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“Se trata de volver a discutir este proyecto de América Latina como región, como continente”

Por: Karina Batthyány

NI UNA MENOS

Empecemos primero por la edición de Ni Una Menos, un movimiento que tiene su origen en Argentina en 2015 y que nos recuerda una vez más el tema de la violencia hacia las mujeres, que lo hemos abordado en múltiples ocasiones y que sigue siendo uno de los problemas más graves, más dramáticos en términos de desigualdades de género en la región latinoamericana y caribeña.

Entonces, este miércoles es una nueva celebración, una nueva protesta del Ni Una Menos que adquirirá seguramente formas distintas por la pandemia en cada uno de los países, pero una vez más desde CLACSO nos sumamos con contundencia a esa consigna: Ni Una Menos, basta ya de violencia contra las mujeres, basta ya de cualquier tipo de violencia física, simbólica y sexual contra nosotras, las mujeres. Recordemos, solo como dato, que en nuestra región una de cada tres mujeres es víctima de esta forma de violencia.

-Quería marcar si se puede hacer un pequeño balance de Ni Una Menos teniendo en cuenta la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la República Argentina, las luchas en República Dominicana, un continente muy movilizado y con algunas luchas triunfantes en este último año.

-Totalmente. Un continente en el que observamos las dos tendencias: por un lado, un avance en términos de lo que es la agenda feminista, la agenda del Movimiento de Mujeres, claramente los hechos en Argentina, la situación ahora en República Dominicana, pero también no nos olvidemos un continente donde hay una reacción muy fuerte de los sectores conservadores justamente en contra de esta agenda. Es decir, en contra de la agenda de reconocer los derechos para las mujeres. Reacción que por momentos sorprende por su violencia, por su virulencia y que por eso tenemos que tomar cada una de estas fechas, en este caso Ni Una Menos, que refiere efectivamente a la violencia contra las mujeres, para recordar los avances pero también las deudas o las materias pendientes en términos de la igualdad entre varones y mujeres. Y si hay una materia pendiente sin dudas esa es la de la violencia de género. Por supuesto hay otras también como todo lo vinculado a los derechos sexuales y reproductivos, la temática de los cuidados y otros temas que hemos ido abordando en distintas columnas.

30 AÑOS DEL MERCOSUR

Dado que estamos también en los 30 años del MERCOSUR, te propongo abordar el tema de la integración regional a partir de un evento en el que CLACSO participó el viernes pasado organizado por FOMERCO (Fórum Universitário do Mercosul) sobre los desafíos de la integración regional en América Latina.

El primer punto que quiero plantear allí es este tema de la integración sobre una clave que ya hemos conversado. En estos momentos, en la pandemia quedó más que claro pero antes también, la búsqueda de soluciones, la búsqueda de alternativas a los distintos problemas que enfrentamos jamás va a ser de manera aislada: nadie sale por sí solo ni a nivel individual ni a nivel colectivo como Estado, como países. Entonces, necesariamente el tema de la integración regional vuelve a colocarse con urgencia en la agenda de América Latina. Además porque creemos que América Latina tiene riqueza en términos de sus capacidades humanas, culturales, sociales, científicas, para poder colocar este tema y buscar alternativas en colectivo como región, como continente.

Por supuesto que cuando decimos América Latina también sabemos que estamos hablando de América Latina que es una y que son muchas a la vez. Es una porque tenemos comunidad de intereses, de cultura, de proyectos, de aspiraciones, pero también tenemos que plantear la diversidad que hay en América Latina de idiomas, de culturas, y que justamente creemos que la mejor versión de América Latina es la mezcla en la diversidad. Es decir, el reconocimiento de esa diversidad y a partir de allí plantearse los desafíos de la integración regional. Desafíos de la integración regional que por supuesto tienen que estar analizados o en clave de lo que es la geopolítica y no olvidarnos del componente histórico en esa evolución de lo que ha sido la inserción geopolítica de América Latina. Recuerden: tuvimos periodos de gran dependencia de Europa, luego del Imperio Británico antes, luego de Estados Unidos. Y hoy apareció un nuevo actor en escena que tiene una gran relevancia económica y geopolítica justamente que es China (el primero o segundo socio comercial de la mayoría de nuestros países).

Entonces tenemos que pensar en esa integración regional, en esa clave geopolítica. Porque hablar de integración regional no es escapar a la globalización, sino plantearnos en los desafíos que impone la globalización pero desde una perspectiva o una lógica de la región latinoamericana. También allí tenemos que plantearnos cómo podemos entender estos asuntos que desafían a cada uno de nuestros países si no fueran una proyección regional. Yo creo que realmente esto es difícil por no decir imposible, porque las lógicas muchas veces estrechas de nuestros estados nacionales son insuficientes en un contexto que está muy marcado por la globalización.

Y si no pensemos en otro tema que hemos abordado aquí en InfoCLACSO, lo que ocurrió con las vacunas y más en general con la industria o las multinacionales de los medicamentos. Tenemos ejemplos todos los días de lo que significa esta dificultad en el acceso a las vacunas para el continente latinoamericano.

