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Chile: Declaran alerta roja en comunas chilenas por incendios forestales

América del Sur/Chile/03-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

La Oficina de Emergencias de Chile, declaró la alerta roja en las comunas de Temuco y Lumaco, producto de la intensificación de incendios forestales.

La Oficina Nacional de Emergencia de Chile, declaró este domingo la alerta roja en las comunas de Temuco y Lumaco tras incendios forestales.

De acuerdo a las autoridades, el incendio denominado «Tromen» ha afectado cuatro hectáreas en la capital de la región de La Araucanía.

El incendio se sitúa cercano a los sectores habitados de Lumaco, «las condiciones de temperatura, humedad relativa y viento presentes en la comuna, son propicias para la propagación de incendios forestales”, agrega la Oficina de Emergencias.

17 personas están hablando de esto
«Se movilizarán todos los recursos necesarios y disponibles, en apoyo adicional a lo ya desplegado por CONAF, Bomberos y el Sistema Nacional de Protección Civil”, aseveró la Oficina de Emergencias.

Las autoridades confirmaron que por el momento, cinco incendios forestales están activos en la región de La Araucanía, manteniendo la alerta roja en la comuna de traiguén.

Fuente  e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/chile-declaran-alerta-roja-comunas-incendios-forestales-20200202-0027.html

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Educación de calidad en el ODS 4: sus progresos van por países I

Por: Carmelo Marcén

Nuestra escuela, a un lado y otro del Atlántico, debe proporcionar una visión crítica del mundo, sujeto a múltiples interacciones entre ricos y pobres, presente y futuro. Los escolares de hoy, de cualquier país deberán utilizar criterios de lectura diferentes para entender el complejo y cambiante mundo que se les presenta.

Las escuelas de todo el mundo acogieron con expectación disimulada, dada la experiencia previa tan llena de olvidos, la formulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), esos que buscan que ninguna persona se quede atrás en el camino hacia una vida digna en relación amistosa con el medioambiente que es el planeta y sus moradores. Algunos actores del mundo educativo, de forma interesada las escuelas que desde Latinoamérica nos siguen, mirarían con más detalle lo que venía a decir el ODS. Núm. 4; en general suelen tener más carencias a la vez que esperanzas. Su mismo enunciado “Educación de calidad” ya dice algo, pero cada una de sus metas merece la lectura e interpretación reposada; diríamos que sacude un poco las adormecidas ilusiones de cambiar el paso errático del mundo a través de la educación. Los ODS están pensados para las personas; la educación también. Este axioma se olvida a menudo. La educación lo es cuando mejora el pensamiento y la vida de las personas, hoy y mañana, cerca y lejos; poca trascendencia adquiere para sí misma como no sea su cordura.

Ahora acaba de conocerse el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, publicado por la UNESCO. Se detiene de forma especial en cinco escenarios fundamentales para conocer qué debemos hacer en nuestro ámbito si queremos mantener la ilusión educativa global: acceso, equidad, aprendizaje, calidad y financiación. Convendría que los departamentos o ministerios de Educación y quienes tienen competencias para mejorar los derechos de la infancia y adolescencia en cada país se lo estudiasen con detalle y pusiesen en marcha lo que falta para conseguir en cada una de las metas del ODS 4. También los equipos directivos de nuestras escuelas, las comunidades escolares de un lado y otro del Atlántico, deberían llevar a cabo un análisis comparado de lo que en él se dice. De todas formas, por si el quehacer diario impide encontrar ahora mismo el tiempo de su consideración, nos permitimos hacer una breve interpretación de algunos aspectos básicos, que continuaremos en el siguiente artículo de esta ecoescuela abierta.

En estos momentos de efervescente opinión educativa, muchas veces contaminante, hay que ocuparse de lo interesante. Hay que hablar de los ODS en los cursos de formación permanente del profesorado, no estaría de más que se dialogase con sentido crítico y reflexión no limitada a lo personal sobre estas metas que acordó la ONU y firmaron muchos países. Pero no porque sea una moda sino porque es una urgente necesidad. Es aventurado decir que los ODS van a cambiar totalmente la vida de las personas en todo el mundo, pero hay que conservar la utopía que supone la satisfacción personal, en este caso del profesorado, por la lucha hacia la mejora social. En primer lugar, hay que tener una idea fundada y compartida, una perspectiva global, del estado de la educación en el mundo, de los progresos habidos en algunos países, de la posible incidencia en la sociedad del futuro, de la influencia en las economías locales y en las dinámicas políticas y sociales, de las repercusiones que puede tener en los movimientos sociales y las migraciones, de si se puede hacer algo para retener el desastre social que se nos anuncia, etc. Pero también, para analizar la situación en la Unión Europea y en España.

