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Las insurrecciones populares no caben en las urnas

Por: Raúl Zibechi

Aunque los movimientos anti-patriarcales y anti-coloniales han desplegado sus alas en las últimas décadas, los resultados en la cultura política hegemónica aún son muy débiles. Los medios de comunicación no hegemónicos y las izquierdas siguen reflejando, en sus coberturas y discursos, la enorme dificultad para trascender las formas más tradicionales de dominación.

Las recientes elecciones en Ecuador son una prueba de ello. La atención desplegada ante la posibilidad de que Yaku Pérez alcance la presidencia por Pachakutik no se compara con la que obtuvo el levantamiento indígena y popular de octubre de 2019.

Por más que este levantamiento sea un parteaguas en la historia reciente del país andino, las miradas vuelven una y otra vez hacia las urnas, aunque éstas nunca modifican la relación de fuerzas. La votación de Yaku roza el 20%, siendo la más alta en la historia del movimiento indígena, claro reflejo de la potencia del levantamiento de octubre.

La candidatura de Yaku arrasó en la selva, obteniendo el 50% de los votos en Morona Santiago. En la sierra superó el 40% en Chimborazo, Cotopaxi, Cañar, Bolívar y Azuay, algo que no pudo repetir en Pichincha, Imbabura y Carchi, en la región andina al norte del país. En la costa se impuso Andrés Arauz, el candidato del progresismo, corriente que se volvió hegemónica durante la década de gobierno de Rafael Correa, desplazando la tradicional hegemonía de la vieja derecha.

Una división geográfico-política del país que merece explicación

Yaku Pérez encarna la resistencia de las comunidades rurales, y cada vez más de las ciudades medianas, al extractivismo minero que se viene desplegando en la sierra andina y en la selva, pero también a la expansión de la frontera petrolera. También es alternativa al progresismo que se empeñó en un “desarrollismo” anclado en la minería, que judicializó y criminalizó la protesta indígena y popular atacando a la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador), a los sindicatos y agrupaciones estudiantiles.

Yaku fue uno de los cientos de dirigentes acosados y encarcelados por el gobierno de Correa. Proviene de la resistencia anti minera en la provincia de Azuay, donde las comunidades se vienen movilizando contra la minería aurífera que contamina las nacientes de los ríos y los páramos productores de agua. En 2019 fue elegido prefecto de Azuay y en las recientes elecciones el 81% de los habitantes de Cuenca, capital de la provincia y tercera ciudad del país, se pronunció a favor de detener la actividad minera.

El apoyo de los ecuatorianos a Yaku Pérez no es un cheque en blanco a su persona, sino la forma de canalizar el levantamiento de octubre. Ese mes, durante diez días decenas de miles coparon el centro de Quito para revertir el paquete de medidas neoliberales del gobierno de Lenín Moreno. Ganaron y esa victoria es lo que permite decir que hubo un quiebre en Ecuador.

Como ya había sucedido en los levantamientos anteriores, desde el primero en 1990, la región costeña se mantuvo al margen y la movilización se concentró en las regiones de mayorías indígenas. Mientras en éstas predomina la economía agrícola, sostenida por miles de comunidades rurales, en la costa predomina la producción agroexportadora en la cual el banano juega un papel destacado.

Las ciudades son un tema aparte: en Quito, con 3,5 millones y amplia población indígena y mestiza (sólo un 6% se definen blancos), el peso del sector terciario y financiero, con su corolario de masiva economía informal, se está convirtiendo en un bastión de la derecha vinculada al capital financiero.

Por mucho que nos pese, un gobierno de Yaku Pérez, que estuvo al borde de pasar a la segunda vuelta, no habría conseguido sus principales objetivos como frenar la mega minería y dejar atrás el neoliberalismo. Con apenas el 20% de los escaños, está obligado a pactar con las demás fuerzas que apoyan fervientemente el extractivismo.

El levantamiento de octubre alcanzó para revertir el paquete neoliberal, pero fue insuficiente para deslegitimar el neoliberalismo. La continuidad de aquel movimiento no puede buscarse en las elecciones, ni en las pasadas, ni en las futuras. El propio levantamiento marcó el rumbo: su principal creación fue el Parlamento Indígena y de los Movimientos Sociales, donde convergieron más de 180 organizaciones.

“Una Minga por la Vida” fue el programa elaborado por el Parlamento, que en la campaña electoral fue retomado por Yaku Pérez como su plataforma de gobierno.

Aquel Parlamento de abajo no se extinguió. Recorrió parte del país promoviendo el programa alternativo que elaboraron sus integrantes, agrupando movimientos locales y generando debates. Comenzó a recorrer un camino, lento y trabajoso, necesario para organizar a las y los de abajo hasta que la campaña mediático-electoral desplazó los problemas centrales del Ecuador.

