Los contenidos digitales han abierto nuevas posibilidades para registrar y divulgar la historia en formatos ágiles, interesantes y entretenidos.
La enseñanza de la historia es una disciplina con muchas áreas de oportunidad. En países como México, por ejemplo, existen problemas tanto con la preparación de los docentes para impartir la materia, como en los recursos y materiales didácticos disponibles para dar la clase. En Estados Unidos, hay regiones en las que aún se lucha por programas académicos que reflejen la realidad histórica americana por completo.
Para aquellos maestros que encuentren un reto difícil en recopilar material certero y entretenido para sus alumnos en las clases de historia, les compartimos tres programas educativos para fortalecer su selección de contenidos. Todos los programas incluidos en la lista pueden accederse gratuitamente vía YouTube.
Producido por Mediakraft Networks, este canal de YouTube surgió en 2014 y se especializa en narrar episodios específicos de la historia mundial a detalle. El show es producido en Munich por un equipo de expertos en historia, es narrado y escrito por el historiador Indiana Neidell.
Neidell combina su trayectoria como actor de voz, músico y personalidad de redes para relatar episodios históricos como la Guerra Fría, la Revolución Industrial y la Revolución Cultural China en una forma clara, concisa y amigable, apta tanto para expertos que quieren saber más sobre historia mundial como para principiantes que se inician en la materia.
La compañía de producción también tiene disponibles canales hermanos que abordan específicamente la Primera y Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los capítulos de estas series cuentan con 36 opciones de idiomas en los subtítulos, incluyendo inglés, español, francés, alemán, árabe, chino y coreano, entre otros.
2. No son caricaturas, son créditos extra: Extra Credits
La idea del canal Extra Credits surgió en 2008 cuando el co-creador Daniel Floyd elaboró dos presentaciones de video para sus clases de Historia del Arte y Teoría de los Medios en el Colegio de Arte y Diseño de Savanna (Savannah College of Art and Design). En julio del 2010 comenzaron a transmitir el show Extra Credits por YouTube, cubriendo temas sobre producción de videojuegos y cultura popular. En el 2013 incluyeron el tema de historia mundial por capítulos bajo el título Extra History.
Siete años después, Extra History tiene hoy una de las bibliotecas de contenido histórico más amplias y variadas en YouTube y Twitch, cubriendo desde piezas de personajes como Simón Bolívar, Mary Seacoal y Yi Sun Sin, hasta eventos históricos complejos cuyo entendimiento requiere tocar temas de Economía y Sociología, tales como el episodio de la Compañía del Mar del Sur en el siglo XVIII.
La mayoría de los capítulos tiene de 7 a 15 opciones de idiomas para subtítulos, casi siempre ofreciendo español latinoamericano, peninsular o genérico.
Producido por Andrés Alba, Antonio Romero, Enrique López y Luis Felipe Ángeles, Bully Magnets abrió su canal de YouTube en el 2010 con la intención de divulgar contenido histórico en un formato breve, amigable y característicamente divertido, dirigiéndose especialmente al público joven.
Su contenido es variado y abarca desde temas de interés académico como la conquista de México y el descubrimiento de América, hasta la vida de un Papa que odiaba a los gatos o un día en la jornada laboral de un verdugo en tiempos de la Revolución Francesa. El canal tiene una de las bibliotecas con contenido histórico más amplias de habla hispana, y varios de sus videos cuentan con subtítulos en español y en inglés.
Las fuentes y materiales estandarizados siempre serán la primera solución para enseñar historia en las escuelas, pero como auxiliar a estas fuentes primarias, contenidos digitales como estos son de gran ayuda para mantener el interés de los alumnos en el salón de clases.
¿Tú como maestro usas contenidos digitales auxiliares en el aula para reforzar el aprendizaje de la historia? Cuéntanos en los comentarios.
América del Norte/México/16-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx
De La Redacción
Catedráticos convocaron a la comunidad de la máxima casa de estudios a expresar el más enérgico rechazo a la violencia que se abate sobre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El silencio en situaciones como la que se vive en esta institución, puede comprometer la existencia misma y el destino de la universidad, subrayaron.
