Montessori, Pikler y otras pedagogías alternativas a la educación tradicional que cobran cada vez más peso

Por: Clara González

La enseñanza tradicional, la de los libros, los exámenes, las clases magistrales y los deberes, es cuestionada por otras prácticas que no son nuevas pero sí están al alza

¿Han pasado de moda los exámenes, los libros de texto y los pupitres tal y como se conocían hasta ahora? En España, hay más de 600 centros registrados que emplean métodos educativos que se alejan de la mayoría, conocidos como pedagogías alternativas.
Waldorf, Montessori, Pikler o Charlotte Mason son, además de los nombres de sus iniciadores, métodos de enseñanza alternativos al sistema tradicional. A diferencia de este, que se basa en el llamado modelo de transmisión –del profesor al alumno–, las pedagogías activas son aquellas que ponen al niño en el medio y le dejan aprender por sí mismo.
La enseñanza tradicional, la de los libros, los exámenes, las clases magistrales y los deberes, es cuestionada por otras prácticas que no son nuevas pero sí están al alza. Si en la mayoría de los colegios, los profesores son los artesanos, las pedagogías activas convierten a sus alumnos en los artistas. María Montessori, Charlotte Mason o Rudolf Steinervivieron y murieron a principios del siglo pasado, pero sus enseñanzas son todavía aplicadas en colegios, guarderías y hogares todavía en 2023.

Waldorf

En 1919, el filósofo Rudolf Steiner recibió el encargo de fundar un colegio para los hijos de los empleados de la fábrica de tabacos Waldorf-Astoria. Así nace la escuela libre con el mismo nombre que tenía como características principales el ser abierta (recibía alumnos de distintos contextos escolares), mixta y con un plan de estudios que podía completarse en 12 años.
La pedagogía Waldorf se basa en un currículo que está basado en la etapa evolutiva en la que se encuentra, divididas por tramos de siete años. Por ejemplo, en este tipo de colegios no se enseñan matemáticas hasta los 7 años, en la segunda etapa. Tres conceptos definen el método: cabeza, corazón y manos, y a través de ellos el acercamiento pedagógico promueve un desarrollo global de la persona (intelectual, emocional y social y motor).
La tabla de equilibrio del método Montessori

La tabla de equilibrio del método MontessoriPexels

Método Montessori

Tras cuarenta años observando el desarrollo de los niños, Maria Montessori, una de las primeras mujeres médico de Italia, concluyó que si se deja que los alumnos sigan sus gustos e instintos aprenderá de manera más autónoma. El método mezcla en la misma aula a niños de distintas edades, que no tienen exámenes ni libros ni deberes para casa.
Fomentar el pensamiento crítico y el razonamiento propio son los objetivos finales de esta pedagogía, en la que se enseña en aulas sin pupitres en el que el alumno puede moverse con libertad y escoger la actividad que más le apetezca o guste, siempre de una manera guiada. Todas las opciones que se concentran en la clase están milimétricamente pensadas para los menores, con objetos (casi todos de madera) que la misma Montessori diseñó. Aunque en inicio se criticó a la educadora por fomentar el libertinaje en el aula, hay quien ve también cierta rigidez en el método.

Pikler

Las pedagogías activas se caracterizan, por regla general, en fomentar todo lo posible la autonomía de los niños. Además, el método Pikler presta especial atención a las necesidades psicomotrices, guiado por un adulto pero que no interviene, sino que tiene un papel de dar seguridad.
En los años 40, la médica austríaca Emmi Pikler trabajaba en un orfanato, donde comprobó que muchos de los niños que vivían allí tenían comportamientos asociados con el síndrome del Hospitalismo, un trastorno que sufren los bebés de seis a dieciocho meses que son separados de sus padres.

Proyecto Roma

Aunque fue concebido en su origen como un plan de investigación entre equipos de España e Italia, su impulsor, el doctor Miguel López Melero (catedrático en la universidad de Málaga), decidió universalizarlo por los beneficios que encontró en su método. La esencia de Roma es que cualquier persona puede aprender, puesto que nadie ha nacido siendo inteligente, sino que es a través del entorno y las experiencias como uno aprende.
No hay asignaturas, sino proyectos de investigación que se realizan de manera cooperativa en las aulas. A través de estos se busca que los estudiantes aprendan a comunicar, sentir, pensar, decidir y actuar.

Reggio Emilia

Además de una ciudad italiana de casi 170.000 habitantes, Reggio Emilia es la pedagogía impulsada por Loris Malaguzzi tras la Segunda Guerra Mundial. El maestro defendía que el conocimiento que han de obtener los niños les debe llegar a través de la observación y la experimentación, potenciando su creatividad.
La aventura educativa reggiana carece de programas educativos, sino una guía pedagógica que se basa en el aprender jugando con materiales poco estructurados en el que el niño es el protagonista de su aprendizaje y su maestro aprende con él. El aprendizaje se basa en el planteamiento de retos y problemas que los alumnos han de resolver mediante la investigación, la experimentación y la reflexión.
https://www.eldebate.com/familia/20230307/montessori-pikler-otras-pedagogias-alternativas-educacion-tradicional-cobran-cada-vez-mas-peso_98522.html
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Métodos de educación alternativa: ¿en qué se diferencian cada uno?