Ahora bien, desde nuestro lugar que son las Ciencias Sociales y las Ciencias Humanas, cuáles son los temas de las ciencias sociales latinoamericanas justamente en esta clave regional. El primero, somos el continente más desigual del mundo, por lo tanto la desigualdad es sin duda uno de esos temas. Desigualdad que está atravesada por múltiples dimensiones: género, étnicas, urbanas, rurales, educación, edad, etc., que van marcando esos clivajes de la desigualdad. Tenemos que trabajar este tema de la desigualdad en clave regional. Porque si nos quedamos solo en los registros nacionales seguramente se nos van a escapar algunas dimensiones y sobre todo algunas alternativas que son bien importante para poder avanzar en torno a este tema.

Dentro de la desigualdad –pero lo destaco como un tema especial– las desigualdades de género en el caso de la violencia. Allí hay algunos temas absolutamente claves para la región: la violencia de género, la temática de los cuidados, la agenda en materia de derechos sexuales y reproductivos, la participación a nivel social y política, y un largo etcétera.

En tercer lugar, el tema de la democracia y los procesos de inestabilidad política. Hablamos de este tema donde nos preocupa mucho estos procesos de inestabilidad política y cómo se pone en cuestión la democracia e incluso algunos indicadores que nos muestran ciertos niveles que por lo menos ponen en cuestión el arraigo de la población latinoamericana a los sistemas democráticos, y algunos temas que creíamos ya superados en la región que vuelven a aparecer en escena. Y esto además es particularmente importante para las ciencias sociales, porque sabemos muy bien que estos procesos de inestabilidad política amenazan el desarrollo del conocimiento particularmente en las universidades y en las instituciones de investigación y son especialmente amenazantes hacia las ciencias sociales y las ciencias humanas.

Luego también está el tema del ambiente y el cambio climático: cómo proteger la cuestión ambiental en nuestro continente que tiene la mayor biodiversidad, pero también es un continente que sufre de manera directa las consecuencias ambientales y sociales del cambio climático global. Necesitamos profundizar el conocimiento y la discusión en clave regional sobre este tema.

Y luego también los temas vinculados a la migración y la movilidad humana. Lo hemos dicho en otras columnas: la movilidad humana y la migración entendida como un derecho humano. Esta movilidad humana que por supuesto se da a través de los procesos migratorios y que son un fenómeno social de enorme impacto en la realidad actual contemporánea de América Latina, donde además convergen dimensiones de las desigualdades, de la violencia.

Y por último plantear también la necesidad de discutir los procesos de generación de conocimiento, de desarrollo científico y tecnológico que quedaron además tan en evidencia en esta pandemia: cómo asociar y potenciar los sistemas científicos en América Latina para no tener estos niveles de dependencia, por ejemplo, de la vacuna.

En definitiva, se trata de volver a discutir este proyecto de América Latina como región, como continente, con construcción de intereses comunes, con aprendizajes que a su vez nos permitan solucionar los conflictos que surgen en todas las regiones con una mirada estratégica hacia el futuro. Que nos permitan entender qué ha sucedido en América Latina, hacia dónde vamos y qué podemos hacer para fortalecer la construcción de alternativas democráticas que superen los modelos de exclusión que determinan estas brechas de desigualdad.

-Karina pensaba mientras te escuchaba en lo interesante de cómo es el movimiento geopolítico, porque en estos procesos de interacción regional que se vienen dando y que son muy importantes, vimos sectores de la derecha o de los sectores más conservadores que van con un proceso contrario de la integración regional, específicamente en el MERCOSUR, declaraciones de Brasil, Uruguay, contrarios en la integración regional con la intención de correrse de los bloques en el mismo momento en el que la individualidad en la negociación mundial y el mapa geopolítico complica más que nunca, v os lo decías recién con el tema de las vacunas. Entonces el tema de la integración regional se ha vuelto mucho más importante y mucho más dentro de la agenda de los sectores progresistas de la región. ¿Esto es así?

-Exactamente. Cuando uno mira justamente esas visiones nacionalistas te plantean la posibilidad de encontrar las soluciones en el nivel nacional, no en los procesos de integración, generalmente están asociados a discursos más conservadores, más de derecha. Por eso digo hay que revitalizar estos procesos de integración regional, el MERCOSUR es un ejemplo pero no solamente, y plantear estos desafíos como los desafíos de una agenda que nos permita entender lo que ha pasado en América Latina, pero sobre todo búsqueda de alternativas hacia adelante para superar este flagelo que tiene América Latina que es la desigualdad. Y t enemos la convicción de que eso no se hace de manera aislada, es decir, los países por sí solos no lo van a lograr si no es potenciándose, integrándose, reconociendo la diversidad pero desde allí construyendo alternativas colectivas. Creo que eso es un poco el centro de la discusión o la agenda de discusión en materia de integración regional. En tal caso eso fue lo que estuvimos debatiendo y discutiendo en esa mesa de FOMERCO (Fórum Universitário do Mercosul), donde estaban participando varios de los colegas de las distintas FLACSO de América Latina, buscando también mecanismos de complementariedad entre CLACSO (somos una red de investigación, de trabajo en ciencias sociales) y FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) que es otra red que también forma parte de CLACSO, en cómo nos potenciamos, cómo nos articulamos entre nosotros para impulsar estas y otras discusiones en la región.

https://www.clacso.org/se-trata-de-volver-a-discutir-este-proyecto-de-america-latina-como-region-como-continente/

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Venezuela: Mujeres alzaron su voz contra el femicidio y la violencia

América del Sur/Venezuela/26-01-2020/Autor(a) y Fuente: diariodelosandes.com

Bajo la consigna “ni una menos”, un grupo de mujeres se reunieron en la plaza Bolívar de Valera, en horas de la mañana del pasado 17 de enero, para alzar su voz en contra del femicidio y el maltrato contra la mujer, promoviendo una vida libre de estos delitos.