Empezamos por el acceso a la educación de calidad. La meta para 2030 decía que el 100 % de los niños y niñas del mundo debería superar el primer ciclo de educación secundaria. Hoy apenas llega al 72 %: lo cual sale de que alcance el 95 % en los países de ingresos altos y el 33 % en los de ingresos bajos. Tres curiosidades: en Guinea-Bissau el 13 %, en España el 87 %; en el mundo, alrededor de 1 de cada 60 niños, más probabilidades si son niñas, nunca irá a la escuela; casi todas-os viven en países de ingresos bajos.

Más cosas de las que hablar en relación con los ODS en su conjunto. Hay una máxima que se repite a menudo: no dejar a nadie atrás, en particular a las niñas y adolescentes. Digamos, de entrada, que se han producido avances, que lo dice el informe, pero también recalca lo mucho que queda por conseguir: “Aunque en la educación preescolar la paridad mujeres/hombres es casi de 1 hasta en los países con ingresos bajos, en el mundo solo dos de cada tres países han logrado la paridad de género en la educación primaria, uno de cada dos en el primer ciclo de secundaria y uno de cada cuatro en el segundo ciclo de secundaria”. Hay que señalar que en este tramo educativo se han dado progresiones importantes, entre 1990 y 2018, que merecen ser analizadas: en los países de ingresos altos la paridad era de 1,02 y ahora es 1; en los de ingresos medios altos (0,95 a 1,05); ingresos medios bajos (0,59 a 0,96); ingresos bajos (0,52 a 0,80). Por regiones, hay que destacar que el Asia central y Meridional ha pasado del 0,44 al 0,96.
Se puede analizar mucho más, como el hecho de ver el porcentaje de escolares en edad superior al curso que les correspondería (Indicador 4.1.6 de los ODS). O que las tasas de no escolarización están estancadas en muchos países de ingresos bajos (Indicador 4.1.5). Así, quienes por circunstancias diversas no están en el curso que les correspondería por su edad a escala mundial suponen el 8,2 % en primaria, el 15,6 % en primer ciclo de secundaria y el 35,25 % en el segundo ciclo de secundaria (datos de 2017). Una afirmación del informe para tener en cuenta: aunque la tasa de niños sin escolarizar se ha reducido en más de la mitad durante este período, su número apenas ha cambiado, especialmente en el África subsahariana; aumentaron mucho los nacimientos.

Otra afirmación que incluye el informe y puede estar detrás de muchas de las rémoras sociales, económicas y de todo tipo que sufren los habitantes de algunos países: “Los más pobres no tienen prácticamente ninguna oportunidad de recibir educación terciaria en los países de ingresos bajos y medianos” (Indicador 4.5.1. de los ODS).

¿Acaso alguien se opone a que se hable de esto en la comunidad educativa? ¿Por qué? Las escuelas no deberían encerrase en sí mismas; mucho menos las de los países con ingresos altos que disfrutan de privilegios lejanos a las de los países con ingresos bajos. Son unos convenientes espejos donde mirarse. Hay que saber cómo están las de fuera; ayuda a conocerse a sí mismas. Esto de las diferencias educativas por países o regiones del mundo también debería trabajarse de forma especial en algunas materias de los currículos de secundaria y bachillerato; para nosotros es mucho más importante que buena parte de lo que mandan los currículos. Nos preguntamos si no serían estos unos buenos temas de diálogo para el profesorado que quiere transitar hacia la Educación Ambiental o para la Sostenibilidad, o que tienen en marcha ya proyectos de este tipo.

