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Argentina: El macrismo desmantela áreas claves del Ministerio de Educación de la Nación

Argentina / 08 de febrero de 2017 / Fuente: http://m.d24ar.com/

Expertos advierten que el desarmar ciertas direcciones apunta a “desdibujar responsabilidades del Estado nacional” y fomentar la “privatización y mercantilización”.

Tras los despidos, recortes y subejecuciones denunciados a fines de 2016 en el Ministerio de Educación y Deportes, el nuevo año marca el comienzo de una segunda y drástica etapa. Autoridades de la cartera que conduce Esteban Bullrich oficializaron los últimos días de la semana pasada que dejarán de existir las direcciones de nivel y de modalidades, columna vertebral del sistema educativo argentino según la Ley Nacional de Educación.

Según fuentes consultadas en el Ministerio de Bullrich, el secretario de Gestión Educativa de la Nación, Max Gulmanelli, ya se reunió con directores de las áreas afectadas para anunciar el cese de sus funciones. Algunos serán despedidos y otros, reubicados. Los cambios afectan incluso a cargos designados por el oficialismo y que responden al PRO. En el nuevo esquema organizativo, aún no consolidado y atravesado por fuertes internas, Gulmanelli quedaría a cargo de las áreas territoriales y Mercedes Miguel, Secretaria de Calidad Educativa, de las áreas de contenido.

En concreto, la disolución de la Dirección Nacional de Gestión Educativa implica la desintegración de los Niveles y Modalidades Educativas, que estructuran el sistema en Educación Inicial, Primaria, Secundaria, de Jóvenes y Adultos, con las modalidades de Educación Especial, Rural, en Contextos de Encierro, Intercultural Bilingüe, Hospitalaria y Artística.

“A nivel estructural, el nuevo paso es un paso más en algo que se fue demarcando en el último año: desdibujar responsabilidades del Estado nacional, girar fondos a las provincias y que cada una decida qué línea fortalecer y cuál no”, explicaron desde el interior del Ministerio, lo cual fomenta las desigualdades. La provincialización a nivel de la gestión de contenidos tiene su contraparte a nivel paritario, con la no convocatoria a una instancia nacional y el retorno a las discusiones por provincia.

“Estas políticas actuales del Ministerio apuntan a desarticular la educación pública y dejar sin aplicar la Ley Nacional de 2006. No son medidas ingenuas. Avanzan sobre la privatización de la educación y su mercantilización”, advirtió Patricia Redondo, profesora de la Universidad Nacional de La Plata, investigadora de FLACSO y ex directora de Educación Inicial de la Provincia de Buenos Aires, en diálogo con el portal Política Argentina.

“En el caso de las direcciones de nivel, apuntan al corazón del sistema educativo. Son como las cabezas que permiten articular todo el sistema y fortalecer el carácter federal”, enfatizó. Y agregó: “El caso más claro es el nivel inicial. Hace 12 años había unas 13 direcciones en todo el país. Ahora prácticamente todas las provincias tienen direcciones independientes de nivel inicial, con directores y directoras que se preocupan porque en sus jurisdicciones existan jardines de infantes, que los niños accedan a salas de tres y cuatro años. Esto favorece la institucionalidad del nivel. Pero, al desaparecer la dirección nacional, desaparece quien tendría la responsabilidad de aplicar la ley. Son medidas que producen un golpe al corazón del sistema educativo”.

La drástica reestructuración al interior de la cartera de Bullrich ocurre cuando todavía permanece vigente el reclamo por la reincorporación de 200 despedidos, producto del feroz recorte de fines del año pasado, con el vaciamiento de programas de formación docente y de áreas auxiliares, que derivó en la toma del Ministerio y en movilizaciones y medidas de fuerza que fueron reprimidas.

Fuente noticia: http://m.d24ar.com/nota/argentina/393334/macrismo-desmantela-areas-claves-ministerio-educacion-nacion.html

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Nicolás Maduro pone voz a un clamor mundial

Por: Fernando Buen Abad Domínguez

Rebelión/Centro Universitario Sean MacBride
Vamos a la Revolución Comunicacional en Medios, Redes, Calles y Paredes” N.M. Edición 68 de “Contacto con Maduro” 20 de noviembre del año 2016.

Por fin un estadista pone a la “Comunicación” en su agenda de prioridades con clave revolucionaria, es decir, con la premisa de que urgen cambios profundos e inmediatos con extensión planetaria y respuesta histórica contundente. Acaso como lo soñó el Movimiento de los no Alineados en 1973 o como lo veía el “Informe MacBride” en 1980. “Un solo mundo voces múltiples”.

