Amor a los libros

Por: Ángeles González Gamio 

Mucho se discute en estos tiempos si la vertiginosa era tecnológica que vivimos, que entre otras, ofrece la posibilidad de leer casi cualquier obra en medios electrónicos, es el fín del libro de papel. Los de la generación del Inapam sostenemos que nunca se va a acabar, que ambos soportes van a coexistir. Se insiste en el placer que brinda sentir el papel, su olor, en muchos casos disfrutar del diseño y un bella portada; es un objeto personal.

Esto trae a cuento el extraordinario libro que escribió hace casi tres décadas la maestra Juana Zahar Vergara: Historia de las librerías de la Ciudad de México. Lo publicó la UNAM, tuvo tres ediciones hace años y ahora sería muy importante que salga nuevamente a la luz.

La obra es fruto de una exhaustiva investigación que peinó archivos y bibliotecas e incluyó trabajo de campo, ya que entrevistó a muchos de los principales libreros de fines del siglo XX.

Se inicia con la llegada a la capital de la Nueva España de la imprenta de Juan Pablos, que va a establecerse en la llamada Casa de las Campanas, sobre cuya localización precisa hay una polémica.

Sea cual fuere el sitio, el hecho es que en 1539 se comenzaron a imprimir los primeros libros que se hicieron en el continente americano. Los volúmenes que iban a reproducirse y ejemplares para venta llegaban a Veracruz, y a San Juan de Ulúa, donde los esperaban comerciantes que en ese mismo sitio los adquirían. Otros arribaban en las valijas de los viajeros y muchos venían en calidad de pedidos especiales; así, desde los primeros años de la Conquista, se estableció el comercio de libros en la metrópoli.

La creciente importación generó la necesidad de establecer controles aduaneros, tanto para el pago de impuestos como para controlar el acceso de obras censuradas por la Santa Inquisición, pues eran temidas las “listas de libros prohibidos”. Ya desde entonces hablan los cronistas de los trucos que se practicaban para contrabandear los opúsculos: en barriles, entre la ropa, entre los libros autorizados, con modificaciones en el título y autor. A lo largo del siglo XVI, las transacciones se daban fundamentalmente entre particulares, con las bibliotecas de los conventos y de los colegios y de miembros cultos de la iglesia.

En el siglo XVII se comenzó a generalizar la venta al público, en tiendas y almacenes junto con otras mercancías; surge una que otra librería, principalmente en las casas impresoras. Unos y otros se localizaban en los alrededores de la Plaza Mayor.

En el siglo XVIII toma auge la venta de libros, que se van a vender en lugares como el Mercado del Parián, que se encontraba en medio de la Plaza Mayor. Populares eran las llamadas “tiendas” y las “imprentillas”. Destaca en ese siglo la labor impresora que ejercían algunas viudas, como Rodríguez Lupercio y Rivera Calderón.

El siglo XIX ve aparecer las librerías propiamente dichas como sitios en donde solamente se expenden libros, aunque continúan funcionando los “caxones” y las “alacenas” que los venden con otras mercancías. Se comienzan a popularizar las tertulias en las librerías. Varios portales se tornan lugares predilectos para negocios libreros; eran famosos el del Águila de Oro, situado en donde hoy está la Casa Boker, el de Las Flores, el de los Mercaderes y el de los Agustinos; estos tres ubicados alrededor de la Plaza Mayor.

Una tertulia de fama fue la que se celebraba en la librería de José María Andrade, que se encontraba en el Portal de los Agustinos, en donde se reunían personalidades como Manuel Orozco y Berra, Lucas Alamán, Joaquín García Icazbalceta, José María Lafragua y Manuel Payno. Muchas de estas costumbres permanecieron en el siglo XX.

La maestra Zahar nos lleva por un recorrido interesantísimo por las librerías y los libreros más destacados que surgieron en esa centuria, sin olvidar las que venden ejemplares viejos que continúan vigentes. Como bien dice la autora, “todas las librerías son importantes e imprescindibles, porque han sido, son y seguirán siendo, focos de luz que iluminan la Ciudad de México” y el espíritu de sus habitantes, añadiría yo.

El tentempíe de rigor decidimos ir a disfrutarlo a… una librería. Optamos por El Péndulo de la colonia Polanco, en Alejandro Dumas 81. Se autonombra cafebrería y desde que nació en 1993, en la Condesa, ha combinado los libros con actividades culturales y la gastronomía. Todas sus sucursales cuentan con una arquitectura abierta y luminosa. Puede tomar desde un café con un panqué casero, hasta una rica lasaña con una copita de vino tinto.

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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La lectura en tiempos de pandemia

Por:  Luz Angélica Rivera Vázquez

En la Educación Básica, la lectura es un medio para descubrir, comprender y analizar temas que se ponen al alcance dentro y fuera de las aulas. Además utilizan libros de texto que al resolverlos es ineludible la actividad lectora para poder así contestar los ejercicios que se presentan, donde el docente guía la acción y da seguimiento a las actividades que ya están propuestas en el libro.

