Venezuela: La Población Rural Monaguense y el Uso de la Medicina Herbaria como Alternativa Válida ante la Biomedicina

La Población  Rural Monaguense y el uso de la Medicina Herbaria como Alternaativa Válida ante la Biomedicina

Edgardo José Rondón Cedeño

(Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez)

Resumen

La crisis sanitaria que afecta a la población rural del municipio Piar en el estado Monagas (Venezuela) obedece a las adversas condiciones humanas existentes en el contexto sociocultural campesino. La difícil aplicación de la biomedicina, por parte de los médicos egresados de los centros de formación universitaria, a causa de las dificultades económicas y geográficas que dificultan el campesino acceder a ella es uno de los factores que induce al habitante de las parroquias piarenses a consumir las plantas medicinales típicas del municipio, así como someterse al ejercicio terapéutico de sanadores existentes en la región. Estas circunstancias motivaron a un equipo de investigadores a asumir la responsabilidad de sistematizar los conocimientos y las experiencias de algunos de sus habitantes en el campo de la medicina herbaria para demostrar que, a través de la ejecución de este tipo de terapia, los habitantes de las zonas rurales mejoran sus condiciones de vida. Este hecho implica el compromiso de los sanadores/pacientes de respetar la rigurosidad y la concepción epistemológica que la ejecución de esta terapia implica.

Palabras clave:

Piar, biomedicina, medicina herbaria, zonas rurales, sanadores, epistemológica.

Abstract

The health crisis that affects the rural population of the Piar municipality in the state of Monagas (Venezuela) is due to the adverse human conditions existing in the peasant sociocultural context. The difficult application of biomedicine, by doctors graduated from university training centers, due to the economic and geographical difficulties that make it difficult for the peasant to access it, is one of the factors that induces the inhabitant of the Piarenses parishes to consume the typical medicinal plants of the municipality, as well as undergoing the therapeutic exercise of existing healers in the region. These circumstances motivated a team of researchers to take on the responsibility of systematizing the knowledge and experiences of some of its inhabitants in the field of herbal medicine to demonstrate that, through the execution of this type of therapy, the inhabitants of the rural areas improve their living conditions. This fact implies the commitment of the healers/patients to respect the rigor and the epistemological conception that the execution of this therapy implies.

 

Keywords:

Piar, biomedicine, herbal medicine, rural areas, healers, epistemology

Introducción         

El estado Monagas es una región de la provincia venezolana donde se viven situaciones contradictorias desde el punto de vista social y económico. Lo paradójico de su desarrollo social, basado en las características de sus tierras destinadas para la agricultura y lo pecuario, aparte de la explotación de sus riquezas petroleras, debe brindar a sus habitantes la autosustentabilidad suficiente para que su población rural disfrute a plenitud de buenas condiciones de vida. Muy por el contrario, los monaguenses conforman una sociedad deprimida en lo que se refiere a su bienestar económico y sanitario, principalmente.

 

Esa situación se ha venido agravando desde tiempos inmemoriales puesto que estamos hablando de una población campesina que arrastra desde la llegada de los españoles a estas tierras (1492) una serie de calamidades referidas a su salud que ha derivado en una crisis sanitaria de altas proporciones.

Esa crisis sanitaria ha llamado la atención de un equipo que ha dedicado sus conocimientos y experiencias a realizar una investigación destinada a planificar una estrategia pedagógica dirigida a proporcionar a los naturales de ese estado instrumentos de estudio y trabajo que contribuyan a satisfacer domésticamente las necesidades medicinales que requieran a fin de paliar las enfermedades que los aquejan desde la llegada de Cristóbal Colón y de las tripulaciones de sus naves.

Efectivamente, la presencia en los territorios indígenas de personas provenientes de otras latitudes con problemas de salud provocados por virus, bacterias y cualquier tipo de elemento contaminante afectó a l población inadígena que no contaba con los medicamentos necesarios para combatir o evitar las enfermedades provocadas por los roces humanos vividos entre quienes llegaron a estas latitudes (españoles) y los autóctonos que actuaron como receptores de esos elementos (los indígenas).

Luego de una serie de trabajos realizados (documentales, experimentales, terapéuticos…)  por el equipo investigador concluimos en la necesidad de ejecutar, entre los habitantes del estado, un Modelo de Intervención Pedagógica (MIP) del cual se derive una serie de actividades dirigidas a desarrollar en ellos hábitos medicinales que les permitan sanarse y prevenir las enfermedades que desde hace siglos los afectan.

El camino trazado fue el de planificar una intervención pedagógica mediante la cual los adultos de las zonas rurales de Monagas adquieran, apliquen y desarrollen hábitos basados en el uso de la medicina herbaria como complemento o reemplazo de la biomedicina que, hasta las dos primeras décadas del tercer siglo, no ha sido lo suficientemente eficaz para combatir la crisis sanitaria referida.

La propuesta aprobada en el equipo fue el diseño y ejecución de un MIP a través del cual se desarrolle un plan de estudio teórico-práctico que tenga como objetivo sistematizar, a partir de las experiencias y los conocimientos formales o informarles de los participantes, la sanación mediante el uso de la Medicina Tradicional Indígena (MTI), la herbaria concretamente, aplicada por  a la población rural de los campos monaguenses.

Dada la extensión y el número de habitantes del estado Monagas, se decidió seleccionar uno de los municipios donde se dieran las mejores y mayores condiciones para suministrar a sus pobladores la formación y los recursos necesarios de modo que actúen de la forma más responsable y rigurosa posible tanto en la producción, selección y aplicación de las plantas medicinales como en la adquisición, el fomento y el desarrollo de los hábitos medicinales herbarios.

El proceder sistemático de la experiencia debe redundar en el mejoramiento de las condiciones sanitarias individuales y colectivas de la población.

Particularmente y con miras a un alcance mayor de los objetivos de este trabajo se seleccionó a una muestra representativa de la población rural del municipio Piar con quienes se desarrollaron principios tomados de disciplinas relacionadas, entre otras, con la Pedagogía, la Andragogía y la Resiliencia puesto que el MIP se destinó a la formación de terapeutas y pacientes herbarios.

La culminación de la investigación es el reconocimiento y la aceptación de la medicina herbaria como un complemento o una alternativa de la biomedicina de parte del resto de la población y de los organismos de sanidad regionales e institutos de educación superior como una terapia idónea para la población rural.

La crisis sanitaria que padecen los habitantes del municipio Piar del estado Monagas motivó el diseño de una investigación que tuvo como propuesta el MIP para capacitar a los habitantes de la región rural del municipio Piar del estado Monagas (Venezuela) a fin de que sean capaces de confrontar y disminuir la indefensión que los afecta desde tiempos remotos y que se ha agudizado durante las dos primeras décadas del tercer milenio.

Muchos son los factores que inciden en la agudización de esta adversidad. Los resultados favorecen la salud colectiva en la medida en que sus habitantes adquieran conciencia respecto a la existencia de una terapia naturista, centrada en el uso medicinal de la flora regional como recurso que subyace en la tierra y la cultura milenaria heredadas por los venezolanos.

Tres son los módulos imbricados en el modelo: el MIP, el proyecto “De la parroquia saludable al municipio sustentable” (PSMS) y los Protocolos (P). La función de estos últimos es la de blindar, los conocimientos, las acciones y las conclusiones que se logren en la investigación.

El monitoreo de las terapias, las consultas, el trabajo de campo y el procesamiento de las plantas existentes en la mesa de Inozúa (municipio Piar) son las principales fuentes de suministro de datos a partir de los cuales se definieron las necesidades que la población debió satisfacer para recuperar el bienestar y mejorar su calidad de vida. Tres son, también, los productos que proporcionó la investigación en lo que respecta al proceso reivindicativo implícito en el MIP: en primer término, el aspecto formativo de la población logrado a través de talleres sobre medicina herbaria dirigido a sistematizar su aplicación; una dinámica de turismo pedestre a través del cual los participantes reconocerán, identificarán y estudiarán las plantas típicas de la zona; y, como complemento del taller, la edición de la Cartilla Verde de Inozúa, un manual que proporciona al usuario la información teórico-práctica necesaria para el manejo y procesamiento adecuado de las plantas medicinales de la región.

            La educación en tanto que proceso formativo del ser humano se ocupa de este mediante la implementación de dos modalidades generales establecidas: la convencional y la no convencional. La primera es diseñada por el sistema educativo imperante en cada país puesto que en ella se vacía y difunde los objetivos que rigen para la formación del ciudadano conforme a los objetivos de sus leyes y su orientación ideológica; mientras que la informal responde a necesidades e intereses particulares que no atiende, con la misma rigurosidad, la educación formal. En consecuencia, responde más a las demandas de la sociedad que busca completar o complementar la formación ciudadana. No requiere de una formación previa a partir de la cual se promueve al estudiante, es más, en ella tienen cabida, según el objetivo que se persiga, las personas analfabetas, ágrafas.

Justamente, es en este segundo tipo de educación es donde se inscribe el MIP como un proyecto que responde a los intereses y necesidades de una población específica y un aspecto definido: diseñar el MIP dirigido a la población rural piareña a partir de la enseñanza de la medicina herbaria.

En lo que respecta a lo sanitario, en Venezuela, se ha vuelto la mirada hacia la medicina herbaria debido, principalmente, a la crisis socio-económica que hace inalcanzable la biomedicina para los venezolanos de medianos ingresos económicos, tanto en la ciudad como en el campo, situación que se dificulta en un mayor grado en las zonas rurales.

Tal es el caso, de las comunidades del municipio Piar del estado Monagas, en particular las siete parroquias que lo conforman: La Toscana, Chaguaramal, El Pinto, Taguaya, Aparicio, Guanaguana y Aragua Capital, cuyas familias viven en extrema pobreza. De allí la importancia de este estudio, en el cual se presenta como resultado científico el MIP, donde los pobladores de estas comunidades obtuvieron una orientación clara y precisa de cuál, cómo y en cuántas dosis utilizar determinadas plantas dependiendo de la situación de salud que se presente, generando un aporte significativo, para mejorar la calidad de vida de estas personas.

            El objetivo alcanzado fue la incorporación de los habitantes de las siete parroquias a los talleres planificados con la finalidad de formarlos en el uso de la medicina herbaria de modo que esta se transforme en una opción válida o paralela a la biomedicina o medicina científica como medio de combatir la crisis sanitaria que los afecta, cada vez con mayor fuerza, a causa de una serie de factores socioeconómicos difíciles de superar en el interior de un país y una sociedad totalmente problematizados.

            El estado Monagas, como la mayoría de las regiones de Venezuela, está poblado por habitantes de proveniencia indígena y mestiza que han quedado marginados de los beneficios de una renta petrolera desigualmente explotada y disfrutada con todas las implicaciones que este tipo de relaciones sociales impone.

Se trata de un contexto complejo y complicado en cuyo interior se debate el campesino venezolano obligado a sortear todo tipo de obstáculos y riesgos para sobrevivir.

En el caso específico de la medicina se trata de un ciudadano desvalido, involuntariamente insertado dentro de unas difíciles relaciones médico-pacientes sin que exista el apoyo científico y tecnológico necesario para superar las enfermedades y abastecerse de los medicamentos que los tratamientos imponen.

Paradójicamente, este ciudadano, en cuyo ADN se registra rasgos de un mestizaje con presencia de elementos étnicos indígenas y europeos, cuenta entre sus orígenes la práctica de terapias naturistas que, por herencia, costumbre, tradición… emplea a su manera, discrecionalmente, y, aun así, logra paliar las enfermedades que lo afectan frecuentemente, al igual que a sus familiares, tal y como lo hicieron sus ascendentes durante miles de años. Esa curación doméstica se mantiene y transmite de generación en generación hasta transformarse en la solución para sus malestares.

El aparente automatismo con el que se hace presente la curación natural ha traído como consecuencia cambios, modificaciones, alteraciones, improvisaciones, distorsiones en el empleo de la medicina herbaria lo que pone en riesgos sus resultados. Esta es una de las razones por las cuales los mismos pobladores, en las diferentes acciones asumidas durante el trabajo de campo, manifestaron el interés y la necesidad de ser asistidos pedagógicamente para incorporar a su vida la medicina natural, herbaria, de la forma más disciplinada posible.

La constitución del equipo de investigación con la inclusión en él de representantes de las diferentes parroquias piareñas, como enlaces entre el investigador coordinador y los parroquianos, contribuyó a sincerar la visión que se tiene de los conflictos salud/enfermedades, terapeutas/pacientes, biomedicina/medicina herbaria, parroquianos/concejales.

El rol que he asumido como coordinador de la investigación y responsable de las indagaciones, así como el conocimiento/formación adquiridos durante más de diez años de experticia en el municipio Piar y en diferentes estudios de pre/postgrado y de especialización en el campo de la medicina naturista e indígena, nos condujo a la concepción del MIP, el PSMS y los Protocolos (P). Estos últimos fungen en el informe como comodines cognitivos mediante los cuales se ajustaron las debilidades detectadas durante la explicación de las propuestas señaladas.