Tomar los muros, las redes, las calles y los medios. En las comunas, en las escuelas, en las fábricas… hacer visible el sentimiento y el pensamiento de los pueblos. Ponerse a la vanguardia de la semántica, de la sintaxis y de la “Batalla de las Ideas” revolucionarias. Renovar las técnicas, renovar la imaginación, renovar la poesía de la lucha pero unidos, convertidos en fuerza global, convertidos en factor decisivo y organizador para que nunca más nos quedemos silenciados ante las acometidas (impúdicas e impunes) del avasallamiento monopólico mundial. ¿Cómo no sumarse?

No se trata de una ocurrencia de coyuntura. Hemos padecido episodios sistemáticos de abuso delincuencial contra la voluntad democrática del pueblo venezolano, por ejemplo, desde que su revolución inició transformaciones decisivas y ejemplares. Se han cometido atropellos y agresiones escandalosas que no han merecido denuncia ni castigo de las organizaciones internacionales que se auto-proclaman defensoras de la “libertad de expresión” o de la “independencia de los medios”. Silencio absoluto de la UNESCO, del la SIP, de la OEA… silencio de la FELAFACS, de la INVECOM… en suma silencio de los organismos y asociaciones de profesionales que debieran tener respuesta rápida contra toda forma de golpismo mediático. Y sin embargo, ni una palabra frente al grotesco periódico español “El País” que, por ejemplo, publicó la fotografía de una persona en un quirófano y la promovió (a sabiendas de su falsedad) como la imagen de Hugo Chávez. Hay ejemplos terribles de esta envergadura. Y pasa nada.

Maduro ha extendido la convocatoria revolucionaria al mundo entero. Sabe bien que los abusos mediáticos no se reducen a un sólo país y que mientras se fortalece la alianza mediático-militar (la OTAN mediática) los pueblos se ven silenciados y las democracias se ponen en peligro. Hay que ver cómo, por la decisión inconsulta de un presidente, se borra de un plumazo una “Ley de Medios”, como en Argentina. Hay que ver cómo avanza el poderío tecnológico basado en una asimetría grotesca en las condiciones y oportunidades para que los pueblos accedan a una tecnología sustentable sin la extorsión de la caducidad programada por el mercado.

Maduro ha entendido la necesidad de una Revolución de la Comunicación que abarque la enseñanza, que haga visibles -y aprenda- las luchas históricas de los pueblos y su herencia simbólica poderosa y vivificante. Ha entendido la urgencia de renovar las agendas y potenciarlas a partir de lo que piensan y sienten los pueblos y no de los intereses de los publicistas, de los comerciantes o de los gobernantes serviles al modelo de mercantilización desaforada. Maduro ha puesto el dedo en una llaga, dolorosa y profunda, que expresa un error y una de las debilidades más sufridas por nuestros pueblos. Ha indicado un rumbo y una modalidad de trabajo que, en su carácter contemporáneo, recoge las herencias de generaciones y las pone a retoñar cuando muchos creían que el silencio y la resignación nos derrotarían para siempre.

Es verdad que no alcanza con una convocatoria por más sentida que sea. Se requiere ahora de un programa con principios humanistas revolucionarios capaces de modelar acciones y metas para el corto, el mediano y el largo plazo. Se requiere coordinación y unidad inmediata. Se requiere un Frente Único Internacional capaz de superar sectarismo y pesimismo. Se requiere trabajo político imaginativo y confiable, recorriendo puertas y oídos para articular y salvaguardar las más diversas identidades en un esfuerzo de unidad de lo diverso que nos permita trabajar juntos en las coincidencias, sin que las divergencias nos frenen. Una revolución dentro de la revolución.

No hay tiempo que perder. Los imperios mediáticos se re-acomodan diariamente, se alían, se compran entre sí, se expanden… y no pocos operan como armas de guerra ideológica mercantilista e inhumana. La Revolución de la Comunicación que Maduro convoca tiene el desafío de profundizar la crítica del modelo mediático dominante y tiene la tarea de impulsar el nacimiento del “Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación” del siglo XXI. Eso requiere de pueblos en lucha con semiología, epistemología y tecnología emancipadoras. Eso requiere “moral y luces” revolucionarias donde no se admitan reconciliaciones ni reformismo. Donde no se admitan burocracias ni demoras. Una etapa nueva de la Patria Digital Emancipada, de la Revolución del Espíritu y la Revolución Semiótica que aguardan su oportunidad para concatenarse en una sola Revolución mundial y desde abajo.

