La ayuda asignada a la educación ha venido disminuyendo durante seis años consecutivos, según revela el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) de la UNESCO.
La ayuda total a la educación se sitúa en 12.000 millones de dólares estadounidenses, un 4% menos que en 2010, mientras que la ayuda total al desarrollo durante el mismo periodo aumentó en un 24%.
La ayuda a la educación básica, que incluye la ayuda a la educación preescolar y primaria, así como la ayuda a los programas de educación y alfabetización de adultos, es de 5.200 millones de dólares, lo que supone un aumento con respecto a los 4.800 millones de 2014.
Aun así, esta cantidad es un 6% menor que la de 2010. La ayuda a la educación secundaria, mientras tanto, se eleva a 2.200 millones de dólares, lo que representa un 19% del total de la ayuda a la educación. El análisis se basa en datos recientemente publicados por el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE.
Multiplicar por seis
“La ayuda sigue siendo muy inferior a la cantidad necesaria para alcanzar el Objetivo 4 del Desarrollo Sostenible, lo que pone en peligro nuestros compromisos”, declaró Irina Bokova, Directora General de la UNESCO.
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. El Objetivo 4 se propone garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
“Para alcanzar nuestros objetivos comunes en materia de educación, necesitaríamos multiplicar la ayuda al menos por seis, y esta debería ir destinada a los países que más la necesitan. Sin embargo, observamos que los donantes en el ámbito de la educación están desviando su atención de los países más pobres”, advirtió.
Los Estados Unidos y el Reino Unido siguen siendo los dos mayores donantes al sector de la educación básica, pero en el periodo 2014-2015 redujeron su asignación en un 11% y un 9%, respectivamente. Noruega y Alemania, mientras tanto, incrementaron su asignación en un 50% y un 34%, respectivamente.
África subsahariana
Además, la ayuda no se está distribuyendo en función de las necesidades. El África Subsahariana, donde vive la mitad de los niños sin escolarizar del mundo, recibe actualmente menos de la mitad de la ayuda a la educación básica que recibía en 2002.
Esta cantidad representa un 26% de la ayuda total a la educación básica, un porcentaje apenas superior al 22% asignado a África Septentrional y Asia Occidental, donde vive el 9% de los niños sin escolarizar.
A diferencia de las tendencias en la ayuda bilateral a la educación, la Alianza Mundial para la Educación destinó el 77% de sus desembolsos al África Subsahariana, y el 60% a países afectados por la inestabilidad y los conflictos.
El documento ofrece ejemplos específicos de cada país en los que la asignación de recursos se realiza en función de los criterios del donante. Esto demuestra que la ayuda no se asigna según el número de niños sin escolarizar para financiar el coste de alcanzar la educación universal en cada país.
Si bien la ayuda humanitaria a la educación ha alcanzado un máximo histórico, con un aumento del 55% entre 2015 y 2016, este sector sigue recibiendo únicamente el 2,7% de la ayuda total disponible, lo que representa un 48% de la cantidad que solicita.