La ejecución del MIP exigió asumir la pluralidad como un criterio a partir del cual se enfrentó metodológicamente la investigación, se atendió la complejidad temática y delimitó los elementos teóricos planteados como fundamento de los enfoques paradigmáticos y epistemológicos seleccionados.

La diversidad temática facilitó el enfoque de los diferentes tópicos que de las ciencias humanas y sociales se utilizaron para esclarecer conceptos, ideas, enfoques sobre una realidad que debe ser tratada diacrónicamente por tratarse de la existencia de una medicina ancestral que con el correr de los siglos derivó en doméstica sin dejar de conservar su origen natural.

Se recurrió, en consecuencia, a disciplinas científicas y corrientes disciplinarias como la Pedagogía, la Psicología, la Filosofía, la Resiliencia, la Sociología, la Andragogía, entre otras, a partir de cuya operacionalización fue posible conformar un cuerpo de ideas y construir un mecanismo discursivo mediante el cual se abordó lo plural, lo complejo y lo complicado del contexto sociocultural piareño al interior del cual se desarrolló la investigación.

Variables, hipótesis no verificables cuantitativamente, pero sí deductivamente, categorías y teorías derivadas de reflexiones y elucubraciones producto de las lecturas de expertos en la metodología cualitativa, son algunos de los tópicos que conforman este artículo donde se precisa y explica, los elementos conceptuales básicos de la descripción contextual relacionados con lo epistemológico, lo paradigmático, la adversidad sanitaria, el mestizaje, lo parroquial, lo geopolítico, la salud pública, lo ecológico y lo legal.

La puesta en práctica del MIP implicó tomar en cuenta estudios y experiencias ensayados en otros países latinoamericanos a partir de los cuales se adecuaron algunos planteamientos teóricos y aplicaciones comunes a la situación sanitaria venezolana de modo que los resultados y conclusiones de la investigación los hacen factible de ser replicados, previa adaptación a las especificidades de cada caso, en otros contextos regionales, nacionales o continentales.

 

Problema

La fe, la religión y la magia, los chamanes, las tradiciones y las ceremonias indígenas, que ocupaban parte importante en la cosmovisión de nuestros ancestros, aportaron conocimientos, descubrimientos y experiencias curativas fundamentadas en el uso medicinal de las plantas. Desde la historia pre y poscolombina, la cultura aborigen constituyó, y constituye, una fuente de consulta permanente para los europeos y la medicina occidental en general. Por lo que no es de extrañar el que en la actualidad numerosas expediciones recorran las selvas suramericanas, africanas y asiáticas, en busca de nuevas plantas medicinales. Ello ha reactivado, en el campo de la investigación científica, el interés terapéutico de las plantas y los árboles. Esto significa que en el mundo las nociones referidas al uso medicinal de la botánica no han tenido fronteras espaciales ni temporales. En Grecia, Roma, Egipto, India…, en otras regiones y en diferentes épocas de su historia se evidencia esta aplicación para curar diferentes tipos de enfermedades.

En fin, el uso de algunas plantas como agentes curativos y preventivos de diversas enfermedades de los seres humanos, inducen a la mente perceptiva a reconocer la infinita sabiduría del Creador. Las plantas en general y las medicinas en particular no dan evidencia de ser productos de la casualidad, ni de un ciego proceso evolutivo. Su interacción con el mundo animal responde a propósitos inteligentes puestos al servicio de los más sabios designios de la naturaleza. Por eso se aplaude las decisiones recientes tomadas por diversos organismos internacionales y continentales relacionados con la salud, es decir, dar mayor relevancia a la medicina natural.             Tal es el caso de la Organización Mundial de la Salud quien, desde 1977, ha establecido un activo programa de promoción y desarrollo de la medicina tradicional que se basa en gran medida en el empleo de hierbas medicinales y otros recursos naturales. En la Trigésima Asamblea Mundial de la Salud se adoptó una resolución que urge a los gobiernos a dar importancia adecuada al empleo de sus sistemas tradicionales de medicina. Esta resolución despertó notable interés en la comunidad científica, que se ocupa de la salud en todo el mundo, respecto a la valoración de las terapias tradicionales basadas, predominantemente, en las plantas medicinales.

No obstante, vale referir que los resultados de la acción biomédica, ejecutada en corresponsabilidad oficial con el sistema de Salud Pública en Venezuela, han sido desalentadores para algunos sectores deprimidos del país por razones, parcialmente, ajenas a los profesionales que la ejercen. Los médicos que ejecutan estas acciones son, también, víctimas de las críticas condiciones en las que se encuentran los centros de salud, sobre todo, en el sector rural.

Esa carencia los lleva a asumir su trabajo sin contar con la logística científica ni tecnológica mínimas requeridas para responder a las exigencias de una población campesina que tiene comprometida su salud la cual, día a día, se agrava a consecuencia de las carencias económicas del entorno y el desconocimiento de los recientes avances científicos y tecnológicos relacionados con el uso de la medicina.

 

Justificación

Convencidos de tener que confrontar la problemática surgida con los habitantes del municipio Piar respecto a la administración y aplicación de la medicina herbaria, se diseñó un modelo de intervención pedagógica (MIP), orientado hacia lo  cultural (el rescate de los valores ancestrales), lo económico (accesibilidad al tratamiento), lo educativo (brindar conocimiento aplicable), lo ambiental (recuperación y conservación de especies), el cual se sustenta con el  V objetivo del plan de la Patria 2019-2025[1] en cuyo numeral 5 se establece que se debe procurar la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.

En uno de los temas centrales de este documento se indica (teóricamente) que el ecosocialismo como doctrina revolucionaria, como modelo  histórico social se fundamenta en el respeto a los derechos de la Madre Tierra y del vivir bien de nuestro pueblo, desarrollando el principio de la unidad dentro de la diversidad, la visión integral y sistémica, la participación popular, el rol del Estado Nación, la incorporación de tecnologías y formas de organización de la producción, distribución y consumo, que apunten al aprovechamiento racional, óptimo y sostenible de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza.

Desde este punto de vista la presente investigación resultó pertinente y relevante ya que sus resultados constituyen y propician el fortalecimiento de las experiencias y el perfil de los terapeutas herbarios del  municipio Piar y, representa, además, una alternativa para alcanzar con éxitos los beneficios que este saber proporciona, desde el punto de vista teórico-práctico, para la posibles adversidades sanitarias (Covid 19 y sus diferentes cepas, por ejemplo) que se puedan presentar en tiempos venideros, desarrollando y mejorando los perfiles de muchas personas que de manera personal realizan este servicio a la población; así mismo los resultados de este valioso documento será de muchas ayuda para los futuros investigadores.

 

Objetivos

General:

Analizar los alcances del Modelo de Intervención Pedagógica dirigido a la región rural a fin de mejorar las condiciones de la salud y la calidad de vida de la población monaguense.

Específicos:

Explicar las referencias teóricas y filosóficas para la concepción y el diseño del MIP y del PSMS a partir de la Pedagogía, la Andragogía y la Resiliencia como refuerzo de los principios de la Educación No Convencional para la formación herbaria de los adultos rurales piareños.

Indagar sobre los principales problemas de salud en las zonas rurales del municipio Piar y los medios que usan sus habitantes para curarse.

Precisar el grado de conocimiento que, en materia de terapias naturales, tienen los habitantes de las zonas rurales del municipio Piar.

Diseñar un modelo de intervención pedagógica que contribuya a mejorar la calidad de vida de los habitantes del municipio Piar.

Limitaciones                                                                      

 

                                                                                             Respecto al proceso de selección y delimitación del tema a investigar, se propuso reducir el espacio y la cronología que enmarcaron la extensión del estudio. Regionalmente, se ubicó en la meseta de Inozúa como proveedora natural de la flora medicinal del municipio Piar. Tal decisión se debió a la ubicación del municipio al piedemonte del Turimiquire y su organización político administrativa en siete parroquias que, una vez estudiadas su correspondencia y factibilidad respecto a los objetivos del estudio, se seleccionó como el contexto específico que pasó a formar parte del diseño del PSMS lo cual implicó el rescate y revaloración de la parroquia y del municipio como entes políticos administrativos necesarios para la réplica de la experiencia.

Hecha la revisión de la temática seleccionada, se manejó la necesidad de precisar ciertos asuntos que, una vez desarrollados, condujeron a resultados objetivos producto del procesamiento de los datos obtenidos a pesar de no contarse, con los organismos oficiales y regionales competentes, y los instrumentos estadísticos que permitieran el conocimiento exacto de los datos relacionados con la vida y circunstancias vinculadas a la población rural. Por ejemplo, las estadísticas provenientes de censos poblacionales, el analfabetismo, la desnutrición, etc. En su defecto, decidimos visualizar y calcular datos porcentuales.

            Aceptada la complejidad temática, la pluralidad paradigmática y la diversidad metodológica, se destaca las dificultades presentadas en el diseño del MIP y el PSMS cuando hubo necesidad de imbricarlos en forma coherente lo que nos condujo al diseño de los Protocolos como recursos auxiliares a través de los cuales se establecieron las correlaciones correspondientes a categorías y se analizaron las contradicciones surgidas.

Antecedentes de la investigación

El antecedente étnico presente en la población del municipio Piar imprimió pluralidad y complejidad a la visión que se tenía de los nativos de esta región y a los de todas aquellas que, por extensión, ocupan los territorios campesinos de Venezuela y de América Latina. A partir de esta condición se concluye que cualquier iniciativa investigativa que se planifique en relación con aspectos existenciales de esos pueblos, debe contemplar en su estructura metodológica (Cualitativa), esa misma amplitud de modo que el investigador cuente con herramientas adecuadas (Observación participante) a las características fenoménicas (Adversidad sanitaria) y contextuales (Intervención pedagógica) para estudiar el tipo de problema detectado.

La complejidad fenoménica de esta investigación condujo a examinar la obra de Vivian R. Carvajal titulada Modelo pedagógico para el desarrollo de programas educativos con componente virtual, dirigidos a adultos de zonas rurales centroamericanas[2]. Es una tesis que posibilitó la observación de la interrelación entre dos variables de particular relevancia en este trabajo: el modelo pedagógico y su efecto sobre el sector rural latinoamericano. La coincidencia temática se centra en la presencia del “adulto” como un experto del elemento cultural a partir de lo cual se inicia en un proceso de transformación tecnológica (lo virtual como componente pedagógico).

En el caso venezolano, la variable transformación se refiere a los hábitos medicinales de los adultos rurales, quienes, por el efecto de la intervención pedagógica, fueron sometidos a un proceso en el cual los participantes modificaron sus hábitos biomédicos en herbarios, sin que ello implicase el descarte de lo científico; por el contrario, lo que se logró fue la alternancia de lo biomédico con lo natural.

 Carvajal sostiene, por su parte, y en este estudio se acoge su propuesta, de lo relevante que resulta hoy día la atención pedagógica al contexto rural latinoamericano a partir de lo centroamericano. Según la autora, la visión de lo rural ha cambiado: no depende de su comparación con lo urbano. Ya lo urbano marcó al campesino y a su familia quienes viven las vicisitudes de las grandes ciudades con la diferencia de que la asistencia a la población rural es mucho más deficiente y costosa. La investigadora introduce una visión actualizada del mundo rural de modo que lo captemos como un contexto en ebullición afectado por “… la revolución tecnológica, las migraciones y el paso hacia una sociedad de la información (…) permeada por la realidad actual, que repercute en los procesos sociales que gestan su dinámica en el seno de estas comunidades[3]”, y donde la desigualdad social mantiene su vigencia y consecuencias.

Esa concepción de lo rural es uno de los elementos a considerar dentro del trabajo realizado en Venezuela, en cuyo contexto se inserta el modelo de intervención pedagógica pero dirigido al uso de la medicina herbaria no como una novedad, sino como un vestigio que persiste desde tiempos inmemoriales por lo que es factible sistematizarlo y obtener una mayor eficacia en su aplicación.

La visión transformadora y modernizadora planteada por la autora de la tesis, ubicada en la ruralidad centroamericana, lo complementó el grupo investigador venezolano con algunos de los planteamientos expuestos en el Marco y Guía de Oxfam para un desarrollo resiliente[4] donde el autor refuerza el interés implícito en una disciplina cuya aplicación contribuye a transformar la adversidad en éxito. De esta manera se concibió el cambio que el campesino piarense debe experimentar frente a la crisis sanitaria cuyo efecto deteriorara su salud y lo incapacita, parcialmente, para superar su insalubridad, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Ante esta minusvalía, la población asumió como estrategia transformadora que, a pesar de los riesgos que se presenten, el poblador rural actúe positivamente hasta alcanzar los logros que lo beneficien. El objetivo es lograr, a través del empoderamiento de la realidad, una situación sustentable, autónoma y permanente que haga de su vida un mundo de bienestar y prosperidad.