Por: Fernanda Ibáñez

Montessori, Waldorf, Reggio Emilia, Doman… ¿en qué consisten?, ¿cuáles son las diferencias entre cada uno?

Los modelos educativos son “la recolección de teorías y enfoques pedagógicos”, esto lo realizan los docentes con el objetivo de diseñar programas educativos, definir el proceso de aprendizaje y sistematizar la educación que se dará a los alumnos.

Los métodos de educación alternativos, de acuerdo a una investigación que realizó un grupo de profesores de la Universidad de Venezuela, se refieren a “un proceso educativo que facilite el aprendizaje y la enseñanza” al utilizar diferentes estrategias mediante los docentes para la interacción entre las diferentes personas de distintos campos de acción social. Al evaluar diferentes estrategias se define una pedagogía que se define como diferente a los métodos tradicionales de educación, que incluyen características como el formalismo, autoritarismo, memorización y repetición, los cuales la educación alternativa busca erradicar y encontrar nuevas maneras de educar a través de experiencias.

Hoy en día existen diferentes tipos de modelos educativos, estos los podemos observar en las instituciones que nos rodean, donde probablemente pasamos un tiempo en nuestra niñez o nuestra juventud, o tal vez seguimos involucrados en ellos hoy en día a pesar de haber finalizado nuestra etapa estudiantil. La Universidad Americana de Europa (UNADE) realizó una investigación acerca de los métodos educativos, en la cual destacan que hay cinco modelos que son más utilizados en la educación hoy en día, estos modelos son: el Tradicional, el Conductista, el Método Constructivista, el Sunbury y el Proyecto.

Sin embargo, hay métodos y sistemas educativos llamados “alternativos” que han sido creados al paso de los años que no han adquirido la misma popularidad que los que conocemos. Entre estos métodos alternativos algunos han ganado popularidad entre las familias y otros han ido adquiriendo seguidores a lo largo de los años. A continuación, presentamos seis métodos educativos alternativos.

Seis métodos de educación alternativa

  1. Método Montessori: En este método el objetivo es crear un ambiente “preparado, ordenado, estético, simple y real”, para que el alumno pueda encontrar la razón de ser de cada elemento y se pueda desarrollar. Además de que este método busca integrar a alumnos de diferentes edades en grupos para promover la socialización y el desarrollo de valores entre ellos. El docente trabaja como guía para ayudarl a los alumnos a desarrollar la confianza interior, la disciplina y el pensamiento por sí solos.

  2. Método Waldorf: Se basa en la realización de dinámicas para fomentar el aprendizaje cooperativo, con el objetivo de que los alumnos lleguen a ser sujetos activos de su propio aprendizaje. Esto se logra mediante la integración de las familias para que también se pueda adaptar a los alumnos que tengan algún trastorno de aprendizaje hacia el sistema tradicional.

  3. Sistema Amara Berri: Este sistema utiliza situaciones cotidianas para el aprendizaje, al igual que juegos para el desarrollo de competencias. Además de que establece que los alumnos deben de aprender como investigadores, mientras los docentes tienen un rol de guías en este proceso personal, al mismo tiempo de que respeta el ritmo de aprendizaje de cada alumno y potencia sus habilidades.

  4. Filosofía Reggio Emilia: Esta metodología nacida en 1945 dicta que los niños tienen que aprender al ser protagonistas de su aprendizaje con sus docentes como guías, respetando su ritmo y potenciando su curiosidad. Las aulas se diseñan a partir de esto, y con el objetivo de tener prácticas armoniosas para que los alumnos puedan disfrutar sin límites, cada espacio con su identidad y propósito. Las familias tienen un rol activo en estas experiencias estudiantiles.

  5. Educación popular / Escuela popular Paulo Freire: Este es un proceso de aprendizaje que funciona como una construcción de conocimiento, se caracteriza por tener diferentes corrientes de pensamiento y servir al pensamiento crítico. Es una práctica descolonizadora, democratizadora y antipatriarcal. Además de que funciona con creación, esfuerzo, y consolidación de los procesos organizativos de los sectores populares, culturales, políticos, etc.

  6. Pedagogía Doman: Esta pedagogía tiene como objetivo desarrollar la individualidad de cada alumno, con una concepción del ser humano amplia e integral. Trata de aprovechar la capacidad natural y espontánea del aprendizaje, por lo que tiene como finalidad el desarrollo integral del desarrollo físico, intelectual, emocional y social. Todo el método está basado dentro de esta finalidad.

 

Los modelos educativos se encuentran en una evolución constante, de acuerdo con lo que las nuevas generaciones exigen de su educación, más allá de los conocimientos que adquieren, son las habilidades, las herramientas, la experiencia y la inteligencia emocional factores que han tomado gran importancia en el desarrollo de los alumnos hacia su vida adulta. Estos métodos alternativos nos permiten plantearnos la pregunta de si los métodos que siguen utilizándose en las escuelas realmente siguen cubriendo las necesidades educativas que trae esta nueva era, o si podría ser tiempo para un cambio, o bien una adaptación.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/metodos-educativos-alternativos

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Diez ideas de Bertrand Russel sobre la educación perfectamente vigentes

Por: Jaume Carbonell

Se cumplen cincuenta años de la muerte de uno de los filósofos -también fue un gran matemático- más influyentes del siglo XX. También merece ser destacada su aportación a la educación. Aquí se rescatan algunas de sus ideas y textos.