Las mujeres repartieron volantes a los ciudadanos para tomar conciencia e informar sobre estas violaciones, que pueden ser sancionadas con penas entre veinte y veinticinco años de prisión.

Defendiendo el artículo 14 numeral 20 de la reforma de la Ley Orgánica por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, publicada el 25 de noviembre del 2014 en Gaceta Oficial número 40.548, que establece el femicidio como “la forma extrema de violencia de género, causada por odio o desprecio a su condición de mujer, que degenera en su muerte producidas tanto el ámbito público como privado”.

Cifras

A comienzos de noviembre del año pasado, se registraban 335 casos de femicidio, esto según los medios Cotejo.info y Medianálisis. Para el momento del informe, Zulia y el área Metropolitana de Caracas lideraban como las entidades en las que más muertes de este tipo ocurrían, con 59 y 53 respectivamente.

La legislación establece además que existen 21 tipos de violencia, y prevé que quien fuere sancionado por este delito, no tendrá derecho a gozar de los beneficios procesales de ley ni a la aplicación de medidas alternativas de cumplimiento con la pena.

A pesar de los grandes avances en igualdad de género a nivel mundial, en Venezuela, las mujeres siguen siendo un blanco para los abusos, violencia, robo y muertes. Pero estas mujeres demostraron valentía, siguen en pie de lucha para revertir la situación y disminuir estas alarmantes cifras. /José Leonel Pineda ECS

Fuente e Imagen: https://diariodelosandes.com/site/mujeres-alzaron-su-voz-contra-el-femicidio-y-la-violencia/

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Perú se prepara para la marcha ‘Ni una Menos’ con la mayor cifra histórica de feminicidios

América del Sur/ Perú/ 18.08.2019/ Fuente: /www.publico.es.

La marcha ‘Ni Una Menos’, la mayor manifestación contra la violencia de género en el país, se celebrará este sábado en Perú, con el lastre de haber alcanzado la mayor cifra histórica de feminicidios en los primeros siete meses del año.

Perú celebrará este sábado la marcha Ni Una Menos, la mayor manifestación contra la violencia de género en el país, con el lastre de haber alcanzado la mayor cifra histórica de feminicidios en los primeros siete meses del año.

El Ministerio de la Mujer de Perú contabiliza cien feminicidios cometidos en lo que va de año en el país, una cifra que, según señaló a Efe la abogada Lisbeth Guillén, representante de la ONG feminista Manuela Ramos, «desbarata, lamentablemente, la meta que tenía el Plan de Acción Conjunta de lograr reducir los feminicidios este año a menos de 100 casos«.

Para Guillén, la amplia diferencia entre la realidad y el objetivo, revela que los esfuerzos desde el Estado, no están siendo suficientes y que «se requiere de otro tipo de acciones, con medios de comunicación, sociedad, para revertir la violencia extrema de los feminicidios».

Según la estadística que recoge el Ministerio de la Mujer desde el 2009, año en que se instauran las primeras políticas públicas para prevenir la violencia de género en Perú, de enero a julio de este año hubo un 21,9% más de feminicidios que en 2018 y un 40,8% más que en 2017.

Una coyuntura que, pese a los avances logrados desde agosto de 2016 cuando se realizó la primera y multitudinaria marcha Ni Una Menos en el céntrico parque Campo de Marte, enfrenta al país con el drama de su machismo estructural, que en 2018 se cobró la vida de 149 mujeres.

Las posibles causas: «el mayor empoderamiento de las mujeres, un ejercicio de autonomía y libertad»

Para la abogada, no existe una sola explicación al aumento de la cifra, aunque señaló entre ellas a «el mayor empoderamiento de las mujeres, un ejercicio de autonomía y libertad al que el patriarcado responde con violencia extrema». Por ello, precisó que ahora se hace más urgente «concretar la igualdad de género en las políticas educativas, para que se eduque con respeto a las diferencias y con derechos».

Los colectivos han realizado avances importantes

Enorme tarea por la que luchan desde diversos ámbitos los movimientos y colectivos feministas que en los últimos años también han alcanzado avances e hitos importantes, «aún en un contexto donde sectores conservadores rechazan la igualdad de género en políticas públicas de Educación».

Entre estos hitos importantes, Guillén resaltó que ahora existe un poco más de «conciencia de rechazo a la violencia en la ciudadanía y un poco más de solidaridad».

Además de otros logros relevantes alcanzados este 2019, como el de la abogada y activista Arlette Contreras, quien tras cerca de cuatro años de lucha en el Poder Judicial consiguió que su agresor y expareja Adriano Pozo fuera condenado por tentativa de feminicidio, aunque no por tentativa de violación sexual.

El caso de Contreras «es muy importante porque genera el mensaje de que no podemos dejar pasar estas situaciones de agresión»

Precisamente el caso de Contreras se convirtió en el símbolo de la primera marcha Ni Una Menos Perú, llevada a cabo en agosto de 2016, ante la indignación de que en julio de 2016 la Corte Superior de Justicia de Ayacucho sentenció a Pozo a un año de prisión suspendida por el delito de lesiones leves. «Consideramos que es un hecho muy importante porque genera hacia la ciudadanía el mensaje de que no podemos dejar pasar estas situaciones de agresión», apuntó la abogada.

