Josep María Alaña: «En mi época no existía el concepto de escuela inclusiva. La escuela era para ‘los normales»

Por: Lucía García López

Entrevistamos a Josep María Alaña, biólogo, profesor jubilado y defensor de los derechos de las personas con acondroplasia, tras la publicación de su último libro ‘Profe y Enano. El orgullo de la diferencia’.

Josep María Alaña creció en una época en la que nacer con acondroplasia (más conocida como ‘enanismo’) era considerado un ‘castigo de dios’. A pesar de los obstáculos que encontró, su voluntad, así como la autonomía y libertad que su familia siempre le aportó, le convirtieron en el primer profesor enano de España. Licenciado en Biología y Pedagogía, durante veinte años enseñó Ciencias Naturales en Secundaria y después trabajó en la Generalitat hasta jubilarse. Firme defensor de la escuela pública y de la educación inclusiva, ahora lucha por mejorar la situación de jóvenes en situación de exclusión social, como los Menores Extranjeros No Acompañados, así como por reivindicar mayores derechos para las personas que padecen su enfermedad. ‘Profe y enano. El orgullo de la diferencia’ es su último libro, publicado por la editorial Octaedro, en el que narra su vida personal, laboral y política y en el que defiende la importancia de “ser lo que uno es y no dejar nunca de serlo”.

Josep María Alaña

Pregunta: ¿Cómo explicaría el significado de la expresión ‘el orgullo de la diferencia’? 

Respuesta: Es el empoderamiento de nuestra condición frente a los demás. Fueron los gays, quienes nos enseñaron el camino con el orgullo. Significa estar orgulloso de ser lo que eres y no dejar de serlo, una forma de estar en paz contigo y con los demás…

P: Usted creció con total autonomía y libertad a pesar de las limitaciones que la acondroplasia podían causarle. ¿Cómo de importante cree que es aportar esa autonomía a las personas que tienen algún tipo de diversidad funcional?

R: Mis padres me dieron siempre libertad y autonomía y a la vez la responsabilidad de mis actos. Nunca me facilitaron nada que yo no pudiese hacer o intentar.

P: En su etapa escolar echó en falta en numerosas ocasiones una ayuda o adaptación que le hiciera más fácil el aprendizaje. Dice que incluso lo que más le importaba de esa época era la ‘supervivencia’. ¿Cómo cree que ha evolucionado la escuela en este sentido?

R: En mi época no existía el pensamiento ni el concepto de la escuela inclusiva, la escuela era para ‘los normales’. Los otros no cabían, no había nada adaptado, se tenía el concepto del ‘subnormal’, el discapacitado, el castigo de Dios…

P: ¿Por qué decidió ser profesor?

R: Hay varias razones. Una es que era una profesión que podía hacer, ya que en aquel momento y, ahora también, se basa en la comunicación, en hablar bien, en que te guste el discurso. Y en eso, aunque medía 127 cm, era bueno. Además, me gusta la educación como fuerza de cambio y yo en 1973 en pleno franquismo creía y creo que la educación siempre nos liberará. Por eso decidí ser profesor.

Josep María alaña Profe y enano
Josep María Alaña (Fotografía de Francesc Melcion)

P: Afirma que, como docente, para usted lo más importante es la persona y que para enseñar es necesaria una gran dosis de empatía. ¿Cuánto tiene que ver esta concepción con su propia experiencia personal?

R: Es cierto. Para enseñar hay que amar a los otros, a tus alumnos; hay que tener vocación y ser consciente de que lo importante son ellos, no la materia. Si ellos no están bien, no van a entender nada y, además, no todos van al mismo paso. Evidentemente todas las personas que nos dedicamos a la docencia lo hacemos porque tuvimos algún profesor que nos enamoró, que nos cautivó, que nos abrió una nueva puerta para entender el mundo. Yo tuve la suerte de tener en quinto de carrera a una persona como Ramón Margalef.

P: ¿Qué ha sido para usted lo más gratificante y lo más difícil de su labor docente?