Este pensador galés (1872-1970) recibió el Premio Nobel de Literatura en 1950, por la profundidad de sus textos y su humanismo. Russell fue un liberal progresista en el más noble sentido de la palabra, nada que ver con la pléyade de los numerosos políticos actuales que pervierten este término para alentar las políticas neoliberales y conservadoras más duras.

Dejamos la filosofía, y nos centramos en sus aportaciones educativas, recogidas sobre todo en su ensayo Sobre educación –con especial referencia a la primera infancia– (Espasa, Madrid, 1998), y que continúan siendo de una enorme actualidad.

¿De dónde le viene a Russell la preocupación por la educación? De dos acontecimientos que marcaron su biografía: la Primera Guerra Mundial, cuando se dio cuenta de que las escuelas convencionales fomentaban el militarismo. “Las escuelas públicas, a fin de conseguir hombres dispuestos a luchar, tenían que promover la estupidez”. El segundo fue el nacimiento de sus hijos. Frente a la insatisfacción de la educación autoritaria vigente, junto con su esposa Dora, decidieron abrir su propia escuela, con el nombre de Beacon Hill, a la que enviar a sus dos hijos. Un centro con carácter experimental, con poco alumnado en régimen de internado y externado, situada en plena naturaleza, siguiendo la estela de las escuelas activas y libres de la época. Una experiencia que Russell dirigió desde sus inicios, en 1927, hasta 1934, tomando el relevo Dora hasta una década después.

Las ideas educativas de este humanista se condensan, sumariamente, en estos diez puntos.

1.Oposición frontal a la escuela del Estado y de la Iglesia. Según él, sus enseñanzas impedían el desarrollo de la inteligencia, la libertad e independencia de criterio de la ciudadanía, sometida al adoctrinamiento y la propaganda: del Estado, al fomentar el patriotismo, el militarismo y el nacionalismo; y de la Iglesia, por perpetuar el dogma y la superstición, negando el acceso a la verdad y a la felicidad. “El nacionalismo y el cristianismo se imponen así en las mentes de los ciudadanos desde su más tierna infancia, cuando aún no tienen la oportunidad de pensar por su cuenta. La influencia del ‘rebaño’ acaba de completar esa tendencia hacia el conformismo”. Cabe recordar que la militancia pacifista de Russell frente a la II Gerra Mundial le provocó diversos problemas, como la expulsión del Trinity College de la Universidad de Cambridge.

2. Extensión del derecho a la educación. Esta va estrechamente ligada a la democracia: no se entiende una sin la otra. De aquí su empeño por el logro de la universalización del derecho a la escolarización en clave igualitaria, tratando de dar las mismas oportunidades a toda la población. “Es deseable como experimento que los padres tengan la oportunidad de ensayar nuevos métodos. Pero estos métodos debieran ensayarse con el fin de que llegaran a universalizarse en caso de éxito, en vez de relegarse al beneficio de unos pocos”. Por eso ponía como ejemplo las escuelas infantiles en los barrios más pobres impulsados por la doctora Montessori, de quien se convirtió en un fiel estudioso y admirador.

3. Educación útil y “ornamental”. Russell dedicó muchas páginas a discurrir sobre el concepto de utilidad, sobre sus diversas acepciones, tanto en los procesos como en los resultados, contraponiéndolo al de “ornamental”, que asociaba a la belleza, a la ética y al conocimiento valioso. Se hacía las mismas preguntas que otros muchos autores han formulado a lo largo de la historia de la humanidad acerca de la relevancia del “conocimiento inútil”, situado en la lógica económica del utilitarismo. ¿Es cierto que solamente el conocimiento útil es intrínsecamente valioso? ¿Es cierto que todo conocimiento intrínsecamente valioso es útil? Este pensador lo ilustra a partir de una obra de Shakespeare: “La comprensión de Hamlet puede no ser de gran utilidad práctica, pero da al hombre un dominio mental del que sería desagradable carecer y, en cierto modo, lo convierte en mejor ejemplar humano. Y este último conocimiento es el que prefiere quien arguye que la utilidad no es el único fin de la educación”. ¡Cuánto placer se obtiene del conocimiento inútil!

4. Curiosidad hacia el conocimiento. La curiosidad, el espíritu de libertad y aventura y la amplitud de criterio son cualidades a las que debe aspirar la educación para acceder al conocimiento, al tiempo que se hace tabla rasa de las creencias. “El espíritu científico exige, en primer término, el deseo de encontrar la verdad; cuanto más ardiente sea este deseo, mejor. Supone además ciertas cualidades intelectuales”. Entre estas se citan la observación, el rigor en el método, la disciplina científica, la paciencia y la concentración. El pensador galés propone que esta aventura intelectual no abrume al alumnado, sino que sea estimulante y sugestiva, al tiempo que la educación formal conecte con la vida: “Hagamos que la relación del conocimiento con la vida real sea palpable para los alumnos, y hagámosles comprender cómo puede transformarse el mundo por medio del conocimiento”.

5. Independencia desde la cooperación. Russel sostiene, al propio tiempo, la más absoluta independencia con la necesidad de cooperación, por aquello de la sociabilidad de los seres humanos. Ni el aislamiento intelectual ni la disolución en la masa conducen a ninguna parte. El saber precisa ser compartido, sobre todo en una sociedad que se dice democrática: “Donde quiera que haya competencia debe haber independencia. Pero el hombre no debe ser un erizo rodeado de púas para mantenerse siempre a distancia. La mayor parte de nuestras actividades ordinarias debieran ser cooperativas y la cooperación debe tener una base instintiva. Sin embargo, todos debiéramos capacitarnos para pensar por nosotros mismos en nuestra especialidad”.