Otros logro obtenido este año para Guillén ha sido el de la aprobación en el Congreso del dictamen de paridad y alternancia planteado por el Ejecutivo, el mismo que fue impulsado por los movimientos feministas con el apoyo de congresistas aliadas.

«En la próxima elección se aplicará que como mínimo esté conformada por el 40% de mujeres, en las siguientes elecciones por un mínimo de 45% y luego en un 50%», apuntó Guillén.

A este recuento de avances se suman los gestos y proyectos dados desde el Gobierno de Martín Vizcarra, como el Gabinete paritario conformado en marzo pasado, así como el anuncio de un programa inicial de atención a niños y niñas cuyas madres fueron víctimas de los feminicidio para garantizar su derecho a la educación.

Fuente de la noticia: https://www.publico.es/internacional/violencia-machsista-peru-prepara-marcha-mayor-cifra-historica-feminicidios.html

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«Ni una menos» 2019

Por: RedCLACSO.

El lunes 3 de junio se realizó por quinto año consecutivo la marcha de “Ni Una Menos”.

Nacida el 3 de junio de 2015 en Buenos Aires, año a año se fueron sumando a las movilizaciones más ciudades de la Argentina y de otros países de América latina y el mundo, con mujeres que desfilan por las calles con sus reivindicaciones, sus cánticos y los retratos de víctimas de la violencia machista.

La Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas publicó una reciente investigación que señala que en América Latina, el 60% de las universidades no tienen un protocolo contra la violencia de género.

El informe demuestra la falta de herramientas que poseen la casas de altos estudios para tratar la violencia sexual y machista en la institución, ya que solo el 40% de ellas cuentan con un protocolo que indique los pasos a seguir o las estrategias a llevar adelante en tales situaciones.

Con el hashtag #PasóEnLaU, se difundió la campaña en las redes sociales sobre la investigación periodística que realizaron 35 profesionales la Red, analizando la situación de 100 universidades en 16 países de América Latina y el Caribe: Argentina (8), Bolivia (6), Brasil (6), Chile (6), Colombia (6), Costa Rica (6), Cuba (6), Ecuador (6), El Salvador (6), Guatemala (6), Honduras (6), México (8), Nicaragua (6), Paraguay (6), Perú (6), Venezuela (6).

En cada país, la mitad de las universidades se escogieron en función de su matrícula estudiantil. La otra mitad se seleccionó según el ranking QS, que evalúa la calidad de la enseñanza universitaria, con datos de 2017 a 2019.

El objetivo general de #PasóEnLaU fue identificar cuántas de las universidades seleccionadas contaban o no con protocolos de atención a la violencia sexual y, en caso de tenerlos, saber si eran públicos, si se implementaban correctamente y si han creado espacios más seguros para las y los universitarios.

El resultado final arrojó que solo el 40% de las universidades investigadas cuentan con protocolos para prevenir, atender y sancionar la violencia sexual, aunque no en todos los casos son públicos ni de fácil consulta. El 36% de las universidades no tiene una política específica para atender este tema y 24% no contestó las preguntas, presumiblemente porque tampoco cuentan con ellos, ni hay indicios de su existencia.

En síntesis, 60 de 100 universidades investigadas carecen de una política interna, institucionalizada, pública y abierta con sus comunidades para atender los casos de acoso, abuso y otras formas de violencia sexual.

Fuente de la noticia: https://www.clacso.org/ni-una-menos-2019/
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Toma feminista en Derecho de U. de Chile: Suspenden exámenes de grado y ceremonias de egreso

América del sur/Chile/10 Mayo 2018/Fuente: Cooperativa

«Es una medida desmovilizadora, de amedrentamiento», acusó la vocera de la movilización, Danae Borax.

Recalcó que «hoy estamos respondiendo con mayor unidad».

Al cumplirse 12 días de la toma feminista que se lleva a cabo desde el pasado 27 de abril en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chileel decanato decidió suspender exámenes de grado y ceremonias de egreso.

La vocera de la toma, Danae Borax, acusó que la decisión es una medida para presionarlas para que vuelvan a clases.

«Es una medida desmovilizadora, esto es una medida de amedrentamiento, es el intento de una moneda de cambio en torno a cómo desarticular esta movilización, a cómo tratar de ponernos un poco en contra entre todas y claramente no funcionó«, aseveró.

La dirigenta estudiantil recalcó que «hoy estamos respondiendo con mayor unidad«.

La movilización, a la que se sumaron las facultades de Ingeniería, Ciencias Sociales y Negocios, fue gatillada por la denuncia de acoso sexual por parte de una estudiante que involucra al profesor de derecho administrativo y ex presidente del Tribunal Constitucional Carlos Carmona.

Las denuncias de acoso y abuso sexual también han originado tomas en establecimientos educacionales de regiones, exigiendo protocolos para atacar la violencia, el acoso sexual de compañeros y profesores, y que se trate a todos por igual, sean mujeres, hombres, homosexuales o transgéneros.

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Exigencias de las movilizaciones

Hay movilizaciones en la Universidad Austral de Valdivia, en la UTEM en Santiago -donde no están dejando entrar a hombres al plantel-, laUniversidad de Concepción, y desde esta madrugada en el campus Vitacura de la Universidad Técnica Federico Santa María, donde existen tres denuncias por abuso y acoso sexual.