Es así como un alumno, al ingresar a la Educación Básica, se le incorpora a la práctica de la lectura desde la adquisición de la misma, principalmente bajo dos métodos de los cuales se desprenden más, que son el sintético y el analítico que, según Mialaret (2011), en el primero inician el aprendizaje de la lectura con la identificación de sonidos, representados por una letra  y uniéndolas para formar una palabra o frase; y el segundo, un método global que invita a comprender el sentido de frases y palabras por medio de representaciones gráficas para comprender su sentido.

Después se utiliza la lectura para usos prácticos y fines didácticos en el aula y fuera de ella, pues de acuerdo con Vygotsky la cultura influye tanto en el contenido del pensamiento como en la forma a través de la cual los seres humanos procesamos la información, afecta la naturaleza de la atención, la memoria y la metacognición (Bodrova y Leong, 2004, p.32).

Es por ello que al niño de Educación Primaria se le debe acercar a la práctica de la lectura de forma diaria y directa en el aula, de forma diversificada, con oportunidades para explorar diferentes textos. En el contexto escolarizado la lectura depende de las propuestas del docente, de los acercamientos que se le planteen y de aquellas actividades que el docente, con o sin finalidad, los lleve a la comprensión de cualquier tipo de texto.

Sin embargo, en esta última época, a partir del mes de marzo del 2020, en México y en todo el mundo esta situación cambió, el modelo de la escuela y de las actividades que se presentaban en ella, como la lectura y todas aquellas estrategias escolarizadas que se tenían proyectadas para los meses de abril, mayo, junio y julio, se vieron limitadas por una pandemia que posicionó a la educación escolarizada a distancia de las aulas, de sus compañeros, de sus rutinas, de su receso, sus juegos y sobre todo de su maestro.

Una pandemia es definida en el Diccionario de la lengua española (2001) como “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”. Esta es provocada por el virus SARS-CoV2 que desde diciembre del 2019 en la ciudad de Wuhan de la República Popular de China, inició como un brote de neumonía denominado como enfermedad por el virus SARS-CoV2 (Covid-19), que se ha expandido en varios países y México no es la excepción. Ha llegado y, a partir del 23 de marzo del 2020, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo por el Consejo de Salubridad General que la denominó como pandemia y se comenzaron a tomar medidas de suspensión de las actividades no esenciales, con la finalidad de mitigar la dispersión y transmisión del virus.

Dentro de las recomendaciones a nivel nacional dadas por el sector salud a consecuencia de la propagación del virus SARS-CoV2 son el distanciamiento social, el cual limita las actividades económicas, deportivas, culturales, sociales, comerciales, pero sobre todo las escolares, en todos los niveles educativos públicos y privados. Aunque era algo nuevo, inusual y aterrador, se cerraron las aulas, se optó por tomar clases a distancia, lo cual ocasionó que los docentes enviaran el trabajo a casa mediante medios electrónicos que determinó un trabajo en casa, que si bien, no estábamos preparados como sector educativo, al principio se presentó como un área de oportunidad de aprendizaje, pero también implicó un problema, pues en muchos de los casos los maestros y alumnos no tenían medios de comunicación, por lo que limitó las actividades académicas de estos alumnos.

Por su parte, las autoridades educativas emitieron comunicados y propusieron una estrategia de programación televisiva “Aprende en casa” a la cual los alumnos tenían acceso. Asimismo, estaba al alcance de ellos que, en palabras del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, “9 de cada 10 alumnos tienen en su casa acceso a la televisión”, lo cual permitía cobertura nacional casi en su totalidad y en los casos donde no era posible, había programas radiofónicos. De igual manera, los maestros que tenían forma de comunicarse con los padres de familia y alumnos podían enviarles trabajo a casa, lo cual centró mi atención a esta actividad en la cual los maestros enviaban su propuesta de trabajo, ya que al pertenecer al sector educativo donde se puede revisar en la planificación las actividades de los profesores, era necesario prestarle atención a las estrategias que implicaban la lectura como centrales en el proceso educativo, además de darme cuenta del valor que tienen dentro de las aulas como actividad primordial, ya que las propuestas didácticas que se enviaban a casa eran mediante medios escritos, los cuales los padres de familia tenían que leer y comprender para llevarlos a cabo en casa. Esta situación me llevó a plantearme una problemática: ¿qué estrategias viablesde lectura propuestas por los profesores de primaria se podrían realizar durante este período de confinamiento?

Para esclarecer la práctica de la lectura, primero defino qué es la lectura, como Sole (1992), quien describe que leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el primero intenta satisfacer los objetivos que guían su lectura, dando referencia a la interacción que es perceptible cuando se interpreta el texto con el marco de referencia del lector.

Así mismo, Millán (2010) aporta que leer es establecer un diálogo con el autor, comprender sus pensamientos, describir sus propósitos, hacerle preguntas y tratar de hallar las respuestas en el texto; por lo que implica un proceso más consciente entre el lector y el autor, más que solo la decodificación de letras.

El aprendizaje de la lectura implica pasos que Kalman (2003) distingue para apropiarse del uso de un artefacto letrado: en un primer momento distingue la disponibilidad, acceso, participación con interacción y apropiación, integrándolo a sus prácticas comunicativas y aporta su voz personal. Utilizando este método sistemáticamente, se podría trazar un camino efectivo a la lectura efectiva. Este tipo de prácticas de lectura las podemos encontrar con las actividades propuestas a los alumnos, mismas que se pueden explorar con esta investigación.