Foto: Bassano Wikipedia. Dominio Público

6. La disciplina como hábito, no como obligación. La tesis es tan simple como conocida: la verdadera disciplina consiste, no en obligaciones externas, sino en hábitos cerebrales que conducen a actividades deseables. Su fuente de inspiración es, una vez más, María Montessori y su pedagogía científica, a la que dedicó múltiples comentarios elogiosos. “Cuando envié a un hijo mío de tres años a una escuela Montessori, pude notar que inmediatamente se hizo más disciplinado, y que aceptaba de buen grado las reglas de la escuela. Pero él no experimentaba sentimiento alguno de obligación externa: las reglas eran como las de un juego y eran obedecidas como un placer. Antiguamente se creía que a los niños no les interesaba aprender, y que sólo se decidían a estudiar atemorizándoles. Hoy se ha averiguado que la culpa no era de los niños, sino de los pedagogos”.

7. La enseñanza de la literatura. “A nada conduce, al enseñar literatura lo mismo a pequeños que a mayores, el que aprendan las fechas de los autores, los nombres de sus obras, etc. Lo que se puede hallar en un manual no tiene valor”. Sin embargo, y a diferencia de la opinión de psicólogos y educadores modernos, sí era partidario de la memorización para familiarizarse con pasajes de buena literatura: para gozar de la belleza del lenguaje hablado y escrito. Porque entiende que el entrenamiento memorístico también contribuye al desarrollo del pensamiento. Por otro lado, reivindica la necesidad de disponer de bibliotecas espaciosas y adecuadas en todos los colegios.

8. La enseñanza de la Historia y la Geografía. Sostiene este Premio Nobel que la historia debe conocerse de manera veraz y completa, y que no puede darse la espalda a la realidad por muy dramática que sea. “Yo he conocido a algunos pacifistas que querían que la historia se enseñase sin mencionar las guerras y creían que los niños vivían, durante el mayor tiempo posible, ignorando la crueldad del mundo. Pero no puedo elogiar ‘la virtud fugitiva y enclaustrada’, que depende de la ausencia de conocimiento”. Por otro lado, es partidario de enseñar geografía a partir de la fascinación que producen en la infancia los viajes imaginarios con barcos y trenes, mediante el soporte del Atlas, fotografías, cine y otros recursos que encienden su imaginación.

9. La conquista de la felicidad. Este es, precisamente, el título de uno de sus libros más emblemáticos. La educación y la democracia, que aplicó en su escuela y que teorizó en sus escritos, son de suma importancia para combatir las principales causas de la infelicidad actual: mala salud, pobreza y vida sexual insatisfactoria. Para ello hay que lograr la universalización de otros derechos democráticos y superar los prejuicios y la represión sexual. Russell conocía a fondo la obra de Freud y, aunque no era un entusiasta seguidor, sí le sirvió para desvelar los efectos que condicionaban la libertad sexual. Su discurso también aboga por la contención y la austeridad en la obtención de deseos materiales y de otro tipo: “Carecer de alguna de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad”.

10. Debate libre contra el adoctrinamiento. “Lo que se necesita no es la voluntad de creer, sino el deseo de averiguar, que es exactamente lo contrario”. Y en esta búsqueda de investigación de la verdad, presenta el debate, seriamente dirigido, como uno de los instrumentos más pertinentes. “En ellos el maestro no debería adoptar ningún partido, aun cuando sus convicciones fueran muy enérgicas. Cuando la mayor parte de los alumnos se pronuncian en un sentido, el maestro debe contradecirles, tan sólo para avivar la discusión. De otro modo, su actuación se reduciría a corregir equivocaciones en cuanto a los hechos. Así los alumnos verían en la discusión un medio de averiguar la verdad y no una contienda para obtener una victoria retórica”.

Tras leer textos como este, ¿quién puede negar la enorme actualidad de Bertrand Russell? Todas las grandes cuestiones educativas de hoy disponen de ilustres y sabios antecedentes. Desde hace un siglo, y desde mucho antes.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2020/02/26/diez-ideas-de-bertrand-russel-sobre-la-educacion-perfectamente-vigentes/

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Pedagogías alternativas a la educación tradicional

Redacción: La Vanguardia

Los métodos Waldorf, Montessori, Doman y Reggio Emilia son algunos de los enfoques alternativos que se han hecho un hueco en el sistema educativo.

La educación alternativa es aquella que busca una mayor libertad y participación del alumnado en los procesos de aprendizaje, alejándose de los proyectos educativos oficiales.Muchos pedagogos investigaron y desarrollaron nuevas metodologías educativas a lo largo del siglo XX, como Rudolf SteinerMaría MontessoriGlenn Doman y Loris Malaguzzi.

A día de hoy, muchos centros educativos apuestan por explorar estos métodos pedagógicos, que ofrecen una forma diferente de aprender y enseñar.

El método Waldorf

El austriaco Rudolf Steiner (1861-1925) es el fundador de la antroposofía, una corriente de pensamiento que aúna la filosofía con otras creencias espirituales. En este pensamiento se basa el método Waldorf, cuya primera escuela se fundó en 1919 en Stuttgart (Alemania).