El futuro no va a emerger de las urnas sino de la capacidad de los movimientos y de los pueblos de seguir transitando por las brechas abiertas por el levantamiento, profundizarlas hasta neutralizar un modelo de muerte, de expropiación del agua y la tierra.

Fuente: https://desinformemonos.org/las-insurrecciones-populares-no-caben-en-las-urnas/

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Ecuador: la izquierda frustrada

Ecuador: la izquierda frustrada

Juan J. Paz y Miño Cepeda

En un artículo anterior (https://bit.ly/319nsQZ) traté sobre la trayectoria histórica de la izquierda partidista en Ecuador. Sobresalen: PSE, PCE, PSRE, PCMLE, MPD (hoy Unidad Popular) y otras agrupaciones menores, que asumen ser marxistas. Desde luego, a partir del derrumbe del socialismo real, la izquierda no se reduce a los partidos marxistas, ni exclusivamente a esta teoría, pues América Latina, durante el ciclo de los gobiernos progresistas, demostró que era posible el fortalecimiento de nuevas izquierdas.

Destacan, ante todo, los movimientos sociales, pues tanto el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), que integra a varias centrales (CEDOCUT, CTE, CEOSL, UGTE, FETMYP, UNE, FENOGOPRE), así como el indígena, con su organización central, la CONAIE (https://conaie.org) y su brazo político Pachakutik (https://bit.ly/3frEX4a), se autodefinen como sectores de izquierda. También lo hacen distintas organizaciones de trabajadores públicos, del movimiento estudiantil, grupos feministas, ecologistas y otros minoritarios.

Pero hay una izquierda social, que es más amplia que las izquierdas partidistas y que las izquierdas “movimientistas”, reducidas, frecuentemente, a simples clubes o membretes políticos. Esa izquierda social históricamente se formó con el avance del siglo XX.

Su más remoto origen está en el sector radical del liberalismo, que respaldó a Eloy Alfaro y sus políticas (1895-1912). También se identificó con las causas del naciente movimiento obrero y ha cultivado la memoria crítica contra la matanza de trabajadores el 15 de noviembre de 1922. La Revolución Mexicana (1910-1940) y sobre todo la Revolución Rusa (1917) afirmaron la conciencia social favorable a los trabajadores, campesinos, indígenas e incluso la creciente tendencia al cuestionamiento al capitalismo y al sueño por un “socialismo” todavía difuso. Capas medias, intelectuales, profesionales y una amplia gama de sectores populares se identificaron con el proceso de la Revolución Juliana (1925-1931). La militancia activa o el respaldo a los partidos Socialista y Comunista llenó las expectativas de muchos, en una época en la que tales agrupaciones hicieron verdadera acción social, cultural y política. Y, como ha sido bien reconocido y estudiado por diversos investigadores, desde los años treinta la literatura y el arte de contenido social no solo sirvieron como denuncia de las condiciones de vida y de trabajo en el país, sino que dieron expresión a aquellos sectores identificados con la izquierda. Los ensayos políticos, así como los primeros estudios sociológicos, antropológicos, indigenistas, laboristas y hasta económicos, iniciados por prestantes figuras de la intelectualidad nacional, tanto como la labor de profesionales y académicos en las universidades públicas, igualmente han servido para alimentar la conciencia social, el cuestionamiento a la dominación oligárquica, la sensibilidad humanista, que han enriquecido el espacio de la izquierda social ecuatoriana.

Sin embargo, la gran “politización” izquierdista de la sociedad ecuatoriana ocurre a partir de la década de 1960. Se combinan múltiples factores: la Revolución Cubana (1959), las luchas guerrilleras en distintos países, así como la guerra fría y el clima de represión indiscriminada que desató el “anti-comunismo”, los éxitos y avances de los países socialistas, los movimientos por la paz y contra la guerra de Vietnam, el mayo francés (1968) y su influencia mundial, la difusión del marxismo, el activismo universitario, la cultura “anti-sistema” a través de la nueva música, el arte y sobre todo el “boom” de la literatura latinoamericana, las reacciones contra el imperialismo, el recambio con nuevas generaciones de “radicales” y “rupturistas”, etc. En la década de los setenta ya existía un amplio espectro de izquierdas sociales, identificadas con tres principios decisivos: una conciencia anticapitalista; una conciencia social y humanista, variada, favorable, ante todo, a los sectores populares, que rechazaba a la “burguesía” como clase, y que se extendía desde el cristianismo de la doctrina social católica y la teología de la liberación, hasta los marxistas independientes de cualquier partido tradicional; y una conciencia democrática, que podía aceptar los valores de la “democracia burguesa” (por allí cabe entender a la centro-izquierda) tanto como al socialismo, como único régimen posible de salida al capitalismo.

