Tres organismos de Naciones Unidas pidieron a los países europeos que garanticen el acceso a una educación de calidad para todos los menores migrantes y refugiados, según un informe publicado hoy.
Con el título ‘Acceso a la educación para niños migrantes y refugiados en Europa’, el documento fue preparado entre el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Según un comunicado conjunto, la investigación alerta sobre los obstáculos a que se enfrentan los niños y adolescentes nacidos fuera de Europa cuando tratan de continuar sus estudios en un país europeo, según un comunicado conjunto.
El informe destaca como principales desafíos los recursos financieros insuficientes; la falta de espacio en las escuelas o maestros capacitados para trabajar con niños refugiados y migrantes; y las barreras lingüísticas.
También la falta de apoyo psicosocial y clases limitadas de recuperación, vitales para los niños que han perdido períodos prolongados de escolarización o que provienen de diferentes sistemas educativos.
El texto llama a los Estados a fortalecer los vínculos entre las escuelas y otros servicios públicos clave, como salud y protección de la infancia, para garantizar que se abordan las barreras para matricularse y el resto de factores que contribuyen al abandono escolar.
Además, el informe recomienda incrementar el acceso a los servicios de educación infantil y la promoción de la integración de los jóvenes en los niveles superiores de educación secundaria y formación profesional.
Acnur, OIM y Unicef pidieron a los países europeos que aumenten los esfuerzos y realicen más inversiones a nivel nacional y regional para recopilar datos estandarizados y unificados de calidad sobre los niños refugiados, solicitantes de asilo y migrantes sobre educación.
Según la directora de la oficina de Acnur para Europa, Pascale Moreau, ‘para la niñez refugiada, la educación no es solamente esencial para su propios futuros, sino también para el de las comunidades en las que viven.
Citada en el comunicado conjunto, Moreau aseguró que una educación de calidad ‘aumenta las oportunidades vitales, facilita la integración y es una situación en la que todos ganan, los estudiantes y las sociedades’.
Por su parte, la directora regional de Unicef y coordinadora especial para la crisis de migrantes y refugiados en Europa, Afshan Khan, destacó que ‘con voluntad política e inversiones adicionales’, los gobiernos de Europa pueden construir sistemas públicos de educación inclusivos.
Puntualizó que tales medidas podrían garantizar que ‘toda la niñez, sin importar su estatus migratorio, pueda ejercer su derecho de acceso a una educación’.
El asesor regional principal de la OIM para Europa y Asia Central, Manfred Profazi, instó a ‘eliminar las brechas en la educación de la niñez refugiada y migrante’.
Consideró que esto ‘es fundamental para su desarrollo y bienestar, y esto puede tener un efecto positivo para la sociedad en general’.
Según el informe, hoy la tasa de abandono escolar en Europa es casi el doble entre los menores nacidos fuera del continente, quienes además tienen peores rendimientos académicos si no reciben un apoyo adecuado.
Frente a una educación comprada, amenazada, manipulada y orientada a la producción capitalista se debe buscar la revolución de las conciencias, afirmó Alejandro Solalinde, sacerdote y activista por los derechos humanos, quien destacó que este proceso debe comenzar por la recuperación de los referentes creados por los pueblos originarios y de sus culturas.
Al inaugurar el primer Congreso Nacional de Alternativas y Transformación Educativa, convocado por la Red de Universidades Alternativas, también recordó la llegada de miles de niños migrantes que buscan un mejor futuro, por lo que demandó atender sus necesidades educativas desde su propia realidad como sujetos y no como objetos.
Pidió reconocer la riqueza cultural y las experiencias que traen consigo los migrantes, en particular, dijo, las mujeres, quienes se dice, son las últimas en migrar, pero en su caminar van recogiendo las raíces de sus pueblos y las traen consigo. Podemos aprender mucho de ellos, porque representan la riqueza del mundo.
En el encuentro, Javier López Sánchez, titular de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI), señaló que desde la mirada de los pueblos indígenas se demanda una educación integral y con una mirada holística que recupere la sabiduría ancestral y reconozca que en el lenguaje, la puerta para entender de formas diferentes el mundo.