La lectura cobra relevancia debido a que en cualquiera de las asignaturas que se imparten en Educación Primaria, ésta es quizá la principal como medio de acercamiento, desde la lectura de alguna indicación, un mapa, una imagen, una página o una ilustración para después realizar una producción o actividad complementaria a partir de la lectura.

Lo anterior descripto me permitió hacer una investigación mediante medios electrónicos acerca de esta práctica de la lectura durante la etapa de pandemia, al observar que la lectura traspasó las aulas y se realizó como actividad primaria en las casas de los alumnos.

Materiales y Métodos

El universo de estudio lo constituyen 25 docentes de educación primaria pública que laboran en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México. El período de estudio comprende las últimas semanas del ciclo escolar 2019-2020, que corresponde a las primeras semanas de junio del 2020. El “trabajo de campo”, por decirlo de algún modo, consistió en establecer comunicación a través de mensajes de WhatsApp en los que los docentes que voluntariamente colaboraron respondieron a las tres preguntas planteadas, en un entorno a distancia y con una sola intervención.

El planteamiento se realizó mediante tres preguntas, las cuales se distribuyeron a través de medios electrónicos en la aplicación de WhatsApp, a la que la mayoría de los docentes tiene acceso, lo cual permitió la comunicación a distancia.

Resultados

La primera pregunta dirigida a los docentes fue ¿Qué medio de comunicación con los padres de familia ha sido al que más ha recurrido durante este período de confinamiento? Este cuestionamiento me permitió conocer el medio a través del cual se estableció comunicación con los padres de familia o alumnos durante esta etapa de pandemia. Al respecto, se obtuvieron resultados que reflejan que el cien por ciento de los 25 profesores encuestados utilizaron la aplicación de WhatsApp, la cual evidentemente fue de su preferencia y añadieron otras formas más como el correo electrónico utilizado por 6 docentes, lo cual amplió el canal de comunicación y solo uno de los profesores utilizó la aplicación de Zoom, así como un profesor más que hizo uso de la plataforma Google Classroom.

Lo anterior que refleja que la aplicación que los docentes prefieren es la de WhatsApp por ser de fácil acceso para la sociedad y porque permite hacer llamadas, enviar fotografías, audio y escritura. Es decir, es uno de los medios que facilitan la comunicación de forma eficaz, por lo que podríamos seguir utilizando esta “App” para fines educativos. Así mismo, los padres de familia tienen el dominio en el uso de esta aplicación, lo cual facilita establecer comunicación e incluso compartir datos entre ellos y de forma inmediata. A lo anterior mencionado, habría que agregar el notable detalle del económico costo que tiene la aplicación, así como su amplia capacidad de cobertura geográfica.

Es relevante mencionar que solo dos docentes utilizaron dos plataformas diferentes que implican la realización de una videollamada o que permite grabar una clase o interactuar en el mismo tiempo con el alumno, lo que refleja la falta de conocimiento de parte de algunos docentes para utilizar otra herramienta tecnológica y lograr una mejor comunicación a distancia con sus alumnos. Por otra parte, también nos demuestra la brecha económica que vive actualmente el país, debido a que no todos los alumnos en el sistema público tienen acceso a internet o a un equipo de cómputo que permita la conectividad, situación que limita el uso de otras herramientas digitales para el logro de la comunicación entre profesores y alumnos. Lo cual muestro en los resultados de la primera pregunta en la siguiente figura 1.

Figura 1

Para la segunda pregunta, partimos de la premisa de que la lectura es prioridad en el trabajo en educación primaria realizado durante esta pandemia, ya que es una actividad que se ocupó en un 100% por cuatro docentes; en más de un 50% por 20 docentes y solo un docente con menos del 50%. Lo anterior refleja que su uso ha sido prioritario en las actividades propuestas de parte de los docentes de Educación Primaria durante esta etapa. Dentro de las actividades propuestas, se fortalecieron habilidades de comprensión lectora que los alumnos de nivel primaria requieren para dar continuidad a su vida académica, ya que es el principal y tradicional medio de adquisición de nuevos conocimientos.

En palabras de Daniel Cassany “La actividad de leer requiere poner en juego un importante número de procesos mentales, entre los que destacan la percepción, la memoria y el razonamiento” (2019, p. 55), por lo que proporcionarles esta actividad mental a los alumnos facilita el desarrollo de habilidades del pensamiento que les permitirán utilizar para otras actividades escolares futuras.

Sin embargo, desde mi perspectiva, esta actividad, al ser el medio de adquisición de otros conocimientos, tendría que ser primordial dentro y fuera de las aulas e incluso en casa, en donde se desarrolló la mayor parte del trabajo durante este confinamiento.

Considero necesario que la lectura se tome con una gran relevancia, no solo escolar, sino social, debido a que esta actividad conlleva más formas y tipos que las siete letras que la componen y es por eso que me llevó a realizar la siguiente pregunta en donde observé que los docentes manifestaron las estrategias que ellos emplearon para promover la lectura en casa durante esta pandemia, que permite comparar la multiplicidad de propuestas.