Hay marxistas que no han sido capaces de entender estas dinámicas de la sociedad, de modo que se han apresurado a juzgar como “derechista” toda posición que no es marxista, ni acepta exclusivamente sus tesis anticapitalistas o su dogmatizado “socialismo”, lo cual hoy es evidentemente cuestionable, porque nadie puede definir, con absoluta firmeza, lo que será ese sistema, una vez que se produjo la implosión del socialismo totalmente estatista. Bien puede hablarse del socialismo nórdico europeo, o del canadiense; pero también del “socialismo de mercado” de China; o tomar como ejemplo las importantes reformas económicas en Cuba, que debieron impulsarse en medio del “período especial” (1990-1996) y el bloqueo norteamericano (hoy agudizado con la política Trump), que son experiencias inéditas, que ningún otro país latinoamericano ha experimentado, exceptuando hoy a Venezuela, que sin tener una economía “socialista”, también sufre un bloqueo comparable con el cubano.

Desde 1979, el amplio espectro de la izquierda social no ha encontrado representación en los partidos de la izquierda ya conocidos; también ha observado con frustración los magros resultados electorales obtenidos en todo momento por ellos y por los movimientos sociales que se aliaron para conformar frentes supuestamente representativos de toda la tendencia; y, sin duda, cuestiona a visibles líderes de esas agrupaciones, que han perpetuado, hasta el presente, sus comportamientos acomodaticios, personalistas y típicamente enmarcados en las prácticas de la “partidocracia”. Pero también es necesario comprender que las izquierdas sociales igualmente anhelaban gobiernos más cercanos a sus definiciones y tendencias, cuando apoyaron a candidatos como Jaime Roldós (1979-1981) o Rodrigo Borja (1988-1992) y hasta creyeron en Lucio Gutiérrez (2003-2005). Tuvieron participación activa en el derrocamiento de tres gobiernos: A. Bucaram (1997), J. Mahuad (2000) y L. Gutiérrez (2005). Ha existido mayor claridad y definición con el respaldo que han dado a las huelgas nacionales del FUT a inicios de la década de los ochenta; al movimiento indígena y su indudable presencia nacional a partir del levantamiento de 1990; a las luchas populares en distintos momentos de la historia contemporánea; el repudio y cuestionamiento a los gobiernos de la derecha política; el rechazo al TLC o a los acuerdos con el FMI, así como al modelo neoliberal o empresarial-oligárquico. La izquierda social respaldó la movilización popular de octubre 2019 de diversas formas y también sufrió la represión.

Sin duda, amplios sectores de las izquierdas sociales se identificaron con el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) y lo respaldaron, porque vieron en él una alternativa de nueva izquierda, que pasó a formar parte del progresismo latinoamericano. En poco tiempo, los dirigentes del partidismo y del movimientismo ya señalado, rompieron con este gobierno por una serie de causas, pasaron a combatirlo y han negado al “correísmo” alguna ubicación en la izquierda, pues consideran que solo se trató de un ciclo más de la “dominación burguesa” en Ecuador. Además, acusan a Correa de haber “criminalizado” la protesta social y haber “destruido” a la izquierda. Obviamente estos sectores fueron políticamente confrontados por Rafael Correa, quien los calificó como “izquierda infantil”.

Considerándose como la “auténtica” y hasta “única” izquierda en el país, en 2013, los sectores mencionados decidieron enfrentar al “correísmo” y articularon la “Unidad Plurinacional de las izquierdas”, integrada por Pachakutik, CONAIE, ECUARUNARI, Montecristi Vive, MPD, PCMLE, Partido Participación, Socialismo Revolucionario, RED, Movimiento Participación Democracia Radical, Poder Popular, Movimiento Convocatoria por la Unidad Provincial, FUT y Frente Popular (UNE, FEUE, FESE, UGTE, CUBE, CONFEMEC, FEUNASSC, JRE, CUCOMITAE, UNAPE, UCAE, UAPE, JATARISHUN, UNAP), que propuso como candidato presidencial a Alberto Acosta (en binomio con Marcia Caicedo). Pero todo ese sector de la “izquierdosidad”, para utilizar un concepto que emplea la investigadora argentina Irma Antognazzi (me ha escrito que en su país se observa igual comportamiento político) apenas alcanzó el 3.26% de la votación, lo que significa que no votaron por ellos sino una fracción de sus partidarios, militantes o “bases”; mientras, paradójicamente, el binomio Rafael Correa/Jorge Glas, alcanzó su mayor votación histórica, pues obtuvo el 57.17% de los votos (y 100 de 137 asambleístas), derrotando a todos los 7 contendores de derecha y de izquierda, en la primera vuelta.