De esta guía se tomó ciertas pautas y recomendaciones para “… el diseño e implementación de programas de desarrollo y respuestas humanitaria a largo plazo, (…) en (…) apoyo a un desarrollo resiliente[5]”. En nuestro estudio, el trabajo de resiliencia se adecuó al contexto específico donde se ubicó la adversidad sanitaria y la transformación exitosa se concibió como “un proceso de aprendizaje continuo”.

La experiencia indica que no hay una fórmula para el trabajo de resiliencia, a pesar de lo cual, existe un consenso creciente de que la adopción de un enfoque resiliente requiere cambios profundos en las formas de trabajar, tanto interna como externa.

Un tercer antecedente que atrajo nuestro interés, específicamente en función del diseño y concesión del proyecto PSMS fue el descrito en el 2013 por Elsa Rosales y su equipo de estudiosos mejicanos quienes trataron un tema propuesto por la OMS. El trabajo se titula “Ciudades saludables: una perspectiva de la Organización Mundial de la Salud y redes internacionales”[6]. La expresión “Parroquia Saludable” nos condujo a una noción cognoscitiva a través de la cual se registró una serie de categorías que deben definirse a partir de datos que expresen la condición saludable de los parroquianos.

Lo interesante de esta propuesta es la amplitud de categorías que retomamos en nuestro  proyecto y del cual extrajimos la denominación de “Ciudad Saludable”[7]  porque a través de él se replantea la idea de no concebirlo como algo monotemático, exclusivo de la salud  “… sino que también toma en cuenta otros sectores y factores que influyen en el bienestar y la salud de la población, en el desarrollo humano y social del ámbito local y de desigualdades sociales, entre otras”[8]. A lo que añadimos lo cultural y lo ecológico.

A partir de la noción “Ciudad Saludable”, concebimos como objetivo de nuestro PSMS reivindicar una terapia subyacente en la cultura mestiza para sistematizar su uso y concienciar a las personas acerca de la eficacia de la medicina herbaria como factor de mejoramiento de la salud expresada en la reducción de los malestares ciudadanos.

Vista de esta forma, se logró que la parroquia iniciara el proceso de transformación medicinal lo cual tiende a superar las deficiencias sanitarias de la localidad y transformarla en una Parroquia Saludable. Alcanzado este objetivo en una primera parroquia, se replicó en los seis restantes de la entidad lo que ha ido transformando a Piar en un Municipio Sustentable.

 

Complejidad temática y pluralidad investigativa

Se diseñó una investigación cualitativa, de tipo etnográfica, con el propósito de presentar el MIP dirigido a fomentar, en los pobladores del municipio Piar afectada por una severa crisis sanitaria, la conciencia necesaria para desarrollar nuevos hábitos medicinales que contribuyan a contrarrestar el referido fenómeno sanitario.

El deteriorado contexto social, económico y cultural del municipio Piar del estado Monagas, fue el detonante que agudizó la indefensión mencionada para cuyo estudio se decidió estructurar dos módulos coherentemente imbricados. Alcanzados los objetivos propuestos, se les entregó a los piareños a fin de que sea replicado las veces y en los lugares que consideren conveniente o necesario: el MIP como instrumento coordinador y ejecutor de otro proyecto: el “De la parroquia saludable al municipio sustentable” (PSMS), ambos, simultáneamente imbricados, en uno solo para lo que se contó con el dinamismo y la operacionalidad previstos en los Protocolos a fin de garantizar la ausencia de fallas en el éxito de la experiencia.

El proceder metodológico de la investigación comprometió al investigador con la obtención de resultados y recomendaciones que  convencieron a los parroquianos implicados en la ejecución de la investigación así como a los funcionarios municipales para que hagan de sus conclusiones y recomendaciones el uso más conveniente y evitar que la crisis sanitaria estudiada se incremente y permanezca por más tiempo entre los piareños con las conocidas consecuencias que acarrea: pobreza, desnutrición, abandono del campo, desempleo, analfabetismo, entre otras.

La consulta a los autores especializados en las áreas de estudio imprimió el carácter documental al informe final cuyas ideas se unieron a la opinión de profesionales vinculados al área medicinal (psicólogos, médicos, biólogos, farmacéuticos, políticos…) quienes, a través de entrevistas semiestructuradas, complementaron los datos obtenidos en ello cual trabajo de campo, en el cual  el investigador asumió diferentes roles: coordinador del equipo de investigación y los de observador participante  lo que permitió alcanzar resultados válidos y confiables, reflejos de una visión integral de los diversos escenarios que conforman  el contexto de la investigación: Universidad Bolivariana de Venezuela, parroquias del municipio Piar, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, UBV-Universidad de la Habana.

La visión integral de la realidad, unida a la sistematización de la experiencia terapéutica desarrollada por el investigador durante la segunda década del tercer milenio y su actuación como sanador naturista, contribuyeron a definir el perfil profesional que acreditó al equipo para investigar social y cualitativamente la problemática foco del presente estudio.

La complejidad del contexto social y humano exigió la realización de un trabajo de campo en el que se aplicó una metodología pluralista. En función de ello, el MIP se valió de los aportes provenientes de diferentes perspectivas epistemológicas y paradigmáticas gracias a las cuales se produjo la imbricación que posibilitó una profundización integral de la crisis estudiada. Ello permitió intervenir las siete parroquias piareñas a partir de la experticia herbaria y de la convivencia rutinaria al interior de una crisis heredada que marcó al investigador y su equipo desde el punto de vista personal, cultural y profesional. De allí que la investigación facilitó la acumulación de una serie de microhistorias reveladoras de un “yo” interior de la realidad humana y social de donde proviene una parte importante de los datos registrados y procesados mediante el ejecútese de una investigación diseñada como un modelo no convencional determinado por su diada estructural en la que convergen los resultados del propio MIP y del PSMS en beneficio de la población, soporte del estudio.

Un hecho histórico necesario de referir fue la debacle indígena que contribuyó a la agudización de una crisis sanitaria invasora, de 1492 a 2021.

La ruralidad persistente en las parroquias piareñas y la adversa situación sanitaria que afecta a sus habitantes se ha prolongado desde la época de la conquista sin que esos hechos oculten  los esfuerzos realizados por el talento humano de la región de donde han surgido propuestas, expuesto ideas y diseñado proyectos tendientes al mejoramiento de estos sectores abandonados sin que se haya materializado el apoyo oficial necesario para impulsar en estos sectores nuevas políticas de atención y servicios requeridas en pro del mejoramiento de su calidad de vida.

Fue la experiencia al desarrollar esta investigación en calidad de observador participante y como coordinador del equipo estructurado entre un grupo de residentes lo que permitió vivenciar la realidad de estas comunidades, sobre todo en el sector salud, donde el deterioro de los espacios está a flor de tierra y donde se observó la actitud positiva de la población dispuesta a atender sus necesidades básicas. A esta disposición humana se debió, en parte, el éxito alcanzado por los ejecutores del MIP y lo que facilitó, por una parte, la superación de las limitaciones humanas y materiales constatadas in situ; y, por la otra, fortalecer la creatividad a fin de conservar una vida saludable a través de la participación en nuevas experiencias endógenas, sin mayor influencia exógena, para alcanzar autonomía en la gestión de la salubridad deseada.

Destaca que en este último aspecto se ha mantenido el funcionamiento de las unidades de producción en sus propios espacios: conucos, crías, entre otros, para garantizar su alimentación como elemento de su economía y reservorio del cultivo y cuido de la vegetación silvestre necesaria como botica natural para la atención y cuidado de la salud de la población.

No obstante, se observa la deficiencia marcada en las vías agrícolas por parte de los entes gubernamentales quienes, en lugar de facilitar los esfuerzos de la masa campesina en pro de la superación de la crisis sanitaria que los afecta, les dificultan el acceso como productores lo que los obliga a ingeniárselas para lograr que los productos lleguen al mercado local. Sumemos a los deteriorados y hasta inexistentes corredores viales, la escasez de combustible.

A este problemático cuadro se añadió la afectación de las áreas prioritarias para la seguridad social de la población: la alimentación, las medicinas, el desempleo que subió de manera desproporcionada y acarreó la desaparición de las pequeñas empresas.

A causa de la situación descrita, la alcaldía municipal se ha convertido en la única fuente de trabajo para los trabajadores que consiguen contrataciones cortas (tres semanas) con una pésima remuneración.

Lo crítico del panorama se agravó a partir del momento cuando la desatención sanitaria comenzó a afectar los productos de la cesta básica lo que perjudicó directamente a las personas, sobre todo, a la población infantil que moría a causa de la desnutrición en los hospitales, o a las parturientas a quienes solo se les suministraba orientación médica sin control periódico, agravado esto por la ausencia de los insumos necesarios para atender los partos.

La historia de los habitantes del municipio Piar demuestra cómo sus habitantes fueron víctimas de la absurda y difícil situación que llevó a la población a consumir temporalmente yuca y ñame como únicos nutrientes con los que se pudo paliar la escasez alimentaria. Este fenómeno se observó cuando fueron desapareciendo de las estanterías de los comercios y puestos de mercados productos indispensables como el maíz, las harinas de maíz procesadas, el pan de trigo… que fueron siendo sustituidos por otros productos fundamentalmente vegetales como los tubérculos señalados.

Súmese a ello las deficientes políticas de control sanitario que aumentó las emergencias por mordeduras de serpientes, alacranes, algunos envenenamientos por yuca amarga que llegaban a los mercados como yuca dulce; aunado al difícil acceso para llegar a los lugares de atención médica. Solamente, en momentos de agitación política por procesos electorales diversos ha sido posible recibir la ayuda necesaria.

La presencia de elementos doctrinarios, conceptuales y conductuales con una visión política definida desde las altas esferas gubernamentales que se han ido desarrollando en el país han afectado el sistema educativo, político, económico y sanitario porque es allí donde se siente el peso de las limitaciones del campesino involuntariamente sometido a modelos de gobierno diseñados para manipular y controlar las necesidades de la población.

Esta situación se agravó con la corrupción desarrollada en los entes responsables de suministrar los requerimientos necesarios para la población lo cual se observó en la actitud irresponsable de quienes dominan o justifican presupuestos oficiales sin propósitos claros, alejados de la creación de políticas municipales destinadas a superar las viejas estructuras locales sin ni siquiera preocuparles su proyección política futura.

Se hace referencia a los modelos interactivos entre la necesidad real y las potencialidades existentes como, por ejemplo, el empleo del talento humano local, dispuesto a ser capacitado y actualizado dentro de sus propias realidades, es decir, del intercambio de saberes, sin alterar el modo de sobrevivencia. Gracias a la actitud positiva de los piareños se hizo posible el establecimiento de lazos de interculturalidad desde cuyas visiones de la realidad proponen salidas para el rescate de estos espacios.

Es al interior de ese cuadro de contradicciones sociales, económicas y políticas, de donde surgió el proyecto “De parroquias Saludables a Municipios Sustentables”, diseñado e imbricado con el MIP con la intención de superar las limitaciones referidas en beneficio de los piareños. Este es el deber ser de toda política intercultural, educativa y sanitaria: comenzar por comprender “al otro”.

En las visitas hechas a algunas comunidades de las parroquias piareñas se presenció situaciones complejas para ser atendidas surgidas entre algunas personas analfabetas, profesionales o con experiencias otros, pero todos, con deficiencias y muchas limitaciones en su cultura sanitaria, en fin, con una calidad de vida desmejorada. Este panorama social se complicó al incorporar a este estrato social a profesionales jubilados provenientes de otros estados que se residenciaron en este municipio para huir de enfermedades y epidemias que amenazaban su vida.

Los encuentros parroquiales realizados durante la investigación tuvieron como escenarios sitios públicos donde se pudo constatar la puesta en práctica de técnicas medicinales naturales por parte de los pobladores, especialmente, las de origen herbario dirigidas a la sanación de las enfermedades de algunos de los asistentes. Este tipo de terapia es un saber no “invisible”, inexistente, para el profesional de salud que, ha visitado ocasionalmente estos lugares e, inclusive, para otros cuyo contacto con varios grupos ha sido más intensivo. Ambos, a pesar de ese tipo de experiencia, siguen trabajando la salud ignorando cómo en la cotidianidad de los pobladores rurales subyacen saberes terapéuticos ancestrales que persisten y siguen utilizándose como efectivos medicamentos naturistas para aliviar los quebrantos de salud de la población rural.

Estas anécdotas generaron interrogantes entre los asistentes a cada encuentro intercultural voluntario. En ellos, los presentes se preguntaban, por ejemplo ¿cómo esta práctica, con solo propiedades medicinales naturales, herbarias más exactamente, sana y salva vidas en estos espacios de por sí deprimidos?

En su tácita respuesta se comprende la anomia reinante entre quienes coordinan las escuelas, los dispensarios, las misiones Barrio Adentro, los espacios deportivos con “bailo terapias”, los Centros de Diagnóstico Integral (CDI): indiferencia total entre el personal que administra recursos oficiales para el sector sanitario, hoy en estado de completo abandono, sin despertar interés alguno en su reestructuración.  Se observó, por ejemplo, que, en algunas parroquias, sobre todo, las más pobladas, existen centros de formación académica y sanitaria (preescolar, escuelas básicas, liceos, universidades, farmacias y comercios) que han sido modificadas y reestructuradas como expendios comerciales de productos de primera necesidad para los sectores de mayor densidad poblacional ociosa, mientras en las comunidades campesinas no se cuenta con este tipo de infraestructura reformadas comercialmente ni con esos servicios.