El método Waldorf busca el desarrollo del cada niño y niña en un ambiente totalmente libre y cooperativo. En esta corriente educativa, el arte y los trabajos manuales tienen un papel protagonista y no se realizan exámenes para evaluaral alumnado.

Esta pedagogía otorga la misma importancia a los conocimientos adquiridos como al proceso de aprendizaje, ya que considera a la escuela un “espacio de renovación social”, según su propio impulsor.

 

El método Montessori

“No me sigan a mí, sigan al niño”. Es una de las citas más célebres de María Montessori (1870-1952), médico y matemática en sus inicios, cuya pasión por la educación la llevó a idear el método Montessori.

Nacida en Chiaravalle, una pequeña localidad al este de Italia, Montessori empezó su carrera en el mundo de la educación al tratar con niños con dificultades en el aprendizaje.

En 1907 fundó una guardería en el barrio de San Lorenzo de Roma, una zona desfavorecida con escasos recursos. Allí ideó y puso en práctica el método Montessori, que se basa en la necesidad de que los niños se adapten al entorno que les rodea. Además

Igual que el método Waldorf, esta metodología resalta el desarrollo físico y social del niño, así como su independencia y libertad.

En la actualidad, centros escolares de todo el mundo utilizan esta metodología, sobre todo en los ciclos de infantil y primaria. No obstante, también hay voces críticas que cuestionan la necesidad de comprar los materiales de la marca Montessori para poder poner en práctica esta metodología.

 

El médico estadounidense Glenn Doman (1919-2013) fue el impulsor de esta metodología, junto al neurólogo Temple Fay. Ambos comenzaron sus investigaciones al tratar con niños con lesiones cerebrales para luego trasladar estos avances a niños sanos.

La pedagogía Doman aprovecha la capacidad de aprendizaje natural y espontánea que tienen los niños y niñas. El objetivo principal es desarrollar todas las áreas sensoriales del cerebro a través de la estimulación temprana, cuando todavía son unos bebés.

El método Doman se divide en diferentes programas: lecturamúsicaescritura, lengua extranjeramatemáticaseducación física… Se trata de un método muy exigente que debe repetirse varias veces al día, sin que el niño se aburra de las actividades.

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El método Reggio Emilia

El pedagogo Loris Malaguzzi (1920-1994) es el artífice del método Reggio Emilia, nombre de la localidad italiana en la que nació esta “filosofía educativa” que desarrolla las capacidades de cada niño a partir de la expresión artística.

Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1944), numerosas mujeres se habían quedado viudas y tuvieron que buscar un trabajo fuera de casa para sobrevivir. ¿Dónde podían dejar a sus hijos? Un grupo de madres decidió unirse a un grupo de maestros y formar una red de escuelas autogestionadas.

Entre otros aspectos, el método Reggio Emilia se basa en entender el medio ambiente como educador, la presencia de distintos educadores en el aula, así como la participación de las familias y el desarrollo del conocimiento creativo de los niños y niñas.

Según explican en su página web, es una enseñanza impregnada de filosofía en la que no es necesario contar con materiales propios, sino que los niños y niñas se valen de su entorno e imaginación para aprender.

 

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Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20200117/472932614514/eduacion-montessori-waldorf-emilia-reggio-pedagogia.html
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España: Óscar Casado y los «trucos» del mejor «profe» de Primaria

Redacción: ABC

Su método, basado en la autonomía del niño, es «un punto intermedio» entre las metodologías activas» y las aportaciones de grandes pensadores de la educación como Montessori o Giner de los Ríos

Llega a la conferencia como un huracán, con la energía de quien disfruta lo que hace, trabajar porque la educación sea mejor y con más calidad y por enseñar a otros cómo hacer las cosas de manera diferente para que los niños tengan mejores resultados escolares. Es Óscar Casado, maestro en el CRA ERIA-Jamuz, que comparten las localidades leonesas de Castrocalbón y Jiménez de Jamuz, premiado como el mejor docente en la categoría de Primaria de los Premios Educa Abanca 2017.

Casado impartió una conferencia organizada por el sindicato ANPE en el IES Zorrilla para otros maestros en la que desgranó cuál es el método con el que quiere aportar una gota más a esa gran marea innovadora que está abriéndose paso en las aulas españolas. Fruto de su experiencia docente en distintas etapas educativas, Casado ha ido desarrollando una metodología nueva basada en la autonomía del niño y que pretende ser un puente para los docentes que quieren dejar las metodologías educativas tradicionales y apostar por metodologías activas. Habla con ABC mientras espera defender su tesis doctoral a comienzos de diciembre, en la que plasma su investigación con este nuevo método, «la autorregulación del aprendizaje».

Cuando comenzó a dar clase se dio cuenta de que «había muchas contradicciones entre lo que me habían enseñado y lo que luego me encontraba en las clases», que las clases tradicionales basadas en la lección magistral, lo que se llevaba haciendo mucho tiempo, «obtenían los resultados que obtenían». Pensó «vamos a cambiar lo que se hace para tener resultados diferentes». Empezó a investigar lo que tenían en común las metodologías activas que ya funcionan en los colegios, como el trabajo por proyectos, «flipped learning» (aprendizaje invertido), el aprendizaje cooperativo…, añadió ideas de grandes pensadores de la educación como Montessori o Giner de los Ríos, y descubrió que su base común era que precisaban de que el niño fuera autónomo. «Las metodologías en sí son correctas, pero fracasaban porque no se había tenido en cuenta lo que tenían que saber los niños antes», que tenían que ser autónomos, ser responsables, saber planificarse, etc., para poder trabajar con esas dinámicas nuevas.