La experiencia histórica no fue asimilada: los partidos y movimientos más importantes de la izquierdosidad, al no comprender el espacio ni las dinámicas históricas de la izquierda social, volvieron a reproducir el mismo comportamiento en 2017, cuando se conformó el “Acuerdo Nacional por el Cambio” (MUP, ID, Pachakutik, CONAIE, PSE, RS, PCMLE, Montecristi Vive, FUT, FP, RA, UNE  y una serie de movimientos menores), que patrocinó al binomio Paco Moncayo/Monserratte Bustamante, quienes, además, eran personalidades ajenas a sus filas y militancias propias. Alianza País (AP), por su parte, propuso al binomio Lenín Moreno /Jorge Glas. Por segunda ocasión, el partidismo y movimientismo de la “auténtica” izquierda, apenas logró el 6.71% (al menos duplicando lo obtenido en 2013) de los votos. Moreno tuvo que pasar a la segunda vuelta, en la que logró un apretado 51.16% de la votación frente al exbanquero Guillermo Lasso, patrocinado por CREO, con apoyo de las derechas políticas, económicas y mediáticas, quien obtuvo el 48.84% de la votación. No se puede soslayar un hecho histórico inédito: dirigentes y militantes de la izquierdosidad convocaron y hasta realizaron una campaña activa para que se votara por el millonario banquero, al que preferían, antes que dar el respaldo a un candidato del “correísmo”.

La izquierda social nunca se esperó el giro gubernamental de Moreno ni la restitución del modelo empresarial-oligárquico en la economía. Sin embargo, dirigentes, líderes e intelectuales del partidismo y del movimientismo de la izquierdosidad se unieron a la “descorreización”, apoyaron el referendo y consulta de 7 preguntas que el gobierno realizó (febrero 2018) para legitimar su reforma institucional del país, respaldaron activamente las labores del Consejo Transitorio de Participación Ciudadana nombrado para ello, y sostuvieron, de uno u otro modo, al “morenismo”, aunque hoy aparecen confrontando sus políticas.

Desde luego el “correísmo” ha sido seriamente afectado por los casos de corrupción descubiertos y por las debilidades que el proceso de la Revolución Ciudadana dejó como herencias, las cuales han sido mejor advertidas con el paso del tiempo. Aún no está claro cómo y con quiénes podrá articular una candidatura que permita captar el apoyo de las izquierdas sociales. Pero, ¿logrará el “correísmo” una fuerza cercana a la que tuvo en el pasado? Del otro lado, parece que tampoco se quiere asumir las experiencias históricas, pues nuevamente las dirigencias de las “auténticas” izquierdas se preparan para las elecciones de 2021, sobre la base de unificar fuerzas contra el “correísmo”. Se adelanta Pachakutik, con un precandidato presidencial ampliamente reconocido por ser un actor decisivo del anticorreísmo indígena (https://bit.ly/2PgFqvx). Parece que en su elección primó esa postura, a tal punto que resultan muy sintomáticas las reacciones inmediatas que tuvieron, entre otros, tres articulistas movidos por el mismo espíritu político: uno de ellos sostiene que Leonidas Iza “marcó la cancha electoral para poner distancia con el populismo autoritario y corrupto de los correístas” (https://bit.ly/2D5z93m); otro apunta todo lo contrario, porque al decidirse por Yaku Pérez “muere ahogado el sueño correista de apropiarse del movimiento indígena para usarlo como catapulta de regreso al poder” (https://bit.ly/39T42nt); y un tercero opta por una fantasmagórica apreciación: “Tanto Vargas [Jaime] como Leonidas Iza, su cerebro a distancia, pertenecen a esa fracción de la dirigencia indígena que, si dependiera de ellos, casi preferirían contar con un brazo armado que con uno político. Y los aspirantes a ser eso (el movimiento de Cotopaxi, los Mariáteguis y otros talibanes) ya tomaron su decisión: quieren a Iza”. (https://bit.ly/2DuNW7k -2/8/2020:22h).

Lo que asombra es que días más tarde, el Consejo Ampliado de la CONAIE decide “dejar sin efecto” las resoluciones de Pachakutik; exhortar a que las candidaturas se realicen “en coordinación y participación, con voz y voto, de la estructura organizativa del movimiento indígena”; y “respaldar a los compañeros Jaime Vargas y Leonidas Iza Salazar como precandidatos a la Presidencia de la República del Ecuador” (https://bit.ly/31xXxm5). Una situación comparable con la que ocurrió en 2016, es decir hace 4 años, a la cual me referí en dos textos que parecen tener plena actualidad: una nota en FaceBook, difundida el 7 de agosto de 2016, que titulé: “Movimiento indígena: ¿cuál es su representatividad política?” (https://bit.ly/3in5K3E); y un artículo que publiqué en diario El Telégrafo el 8 de agosto de 2016, con el título: “Movimientos sociales y política electoral” (https://bit.ly/30AAt7a).