Desde luego, la única manera de evitar que semejante convocatoria no quede en eso y se haga realidad concreta, es actuar de inmediato y masivamente. No hay lugar a los regateos ni a las especulaciones. Jugar al coqueteo o hacerse desear implica irresponsabilidad suprema hija de una egolatría perversa que ya nos hizo padecer derrotas y humillaciones feroces. Estamos hartos de esas manías de izquierdismo infantil. Esa convocatoria de Maduro debe madurar, a su vez, no como una prédica mesiánica con el “culto a la personalidad” que ha sido vicio de mediocres. Ha de madurar en la refriega de la lucha de clases, en la construcción social que, desde las bases, le den sustento y coherencia revolucionaria a todos los episodios y las tareas que urgen en lo inmediato y en lo mediato. No hay que esperar ni un minuto.

Demos la bienvenida activa a tal llamado, a su jerarquía y a su valor político sin retroceder un solo paso en las conquistas ganadas, hasta el momento, por todos los que luchan honradamente y minuto a minuto, por poner las herramientas y los conocimientos en materia de Información y Comunicación al servicio de las tareas supremas de la hora: frenar las guerras, salvar al planeta y salvar a la humanidad en un mundo sin amos, sin esclavos, sin clases sociales y con voces múltiples dignas hablando de futuro y felicidad para todos. Nada menos. Aprobado.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221792&titular=nicol%E1s-maduro-pone-voz-a-un-clamor-mundial-

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Entrevista a Marx Gómez: Esa extraña mercancía llamada conocimiento

Entrevista a Marx Gómez, investigador del «Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas»
Esa extraña mercancía llamada conocimiento

 

Tatuytv

Aprovechamos la visita del sociólogo e investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) Marx Gómez, que realizara recientemente a Mérida, en el marco del décimo aniversario de la Fundación CENDITEL, para abordar un tema no menos complejo, y aunque invisible para muchos, es de una importancia cardinal para entender el alcance geográfico y nivel de penetración del capitalismo en los distintos ámbitos de la existencia humana, específicamente en el del conocimiento, al que el capitalismo ha identificado como una preciada y particular mercancía.

Para Gómez, la categoría Conocimiento Libre puede interpretarse «como una tautología, en tanto el conocimiento en sí mismo es libre, y al ser libre va hacia su socialización, su divulgación, su constante transformación (…), pero aunque parezca tautología, es más una condición de denuncia a ese Conocimiento Libre entendido como oxímoron, como si fueran cosas contradictorias, porque ahí es donde entra todo ese discurso de la propiedad intelectual que asume al conocimiento y la libertad como cosas disonantes»

Gómez amplía el debate reconociendo las tensiones históricas basadas en la «posibilidad del uso y apropiación [del conocimiento] con fines de conquista o con fines de liberación (…) pero concretamente esta discusión de Conocimiento Libre se inserta en una crítica a lo que llaman Capitalismo Cognitivo» que se constituye en una categoría mucho más clara de lo que «otras personas llaman sociedad de la información o sociedad del conocimiento olvidando que se trata de una sociedad capitalista».

Así, Marx Gómez retrata el proceso lógico e histórico en que el Capitalismo Cognitivo se constituye como una modalidad capitalista, que arranca desde finales del siglo XIX con los primeros instrumentos jurídicos tendientes a la privatización del conocimiento hasta el aceleramiento privatizador sufrido en la década de los 70′ y 80′ del siglo XX. Este esquema capitalista está sostenido en la idea de la Propiedad Intelectual y sus mecanismos jurídicos (Propiedad industrial, derechos de autor, patentes, etc) que ha venido robusteciéndose y consolidándose mientras que se expande geográficamente a través de toda una supranacionalidad concretada en instituciones como por ejemplo, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Sin embargo, existen una serie de movimientos, gobiernos y organizaciones que han venido denunciando y oponiéndose a esta lógica de privatización del conocimiento, preconizando la idea del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos al plantear que no puede hacer Justicia Social sin una Justicia Cognitiva, idea que Gómez amplía en la entrevista al aclarar que «al hablar de una crisis del capitalismo, y si aceptamos que esa crisis del capitalismo tiene múltiples factores, (…) pero que en última instancia es una crisis civilizatoria, una crisis del modelo occidental de sociedad, de política, de economía, de cultura, etc., pues el conocimiento que nos llevó a esta sociedad que está en crisis civilizatoria no está eximido de una revisión crítica; en pocas palabras, crisis civilizatoria es crisis del conocimiento también, y entonces al ser crisis de conocimiento, los procesos de justicia social por otro mundo posible son también por justicia cognitiva».