Frente a profesores, investigadores y activistas sociales reunidos en la sede del Senado en la calle de Xicoténcatl, destacó que la propuesta educativa indígena plantea una construcción comunitaria del saber, donde es esencial el contacto con el otro. En la filosofía maya tzeltal –indicó– se proponen tres pasos fundamentales: saber estar y saber ser; saber el saber, y saber hacer, a fin de impulsar los principios de la sabiduría y el buen vivir.
Por su parte, Hugo Aboites, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana y ex rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, destacó que todo proyecto educativo alternativo ha sido resultado de las luchas sociales y la construcción colectiva. El sistema educativo mexicano fue, en su momento, un proyecto alternativo emanado de la Revolución mexicana, lo que permitió que a través del normalismo rural los hijos del pueblo educaran a los hijos del campesino y del obrero.
Pedro Hernández, integrante de la dirigencia nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, recordó la lucha que por años han impulsado los maestros para alcanzar una transformación educativa, y que entre otros saldos, dijo, dejó profesores reprimidos y encarcelados injustamente, además de pérdidas de vidas. Llamó a mantener el diálogo y reconocer los proyectos alternativos que se han construido desde las escuelas, que es desde donde se genera la verdadera transformación de la educación.
Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2019/06/23/politica/010n1pol
América del Norte/ México/ 25.02.2019/ Fuente: www.telemundo20.com.
Se informa a los menores sobre sus derechos que deben de ser respetados.
La directora mundial de Comunicación de Unicef, Paloma Escudero, declaró el jueves en la ciudad mexicana de Tijuana que para el organismo es prioritario atender a los niños migrantes, especialmente los que viajan no acompañados.
Escudero visitó Tijuana al frente de una delegación de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) para supervisar la forma en que se atiende a los niños de las caravanas migrantes provenientes de Centroamérica.
Escudero señaló que resulta de gran importancia conocer de manera directa las necesidades de cada menor acompañado o no acompañado que migra a través de México con la intención de solicitar asilo humanitario en Estados Unidos, huyendo de la violencia y la pobreza qué hay en su lugar de origen.
«Estoy visitando Tijuana para conocer las necesidades que tienen los niños y jóvenes migrantes, y también para apoyar los diversos programas que tiene Unicef en Tijuana de apoyo a estos niños migrantes», dijo a periodistas.
Enfatizó la importancia de asegurar «que cualquier niño migrante tiene realmente todos sus derechos garantizados, y que el bienestar de cada uno de esos niños es lo que se pone como prioridad al tomar decisiones sobre su futuro».
Escudero señaló que «cuando un niño migrante decide salir de su país, es porque está escapando de situaciones de violencia y situaciones de pobreza, y cuando llega a Tijuana llega ya en situación muy deteriorada».
Asimismo, destacó la necesidad de garantizar que todos estos menores «tengan garantizada la salud, el acceso a la educación, pero también un sitio seguro donde poder esperar hasta que su situación migratoria se solucione».
«Es muy importante también que ningún niño es detenido por su estatus migratorio, y que se busquen alternativas a la detención, que pueden ser centros abiertos, familias de acogida, y también por supuesto, muy importante, que todos los niños permanezcan con sus familias, que nunca sean separados de sus familias», expuso.
Escudero refirió que Unicef ha venido trabajando con los menores desde Tapachula, en la frontera con Guatemala, hasta Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, brindando apoyo psicológico y también ayuda en los trámites de solicitud de visa humanitaria o asilo político.
También se informa a los menores sobre sus derechos que deben de ser respetados por las autoridades, en especial a los que viajan no acompañados y que se encuentran, por su situación, vulnerables y al alcance del crimen organizado, la trata de personas y el narcotráfico en México. «Esa es la prioridad», indicó.
Por ello, añadió, Unicef les da seguimiento puntual y pide apoyo de los directivos de albergues para que informen detalladamente la cantidad de niños que están bajo su cuidado y en qué condiciones.
Por su parte, Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef en México, señaló que desde noviembre de 2018 hasta hoy han atendido a más de 2,000 menores acompañados y no acompañados a través de los distintos programas y apoyos que se brindan por parte de expertos en abogacía, psicología y otros temas.
Este segmento fue emitido por Un Nuevo Día, el programa matutino de Telemundo.