Figura 2

Dentro de esta figura 2 se encuentran concentradas las estrategias que utilizaron los docentes de educación primaria durante este confinamiento, lo cual me permitió obtener los siguientes resultados. Como estrategias recurrentes, se utilizó la lectura de comprensión y las preguntas de comprensión a partir de una lectura, que son las actividades que más se propusieron por parte de 7 docentes. Dentro de las actividades que también se destacan son la lectura en familia y la lectura compartida, propuesta por 4 docentes cada una, lo que denota que, al ser una actividad que se puede realizar de manera compartida y al permanecer en confinamiento, las familias las podían realizar en conjunto.

Otro porcentaje de docentes coincidieron en las estrategias de obtener inferencias a partir de una lectura, así como localizar información dentro de la lectura, cuestionarios y lecturas de comprensión que dos docentes propusieron. Sin embargo, es relevante mencionar que estas estrategias y las demás que se encuentran en la Figura 2 con una sola propuesta de parte de los docentes son actividades en donde se logran dos tipos de lectura que son literal e inferencial, las cuales planteo a partir de la propuesta de Daniel Cassany (2008), que por su parte propone tres tipos de lectura que se pueden practicar desde casa y en el aula. Estas son: literal donde se decodifica el texto, inferencial que te permite recuperar inferencias elaborativas, pragmáticas o proyectivas; y crítica que implica comprensión de la ideología. Esto en términos generales, ya que es la más compleja.

Una lectura crítica requiere identificar el contexto de partida, reconocer el género discursivo, identificar el contexto de llegada y reaccionar en consecuencia de la lectura. Según Cassany (2008), es como debemos hacer una lectura crítica, que a su vez es compleja, que exige también grandes conocimientos y destrezas del lector, puesto que implica un amplio conocimiento del contexto de la lectura.

Discusión

Dentro de las estrategias empleadas por los docentes de primaria durante este período de pandemia se denotan dos tipos de lectura: la literal, al realizar cuestionarios donde sólo se permite el decodificar el texto y copiar las respuestas, y el tipo de lectura inferencial, que permite recuperar inferencias acerca de la lectura, estrategia utilizada por los docentes que permite identificar partes de un texto y anticipar información.

Asimismo, es necesario prestar atención a quitar las estrategias propuestas por los docentes, las cuales tienen relevancia debido a que todos los profesores encuestados priorizan en actividades de lectura dentro de las estrategias propuestas para este confinamiento, lo cual determina la preocupación de los maestros por esta actividad, ya que su rol es dinámico,  determinan el qué, el cómo, el cuándo y el por qué se utilizan las estrategias de lectura en el aula y ahora en casa de los alumnos también.

Es el docente quien tuvo la responsabilidad de seguir promoviendo actividades de lectura durante este confinamiento, ya que es determinante como guía para promover que los alumnos tengan un rol más activo y autónomo en su aprendizaje. Es necesario conducir a los alumnos a la práctica de la lectura para que encuentren en ella la vía para lograr mayores aprendizajes y que puedan explorar más usos y tipos de textos.

El camino a la lectura es largo y requiere de reforzamiento continuo, que depende en gran medida de las conducciones de los docentes, por lo que sugiero seguir construyendo el abanico de posibilidades de estrategias de lectura en educación primaria e innovar con la participación de los alumnos, algo que durante esta pandemia se ha realizado y que sin lugar a duda se seguirá reflexionando.

Bibliografía

Bodrova y Leong (2004) Herramientas de la mente. México: Pearson.

Cuetos, F. (2010) Psicología de la lectura. Madrid: España.

Cassany, D. (2008) Prácticas letradas contemporáneas. México: Ríos de Tinta, ISBN: 978-968-943-234-0.

Cassany, D. (2019) Laboratorio lector. España: Anagrama.

Mialaret, G. (2011). Psicología de la educación.  Buenos Aires, Argentina: Siglo veintiuno editores.

Kalman, Judith (2003). El acceso a la cultura escrita: la participación social y la apropiación de conocimientos en eventos cotidianos de lectura y escritura. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 8 (17), [Fecha de Consulta 15 de abril de 2020]. ISSN: 1405-6666. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=140/14001704

Millán L. (2010). Modelo didáctico para la comprensión de textos en educación básica. Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales, (16),109-133. [fecha de Consulta 15 de Abril de 2020]. ISSN: 1316-9505. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=652/65219151007

Villagránt, A. y Harris D. (2009). Algunas claves para escribir correctamente un artículo científico. Revista chilena de pediatría80(1), 70-78. https://dx.doi.org/10.4067/S0370-41062009000100010

Real Academia Española. (2001). Epidemia. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/epidemia?m=form

Solé, I. (1998) Estrategias de lectura. Madrid: Grao.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-lectura-en-tiempos-de-pandemia/

Imagen:  https://pixabay.com/

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Entrevista a Viviana Roldán: «Que una niña o niño no juegue es grave, es una bandera roja de alerta»

Fuente: La Capital /Autora: Marcela Isaías

La psicóloga Viviana Roldán llama la atención sobre el «chupete electrónico», el celular para callar a los bebés.

or qué es importante el juego en la infancia? ¿Qué papel tienen los adultos como promotores de los espacios y momentos lúdicos? Y ¿qué pasa cuando una nena o uin nene no juega? La psicóloga Viviana Roldán recorre estas y otras preguntas alrededor del valor del juego en la infancia, una función que define como natural a los niños y niñas.