Desde la Universidad Austral, la vocera de la toma, Alen Mancilla, detalló que «hemos recopilado algunos casos de compañeras que han sido agredidas, tanto abuso, violencia o discriminación, y tenemos también casos de funcionarias».

«Hoy lo que nosotros necesitamos que esto deje de pasar y, para poder visibilizarlo de la manera correcta, es que se genere un comité paritario en esta sede», agregó.

Mientras que Luna Mancilla, secretaria de la FEC, expresó que buscan hacer «un petitorio único como universidad, no solamente de la toma de educación o de la toma de sociales, sino que trabajar todas las mujeres juntas en un petitorio unificado».

Nueva marcha «Ni una menos» este viernes

Por su parte, para este viernes se está convocando una marcha de la coordinadora «Ni una menos» en apoyo a estas ocupaciones en las universidades.

La vocera Ximena Riffo declaró que «nuestra marcha se llama ‘Contra la cultura de la violación’ y será el día viernes 11 de mayo desde las 18:30 para marchar por la Alameda».

«La marcha está autorizada y vamos a hacer una detención en el memorial de la violencia política sexualque está en Los Héroes, y vamos a continuar hasta Echaurren», añadió.

Fuente: https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/educacion/universidades/toma-feminista-en-derecho-de-u-de-chile-suspenden-examenes-de-grado-y/2018-05-09/115402.html
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Las categorías que matan

Por: Lidia Falcón

A Diana Quer no la mató el género. Diana murió por ser mujer. Extraña clasificación ésta que está marcando la tragedia de miles de mujeres en este extraño siglo XXI. Como por ser mujeres son violadas, acosadas, maltratadas, heridas, mutiladas, asesinadas millones en todo el planeta. ¿Cuál es pues el problema? Las categorías.

Como si nos encontráramos en el siglo XIII, discutiendo con Tomás de Aquino el trascendente problema de los universales. El problema de los universales desde los filósofos griegos se refiere al modo en que pensamos y percibimos y cuáles son las realidades a ser conocidas. Hablando en términos generales se puede decir que “universal” se opone a “particular” como lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en oposición a los particulares, entidades concretas y singulares. Universal es “aquello que se predica como común a todos y de cada uno (de los individuos de una totalidad, bien sea esta de ámbito absoluto, como por ejemplo el ser, o de ámbito más reducido, como el hombre, el animal, etc.). A diferencia de lo general, lo universal se refiere a una cosa muy definida y precisa que no puede faltar de ninguna manera en todos y cada uno de los individuos en la totalidad expresada por el concepto”. Claramente en este caso la categoría mujer es común a todas y cada una de las individuas de una totalidad, mientras que el género se refiere a una porción, mucho más pequeña, de ese universo.

Pero, ¿ciertamente la mayoría de las feministas que defienden arriscadamente la calificación discriminatoria del género para diferenciar a las mujeres unas de otras, situando a unas en una posición más protegida que a las otras, saben lo que son los universales? ¿Saben lo que son las categorías? He aquí mi desconcierto: ¿Por qué entonces este empeño en distinguirse en la teoría sin haber resuelto la práctica? ¿Se sienten más cultas, más estudiosas, más feministas si defienden el término abstracto de género en vez del concreto de mujer?

Este crucigrama para aficionados a las palabras cruzadas, de significado misterioso, se me presentó hace 30 años en EEUU. Allí, las muy elitistas feministas de clase media burguesa blancas, profesoras de Women’s Studies en muchas facultades inventaron el término “gender” para referirse a la discriminación de la mujer. No valía ya la categoría mujer, definida por si misma sin necesidad de más explicaciones. Pero esta ocultación en realidad lo que se proponía era obviar el término feminismo. Los sufijos ismo, dice el diccionario que es “Componente de palabra que, unido a sustantivos, indica doctrina, partido, sistema, dadaísmo; socialismo; anarquismo”.

¿De qué se trataba pues? De despolitizar el término. Feminismo tiene siglos de utilización como teoría de lucha por los derechos de la mujer, como movimiento reivindicativo contra las opresiones que sufre, como proyecto político que oponer o complementar al socialismo, al anarquismo, al comunismo. Se acabó de situar la lucha de la mujer en los peligrosos ismos sociales y políticos. En las universidades estadounidenses y pronto en las francesas, tan imitadoras, ya no se enseñaba feminismo sino estudios de género. Y enseguida en Méjico y en Perú. Allí fue donde planteé este peligroso enmascaramiento de los términos, con lo que se desfiguran las categorías.

A pesar de que esta polémica tiene los tintes de la enigmática discusión escolástica de cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler, las trabajadoras sociales de los pueblos de los Andes, Ayacucho, Pïura, Lambayeque, Cajamarca, La Libertad, Ancash, Huánuco, lo entendieron enseguida. Ellas, que se enfrentaban cada día a un universo de maltrato continuado y de humillación permanente de las mujeres campesinas me dieron la razón, mientras las señoritas profesoras de Lima se mostraron muy hostiles a mi crítica.

Evidentemente ya no podía convencer a las rectoras del simposium porque las directrices patriarcales de la Academia se habían consolidado en todos los ambientes cultos americanos y europeos. Y las españolas no iban a ser menos. En las Universidades donde apenas se forma a los estudiantes en la historia y sociología del Movimiento feminista se utiliza profusamente el término género, hasta convertirlo en una muletilla.