«Los padres me cuentan alucinados que llegan a casa y se ponen a trabajar sin que les digas nada»

A partir de ahí, Casado ha desarrollado un método que «es un punto intermedio entre el modelo tradicional y las metodologías activas, para acercar los dos extremos» y puedan dar ese «salto» sabiendo qué herramientas deben aplicar. Lo primero de todo, responde, «explicar menos» y seguir, al modo como se hace en Infantil, un trabajo por rincones en los que cada alumno sepa lo que tiene que hacer. De este modo, el docente podrá centrar su atención en los que tienen dudas o aquellos que necesitan una atención mayor». En la clase tradicional «no puedo hacer atención a la diversidad porque cuando explico para todos es imposible que todos entiendan lo mismo, con lo cual, no puedo individualizar el aprendizaje, y van quedando lagunas en algunos niños que se van haciendo más grandes, más grandes, hasta que llega un día en que la distancia es tal que ¡ah!, ¡es que tienen que repetir curso!», afirma contundente.

Rincones como en Infantil

Organiza el aula de manera que, como en Infantil, cada uno pueda hacer una tarea y no todos tengan que hacer lo mismo a la vez. Deja participar a los niños a la hora de establecer qué tareas de las marcadas van a hacer primero y en cuánto tiempo, sabiendo que lo que no hagan en clase lo llevan como deberes. Así se planifican y organizan y aprenden a ser responsables. El cambio notado es notable, según este docente. «Los padres me cuentan alucinados que llegan a casa y se ponen a trabajar sin que les digas nada». Alguno, incluso, cuenta en su conferencia, corrige a los padres cuando estos le alteran su «agenda» de las tareas porque son más conscientes del tiempo que dedican a ellas y ya no son los padres los que les llevan de un lado a otro o tutelan constantemente sus deberes. Además, las dudas se resuelven en clase. porque una máxima de este método es optimizar y hacer más ágiles las correcciones, con autocorrecciones que ayudan más al alumno que una masiva, como se hacía antes.

Este docente que, con otros 30 maestros del grupo «Actitudes» colabora formando a profesores y con centros como los CFIE, ha observado, y lo recoge en su tesis, que los resultados mejoran, que los niños con necesidades reciben más atención y personalizada, «los niños están más motivados y son más autónomos», competencias que les servirán de mucho en el futuro, y hasta los grupos de WhatsApp de los padres han desaparecido porque, como cada uno tiene unos deberes, ya no tiene sentido que los padres se pregunten entre ellos «¿qué deberes hay para hoy?».

Fuente: https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-trucos-mejor-profe-primaria-201811261116_noticia.html

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«Los adolescentes son los grandes olvidados de esta sociedad»

España / 14 de enero de 2018 / Autor: María Cuesta / Fuente: ABC

Rebeldía, retos, enfados, cambios de humor… La adolescencia es probablemente la etapa más temida por los padres a la hora de afrontar la educación de sus hijos. Se trata, sin embargo, de una fase crucial en la vida de las personas, en la que se fijan muchos de los rasgos, recursos emocionales e intereses que tendrá el adulto del mañana. Si a ello se une un sistema educativo muy alejado de los intereses e inquietudes de los chavales el resultado puede ser explosivo. Porque, ¿cómo encaja esta revolución personal en la escuela? ¿Responde el sistema a las necesidades de estos años tan cruciales?

“La adolescencia es un periodo fascinante. En esta etapa los chicos están llenos de creatividad, ganas de aportar, de hacer del mundo un lugar más justo… Y sin embargo nuestra sociedad los ha apartado y se ha consolidado la idea de que la adolescencia son unos años a olvidar, que hay que pasar rápido. Pero nada más lejos de la realidad. Es una fase rebosante de potencial”. Quien responde es Sara Cardelús, directora del colegio City County School, uno de los pocos de Madrid que sigue la pedagogía Montessori -el término “Montessori” no está patentado, por lo que muchas escuelas lo añaden a sus nombres como reclamo aunque no siguen los principios de esta pedagogía- y el primero de España en lanzar un programa para adolescentes, que ha arrancado este año su primera promoción.

La historia de Cardelús es tan poco convencional como el colegio que dirige. Nació en Madrid, de madre americana y padre español. Su familia fue saltando de país en país por motivos laborales hasta que, a sus trece años, se asentó definitivamente en Estados Unidos. “Dejé el colegio temprano porque no me gustaba, me aburría. En la universidad todo cambió y me di cuenta de que las cosas no tenían por qué estudiarse como yo las había estudiado”. Ingresó en la Columbia University para estudiar literatura comparada e historia antigua, luego realizó varios máster y se formó en Montessori para niños de seis a doce años y adolescentes.