A modo de conclusión, copia textual del informe: “Existen niveles inaceptables de desigualdad en la educación entre países y entre grupos dentro de un mismo país. Es indispensable contar con datos desglosados de alta calidad para formular estrategias apropiadas que permitan reducir estas desigualdades y, en última instancia, no dejar a nadie atrás en el empeño por alcanzar el ODS 4”. Nuestra escuela, a un lado y otro del Atlántico, debe proporcionar una visión crítica del mundo, sujeto a múltiples interacciones entre ricos y pobres, presente y futuro. Los escolares de hoy, de cualquier país deberán utilizar criterios de lectura diferentes para entender el complejo y cambiante mundo que se les presenta.

Y hasta ahora solamente hemos anotado cuatro cosas de lo que en el Informe se dice con respecto al acceso a la educación, que por lo que parece todavía no es un derecho humano universal. Hay mucho más en el Informe. No dejen de leerlo detenidamente.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/01/31/educacion-de-calidad-en-el-ods-4-sus-progresos-van-por-paises-i/

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Para hacer frente de manera justa y democrática al cambio climático es imprescindible transformar y repartir el trabajo

Por: Tercera Información

  • Ecologistas en Acción presenta una modelización de escenarios que evalúa la evolución del trabajo (empleos, trabajo de cuidados y trabajo autogestionado) en el periodo 2020-2030 en España bajo el marco de distintas políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
  • El escenario Green New Deal (GND) se caracteriza por un despliegue masivo de las energías renovables de alta tecnología, una disminución de los consumos personales y un desarrollo de la agroecología. Este escenario no contempla límites en la disponibilidad de materiales y energía durante la próxima década. El escenario Decrecimiento (D) plantea un decrecimiento, ruralización y relocalización de la economía.
  • Los resultados de esta modelización muestran que el GND, aunque reduce de forma considerable las emisiones, se queda lejos de hacerlo de manera suficiente. Como contrapartida, lograría una considerable creación de empleos sin modificar la actual composición del mercado laboral.
  • En el escenario D se alcanzan las reducciones necesarias de GEI marcadas por Naciones Unidas, acordes a criterios de justicia ambiental internacional. En la hipótesis del mantenimiento de un mercado laboral como el actual, supondría una destrucción considerable de empleos. Por ello, este escenario tendría que venir acompañado de un importante reparto del empleo y de los trabajos de cuidados, así como de medidas de redistribución de la riqueza y de un aumento del control democrático de la sociedad sobre la organización del trabajo.

El desarrollo del capitalismo industrial ha causado un grado severo de destrucción ecológica y del tejido social, lo que ha producido una profunda crisis ecosocial. En ella, a la emergencia climática se une la pérdida de biodiversidad, los límites de disponibilidad material y de recursos energéticos fósiles, la pérdida de suelo fértil, la crisis de los cuidados, la falta de autonomía material y económica, y un largo etcétera.

En este escenario, la necesidad de reducir las emisiones globales de GEI es perentoria. El objetivo del informe ‘Escenarios de trabajo en la transición ecosocial 2020-2030’ es explorar el vínculo entre el trabajo (y dentro de él, el empleo) y las emisiones GEI. Para ello se han modelizado tres escenarios para la década 2020-2030 que permiten explorar, cualitativa y cuantitativamente, qué tipo de transformaciones en el trabajo tendrían que acompañar a la necesaria y urgente reducción de emisiones en España.

Los tres escenarios han sido:

  • Escenario Bussiness as usual (BAU). Se caracteriza por una continuación de las dinámicas ya en marcha usando algunas medidas de reducción de emisiones.
  • Escenario Green New Deal (GND). Supone el desarrollo de sectores económicos como el de las energías renovables industriales, las TIC o la eficiencia energética, aunque también otros como la agroecología. Se acompaña de una reducción en el consumo de energía doméstico.
  • Escenario Decrecimiento (D). Parte de que es necesaria una reducción robusta del consumo de energía y materiales en las sociedades contemporáneas. Así, es posible alcanzar fuertes reducciones de emisiones de GEI construyendo economías más pequeñas, rurales, locales y menos industrializadas. En el marco del trabajo, también se apostaría por la desalarización y por la construcción de autonomía política y material.

Las conclusiones principales del estudio son las siguientes:

· El trabajo de sostenimiento de la vida (los cuidados) se encuentra invisibilizado y desigualmente repartido, pero sin embargo es el mayoritario. La suma de los trabajos cuidados remunerados en 2017 (8 % del total de horas de trabajo) y no remunerados (53 % del total) supone la mayoría de horas trabajadas en España. De aquí se deriva que es conveniente dejar de privilegiar el empleo a la hora de pensar en las transformaciones del trabajo.