Tanto Escudero como Arifin-Cabo, así como personal de Unicef, se concentraron este jueves en el albergue Juventud 2000 de la colonia Zona Norte de Tijuana, donde se da techo y alimento a migrantes que transitan por la ciudad, así como a mexicanos deportados que buscan regresar a su ciudad de origen.
Fuente de la noticia: https://www.telemundo20.com/noticias/mexico/Prioritario-para-Unicef-atender-a-los-ninos-migrantes-no-acompanados-en-Tijuana-506202231.html
Para estos niños migrantes, para miles de niños en México, la experiencia de la infancia es la vivencia del trabajo y el hambre.
La mañana es más fría de lo usual; lo denuncia la ropa gruesa de las maestras y mi cuerpo, sin abrigo, resiente al bajar del auto. Cuelgo la mochila en la espalda y bebo el café caliente, mientras imploro que durante la jornada se repita el milagro de las bodas de Caná.
Identifico algunos olores en el viento helado que penetra la nariz. Busco el origen de la mezcla; recorro el albergue donde habitan 250 migrantes, provenientes principalmente de Guerrero, estado del sureste mexicano, uno de los más ricos en recursos, lastrado por terribles desigualdades y peores gobiernos. Ellos, los padres, se dedican al corte de caña; ellas, las mujeres, al corte de la zarzamora. El humo azul de algunas de las humildes chozas nutre el cóctel aromático, otro poco la basura que rodea la cancha de fútbol; el resto, lo proveen los gases que emanan del ingenio azucarero que estructura la vida del pueblo. La vista se detiene al fondo, en los imponentes volcanes, el de fuego y el Nevado de Colima, el espectáculo cotidiano que fue mi paisaje en la infancia y los primeros años de la juventud.
La escuela del albergue se llama “Simón Bolívar”; en realidad, son dos, la preescolar (niños de 3-5 años) y la primaria (6-12 años). El edificio lo conforman dos bloques pequeños: a la izquierda, la primaria, con dos aulas, una para los niños de los tres primeros grados y la otra para los más grandes, de cuarto a sexto. Enfrente, dos aulas más, para niños de preescolar, de segundo y tercer grados. El aula de tercero es, también, la dirección. Al lado, el Centro Educativo Quesería, con diez computadoras conectadas a internet y financiadas por la organización Proyecto Amigo, fundada por un estadounidense (Ted Rose) que llegó por azar, vio, conoció un poco y se comprometió como ningún político mexicano lo ha hecho por esta escuela; y muchos años después, sigue apoyando en forma extraordinaria con brigadas de extranjeros que pasan algunas temporadas en México y acuden para realizar obras materiales o enseñar inglés por unas horas a los niños, mientras juegan y rompen la dinámica escolar inyectándole amor y solidaridad.
Baños para niñas, niños y maestros completan el bloque de preescolar. Al fondo, una cafetería con cuatro mesas de concreto y bancas, más una canchita de futbol y el patio cívico. Un vagón ahora en desuso, como biblioteca, completa la infraestructura y los recursos de una escuela única en su tipo, en mejores condiciones que otras dedicadas a hijos de trabajadores migrantes.
El personal de la escuela es poco: dos maestras de preescolar y dos de primaria, una de ellas, en cada caso, funge también como directora, más Brenda, una voluntaria que tiene a sus dos hijos en la escuela y colabora desinteresadamente en la cocina de las 6:30 a las 12:30 horas; y Francisca, Francis, una indígena encargada del aula de computadoras, cuyo sueldo paga Proyecto Amigo y que luchó para aprender a leer y escribir, contra la voluntad familiar, que logró alfabetizarse y luego, surfeando adversidades, cursa ya la licenciatura en trabajo social en una escuela única también en su tipo, hecha para gente humilde a 35 kilómetros del pueblo, en el mítico Comala, cuyo nombre inmortalizara Juan Rulfo, el escritor mexicano y universal.
La escuela es el centro de la vida comunitaria, el albergue cañero, donde se arraciman 88 familias. Espacio para el juego, para la convivencia, aprender las primeras letras y los números. Pero la escuela es también la madre que nutre, porque allí los niños desayunan y comen por unos cuantos pesos diarios, porque sin ella, muchos de estos 70 niños no comerían, o estarían solos en sus casas, mientras sus padres y madres trabajan.