Detalle de materiales Montessori del colegio
Detalle de materiales Montessori del colegio-Maya Balanya

“Hay expertos que aseguran que buena parte de los grandes logros de la humanidad debieron de emprenderlos adolescentes. ¿Quién si no se lanzaría a explorar nuevos territorios o mares? ¿Quién se atrevería a hacer este tipo de locuras sino un adolescente?”, prosigue Cardelús. Lo que ocurre es que, en su opinión, actualmente tanto la sociedad como el sistema educativo se han convertido en un entorno muy hostil para los chicos de esta edad. “En general para toda la infancia pero en particular para la adolescencia. A los niños más pequeños se les recibe con una sonrisa, no a los adolescentes. Además, los chicos de estas edades tienen necesidades concretas que son muy difíciles de cubrir con nuestro ritmo de vida actual. En concreto, podrían resumirse en tres: una tribu a la que pertenecer, un adulto de referencia distinto a sus padres y que sirva de guía y trabajar en cosas que para ellos tengan sentido”.

Es cierto que la tribu, los amigos, siguen estando allí, pero las redes sociales está haciendo que las relaciones se estén despersonalizando a pasos agigantados. El adulto de referencia solía ser un tío o un abuelo, que acompañaba al niño pero sin ser una figura de autoridad tan fuerte como los padres. “Ahora, por desgracia, los adultos están demasiado ocupados y normalmente pendientes del “ring” de un whatsapp”. Por último, el sistema educativo está muy alejado de los intereses de los chicos. “¿Qué padre de chavales de esta edad no le ha oído quejarse de que no sabe para qué le va a servir aprender a hacer matrices?”

En el colegio City Country no hay asignaturas, notas ni exámenes y en las clases conviven niños de distintas edades. Una fórmula con la que cada vez se trabaja más en los primeros años de escolarización, pero que aún es la excepción para los más mayores. El programa para adolescentes del City Country echó a andar en septiembre y por ahora son pocos niños pero Cardelús está muy satisfecha con el resultado. Los adolescentes trabajan en grupo, investigan sobre historia o literatura siguiendo sus intereses personales, recorren el Madrid antiguo y sus museos, ponen en marcha proyectos de microeconomía, practican deporte (en el centro se imparte Aikido, un arte marcial japonés, tres veces a la semana), cocinan, salen al campo y hacen cerámica de la mano de un reputado ceramista. Los profesores acompañan y guían a los chicos “de tú a tú, buscando que la autoridad esté basada en la admiración y el respeto, no en el miedo”. De hecho, el personal está formado en disciplina positiva y comunicación no violenta.

El juego al aire libre es parte fundamental del día a día del colegio
El juego al aire libre es parte fundamental del día a día del colegio – MAYA BALANYA

“Podría decirse que hay dos tipos de educación. La educación de preguntas y la de respuestas. En general, el sistema se basa en las respuestas: suele haber sólo una para las preguntas que se plantean y, además, la correcta la tiene el profesor. La pedagogía Montessori trata de que el conocimiento se construya a través de las preguntas que se hacen los alumnos. La función del profesor es acompañar en este proceso”, explica Cardelús.

Pero, ¿cuál es el nivel académico de los chicos que se educan en este tipo de centros frente a los que siguen una educación tradicional? Es, sin duda, la pregunta del millón, aunque no tiene todavía una respuesta basada en evidencias. “Estamos formando a la primera promoción y por lo tanto no podemos comparar con los estudiantes españoles de otros centros. Eso sí, en Estados Unidos o México, donde sí que hay centros de este tipo, los alumnos cursan los bachilleratos más exigentes con resultados muy exitosos. Pero, bajo mi punto de vista, que un alumno tenga que aprenderse de memoria un temario muy extenso no significa que vaya a aprender más. Quién no conoce a algún adolescente que se ha pasado el curso en blanco y que al final ha sacado el curso a empujones”, se pregunta Cardelús.

El objetivo de este centro es que los niños “aprendan a aprender”. En un mundo que cada vez avanza más rápido y donde la información vuela de un teléfono a otro, Cardelús apuesta por la profundidad de conocimiento y la perseverancia. De hecho, los alumnos investigan durante seis años sobre algunos temas tan amplios como pueden ser la arena o las monedas. “Llegan a ser verdaderos expertos lo que, desde mi punto de vista, es algo que marcará la diferencia en el futuro”, concluye orgullosa.

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¿Y si estamos ahogando la sed de aprender de los niños con un bombardeo de estímulos?

Por: Catherine L’ecuyer

Los incentivos externos saturan los sentidos, empachan y anestesian la capacidad de saborear lo lento de lo ordinario

Qué curioso que el niño de 18 meses vaya corriendo hacía el enchufe y tire del mantel sin que tengamos que prometerle recompensas a cambio. Ni los castigos, ni los más severos, pueden contra el poderoso deseo de conocer, ese asombro, esa curiosidad innata que lleva en sí el joven aprendiz. «En cada una de esas deliciosas cabezas se estrena el mundo por primera vez, como en el séptimo día de la creación», decía Chesterton. Cabe preguntarnos lo que ocurre años después y adonde se marchitó el interés para aprender, que hace elucubrar a tantos gurús de la educación sobre los métodos más indicados para paliar su ausencia.

Estamos asistiendo a un desencanto por la educación formal, que desencadena un juicio en el que se la acusa de mecanicismo y de conductismo, por lograr sus objetivos cortoplacistas a través de premios y castigos externos que nunca llegan, como es lógico, a modelar el interior de la persona. Con razón, se salta con entusiasmo al mantra del protagonismo del alumno en el aprendizaje. Pero habrá que ver si todos entendemos lo mismo por ello y si los medios que se proponen son los adecuados para revertir la situación. Montessori ya decía que no era lo mismo que el niño quiera hacer todo lo que hace, que dejarle hacer todo lo que quiere. Menudo matiz.