Roldán es docente de la Cátedra de Psiquiatría Infanto Juvenil de la Facultad de Ciencias Médicas (UNR), donde también realiza tareas de asistencia. Además, integra el Forum Infancias Rosario, un espacio conformado por profesionales de la salud y la educación. En charla con La Capital, mira con preocupación que desde bebés se les ponga un celular en la mano para callarlos, el famoso «chupete electrónico», que funciona como un dispositivo de adiestramiento al servicio de los adultos.

—¿Por qué es importante que un nene o una nena jueguen?

—El juego es una función natural en los niños. Si pensamos una postal en cualquier lugar del mundo vemos niños y niñas jugando. Incluso en los libros, en los cuentos… siempre hay imágenes jugando. Ahora, ¿por qué es importante que el niño juegue, tenga ese espacio libre de intromisión?, porque cuando juega va recreando un espacio que es propio y se va constituyendo como sujeto. Es importante que tenga esa propia libertad para elegir a qué jugar, cuánto tiempo. A medida que los niños van creciendo van entrando otras variables, pero el juego sigue teniendo esa misma función.

—¿Se puede decir que «se enseña» y «se aprende» a jugar?

—Si tengo que decir una primera respuesta diría que se puede enseñar, pero es mejor pensar en que se promueva y se acompañe al juego, porque el juego es inherente al niño y a la infancia. Claro que hay etapas donde aparecen situaciones como «te enseño a jugar al ludo», «te enseño a jugar a las cartas»…

—¿Qué pasa con los adultos y el juego de los chicos?

—Es común escuchar a los padres y madres que expresan: «Yo no estoy jugando con mis hijos porque no tengo tiempo», «Me doy cuenta de que cuando llego quiere jugar y no tengo ganas ni pilas». Y por todo eso, «ahora me estoy haciendo un ratito en la agenda para estar a tal hora». ¿Sirve esto? No, no sirve. Sirve si lo disfruta y si hay ahí un deseo y comunicación verdaderos. Incluso es mejor si dejamos al niño que juegue espontáneamente. En todo caso, en algún momento hay que hacerse la pregunta sobre por qué no hay tiempo para estar con el hijo. Por otra parte, es importante un llamado de atención a la cantidad de horas que el chico le dedica a los aprendizajes, cuando al tiempo de la escuela primaria se le suman otras actividades extras. Inclusive sería genial que en las mismas escuelas hubiese un tiempo para que puedan jugar de manera libre, a lo que se les ocurra. Un tema muy difícil porque hay disposiciones para controlarlos, para que no se peleen o golpeen, hay temor a los reclamos judiciales. Hay escuelas donde directamente está prohibido correr. Nosotras jugábamos a «Ladrón y policía», corríamos y desplegábamos toda esa motricidad de los 10, 11 años que llega con lo prepuberal. Hay una cuestión lúdica que va procesando, va marcando la realidad, cómo se introducen en la sexualidad, en el juego de conocer a un chico o una chica…

—¿Qué ocurre con el juego y las pantallas?

—Es un tema de preocupación que cada vez desde más pequeñitos estén con el «chupete electrónico». En un restorán o en cualquier lugar donde es natural que el bebé grite, quiera comer con la mano o que «moleste» de alguna manera, es común que los padres les den el celular y se calmen automáticamente. El celular tiene pantallas cada vez más lindas, mejores colores, con videos. Es realmente impactante, inquietante, ver cómo funciona en los más pequeños como una cuestión bien adaptativa y de adiestramiento al servicio de los adultos, porque le dan un celular y se calla. O bien cuando tienen que deambular, y sin embargo están tirados en el piso, quietos con el celular en la mano. Y no deambulan, no gritan, nada. Esto es de atención.

—¿Y con los nenes y nenas más grandes?

—El punto clave aquí es que no pueden estar al margen. El celular se ha convertido en un punto de socialización y si el chico, a determinada edad, no tiene el celular no participa de una juntada, una salida al cine, no se comunica en el grupo de WhatsApp con sus compañeros… prohibirlo no tiene sentido. Es más, cuando son un poquito más grandes hemos asistido en el consultorio a brotes y peleas familiares impresionantes porque les han querido sacar el celular. No se puede sacar el celular, pero tampoco puede haber un corrimiento tan radical de quien está en función materna y paterna. De ninguna manera. Lacan dice que el cachorro humano es aquel más vulnerable de la especie y quien necesita más tiempo de acompañamiento del otro para crecer. Entonces, ¿qué es lo que estamos haciendo? Si cada vez desde más chiquitos les estamos dando un aparato, eso seguramente va a impactar en su subjetividad. Hay un corrimiento del papel del adulto. El papel de padre y de madre es irreemplazable, del otro que acompañe, introduzca en el lenguaje, que haga «upa», que calme, eso es irreemplazable.

—¿Cómo un adulto sabe cuál es el límite con el uso y juegos con las pantallas?