· Para trascender el capitalismo (hoy industrial), que es el vector central de la crisis ecológica, es necesario un proceso de desalarización de la sociedad. Es decir, que la satisfacción de las necesidades humanas se realice por vías autogestionadas que permitan su control directo por los propios trabajadores y trabajadoras.

· El escenario BAU es incompatible con cualquier intento de encarar la emergencia climática, pues implica un importante incremento de las emisiones (21 %). Las posibles ganancias en horas de trabajo remunerado (13 %) producirían un agravamiento de las crisis ecosocial que las haría ambientalmente imposibles.

· En términos climáticos, Naciones Unidas plantea que las reducciones de GEI para no entrar en escenarios muy graves de cambio climático en 2030 deben ser a nivel global del 58 % respecto a las existentes en 2019. Desde Ecologistas en Acción se sostiene que para España esta reducción debe ser mayor fruto de nuestra responsabilidad histórica y actual en el calentamiento global (65 %). El escenario GND conseguiría una reducción apreciable de las emisiones (45 %), pero solo el escenario D alcanzaría una suficiente (68 %).

· En términos de estructura productiva, el escenario D es el más disruptivo: la economía española entraría en un proceso de contracción, localización y primarización significativo, por más que los sectores secundario y terciario seguirían siendo mayoritarios. La matriz productiva del escenario GND se parece más a la actual, aunque con un peso mayor de la energía, el sector público de cuidados (Estado social) y las nuevas tecnologías. También existen similitudes entre ambos escenarios: fuerte reducción en el consumo energético en transporte y en climatización, y desarrollo de la agroecología.

· En términos laborales, el GND podría crear 1.000.000 de empleos nuevos conservando la estructura del mercado laboral actualmente existente, y casi 5.000.000 en un mercado laboral en el que la jornada laboral se circunscribiera a 30 horas semanales y el empleo se repartiese de forma equitativa entre la población activa. En el escenario D, podrían perderse 2.000.000 de empleos conservando la actual estructura del mercado laboral, y ganarse 1.300.000 con una jornada de 30 horas. En este último escenario se abrirían además nuevos espacios para el trabajo autogestionado.

· Para la implantación de ambos escenarios, pero especialmente del D, se requieren importantes medidas redistributivas y democratizadoras. En concreto, el trabajo de cuidados, el empleo y la riqueza tienen que repartirse entre toda la población. Además, el control social sobre el trabajo debería aumentar. La transición ecológica debe ser una transición hacia sociedades más justas, autónomas y frugales.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2020/01/30/para-hacer-frente-de-manera-justa-y-democratica-al-cambio-climatico-es-imprescindible-transformar-y-repartir-el-trabajo
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Degradación ambiental propicia violencia de género, asegura estudio

Redacción: Cultura Colectiva

La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio

La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). El documento titulado “Gender-based violence and environment linkages: The violence of inequality”, indica que la competencia por recursos cada vez más escasos y degradados está empeorando las formas de violencia hacia las mujeres y niñas.

«Los daños que la humanidad está infligiendo a la naturaleza también pueden alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo, un vínculo que hasta ahora, se ha pasado por alto en gran medida”, aseguró Grethel Aguilar, directora general interina de la IUCN.

El estudio publicado el miércoles 29 de enero, continuó, demuestra que estos dos temas se deben abordar de forma conjunta ya que urge detener la degradación ambiental y es necesario que se tomen medidas para detener la violencia de género en todas sus formas.

Éste recopila datos y estudios de más de mil fuentes, documenta los amplios vínculos directos entre las presiones ambientales y este tipo de violencia, además examina delitos como la caza furtiva de vida silvestre o la extracción ilegal de recursos.

Indica que la trata de personas y el trabajo forzado se utilizan con frecuencia para permitir este tipo de actividades ilegales, al explotar a las comunidades locales.

Algunos casos apuntan a que el tráfico sexual es común en las minerías ilegales en algunos países de Sudamérica, mientras que el abuso sexual y trabajo infantil se presentan en la industria pesquera del sureste asiático y la explotación sexual ocurre en torno a la tala y el comercio de carbón en zonas de África.