La convocatoria fue suscrita por Gonzalo Celorio, Sergio García Ramírez, Ángeles González Gamio, Hernán Lara Zavala, Eduardo Matos Moctezuma, Silvia Molina, José María Murià, Carmen Parra, Mónica del Villar, Sergio Zaldívar, Eugenio Aguirre y Felipe Garrido.
Destacaron que en los últimos días se han presentado actos de violencia extrema en planteles e instalaciones de la máxima casa de estudios, que afectan gravemente la vida universitaria, lesionan la garantía de miles de jóvenes a recibir educación a la que tienen derecho, y también perjudican a trabajadores y docentes.
La innecesaria e irracional violencia que se ha ejercido contra los estudiantes y otros miembros de la comunidad universitaria implica una violación flagrante de la autonomía universitaria, en la medida que impide el libre ejercicio de las funciones a cargo de la institución. La docencia, la investigación y la difusión de la cultura no pueden quedar a merced de restricciones impuestas por quienes han invadido, sin derecho y sin razón, varios recintos universitarios.
Reclamo y respuesta
Los catedráticos precisaron que no desconocen los legítimos reclamos de quienes demandan protección en el interior de las instalaciones frente al asedio del que han sido víctimas muchas jóvenes universitarias. La respuesta a tal situación implica la aplicación rigurosa y oportuna de las normas vigentes dentro y fuera de la universidad, señalaron.
En un texto externaron su preocupación por los sucesos que han alterado la marcha de la UNAM y de sus alumnos, profesores y colaboradores administrativos.
América/México/12/02/2020/Autor: Jon Martín Cullell/fuente: elpaís.com
Las familias con niños en tratamiento de quimioterapia se movilizan frente a la escasez crónica y a la atención precaria en los hospitales públicos.
A Álex Hernández, Cristal Flores, y Emmanuel Fernández, tres niños enfermos de cáncer, les faltó en el último año vincristina, metrotexato, ciclofosfamida y purinethol. Todos son medicamentos fundamentales para sus tratamientos de quimioterapia. En plena revisión del sistema público de salud por parte del Gobierno, los padres de niños con cáncer en México han tenido que enfrentarse a repetidos episodios de desabasto en los hospitales. Estos no son nuevos, pero sí se han vuelto más frecuentes y hacen sentir su peso sobre unas familias marcadas por el sacrificio y las dificultades económicas. Ahora han dicho basta.
“Al aeropuerto”, propuso Omar Hernández, padre de Álex, en enero. En el Hospital Infantil de México faltaba vincristina, medicamento administrado por vía intravenosa para tratar desde leucemias a tumores cerebrales. Eran meses de encontrarse en situaciones parecidas y un grupo de padres quería hacer ruido. “No nos hacen caso, pues vamos a buscar un punto donde la gente nos vea”, dijo Hernández. Antes de convertirse en quesero, había trabajado en el aeropuerto como personal de seguridad y se lo conocía al dedillo. Se metieron las cartulinas debajo de las playeras y se colaron en uno de los vestíbulos con más tráfico de pasajeros de América Latina. Funcionó. Ese mismo día, el Gobierno les comunicó que ya había llegado el medicamento. Una victoria con fecha de caducidad, sospechan los padres.
Omar Hernández, “el que cierra avenidas” y padre de Álex
En el comedor de su casa, Hernández desglosa el viaje de Álex por los meandros de la leucemia, que fue también su viaje de vendedor de queso a activista. El niño se sienta en frente, colorea dibujos de superhéroes en un cuaderno y recuerda lo cansado que se sentía antes. A punto de cumplir 11 años, la leucemia ya está controlada y vuelve a comer chilaquiles tras meses sin probarlos, pero su padre no baja la guardia. En el hospital ya lo conocen como “el que cierra avenidas”.
Su activismo empezó hace dos años. Durante una de las rondas de quimioterapia para Álex en el Hospital Infantil de Ciudad de México, empezó a escasear el purinethol, un medicamento que ralentiza el crecimiento de células cancerígenas. Al principio, lo tuvieron que comprar en las farmacias a precio comercial; eran 1.200 pesos para 10 días, un monto sustancial para una pareja que acababa de cerrar su puesto de quesos para poder acompañar a Álex al tratamiento. Al cabo de un mes, ya ni se encontraba en las tiendas. Hernández se plantó.