—En general, los padres están muy pendientes y se preocupan: «Uy, cuánto hace que están con la play». Pero a la vez hay padres que dicen: «Apagá eso, te la voy a romper en mil pedazos». Yo he escuchado padres que me han llegado a decir «tuve que cortar la luz, porque me pide «un ratito más, un ratito mas»…». El padre o la madre tienen que quedarse al lado o cerca del niño cuando le dice que corte y vaya a hacer otra cosa. A lo mejor cuando se lo pida el niño le va a decir «bueno, juguemos juntos», «ayudame a hacer la tarea» o «a hacer lo que hace tres meses me dijiste que íbamos a hacer». Es decir, demanda su acompañamiento, que es irreemplazable. La responsabilidad es de nosotros. No podemos como adultos alarmarnos por la cantidad de horas que pasan frente a las pantallas sin hacerles otra oferta o estar ahí presentes, para sostener con nuestro cuerpo esa responsabilidad. Y obviamente que no está bueno que el único plan de un niño o niña en el fin de semana sea sentarse a jugar a la play.

—¿Qué dice un nene o una nena que no juega?

—Un niño que no juega es grave. Como profesionales de la salud mental, podemos pensar en las patologías más graves. Depende la edad, puede tratarse de un arrasamiento de la subjetividad, una inhibición muy importante, algo muy intrusivo de parte del otro que el niño no puede procesar. Que un niño no juegue no es una bandera amarilla, es una bandera de alerta roja. No es lo mismo un niño de dos o tres años que no juega, que no habla, que no fija la mirada y que hace pensar en una patología grave, que otro de 6, 7 años que venía con un crecimiento normal, le ha ocurrido algo y no juega. Aquí sí pensamos en alguna inhibición, que le ocurrió alguna situación traumática, como ser objeto de alguna situación de violencia o también por alguna cuestión muy rígida al interior de la educación de cada familia: como, por ejemplo, que quiera jugar con una muñeca y el padre se lo prohíba. El psiquismo queda conmovido. Que un nene o una nena no juegue no es lo mismo en cada momento, pero siempre es un signo de alerta.

El próximo 5 de agosto comienza el curso de posgrado «Clínica interdisciplinaria con niños y adolescentes». Se dicta los sábados, de 9 a 14, en la Facultad de Ciencias Médicas (UNR). Está coordinado por las psicólogas Viviana Roldán, Marcela Salvai y la fonoaudióloga Yanina Romani. El plantel de docentes lo integran profesionales de la Universidad Nacional de Rosario, integrado por Ana Bloj, Ana Rebechini, Martín Varela, Daniel Vaccaro, Esther Tocalli, Angeles Celaya, Marisa Odone y Hugo Melfi. Y como invitados especiales están Enrique Orchansky (pediatra y cirujano), Irene Sobol (fonoaudiologa), Gabriela Dueñas (docente UBA, Usal), Alba Flesler (supervisora Hospital Carolina Tobar García e integrante de la Escuela Freudiana de Buenos Aires). Para más información, consultar en Facebook Desafíos en la Infancia; al correo: desafiosenlainfancia.fcm@gmail.com El cupo es limitado.

 

Fuente de la entrevista: http://www.lacapital.com.ar/educacion/que-una-nina-o-nino-no-juegue-es-grave-es-una-bandera-roja-alerta-n1429829.html

Fuente de la imagen: http://static.lacapital.com.ar/adjuntos/203/imagenes/020/934/0020934532.jpg

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Inauguran en Vietnam primer sistema electrónico de capacitación en cuidado infantil

Asia/Vietnam /06 Agosto 2017/Fuente: vietnamplus/Autor: LƯƠNG MAI PHƯƠNG

El primer sistema de formación en línea sobre el cuidado infantil en Vietnam fue establecido aquí en el sitio: http://elearning.mattroibetho.vn.

La iniciativa constituye un esfuerzo conjunto del Instituto Nacional de Nutrición (NIN) del Ministerio de Salud, el proyecto Alive & Thrive y la Oficina de E-Learning, dependiente del Centro de Información Cibernética de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hanoi.

Con base en materiales aprobados por el Ministerio de Salud, se ponen a disposición 20 temas sobre habilidades de cuidado infantil con imágenes ilustrativas y referencias.

Después de asistir a conferencias en línea impartidas por expertos del NIN, estudiantes de todo el país podrán obtener certificados de cuidado de niños.

El NIN informó que el 90 por ciento de los consumidores en las zonas rurales utilizan teléfonos celulares, la mitad de ellos teléfonos inteligentes.

Unos 24 millones de residentes en las zonas rurales se suscriben a Internet, cifra equivalente a la de las zonas urbanas, mientras que 22,5 millones de personas utilizan Facebook en comparación con la cifra de 23,5 millones en las ciudades, agregó.

Casi todas las estaciones médicas en áreas remotas y montañosas se han conectado de manera gratuita a Internet. La mayoría de su personal puede utilizar computadoras y programas en línea.