La situación referida permite apreciar las características de las interrelaciones establecidas entre las poblaciones rurales y urbanas, así como explorar el grado de responsabilidad que deben cumplir las instituciones en áreas como la formación (escuela) y la salud (CDI), medicatura, y otras que, con el tiempo, solo han existido para camuflar políticas de estados, pero sin contar con las condiciones básicas para atender emergencias y enfermedades de cualquiera de los habitantes del campo.

Hablamos, en términos generales, de los centros rurales de salud llamados dispensarios o medicaturas en el siglo XX que hoy, en el siglo XXI, han cambiado de nombre y apariencia, aunque en la realidad, el sistema de trabajo continúa siendo el mismo al igual que el equipamiento logístico y el número deficiente de personal que labora. En el mejor de los casos, cuentan con un médico y una enfermera, personal en el cual se hace evidente las deficiencias culturales y profesionales, ejerciendo una dañina política de mutuas acusaciones y escasa competitividad para asumir las responsabilidades inherenees al cargo que desempeñan.

Al interior de esta situación humanitariamente delicada, surge, entonces, otras cuestiones: ¿De quién hablamos? ¿Quiénes son los directamente afectados?

 

El contexto geohistórico

 

Del indígena al mestizo

En plena zona montañosa del municipio Piar se constata la existencia de Inozúa, cuna de indígenas aguerridos de la etnia Caribe, y en la actualidad uno de los espacios donde se ubica el mestizo, ser humano producto, en principio, de la simbiosis étnica de los elementos indígenas, europeos y africanos.

El mestizo, afirma Bracho[9], es un actor social determinante dentro del contexto latinoamericano originado y sustantivado a partir del siglo XVI, una vez avanzados los procesos de conquista/colonización europea y consolidada la dominación occidental impuesta a las colonias españolas habitadas, inicialmente, por indígenas, luego por españoles y, finalmente, por africanos. Las causas de este mestizaje son variadas y comunes a los países de nuestro continente: ideológicas, de reproducción, poder, económicas…

Bracho explica cómo esa denominación, junto a la de mestización, se conjugan al interior de una paradoja, si se quiere, epistemológica, entre lo continental y lo occidental a lo cual se quiere pertenecer sin renegar de su pasado:

El mestizaje al que me refiero en esta oportunidad -afirma- forma parte de esa mundialización dentro de la occidentalidad. La recurrencia a Occidente y sus inherencias no se encuentra atada sólo a las ejecutorias relacionadas con la conquista y la colonización de América. Esto es así porque el reclamo de occidentalidad es una constante entre una gran porción de letrados y ensayistas hispanoamericanos, los que si bien es cierto reconocieron el mestizaje como una peculiaridad continental hispanoamericana, no lo es menos su fuerte disposición por demostrar el carácter fuertemente occidental de América[10] (SI).

Ante la existencia de este sincretismo biológico y étnico, Bracho[11] precisa que

la importancia otorgada al mestizaje, como categoría histórica o corte de la realidad, no confluye únicamente con el firme propósito de establecer un hecho histórico, cuyo filón de mayor trascendencia se encuentra en la constitución de un nuevo actor social. Quizá lo más importante sea su vinculación con Occidente cuyo gozne de articulación se presentó por medio del mundo ibérico, con el que América Latina, se ha pensado, ingresó a la civilización occidental[12] (SI).

Ese mestizo, genéticamente occidentalizado, representa en la actualidad, junto a los pueblos originarios que aún persisten en nuestro país, la cultura indígena. Su mayor y más conocida expresión dentro del presente estudio son, entre otros elementos culturales, los vestigios de un pasado que no ha perdido vigencia: el suministro de terapias y medicamentos botánicos.

La persistencia de la medicina natural indígena en comunidades mestizas resulta un paliativo a una crisis que afecta el sistema de salud en los sectores populares, hábitat social (rural, marginal, periurbano) donde reside ese mestizo a quien no llega la medicina profesional, sea por la falta de atención oportuna a los enfermos, por la incapacidad de cubrir económicamente la terapia biomédica o por la desinformación/silencio que respecto a este tipo de medicina están sometidas las comunidades rurales.

Históricamente el término mestizo deviene de largos y complejos procesos como la colonización, occidentalización, transculturación, globalización, mercantilización… donde el accionar de este actor social se proyecta hacia el mundo con perfil continental propio, desde Latinoamérica con la deliberada intencionalidad de que el sentir hispano persista epistemológicamente en el sustantivo/calificativo señalado.

Considerando la presencia de la tríada indígena-blanco-negro, en ese orden cronológico según su presencia en nuestro continente, se razona que “…el mestizaje latinoamericano no se restringe a la mezcla de dos elementos en el imaginario de la nación; siempre se conjugan las tres imágenes originales”[13]. De esta forma se entiende y trata al piareño, como descendiente de ese personaje que sincretiza en su perfil humano lo complejo de los procesos por los que ha transitado aquel indígena dentro de su propio territorio, resultando transformado, al final de los ciclos históricos transcurridos, en el tronco latinoamericano en cuya genética cultural está su ADN indígena, europeo, africano…

En principio, los pueblos originarios que aún subsisten entre nosotros al igual que sus descendientes, que provienen de la mixtura indígenas-europeos y que, iniciada la inevitable convivencia a partir de 1492, procrearon nuevas generaciones producto del cruce inconsciente y descontrolado de las relaciones de reproducción entre actores de dos mundos, tienen su representación en un personaje que aparece en el escenario latinoamericano como un factor social que reproduce una vida estigmatizada contra lo cual ha luchado desde su aparición en el campo de lo social, cultural, sanitario, religioso, económico y  político.

Una relación contradictoria se establece históricamente entre la significación epistémica presente en la cosmogonía indígena y el carácter occidental de la cultura europea. A efectos de comprender su evolución en el continente americano, se hizo concibió al mestizo como la expresión sincrética de una etnicidad presente en seres provenientes de pueblos con una concepción diferente de la relación hombre/universo. Esta relación repercute en la dispar y dialéctica concepción que se expresa en la diada medicina ancestral/biomedicina. De esta forma se disuelve la contrastante interacción entre dos terapias surgidas después de 1492 entre los españoles y los autóctonos de América.

Un elemento a destacar en el contexto histórico descrito, como un rasgo cultural propio de ese mestizaje, es la paradoja sanitaria en cuya raíz subyace el paliativo de una práctica terapéutica que ha impedido el exterminio de las poblaciones originarias y de sus descendientes: la medicina natural indígena, en este caso, la proveniente del uso de las sustancias activas contenidas en la flora regional: la herbaria.

Basado en lo expuesto, concluimos que el mestizo comienza a generar, desde los primeros tiempos de la dominación europea, una problemática social y sanitaria que sobrepasa los límites regionales pero que al mismo tiempo se enraíza de modo tal que cuando se evidencia en una región como el municipio Piar es porque se transforma en un rasgo común a todos los pueblos en vías de desarrollo que cuenta en sus orígenes con una población indígena. Esta condición hace cada vez más crítica la problemática de la salud mestiza en la medida en que se establece en un entorno ambiental que exige hurgar en las fuentes originarias de la identidad y el comportamiento social del venezolano a fin de no caer en racismos inexistentes.

Las diferencias al interior de esa mezcla se unifican voluntariamente, sin diluirse, al punto de que el padecimiento sanitario, producto, fundamentalmente, de las inequidades sociales y económicas, es expresión del conflicto étnico original en una región que sufre las consecuencias del desequilibrio social, cultural y humano que hacen del mestizo un ser marginado de los avances científicos y culturales.

Confrontamos esta realidad, con la intención de deshilvanar de los documentos consultados los datos específicos respecto a los dos elementos de estudio contemplados en el plan de trabajo, intervención pedagógica/medicina ancestral, exige tacto para incorporar a la tesis información que aclare el camino hacia la fusión de estos dos componentes de dicha investigación en un solo objetivo: contribuir, desde la pedagogía, a que la población del municipio Piar desarrolle hábitos terapéuticos herbarios gracias a lo cual lo natural deviene en alternativa frente a lo científico, es decir, la biomedicina.

De esta forma se concibe el MIP como agente modificador de una conducta colectiva/individual y las prácticas terapéuticas ancestrales basadas en conocimientos/experiencias sobre la medicina tradicional indígena, como principio y estímulo para el desarrollo de hábitos medicinales herbarios, de modo que su ejecución terapéutica se multiplique como vía conductora de los piarenses hacia una zona de bienestar/salud permanente, autónoma y segura gracias a la riqueza botánica de este reservorio ecológico de la mesa de Inozúa.

Desde el cruce indígena-europeo y bajo esa novedosa investidura étnica, el mestizo, conoce una existencia sometida por quienes los engendraron y explotaron junto a los esclavos, en el espacio de inmensas plantaciones, haciendas, fundos… cuyos propietarios son, generalmente, sus amos.

No obstante, esta vida limitada, prejuiciada religiosa y socialmente, el mestizo penetra el mundo de los criollos, de los blancos, hasta protagonizar rebeliones y reclamos de sus derechos.

Del mestizo al campesino

Esta mecánica social ubica al mestizo en el campo, la zona rural, donde adquiere y desarrolla una conducta campesina apegada a la comercialización de los productos agropecuarios, como caporal o peón que, con el correr del tiempo, crece y mejora en proporciones importantes y adquiere derechos, aunque limitados por los grandes propietarios; allí se desarrolla la familia, dependiendo de lo que le depare el propietario: al hombre, el trabajo en el campo; a la mujer e  hijos, el de la casa, el básico cultivo de la tierra y de la cría.

Los pobladores nacidos y crecidos en el campo, conforman familias caracterizadas por contar con numerosos miembros cuyas cortas productividad y longevidad la determinaban las precarias condiciones de vida, desprotegidos, víctimas de la descontrolada explotación de los amos de las haciendas.

El transcurrir existencial de la familia campesina ha sido en masa. Un desdibujado conglomerado humano enclavado y desparramado en tierras ajenas por las que dieron la vida sin alcanzar su propiedad, donde las mujeres y los niños compartieron espacios muy limitados realizando actividades domésticas muy específicas. Junto a ellos, mezclados en la sobrevivencia, actuaron lo que resta de los pueblos originarios, los mestizos y los afrovenezolanos derivados de la arruinada clase obrera.

Muchas de estas familias migraron, en principio, hacia los poblados y caseríos cercanos donde probaron, sin éxito, tener una mejor suerte. Insatisfechos e indeseados, algunos de estos venezolanos continuaron, sobre todo durante la segunda década del milenio, su ruta migratoria hacia las ciudades, donde han ido, poco a poco, invisilizándose y despertándose en medio de una pesadilla mayor: marginados, execrados, habitando o fundando barriadas donde predomina la ley del más fuerte, la droga, la delincuencia y tantas otras calamidades producto de la violencia reinante y de las inequidades sociales, culturales y económicas.

Hoy, en pleno siglo XXI, esa migración sobrepasó las fronteras nacionales y se lanzó al continente o, mejor dicho, a los cinco continentes, donde los calificados brindan sus conocimientos y experiencias, mientras que la mayor parte de ellos se aferran a vivir fuera del país sin preocuparles dónde, cómo ni hasta cuándo, los riesgos y peligros que deben afrontar para ser aceptados como ciudadanos o para establecerse por cualquier medio. A merced de las legislaciones extranjeras que decidirán si tienen derecho o no a vivir en medio de una sociedad prestada contaminada de xenofobia.

Mientras, allá, en el campo de origen, quedó una población en “sus” tierras, “sus” territorios y su forma particular de ser, en su mundo rural, donde subsisten gracias a la precaria producción agropecuaria que aún practican y sometida a las desigualdades circunstancias sociales, económicas, políticas y sanitarias. Allí medran, envejecen, depauperados y enfermos los campesinos, en las regiones rurales.

Del campesino al parroquiano

Paradójicamente, esas condiciones de vida, heredadas de la conquista, colonia y dominación españolas, los absorbió y les insufló identidad: los campesinos y su hábitat fueron ruralizados. Las vicisitudes del campo moldearon su unión y rebeldía alrededor de una institución explotadora y benefactora pero sólida como para generar en ellos solidaridad y empatía dentro de la problemática social que comparten: la Iglesia católica que se fue haciendo la “defensora”, no sin intereses, contra la explotación, la injusticia y los desmanes provenientes de los amos de las tierras. Es importante referir la existencia de esta institución religiosa porque, en la evolución histórica de la población se transformó en un factor solidario con el campesino ya que se asoció a los propietarios, políticos, colonos. En fin, abre su casa parroquial a todo aquel que busca el consejo oportuno, la ayuda necesaria, la limosna del día, confesar sus inquietudes y sueños de los que habitan el campo.