En todo caso, ¿será posible que esta sea la tercera oportunidad para demostrar que ahora sí las agrupaciones y movimientos del anticorreísmo, han pasado a convertirse en la alternativa política que el amplio espectro de las izquierdas sociales anhela? Por lo pronto, tienen a su favor el hecho casi seguro de que Rafael Correa no podría ser candidato y que el “correísmo” no tendría un partido que le represente, si finalmente se imponen las arbitrariedades de los organismos electorales; pero también cuentan a su favor con el lawfare, la judicialización selectiva y la persecución a los “correístas”, en medio de un ambiente nacional en el que hegemonizan las fuerzas de la derecha económica, política y mediática.

Por sobre esos conflictos y posiciones irreductibles entre dos bandos, que polarizan sus propias posiciones ideológicas y marginan las posibilidades de la tan proclamada “unidad”, la amplia gama de la izquierda social mantiene la esperanza de que alguna fuerza política logre representar verdaderamente sus ideales e intereses y que finalmente se instaure un gobierno que dé continuidad a los procesos que ese sector ha respaldado desde inicios del siglo XX, entre avances y retrocesos, a pesar de las frustraciones cíclicas. De lo contrario, las derechas políticas, económicas y mediáticas asegurarán la continuidad del modelo empresarial-oligárquico, que el “morenismo” supo afianzar en apenas tres años.

Autor: Juan J. Paz y Miño Cepeda

Fuente de la Información: http://www.historiaypresente.com/ecuador-la-izquierda-frustrada/

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Movimiento indígena de Ecuador espera la normalización de las tarifas de combustibles y pasajes para este martes

América del Sur/ Ecuador/ 15.10.2019/ Fuente: actualidad.rt.com.

La organización ha ofrecido una conferencia de prensa, donde, además, pidió la renuncia de los ministros de Defensa e Interior por la represión durante las protestas.

 

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) espera que desde este martes 15 de octubre se normalicen «todas las tarifas de la gasolina, diésel, pasajes» en el país, tras el acuerdo alcanzado este domingo con el Gobierno.

Este lunes, la CONAIE y las organizaciones regionales que la integran, ofrecieron una conferencia de prensa, donde ratificaron lo conseguido con la administración del presidente Lenín Moreno, que contempla la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883; ese texto establecía la eliminación del subsidio estatal a los combustibles y fue el detonante de las fuertes manifestaciones en todo el país desde el pasado 3 de octubre.

Wambra@wambraEc

Jaime Vargas @CONAIE_Ecuador “queremos informar que se ha DEROGADO el Decreto 883, esperamos que en poco tiempo los precios de combustibles bajen nuevamente”

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Ese decreto, que fue publicado el 2 de octubre, provocó el alza de las gasolinas extra y ecopaís, que pasaron de costar 1,85 doláres a 2,39 por galón; además, el diésel subió de 1,03 dólares a 2,29, un aumento del 123 %. Con ello, también hubo incrementos de las tarifas de los pasajes provinciales y urbanos y, en muchos lugares, sin autorización estatal, subidas de precios de diferentes productos.

«Tal vez hubo alzas de productos de primera necesidad, eso se tiene que normalizar», dijo en la rueda de prensa Jaime Vargas, presidente de la CONAIE, y añadió: «eso quiere decir que la lucha no es solo para los hermanos indígenas sino para todos los ecuatorianos».

Hasta el momento no se ha hecho efectiva la derogatoria del decreto 883. El presidente Moreno dijo esta mañana que lo hará «en las próximas horas». Por ende, se mantienen los precios de los combustibles y de las tarifas de pasajes.

Vargas señaló que confían en que los mediadores, que son la oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Quito y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, velen y garanticen el cumplimiento del acuerdo alcanzado.

Protestas contra las medidas de austeridad de Moreno, en Quito, Ecuador, 13 de octubre de 2019.

«Sin miedo»

Vargas rescató del diálogo, además de la derogatoria del decreto 883, la postura que tuvo la dirigencia indígena. Además de la CONAIE, en la reunión participaron representantes del Consejo de Pueblos y Organizaciones de Indígenas Evangélicos del Ecuador (FEINE) y la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras del Ecuador (FENOCIN).

«Dijimos lo que teníamos que decir al señor presidente, sin miedo», señaló el dirigente, quien recalcó: «Ya no somos esos indígenas que nos dejábamos humillar de un Gobierno».

Luisa Lozano, de Mujeres de la CONAIE, resaltó el papel de las féminas en las manifestaciones: «como mujeres indígenas hemos puesto el cuerpo para la lucha, nos hemos enfrentado sin estar tapadas la cara. Le hemos dicho al gobierno aquí estamos las mujeres que luchamos por los derechos colectivos».