Vídeo de la entrevista

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220769&titular=esa-extra%F1a-mercanc%EDa-llamada-conocimiento-
Imagen: http://reporteinsular.com/las-consecuencias-de-pensar-demasiado/
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Dinero

Por: Fernando Savater

Según Maurice Baring, un escritor amigo de Chesterton, “para saber lo que Dios piensa del dinero no hay más que fijarse en a quién se lo da”. Donald Trump es la mejor ilustración de esta teología económica. El dinero, medio indispensable para el intercambio social, puede ser absolutizado por el deseo como finalidad vital y en ese punto convertirse en droga ponzoñosa. Lo mismo le ocurre al sexo, otro medio que tiende a inflarse en fin. Esa droga es del tipo de la que bebía el doctor Jekyll para convertirse en Hyde: transforma al que la toma en homúnculo procaz y deforme, capaz de atropellar a quien se le cruce en el camino, aunque sea una niña desvalida. Sus adictos nos suelen producir más repugnancia que compasión, aunque en puridad también la merecen. Pero ¿cómo compadecer a Trump, ese payaso siniestro, o a la caterva de felones que vemos en el banquillo por las causas de corrupción? Pero también la envidia envenena. Incluso entre quienes van a insultarles a la puerta del juzgado sospecho que hay más de un indignado no tanto por la sucia rapiña sino porque sea otro quien haya tenido la ocasión de forrarse sin trabas como él mismo sueña… De la envidia a la admiración: ¡el millonario presidente!

Y frente a los poseídos por esa ilusión intangible (nada menos material que el dinero, Schopenhauer lo llamó “felicidad abstracta”), los auténticos materialistas buscan las riquezas verdaderamente indispensables. Las descubrieron sea al verse desposeídos por la catástrofe de comida, agua, cobijo, familiares o medicinas, como en Haití, en Alepo, etcétera… sea guiados por la razón y el sentimiento hacia los bienes que valen más allá de las tarifas bancarias: arte, amistad, conocimiento, amor. Aunque por mucho que intentemos prevenirnos del contagio, de vez en cuando todos somos intoxicados.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/11/11/opinion/1478875911_290034.html

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Entrevista a Claudio Rama: «Es necesario recuperar la etica universitaria»