Se produce, en consecuencia, una transformación social, política y religiosa importante que se expresó en acciones de rebeldía y protesta por parte de los parroquianos quienes, estimulados por el apoyo de la Iglesia, se hacen sentir y avanzan, tímidamente, en su desarrollo social y económico.

En esta retrospección histórica se visualiza, desde hace siglos, al parroquiano en un contexto de marcadas restricciones sociosanitarias, un cuadro de indefensión originado al calor de la conquista, cuando los europeos detectaron la existencia de los pueblos indígenas. Desde su perspectiva y equivocados, como Colón, quien no supo a qué parte del mundo había llegado, iniciaron una convivencia violenta y arbitraria que, además de nuevos descendientes, desencadenó una de las mayores crisis de nuestra historia provocada por las enfermedades preexistentes en ambos pueblos.

Sobre la base de lo antes expuesto, se centra la mirada hacia el estado Monagas, donde se constata la existencia de siete parroquias del municipio Piar, rodeadas de la cordillera montañosa o el macizo del Turimiquire, zona privilegiada en cuanto a la biodiversidad que lo puebla y a la flora medicinal que cubre parte importante de su suelo. Estas dos condiciones influyeron de forma contundente en la selección de la referida localidad como contexto de la investigación realizada.

Se habla de la región rural donde habita el adulto descendiente de los pueblos originarios. Es el universo humano sobre el cual gira la investigación. Se valora en ese adulto el conocimiento, la praxis, la experiencia y la memoria histórica heredada de sus ancestros y retransmitidas a las nuevas generaciones. Son los habitantes de los campos en cuya subyacencia mora la terapia herbaria como el paliativo destinado a reducir, a través de sus hábitos medicinales, la adversidad sanitaria del hombre piarense.

Especificando aún más, se propuso como parte estructural de la investigación el recorrido pedestre turístico-formativo por las zonas geográficas antes mencionadas porque en ella está Inozúa, donde se concentra una serie importante de la botánica medicinal entre otros espacios naturales que resaltan y llaman la atención de residentes y visitantes; también, por el valor étnico y cultural que significa esta zona montañosa considerada núcleo sagrado y ancestral de los habitantes originarios que otorgaron al agua de la laguna, sembrada naturalmente en ella, un valor milagroso, curativo de sus males, al punto de denominarla Laguna de los Milagros; y otro, por la ubicación a su piedemonte de las siete parroquias que constituyen el escenario nuclear de la investigación.

La trascendencia del reservorio ecológico Inozúa, a cuyo pie se desarrollan siete parroquias, se basa para los piarenses en el potencial medicinal. De allí provienen las plantas que calman los malestares que los afectan, crecidas silvestremente o sembradas, cultivadas y empleadas en el jardín, el huerto, el conuco, el monte.

Rescatar lo que en esa sociedad subyace como conocimiento/práctica de la medicina natural es la vía por medio de la cual se propuso demostrar que es posible paliar, reducir, los efectos negativos de la adversidad sanitaria antes referida.

La crisis foco de la presente indagación exigió intervenir para cooperar en la superación de las causas que están en el origen de las adversidades que en estas tierras se han generado. Esa intervención se traduce en confrontar situaciones de depresión y depredación como las que impactan negativamente la calidad de vida de los habitantes rurales, los desfavorecidos. Esa es la intención del MIP.

Ante la realidad descrita, es necesario analizar los dos factores que originan la crisis social producida: la situación de indefensión sanitaria que afecta a los campesinos del municipio Piar y la persistencia de la medicina herbaria entre sus habitantes. De esa reflexión surgió la necesidad de diseñar el MIP como atenuante de los males que deterioran la calidad de vida campesina.

El MIP estuvo dirigido a la comunidad piarense que actuó como paciente y/o terapeuta herbario, con la intención de que sistematicen esta práctica medicinal, natural y holística como la alternativa de la biomedicina y de las medicinas alopáticas a las cuales los habitantes de este municipio no tienen la posibilidad real y oportuna de acceder a causa de las desigualdades económicas y sociales que privan en la colectividad.

Lo intercultural: una visión integradora

La simbiosis étnica descrita y el accionar de los actores que, a partir del mestizo, ocupa importantes espacios en Venezuela, nos condujo a una explicación  histórica que sirvio de apoyo a la investigación por lo que el trabajo de indagación se centró en un enfoque intercultural de intervención pedagógica para la transformación sanitaria de un sector (rural) que padece una aguda crisis en una entidad saludable (parroquia) para, luego, extender lo saludable hacia otras parroquias hasta construir un municipio sustentable, lo cual redundará en beneficio de la salud estadal.  Se trabajó, por lo tanto, desde el campo hacia las parroquias y desde estas hacia el municipio, ente que, desde una perspectiva proyectiva, le da permanencia y organicidad a los resultados del MIP y al PSMS con el apoyo de los protocolos.

Esta acción, coordinada y rigurosamente replicada en los municipios del estado, iniciaron un proceso de transformación de Monagas en una zona de bienestar permanente, donde, lejos de fomentarse la conflictividad entra como aliados por el bien común de los habitantes quienes tienen el pleno derecho de disfrutar la vida del campo en un ambiente saludable y próspero.

Previo a ello, cabe recordar que ya existe y se viene desarrollando a nivel internacional y, por supuesto, nacional, toda una normativa con la finalidad de sentar las bases de la interculturalidad sanitaria en las políticas de salud. En este sentido, el denominador común de lo que se entiende por interculturalidad gira en torno al respeto a la identidad como al patrimonio ecológico de las zonas rurales y al diálogo a nivel discursivo que, en la práctica, se expresa como una estrategia para disminuir las brechas existentes en los servicios de salud tradicionales a fin de trabajar mancomunadamente en pro de la salud natural, salud consciente, salud ancestral, salud ecológica, entre otras, sin descuidar el posicionamiento de la medicina occidental, es decir, la biomedicina. Se habla de respeto y valoración de la diversidad cultural, no obstante, el tema del reconocimiento a los agentes de la medicina tradicional sigue pendiente.

Respecto a la relación entre la interculturalidad y el mejoramiento en los niveles de vida sanitaria en las poblaciones rurales, existe un marco conceptual en el que se destaca los derechos, tal y como lo indica Plasencia:

(…) la interculturalidad en salud implica: La búsqueda de estrategias conjuntas para abordar la salud teniendo en cuenta las diferentes culturas que habitan en un país consideradas actores sociales con los mismos derechos ciudadanos en un contexto de equidad política, económica y cultural, sin ningún tipo de discriminación, especialmente con los indígenas, que son los más excluidos y marginados[14]. (SI)

El llamado a la interculturalidad en salud genera muchas respuestas. Por ejemplo, al trabajar con comunidades rurales en el caso del municipio Piar, se habla de un mestizaje entre indígenas, europeo, africanos y criollos, reconociéndosele a los primeros la vigencia de las tradiciones en cada una de sus prácticas diarias, por ejemplo: trabajar la tierra para su sustento, la caza, la pesca, las labores artesanales, la recolección de frutos y de plantas que le sirven de alimentos y de tratamientos para cualquier enfermedad.

Medicinalmente, resulta inevitable los cambios de actitudes, de conductas, de paradigmas entre las diferentes terapias lo que conduce a afirmar que es indispensable eliminar los prejuicios. Por ejemplo, al relacionar las actitudes de los terapeutas observamos diferencias necesarias de transformar. En el caso de una determinada consulta con un biomédico, se dice: – “Tú padeces tal enfermedad, y yo solo me voy a ocupar de curártela con tales medicamentos, o tu cirugía tiene unos costes determinados una determinada cantidad de dinero (bolívares/ dólares)”.  En cambio, en la consulta con un terapeuta herbario, el discurso sería: – Tratemos de prevenir, que nadie más se enferme por no estar bien nutrido/a; o, vamos a educar para que utilices este tipo de medicina naturista; o fortalezcamos ese saber que en muchas partes de estas localidades sigue siendo un tabú lo que produce temor a tener reacciones negativas.

Pedagógicamente se tiene que llegar a estas comunidades para demostrar a los pobladores que no hay riesgos en utilizar la medicina tradicional, siempre y cuando los intercambios saberes y técnicas entre ambas terapias, la ancestral y la biomédica, sea para promover la salud según las estrategias de atención primaria como lo indicó la OMS, en 1978.

Sobre lo que se insiste es la propuesta a un entendimiento cultural que reconozca el derecho de todos a trabajar por la salud, cuidándonos entre todos, con inclusión de las parteras y expertos tradicionales de cada cultura, y pongámosla al alcance de los municipios y de la sociedad a través de las redes sociales. De esta forma, se logrará que la salud sea un servicio asequible a toda la población, sin desigualdades.

La propuesta intercultural consiste en lograr que ninguna cultura desprecie, ni se imponga, a la otra, como ha venido sucediendo desde que la occidentalización se apoderó de nuestro continente como la verdadera y única visión de mundo válida, gracias a lo cual la medicina profesional es la reconocida para que sus expertos diseñen y decidan el excluyente régimen sanitario impuesto.

Esta polémica se ha ido extinguiendo en la medida en que la población ha hecho visible la ineficacia sanitaria que, por razones diversas, existe en las zonas donde la biomedicina no llega ni permanece. Ante lo cual, por iniciativa de la OMS se ha decidido e impuesto criterios de validación de la medicina ancestral como vigente y necesaria de ser respetada, sobre todo, en los países subdesarrollados.

Esta decisión parte de la discriminatoria posición de la medicina científica, como cultura dominante, según la cual colonizar significó ignorar los valores, la técnica, la ciencia de las culturas colonizadas, para imponer un sistema diferente: el suyo.

En consecuencia, al observar y escudriñar la realidad humana venezolana, surge la interrogante: ¿cómo un país con tanta política de gestión pública prospectivas, mantiene a las comunidades desasistidas, en total abandono?

Un ejemplo palpable de cómo los intereses privados de los grupos de control internacional se hacen presentes en la actuación oficial respecto a la pandemia del Covid19: mientras en el mundo se registra el desarrollo de políticas dirigidas acertadamente a la inmunización de la población para protegerla, en nuestro país, las controversias políticas y los intereses grupales no permiten el diseño y aplicación urgente y gratuita de un plan de vacunación nacional. Entre tanto, el tiempo transcurre en controversias insensatas y la población se contamina y muere por centenares.

De las visitas realizadas por el equipo a diferentes lugares, con la intención de intercambiar y compartir información, se pudo observar que, según los parámetros del método “Keith Sherwood”[15], la realidad no cambiaba, la calidad de vida estaba en descenso, las personas entrevistadas presentaban un desequilibrio en los cincos niveles medidos: cuerpo, mente, espíritu, sentimiento y ambiente.

Si se aplica estos criterios al ambiente cultural de las personas se observa que en la programación de su vida lo primero que se golpea es el plano mental a lo que contribuye la hostilidad ambiental reinante en cada comunidad, la que continuará afectándose, hasta hacerse inevitable y provocar daños colaterales en la vida y la salud de las personas. Por ejemplo, en el plano espiritual se producirán sentimientos negativos desde su interior con proyección hacia su entorno exterior, lo que corrompe o afecta también el plano mental, cambian su forma de pensar. De la misma manera serán afectados los sentimientos, las emociones hasta repercutir en su cuerpo físico, lo que provocará reacciones ansiosas expresadas a través de los siguientes síntomas: contracción muscular, alteración del ritmo respiratorio y fatiga corporal hasta causar la muerte del individuo.

La descripción hecha es el retrato que se avizora para la población piarense, sino se producen cambios radicales en lo político, lo económico, lo social, lo cultural y lo sanitario de la entidad. Sería la agudización de una situación integral en la vida de la población rural monaguense que debe ser transformada desde el campo, pasando por la parroquia, el municipio, el estado hacia el país.

Los monaguenses esperan que la gestión política nacional de un giro de modo que pueda enfrentarse pacífica y democráticamente para lograr cambios positivos en los servicios básicos, fundamentalmente, en la administración del agua potable cuya carencia provoca problemas de insalubridad e higiene evidenciadas en las enfermedades estomacales, epidérmicas, virales, etc.; en la atención y administración de tratamientos biomédicos, sobre todo, en los campesinos que viven alejados de la ciudades a lo que contribuye negativamente los deficientes servicios de transporte, electricidad, vialidad y otros lo que cada día los aleja más del disfrute de una buena calidad de vida.

Es importante considerar las características de algunas reacciones en familias con el sistema médico profesional donde las carencias de los medicamentos obligan a algunos pacientes a omitir algunas recomendaciones biomédicas y buscar mejoras a su situación de salud en los recursos naturales que le ayuden a obtener un mejor resultado.

En un estudio realizado a varias familias ubicadas en las siete parroquias del municipio Piar, se encuentran pacientes sometidos a medicación por prescripciones biomédicas para atender los síntomas que evidenciaron la existencia de diferentes enfermedades. Interesado en penetrar los intríngulis de estos padecimientos en la población rural, se logró que fuesen atendidos por profesionales de la salud de quienes, según sus propios testimonios, eran pacientes por lo que regularmente asistían a sus citas médicas.