Los dirigentes indígenas agradecieron a los medios de comunicación comunitarios e internacionales por la cobertura brindada a las manifestaciones, ante el silencio y parcialidad de las televisoras y periódicos locales.

Renuncia de ministros

Durante los 11 días de protestas, que tuvieron su mayor concentración en Quito, la capital, según un balance de la Defensoría del Pueblo, se registraron siete muertos, 1340 heridos y 1152 detenidos.

Entre los fallecidos están Inocencio Tucumbi, dirigente de la CONAIE en la provincia de Cotopaxi, en la sierra central del país; y José Daniel Chaluisa, líder de la comunidad de Yanahurco en Pujilí.

Al respecto, Vargas señaló: «la sangre derramada de nuestros hermanos no va a quedar así».

Informó que el movimiento indígena iniciará «procesos legales» contra los ministros del Interior, María Paula Romo; y de Defensa, Oswaldo Jarrín, sobre quienes ha solicitado su salida del Gobierno. «Tienen que pagar por todo este crimen al pueblo ecuatoriano», enfatizó.

«Este diálogo debió suceder antes, no después de los muertos. Se tiene que gobernar el país también con los indígenas, también con los oprimidos», opinó, por su parte, Marlon Santi, del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik.

Amnistía para el movimiento indígena

Andrés Tapia, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), pidió la liberación inmediata de los miembros y dirigentes de los movimientos indígenas que fueron detenidos durante las manifestaciones antigubernamentales.

«Tenemos cerca de 100 detenidos, necesitamos amnistía inmediata. No es posible (esas detenciones), porque la violencia fue generada desde el Estado», señaló.

Señaló, además, que han conversado con la fiscal general del Estado, Diana Salazar, para que no se «criminalice» a los manifestantes. Desde la Fiscalía General se ha informado que procesarán por «terrorismo» a decenas de personas que fueron detenidas.

El movimiento, además, denunció que los dirigentes indígenas han recibido amenazas, desde el momento en que se anunció el acuerdo con el Gobierno.

Fuente de la noticia: https://actualidad.rt.com/actualidad/330254-movimiento-indigena-ecuador-pronunciamiento-acuerdo-gobierno

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Ecuador levanta estado de excepción y toque de queda en Quito

América del Sur/ Ecuador/ 15.10.2019/ Fuente: www.telesurtv.net.

 

El jefe del Comando Conjunto de Ecuador, general Roque Moreira, confirmó el fin del estado de excepción en el país, impuesto por la protestas que sacudieron la semana pasada a la nación suramericana.

Ecuador levantó el estado de excepción a nivel nacional, y el toque de queda en Quito, informó este lunes el jefe del Comando Conjunto, Roque Moreira, después de que el movimiento indígena y el Gobierno del presidente, Lenín Moreno, llegaron a un acuerdo.

Moreira, confirmó el fin del estado de excepción en el país, impuesto por la protestas que sacudieron la semana pasada a la nación suramericana tras las medidas económicas decretadas por el Gobierno de Quito.

El toque de queda, también anulado este lunes, fue decretado solo para Quito el 12 de octubre.luego de las acciones represivas de las fuerzas del orden contra los miles de manifestantes reunidos en las inmediaciones del centro histórico de la capital.

Patricia Villegas Marin

@pvillegas_tlSUR

. Jefe del comando conjunto, general Roque Moreira, informó que terminó el Estado de Excepción y en consecuencia el ‘Toque de queda’.

Desde el 2 de octubre, Ecuador se vio convulsionado por una serie de protestas en contra de las medidas económicas anunciadas por el Gobierno.

En la noche del domingo, tras casi cinco horas de negociación, la dirigencia del movimiento indígena y el Gobierno de Moreno llegaron a un acuerdo para dejar sin efecto el decreto mediante el cual se eliminó el subsidio a los combustibles para reemplazarlo por otro.

Comisiones de las dos partes trabajan desde el domingo en el nuevo decreto, del que aún no se han dado detalles

Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/Ecuador-levanta-estado-de-excepcion-y-toque-de-queda-en-Quito-20191014-0016.html

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Ecuador:Lenín Moreno derogó el paquetazo del FMI tras 12 días de movilizaciones

América del Sur/ Ecuador/ 14.10.2019/ Fuente: www.laizquierdadiario.com.

Tras 12 días de movilizaciones callejeras y una violenta represión, el Gobierno de Lenín Moreno anunció la derogación del decreto de aumento de los combustibles y una mesa de diálogo con las direcciones indígenas para negociar un nuevo decreto.

Las calles de Quito se inundaron de manifestantes festejando en la noche del domingo tras el anuncio por cadena nacional de la derogación del decreto 883 ordenado por el FMI, que eliminaba los subsidios a los combustibles, duplicando los precios de la gasolina. El acuerdo, del que participaron las direcciones del movimiento indígena, supone redactar un nuevo decreto del que no se definieron detalles.