La escuela no siempre consigue que los niños se hospeden; a veces, cuando el hambre aprieta, o la ignorancia se ensaña, los niños salen a cortar caña. Incrédulo le pregunto a la maestra y directora de primaria que me lo cuenta en el aula de preescolar, yo en la única silla para adultos, ella en la sillita para estudiantes: “¿Los niños de seis o siete años también van al corte de caña?”. “También”, reafirma. Y me reta: “¡Pregúnteles a los niños y todos ya fueron alguna vez!”.
En México, según las cifras más recientes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, hay 326 mil niños y jóvenes hijos de trabajadores agrícolas migrantes, pero solo 49 mil van a la escuela, a escuelas precarias, materialmente pobres, con una pedagogía pobre y con resultados no siempre alentadores respecto al currículum, pero con maestras comprometidas como Alejandra y Claudia, Tita y Karen.
Muchas veces leí a Pablo Gentili en un paisaje que se me grabó en la piel hace varios años: para millones de niños en América Latina, la experiencia de la infancia es la vivencia del hambre. Hoy puedo ampliarlo: para estos niños migrantes, para miles de niños en México, la experiencia de la infancia es la vivencia del trabajo y el hambre.
Esa fría mañana, cuando ya el sol calentaba un poco los cuerpos, los niños, algunos sin abrigo, jugaban afuera de las aulas; separé a Jesús Manuel, uno de los más altos y fuertes, con bigote ya visible en su piel tostada. Quería entrevistarlo. Empecé y al instante nos vimos rodeados.
-¿Te gusta la escuela?
-Sí.
-¿Por qué te gusta la escuela?
Otra voz intenta responder, calla, y Jesús Manuel contesta:
-Porque aquí juegan todos los niños.
-De las materias, ¿qué te gusta?
-Todas.
Le insisto, -¿cuál te gusta más?:
-Matemáticas.
-¿Por qué matemáticas?
No contesta. Sonríe nervioso y se esconde entre sus compañeros, más pequeños, los abraza como pidiendo tregua. Lo entiendo y abro la pregunta al grupo.
-¿Hasta dónde piensan estudiar?
Dudo de la claridad de la pregunta y se les explico: ¿quieren terminar la primaria, luego ir a la secundaria, llegar a la universidad? En la multitud una voz masculina responde: yo no. Jesús Manuel dice que quiere ir a la universidad.
-¿Qué te gustaría estudiar?
Silencio. Cambio la pregunta: -¿Qué te gustaría ser de grande?
Él y otros niños se enganchan. “Bombero”, dice Jesús Manuel. Le pregunto a otro niño: “Policía”. Se llama Bryan y entra el quite de su amigo. Otros niños dicen lo mismo, quieren ser policías. Uno más quiere ser vigilante en la cárcel. Policías, a eso aspiran. Jesús Manuel se arrepiente: ya quiere ser policía, como sus amigos.
-¿Por qué quieren ser policías?
-Porque los policías atrapan a los ladrones, dice uno pequeñito.
En el grupo sobresale una niña, Rosa. Ella no espera la pregunta, valiente y segura habla: “Yo voy a ser estudiante pa’ todas las escuelas”. Quiere ser licenciada (abogada, en el habla popular). Es la única niña que se acerca al grupo de amigos de Jesús Manuel, la única que se atreve es, tal vez, la única que logre cumplir sus sueños de ser licenciada.
America del Sur/ Chile/ 03.12.2018/ Fuente: www.economiaynegocios.cl.
La mitad de quienes han dejado su país por culpa de circunstancias adversas todavía no han cumplido 18 años. Asegurar su educación es clave para no estancarlos a ellos ni a las naciones que los reciben.
El número de niños migrantes y refugiados en edad escolar aumentó 26% en el mundo desde el año 2000 hasta la fecha, con un total de 18 millones de personas. Todos juntos podrían llenar medio millón de aulas, indica el más reciente Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la Unesco.
El texto recopila datos de 193 naciones y advierte que la mitad de quienes han sido desplazados a la fuerza tienen menos de 18 años. Muchos siguen estando excluidos del sistema educativo del país al que llegan, o no reciben una educación adecuada por falta de recursos.
