Las tecnologías y esfuerzos educativos por la accesibilidad

Por: Sofía García-Bullé

La motivación es clave para guiar a las infancias con necesidades especiales durante su proceso de aprendizaje.

La accesibilidad es un tema de suma importancia para una oferta educativa justa e igualitaria. En artículos anteriores hemos hablado de los tremendos retos que personas con capacidades diferentes enfrentan para tener y aprovechar oportunidades educativas o de trabajo. Los recursos digitales son de gran ayuda para construir un puente entre personas con necesidades especiales y la experiencia educativa.

“Yo también leo”, una aplicación fundada por Gemma Fàbregas y Marie Anne Aimée, fue diseñada a base de metodologías adaptadas a las necesidades de niñas y niños con capacidades cognitivas diferentes. Gemma y Marie Anne nos acompañarán en nuestro próximo webinar titulado “Tecnología educativa para una inclusión real”, que se transmitirá el martes 26 de abril a las 12:00 horas (Centro de México).

El esfuerzo educativo de esta tecnología se centra en facilitar el aprendizaje de infantes con neurodivergencias como autismo y Síndrome de Down. ¿Por qué es importante hacer un esfuerzo por hacer la enseñanza de la lectura accesible para todos los niños? La lectura provee a los estudiantes de habilidades básicas como el manejo del lenguaje, las reglas de ortografía, la sintaxis, la expresión de ideas, la imaginación, memoria, comprensión, y pensamiento crítico. La lectura no solo nos enseña a comunicarnos, también nos enseña a pensar. Es la senda a través de la cual se abren muchos de nuestros caminos cognitivos más básicos. Tomando en cuenta las experiencias tan particulares de las personas con neurodivergencia, cómo se relacionan con el acto de pensar, entender y expresar, habría que entender que la forma en que abordan la lectura también es diferente y representa una oportunidad para gestionar su enseñanza de forma distinta.

La tecnología es una forma de llegar a este objetivo, pero las herramientas tienen que estar planteadas en una comprensión profunda de cómo funciona el aprendizaje de los estudiantes con neurodivergencias y cómo guiarlos en su proceso didáctico. “Se parte de la motivación e intereses del niño o niña. Es un método activo, variado, lúdico y orientado hacia el éxito”, explicaron Fàbregas y Aimée sobre el fundamento teórico detrás de la aplicación. La misión en este respecto no es sencilla, la intención educativa que pretende esta tecnología lucha con sistemas y formas de aprendizaje muy arraigadas y ajenas a la forma de procesar y aprender dentro de las neurodivergencias.

Las invitadas reiteraron en una entrevista previa con el Observatorio la importancia de los refuerzos positivos como un balance para manejar la frustración que constantemente enfrentan los niños con capacidades intelectuales diferentes. Así como gestionar los errores como parte integral y neutral de la experiencia educativa. Este enfoque, junto con el uso puntual de la tecnología, presentan una ventaja enorme para asegurar un aprendizaje efectivo.

El proyecto fundado por Fàbregas y Aimée, y sobre el que comentarán en esta próxima entrega de nuestros webinars, está respaldado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Las emprendedoras también fueron asesoradas por Fundación Talita, que cuenta 25 años de experiencia en la educación de niños y niñas con desarrollo neuroatípico. La experiencia de nuestras ponentes como profesionales en su rubro, y mamás de niños con capacidades intelectuales diferentes, ofrecerá una valios perspectiva sobre el uso de las tecnologías para la accesibilidad educativa de las infancias neurodivergentes.

Gemma Fábregas es diseñadora y especialista en la creación de tecnología educativa inclusiva y de accesibilidad. Es cofundadora y CEO de Diversity Apps. Además, logró la certificación en áreas como “Usabilidad y experiencia de Usuario”, “Tecnología accesible” y “Materiales digitales accesibles”.

Marie Anne Aimée es directora técnica y cofundadora tanto de la Asociación Forma 21, como de Diversity Apps. Es formadora en el método global de lectura. Sus credenciales comprenden un grado en Trabajo Social, un postgrado en Trastornos Mentales y un máster en Programación Neurolingüística. También cuenta con certificaciones en “Estimulación infantil según el método Dorman” y en “Recursos didácticos: El juego como instrumento de aprendizaje”.

Si quieres saber más sobre los métodos para hacer accesible la educación a niños y niñas con neurodivergencias, no te pierdas nuestro próximo webinar, este martes 26 de abril a las 12:00 horas (Centro de México). El webinar será en idioma español, pero para más información sobre educación accesible en inglés, da clic a los enlaces incluidos al inicio del artículo.

Aclaración: en artículos anteriores hemos hablado sobre la diferencia entre inclusión y accesibilidad así como el uso distintivo de ambos términos provee de espacio para impulsar el propósito por una educación para todos, desde minorías sociales hasta personas con cualquier tipo de discapacidad. En España, el término inclusión real se usa para designar las metodologías pedagógicas y recursos que aseguran la calidad de la experiencia educativa de las personas con necesidades especiales. SI eres de habla inglesa y quieres saber más sobre los avances realizados en España para este rubro, puedes consultar este artículo académico, el repositorio documental de la Universidad de Valladolid, o la plataforma Inclusión Real Ya.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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¿Qué es la neurodiversidad?

Por: Sofía García-Bullé

Una intención educativa sin perspectiva de neurodivergencia carece de las herramientas para formar alumnos fuera de la normalidad neurológica.