En tanto, la violencia de género es utilizada como un medio para ejercer control sobre los defensores del medio ambiente y de los derechos humanos. Las mujeres activistas parecen estar más presionadas y reprimidas por lo que es socavada su credibilidad y estatus dentro de las comunidades, así como son desalentadas a continuar defendiendo la naturaleza.

“Muchas mujeres indígenas en particular se enfrentan a la violencia de género cuando sus comunidades actúan para defender sus territorios, recursos y derechos de tales actividades ilegales”, manifestó Jenny Springer, directora del Programa Mundial de Gobernanza y Derechos de la IUCN.

La investigación es resultado de un proyecto de diez años que todavía continúa. La relación que establece entre la violencia de género y las presiones ambientales se discutirán bajo el tema de los derechos ambientales y la gobernanza en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la IUCN 2020 en la ciudad Marsella, en Francia.

https://youtu.be/Nyr3n0M7UgE

https://news.culturacolectiva.com/mundo/degradacion-ambiental-propicia-violencia-genero-asegura-estudio/

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El reto de aprender sobre la sostenibilidad

Por: Joaquín Garralda

La formación es fundamental para vencer la natural resistencia al cambio que genera una experiencia satisfactoria.

Para una institución académica, el reto está en educar en este tema tan complejo por la amplitud de variables y por su carácter sistémico. Sin embargo, al utilizar en el título la palabra aprender, lo que quería poner de relieve es la dificultad que tiene este aprendizaje para una persona, que va más allá de la dificultad en comprender los conceptos meteorológicos. No es cuestión solo de capacidad intelectual, sino también de una actitud hacia el cambio personal.

Ante la complejidad de la dinámica del clima, muchas personas abandonan el esfuerzo de comprensión y se escudan tras una confianza líquida que les da cierta tranquilidad: “La innovación tecnológica acabará solucionando de alguna manera los efectos catastróficos atribuidos al cambio climático”. Sin embargo, además de ser un optimismo discutible, este enfoque no tiene en cuenta las implicaciones que pueden suponer esos avances tecnológicos. Los productos innovadores que se logren con estos avances probablemente obligarán a cambios en los comportamientos habituales y aquí es donde la formación es fundamental para superar la natural resistencia al cambio de una conducta que se ha mostrado satisfactoria con la experiencia. Para lograr su propósito, esta formación tiene que cumplir dos condiciones: que se base en una argumentación lógica, sin fallas, sobre las consecuencias; y que el individuo perciba un interés personal en evitar esas consecuencias. Estas condiciones son especialmente difíciles en el ámbito de la sostenibilidad.

Comencemos por la lógica de los argumentos. Para valorar el mérito ambiental de estas innovaciones tecnológicas –como soluciones aceptables y que resolverán los problemas– se debe distinguir entre los productos, los resultados y el impacto. Un ejemplo: el producto es un coche eléctrico; si en una ciudad se limita el acceso de coches que no sean eléctricos, el resultado es un mejor aire para sus ciudadanos; el impacto perseguido es limitar la emisión de CO2 a la atmósfera y por tanto hacer posible que se logre el objetivo a largo plazo del Acuerdo de París: “Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 grados centígrados sobre los niveles preindustriales”.

Los resultados son relativamente fáciles de medir a corto medio/plazo; los impactos tienen una medición más compleja y se aprecian a más largo plazo. Pero el reto es que los resultados suponen muchas veces cambios en el comportamiento que suelen provocar resistencias considerables. Ahora bien, sin estos cambios de conducta no se logra el impacto final deseado.

El carácter sistémico del medio ambiente dificulta la comprensión y aceptación de las razones que exigen un cambio de comportamiento. Siguiendo el ejemplo, si bien mejoraría el aire de la ciudad, es probable que muchas personas afectadas –porque tienen un coche no eléctrico–, critiquen la medida al señalar el origen de la electricidad que necesita el coche eléctrico, argumentando que, si en su generación se utiliza el carbón, el impacto final es discutible, ya que el carbón emite más CO2 para producir esa electricidad que el que se emite al utilizar un coche de gasolina en ese trayecto (además de las críticas sobre el impacto de las emisiones en la producción de las baterías, la contaminación de su desecho o la escasez de las materias primas utilizadas). Es decir, que al encontrar fallas en la argumentación lógica de las consecuencias –tarea fácil en un entorno sistémico–, el individuo pierde el interés en esforzarse en un cambio de comportamiento. La consecuencia es que existen circunstancias emocionales que tienden a retrasar el proceso de adaptación, aunque se descubriesen innovadoras nuevas soluciones tecnológicas.