Solo en Alemania se estima que hacen falta 42 mil profesores para dar una educación de calidad a los niños refugiados. En Líbano y Jordania -que acogen el mayor número de refugiados por habitante- la situación se ha vuelto tan crítica, que se tuvieron que crear distintos horarios escolares (uno de mañana y otro de tarde) que dependen de si el alumno es originario del país o no.
«Es estresante e inestable», comenta Saddam Sayleh, quien vivió la experiencia como migrante en Jordania y hoy dirige I Learn, organización que se dedica a proveer educación no segregada a los que llegan a ese país tras haber dejado el propio. «Es vital trabajar creando puentes entre las comunidades locales y las poblaciones de migrantes», comenta. De no hacerlo, el riesgo es perder el potencial de toda una generación, advierte.
«El aprendizaje no es un lujo. Cuando se niega la educación a migrantes y refugiados, todos pierden. La educación es clave para la inclusión y la cohesión, y la mejor forma de forjar comunidades más fuertes y resilientes», indicó desde París la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay. Francia no está libre de problemas: en 2017, en la Unión Europea el doble de niños que nacieron en el extranjero abandonaron el colegio de forma prematura en comparación con el número de niños locales que lo hicieron.
El caso sudamericano
Sudamérica también tiene tareas por delante, advierte el informe Unesco. Un país en el que esto es notorio es República Dominicana, donde la asistencia a educación básica es de 52% para los niños nacidos en Haití, versus 82% para aquellos nacidos en otros países.
También llama la atención que sean 35 mil los menores mexicanos en centros de detención fronterizos, donde no hay alternativas de educación formal.
Sobre Chile, el informe indica que aunque una directiva presidencial de 2008 anunció una educación pública para todos los niños, sin que importe su estado de migración, en la práctica «esto ha quedado a discreción de los funcionarios de los gobiernos locales».
Carlos Vargas, jefe de la Unidad de Desarrollo Docente de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco, explica que «cuando el sistema es descentralizado -depende de las municipalidades, por ejemplo- y la autoridad educativa recae en los gobiernos locales, existen normativas cuya vigilancia es más difícil de verificar. A eso se refiere el texto; tiene que ver con la discrecionalidad».
Vargas plantea que «el informe lo que pone en relevancia es que el derecho a la educación debe prevalecer sobre cualquier tipo de fórmula, burocracia o papeleo». Y agrega que la falta de un RUT, por ejemplo, no puede ser impedimento para formar parte de un colegio. Para este tipo de discriminación, la entidad a cargo de revisar denuncias es la Superintendencia de Educación.
A nivel latinoamericano, un problema que se repite es el de los sistemas de convalidación y revalidación de estudios, dice Vargas. Esto, porque los trámites suelen ser largos y engorrosos.
Eso sí, no todo es conflicto. En su informe, Naciones Unidas destaca los casos de Colombia y Sao Paulo.
Mientras la Corte Constitucional de Colombia ordenó a sus autoridades municipales tratar de forma preferencial a los niños desplazados en cuanto a acceso a la educación, la ciudad brasileña destaca por fomentar la educación contra la xenofobia. Además de campañas de concientización, existen consejos municipales para migrantes y asesores que se dedican a ayudarlos con sus trámites.
Fuente de la noticia: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=526537
Un informe de la Unesco advirtió que hay 18 millones de niños migrantes en edad escolar.
Según la edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), publicado por la Unesco, el número de niños migrantes y refugiados en edad escolar alrededor del mundo actualmente podría llenar medio millón de aulas, que equivale a un aumento del 26% desde el 2000.
En lo que corresponde a América Latina y el Caribe, el informe revela que cada vez hay más menores no acompañados de países como El Salvador, Guatemala, Honduras y México en los centros de detención, donde por lo general no cuentan con acceso a educación. Cerca de 50.000 niños provenientes de estos países fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de los Estados Unidos entre 2013 y 2017.
Los profesionales de la salud mental y la pediatría que visitan centros de detención familiares en Estados Unidos indicaron que los servicios de educación no eran adecuados. En México, 35.000 menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso.
En República Dominicana los inmigrantes haitianos sin Estado no pueden acceder plenamente al derecho a la educación
En República Dominicana los inmigrantes haitianos sin Estado no pueden acceder plenamente al derecho a la educación. Los índices de asistencia a la educación primaria fueron de un 52% para los niños nacidos en Haití, un 79% para aquellos nacidos en República Dominicana de padres inmigrantes y un 82% para aquellos nacidos en otros países. Además, aun cuando logran matricularse, les es difícil avanzar a través del sistema.