31 Julio 2016/Fuente:claudio-rama.blogspot.com /Autor:Javier Lorca
Los procesos de mercantilización y transnacionalización están transformando las universidades. Para Claudio Rama, uruguayo, doctorado en Ciencias de la Educación, el nuevo escenario configura una tercera reforma, después de aquella primera que –desde Córdoba en 1918– propició la autonomía, la gratuidad y el cogobierno y de una segunda que –desde mediados del siglo XX– comenzó a masificar la formación superior bajo un modelo dual de universidades públicas y privadas. En esta entrevista, el ex director del Iesalc-Unesco, autor del libro La tercera reforma de la educación superior en América latina (Fondo de Cultura Económica), describe el nuevo fenómeno y reclama una recuperación ética de los principios universitarios.
–¿Cree que está agotado el modelo de universidad autónoma y cogobernada?
–La discusión por la autonomía tiene 800 años y va a seguir 800 más. Sobre la idea de autonomía del saber respecto de los poderes religiosos y de los Estados se fueron estructurando las universidades y se fueron conformando los marcos normativos. Hoy, algunas características de la autonomía se están transformando y hay muchos elementos que no van a volver. La capacidad de la universidad de evaluar ella misma su calidad parecería que la sociedad ya no la acepta, prefiere organismos independientes de evaluación. El establecimiento de criterios de ingreso diferenciados genera muchas discusiones y en muchos países empiezan a establecerse parámetros nacionales para evitar desigualdades. También está cambiando la autonomía del financiamiento. Y algunos países discuten el modelo que reúne en un solo consejo académico atribuciones ejecutivas, legislativas y judiciales: es decir, la concepción de la reforma donde un mismo consejo decide la norma, la aplica y es tribunal de alzada ante un reclamo, un modelo que no tiene relación con el espíritu republicano de separación de poderes.
–¿Las universidades están reproduciendo las desigualdades sociales?
 –Sería imposible que las instituciones educativas por sí mismas pudieran revertir desigualdades económicas y culturales, de acceso a la tierra, de la propiedad de medios productivos. América latina es una sociedad desigual, dentro de un sistema mercantil que genera desigualdades a nivel mundial. No creo en la utopía de que la universidad pueda resolver esas desigualdades. Otro tema es si las incrementa. Los estudios han constatado que en casi todos los países, más allá de los sistemas de acceso, la distribución de los sectores sociales dentro de la universidad no representa a todos. En América latina, desde los ’70, todos los estudios muestran que los sectores sociales que tienen mayor facilidad para ingresar son los que tienen un stock más alto de capital cultural y esto se relaciona con el acceso a la educación media. Los hijos de universitarios tienden a ser universitarios. Pero, como hay un proceso de masificación, se va reduciendo de algún modo esa inequidad.
–Pero esa masificación implica importantes diferencias de calidad entre las universidades.
 –La mayor demanda de estudios universitarios, las desigualdades sociales, las restricciones presupuestarias y la diferenciación de mecanismos de ingreso han producido una notoria diversificación de los niveles de calidad en las universidades, dentro de un sistema que hasta las décadas del ’60 y ’70 mantenía un nivel homogéneo. Esa diferencia de calidad está asociada a circuitos sociales también diferenciados. O sea que una persona de bajos ingresos no logra ingresar a la educación superior y, si lo logra, ingresa en una institución de menor calidad, que luego le va a significar ingresos laborales menores.
–¿Qué cambios supone “la tercera reforma de la educación superior”?
 –La tercera fase se define por la internacionalización y por la injerencia estatal. A través de las agencias de evaluación de la calidad o de los ministerios, los Estados reducen la autonomía de la universidad pública y la libertad de mercado de la privada. Donde antes había dos actores institucionales, el público y el privado, ahora hay también actores internacionales. La matrícula de alumnos ya no está localizada nacionalmente. Cada vez más estudiantes se forman en la educación virtual, cada vez más alumnos migran, muchos directamente estudian para migrar. Cada vez más docentes se mueven en ambientes multiculturales, viajan para dar clases y conferencias, o son tutores a distancia. Vemos la creciente presencia de instituciones extranjeras en nuestros países, en forma presencial o virtual. Es una nueva realidad, la aparición de una educación sin fronteras, que marca una compleja situación y es una derivación del conocimiento global. Esto se da en el nivel de grado y, sobre todo, en el de posgrado. Hay 50 mil campos disciplinarios a nivel mundial, los países no pueden brindar esa cantidad de saberes y carreras. También los intereses dejan de ser nacionales. La destreza de un estudiante de Medicina africano que se va a dedicar al HIV, ¿le interesa sólo al Africa o a todo el mundo? ¿Y un veterinario en Asia, donde hay fiebre aviar? En esta irrupción veo el pasaje de una educación de segunda generación, que sólo les compete a los Estados nacionales, a una educación que se vuelve un derecho de tercera generación y le interesa a la comunidad internacional. Sin duda sigue habiendo demandas, pertinencias y saberes locales, pero lo internacional empieza a ser dominante.
–¿Cómo incide en este proceso la mercantilización educativa?
 –Más allá de que los actores internacionales tengan un origen público o privado, actúan siempre mercantilmente. La Universidad de París I se instaló en Doha y ahí cobra matrícula: en París claro que no cobra. El proceso de internacionalización ocurre en el marco de un sistema capitalista con una enorme competencia por los saberes. Europa ha alertado sobre el drenaje hacia Estados Unidos de sus profesionales altamente calificados. Africa ha planteado que su sistema universitario debería tener financiamiento europeo, porque de cada cinco egresados del Africa subsahariana, cuatro se van a Europa. Hay problemas de pérdida de capital humano en muchos países. Es un escenario complejo porque estamos en una etapa transicional, el exceso de suministro produce ofertas de baja calidad sin control. ¿Cómo garantizar la calidad si hay 50 mil disciplinas y la renovación de saberes se produce cada cuatro o cinco años?
–¿Por qué reclama una recuperación de la ética universitaria?
 –La mercantilización de los saberes pone en juego la ética. Tenemos falsificación de títulos, estudiantes que copian trabajos de Internet, profesores que inventan sus currículums… Es necesario recuperar la ética universitaria porque las banderas y los principios de la universidad se han ido deteriorando y hoy requieren un aggiornamiento, una reetización. En algunos países, los hijos de los profesores tienen facilidades para ingresar a la universidad. En otros países, las remuneraciones de los rectores de universidades privadas son inmorales. Más allá de los valores que va introduciendo el mercado, la sociedad debe sostener a la universidad como una institución de referencia ética, donde se desarrollen enfoques y visiones no mediadas por intereses particulares.
Fuente de la entrevista: http://claudio-rama.blogspot.com/2007/02/entrevista-es-necesario-recuperar-la.html
Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/51/Etica9.png
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Pisa: 32,9% de alumnos ha repetido a los 15 años en España por el 12,4% de media en OCDE

OCDE/19 de julio de 2016/

La OCDE plantea en este IV Informe del año 2012 un análisis en relación a: ¿qué hace de la escuela un entorno exitoso? Acaso ¿los Recursos, las políticas o las prácticas?