Entre los hallazgos se determinó que los padecimientos de estos grupos han sido consecuencia, entre otros factores, de las calamidades causadas por las condiciones de la realidad social en las que viven. Aseguraron que la crisis financiera de la región, por citar un ejemplo, los fueron limitando en el uso de los servicios de atención biomédica, tanto pública como privada, por no poder sufragar los gastos ocasionados por las consultas y fármacos que superaban su poder adquisitivo. Estos testimonios despertaron el interés del equipo que en su condición de observador participante, continuó obteniendo datos a través de las conversaciones tenidas con algunos pobladores, según las cuales la mayoría tomaba fármacos prescritos por sus médicos tratantes, pero que, a partir del momento en que participaron en el Taller del MIP en el que fueron informados, atendidos y capacitados sobre el uso y la formación en medicina herbaria, comenzaron a asumir conductas diferentes  a través de la aplicación de los nuevos habitos medicinales botánicos. Al tiempo -concluyeron-  que, efectivamente, los cambios obedecieron a los tratamientos herbarios que los ayudaban a recuperarse más rápidamente.

Ese contacto con el MIP, además de sistematizar sus conocimientos sobre las propiedades y ventajas de la medicina herbaria, les hizo comprender lo conveniente que resultó para su familia el uso medicinal de las plantas del jardín, del conuco, pues, aparte de sanarlo o mejorar su estado de salud, le permitía ahorrar dinero al no tener que invertir en consultas ni remedios alopáticos. exclusivamente. De modo que, sin desatender el tratamiento biomédico, se ayudaron con las hierbas medicinales del entorno. Esta transformación de su actitud como paciente, aparte de favorecerlo económicamente y de entrenarlo como cultivador herbario, los motivó a difundir su experiencia y conocimientos en la familia, la vecindad y las parroquias.

Algunas de las razones que han llevado a la mayoría de las personas del municipio a buscar y fortalecer las experiencias en las medicinas herbarias fueron enumeradas por los propios pacientes: los bajos costes, lo inmediato de contar con el medicamento indicado, los beneficios de tener en cada familia una persona capacitada que emule la aplicación doméstica de las experiencias vividas terapéuticamente.

A lo largo de estos años como investigador social y terapeuta, se ha evivenciado tristes realidades producidas por malas praxis biomédicas: desde niños fallecidos en pleno parto por no saber aplicar o no disponerse de tratamientos farmacológicos, sobre todo, en estas regiones rurales donde el analfabetismo es una de sus realidades, así como el desconocimiento de políticas sanitarias adecuadas y políticas públicas regionales que debieran entrenar al ciudadano sobre cómo acudir en casos de emergencia.

Un hecho que demuestra la validez de esta afirmación es el reciente desastre ocurrido en el sector El Caño de la parroquia Chaguaramal del municipio Piar donde la explosión de cilindros de gas domésticos causaron daños a más de cuarenta personas entre niños y adultos, lo cual generó fuerte crítica a la compañía distribuidora de gas en el estado (Gas Maca)[16]. Las personas afectadas tuvieron serias dificultades para ser debidamente atendidas en los centros de salud locales. Hubo de recurrirse a Maturín, la capital estatal, en búsqueda de la asistencia médica requerida donde, a pesar de lo grave de las quemaduras, no se les pudo atender debidamente lo que ocasionó la muerte de muchas personas. La atención a los sobrevivientes se realizó entre la asistencia biomédica y la natural.

Mencionar las políticas públicas nacionales es este contexto es un compromiso como profesional, más aún el involucrarnos como investigador participante ya que el conocimiento de la realidad observada resultó familiar al comprobarse que la población rural piareña, en pleno siglo XXI, vive en pésimas condiciones sanitarias. Es un fenómeno que se agudiza más debido a la dejadez de las instituciones municipales que, aparte de la ineficaz gestión que se detecta, condena a la población a sufrir serios padecimientos agravados por las carencias de los servicios básicos, entre otras, las dificultades para conseguir el agua potable, la inexistencia o malas condiciones del transporte púbico, etc.

Se hace referencia, para ilustrar cómo afecta estos problemas a los piareños, lo relativo a la realidad que cada año se hace sentir en estas parroquias cuando ingresan a sus territorios personas provenientes de otras regiones, sobre todo, del estado Monagas. Enfermos de cuerpo y alma, es decir, con problemas emocionales, espirituales, mentales y físicos. Este fenómeno demuestra que el origen de estos problemas de salud se debe, en muchos casos, a causas religiosas, culturales, políticas… Lo que demuestra que la salud es algo personal, individual, propia de cada quien lo que puede ocasionar que el individuo no lleve un control que informe acerca de los datos exactos de los problemas para diagnosticarlo según el área personal que se encuentra afectada: cuerpo, mente, espíritu, sentimiento y ambiente. Esta actitud de descuido personal es uno de los factores que propicia el desgaste de las defensas orgánicas y la aparición de enfermedades que, al generalizarse, ocasionan la extensión de cualquier tipo de crisis sanitaria.

El conocimiento obtenido como producto de las indagaciones realizadas permitió conocer mejor el acervo histórico de las siete parroquias que conforman el municipio Piar y la propuesta de un Decreto que lleva por nombre ¨Reservorio Ecológico Meseta de Inozúa¨ el cual será una de las formas para resguardar las plantas autóctonas de dicha región y lograr el incremento de la formación pedagógica sobre la manipulación adecuada y eficaz de la medicina herbaria en la región.

Lo rural

Conocidas las condiciones que desde el punto de vista económico y social del estado Monagas que afectan la salud del habitante de las regiones rurales del municipio Piar, se inició el presente estudio a fin de precisar la manera de ayudar a que los habitantes de  las regiones rurales piarenses desarrollen hábitos medicinales naturales que los capacites para reducir los factores socioeconómicos que obstaculizan su acceso a los tratamiento biomédicos y los mantienen al interior de una crisis sanitaria que pone en peligro su vida y la de su familia.

Han sido muchas las circunstancias de insalubridad por las que atraviesa el municipio Piar y todas las parroquias que lo conforman, entre las cuales se hace referencia a los servicios básicos prioritarios correspondientes a la salud, la formación escolar, el desempleo, el transporte público, el suministro de alimentos, de energía eléctrica y agua potable.

Desde hace más de diez años el Municipio Piar, viene en declive en cuanto a salud se refiere y a las poco pertinentes y efectivas políticas de gestión de estado que permitan solventar dicha prioridad a lo que hay que añadir el alto costo de las consultas privadas, sin obviar los medicamentos. Este fenómeno ha traído como consecuencia una nueva actitud favorable hacia la medicina complementaria, lo que está llevando cada vez más a la gente hacia terapias alternativas en las que participan personas con ciertos dones espirituales las que coloquialmente, según la idiosincrasia local, reciben diferentes nombres peyorativos como: brujos (as), santeros, ensalmadores, rezanderos, hierbateros, entre otros, quienes aplican recetas tradicionales administradas por diversas vías: oral, (en infusiones, té, depurativos, desparasitantes); tópicas (cataplasma, fricciones) y, en ciertos casos, se improvisa con algunas plantas para solventar los problemas de salud que aquejan a alguna persona en un determinado momento. Para evitar las improvisaciones en cuanto a qué plantas utilizar, la dosificación adecuada y la forma de preparación, se hace pertinente la intervención pedagógica para mejorar la aplicación de esta medicina y así contribuir al control de la adversidad sanitaria presentada en dicha población.

La investigación tuvo como base humana a nativos y habitantes del municipio Piar como parte del equipo investigador quienes, al igual que los vecinos, han sido afectados por la adversidad sanitaria rural.

Se destaca, además del de coordinador del equipo de trabajo, los roles asumidos por el investigador como participante-facilitador en el diplomado sobre Medicina Natural Indígena, durante el mismo lapso, lo cual le permitió afianzar conocimientos y competencias que lo adiestraron para emprender exitosamente el estudio a profundidad de una crisis sanitaria que día a día se agudiza más.

Desde entonces se inició la recolección de datos por dos vías de acopio: los anotados durante el trabajo de campo y los extraídos de los discursos e interacciones reales de los participantes o pacientes. Algunos de esos datos fueron registrados en medios audiovisuales empleados durante las entrevistas individuales o grupales. Los datos naturales o espontáneos relevantes recogidos fueron sometidos a un análisis cualitativo y a una exposición caracterizada por la visión integral de la realidad fenomenológicamente estudiada. (Ver cuadros).

Con la intención de acoplar el MIP a la complejidad de la investigación diseñada sobre dos ejes temáticos transversales: el pedagógico y el de la medicina natural indígena para lo cual, se planeó un modelo de investigación ecléctica dentro del cual se privilegió la metodología etnográfica, a fin de garantizar, por una parte, el estudio integral del contexto sociocultural seleccionado; y, por otra parte, la participación del adulto rural con conocimiento y práctica de la medicina herbaria lo que revistió a este de experticia y potencialidad para replicar, dar continuidad, al producto de esta investigación.

Resaltamos, también, la profundización en el estudio de la flora de la meseta de Inozúa por ser el espacio geográfico, ubicado al pie del Turimiquire, donde se encuentra las especies de plantas autóctonas del municipio Piar, con la intención, especifica, de sistematizar su uso entre los participantes de la investigación de modo que los campesinos la asuman como una fuente de salud y bienestar de la que se puede disponer mejor después de la formación recibida a través del MIP. La naturaleza del objeto de investigación requirió de una metodología que condujo el trabajo grupal más allá de la descripción del fenómeno sanitario, hasta la identificación y comprensión de sus causas y consecuencias. El hecho de ser una crisis sanitaria que abarca siglos de existencia y de perjuicio para los pobladores de la región rural piarense, evidencia la condición de sus habitantes desde el punto de vista humano y social, en virtud de lo cual se plantearon las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las características socio-ambientales de las comunidades del municipio Piar y cuáles, los principales problemas de salud en las zonas rurales del municipio Piar? ¿Qué medios utilizan los habitantes del campo para curarse? ¿Cuál es el grado de conocimiento en materia de terapias naturales que tienen los habitantes de dichas comunidades ¿Cuál de estos aspectos es necesario incluir en un modelo de intervención pedagógica?

El equipo investigador centró su atención en lo que sucede dentro del municipio Piar como asentamiento rural donde se constató las condiciones de abandono de los servicios básicos y la poca importancia que le otorgan los organismos gubernamentales a sus necesidades básicas lo que repercute significativamente sobre la población campesina que lo habita en quien se evidencia, principalmente, una crisis sanitaria agudizada a partir de las primeras décadas del siglo XXI.

Paradójicamente, esas condiciones de vida, heredadas de la conquista, colonia y dominación españolas, los absorbió y les insufló identidad: los campesinos y su hábitat fueron ruralizados. Las vicisitudes del campo fueron moldeando su unión y rebeldía alrededor de una institución explotadora y benefactora pero sólida como para generar en ellos solidaridad y empatía dentro de la problemática social que comparten: la Iglesia católica que se fue haciendo la “defensora”, no sin intereses, contra la explotación, la injusticia y los desmanes provenientes de los amos de las tierras.

 

Sobre la base de lo antes informado, volcamos la mirada hacia el estado Monagas, nuestro lar natal, donde constatamos la existencia de siete parroquias establecidas al pie del macizo del Turimiquire, zona privilegiada en cuanto a la biodiversidad que lo puebla y a la flora medicinal que cubre parte importante de su suelo. Estas dos condiciones influyeron de forma contundente en la selección de la referida localidad como contexto de la investigación realizada.

 

Identificamos en ella al adulto proveniente de los pueblos originarios, así como a sus descendientes, como el universo humano sobre el cual gira nuestra investigación. Valoramos en ese adulto el conocimiento, la praxis, la experticia y la memoria histórica heredada de sus ancestros y retransmitidas a las nuevas generaciones. Son los habitantes de nuestros campos en cuya subyacencia late la terapia herbaria como el paliativo destinado a reducir, a través de sus hábitos medicinales, la adversidad sanitaria del hombre rural piarense.

 

Especificando, ante el conocimiento personal que tenemos de este sector rural, propusimos como parte estructural de nuestra investigación el recorrido pedestre turístico-formativo por la meseta de Inozúa porque en ella se concentra una serie importante de la botánica medicinal antes referida; también, por el valor étnico y cultural que significa esta zona montañosa considerada núcleo sagrado y ancestral de los habitantes originarios que otorgaron al agua de la laguna, sembrada naturalmente en ella, un valor milagroso, curativo de sus males, al punto de denominarla Laguna de los Milagros; y otro, por la ubicación a su piedemonte de las siete parroquias que constituyen el escenario nuclear de nuestra investigación.

 

Epistemología de la Medicina Tradicional Indígena (MTI)

 

La particularidad del tema seleccionado para este artículo exige referir, sumariamente, algunos aspectos de la MTI relacionados con su naturaleza epistemológica puesto que de ella depende la comprensión de una terapia cuyo origen no ha dejado de existir mientras vivan quienes la concibieron o, por lo menos, descendientes de esos pueblos originarios cuya cosmovisión y cosmogonía se transforman mas no deja de influir en quienes la practican.