Según Truong Tuyet Mai, subjefa del NIN, más de mil consultorios de cuidado de niños llamados “Mat troi be tho” fueron incorporados a estaciones médicas de todo el país desde 2010 con el apoyo del proyecto Alive & Thrive.-VNA

Fuente de la noticia: http://es.vietnamplus.vn/inauguran-en-vietnam-primer-sistema-electronico-de-capacitacion-en-cuidado-infantil/76332.vnp

Fuente de la imagen: http://img.es.vietnamplus.vn/t660/Uploaded/wbxx/2017_08_01/infancia.png

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Trump: la disputa por el relato

Por: Luis Hernández Navarro

Como candidato, Donald Trump derrotó por nocaut a los grandes medios de comunicación estadunidenses. Ahora se propone hacer lo mismo como presidente de Estados Unidos. En el centro del pleito se encuentra la definición de quién elabora la narrativa sobre el nuevo gobierno: si el magnate o la prensa.

Los ataques de Trump contra los medios han sido duros, a la cabeza y continuos. Sea a través de tuits o en conferencias con periodistas, el mandatario no da tregua. Un día dice que los medios se han convertido en gran parte del problema, parte del sistema corrupto, y otro afirma que el público ya no les cree. La prensa está fuera de control, el nivel de deshonestidad está fuera de control.

El presidente dispara indistintamente contra los medios electrónicos y los escritos. “Los medios con noticias falsas (los perdedores The New York Times, NBC, ABC, CBS, CNN) no son mi enemigo, son el enemigo del pueblo estadounidense”, escribió en un tuit. Ufano, asegura que «muchos de los medios en Washington, junto con los de Nueva York y Los Ángeles en especial, no hablan para la gente, lo hacen para intereses especiales. La gente ya no les cree. Quizás yo tenga algo que ver en ello. No lo sé. Pero ya no les creen».

Al menos en este punto, Trump es consistente en sus convicciones. En 1981, acusaba: «La prensa es mentirosa, está ahí para manipular a la gente y a eso se dedica».

Stephen K. Bannon, el hombre más influyente en el equipo presidencial, confirmó esta «doctrina» en una entrevista a The New York Times: «Los medios de comunicación deberían estar avergonzados, sentirse humillados y mantener la boca cerrada. Deberían empezar a escuchar. Quiero que tome esta cita textual: los medios de comunicación son el partido de la oposición. Ellos no entienden este país. Todavía no entienden por qué Donald Trump es el presidente de Estados Unidos» (http://goo.gl/mu4F2D).

Los golpes del presidente y su asesor contra los medios de comunicación llueven sobre mojado. Una encuesta de Gallup, difundida el 14 de septiembre de 2016, encontró que sólo 32 por ciento de los estadunidenses tienen mucha confianza en los medios de comunicación «para reportar la noticia de manera completa, precisa y justa». Se trata del nivel más bajo en la historia de estos sondeos. Una caída de ocho puntos porcentuales con respecto al año pasado (https://goo.gl/e3ywhU).

Esta desconfianza hacia la prensa es aún mayor entre las personas de 18 a 49 años de edad. Sólo 26 por ciento se fían de la verosimilitud de lo que los medios informan.

La cobertura que muchos de estos medios han hecho sobre los gobiernos progresistas en América Latina muestra que no faltan razones para esta incredulidad. No pocos periódicos y cadenas televisivas se han comportado allí –tal como advierte Steve Bannon– como partidos de oposición alternos, y no han comprendido lo que sucede en la región. Su aparente «objetividad» está condicionada por su proclividad a favorecer la visión de los grupos empresariales afectados por las reformas y por los intereses estadunidenses en el área.

Claramente, existe una diferencia sustantiva en cómo la gente ve a los medios y cómo se ven ellos a sí mismos. Mientras éstos se asumen como un cuarto poder real, como un mensajero entre los que piensa y sienta la ciudadanía y el poder, los hombres y mujeres de a pie los consideran cada vez más como parte del establishment. Para muchos ciudadanos, no hay diferencias sustanciales entre los medios y la clase política.

Trump y su equipo se han apoyado en esta diferencia de percepción para imponer la narrativa sobre su gobierno. No importa si lo que el mandatario dice es falso o verdadero. Le valen gorro los valores clásicos del periodismo. Lo que le importa es que su relato sobre lo que él es y hace se imponga sin cortapisas. Y a sus seguidores les tiene sin cuidado si lo que dice es cierto o es mentira. Lo que quieren son palabras que les permitan reafirmar sus convicciones previas.

Durante su campaña electoral, el magnate se presentó como un no político e hizo de la comunicación directa, sin agentes mediáticos (pero contra ellos), el centro de su estrategia con los votantes. Tenía una reputación previa como empresario de éxito forjada en las páginas de tabloides y de shows de entretenimiento. Con una organización territorial eficaz, el uso de redes sociales y el dominio de las reglas del juego del mundo del espectáculo le dio la vuelta a la industria de la información y el entretenimiento. Hoy parece tenerla contra las cuerdas.

A pesar de que nunca lo tomaron con seriedad, los medios de comunicación fueron claves en el triunfo electoral de Trump. No porque hablaran bien de él, sino por la enorme cobertura gratuita que le brindaron. Lo hicieron por una razón muy sencilla: porque era negocio. Durante la campaña, CNN ganó 100 millones de dólares extras por informar y opinar ampliamente sobre Trump.

Según un informe de MediaQuant, en las elecciones primarias del Partido Republicano Trump contó con mil 898 millones de dólares en publicidad no pagada en distintas plataformas.