En Chile una directiva presidencial de 2008 anunció una educación pública para todos los niños, sin importar su estado de migración. Sin embargo, en la práctica la decisión la toman los funcionarios de los gobiernos locales.
Sin embargo, el informe destaca la labor de varios países de la región que han realizado esfuerzos para fortalecer la inclusión en la educación de migrantes y personas desplazadas a la fuerza. El informe resalta el marco legal de Colombia que protege la educación de la población desplazada internamente, tras la decisión de la Corte Constitucional en 2002 de ordenar a las autoridades educacionales municipales a dar un trato preferencial a los niños desplazados en términos de acceso a la educación.
Argentina, por su parte, prohibió que a un inmigrante con estatus irregular se le impidiera ingresar a una institución educativa, a través de una ley de migración del 2004 que ayudó a muchos migrantes no documentados a convertirse en ciudadanos regulares.
Emigración de los profesionales
En cuanto a los profesionales que emigran, el informe señala que 1 de cada 12 de los mejor calificados de América Latina y más de 1 de cada 2 en el Caribe están emigrando a otros países. Las cifras más alarmantes se las llevan Guyana y Granada, donde perdieron el 78 y el 71 por ciento, respectivamente, de sus trabajadores calificados debido a la emigración.
En los países del Caribe también se ha experimentado una alta emigración de docentes en las últimas décadas, en parte debido a los esfuerzos por contratarlos en países como Inglaterra y Estados Unidos. En algunos pequeños Estados insulares, la migración, incluso de un número pequeño de profesores, puede generar carencias importantes. Así, los profesores de matemáticas, física, ciencia e informática son difíciles de reemplazar y los que más tienden a irse al extranjero.
Los profesores de matemáticas, física, ciencia e informática son difíciles de reemplazar y los que más tienden a irse al extranjero
Al igual que en muchos otros lugares del mundo, los inmigrantes que llegan a países latinoamericanos como Brasil, Panamá y Uruguay, tienden a alcanzar un grado de educación mayor al de quienes los reciben. Esto pasa también en Estados Unidos, donde los hijos de emigrantes provenientes de 10 países de América Latina tienen 1,4 años más de educación, en promedio, que los hijos de aquellas personas que no han emigrado.
Las remesas
El Informe revela que las remesas enviadas por los migrantes a sus países es un efecto positivo de la migración en la educación de la región. En promedio, las remesas aumentaron el gasto en educación en América Latina en un 53%, llegando a un 66% en Guatemala y Lima en comparación con un 35% en países de ingresos bajos y medios.
El informe sostuvo que la educación es un derecho de los refugiados indispensables para la reconstrucción de sus vidas en los países de acogida.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) publicó este lunes un informe en el que pidió a lospaíses invertir más esfuerzos para integrar en sus sistemas educativosa los niños migrantes y refugiados.
Según el informe la mitad de las personas desplazadas en el mundo son menores de 18 años y «en muchos países sonexcluidas del sistema educativo nacional».
La Unesco señaló que en los países de altos ingresos el número de migrantes aumentó entre 2005 y 2017 del 15 al 18 por ciento, sin embargo, estos «no poseen las mismas oportunidadesque los otros niños del país».
De acuerdo con el informe, los solicitantes de asilo en países como Australia, Hungría, Indonesia, Malasia y México tienen un acceso limitado a la educación; sin embargo, Ruanda e Irán recibieron una buena evaluación entre los países que realizaron «inversiones considerables» para garantizar lainclusión de losrefugiados en sus sistemas de educación.
«Cuando los refugiados que llegan a los países de acogida para reconstruir sus vidas, el acceso de la educación no solo es esencial, sino que se trata de un derecho», así reza la declaración de la Unesco publicada el pasado septiembre.
Este llamado se enmarca en los esfuerzos que realiza la Unesco para incrementar acciones en 2019 que garanticen y mejoren elacceso de los refugiados a la educación superior.
Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/unesco-garantizar-eduacion-refugiados-migrantes–20181119-0039.html
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