Tras 12 días de movilizaciones callejeras, que enfrentaron el estado de sitio y una represión brutal que dejó al menos 7 muertos y cientos de heridos y detenidos, el Gobierno se reunió este domingo con las direcciones de los movimientos indígenas para establecer una mesa de diálogo que fue televisada en directo.

Luego de dos horas de cuarto intermedio, y con la mediación de la ONU y la Conferencia Episcopal, se anunció el acuerdo al que se había llegado entre el Gobierno y las direcciones de los movimientos indígenas, con la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) a la cabeza.

No se dieron detalles de cómo sería el nuevo decreto que el Gobierno diseñará con las direcciones indígenas, pero éstas le garantizaron una paz social inmediata

El acuerdo fue leído por el representante de la ONU: «Como resultado del diálogo se establece un nuevo decreto que deja sin efecto el decreto 883, para lo cual se instala una comisión que elaborará uno nuevo». La comisión estará integrada por miembros del Gobierno y las direcciones indígenas, y a cambio estas últimas se comprometieron a suspender las movilizaciones en todo el país.

Tras una primera ronda de intervenciones de parte del Gobierno y las direcciones indígenas, en las que no se había llegado a un acuerdo, se pasó a un cuarto intermedio de dos horas en las que ambas partes llegaron a esta resolución a puertas cerradas.

El apuro por llegar a un acuerdo tenía que ver con el inicio, el mismo sábado, de movilizaciones más espontaneas en los barrios pobres de Quito, que no respondían directamente a la dirección de la CONAIE

En esa primera ronda, el Gobierno se mostró reacio a aceptar derogar el decreto e insistió en que los subsidios al combustible solo beneficiaban a los narcotraficantes y especuladores, y que las movilizaciones violentas estaban digitadas por el expresidente Rafael Correa. Los dirigentes indígenas también apuntaron a Correa pero insistieron en que la única forma de establecer una comisión para debatir un nuevo decreto sería la derogatoria del 883.
Más que intransigencia de las direcciones indígenas, la posición parecía responder a la necesidad de no aparecer por cadena nacional, ante sus bases y los miles que se movilizaron, entregando todo después de casi dos semanas de intensa lucha.

El sábado, la dirección de la CONAIE había aceptado por primera vez sentarse a negociar con el Lenín Moreno, dejando la puerta abierta a una modificación del decreto. Aceptaba la mesa de diálogo aunque el Gobierno no había liberado a los presos, echado a los ministros responsables de la represión, ni eliminado el estado de excepción, todas demandas del movimientos.
El apuro por avanzar en un acuerdo para «reestablecer la paz», tenía que ver con el inicio, el mismo sábado, de movilizaciones más espontaneas en los barrios pobres de Quito, donde se comenzaron a levantar barricadas para enfrentar a la policía, y que no respondían directamente a la dirección de la CONAIE (que había hegemonizado la protesta toda la semana previa). En esas barricadas se empezó a escuchar cada vez más fuerte la demanda de «fuera Moreno», que las direcciones indígenas se habían negado a levantar por considerarla «correista»; al mismo tiempo que se vieron muestras de apoyo en otras ciudades, incluyendo Guayaquil.

Durante la mesa de diálogo de este domingo, quién dejó más clara esta preocupación de que las manifestaciones se les fueran de las manos, fue Leonidas Iza, presidente de Movimiento Indígena de Cotopaxi, que dijo «me parece irresponsable creer que esto es un acto vandálico de la gente o de los correistas. No estamos viendo bien. Nosotros mismos nos sorprendemos con la cantidad de gente. No creo que Correa en este momento tenga la capacidad de mover aquello».

Lo dijo con claridad Leonidas Iza, miembro de la @CONAIE_Ecuador: “es irresponsable acusar al correismo de lo que está ocurriendo”. Con esto no solo desbarata el discurso de @Lenin Moreno sino del coro mediático y político!!! 👇🏾

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En el acuerdo final no se menciona nada sobre la responsabilidad del Gobierno en la brutal represión de la última semana y media, sobre los muertos y heridos, como así tampoco sobre la renuncia de la Ministra de Gobierno y el Ministro de Defensa, que eran exigencia de los manifestantes. A su vez no se dieron detalles de cómo sería el nuevo decreto que el Gobierno diseñará con las direcciones indígenas, que sí le garantizaron una paz social inmediata al ordenar a sus bases suspender las movilizaciones en todos los territorios.

Aunque muy golpeado por tener que suspender el decreto, Moreno logró con esta mesa de diálogo mantenerse en el poder a pesar de la brutal represión que descargó sobre el pueblo de Ecuador.