“Los papás ninguno se quejaba: ‘¿Cómo voy a hacer algo? Me van a correr”, recuerda que le decían. Hace año y medio, firmó su primer acto de activista: una carta a la Secretaría de Salud para pedir mejor atención. Sin respuesta. Continuó recabando firmas en la sala de espera, pintada de jirafas y piñatas voladoras. Un doctor le llamó la atención: “Está prohibido; si sigue haciendo eso no sé qué va a pasar”. “Me vale… Cómpreme usted los medicamentos”, le espetó él.
A las pocas semanas, un puñado de padres cerró Reforma, una de las principales avenidas de la capital. Fue la primera movilización de una cadena. En febrero de 2019 volvió a faltar purinethol; se manifestaron en el Zócalo. En agosto, escaseó metrotexato, también fundamental para la quimioterapia. Pancartas en alto, decidieron entonces paralizar la entrada al aeropuerto, la primera vez que lo hacían.
Álex Hernández, enfermo de leucemia en fase de vigilancia, con sus padres Blanca y Omar.SEILA MONTES
La crisis de medicamentos para el cáncer, enfermedad que es la tercera causa de mortalidad en el país, ha desatado un cruce de acusaciones. La respuesta del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido confusa; ha negado el desabasto y, al mismo tiempo, lo ha reconocido. Culpa a los problemas de suministro mundial y, en México, a la supuesta corrupción de las farmacéuticas -diez proveedores recibieron el 80% del gasto entre 2012 y 2018, según el Gobierno-. Para incrementar la presión sobre la industria mexicana, el Ejecutivo acaba de aprobar por decreto la importación de medicamentos del extranjero aunque no estén registrados en el país.
Frente a las acusaciones, el director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, Rafael Gual, apunta al papel del Ejecutivo en este embrollo, debido a los retrasos en las licitaciones y a la forma cómo se llevaron a cabo. Las últimas, lanzadas a finales de año, establecían que un solo fabricante se llevara el 80% de la provisión de un medicamento. “Si falla, el que tiene el 20% restante difícilmente podrá cubrirlo”, explica. “Tienes que permitir que haya cuatro o cinco proveedores para un mismo producto”.
Los hospitales tienen escaso margen de maniobra. “Es como ir a una comida corrida; tomas lo que haya. A lo mejor me la das más cara, pero no te vas a poner tú a cocinar fideos”, dice una directiva del Hospital Infantil de Ciudad de México que prefiere mantener el anonimato al tener prohibido dar entrevistas. “Te avisan en la mañana que no hay medicamento. Algunas veces hemos tenido que ir a comprar a la Farmacia del Ahorro [una cadena de tiendas de bajo coste]”. Para ciertas medicinas, dependen casi totalmente de Laboratorios Pisa, una farmacéutica que se enfrenta a una posible inhabilitación debido a varias investigaciones que el Gobierno ha abierto por supuestas irregularidades en las licitaciones.
Tras la manifestación en el aeropuerto en enero, el Gobierno informó que el Hospital Infantil de México, que trata a unos 800 niños con cáncer, había recibido vincristina en cantidad suficiente para un mes. El cirujano Pablo Lezama, jefe del servicio de cirugía oncológica, dice que se trata apenas de una solución temporal. “El suministro no está asegurado de forma sostenida”, afirma. “Si los pacientes pasan 15 días sin medicina o se les da una alternativa, eso disminuye la efectividad del tratamiento”. En veinte años de carrera nunca había visto desabastos tan frecuentes.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, y la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, se dieron de bruces con la realidad en una visita sorpresa a un hospital público la semana pasada. “¿Cuál es la situación en esta área?”, preguntaron los funcionarios. Lo que siguió fue un chaparrón de necesidades. “Presentamos escasez de material, principalmente de insumos como sedas, gasas. La semana no teníamos ningún guante absolutamente para operar. A los enfermos se les está pidiendo todo ese tipo material. No hay batas, cepillos”, enumeró una enfermera de blanco, presente en el encuentro improvisado. “No tenemos jabón ni para lavarnos las manos”, añadió otra.
Pese a las promesas de soluciones inmediatas, los padres no se fían. Omar Hernández repasa una lista de una treintena números de teléfono de todo el país, escritos en lápiz sobre un folio azul. “¿Qué onda? ¿Llegó la medicina?”, va preguntando a padres que están luchando contra la escasez en otros Estados.
