Reseñas/África/05 Marzo 2020/elpais.com
La ciberactivista marfileña Bintou Traoré provoca un debate en redes sociales cargado de enfado e ironía sobre los roles de género con el hashtag #VraieFemmeAfricaine
Una africana de verdad luce orgullosamente la cicatriz de una quemadura de la sartén, como si se tratara de una honorable herida de guerra. Cuando las contracciones la atenazan, no deja escapar un grito y encima, sonríe. Lo único que la pone al borde del ictus son los disgustos que le da su familia, a la que se consagra en cuerpo y alma. Engendra hijos varones, deja los estudios para el hombre, sobrelleva dignamente las infidelidades, soporta sin quejarse los golpes y las humillaciones. Es una virgen irreductible hasta la noche de bodas y después, de la noche a la mañana deviene una consumada experta en las artes del porno. Sabe cocinar, mantener la casa impoluta, educar a los hijos y tener siempre satisfecho a su marido. Es una mujer entrada en carnes, con curvas apetitosas. No ignora que todos los hombres son infieles por naturaleza, pero se culpa y mima a su pareja cuando le crecen los cuernos.
La ciberactivista marfileña Bintou Mariam Traoré recoge testimonios de este tipo etiquetados con el hashtag #VraieFemmeAfricaine (africana de verdad, en francés), que comparte y difunde desde el pasado 25 de febrero con mucha ironía. No llega al millar de seguidores en Twitter, pero ha logrado una enorme repercusión en las redes sociales de su país y sus vecinos en África occidental. Las ondas expansivas de esta campaña han provocado el desahogo de muchas mujeres en Twitter y Facebook, la ira de algunos hombres y la adhesión de otros, así como una réplica, #VraiHommeAfricain, que también carga las tintas de la ironía. Esta campaña de sensibilización, armada de sarcasmo y sororidad, se volvió viral en apenas 24 horas y alcanzó el clímax el 28 de febrero, aunque continúa dando guerra. El objetivo es deconstruir los estereotipos vinculados a la noción de «mujer africana», burlándose de ellos.
«Vi un informe sobre el tratamiento a las mujeres negras que dan a luz en Europa y había mucha violencia», explica Traoré en un audio desde Francia, donde vive. «También hay mujeres de mi entorno que quisieron utilizar epidural o hacerse una cesárea y les dijeron que eso no lo hacía una verdadera mujer africana, porque una africana de verdad sufre. A mí misma me han dicho que no soy una verdadera africana porque soy feminista. Todo eso me hizo pensar. La mujer africana sufre constantemente», dice.
Las respuestas a esta campaña han sido viscerales en algunos casos, sobre todo entre hombres que se sintieron atacados. En otras ocasiones, el sarcasmo pasó desapercibido y tanto hombres como mujeres se sumaron a ella con sinceridad, añadiendo el hashtag a situaciones no siempre agradables para las mujeres, pero que a veces se normalizan en nombre de la tradición o la identidad. El feminismo africano se situó en el punto de mira, como una amenaza más a la sociedad africana y la forma de organización familiar y así lo reflejaban algunas respuestas a la iniciativa: «Una africana de verdad es inteligente y, por lo tanto, está en contra del feminismo, porque comprende que el feminismo es, en realidad, una trama de los blancos para crear conflictos entre la mujer negra y el hombre negro», “Una verdadera africana se encarga de su trabajo, su esposo y sus hijos y no del hogar de los demás», etc.
Traoré afirma que hay hombres que las apoyan, pero admite también que la mayoría no aprecia la campaña «porque son los que se benefician del patriarcado». «Creo que los privilegiados ven siempre la igualdad de derechos como el odio», precisa ella. «Cada vez que se libera la palabra femenina o que hay una acción feminista o femenina, la reacción que recogen los medios es el odio de los hombres. No están contentos». También afirma que le gustaría que las mujeres del país se agruparan alrededor del hashtag para llevar adelante acciones, que espera que tenga un efecto federador y que las ayude a darse cuenta de que hay algo que no funciona en sus sociedades.
#VraieFemmeAfricaine es heredera de otras campañas previas, como #LasRobeuses, otra acción viral iniciada en redes en 2017, también desde Costa de Marfil. En aquella ocasión, fueron Laure Blédou del colectivo Abidjan Lit, la bloguera Saraounia, la escritora Edwige Dro y Yoyo la Jolie, del blog cultural Jolieville, las que invitaron a mujeres y hombres a compartir las reflexiones sexistas que escuchaban cada día en los restaurantes, las oficinas, las casas, los transportes públicos y hasta los talleres. Las redes sociales se inundaron de ellas, demostrando que hay mucho trabajo por delante.
El debate continua tres años más tarde y levanta ampollas. Además, Bintou Traoré ha lanzado otro hashtag, #JeSuisVictime, casi pisando los talones del anterior y dedicado a denunciar a agresores sexuales y violadores. Esta segunda campaña tiene un tono más combativo, en la onda de #BalanceTonPorc o #MeToo ,y está incendiando redes y conversaciones. Las redes sociales están revueltas, sueltan chispas y se sublevan. Acaba de comenzar apenas el mes de marzo, el mes de las mujeres, y las africanas de verdad se dan codazos entre risas y afilan sus lenguas.
Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/03/02/africa_no_es_un_pais/1583182644_583751.html