R: Cuando encuentras exalumnos y ves que se acuerdan de ti, de tus consejos, y ves que en la vida se están defendiendo. Lo más difícil: la pobreza, ver la injusticia y desigualdad de chicos y chicas que no pueden estudiar porque en su casa no tenían recursos suficientes, el cómo la escuela también distribuye las clases sociales. Entre las cosas gratificantes también está que hoy todavía las mejores notas de selectividad las obtienen chicas y chicos de los institutos públicos en Catalunya. Por eso defiendo siempre a la escuela pública.

P: ¿Cree que todavía existen en los centros escolares muchas limitaciones para las personas con discapacidad?

R: Sí. Aunque hoy las nuevas tecnologías y los recursos ayudan a personas con serias dificultades a poder continuar con sus estudios, los centros en sí cuentan con muy pocas adaptaciones y sensibilidades para ofrecer un concepto integral de educación inclusiva, sobre todo en Bachillerato y en los Ciclos Formativos. Por eso son fundamentales los trabajos de orientación profesional y vocacional en etapas tempranas partiendo de las diversidades funcionales que tengan los estudiantes.

«Cuando todo lo que hay que memorizar está en Google, entonces en la escuela hay que ir a socializar y a negociar, a aprender a aprender, a perder y a ganar, a trabajar por competencias«

P: ¿Qué debería cambiar del sistema educativo para que realmente hubiera una educación igualitaria e integradora?

R: Mirar, ver y copiar modelos del norte de Europa, retardar al máximo la entrada de los niños a la escuela, no antes de los 6 años, hacer una política familiar que posibilite tener hijos en condiciones, que los padres y madres puedan estar con sus hijos en los primeros años… Como decía Decroly, Montessori y tantos, trabajar la cooperación, fomentar la imaginación, los centros de interés. Cuando todo lo que hay que memorizar está en Google, entonces en la escuela hay que ir a socializar y a negociar, a aprender a aprender, a perder y a ganar, a trabajar por competencias.

P: En la opinión pública apenas hay referentes con discapacidad como la suya o los que hay son, a menudo, satirizados. ¿Cree que es beneficioso para los jóvenes que padezcan algún tipo de discapacidad contar con este tipo de referentes?

R: Sí, pero ya hay muchas personas con diversidades funcional que están en la universidad o en ciclos formativos. Hoy hay un cambio en la perspectiva de la inclusividad, ya que hasta permite la existencia de funcionarios públicos con diversidad funcional. El problema está en los padres, que dejen a sus hijos de 18 años salir del pueblo e ir a estudiar solos a la gran ciudad y ser autónomos. Esta es la palabra clave: autónomo para decidir tu vida.

P: Ha trabajado durante toda su vida para mejorar las condiciones y las oportunidades de las personas con su enfermedad. ¿Cuáles son las principales necesidades que deben cubrir?

R: Como todo colectivo reducido, nosotros somos unas 3.500 personas con una displasia esquelética o con enanismo en España, y si reunimos todas las displasias esqueléticas, podemos llegar a unos 14.000. Se necesita un censo oficial, un centro de referencia estatal de seguimiento de nuestra enfermedad en todas las etapas de la vida, que todos los centros de salud sepan cómo tratar a una persona acondroplásica. Necesitamos tener los certificados de discapacidad al día, que todos los servicios públicos estén adaptados a todas las tallas (en este momento hay edificios públicos en los que los mostradores son inalcanzables, que los cajeros automáticos también se adapten, los timbres …) Todas estas cosas se deben normalizar: las sillas, pupitres de las escuelas, armarios, etc. El Estado debería entender que las personas que miden menos de 140 cm también son ciudadanos, pagan sus impuestos y merecen ser tratados como tales.

P: También ha dedicado parte de su jubilación a ayudar educativa y socialmente a menores extranjeros con pocos recursos. ¿Crees que este tipo de jóvenes también sufren una ‘exclusión educativa’ por sus condiciones sociales y económicas?