Pero esta peculiaridad de los estudios universitarios no es una disquisición baldía como tampoco lo fue el tema de los universales, que conformó la filosofía occidental durante varios siglos. Imponiendo esta abstracción del género la Academia ha llevado la definición hasta la política, la legislación, la judicatura, los asuntos sociales, los presupuestos económicos. Donde no ha penetrado, mal que les pese, es en la sociedad. Ninguna de las ilustres defensoras del género se ha molestado en preguntarle a la gente de la calle qué entienden por tal término, porque se hubiesen enterado de que nadie lo identifica a la categoría de mujer.

Lo peor es que tampoco lo hace la legislación. En un retruécano impuesto por las orgullosas legisladoras de la Ley Orgánica de Medidas Integrales contra la Violencia de género, de 28 de diciembre de 2004, se establece una diferencia entre las víctimas de género y las mujeres. Quienes no lo sepan se sorprenderán ante esta sibilina manera de discriminar a las que merecen protección y las que no.

Las “genéricas” se la merecen porque están o han estado ligadas por vínculos afectivos estables con su verdugo. Las que no, no.

Por eso Diana Quer no era género sino mujer. Y como mujer fue secuestrada, violada, asesinada y lanzada a un pozo de agua de diez metros de profundidad. Y por tanto no merece más atención que cualquier otra víctima contemplada en los delitos contra las personas, que hace ya varios milenios califican los códigos penales del mundo.
Y como Diana decenas, cientos, miles, de mujeres que sufren torturas semejantes o más leves en nuestro país, y que por no haberse enamorado de su maltratador no están clasificadas ni calificadas como género por nuestra ilustre y nunca suficientemente bien ponderada legislación.

Ciertamente el haber sido calificada de género posiblemente no hubiera salvado a Diana, pero si hubiese podido pedir ayuda porque su pareja estaba agrediéndola la policía se la tenía que haber prestado con más prontitud que de haber tenido que explicar que la estaba matando un desconocido. Y como ella, la sobrina asesinada por el tío que la requería sexualmente, la madre apaleada por el hijo, el novio de la mujer que fue víctima también de los celos maritales, y la hermana, y la cuñada y la vecina y la desconocida en la calle y la prostituta, que por no ser género no merecieron protección.

¿Y por qué, nos preguntaremos, estas distinciones tan alejadas de una realidad simple y palpable: el patriarcado mata mujeres, que está consumiendo tanto tiempo en estériles polémicas? Porque reduciendo la realidad del ser humano mujer a la abstracción del género se invisibiliza, se minimiza, se oculta, se enmascara una realidad terrible: la población femenina española que alcanza 25 millones está discriminada, reprimida, perseguida y en peligro de ser apaleada, violada o asesinada. Describir de tal forma realista este terrible panorama sería escandaloso. Mejor para el mantenimiento del sistema hablar de un pequeño sector de la población que vinculado afectivamente con hombres muy brutos a veces sufren malos tratos en función de su “género”, que no es el sexo ni la realidad corporal, sino una extraña abstracción que sólo ellas entienden. Hace pocos días Jorge M. Reverte se preguntaba por qué se llamaba género a lo que era mujer, que es la que recibe la violencia, y el escritor no es una campesina de los Andes peruanos.

Y en estas ridículas disquisiciones estamos mientras asesinan a una mujer cada dos días y apalean a dos millones y medio cada año.

Quizá los no especialistas en este tema se preguntarán qué más me da que se le llame género o mujer cuando se encuentra el cadáver, o incluso antes, cuando se denuncia la paliza. Pero no es a mí a quien le preocupa sino a todo el entramado judicial, fiscal, forense, de asistencia social, que tiene que enfrentarse a perseguir a los culpables y a proteger a las víctimas. Y que lo ejercerá de forma eficaz si estas estaban enamoradas del maltratador, o que no le prestará la protección previa –suponiendo que exista- ni la posterior, si no tenían ninguna relación con el verdugo, según la legislación les impone.

Y aún más, esas víctimas no entrarán siquiera en las estadísticas, cuestión ésta que parece bizantina pero que significa que a nuestro Estado no se le pueden sacar las vergüenzas por no proteger a sus ciudadanas cuando sólo se ha asesinado a 40 mujeres en 2017, en vez de las 85 que contamos las feministas. Y que con tan pocas víctimas de violencia de género tampoco es necesario mucho dinero para atender las necesidades de juzgados, hospitales, centros de asistencia social, casas de acogida. Las otras, las mujeres, ya se apañarán.

Y en eso estamos. Se habla de un Convenio firmado en Estambul el 11 de mayo de 2011, donde se exhorta a los Estados que lo han ratificado a contar todas las víctimas de la violencia machista, pero de momento ni el Convenio es imperativo, puesto que es internacional, ni se han introducido las modificaciones pertinentes en nuestra legislación ni el ya famoso Pacto de Estado, que lleva un año recorriendo las salas del Parlamento, las páginas de los periódicos y las pantallas de televisión, ha comenzado los laboriosos trabajos que llevarán a modificar este apartado de la Ley de Violencia de Género.