Crisanto Flores, refugiado y padre de Cristal
Entre los escépticos, está Cristanto Flores, uno de los padres que se manifestó con Hernández en el aeropuerto. Hace casi un año, a su hija Cristal de tres años de edad se le empezó a hinchar el ojo izquierdo. “El ojo o su hija”, dijo el doctor tras descubrirle un tumor maligno. Vivían en Puerto de Veracruz, una ciudad con casi un millón de habitantes pero sin el equipo requerido para el tratamiento de Cristal. Tuvieron que salir en ambulancia hacia Ciudad de México, a unas siete horas por carretera. Para familias como la de Flores, el desabasto, un problema de siempre pero que se ha intensificado en los últimos meses, es un elemento más de una vida que se asemeja a la del refugiado.
Flores era albañil. A los 55 años, ha tenido que dejar su trabajo para mudarse a la capital y ahora se dedica a esperar durante horas frente a la fachada del Hospital Infantil, de colores alegres para disfrazar el dolor en sus tripas. Despunta el alba y otros padres en la misma situación se arreglan la manta sobre las piernas y apuran las últimas horas de sueño sentados en unos bancos de metal frío. Mientras Cristal entra a su ronda de quimio con una bata de personajes de Disney, Flores se pasea de arriba abajo, se sienta a ver vídeos de su hija bailando y hace cuentas.
Aunque el Estado cubre el coste de la quimioterapia desde hace más de una década, las familias todavía tienen que pagar los análisis y comprar medicamentos importantes como gotas y antibióticos. En dos años, Cristal necesitará una nueva prótesis para el ojo izquierdo. Cuesta unos 20.000 pesos, alrededor de 1.000 dólares. Pese a su semblante tranquilo, Flores no esconde la preocupación. “Ya no tenemos ni para los pasajes”, explica. “Lo poquito ahorrado se nos fue; todo se fue para abajo”.
Crisanto y Maricruz Flores acompañan a su hija Cristal al Hospital Infantil de México para una ronda de quimio.SEILA MONTES
La desigualdad en el acceso a atención de calidad también es territorial. Mientras la capital y los Estados del norte del país alcanzan o al menos se acercan a las 18 camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes que la Organización Mundial de la Salud recomienda, 12 de los 32 Estados, entre ellos el Veracruz, tienen entre cinco y seis camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes. En este contexto, casi el 70% de los casos se diagnostica en etapas avanzadas según el Instituto Nacional de Cancerología, un retraso que dificulta el tratamiento.
A veces, las fundaciones cubren el hueco y costean los medicamentos, pero el desabasto ha aumentado la presión. El director general de la Casa de la Amistad, Baltasar Madrid, sostiene que de los 27 hospitales públicos en 16 Estados con los que tienen convenio “todos tienen algún problema”, asegura. La fundación lleva varias semanas apoyando a un par de ellos con el suministro de medicamentos oncológicos.
Flores no ha recurrido a una fundación por ahora. La familia que los acoge ayuda con los pasajes al hospital y otros gastos y, recientemente, una conocida a la que llama señora Brenda le consiguió unos lentes para Cristal.
Brenda Galicia, recolectora de tapas y madre de Emmanuel
Hasta hace poco, Brenda Galicia, de 44 años, era ama de casa. Vivía con su esposo arquitecto y su hijo Emmanuel de 9 años en un condominio de clase media y caseta de vigilancia próximo a la capital. Querían ir a París de viaje. El cáncer cerebral que diagnosticaron a su hijo hundió los planes.
Galicia creó una página de Facebook para recibir donaciones y empezó a reunir tapas de botellas y garrafones. Cuando conseguía una tonelada, las enviaba a reciclar y sacaba unos 4.000 pesos, alrededor de 200 dólares. También se puso a vender pulseras y blusas bordadas chiapanecas en mercadillos. Con lo que juntaban ella y su marido – metido a conductor de Uber tras cerrar su despacho de arquitectura- pagaban medicinas y traslados.