R: Yo estudié en la universidad pública, que era económica en aquel tiempo, unas 4.000 pesetas de matrícula cada año y me lo podía pagar en verano con trabajos que hacía. Lo que era caro era que estuviera todo el año estudiando sin trabajar, porque en mi casa podían costear mi manutención. Y eso era gracias a los impuestos de la mayoría de trabajadores que no podían permitirse el lujo de tener un hijo de 16 años sin trabajar si en la familia eran 4, 5, 6 hijos. A eso yo le llamo ‘devolver la deuda’. Yo he colaborado y colaboro en proyectos de ayuda de emigrantes subsaharianos, ayudándoles a encontrar perfiles profesionales, formación… Porque creo que es una deuda que tengo con la sociedad que me ayudó y ahora me toca a mí. En el fondo es una deuda kantiana: se tiene que hacer y punto.

P: ¿Qué tres valores crees que son los más importantes para educar en diversidad? 

R: Aceptar la igualdad desde la diferencia individual y llegar donde podamos. El otro también me puede enseñar y yo aprender de él, ponerte la gafas del cariño, y no tener ningún prejuicio a la piel, al género, a la religión, a la ideología… Un día un chico subsahariano me explicó que “era el tercer hijo de la tercera mujer de su padre…” Aquí lo dejo… No somos perfectos pero eso no impide intentar que seamos buenas personas con nosotros mismos y con los demás.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/josep-maria-alana/

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Libro: Estudios sobre reformas educativas: visiones en contrapunto (PDF)

México / 28 de octubre de 2018 / Autor: Miguel Ángel Vértiz Galván (coordinador) / Fuente: UPN

Ante la controvertida reforma a los artículos 3 y 73 constitucionales, puesta en marcha en 2013 en nuestro país, el presente libro enriquece la necesaria discusión académica en torno a la reforma educativa desde diversos enfoques conceptuales. La diversidad analítica es el aporte principal, pues ante el reto de consolidar una nueva generación de reformas en educación, el debate académico, desde perspectivas en contrapunto, pretende incidir en la elaboración de propuestas críticas, orientadas a la innovación y a la mejora educativa de las instituciones.

El lector encontrará en esta obra tanto estudios sobre las reformas en educación primaria y secundaria, en las normales, en educación media superior, como estudios referidos a temas particulares de la educación, como son la educación cívica, las nuevas tecnologías, los estudios organizacionales, la enseñanza de la geografía, la capacitación en educación superior o el modelo de universidad intercultural.

Link para la descarga:

http://editorial.upnvirtual.edu.mx/index.php/publicaciones/descargas/category/1-pdf?download=418:estudios-sobre-reformas

Fuente de la Reseña:

http://editorial.upnvirtual.edu.mx/index.php/publicaciones/9-publicaciones-upn/171-estudios-sobre-reformas-educativas-visiones-en-contrapunto

ove/mahv

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Noticias a modo

Manuel Navarro Weckmann

En el México de nuestra realidad, y no en el estupendo e iluso mundo en el que viven nuestras autoridades educativas, dejando en los titulares periodísticos, notas que les hagan ver bien, existen diversos y múltiples ejemplos en donde se demuestra que poco de lo que realmente interesa, es la calidad de la educación o de la formación de docentes para el nivel básico.

Con un doble discurso que refiere desde una invitación velada para que no se cubran las aportaciones de los padres de familia a las escuelas, exponiendo luego que no hay recursos suficientes para cubrir las necesidades de las escuelas, debiendo el magisterio utilizar parte de su tiempo y en muchas de las ocasiones, con el apoyo de padres de familia, de recursos personales y familiares para cubrir la limpieza y desperfectos en muchos centros educativos.

Por otra parte, se dedican espacios importantes de manera mediática, para establecer las acciones que se llevan a cabo para generar una mejor formación profesional de las y los futuros docentes en México, sin embargo, en la realidad se aducen a trabas y trámites administrativos para generar acciones precisamente contrarias que suceden día a día y que por supuesto no se dan a conocer masivamente.

