 

Yo no lo veo así. Es una forma de ataque que ha sufrido el animalismo. Se dice: ¡Es que Hitler era animalista! Mentira, Hitler ni era vegetariano, ni era animalista. Es una forma de estigmatizar. 

Sostienes que vivimos en un tiempo histórico llamado antropoceno. ¿Qué tiempo histórico es este?

Es una denominación que han acuñado científicos dedicados a la observación del clima y que consideran que es una nueva era geológica, en la medida que los grandes cambios no los produce sólo la tierra, sino el ser humano sobre la tierra y a través de la tecnología. Algunos sitúan el comienzo del antropoceno en el inicio de la revolución industrial, otros lo sitúan en el siglo XX. Hay quienes han hecho una crítica al concepto de antropoceno, porque dicen que debería llamarse algo así como capitaloceno porque afirman que existen razones económicas que están llevándonos a la catástrofe: la explotación intensiva, las técnicas agresivas, el poco respeto al medio ambiente. Estos críticos sostienen que el término antropoceno no visibiliza este origen económico. Yo pienso que el término antropoceno es acertado porque es cierto que hay elementos importantes económicos, pero también es verdad que, desde un punto de vista filosófico, se deriva de una visión antropocéntrica, en la que sólo el ser humano tiene valor. 

¿Tiene el cambio climático una huella de género?

Hay estudios estadísticos que dicen que las mujeres tienen menos huella ecológica que los varones; no porque sean mejores, sino porque se desplazan más en transporte público, realizan labores que tienen una incidencia menor en el medio ambiente. En este sentido, vemos que hay una relación entre género y medio ambiente. Una de las definiciones de varón, del sociólogo valenciano Josep Vincent Marqués, es que ser varón es ser importante. Entonces, si la consigna del varón es ser importante, hay cosas que el varón tiende a hacer porque tiene una consigna que no tienen las mujeres. Así, tiene que comprarse el coche más lujoso, que contamina más, porque tiene que ser importante. Son estas consignas de la masculinidad las que inciden negativamente en la contaminación. Por no hablar, por ejemplo, de actividades como la caza, con gran incidencia negativa en el medio ambiente, protagonizadas por los hombres. 

¿Nos estamos tomando en serio la crisis ecológica?

Para nada. La crisis ecológica demanda acciones individuales y de los gobiernos. Hay gente que no recicla porque otros no lo hacen y la clase política no toma decisiones ecológicas porque no tiene rédito electoral inmediato. Luego creo que hay responsabilidad en los medios de comunicación. Tenemos un gran problema, porque la crisis ecológica es la gran crisis y la que explica todas las demás.

¿De qué salud goza la Filosofía?

Tiene que luchar contra toda una tendencia muy instrumental de la educación a nivel internacional, una visión muy corta de lo que es la formación y que cree que formar es enseñar a la gente a producir para el mercado. Para poder ser humano y tener una civilización se necesita una formación filosófica.

¿Por qué la guerra de los gobiernos contra la Filosofía?

La Filosofía puede servir como legitimación del orden existente y también puede ser y ha sido fuente de pensamiento alternativo y de horizontes distintos, de impugnación al orden establecido y trazar mundos emancipatorios por donde caminar.

Fuente e imagen tomadas de: https://rebelion.org/la-masculinidad-incide-negativamente-en-el-medioambiente/

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Educación circular para acercar el mundo a la justicia social. ODS Núm. 4, III

Por: Carmelo Marcén Albero

Se trataría de dar valor para el futuro a cada contenido que se aprende, a cada idea que se construye. Habría que reconocer qué se debe aprender, cómo hacerlo para que el constructo sea consistente; cómo reutilizar una y otra vez los saberes para no desperdiciarlos en residuos inútiles.

Se ha puesto de moda hablar de la economía circular, esa que busca un sistema más sostenible y humano. Imaginemos por un momento que, como propaga en su página el Parlamento Europeo, la economía del mundo se basa en un modelo de producción y consumo cuyo lema es usar los ajustados recursos materiales o energéticos para hacerlo lo mejor posible. Necesariamente, habrá que compartir usos, reutilizar máquinas y materiales, reparar utensilios y destrozos, renovar procesos para usar menos y reciclar una y otra vez materiales y productos existentes, de tal forma que se logre darles un valor casi infinito; en algunos casos se puede. Si así se obra, el ciclo de vida de los productos se extiende; incluso los beneficios llegarán a las personas, más baratos y mejores, y al medio ambiente.

Repasemos en la escuela estas ideas. Comparémoslas con el modelo económico que domina en este momento: “usar y tirar”, referido no solo a lo material sino a lo aprendido, cuya mayor parte se desvanece una vez ha perdido el estímulo, o se ha pasado con éxito el examen.

Se podría hablar mucho de este asunto en la escuela, del derecho a tener y compartir, a reutilizar lo que se tiene, a que el beneficio de los recursos convierta las relaciones económicas en convivencia entre iguales, a que impere la justicia social. Por eso, vamos a intentar emerger el poder no aprovechado de la educación circular.