En definitiva, que para aprender sobre sostenibilidad y cambiar los comportamientos es clave la actitud de aceptación de los cambios necesarios en las pautas de conductas y costumbres personales. El gran reto de la formación sobre el tema medioambiental es principalmente psicológico, se debe lograr superar la racionalización parcial de unos resultados –que se hacen para mantener unas costumbres– para motivar el esfuerzo en desarrollar unos esquemas mentales que permitan comprender y aceptar el carácter sistémico de los impactos.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/01/29/opinion/1580311220_328969.html

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La tabla periódica incita a la educación ambiental para la sostenibilidad

Por: Carmelo Marcén

De lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medioambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas.

Así dicho suena raro, pero sí. Pongamos que la naturaleza es una mezcla de elementos diversos, de los cuales solamente reparamos habitualmente en los más nombrados: carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, oro, plata, hierro y unos pocos más. Estos, como el resto, están por ahí combinados con otros y dan forma y propiedades a todo lo que vemos o utilizamos. Casi seguro que el medio ambiente es eso. De ahí que haya que hablar de ellos, poco a poco, sin grandes aventuras, simplemente leyendo, viendo, oliendo, tocando y, cuando se despierte el interés, investigando. En la vida son omnipresentes (cualquier roca, el agua que se mueve, los animales que podamos encontrar en la naturaleza, las cosas que cada día vemos o utilizamos, el aire que nos trae lluvias y sequía, etc.); en la escuela ya aparecen sin darles importancia, pero a veces sí, inundan en los cursos más altos el mundo de la química, que es el mundo real: las experiencias de cada día.

Dicen quienes saben de esto que un objeto tan corriente ahora como es un móvil puede estar fabricado, contener, más de 30 elementos distintos. También hemos leído por ahí que el cuerpo humano podría llegar casi a 60. Más asombro todavía: por la vida circulan unos 120 elementos diferentes, que se sepa hasta ahora. La lista no ha hecho sino crecer desde que los primitivos humanos apreciaron las propiedades del hierro, cobre u otros metales, allá por la Prehistoria; en el siglo XIX aparecían identificados poco más de 60.

No se trata de organizar una aburrida clase de química. Si los sacamos del medio ambiente y los traemos aquí, a la ecoescuela, es porque son importantes. Además, en este caso, los queremos recordar porque alguien se empeñó en organizarlos en una tabla para que se entendieran mejor y se pudieran enseñar, también en el instituto. El año pasado se cumplían 150 años desde que un científico ruso Dimitri Ivánovich Mendeléiev había “ordenado” su comprensión, con unos criterios que ya aprenderán quienes estudien química en los últimos cursos de Secundaria o en Bachillerato. Como no sabemos si esos estudiantes se manejan con soltura o no por la tabla, se nos ocurre encaminarlos a una tabla periódica muda. Tan importante fue la tarea de Mendeléiev que la Unesco decidió declarar al 2019 como Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. Es posible que no todos los colegios e institutos se habrán hecho eco de la efeméride, aquí está explicada.

Entender esto de los elementos presentes en el medio ambiente requiere tiempo y dedicación. Una manera de abordarlos es buscando su relación con la vida diaria, por ejemplo, en los aparatos electrónicos que empleamos. Para entender el asunto merece la pena leer con detenimiento el artículo “Tres tablas periódicas que explican el irracional consumo de muchos aparatos eléctricos” que publicaba Clemente Álvarez en Ballena Blanca de eldiario.es, cuando empezaba el año de la tabla periódica. En primer lugar hay que fijarse en la “Tabla periódica de la escasez”, con 98 elementos no sintéticos, que ha propuesto la Sociedad Química Europea (EuChems). En ella se aprecian cuestiones tan importantes para la vida económica y social, tal como la entendemos ahora, como su abundancia o no en el medio ambiente –algunos tienen su disponibilidad limitada, otros están en riesgo por su uso creciente, y los hay en grave riesgo en los próximos 100 años). Alguno, como el caso del litio, aparece en color amarillo, que indica riesgo futuro de abastecimiento. Este supuesto se podría aprovechar para hablar de las baterías de los coches eléctricos, de lo que podría suceder si todos los coches funcionasen con ellas. Seguro que el debate traería ideas para fortalecer el uso del transporte público, para hablar de dónde se concentran los pocos “yacimientos” de litio; incluso en Cáceres provocará opiniones encontradas acerca de la pretendida explotación de litio que supondría ser la segunda de Europa. Como vemos, medioambiente y tabla periódica van de la mano en la vida aunque no nos lo propongamos.