En este sentido, dotar a las personas con las habilidades necesarias para alcanzar su pleno potencial es propiciar su participación en un mundo cada vez más interconectado con la economía mundial, facilitando, por ende, mejores puestos de trabajo en una vida mejor es una preocupación central de los políticos alrededor del mundo. En relación a este particular, se ofrecen cifras aportadas por el estudio PISA donde se arroja que un 32,9% de alumnos han repetido a los 15 años en España por el 12,4% de media.

Entendiéndose con ésto que tienen pocas habilidades, las cuales limitan severamente el acceso a una mejor remuneración y gratificaciones sociales.

Se puede leer el informe completo (en su idioma original), en el siguiente link:

http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/internacional/pisa2012/pisa2012volivinternacional.pdf?documentId=0901e72b8178af65

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El mercadeo de la música de la marginalidad

Por: Allan Bolívar

Escasos son los ámbitos de la vida de los humanos contemporáneos que no se encuentran expuestos a la mercantilización. Su fuerza de trabajo, sus cuerpos, ideas, potencialidades, arte, su cultura, se encuentran en venta al mejor postor. Nuevamente es la cotización en el mercado la que determina en el caso de la música, cómo se hace, cómo se viste, cómo suena y que debe decir o callar. Es el caso de la Champeta (1) criolla, música de la marginalidad, transformada para ser mejor vendida en un mercado en expansión.

Los «champetuos urbanos»

Brilla el sol y clima de enero ya no es el de Bogotá, la ciudad ha dejado atrás el frío pero también las fiestas decembrinas. Sus pobladores regresan al trabajo formal, al informal, al rebusque, a la brega por un peso para completar el diario, pero, así y todo, continúa sonando en las discotecas y principales emisoras el retumbar de un género musical encubado en el Caribe colombiano y que por segunda oportunidad se expande a pasos agigantados por el país y Latinoamérica.

Estamos ante la Champeta criolla, hija de las barriadas populares de ciudades como Barranquilla y Cartagena, donde este género musical en sus inicios y primeras fases se desarrolló entorno a las notas de la vida, expresando el pensamiento y los sentimientos de millones de ciudadanos en condición de exclusión y marginación; entonación perdida pues en las décadas que sobrevendrían sería tomada por el espíritu mercantil de difusores y promotores que limpiarían al género de toda capacidad de comunicar rebeldía.

Poco a poco, con el poder del mercado, la originaria champeta fue maquillada con los rubores de los nuevos ritmos afro caribes, dotada de una mayor calidad sonora (mejores estudios, mejor trabajo de producción), depurada de toda facultad de expresar cualquier tipo de contradicción y rebautizada con el nombre de Champeta urbana, como si nunca hubiera sido urbana en su gestación.

Maquillaje, comercialización que también también embalsamó a sus expositores más conocidos, entre ellos Mr. Black, El Twister y Kevin Flórez, quienes lucen atuendos muy particulares en los videos que pueden verse sintonizando los principales canales musicales del país. Cantantes, actores, vestidos fundamentalmente de suéteres, gorras, joyas (argollas, anillos, gruesas cadenas, finos relojes), chaquetas que les otorgan un estilo bastante parecido al de los contantes de reggaeton. Tampoco están ausentes los carros y las mujeres de «alta gama» que bailan al compás de sus canciones. Todo esto en nada es parecido a la forma en que lucía o realizaba sus videos Jhon Jairo Sayas, conocido como «El Sayayim», sepultado entre champetas y llantos el 18 de julio del 2012.

Muere el Saya, muere mucho de lo marginal

Era un medio día caluroso y brillante en Cartagena. El cortejo fúnebre se desplazaba poco antes de la dos de tarde por la avenida Pedro de Heredia, rumbo al Cementerio Central Jardines de Paz. Estaba hecho de personas que caminaban, autos, decenas de mototaxistas que unas veces lloraban, otras reían y siempre entonaban las canciones del ídolo que, aunque muerto, cantaba con su voz amplificada por potentes equipos de sonidos que retumban desde automóviles y camionetas. https://www.youtube.com/watch?v=irDyLgXAC_Q

Éste joven cartagenero, habitante del sector «El Taconazo» del barrio Olaya Herrera, fue quien vistió de gala al género musical de las barriadas populares de la ciudad, llevándolo a muchas de las emisoras del interior y de países como Venezuela y Panamá. La Champeta en su modalidad criolla, es decir, nacional, cantada en «cartagenero», con baile propio y «manera de ser», surge de la mano de la generación de cantantes que lideraba «El Saya» también integrada por otros solistas cómo «El Jonky», «El Afínaito», el antiguo «Mister Black» y «Álvaro el Barbaro».