El FMI va a seguir exigiendo nuevos ajustes, e insistirá con las reformas laboral y tributaria. Sin embargo, y a pesar del rol jugado por la dirección de la CONAIE, la enorme lucha de las bases indígenas y campesinas, junto a la de los jóvenes, trabajadores y pobres de las ciudades se convirtió en una enorme muestra de cómo enfrentar los ajustes y ataques del FMI en todo el continente.

Fuente de la noticia: http://www.laizquierdadiario.com/Lenin-Moreno-derogo-el-paquetazo-del-FMI-tras-12-dias-de-movilizaciones

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Movimientos sociales anuncian paro indefinido en Ecuador

América del Sur/Ecuador/06-10-2019/Autor y Fuente: www.telesurtv.net

“Las organizaciones sociales ratificamos la convocatoria para la gran huelga nacional el próximo 9 de octubre,» señaló, José Villavicencio.

Los sindicatos de trabajadores y el movimiento indígena de Ecuador anunciaron este sábado una huelga a nivel nacional para el próximo 9 de octubre y confirmaron que la movilización será permanente hasta que el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, desista de las medidas fiscales.

“Las organizaciones sociales ratificamos la convocatoria para la gran huelga nacional el próximo 9 de octubre, sin dejar de renunciar las actividades que se están dando en las diferentes provincias”, expresó el vicepresidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), José Villavicencio.

Asimismo, el Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Jaime Vargas, anunció que los indígenas se mantienen firmes en esta decisión y continuarán con la paralización en forma indefinida, a pesar del anuncio del levantamiento de paro de 11 federaciones de transportistas.

Jaime Vargas@jaimevargasnae

La lucha sigue para el movimiento indígena

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El presidente del FUT, Mesías Tatamuez, subrayó la indignación del pueblo ecuatoriano contra las medidas anunciadas por Moreno y planteó que ese paquetazo es un premio a empresarios, a la banca y cumple las recetas del Fondo Monetario Internacional.

Igualmente, los líderes ecuatorianos denunciaron la represión de la policía y los militares en las movilizaciones contra “el paquetazo neoliberal, no solo por el incremento del precio del combustible.”

CONAIE@CONAIE_Ecuador

| se alerta de inminente represión por llegada de fuerte contingente militar a las comunidades de Cariacu y Puliza en territorio del Pueblo Kayambi, que mantienen acciones de resistencia en indefinida contra medidas económicas.

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Las protestas en Ecuador obligaron Moreno a declarar un estado de excepción por 60 días en el país y a detener a unas 379 personas hasta la noche del viernes, entre ellos líderes de los transportistas.

Dichas movilizaciones ocurren luego del anuncio del mandatario ecuatoriano de poner fin a los subsidios en los combustibles, debido al acuerdo alcanzado en febrero con el FMI, por 4 mil 200 millones de dólares, que implica reformas tributarias, laborales y monetarias dentro de Ecuador.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/anuncian-lideres-sidicales-indigenas-huelga-indefinida-ecuador-20191005-0010.html

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Movimiento Indígena Unido de Venezuela propone expandir educación intercultural bilingüe a todos los niveles

Redacción: VTV

El proceso de construcción del Movimiento Indígena Unido de Venezuela ha avanzado en la unidad de los pueblos originarios a través del despliegue y la participación protagónica de las comunidades ancestrales y a la fecha llevan más de 250 asambleas comunitarias.

Así lo informó la ministra del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, Aloha Núñez, durante su participación este miércoles en el programa Al Aire, que transmite Venezolana de Televisión (VTV).

Precisó que en Venezuela hay 724 mil habitantes indígenas distribuidos en tres mil comunidades, «Ahí estamos consultando en las bases para garantizar la unidad».

Núñez aseguró que los objetivos de este movimiento pasan por asegurar la continuidad de la Revolución Bolivariana y garantizar el fortalecimiento de los derechos de los pueblos indígenas, como mecanismo de unidad.

«Pasamos a no tener nada a tener derechos consagrados dentro de nuestra Constritución de la República Bolivariana de Venezuela, el derecho a la educación intercultural, al uso de los idiomas indígenas, a la vida, al reconocimiento como pueblo indígena, gracias a la Revolución Bolivariana», afirmó.

La titular de la cartera para los Pueblos Indígenas, instó a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) a mejorar el marco legal para profundizar los derechos de las pueblos originarios. Una de sus propuestas, recogida durante las consultas públicas, pasan por incluir en la Constitución que la educación intercultural bilingüe llegue a todo el pueblo venezolano a través de los niveles del subsistema educativo.

Asimismo, aseguró que proponen establecer un sistema normativo que garantice la administración de la justicia en los pueblos y comunidades indígenas.

Por último, reprochó que la derecha venezolana utilice a algunas individualidades que no han sido electas por las comunidades indígenas.

Fuente: http://vtv.gob.ve/movimiento-indigena-unido-de-venezuela-250-asambleas-comunitarias/

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