Ah, y nuestras legisladoras siguen oponiendo una resistencia numantina a modificar esa ley, que pasará a la historia por su singularidad, no vaya a ser que la ciudadanía se de cuenta de está mal pergeñada y de que no hay nada de qué enorgullecerse por haberla aprobado.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2018/01/07/las-categorias-que-matan/

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La lucha feminista en Argentina

La lucha feminista en Argentina

 

Por Lucia Garricho

«Las mujeres sólo podemos ayudar a defender la cultura y la libertad intelectual por el medio de defender nuestra propia cultura y nuestra propia libertad intelectual».
Virginia Woolf
 
El #niunamenos merece un próximo Encuentro
 
El 3 de junio bajo una misma consigna logramos instalar el tema de que la violencia de género es un problema social, general y urgente. Hasta hace poco tiempo, los abusos, el maltrato y las violaciones eran un problema del ámbito privado subestimado y subvalorizado por la agenda social y política. El “No te metás” y “Algo habrá hecho” fueron  frases patriarcales comunes para revictimizar a la mujer y  conservar los privilegios machistas que existen en nuestra cultura.
Las dudas en la comunicación no sexista
 
Las preguntas que nos hacemos las comunicadoras feministas son: ¿Cómo seguimos ahora? ¿Cuáles son los aportes que podemos hacer desde los medios de comunicación y las redes sociales para revertir esta terrible situación en la que todos los días mueren mujeres en manos de sus parejas o ex parejas? ¿Cómo frenar los femicidios? ¿Cómo terminar de una vez por todas con tener que dar la triste noticia de que otra nena fue encontrada brutalmente destruida en una bolsa de basura? ¿Cómo y dónde decir en un mundo con libertad de expresión restringida que sigue existiendo el machismo y la impunidad?
Las posibles soluciones
 
Existen al menos dos acciones posibles para el resolver el problema: por un lado exigiendo la condena a los culpables. Es decir, que debemos poder identificar a los sujetos responsables de los femicidios y multarnos con una pena acorde a su brutalidad. Hay quienes proponen la cárcel, las multas económicas, existen quienes hablan de cadenas perpetuas y penas de muerte. También se escuchan las propuestas de venganza por acción directa y violenta. Son todas prácticas represivas que difícilmente logren revertir el orden reinante. Por más penas que impongamos, la máquina que produce sujetos violentos seguirá existiendo. Está demostrado que encerrar a las personas no sólo no sirve para reinsertarlas en la sociedad, sino que genera seres potencialmente  más peligrosos. Mientras tanto, con el castigo, llevamos un poco de consuelo a quienes más sufren la pérdida o la violencia, y evitamos en lo inmediato, que más mujeres o niñas estén en peligro. Seguir pensando métodos de sanción efectivos y concretos es una tarea que muchas personas honestas están llevando adelante día a día.
La otra opción es trabajar en prevención y la forma más eficiente, noble y justa es a través de la educación popular y la comunicación no sexista. Debemos formar a nuestras niñas y niños bajo valores de libertad, respeto y justicia. A las nenas hay que enseñarles hábitos de autocuidado y conocimiento personal. Tienen que saber que el Príncipe azul no existe y por lo tanto no tiene sentido soñar con ser una Princesa. Las nenas deben poder hablar y jugar en igualdad de oportunidades que los varones. A los nenes hay que enseñarles que no hace falta ser macho para ser fuerte y valiente. Los niños y adolescentes tienen que saber que en los juegos lo más importante no es ganar sino divertirse y que los privilegios de género no son buenos porque tienen consecuencias terribles a largo plazo.
El desarrollo feminista 
 
En los últimos años nuestra lucha ha crecido en número y en organización. En  la década del ‘70 se formaron grupos de autoconciencia en Europa, EEUU y América Latina. En estos espacios se compartían experiencias propias de opresión cotidiana y se llegó a la conclusión de que las particularidades de cada una eran muy similares a las de las demás y nació así una idea que nos unifica a todas: lo personal es político. Llegamos a la conclusión de que la violencia patriarcal tiene que ver con relaciones históricas de poder y no con circunstancias individuales de coyuntura.
En 1985 la ONU llamó al primer Encuentro Internacional de Mujeres en Kenia (África) y también se hicieron encuentros feministas latinoamericanos y del Caribe primero en Bogotá (Colombia), Lima (Perú) y Bertioga (Brasil) entre otros. Ahí surgieron muchos debates. El más interesante a mi entender tuvo que ver con las mujeres pobres de las favelas en Brasil. Ellas plantearon que los Encuentros debían ser gratuitos, abiertos y democráticos. Las primeras feministas intelectuales tenían ciertos recursos económicos que les permitieron teorizar y producir conocimiento fundamental para entender las desigualdades de género. Sin embargo, faltaba masividad en sus reclamos y demandas. Ahora buscamos y construimos un feminismo que baile al ritmo de los movimientos sociales. El feminismo será de masas o no será nada.
En estos encuentros surgieron por ejemplo las siguientes fechas: 25 de noviembre “Día Internacional contra la violencia de género” y 28 de septiembre  “Día de la lucha por la despenalización de aborto legal, seguro y gratuito”.
Estamos por cumplir 30
 
En Argentina los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM) ya son una práctica social multitudinaria en donde las protagonistas somos nosotras. Una vez al año nos reunimos en distintas ciudades del país para denunciar nuestras opresiones y compartir experiencias y propuestas de acción teórica/práctica. Los Encuentros son autónomos y horizontales.
El Funcionamiento está garantizado por la Comisión Organizadora (CO) de la ciudad convocante.
Las tareas de esta comisión son:
• Recuperar experiencias de años anteriores.
• Trabajar para obtener permisos y habilitaciones.
• Convocar a un acto de apertura y uno de cierre.
• Definir el recorrido de la marcha.
• Hacer las inscripciones y garantizar viandas de comida para las compañeras que las requieran.
• Organizar la peña central.
• Redactar el documento de bienvenida.
Algunos de los documentos de apertura de otros Encuentros terminaron así:
“Y otra vez, muchas gracias por acercarse, gracias por desafiar la furia de los elementos sociales, gracias por intervenir y gracias por estar con nosotras”. Buenos Aires. 1986
 
“Si este Encuentro de mujeres nos sirve para ahondar las experiencias, trazar nuevos caminos que podamos ir transitando juntas hablemos cumplido con creces nuestros objetivos”.  Córdoba. 1987.
 
