Perú/30 Julio 2016/Autora: Pierina Pighi/Fuente: BBC MUNDO
Perú fue el país con el peor rendimiento académico entre los 65 que tomaron la prueba PISA de 2012, la última de la que se tienen resultados.
Casi tres de cada cuatro alumnos desaprobaron matemáticas, cerca del 70% suspendió en ciencias y el 60% demostró que no entendía lo que leía en esta evaluación tomada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a estudiantes de 15 años.
Es como si el estudiante promedio peruano hubiera llevado ochos meses menos de clase que sus pares latinoamericanos y cerca de tres años menos que los alumnos de los 34 países integrantes de OCDE o países industrializados.
Y sin embargo, el encargado de lidiar con esta situación en los últimos tres años, el ministro de Educación, Jaime Saavedra, es uno de los funcionarios más populares del país.
Tanto que Saavedra protagonizó este jueves algo inaudito en Perú: sobrevivió como ministro al cambio de presidente.
Se va Ollanta Humala, llega Pedro Pablo Kuczynski, sigue Saavedra.
La idea de que Saavedra continúe en el cargo que asumió en octubre de 2013 contaba con un 76% de respaldo según un sondeo entre líderes de opinión de la consultora independiente Ipsos Perú de septiembre de 2015 y difundida por la revista Semana Económica.
Además, según otra encuesta de Ipsos Perú de julio de 2016, casi la mitad de la población aprueba su ratificación.
De hecho, en Perú es difícil encontrar críticas a su gestión. Solo dos congresistas de la oposición la calificaron de «pésima» recientemente.
«No nos parece acertado que se mantengan los ministros del actual gobierno. Estamos en desacuerdo con que Saavedra siga siendo ministro. Ha hecho una pésima gestión, pero tiene una enorme capacidad de propaganda. No ha habido ninguna reforma en la educación y ha tirado por la borda la autonomía universitaria», dijo Mauricio Mulder, parlamentario del APRA.
Su colega Yonhy Lescano, de Acción Popular, también descalificó la decisión de Kuczynski.
«En el caso del ministro de Educación no veo mayor mérito para continuar. Nosotros fuimos a hacer una inspección a los almacenes del sector y vimos millones de libros que no se repartieron para los niños las zonas rurales de la Amazonía. No se dio ningún tipo de explicación», comentó en medios locales.
Graves problemas
Economista con un doctorado en la Universidad de Columbia, en Nueva York, EE.UU., a lo largo de su carrera profesional ha trabajado para el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Cepal, Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Cuando llegó al ministerio de Educación, Saavedra se encontró con las causas de los malos resultados de Perú en la prueba Pisa.
Sobre todo, la educación peruana padecía de poca inversión, profesores sin capacitación y mal pagados, mala infraestructura, material de aprendizaje inadecuado, acceso escaso en zonas rurales.
Faltaban menos de tres años para acabar el gobierno de Humala, el tiempo que parecía iba a tener para hacer frente a problemas que llevaban décadas sin solución.
«Grandes ligas»
Según el congresista Carlos Bruce, elegido por el partido de Kuczynski para la nueva legislatura, el nuevo mandatario ratificó al ministro porque es el primero que «ha estructurado una visión de la educación en Perú».
«Perú no tenía una visión para sacar la educación de la situación en la que estaba. Ahora (con Saavedra) ya se sabe el camino que hay que seguir. Antes no se sabía», comentó.
Esa visión implicaba comenzar a medir la situación del país en relación con los países que estaban mejor.
No en vano, comparado con algunos países de América Latina, Perú no se ve tan mal.
De hecho, aunque aún lejos de Chile, el país quedó igual o por encima del promedio latinoamericano en el Tercer Estudio Regional Comparativo (TERCE), una prueba de ciencias, matemática y comprensión lectora coordinada por la Unesco en 2013.
Pero ese resultando no sirvió para satisfacer al ministro Saavedra.
«Hay muchos países que están debajo de nosotros. Eso qué importa. Creo que lo correcto es compararnos con las grandes ligas, con países a los que queremos aspirar en nivel de desarrollo», dijo en una entrevista en marzo de 2015 con Chicharrón de Prensa, un programa peruano emitido en YouTube.