Cada vez que iban al Hospital Infantil de México, Galicia cargaba una mochila de plástico transparente con todo lo necesario: dentífrico, termómetro, gasas y antibióticos. Por si acaso. “¿No hay? Pues tome”, les decía a las enfermeras abriendo la cremallera. “Mi hijo va a tener su medicina”. En ocasiones, la escasez alcanzaba hasta lo más básico. Durante una ronda de quimioterapia en abril del año pasado faltaron las cobijas. “Es que es domingo; nos redujeron el personal y no hay quien las lave”, recuerda que le dijeron. “¿Y yo con qué tapo a mi niño?”.
El Gobierno de López Obrador ha anunciado la rehabilitación de 52 nuevos hospitales y 50 centros de salud para este año y la compra de equipo médico. Esas promesas contrastan con los drásticos recortes de presupuesto. El Hospital Infantil de México se ha quedado sin el personal subcontratado que representaba alrededor de un tercio de la plantilla y el servicio de oncología ha tenido que reducir casi un 30% el número de cirugías. “Tenemos que ser más selectivos en la selección de pacientes que operamos”, afirma el cirujano Pablo Lezama. La promesa del Gobierno de abrir nuevas plazas todavía no se ha materializado.
Emmanuel falleció hace dos meses. Murió en estado vegetativo, poco después de una operación en la que las enfermeras lo amarraron a la cama porque no podía con el dolor. En casa de los padres, el luto tiene forma de pequeño altar con una vela encendida y un mono de peluche. Una miniatura en bronce de la Torre Eiffel, a la que quería subir Emmanuel, preside la mesa del salón.
El matrimonio arrastra una deuda de unos 100.000 pesos, unos 5.000 dólares. “Esto acaba contigo en todos los aspectos”, afirma Galicia. Mientras él intenta recuperar los clientes de su antiguo negocio de arquitectura, ella no ha dejado de recolectar tapas. Tiene un patio trasero lleno hasta arriba de bolsas, a la espera de que un camión las recoja. Ya tienen destinatario. A los 10 días de la muerte de su hijo, le mandaron el caso de un chico con cáncer a quien habían amputado una pierna. “Yo te junto una tonelada”, pensó. “Sé las necesidades que hay”, dice. “La gente se está uniendo. ¿Cuántas familias no han pasado por algo así?”.
Brenda Galicia sujeta la mochila de medicinas de Emmanuel.J. M. C
Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2020/02/10/actualidad/1581295136_012381.html
América del Norte/México/09-02-2020/Autor(a): Notimex/Fuente: www.publimetro.com.mx
Por: Notimex
El pueblo indígena de Amealco de Bonfil, pidió que los jóvenes tengan acceso sin discriminación a la universidad.
El representante del pueblo otomí, Ángel Sánchez Vicente, solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador políticas en materia de educación, salud y seguridad, que beneficien a esta comunidad en Querétaro.
Ángel Sánchez informó que durante la Asamblea de Autoridades Indígenas, que se celebró el pasado jueves en este municipio, fueron diseñadas las peticiones al mandatario federal para entregárselas este sábado en su visita.
En nombre de la comunidad indígena de Amealco de Bonfil pidió crear la Dirección de Educación Indígena del Estado de Querétaro y crear también una universidad intercultural.
“Exigimos acceso sin discriminación a las universidades y escuelas normales, donde se incluya material educativo con perspectiva indígena”.
En materia de salud, solicitó la construcción de un hospital regional de especialidades y en las comunidades clínicas, que haya medicamentos, médicos, ambulancias.
“Queremos también que en el esquema de salud se incluya nuestra medicina tradicional”, expuso el representante indígena.
En cuanto a seguridad, Sánchez Vicente solicitó el fortalecimiento de la Policía Municipal de Amealco de Bonfil y mayor presencia de la Guardia Nacional.
La comunidad indígena de Amealco ofreció su mano de obra para construir puentes y caminos que requieren las comunidades indígenas de este municipio del estado de Querétaro.