Más o menos, se trataría de dar valor para el futuro a cada contenido que se aprende, a cada idea que se construye. Habría que reconocer qué se debe aprender, cómo hacerlo para que el constructo sea consistente; cómo reutilizar una y otra vez los saberes para no desperdiciarlos en residuos inútiles. Serviría también para aprovechar el poder transformador de la educación, pocas veces reutilizado tanto para entender lo próximo como para acercarse al escenario universal.

Reparemos en esa corona, logo, que es el pin de la sostenibilidad. El pin representaría, en un mundo más ecosocial, la no existencia de fronteras por su circularidad. El espacio reservado a la educación resplandece en su color rojo que, en una interpretación personal, podría significar atracción, fuerza, vida, valentía, vigor, pero también el deseo, la energía, el calor y el placer. ¿Acaso no servirían esas cualidades para la educación? Más o menos eso queremos expresar en este artículo, desde la escuela.

Ese rojo debe circular a lo largo de la corona que es el pin, hacia la derecha o la izquierda; tanto da, después volverá a su lugar enriquecida y con la satisfacción de haber servido al resto de los ODS. Si se educa en aprendizajes reutilizables, se entiende mejor la igualdad de género, está justo al lado, se sabe lo que significa agua limpia y saneamiento y se lucha porque siempre sea así; se le asigna valor a una energía sostenible y asequible para todos; se adquirirá y valorará lo que supone un trabajo digno en el marco de un crecimiento económico que no deje fallas sociales; se podrá encontrar el camino de investigaciones de producción e infraestructura compartidas. Quién duda que esto no supone la reducción de las desigualdades, ¡bendita educación!, que se apoyan en ciudades más habitables y menos excluyentes, aunque por ahora tienen sus relaciones totalmente condicionadas a la producción y consumos responsables. La educación circulante, bien reciclada, posibilita la acción ante la emergencia climática y la participación de los jóvenes, que también se preocupan de la vida submarina y de los ecosistemas terrestres, que demandan paz y justicia social y son críticos con la acción de sus gobiernos. Todo en el marco, ¡bendita educación!, de un proyecto de alianzas que pongan fin a la pobreza, acaben con el hambre y aprovechen el recorrido educativo para encontrar la salud y el bienestar de las personas. El pin es el símbolo de una utopía deseable, la educación de calidad puede hacerla realidad.

¿Quién se atreve a trabajar en las aulas este pin de la sostenibilidad y darle valor al deseo y las posibilidades de aprender? En anteriores entradas en este blog hacíamos alusión a la reciente publicación del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo por parte de la UNESCO. ODS Núm 4. Educación de calidad. Nos falta hablar de calidad y financiación. Para que la educación sea circular, se recicle una y otra vez, necesita impulsores: energía y recursos permanentes. Queremos llamar la atención de quienes tienen competencias en los departamentos o ministerios de Educación, aquí y en Latinoamérica, para que se impliquen activamente en la mejora de los ámbitos que les correspondan inyectando recursos humanos y materiales.

Dice el informe que para que la educación circule y se reutilice hace falta que cuente con buenos docentes, preparados. Hay países como Mali en donde los poseedores de formación específica apenas pasan del 5 %, en Bolivia no llegan al 60 %, mientras que son casi el 95 % en Costa Rica y Colombia; en Uruguay todos. Como siempre, el África subsahariana se lleva la peor parte: la masiva llegada de escolares desde hace 30 años no ha sido acompañada de la necesaria preparación de docentes. ¡Qué decir del número de alumnos por docente! (indicador 4.c.2. de los ODS). En Europa y América del Norte la ratio es de unos 15 alumnos, en América Latina y el Caribe 17, mientras que en el África subsahariana son 44.

Las infraestructuras escolares condicionan mucho la calidad de la educación. Solo un par de datos para que sirvan de motivo de diálogo en nuestros claustros de profesores o con el alumnado de los cursos superiores en materias relacionadas con las Ciencias Sociales:

  • En los países más pobres, la mayoría de las escuelas primarias no cuenta con instalaciones de saneamiento separadas por sexo (o a veces con ninguna instalación).
  • La disponibilidad de Internet en las escuelas suele quedarse muy por detrás de la electrificación.

Habría que acabar trayendo lo último que dice el informe con respecto a los entornos favorables para el aprendizaje: “Contar con instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de género y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos es problemático en numerosos países”, tal como demuestra en parte la serie de artículos sobre el ODS Núm. 4 que recogemos en este blog. Al mismo tiempo, resulta difícil medir el progreso referente a esta cuestión, porque el indicador mundial pertinente no es una sola medida, sino un conjunto de varias interacciones.

Invitemos a nuestros alumnos a que dialoguen, a que trabajen en equipo y rellenen los huecos de la rueda/corona del pin de la sostenibilidad, que salten de un color a otro, que encuentren cómo en su caso concreto una educación circular les puede ayudar a comprender mejor cada uno del resto de los ODS. Cabe hacerlo en todos los niveles educativos. Y, por supuesto, el profesorado y el resto de la comunidad educativa deben ponerlo como prioridad en sus encuentros pedagógicos.

Preguntémonos todos, alguna vez, qué le falta a la educación para acercar el mundo a la justicia social. Por cierto, qué sería lo primero que le daríamos cada uno, incluso en forma de compromiso personal.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/02/21/educacion-circular-para-acercar-el-mundo-a-la-justicia-social-ods-num-4-iii/

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