Esta camada de jóvenes intérpretes fue la encargada de moldear la identidad del género en su dimensión urbana: fueron los que establecieron la simbiosis solista – picó (2), los primeros en obtener contratos con las grandes disqueras, los primeros en anotar «hits» de relevancia en las emisoras de ciudades como Bogotá y Medellín. Sería bastante injusto no reconocer el aporte de los padres fundadores de la Champeta entre los que se encuentran Justo Váldez, Viviano Torres y Charles King, así como la influencia preponderante en el surgimiento del género del Palenque de San Basilio que para estos efectos funcionó cómo un enclave de África, de donde se toma la matriz musical en que enmarca el golpe criollo del picó.

Pero si nos remitimos a la Champeta criolla, a la de la barriada, a la que se vacila con las camisas multicolores y zapatos Nike o Adidas en el picó al que se va con las «leas», en el que se salta al ritmo de la música y se toma solo la mitad de la cerveza (la otra mitad para esparcirla en el aire) y en el que eventualmente se forma una que otra «chambrana», debemos necesariamente remitirnos a estos jóvenes que algunos años antes del inicio del siglo XXI –cantando lo que en mi opinión es la música de los más excluidos, de los sin voz, de los que no poseen el atuendo o la «cultura» para ser escuchados–, lograron precisamente hacerlo con docenas de decibeles y por todos los rincones de esta nuestra querida y excluyente Colombia.

Antes de estos jóvenes se imponía el ritmo de champetas provenientes de países como Zaire, Nigeria y Burkina Faso, traídos en la década de los sesenta y setentas por marinos cartageneros que visitaron las costas del África o intercambiaban con marineros de dicho continente. Muchos de estos Long play’s aún reposan en los escaparates de los coleccionistas de ciudades cómo Barranquilla y Cartagena que conservan en estos vinilos ritmos africanos cómo ju ju, Soukus y Soweto. Algunas de las champetas africanas que hacen parte del repertorio que llegó, hizo historia y se diseminó en diásporas de influencias para el género urbano, como: «La muha» http://www.youtube.com/watch?v=AXhVO0itSjs , «El satanas» http://www.youtube.com/watch?v=6mdVZcJBNAM , «El aquien» http://www.youtube.com/watch?v=7AAKPbjatGw , nombres criollos que fueron dados a champetas africanas cuyas letras no se alcanzaban a comprender, casi una metáfora lingüística del proceso de criollización que sobrevendría a estos primeros intentos por digerir el precipitado musical de espíritus de hombres de una misma constitución separados desde épocas inmemorables por la esclavitud y las cadenas del imperio ultramarino español.

En lo que considero una primera fase de criollización se recuerda cariñosamente al cantante Elio Boom quien con su famosa canción «La turbina» http://www.youtube.com/watch?v=XpYYCd5hd-s  abre el camino a principios de los noventa para que se empiece a cantar imitando a los africanos; luego vendrían las canciones en español cómo «Carlitos» http://www.youtube.com/watch?v=X8u0zdGzyU,  «Los caballeros del zodiaco»https://www.youtube.com/watch?v=u9j02d0_Vg0  y «El pato donald» http://www.youtube.com/watch?v=ZDJnAmVQiBY.  Es la camada de champetudos que lideraba el desaparecido Saya, la misma que se encarga de revestir a la champeta en paños menores de mayor musicalidad, contenido social y sentimental a sus letras, contando situaciones, cantando al desamor o a la traición. Son muy recordadas canciones cómo «los trapitos al agua» https://www.youtube.com/watch?v=ZWzIUEVLVA0 , «Cipriano» https://www.youtube.com/watch?v=IgeW3S2UG_w , «la suegra voladora» http://www.youtube.com/watch?v=Hso9BY-Xj1I , «Paola»http://www.youtube.com/watch?v=-DM6Y66-B9c , «La Fiscalía» https://www.youtube.com/watch?v=9dlS5K70RdU , «Braulio el templao»  https://www.youtube.com/watch?v=3oTIH_3tc3U , «Tras las rejas»https://www.youtube.com/watch?v=oHIEjx_D834.

Emerge la «Champeta urbana»

Desde entonces la champeta no sería igual, ya que en adelante estaría dotada de público y hablaría con elocuencia y muchos decibeles retando con sus movimientos sensuales y bailes «amazizados» las jerarquías impuestas por las élites, acudiendo a la sensualidad y al erotismo como armas de resistencia en contra del conservadurismo hipócrita que dictaba la supresión de este tipo de expresiones, mientras en las barriadas palpitaba el corazón al ritmo del picó y los candentes movimientos traducían el frenesí de una hipersexualidad marginalizada, condenada al oprobio. Pero resistió, la champeta resistió, aunque después de un periodo de inmersión y de pérdida de auge en el panorama musical nacional, retomaría su importancia y empezaría nuevamente a escucharse en el interior del país (hacía el 2012) pero esta vez con cambios que alterarían la naturaleza de expresión, su objeto social y su constitución como expresión popular cultural de las barriadas del Caribe.