Fuente e Imagen: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2020/02/08/pueblo-otomi-queretaro-piden-educacion-salud-seguridad-a-amlo.html
No se trata de las resistencias y desajustes que inevitablemente genera un proceso profundo de transformación, lo que ahora comenzamos a vivir como protestas y conflictos en la educación básica y superior es la reaparición de problemáticas del pasado, irresueltas y agravadas. En educación, el cambio apenas rasguñó la recia corteza neoliberal y corporativa de la SEP y de las escuelas y universidades. En contraste, baste ver lo que hoy ocurre en el terreno de la salud pública. Ahí hay una propuesta radical, se ha establecido el derecho para todos, pleno y gratuito; innovadora, además, puesto que se aleja de la concepción decimonónica que confunde salud con curación, y se pronuncia por la promoción de la salud; el paso de los grandes sistemas hospitalarios a los esfuerzos locales de salud-promoción a cargo de equipos (promotor de salud, enfermero, médico) a escala de comunidad o barrio, que consolidan el paso de la salud individual a la colectiva. Una propuesta completa que incluye una nueva definición del trabajo –promoción local– y un planteamiento laboral que incluye una basificación generalizada y, con eso, –comunidad-empleo–, hace posible la creación de un enorme soporte social que, si incluye rasgos fuertes de democracia, puede enraizarse profundamente y garantizar su permanencia. Y, finalmente, todo esto no como salida a un conflicto puntual, sino por la pura fuerza de la convicción de cambio labrada por años de acumulación de taras institucionales, el reconocimiento del abuso laboral al personal de salud y el fracaso e inoperancia del viejo esquema de atención.
En educación, en cambio, el actual gobierno se mantiene y nos mantiene a todos, en otra dimensión, una realidad alterada. Para empezar, hoy no se reconoce el derecho pleno a la educación y la gratuidad. Y en la propuesta de Ley General de Educación Superior (LGES,Oct. 2019) se dice que quiere volver legal esa situación, al sostener que el “Estado garantizará el derecho de toda persona… a tener la posibilidad de recibir educación”. De esta manera la educación 4T queda por debajo del planteamiento del neoliberal gobierno de Salinas que en 1993 incluyó en la Constitución que todo individuo tiene derecho a recibir educación, y esa frase todavía constitucional no se retoma como base en la propuesta de ley. Peor aún, se establece que serán las instituciones (es decir las autoridades colegiadas o individuales) las que determinen “los requisitos de admisión…” Lo que significa poner el derecho a la educación en manos de instancias que una y otra vez han aplicado restricciones a la matrícula, exámenes del Ceneval, cuotas y condiciones restrictivas para la permanencia. Y significa hacer a un lado la normatividad que ya existe y se aplica para el acceso a las instituciones de los niveles superiores.
Por todo lo anterior, una educación llena de contradicciones y conflictos, sin utopías, con escasos procesos organizativos propios y democráticos, y, peor aún, conducida por actores que claramente no están pensando en cambiar radicalmente de visión y de esquema, sino en mantener lo más posible –así sea generando conflictos entre maestros– las realidades de proyectos del pasado. Es lo que explica la pobreza de miras de los cambios constitucionales y legales, y lo concreto y básico de sus luchas. En todos los niveles. Como la lucha de los estudiantes en 1999-2000 por la gratuidad, un congreso universitario, la permanencia, el rechazo al Ceneval, y de unos años para acá la lucha de las mujeres. Y la lucha de maestros y maestras (CNTE) a partir de 2012 contra una reforma profundamente autoritaria y agresiva, y también, la demanda airada de las y los trabajadores de la UAM que el año pasado mantuvieron una larga huelga y que ayer decidían si iniciar otra por la misma causa: la redistribución del presupuesto universitario para acabar con una enorme diferenciación salarial (una distancia de 20 veces entre el ingreso más bajo y el más alto, cuando antes de la era neoliberal era de seis).
Estos son los efectos de cambios constitucionales y legales que desde 1980 han creado procedimientos que garantizan la menor participación posible de estudiantes y trabajadores organizados y que fortalecen a las autoridades. Se propician distorsiones, corrupción y fuertes conflictos al interior de las instituciones. Habría que apostarle a un proyecto educativo de gran calado para la educación en conjunto –básica y superior–, que incluya, además del derecho pleno a la educación y la gratuidad inmediata, estabilidad laboral, salarios dignos para todos y la creación de espacios de participación democrática amplia de estudiantes y trabajadores universitarios organizados. De otra manera, la educación, una vez más, quedará rezagada y convertida en inoperante por el clima de autoritarismo y la reiterada necesidad de resistir.