En el mismo gráfico, la EuChems ilustra sobre aquellos elementos químicos que están presentes en nuestros móviles. Este asunto también es aprovechable en clase. Puede emplearse para ver sin son muchos o pocos, para revisar si alguno de ellos está marcado en rojo o amarillo, pero, sobre todo, para cuestionar si la tendencia compulsiva a cambiar de móvil beneficia al medio ambiente o a nosotros; el artículo alude a que en la Unión Europea se tiran o reemplazan 10 millones de estos dispositivos todos los meses. Es indudable que merecerá la pena hablar de la recuperación de sus componentes, elementos de la tabla una buena parte de ellos.

Los elementos químicos nombrados se obtienen del medio ambiente, la naturaleza para quien así lo prefiera. Para extraerlos se utilizan complejos procesos de minería, que tienen más o menos repercusión ambiental. En otra tabla del artículo se señalan los elementos cuya extracción tiene un impacto bajo, medio o alto (cuidado con el oro, el mercurio o el platino). El asunto daría para hablar largo y tendido con el alumnado de determinados cursos de las huellas que conlleva en la naturaleza disponer de unos cuantos elementos implicados en la fabricación de los aparatos electrónicos, que hoy mismo mandan en nuestras vidas.

Finalmente, la tercera tabla se pregunta por el porcentaje de reciclaje de los distintos elementos. Su recuperación o no tiene una alta repercusión en nuestras vidas, en su disposición posterior o no, en el medio ambiente próximo y global, en el resto de los seres que forman la ecosfera. Aquí se podría reconocer de dónde, cómo y en qué países se “recuperan” parte de esos elementos químicos tan valiosos, de si hay riesgos ambientales en la recuperación. Hay muchos portales de Internet que lo abordan.

Habría más cosas de las que hablar: Por ahí está el paladio, un metal que instalado en los tubos de escape de los nuevos coches híbridos y a gasolina reduce la emisión de gases contaminantes. O ese arsénico que viaja en pinturas e insecticidas hacia las corrientes de agua en donde encuentra cadmio y otros metales pesados, que hacen casi imposible la vida de los peces, entro otros seres acuáticos. Y cómo olvidar a las tierras raras, esos 17 materiales que provocan conflictos bélicos o económicos, ambientales y sociales también, a cualquiera que tiene relación con ellos. Para quienes sean curiosos, hay una tabla que identifica los elementos químicos en los objetos de usos cotidianos.

Al final, de lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medio ambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas. Se quiere proporcionar una visión general de lo que suponen algunos elementos químicos, en este caso contextualizados en la vida, utilizando como escusa una efemérides científica para hablar de un contenido escolar que, si bien servirá más en unos niveles que en otros, seguro que al profesorado le vendrá bien refrescar lo que en su formación aprendió sobre la tabla periódica para exponer al alumnado la complejidad ambiental de ciertas maniobras productivas o comerciales, al fin y al cabo el consumo, que en principio nos hacen más cómoda la vida. Esto es un avance de la Educación Ambiental para la Sostenibilidad, que tanta falta nos hace.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/01/24/la-tabla-periodica-incita-a-la-educacion-ambiental-para-la-sostenibilidad/

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Nuevos propósitos de 2020, el año de la educación en valores

Por: Educación 3.0

Elaborar una lista de buenos propósitos para trabajar valores como la igualdad, el compromiso social o el fomento de la lectura con el objetivo de incentivar el pensamiento crítico es un buen plan para comenzar el año. Para ello, te invitamos a participar en diversas iniciativas promovidas por distintas organizaciones para concienciar a tu alumnado.