Si confrontamos la biomedicina con la MTI (herbaria, específicamente) es lógico establecer ciertas relaciones entre una y otra a fin de comprender lo que significa en el mundo de hoy proponer una como alternativa a la otra y cómo la herbaria sigue ocupando un espacio importante dentro de las terapias actuales.

     Movidos por ese interés gnoseológico, nos plegamos a las siguientes reflexiones antropológicas del padre Olmedo:

 

¿Cuál es la epistemología de la medicina familiar? O, dicho de otro modo, ¿desde dónde mira la medicina familiar? (…). La complejidad del mundo actual, intercultural, globalizado, tecnológico, interconectado, sujeto a tensiones y conflictos permanentes nos obliga a dar un paso más. No basta con la observación, sino que es interpelados a precisar desde dónde observamos, decimos o hacemos descripciones, juicios y diagnósticos. Esta interpelación nos la hacen las ciencias psicológicas y sociales, que afirman que es imposible no considerar el contexto, la cultura, las emociones, los valores e intereses en juego. Ese lugar desde donde se mira es, en breve, la perspectiva de la realidad o del conocimiento de la realidad, cuyo estudio se conoce como epistemología[18].

El estudio de la epistemología de la medicina herbaria abrió un paréntesis de reflexión en el cual se estableció la cronicidad de este tipo de medicina. Se considera su surgimiento como un fenómeno inherente a la naturaleza humana que se manifiesta en el momento en que un malestar, una calamidad, un dolor, en síntesis, una enfermedad buscaba el alivio, la sanación en su entorno inmediato, en su contexto humano y ambiental para recuperar el equilibrio de su ser biológico. Estos hechos se repetían y aumentaban a medida que la especie humana evolucionaba. Así se fue escribiendo la historia de la medicina natural, a partir de los beneficios que la flora y la fauna ofrecieron al hombre para que sanara y prolongara su existencia.

Explica Moreno Olmedo que

…el proceso de formación y adquisición del conocimiento no es tan casual como pudiera pensarse al igual que con otros hechos culturales. La actividad de los hombres va creando una serie de condiciones a través de las cuales se explica el porqué de una determinada manera de pensar: el pensamiento, las ideas, las palabras y todas las manifestaciones del mundo cultural cobran sentido en un contexto humano particular y en una función de lo que llamamos un “mundo de vida”. Estas formas de pensar se van codificando de diferentes maneras y llegan a formar grandes reglas que orientan y determinan todo el proceso de conocer. A estas reglas y al modo de conocer lo definiré  como episteme.[19]

Más adelante, el autor explica que, en Venezuela, al igual que en el resto del mundo occidental, el proceso de expansión de la cultura europea trajo consigo una manera de pensar con características comunes y particularidades distintas a las desarrolladas anteriormente en estas regiones. Podría hablarse del cruce social de dos sistemas culturales cuyo resultado será una simbiosis que se expresó, para efectos del presente estudio, en la coexistencia de dos prácticas de sanación en donde se encontraron la ancestral de la época premoderna y la científica de la modernidad. Lógicamente, estas dos visiones ocasionaron confrontaciones de parte y parte donde se impuso la más poderosa, mas no de mayor trayectoria –la europea- ocasionando la subestimación, descalificación y desconocimiento de la praxis curativa receptora, es decir, de la indígena.

Una relación comparativa se hace indispensable en esta trabajo: la de las semejanzas entre la medicina científica y la naturista, en la que se incluye la herbaria, pues es a partir de ellas que se infirió la tácita reciprocidad que existe entre estos dos paradigmas de la práctica médica y se concluyó que la medicina naturista es un eje transversal que marcha paralelo a la ciencia médica en un ida y vuelta que evidencia cómo la primera, desde el momento en el que el hombre comenzó a utilizarla para su sanación hasta el presente, aparece como una técnica inherente a la condición humana, mientras que la ciencia surge a posteriori y se convierte en aliada de los tratamientos ancestrales donde las sustancias vegetales constituyen el centro de la acción médica naturista.

¿Cuáles son esos elementos comunes sobre los que se fundamenta la anterior afirmación? Los siguientes:

  • Ambas tienen como propósito común satisfacer una necesidad humana que no es más que la de encontrar la salud o la sanación para sí mismo a través de la medicina la cual tiene como función servir a quien sufra de algún padecimiento o enfermedad.
  • Las dos parten de un cuerpo doctrinario según el cual cada cultura concibe el proceso salud-enfermedad y actúa con respecto a él en sus diferentes dimensiones. Cada una se desarrolla en un contexto comunitario propio, tanto desde el punto de vista vivencial como cultural.
  • Todas ocupan una posición oficial en la sociedad, son reconocidas por esta y desempeñan un papel importante, pues, tienen una ubicación social integrada y ninguna es marginada o desconocida por la sociedad a la que pertenece.
  • Legalmente, están en armonía con las leyes establecidas en su cultura, obedeciendo y colaborando con ellas.
  • Los dos sistemas médicos tienen un autor o ejecutor principal: un sanador (el curandero o chamán en la medicina tradicional y el médico en la medicina científica), quien es una persona preparada especialmente para desempeñar esa labor después de un prolongado y arduo proceso educativo lo que impide ser reemplazado por una persona que no sea debidamente entrenada. El sanador ocupa un sitial importante y prestigioso dentro de su sociedad. Tanto la naturista como la científica son medicinas falibles y limitadas en el ejercicio de sus funciones.

Las semejanzas señaladas no ocultan la realidad de confrontación existente entre ambas prácticas médicas desde la llegada de los europeos al continente indígena. Anterior a este hecho histórico y hasta hoy se habla de la medicina ancestral como una praxis que ha impactado la evolución de ambas lo que ha devenido en una suerte de vasos comunicantes gracias a los cuales conviven, en frecuente interacción, que ha beneficiado a los pacientes y enriquecido a cada una de estas ciencias.

Sin embargo –concluye Moreno-, al reconocer que la episteme se desarrolla conjuntamente con el “mundo de vida” se crea la posibilidad de pensar en distintas epistemes originadas por diferentes formas de convivencia social.

Entre esas epistemes subyace la de la etapa premoderna con la particularidad de persistir a lo largo de toda la historia occidental, tanto en la etapa moderna como la postmoderna y la actual.

En los orígenes de la humanidad, ante el desconocimiento de fármacos de laboratorio se practicó la sanación naturista basada en el uso que se vio precisada a hacer de las plantas para obtener el remedio con el fin de paliar o erradicar los males que le afectaban, terapias que han estado y siguen estando al alcance de las manos de esos pueblos en cualquier parte del mundo. Así, se afirma el origen de la medicina utilizada por los ancestros en lo que temporalmente significa el premodernismo.

A la permanencia de este tipo de medicina contribuyó el hecho de la pluriculturidad del territorio americano donde se reconoce la coexistencia de diversas culturas: las indígenas originarias y sus derivadas y la cultura hegemónica heredada de occidente, sin desconocer los posteriores aportes socioculturales africanos.

No obstante, en esta coexistencia y a pesar del enriquecimiento bidireccional mencionado, las culturas indígenas han estado siempre subyugadas, dominadas o aisladas en territorios recónditos. Hoy día, gracias a las herencias culturales, la pervivencia de remedios caseros, la globalización y el desarrollo comunicacional avanzado, estas condiciones han variado hacia el reconocimiento de su uso.

Al respecto se concluye que

La interculturalidad en salud se presenta como una opción para mejorar el panorama; en la cual cada cultura, manteniendo su identidad, pueda aceptar y adoptar paradigmas no propios ara la óptima atención de salud de cualquier individuo (…). Esto, idealmente, se traduciría en un clima de inclusividad, integralidad y complementación tan necesario para afrontar la problemática¨ que padece la mayoría de los sistemas de salud en los países latinoamericanos.[20]

Reflexionar, pues, acerca de la medicina en un mundo actual tiene la complejidad de la vida misma. No es suficiente con enunciar un padecimiento, un diagnóstico o un medicamento. Hay una serie de factores concomitantes al hecho de existir que no puede ser ignorada. Los conocimientos, los métodos, las técnicas no son eficientes sino reflejan esa complejidad vital. Es necesario referir los elementos y términos fundamentales para enunciar y describir la posición o perspectiva epistemológica que predomine en el momento histórico en el cual se produzca el acto médico. Se infiere, en consecuencia, la importancia que para ese enunciado tiene elementos como el médico, la realidad, el objeto, el paciente, lo afectivo, lo moral, el contexto sociocultural y las ciencias complementarias. En pocas palabras, la realidad.

Si a estas circunstancias se añade el desarrollo científico, tecnológico y comunicacional que demuestra cómo el ser humano es capaz de superarse a sí mismo en lo que a avances se refiere, la reflexión epistemológica se profundiza. En efecto, el internet, la telemedicina, la desaparición de las fronteras temporoespaciales gracias a la globalización, entre otros factores, han universalizado el conocimiento a velocidades hasta hoy impensables y a ese ritmo debe ir la ciencia y quien la utilice como elemento profesional.

Al transferir estos hechos a los avances en el campo de la salud, se observa que, a pesar de esa evolución, la difusión del desarrollo científico, tecnológico y humanístico no llega con la misma intensidad y presencia a la mayoría de los pueblos del mundo. Esta limitación científica y tecnológica en poblaciones desvalidas por su ubicación geográfica y por la carencia de recursos que pudieran suministrarles mayor cobertura asistencial es lo que ha motivado, parcialmente, el desarrollo de un proyecto de investigación que reivindique la herbaria como alternativa medicinal válida.

Basta solo con observar detenidamente la geografía humana regional para evidenciar la carencia de muchos de esos avances en poblaciones alejadas de los centros de poder y desarrollo al punto que, hasta en los grandes conglomerados urbanos, el conocimiento, uso y práctica de estos hallazgos son desconocidos o menguados. Mayor orfandad se observa y siente en las civilizaciones ancestrales y sus descendientes para quienes es difícil disfrutar de los medicamentos industrializados.

Específicamente, en esta investigación se realizó un trabajo de campo que consistió en una intervención botánica y médica cuyo objetivo fue demostrar cómo, a pesar de la dialéctica entre abundancia y carencia, globalización y localidad, empirismo y ciencia, la vigencia de tratamientos curativos fundamentados en el uso y consumo de sustancias provenientes de plantas silvestres ubicadas en el municipio  Piar, región del estado Monagas ubicado al nororiente de Venezuela,  reivindica, la práctica de la medicina alternativa ancestral, específicamente, la herbaria. Compleméntese este dato con la información harto conocida de la cantidad importante de medicinas convencionales actuales que tienen sus orígenes en los vegetales etnomédicos, es decir, provenientes de sustancias naturales.

Una advertencia importante sobre la que debe tenerse conciencia y responsabilidad es la difusión de información relevante relacionada con el uso improvisado y la aplicación espontánea y voluntaria de los principios de la medicina tradicional a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. Los riesgos que este hecho encierra ha llamado la atención de los investigadores quienes interesados en el fomento de una conciencia social respecto a la rigurosidad en el uso de este tipo de medicina. De esta forma se busca reivindicar, revalorizar y manipular consciente y responsablemente conocimientos cuyos fundamentos se encuentran en la naturaleza, particularmente, en el mundo vegetal lo que no significa ni implica su aplicación al libre albedrío a la hora de tratar algunas enfermedades sin la actuación ni dirección del respectivo terapeuta.

Muchos elementos confluyen en las consecuencias de emplear en la actualidad la medicina herbaria. Al fijar la atención en procesos como los de la urbanización acelerada, la explotación incontrolada de pulmones vegetales y nichos mineros, los incendios forestales que diezman las especies de inmensos bosques y provocan el desplazamiento de poblaciones enteras hacia el mundo urbano, el efecto invernadero provocado por diversidad de causas humanas y naturales, la proliferación de zonas marginales provenientes de poblaciones indígenas, campesinas y provinciales necesitadas de soluciones curativas que los afectan al agravarse sus problemas de subsistencia ocasionados por la proliferación de las enfermedades que los aquejan y matan, han sido  los detonantes de este interés por la, también, denominada medicina ancestral o no convencional. Estas poblaciones, carentes de recursos económicos suficientes, no tienen a su alcance los adelantos médicos oportuna y eficazmente, lo que los lleva a recurrir a la medicina alternativa y, sobre todo, a la herbaria por tener a su disposición y en cualquier terreno los cultivos naturales o inducidos de las plantas medicinales necesarias.

En medio de ese laberinto de situaciones se detecta y revaloriza el aporte de estudios y prácticas destinados a buscar alternativas para la solución de problemas fundamentales como lo es la atención a la salud humana y los problemas derivados de esa situación provocada por las desigualdades sociales. Las culturas ancestrales y la referencia constante a los conocimientos empíricos derivados del uso de la naturaleza como fuente de curación y sanación humanas por parte, inicialmente, de chamanes y sacerdotes y, en estos tiempos, por quienes los emulan -parteras, naturistas, etc., es evidencia de la permanencia y proyección de dichos saberes.