La inclusión ha sido una preocupación patente para las instituciones educativas, sobre todo en la última década. La producción de conocimiento, visibilización y concientización acerca de la experiencia educativa de alumnos de minorías sociales o que simplemente son diferentes ha sido mucho mayor en periodos recientes. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer con respecto a la calidad de la educación que reciben las personas que no solo son diversas a un nivel social, sino que aprenden y procesan de manera diferente a nivel cognitivo, por ejemplo, los estudiantes que son neurodivergentes (algunas veces abreviado como ND).

La neurodivergencia es un término general para referirse a los individuos que viven con autismo principalmente, pero también abarca dislexia, dispraxia, déficit atencional con hiperactividad (TDAH), u otras condiciones que les llevan a navegar procesos cognitivos y emocionales de manera distinta a la norma. El término fue acuñado en los 90, cuando activistas por los derechos de las personas con autismo como Jim Sinclair, Kathy Lissner Grant y Donna Williams fundaron la Red Internacional del Autismo, bajo el principio de que esta condición no es una enfermedad, sino un estilo de procesamiento cognitivo. Dimensionar el autismo y otras diferencias de proceso mental en las personas es el primer paso para ofrecer una experiencia educativa realmente inclusiva para todos de acuerdo a su manera de aprender y percibir el mundo.

No son capacidades diferentes, son procesos diversos

Uno de los estigmas más persistentes con respecto a cómo consideramos las neurodivergencias es considerarlas enfermedades o discapacidades, que restan el potencial de los alumnos para adaptarse al estándar y desarrollar las habilidades que todos los demás trabajan bajo la norma impuesta.

La psicóloga clínica y maestra Elisa Luz Soto Ceballos, presentó para el periódico mexicano La Tribuna, una perspectiva fundamental para acercarse a las neurodivergencias en una forma efectiva. «No está mal ni es deficiente, sino que es una variedad del cerebro humano que tiene otras fortalezas y otros desafíos”. Este punto de vista si bien ofrece nuevos caminos para generar una experiencia educativa de calidad para las personas neurodivergentes, no es compartida por la comunidad científica completa, ni por las familias o personas afectadas por estas condiciones.

En un texto para el Washington Post, la periodista y editora Alisa Opar, habla sobre la diversidad de voces dentro de un movimiento para la visibilización de las neurodivergencias, específicamente sobre el autismo. Opar sostiene que existe una comunidad con opiniones diferentes sobre la base de cómo definir las neurodivergencias. Un lado serían los padres con los espectros más severos de las condiciones mentales, quienes realizan el acompañamiento y apoyo de niños con discapacidad intelectual, habilidades de lenguaje limitadas y que pueden ser un peligro para sí mismos cuando no se establece un sistema de cuidados y educación eficientes. Para ellos, problemas como el autismo de espectro más profundo son condiciones médicas, que normalmente necesitan tratamiento intenso y constante.

El otro grupo son personas con neurodivergencias funcionales, es decir, que pueden presentar condiciones que sean un obstáculo para la adaptación social o algunos aspectos del aprendizaje, pero estos retos no comprometen los aspectos básicos de su capacidad capacidad cognitiva, integridad física o dignidad humana.

Si bien las neurodivergencias pueden catalogarse en cualquier caso como el conjunto de procesos mentales y cognitivos diferentes, el dilema entre estas dos facciones sería definir si lo anterior representa solamente una divergencia o un desorden mental. Para esto habría que conocer los niveles de funcionalidad de las divergencias. Un individuo de alta funcionalidad puede hacer uso de recursos destinados al desarrollo de sus procesos cognitivos específicos y su integración social, bajo este contexto sería correcto referirse a las neurodivergencias como elementos fuera de la norma más no la capacidad de imposibilitar a los pacientes de no tratarse. La clave para descifrar en qué espectro está un estudiante y cómo se puede trabajar su caso, es un diagnóstico oportuno.

Educación integrada o educación especial

Para asegurar la calidad de la experiencia educativa en un salón de clases neurodiverso, el diagnóstico oportuno es clave. Bajo este contexto el rol de los psicólogos escolares debe expandirse, trabajar en equipo con las familias y maestros para evaluar las necesidades caso por caso y discernir si el carácter cognitivo atípico de los alumnos les permitiría sacar el mejor provecho de las clases dentro de una población estudiantil general.

El trabajo de psicólogos y maestros no debe tampoco restringirse a visualizar solo a los alumnos, la educación de los padres y madres sobre el tema así como el acompañamiento, es crucial para asegurar el bienestar emocional y acceso a la educación de los alumnos neurodiversos. Reconciliar las expectativas parentales con lo que se sabe de las neuropatías y el potencial futuro de sus hijos es una tarea en extremo compleja que a menudo se deja fuera de la óptica cuando hablamos de neurodiversidad en la esfera educativa. Es necesario considerar este aspecto para la elaboración de estrategias efectivas para la integración o educación especializada de los estudiantes con capacidades cognitivas diferentes.

Jim Sinclair engloba la idea de una existencia integrada y dignidad humana de las personas neurodiversas con un pensamiento concluyente, que si bien está enfocado en las personas con autismo, da una pauta trascendental de cómo empezar a dimensionar la neurodiversidad en espacios familiares y educativos.

“No pierdes a un hijo por causa del autismo. Lo pierdes porque te quedaste esperando la idea de otro niño que nunca existió” En su ensayo “Don’t mourn for us”, Sinclair resume en pocas palabras todo lo que se necesita para sentar las bases de un futuro educativo para el estudiantado neurodiverso: reconocer su existencia en sus términos, no los nuestros.

¿Tienes estudiantes con neuropatías en tu clase? ¿Qué estrategias implementas para la integración o educación especializada? ¿Eres un estudiante neurodiverso? ¿Cuál ha sido tu experiencia dentro del sistema educativo? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/neurodiversidad

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