América del Norte/México/02-02-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec
Redacción AYAHUALTEMPA
AFP
Al pie de un frondoso cerro del mexicano Estado de Guerrero, una docena de niños ensaya posiciones en una cancha de basquetbol, pero no para aprender a lanzar la pelota sino a disparar las armas largas que cargan a cuestas.
“¡Posición 3!”, grita firme Bernardino Sánchez, integrante de la Policía Comunitaria que custodia 16 pueblos de esta zona de Guerrero: la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de Pueblos Fundadores CRAC-PF, creada para hacerle frente al crimen organizado y con unos 600 integrantes que denuncian la indiferencia del Estado.
La fila de niños, ataviados con cubre bocas y roído calzado artesanal, se convierte al instante en una imaginaria línea de frente de combate cuando se tiran con completa seriedad pecho tierra encañonando con mirada fija al vacío, ante la curiosidad de otros pequeños que alternan el español con náhuatl.
Zona de violencia
Una serie de sucesos violentos han ocurrido por la fuerte presencia de narcotraficantes en esta zona de Chilapa, Guerrero.
Hace una semana, nueve hombres y un menor –músicos y sus ayudantes- fueron secuestrados, torturados y sus cuerpos encontrados semicalcinados adentro de sus dos camionetas, arrojadas al fondo de un barranco.
Las autoridades mexicanas señalaron al cartel de Los Ardillos como responsable, pero para este colectivo eso no fue suficiente y en respuesta cerraron las entradas a varios pueblos, como el de Ayahualtempa, donde ocurre el entrenamiento infantil.
Hicieron también una demostración de la preparación de sus futuros cuadros, algunos de solo 5 años y que entrenan con pistolas de juguete o ramas.
En total, una treintena de niños son entrenados para formar parte de esa fuerza comunitaria que, según sus líderes, resguarda a unas 6.000 personas.
‘Yo quería estudiar’
Los menores de 13 años no participan aún en patrullajes de la CRAC-PF, pero están preparados para detonar sus armas ante alguna irrupción de Los Ardillos, como la de mayo de 2015 cuando secuestraron a más de 30 personas -de las que no se volvió saber- en la cabecera municipal de Chilapa.
Desde entonces, los enfrentamientos entre guardias comunitarios y narcotraficantes no han cesado, provocando incluso desplazamientos.
Cerca de la cancha donde ocurre el entrenamiento, una ranchería luce vacía. En una casa con la puerta baleada, hay ropa, zapatos de niños desperdigados y costales de maíz podridos. El lugar parece haber sido abandonado con bastante premura.
6 MIL
personas son resguardadas por la Policía Comunitaria.Por el acecho constante de Los Ardillos, algunos padres aceptaron que sus hijos se enfilaran.
“Yo quería estudiar, pero como la escuela está cerca de Los Ardillos, me metí a la Policía Comunitaria… me iban a agarrar”, dice convencido pero en voz baja Gustavo, de 13 años, delgado y de tez morena, asegurando sentirse “bien” con su escopeta.
Luis, policía comunitario desde hace tres años, es el padre de Gustavo. Tiene otro hijo, Gerardo, de 15 años, que también aprende a “defenderse y a defender a su familia”, según cuenta durante el entrenamiento sin quitarles la mirada de encima.
“Los niños decidieron apoyarnos en la Policía Comunitaria”, expone Luis, quien también usa un pañuelo para ocultar parte de su rostro. Dice recordar perfectamente el día en que sus dos hijos le dijeron que querían armarse y dejar la escuela.
Las autoridades han reprobado los entrenamientos infantiles y el viernes el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, acudió a la zona por primera vez desde que asumió el cargo hace cuatro años para volver a criticar esa práctica y negociar con la CRAC-PF el levantamiento de los bloqueos de carreteras.
FRASE
Mis hijos tienen más coraje que miedo ahora que saben agarrar las armas. Cuando a la comunidad entren grupos armados, ellos tienen que levantarse y defender también”. Luis Policía comunitario
Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102301874/en-mexico-los-ninos-se-arman-contra-el-narcotrafico
América del Norte/México/Autor(a) y Fuente: www.ruletarusa.mx
Hartos de la violencia y el silencio del presidente Andrés Manuel López Obrador frente a la masacre de 10 músicos indígenas calcinados en su regreso a Tlalyepa, Guerrero, niños se han alistado para integrarse a las autodefensas.