La imbricación de los avances científicos, tecnológicos, comunicacionales y electrónicos dentro del área de la medicina ha creado un universo de datos cuya difusión es de efecto inmediato. Gracias a ello hoy día se hacen diagnósticos, consultas y tratamientos a través, entre otros medios, de la Telemedicina y el Internet.

No obstante, como se ha venido afirmando, el ser humano necesita, para su subsistencia, del auxilio médico y es, en consecuencia, por lo que debe atenderse sus necesidades de curación y sanación mediante recursos que desde que el hombre es hombre ha empleado: los naturales, específicamente las plantas, incluidos el entorno ambiental o ecológico de ellas, así como los seres que en ella pudiesen desarrollarse o alimentarse.

La evolución humana hizo posible la apertura hacia nuevos horizontes que dio origen a otra época históricamente definida como modernidad que desde el punto de vista epistemológico “es objetividad, certidumbre, un correcto diagnóstico analizando los componentes estructurales de una determinada cosa y fragmentándolos para su posterior estudio e instrumentalización”[21]. El todo, después de ser fragmentado para su estudio, ofrece la “manipulación de la materia desde sus pequeñas partes constituyentes promete una perspectiva única, realmente verdadera[22]”. Pero esto no es más que “un monólogo descriptivo del mundo en tercera persona, “ello”, que está allá afuera esperando a ser develado[23]”, en forma “parcial”. Por lo que se entiende “el mundo entero (como) materia esparcida, visto desde los lentes de la objetividad y el materialismo científico[24]. Se le critica a esta visión que no diga nada “del observador” porque para los modernistas a “la subjetividad” hay que perseguirla, anularla “a través de todo tipo de métodos de control del sesgo”. Se trata, pues, del “empirismo positivista; empirismo porque se remite a la información obtenida de la experiencia sensorial y positivista porque exige pruebas explícitas”[25].

Bajo esta percepción subjetiva/objetiva de la problemática en cuestión, incursionamos en el campo de las ciencias sociales lo que nos permitió asumir una visión integral de la realidad objeto de la investigación cuyos resultados se expresaron cualitativamente sin que ello acentuara la subjetivación a la hora de recabar, procesar, analizar y planificar los datos base de la intervención pedagógica a través del cual se atendió un problema sanitario donde lo educativo estuvo, cual eje transversal, en el análisis y mejoramiento de la relación terapeuta-paciente-enfermedad-medicina herbaria.

La introspección discursiva se tradujo en una responsabilidad profesional lo que permitió detectar y confesar que desde un principio hubo consciencia acerca del mundo de la terapia medicinal herbaria que venía siendo ejercida en forma improvisada, por inercia familiar. Posteriormente, se comprendió la necesidad de sistematizar científicamente el rol de terapeuta que pasó a formar parte del circuito donde el investigador actuaba y asumía responsabilidades con el paciente, sus familiares, amigos, vecinos. Este compromiso obligó a tomar decisiones, generalmente, asertivas y oportunas, que fueron creando la imagen de un terapeuta herbario responsable.

Fue, entonces, ya entrado el siglo XXI, cuando en las discusiones grupales se discutía acerca de la pertinencia entre la concepción fenomenológica y la cosmovisión indígena, la necesidad de formar un equipo que, conducido por un coordinador, iniciara un trabajo riguroso y sistemático que, a través del método etnográfico condujera hacia la búsqueda de la verdad mediante una investigación que hizo de la población piarense el centro del estudio.

 

A tal efecto, la acción fenomenológica exige al estudioso despojarse de todo el bagaje de conocimiento y experiencias que posea en una especie de asepsia que lo libera de axiomas, prejuicios y teorías que pudiesen perturbar la observación objetiva de la realidad tal como es. Su lema centrado en la objetividad era “a las cosas mismas”, sin mediación alguna:

… solo así estará en capacidad de lograr un conocimiento directo, intuitivo, no mediado, de la realidad que desea conocer. Una epojé más radical, trascendental, le permitirá, ya en la reflexión filosófica, más allá de la ciencia, acceder a las esencias[26].

No obstante, una cuestión es el reconocimiento de la práctica sistemática y responsable por parte de quienes cultivan y practican este tipo de medicina y otra la improvisación irresponsable:

… el místico requiere años de estudio y práctica contemplativa para poder observar aquellas verdades del alma y su respectiva dinámica -aquí dentro-. Ambos científicos -de la biología y la teología- resultan ser empiristas, pues lo que se busca es corroborar las verdades a través de la experiencia y la percepción; la primera lo hace con la conciencia de los sentidos y la segunda con aquélla que alberga el alma[27].

Esta perspectiva integral del acto médico herbario facilita la identificación epistemológica de cuatro enfoques que se interrelacionan y complementan en la práctica: objetividad, subjetividad, intersubjetividad e interobjetividad de forma tal que se estructura una medicina fundamentada en el amor, la reflexividad y la trascendencia.

La diferenciación epistemológica incide en la comprensión de lo que podría denominarse medicina científica y medicina alternativa, pues, es esta discriminación conceptual lo que permite ubicar, como una derivación de la medicina alternativa, la denominada herbaria.

Al partir de los términos anteriores, el estudio alcanza la coherencia epistemológica que respalda la acción médica del herbario quien, emulando a sus ancestros al igual que lo ha hecho la medicina en todos los tiempos, adquiere un perfil científico ya que enmarca su práctica dentro del respeto y apego a los conocimientos científicos sobre la fisiología humana receptora de los tratamientos naturistas recomendados a los pacientes.

De manera que la epistemología de la medicina herbaria involucra los elementos objetivos, subjetivos, sociales y culturales que conforman el todo humano en un permanente y dinámico diálogo médico-paciente.

El perfil del naturista, herbario, botánico responde, pues, a esta concepción epistemológica integral sin que se piense que su practicante se proponga invadir los terrenos de la biomedicina.

Se está, entonces, en presencia del médico postmoderno, el ser que indaga acerca de un paciente observado holísticamente, como un todo conformado por elementos objetivos, subjetivos, naturales, sociales y culturales. Es el que aplica una medicina pluridireccional, ya que se establece un profundo diálogo entre el profesional y el paciente sin descartar la implicación de otros especialistas (psicólogos, psiquiatras, neurólogos, urólogos, etc.) lo que permite al herbario conocer lo que el enfermo vive y padece desde el punto de vista externo (objetivo), interno (subjetivo), sociocultural (contexto) y natural (ambiental). Pero, no solo se trata de un diálogo horizontal simple sino de una indagación profunda sobre la sintomatología del paciente, de lo que siente (sus afectos), de lo circunstancial al interactuar dentro de un contexto que determina y marca su existencia, holísticamente, sin fragmentaciones arbitrarias ni asilamientos innecesarios de la enfermedad. Se concibe al paciente dentro de un todo susceptible de ser analizado críticamente a fin de diagnosticar en forma eficaz y eficiente su estado de salud quebrantado por la enfermedad y aliviado o curado, entre otros expertos, a través del tratamiento herbario.

La observación meticulosa y perceptiva que asume el médico naturista le permite establecer una interrelación estrecha con el paciente gracias a la cual la comunicación fluye y la confianza se consolida. Las áreas de la enfermedad que el herbario no domine serán atendidas por los especialistas. De esa forma complementa su diagnóstico y actúa con responsabilidad sobre el valor medicinal de las plantas que va a recomendar. Es una responsabilidad compartida aun cuando no se establezca nexo entre uno y otro médico. Corresponde al paciente consciente, como intermediario, asumir la responsabilidad de comunicar a uno u otro las indicaciones que responsable y respectivamente asume. De este proceder se infiere la responsabilidad compartida al determinar la validez o no del tratamiento herbario o de la asesoría de los otros especialistas.

La relación con el aspecto chamánico/místico/somático, entendido como uno de los elementos inherentes a la aplicación original de la medicina indígena, ha ocupado parte de las discusiones grupales a partir de las ideas sobre “Neurobiología del Misticismo” presentes en la ponencia en la cual Cabreses, el autor, discernió sobre lo sagrado y lo sobrenatural visto desde los puntos de vista neurobiológico y neurofisiológico.

En este orden de ideas, la tesis de Cabreses[28]contribuyó a esclarecer la relación de los terapeutas herbarios que actúan en territorios rurales y urbanizados ya que son, en su mayoría, personas que dominan el uso práctico de la medicina herbaria pero sin implicarse en el uso de los ritos y ceremonias que, en su contexto originario, emplea el chamán para incitar al desarrollar estados de fe y consciencia que, también, complementan el acto de sanación.

Conclusiones

En correspondencia con esta especie de eje transversal de la problemática esbozada, como habitante de la región, heredero de parte de esa tradición medicinal milenaria, el equipo junto al terapeuta/investigador herbario y de docente integral, conocedor a profundidad de las calamidades descritas, se formularon las siguientes conclusiones en aras de orientar las inquietudes hacia la búsqueda de una solución a la crisis sanitaria existente:

  • El éxito del MIP radicó en la concienciación de los investigadores sobre la necesidad de asistir pedagógicamente a los parroquianos de modo que fomenten entre familiares y amigos la conveniencia y necesidad de modificar sus hábitos medicinales en procura de utilizar la flora medicinal de su parroquia (comunidad) como una fuente renovable de plantas medicinales.
  • Se recomienda a los usuarios de la medicina herbaria (pacientes y terapeutas) organizar talleres de difusión de este tipo de medicina a fin de garantizar la rigurosidad y responsabilidad en su ingesta y tratamiento.
  • Planificar la ejecución del MIP conforme a las instrucciones pertinentes a fin de garantizar el éxito deel proceso formativo.
  • Los planificadores deben convocar a los organismos municipales para que la incorporación de los participantes a los talleres y actividades derivadas del MIP responsan a las necesidades e intereses de la respectiva comunidad.
  • El Libro Verde de Inozúa es útil a la hora de planificar una intervención pedagógica dirigida a desarrollar las competencias necesarias para actuar responsablemente como formador, terapeuta o paciente herbario.
  • Incluir en la planificación y desarrollo a adolescentes, jóvenes y adultos con la sola exigencia de comprobar su disposición a trabajar o practicar el uso de lo herbario como terapia prioritaria y sin importar grado de escolaridad alguno.
  • Asesorar a los interesados en realizar talleres o participar en la Cátedra abierta sobre medicina herbaria a fin de garantizar la mayor formalidad academica en estas actividades.

El avance en la lucha para lograr el objetivo de los estudios sobre la medicina alternativa lo demuestra los datos estadísticos consultados donde el incremento y el espacio ocupado de lo herbario al lado de lo biomédico crece considerablemente, tanto en Venezuela como en el mundo.

 

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[2] Carvajal. J., V. Modelo pedagógico para el desarrollo de programas educativos con componente virtual dirigidos a adultos de zonas rurales centroamericanas. Disponible: https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/112159/tvic1de2.pdf?sequence=1. Consulta: abril 2020.

[3] Ibídem.

[4] Oxfam. Marco y Guía de Oxfam para un desarrollo resiliente. En: ohttps://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/620540/gd-resilient-development-guide-060918 es.pdf;jsessionid=C0A292700D2B4FD8B5A05DEB67DB34AD?sequence=2. Consulta: marzo 2020.

[5] Ibídem.

[6]Rosales E., Elsa M. Et alt. (2013). FAD UAEMÈX   Año 8, No 13 | Enero – junio 2013 “Ciudades saludables: una perspectiva de la Organización Mundial de la Salud y redes internacionales”. México: UNAM. Pp. 47-58.

[7]Ibídem.

[8] Ibídem.

[9] Bracho, J. Bracho, Jorge. (2009) “El mestizaje y su representación historiográfica”. Disponible:  Scielo México.  http://www.scielo.org.mx › scielo. Consulta:  diciembre 2020.

 

[10] Ibídem

[11] Ibídem

[12] Ibídem

[13] Ibídem

[14] Plasencia S., R. (2018). “El proceso de incorporación de la medicina tradicional y… Disponible: http://docs.bvsalud.org › biblioref › 2018/03 › el-… PDF. Consulta: 04/07/2021.

 

 

[15] Onlin Keith Sherwood”. U.S.A (2000), “Alternativa para la salud, Curación Espiritual”. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública (Revé Peri Medí Exp Salud Publica).

[16] El Diario. (2021) “La explosión que dejó más de 40 heridos en Monagas”.

 

 

 

[17] Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo (2019). Plan de la Patria. Venezuela.

[18] Moreno O., A.

[19] Ibídem

[20] Reyes S., G. L. et al. (2009). Diálogo de saberes: plantas medicinales, salud y cosmovisiones. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. ARFO Editores.

 

[21]Ibídem

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[28] Cabreses, F. (Conferencia Magistral), Neurociencia y medicina tradicional. Disponible: http://aplicaciones.cientifica.edu.pe › landing-page › ne… Consultado: febrero 2021

 

 

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación CII OVE

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