“Sólo me resta decirles compañeras, amigas, reciban un abrazo fraterno y el deseo de una feliz estadía en nuestra ciudad”. Santiago del Estero. 1990
 
“A partir de este momento el Encuentro somos Todas”. Tucumán. 1993
 
“Estamos aquí y vamos a luchar para que la discriminación, la subordinación, el hambre, la desocupación, la corrupción, la exclusión, la impunidad y la injusticia, sean eliminadas definitivamente”.  Buenos Aires. 1996
 
“Nuestra alegría es por recibirlas, nuestro fervor es por lo que crece, la firmeza es no ceder lo conquistado, la necesidad de resolver nuestros derechos”. Rosario. 2003
 
Frases extraías del libro “Mujeres que se Encuentran” de Alma y Lorenzo.
La CO está conformada por las mujeres que serán la sede ese año y se divide en 4 comisiones simultáneas: cultura, finanzas, funcionamiento y prensa (esta última tiene que sufrir constantemente el boicot de los medios hegemónicos que silencian casi todo lo que sucede antes, durante y después del evento).
Se llega utilizando todos los medios de transporte disponibles y se trabaja en talleres.
Al momento de la inscripción (que es optativa) se paga un bono solidario y se entrega una carpeta con mapa del lugar, certificado de participación y lista con los nombres de los talleres y las escuelas donde funcionará cada uno con número y dirección. En una misma escuela funcionan varios talleres en simultáneo. Se estableció un máximo de 40 mujeres por taller para garantizar la privacidad y la circulación de la palabra en los testimonios, denuncias y propuestas. Si hay más de 40 mujeres se abre otro taller con la misma temática. Del taller sobre aborto por ejemplo, han llegado a funcionar más de 12 talleres en simultáneo. La comisión organizadora designa una coordinadora y además se toma nota de todo lo que se va hablando. No se vota: se busca el consenso y en el caso de no conseguirse, se plasman ambos argumentos. Las conclusiones son una síntesis de lo compartido. Los documentos que se elaboran se leen en el acto de cierre y se redactan durante todo el año para hacer un cuadernillo con todas las memorias que se entrega en el Encuentro de Mujeres del año siguiente.
Pero el Encuentro es también fiesta. Como decía Emma Goldman: “Si no se baila no es nuestra revolución”. En la Peña del sábado a la noche hay bandas y solistas en vivo que hacen un show multitudinario donde festejamos la lucha y los logros conquistados. Lo recaudado en las barras se utiliza para pagar gastos de producción y logística.
Lo más interesante a mi entender, es todo lo que ocurre también en las calles. Se llenan los bares, restaurantes, micros, taxis, centros culturales, comercios, universidades y  plazas. Se proyectan documentales, se muestran obras de teatros, se arman ferias de artesanías, volanteadas, espectáculos cirquenses, stand up, reuniones, exposiciones de obras plásticas y fotográficas  y radios en vivo. Se hacen muy visibles las cámaras fotográficas y filmadoras.
La marcha del domingo emana  adrenalia pura. Todo el centro se llena de bombos y banderas. Pancartas con las caras de las que ya no están, cantos de contenido político, aerosoles y quema de muñecos frente a la Catedral son algunos de los rituales más importantes. Algunas de las consignas que se leen y escuchan son:
“Si somos capaces de parir. Somos capaces de engendrar otra historia”.
“Mujer que se organiza no plancha más camisas”.
“Si el Papa fuera mujer el aborto sería ley”.
 “Se va a acabar. Se va a acabar esa costumbre de golpear”.
Los hombres durante los Encuentros de Mujeres
Muchos nos acompañan cuidando a nuestros hijos e hijas en su lugar de residencia. Otros vienen a cocinar, ayudar en lo que haga falta o a vender prensas. Otros nos insultan desde los balcones, desde la puerta de las iglesias o desde la comodidad del sillón del living. Sólo por estos 3 días al año no los dejamos opinar ni decidir. Los compañeros de verdad que anden por acá, estarán en las calles con nosotras. Nos darán abrazos y palabras de aliento. Como lo han hecho siempre.
En los Encuentros las mujeres pueden participar mucho, poquito o nada. Cada una elige su lugar. Lo importante es tomar la decisión de apostar con nuestros cuerpos a este acontecimiento único en el mundo.
30 años.
50 mil mujeres.
10, 11 y 12 de octubre.
Fuente: http://luciagorricho.blogspot.com/2015/08/la-lucha-feminista-en-argentina.html
Imagen tomada de: https://www.pagina12.com.ar/fotos/las12/20100108/notas_12/ufa2.jpg
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