La educación en valores debe estar presente en la vida de niños y jóvenes de todas las edades y en todos los ámbitos. En el aula puede transformarse en una serie de propósitos con los que comenzar un nuevo año profundizando y concienciando acerca de diversos aspectos.

La solidaridad, la empatía o el compromiso social son valores con los que los estudiantes del presente pueden llevar a cabo cambios que transformen su futuro. Así lo muestran los distintos movimientos sociales a favor del planeta y la conciencia medioambiental, como Fridays For Future encabezado por la activista Greta Thunberg, o las manifestaciones a favor del feminismo en muchos países del mundo.

De este modo, y desde clase, se pueden seguir los siguientes propósitos para alcanzar una mayor inclusión, igualdad o conciencia medioambiental entre el alumnado:

1.   Trabajar la sostenibilidad medioambiental

Mision #plasticfree

El comienzo del año significa seguir preocupándose por la responsabilidad ambiental como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En su necesidad de atravesar todos los ámbitos, tiene que estar presente en las escuelas para lograr un impacto positivo y permanente en la comunidad educativa y cívica. Esta concienciación se puede ver en iniciativas como la de Leroy Merlin, que por cuarto año consecutivo pone en marcha su programa de educación ambiental. En esta edición, Misión #plasticfree, el programa se ha propuesto que alumnado y profesorado reflexionen sobre su patrón de consumo hacia posturas más sostenibles y responsables con el medioambiente.

2.   Fomentar la inclusión

Once Upon a time

No sólo hay que centrarse en el entorno que nos rodea. Para que los propósitos de este año sean verdaderamente responsables también hay que enfocarse en las personas, en todas y cada una de ellas. Aquí es donde entran en juego conceptos como el de inclusión y solidaridad que concursos como el del Grupo Social ONCE quieren desarrollar. Este año, su 36 edición “ONCE Upon a time: La mirada de tod@s” pretende romper con el modelo que trata de forzar a las personas a encajar de manera rígida y sin profundizar en su contexto personal, emocional y social. ¿Cómo? A través de la innovación pedagógica que permite que los estudiantes sean protagonistas de su propia educación.

3.   Poner la responsabilidad en el centro

Abanca propósitos educación en valores

La característica común de estos valores es la responsabilidad. Desarrollar este concepto en los centros es otro de los objetivos a conseguir y para ello se deberían abordar todas sus dimensiones. La educación debe fomentar tanto la responsabilidad social como la económica e introducirlas en el aula es muy sencillo si se cuenta con la ayuda de programas de sensibilización. El que lleva a cabo la Fundación CASER “La Misión, por la inclusión ¡pasa a la acción!, quiere fomentar a través de la investigación una mayor conciencia social en clase. Por su parte, la 2ª ed Segura-Mente de Abanca es una iniciativa sobre educación financiera pensada para ayudar a que los estudiantes adquieran una capacidad crítica en cuanto a la asunción de responsabilidades y toma de decisiones. En este punto, se habla del fomento de la cultura de la prevención, necesaria en los futuros adultos.

4.   Trabajar la igualdad en los centros educativos

Tú puedes ser lo que quieras Barbie propósitos educación en valores

Uno de los propósitos más claros es trabajar por la igualdad de todas las personas: incluso las más pequeñas reivindican su lugar en el mundo y reclaman tener más referentes femeninos, escasos en los libros de texto. Una injusticia histórica con la que ha querido romper por ejemplo la 2º edición del programa educativo de Barbie. Bajo el lema “Tú Puedes Ser lo Que Quieras”, recupera a las profesionales olvidadas y ayuda a que el alumnado se plantee sin límites su futuro, trabaje en colaborativo y reflexione sobre lo que quiere ser.

5.   Leer más y fomentar la lectura en el alumnado

Agus& Monsters propósitos educación en valores

Es necesario fomentar la lectura en los más pequeños. En los libros también encontramos un altavoz social que se dirige directamente a la generación que transformará el futuro como se muestra en concursos editoriales como el de Casals, que presentó el año pasado la 5ª edición del concurso educativo de dibujo Agus& Monsters, una iniciativa para fomentar la creatividad y la animación entre niños y niñas.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/nuevos-propositos-2020-ano-educacion-valores/122327.html

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