Más presupuesto
Una de las diferencias entre Perú y «las grandes ligas» era y sigue siendo el porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) que invierten en educación.
El gasto peruano en este sector aún está por debajo del promedio de América Latina y mucho más lejos de los países industrializados de la OCDE.
Pero el gobierno de Ollanta Humala aumentó el presupuesto en casi uno por ciento en los últimos dos años.
Suena a poco, pero es destacable para José Antonio Hernández, presidente de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación y la Cultura en Perú.
Perú espera seguir en este camino y pasar de destinar el 3,9% actual al 6% de su PBI en educación al 2021, como algunos países de la OCDE.
Hernández explicó a BBC Mundo que el incremento de la inversión de la gestión de Humala se combinó con la «ambición de reformar la educación en el tiempo más corto posible» que mostraba Saavedra.
¿Cuáles fueron los resultados?
Más clases
En 2015, empezó el programa Jornada Escolar Completa en Secundaria para aumentar las horas de clase que reciben los alumnos, en 1.600 colegios.
Si antes los estudiantes salían de la escuela al medio día o a la una de la tarde, ahora se despiden de sus maestros a las tres de la tarde.
Según escribió el ministro Saavedra en el diario peruano El Comercio, espera extender el programa a los 8.000 colegios secundarios del país.
Mientras tanto, en primaria, los docentes reciben «clases modelo» para orientarlos mejor y acompañamiento de profesores con más experiencia, según la OCDE.
Además, los niños que muestran los resultados más bajos reciben clases de reforzamiento.
Incentivos a los maestros
El aumento de presupuesto también sirvió para mejorar la infraestructura de algunos colegios, capacitar a sus directores y mejorar parcialmente los sueldos de los maestros en Perú.
En los últimos años, la remuneración de los docentes ha sido baja en comparación con otros países de la región como Chile, donde ganan como mínimo cerca de US$1.500, según la OCDE.
A todos los profesores se les aplicó una «lógica meritocrática», desarrollada durante el gobierno aprista, entre 2006 y 2011, y perfeccionada desde el inicio del de Humala, según escribió Saavedra en El Comercio.
Como resultado, en 2014 y 2015, 55.000 maestros ascendieron en función a su desempeño y a los resultados de los alumnos, y aumentaron sus ingresos, según dijo Saavedra en Chicharrón de Prensa.
Además, se empezó a entregar bonos especiales a escuelas y profesores destacados y a los que trabajan en escuelas rurales o enseñan a varios grados, entre otras medidas.
El ingreso promedio de los docentes subió en un 30% entre el 2011 y el 2015 y alcanzó los US$500 o US$550 al mes.
Pero la cantidad apenas supera el costo de la canasta básica alimentaria peruana de una familia de cuatro miembros, por lo que algunos maestros no están tan contentos.
Insuficiente
Fidel Quispe, secretario de Organización del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación de Perú, reconoce los «esfuerzos» del ministro.
«Pero es insuficiente. Antes ganábamos menos, no lo vamos a negar. Pero seguimos siendo los profesionales peor pagados del país», dijo a BBC Mundo.
El mismo Saavedra reconoce que el salario de los maestros es pobre y cree que debe duplicarse, al menos, según dijo en Chicharrón de Prensa.
Ya no son «culpables»
Sus declaraciones muestran un «cambio de discurso con respecto a los maestros», según José Antonio Hernández, de la OEI.
«Antes se les culpaba (de los problemas de la educación) y ahora el discurso de Saavedra es que hay que apostar por pagarles mejor, por reconocer su trabajo», dijo a BBC Mundo.
«Si se apuesta por los docentes como parte de la solución, se pueden conseguir cambios importantes», dice Hernández, de la OEI. «Creo que vivimos un momento histórico en la educación».
De acuerdo a declaraciones de Saavedra, ese momento debería extenderse para terminar la reformar el sistema: «Todo el cambio puede demorar 10 años», piensa el ministro.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-36851566