Cabe ampliar la mirada y preguntarse por el papel que tienen esas gafas en dos dimensiones a través de las cuales los niños estrenan la realidad, como lo hacían aquellos personajes encadenados de la caverna de Platón que se contentaban con las sombras. ¿Son reales aquellas sombras? Por supuesto, pero empobrecidas reducciones de la realidad. Es curioso que el cine en tres dimensiones nos emocione tanto —quizás anhelamos secretamente re-inventar el teatro—, mientras nos empeñamos en quitar la tercera dimensión de la vida misma, convirtiendo el mundo en un lugar plano y sin profundidad, con más pantallas que ventanas.

Cabe levantar la mirada. Cabe preguntarse por el efecto de desplazar el locus de control —ese secreto lugar desde el que arranca la acción de cada uno— hacía fuera de la persona, convirtiendo al niño en un periférico más y el aula en una diversión continua. Con ese parche, ¿no estaríamos generando más de lo mismo, es decir un conductismo disfrazado de apetecible? Denunciamos el rígido proceso educativo que llena al niño como si fuera un cubo vacío. ¿Y si fuera el mismo niño ahora el que se llena a sí mismo —»a ver lo que me echan»— de todo aquello que encuentra navegando felizmente? ¿Eso nos pasará por confundir diversión con juego, o fascinación con asombro?

Hace miles de años, Platón dijo que educar es ayudar a desear lo bello. Hace unos años, Steve Jobs dijo que había que diseñar los teléfonos inteligentes de forma que le entren «ganas al usuario de lamerlos». ¿Que sobre gustos no hay nada escrito? Sobre belleza hay mucho escrito, lo que pasa es que la generación que viene lee muy poco. Como decía Gisela, en el opera de Chaikovski del mismo nombre, «¿cómo puedo desear ardientemente lo que solo puedo ver confusamente?»

Y si volviésemos a la primera causa de todas y nos preguntáramos: ¿dónde marchitó aquel asombro? ¿Y si la sed de aprender se hubiera ahogado en un océano de información sin sentido, en un bombardeo de estímulos externos compuestos por ruidos, contenidos y horarios que no respetan el orden interior de los niños, y por qué no decirlo también, de nosotros sus padres? Para que la sed sea sostenible, es preciso dejar beber poco a poco a la persona de una fuente que se ajuste a sus necesidades reales. ¿Hay que sorprenderse si uno se ahoga intentando tomar un sorbo de una boca de incendio? El asombro es lento, saborea la realidad a la que se acerca por primera vez, o como si fuera por primera vez. En cambio, los estímulos externos que saturan los sentidos empachan, embotan, anestesian el deseo, la sensibilidad y la capacidad de saborear la dimensión estética y lo lento de lo ordinario.

Ya lo decía Christakis, el neuropediatra con más publicaciones científicas sobre el efecto pantalla: «Una exposición prolongada a cambios rápidos de imágenes durante el periodo crítico de desarrollo condiciona la mente a niveles de estímulos más altos, lo que lleva a una falta de atención más adelante en la vida». En otras palabras, la mente del niño se acostumbra a una realidad que no existe normalmente en la vida real. Y entonces, cuando la mente del niño o del adolescente vuelve a experimentar la vida ordinaria real, todo le parece extraordinariamente aburrido o agobiante, porque no puede ver la belleza en la vida cotidiana. Como no capta la belleza, el niño no se siente atraído por nada y se distrae fácilmente —la distracción es lo opuesto a la atracción—, haciéndose así completamente dependiente del entorno externo. Como decía Edith Stein, uno siente esta insensibilidad como algo que no está de acuerdo con lo que debiera ser la realidad, y eso hace sufrir, o agobia.

Ante el embote y la insensibilidad, el umbral de sentir del niño sube a niveles dramáticamente altos, lo que le deja en un estado que oscila entre la apatía, la hiperactividad y la inatención. En un desesperado intento de reconectar con la realidad, el niño busca compulsivamente y a ciegas sensaciones nuevas, que le introducen en un círculo vicioso que le desconecta aún más de la lentitud de la realidad y le impide dejarse medir por ella.

Ahora bien, aprender consiste esencialmente en dejarse medir por lo real. Y la principal condición que favorece esa introducción en la realidad total es la atención sostenida, que no es lo mismo que la fascinación ante estímulos llamativos e intermitentes, por mucho que algunos los llamen «métodos activos de aprendizaje». Si esos métodos están fundamentados en llamar la atención de forma artificial, en el mejor de los casos paliarán la ausencia del interés por aprender, pero no irán más allá. Es preciso volver a la causa, la primera de todas: el asombro. Ya lo profetizó Chesterton cuando dijo que «el mundo nunca tendrá hambre de motivos para asombrarse; pero si tendrá hambre de asombro». La educación en el asombro es un intento de dar la vuelta a la profecía de Chesterton para que, en el medio de tantas distracciones, nuestros hijos puedan otra vez asombrarse ante lo irresistible de la belleza que les rodea.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/05/29/mamas_papas/1496047869_711835.html

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