La Champeta criolla como género musical, y como estilo de vida, se consolidó en un primer momento como una expresión que integraba elementos de resistencia social y cultural capaces de trascender lo musical: compilaba un lenguaje popular, una lectura de la sociedad desde «los de abajo», un lenguaje oral característico, tipos de actuaciones, formas de gestionar relaciones sociales y conflictos, roles de género, ideas sobre la sexualidad, el progreso, la familia. Se encontraba asociada con expresiones de resistencia social de los marginados que con su música subvertían el ordenamiento jerárquico cultural permeando «de lo bajo», «de lo inferior», «de lo champe» a todos los estratos, mientras construía un lenguaje, un territorio y una identidad que hacía de su meca el picó.

¿Tiempo pasado? Ahora un nuevo estado de cosas parece estar configurándose a partir de un movimiento de mercantilización del género que está haciendo de los antiguos picós sofisticados sistemas de sonido cuyos toques, por el precio de la taquilla, están dejando cada vez más pela’os por fuera de los escenarios. Está alterando la manera en que originalmente se relacionaba el solista con el picó, y la relación de ambos con medios de difusión, catapultando a los cantantes por fuera de la matriz de difusión constitutiva, por fuera de los barrios, de la ciudad, del país, haciendo poderosos a antiguos difusores locales como «El Chawala» [http://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/chawala-la-mente-detras-del-rey-de-rocha-182920]. Comienzan a aparecer en los vídeos las joyas, los autos de alta gama, las mujeres «fetiche», los lugares del primer mundo, el derroche, el consumo y la futilidad de letras sociológicamente insípidas, popularmente insignificantes.

Los empresarios de la música se están tomando por asalto el género ante la mirada impávida de muchos que en la década de los noventas crecimos junto a ella, viéndola tomar forma y arraigo en las ciudades del Caribe. Creo que han venido a buscar la potencia creadora que encuentran en los estratos bajos pues carecen (al ser esencialmente imitadores) de mucha creatividad. Se han topado con manifestaciones culturales, sobre las que antes habían escupido o explotado parcialmente, transformándolas en híbridos susceptibles de ser vendidos sosteniblemente en el mercado a estratos medios y altos que adoptan los nuevos artefactos culturales como exóticos pero «bien», popularmente chic’s, algo que no los mancha si lo consumen pues ya han sido depurados de toda su carga de contradicciones, cuestionamientos, neutralizados como alternativas insurgentes de identidad.

Surge un nuevo tipo de Champeta que está dejando atrás el mercado de Bazurto como epicentro de su difusión, se anuncia con los carteles multicolores de «El Runner» pero este ya no es su principal mecanismo de difusión, aunque se baile y se escuche se presenta poco conectada con el barrio, construye una sintaxis cultural que poco o nade tiene que ver con él, pero que está configurando un discurso basado en símbolos de progreso material, de consumo, susceptibles de hacer una nueva interconexión. Ésta variación de la champeta, que en adelante caminará con el mercado, tiene vocación de hegemonía, pues pretende apropiarse del nombre disolviendo en sí misma el resto de las expresiones de las barriadas que siguen bastante próximas a las originarias y son el testimonio viviente de que aún no está todo perdido.

Aunque ya la champeta de Kevin Flórez, Mr. Black, el Twister, entre otros, la conciben, piensan, hacen, difunden y venden en espacios que poco o nada tienen que ver con su constitución y rol original (escuchar/ver audio de la Orejera Espeluca https://www.youtube.com/watch?v=gWrndIgmJ6E  y vídeo del la nueva versión del Twisterhttps://www.youtube.com/watch?v=ammLFf6fPQc),  este tipo de champeta lleva traslapada consigo prácticas y expresiones populares que la nutren de creatividad. Son formas de hacer y de vivir la champeta, de construir picós caseros, de amenizar verbenas callejeras, de improvisación en el baile y en el canto que pueden verse en barrios del Caribe como La Chinita (Barranquilla), Pescaito (Santa Marta) y Olaya (Cartagena). Prácticas resilentes a la comercialización, al alcance de la creatividad de poblaciones que carecen de dinero, pero nunca de recursos creativos para construir identidades que siguen siendo para muchos «boletas», «orilleras», marginales, para otros, minas de oro por depurar, para luego negociar en el mercado de la música e instituir como la «Champeta urbana» efectiva, original.

Paz en la tumba del Sayayim. Ojalá las nuevas generaciones no olviden su legado.

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