Redacción: Cultura Colectiva
La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio
La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). El documento titulado “Gender-based violence and environment linkages: The violence of inequality”, indica que la competencia por recursos cada vez más escasos y degradados está empeorando las formas de violencia hacia las mujeres y niñas.
«Los daños que la humanidad está infligiendo a la naturaleza también pueden alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo, un vínculo que hasta ahora, se ha pasado por alto en gran medida”, aseguró Grethel Aguilar, directora general interina de la IUCN.
El estudio publicado el miércoles 29 de enero, continuó, demuestra que estos dos temas se deben abordar de forma conjunta ya que urge detener la degradación ambiental y es necesario que se tomen medidas para detener la violencia de género en todas sus formas.
Éste recopila datos y estudios de más de mil fuentes, documenta los amplios vínculos directos entre las presiones ambientales y este tipo de violencia, además examina delitos como la caza furtiva de vida silvestre o la extracción ilegal de recursos.
Indica que la trata de personas y el trabajo forzado se utilizan con frecuencia para permitir este tipo de actividades ilegales, al explotar a las comunidades locales.
Algunos casos apuntan a que el tráfico sexual es común en las minerías ilegales en algunos países de Sudamérica, mientras que el abuso sexual y trabajo infantil se presentan en la industria pesquera del sureste asiático y la explotación sexual ocurre en torno a la tala y el comercio de carbón en zonas de África.
En tanto, la violencia de género es utilizada como un medio para ejercer control sobre los defensores del medio ambiente y de los derechos humanos. Las mujeres activistas parecen estar más presionadas y reprimidas por lo que es socavada su credibilidad y estatus dentro de las comunidades, así como son desalentadas a continuar defendiendo la naturaleza.
“Muchas mujeres indígenas en particular se enfrentan a la violencia de género cuando sus comunidades actúan para defender sus territorios, recursos y derechos de tales actividades ilegales”, manifestó Jenny Springer, directora del Programa Mundial de Gobernanza y Derechos de la IUCN.
La investigación es resultado de un proyecto de diez años que todavía continúa. La relación que establece entre la violencia de género y las presiones ambientales se discutirán bajo el tema de los derechos ambientales y la gobernanza en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la IUCN 2020 en la ciudad Marsella, en Francia.
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