Envuelto en pifias por la ‘rifa’ del avión presidencial y discursos demagogos donde asegura que ‘se ha controlado’ la violencia, la realidad rebasa a AMLO. 2019 es el año más violento en décadas y ahora resurgen autodefensas de niños en Guererro.
La noticia le da la vuelta al mundo con la fotografía de niños de entre 6 a 15 años de edad, en fila, portando fusiles oxidados y rifles viejos, con paliacates cubriendo su rostro quienes se presentaron ayer como parte de las autodefensas en Chilapa, Guerrero.
Medios y portales de noticias locales dan cuenta de la integración de 19 menores de edad a la llamada Coordinadora Regional de Autoridades Ciudadanas-Pueblos Originarios (CRAC-PF), quienes realizaron una marcha en la comunidad de Alcozacán para presentar a los menores que se suman al combate de los narcos en la zona.
Los pobladores de la zona manifiestan hartazgo ante la inacción del gobierno que encabeza el priista Héctor Astudillo Flores, y el gobierno federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador frente a la violencia y asesinatos de los narcos en la zona.
El primer registro de niños autodefensas en Guerrero, ocurrió en mayo de 2019.
Con la política de ‘abrazos y no balazos’ instaurada por AMLO, otros efectos negativos se perciben severamente en Guanajuato, por ejemplo, donde los enfrentamientos entre grupos de narcotraficantes que se disputan la plaza tienen hundido en violencia al estado con mayor crecimiento económico del país mientras los elementos de la Guardia Nacional apenas salen de sus cuarteles para enfrentar a los criminales. Al ser un estado panista, no cuenta con el apoyo federal del gobierno de Morena.
En su primer año de gobierno AMLO ya acumula la cifra con más violencia en la historia contemporánea de México: 35 mil 588 asesinatos. El último año de mandato del repudiado presidente priista Enrique Peña Nieto cerró con 34 mil 655 asesinatos, lo que significa que con el nuevo gobierno de Morena la violencia creció 2.6 %, según las cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La primera vez que se presentaron niños autodefensas en Guerrero fue en mayo de 2019, a través de un vídeo donde exponen sus motivaciones.
“Es nuestra cara contra la de los sicarios, nos matan a un policía comunitario y vamos por 10 sicarios. Fuimos atacados los niños y las niñas que hoy somos sobrevivientes de un ataque sanguinario”, leyó uno de los niños.
En enero de 2019 se registró, en la comunidad de Rincón de Chautla, del municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero, el ataque de 150 hombres armados del grupo de narcotraficantes ‘Los Ardillos’. El saldo fue de 12 muertos y 2 heridos de la policía comunitaria.
Nuevamente este grupo criminal denominado ‘Los Ardillos’ volvió a sembrar el terror el pasado viernes luego que detuvieron a una camioneta con 10 músicos indígenas, del grupo Sensasión Musical, que regresaban a la comunidad de Tlalyepa. Los acribillaron a balazos, los calcinaron y luego echaron la camioneta a un barranco para simular un accidente.
“La indiferencia de AMLO y la 4T ante la masacre de músicos indígenas es evidente. Al contrario del caso de la masacre de la familia LeBarón. El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que habría justicia para la familia y hasta anunció un monumento en su memoria. Sin embargo en la terrible masacre a 10 integrantes de un grupo musical indígena que murieron calcinados, las autoridades de nuestro país no se han pronunciado al respecto”, se recrimina en el portal local de noticias Contrapeso Ciudadano sobre esta nueva masacre ocurrida el pasado 17 de enero de 2020.
Frente a la espiral de descomposición y violencia en México, donde la Guardia Nacional se ocupa de echar violentamente a migrantes centroamericanos que intentan cruzar rumbo a Estados Unidos y no en combatir al narco, AMLO insiste en culpar a los gobiernos anteriores del caos.
Y asegura que el 1 de diciembre de este año ahora sí ‘habrá resultados’. Algo que viene repitiendo desde que asumió el poder hace más de un año.
Foto: Contrapeso Ciudadano
Fuente e Imagen: https://www.ruletarusa.mx/tiroalblanco/autodefensas-en-chilapa/
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