Sobre advertencia no hay engaño. Aunque el influyente Steve Bannon realmente no es leninista, se presentó en una entrevista con el historiador Ronald Radosh como un seguidor del revolucionario soviético. “Lenin –le dijo– quería destruir el Estado, y ese es también mi objetivo. Quiero que todo se venga abajo, destruir todo el sistema actual.” Obviamente, la prensa es parte de ese sistema.

A tuitazos, el beligerante Donald Trump avanza en la destrucción del viejo orden. Los grandes medios de comunicación tradicionales están en su mira. Ellos han reaccionado disparando ya sus más potentes descargas. Sin embargo, apenas parecen haberle hecho daño. Por lo pronto, el pleito sigue.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=223217&titular=trump:-la-disputa-por-el-relato-

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¿Los niños y los medios electrónicos? ¿Qué dice la evidencia?

05 de octubre de 2016 / Por: Eduardo Andere / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

¿Es bueno o malo que los niños y jóvenes vean mucha televisión o usen artilugios como iPads, tabletas y teléfonos inteligentes antes de los 19 años?

La respuesta en general es malo. Si los niños tienen dos años o menos la recomendación es que no tengan ninguna exposición a los medios electrónicos. Si los niños tienen más de dos años pero menos de 18 la exposición debe ser limitada en tiempo y supervisada en calidad.  A partir de los 20 o 21 años de edad, el cerebro ya está maduro (inhibido cognitivamente) y “listo” (ya puede hacer análisis de costo-beneficio) para tomar sus propias decisiones.

cultura_aprendizaje-andereYa en 2011, en la primera impresión de mi libro “La cultura del aprendizaje: hogar y escuela del siglo XXI” (páginas 81 a 83 y 232 a 233) mencionaba yo la advertencia de la comunidad científica y de los reportes de organizaciones interesadas en la salud física y mental de los niños, por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría (AAP), de limitar y supervisar el acceso y uso de los niños y jóvenes a los medios electrónicos.

Más recientemente, la comunidad científica y la AAP han continuado con sus investigaciones y sus conclusiones no solo son las mismas sino que se han reforzado: eliminar o limitar el acceso y uso de los niños a los medios electrónicos, incluyendo TV, artilugios y computadoras. Inclusive, la advertencia también va para los adultos (padres de familia de Estados Unidos, con niños de ocho o menos años de edad) que, según los reportes de investigación, pueden estar con los artilugios y medios un poco más 11 horas al día en sus tiempos libres (Universidad Northwestern, Centro de Medios y Desarrollo Humano (Parenting in the age of digital technology).

¿Qué daños potenciales ha descubierto la ciencia en el uso inadecuado o excesivo de estos artilugios? Dos organizaciones, una de Estados Unidos (Huffington Post: 10 reasons why handheld devices should be banned for children…) y otra de Canadá (Zone in: A research review regarding the impact of technology on child development…) han hecho una recolección con acceso amigable de diversos resultados de investigación y los resumen de la siguiente manera:

1. Déficit de atención y falta de autorregulación

2. Desarrollo más lento en habilidades de aprendizaje

3. Obesidad

4. Privación de horas de sueño

5. Diversas enfermedades mentales como depresión, desorden bipolar, ansiedad

6. Agresión

7. Demencia digital

8. Adicción a la tecnología

9. Radiación

10. Miopía

11. Sedentarismo

12. Aislamiento

tablets-cielo-ninosLa tecnología llegó para quedarse y es un excelente instrumento en buenas manos. La tecnología per se, es inocua, su uso o uso excesivo o inadecuado es lo que puede dañar el desarrollo natural del cerebro y la mente de los niños.

Dado que los niños entre 8 y 18 años de edad (Kaiser Family Foundation: Generation M2), pueden estar con los medios, principalmente los electrónicos entre 8 y 11 horas al día, un reporte de 2013 de la AAP (Children, adolescents, and the media) sugiere lo siguiente:

1. Cero exposición a los medios electrónicos entre los 0 y 2 años de edad

2. Limitar entre 1 y 2 horas al día el acceso a medios electrónicos para fines de entretenimiento

3. Mantener fuera de la habitación de los niños las televisiones y otros aparatos conectados a Internet

4. Monitorear lo que los niños acceden vía Internet, inclusive las redes sociales

5. Ver juntos, padres e hijos, la tele, los videos y las películas o series y discutir los valores familiares

6. Establecer “toques de queda” en el hogar para el uso de artilugios, por ejemplo, durante las comidas y las horas de sueño

7. Establecer reglas razonables pero firmes sobre el uso de teléfonos, Internet, medios sociales, texting, etc.

Como vemos, muchas cosas debemos hacer tanto padres de familia, adultos y autoridades educativas antes de regalar a diestra y siniestra las tabletas y otros artilugios y evitar a todas luces la negligencia digital hacia los niños y jóvenes.

La tecnología llegó para quedarse, pero el uso de la tecnología debe educarse.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/los-ninos-y-los-medios-electronicos-que-dice-la-evidencia/

Foto: http://www.mujerhoy.com/pic.aspx?w=651&img=gtres_a00532099_0305253079311.jpg

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