Tal es el caso del subsistema estatal del estado de Chihuahua, en donde, por ejemplo, para que un docente pueda llegar a ser docente en la Escuela Normal, no se le pide que tenga maestrías o doctorados, que haya hecho investigaciones, que tenga una experiencia nacional o internacional hacia colectivos que promuevan la innovación educativa.

No, para ello, se retoma el Código Administrativo para el Estado de Chihuahua, que data de julio de 1974, que establece que las vacantes en la Institución, sólo serán cubiertas por maestro titulado o pasante de Normal Superior, que tenga un mínimo de antigüedad de 5 años en el nivel de enseñanza media y que haya trabajado en el nivel pre-escolar o primario en escuelas estatales oficiales.

En aquel tiempo la Escuela Normal Superior era un escalón superior a la Normal del Estado, ahora no, hoy tienen exactamente una formación para docentes de educación básica. Para poner un ejemplo reciente, tenemos el caso de la Dra. Carmen Griselda Loya Ortega, quien, a pesar de haber trabajado una década en educación básica, contar con dos maestrías, un doctorado, haber dirigido la Red de Investigadores del Estado de Chihuahua (REDIECH), una experiencia de 7 años formando investigadores y haber cursado en la propia Escuela Normal del Estado y no en la Escuela Normal Superior la misma licenciatura que actualmente ahí se imparte, se le retiró de la Escuela Normal, a donde la propia autoridad le había enviado desde el mes de abril para regularizar su situación, porque “no tiene el perfil” para estar en un centro de Educación Normal y se le regresa a su escuela secundaria de la cual salió hace ya 7 años.

Hoy en día todas las autoridades juegan el papel de buscar el convencimiento ciudadano de que en realidad se busca una calidad educativa, sin embargo, en la realidad, muchas se escudan en situaciones en donde queda de manifiesto que es lo que menos importa.

Fuente del articulo:  http://www.educacionfutura.org/noticias-a-modo/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/08/Escuela-Normal2.jpg

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Muere el Normalismo y la Normal Veracruzana no se mueve

La reforma de las Normales

Las reformas pretenden modificar algún aspecto de las instituciones. En el caso que nos ocupa, la reforma planteada por Aurelio Nuño, titular de la SEP, plantea la desaparición de las Escuelas Normales:

primero, con la modificación a la ley cualquiera con grado de licenciatura puede ser maestro en educación básica con solo pasar un examen de conocimientos, ya no se deberá ser Normalista (deja de existir la formación inicial especializada),
segundo, la implementación de una estrategia para cerrar a las escuelas normales rurales y,
tercero, el planteamiento de que las Normales consolidadas, podrán impartir algunos de los 550 cursos dirigidos a los maestros de educación básica en servicio y con ello garantizar su permanencia como instituciones encargadas de la formación continua (ya no inicial), al obtener una parte de los 1,809 millones destinados para este fin.
La capacidad de respuesta de las Normales

Las instituciones pueden desaparecer por dos circunstancias: porque se modifica el marco normativo que les da sentido y articula a un sistema, o bien, porque las redes de prácticas y relaciones que le dan identidad se erosionan a tal punto que se desdibujan sus márgenes, sus tendencias se quiebran y sus valores fundantes ya no son reconocidas por sus integrantes.

En el primer caso, las instituciones pueden sobrevivir ante las reformas, si cuentan con una fuerte cohesión interna, una mística compartida y una historia que le da sentido de futuro. Incluso puede darse el caso que se modifiquen los nombres de las instituciones y se le encarguen nuevas tareas, pero la cultura institucional puede sobrevivir e incluso imponerse a las reformas.

En el segundo caso, la vida cotidiana sin anclaje histórico y el relevo generacional sin un proceso identitario, crean las condiciones para que las instituciones se desdibujen a tal grado que ante reformas que buscan su desaparición, un porcentaje de sus integrantes se muestre abierto a lo nuevo y con prisa por dejar lo viejo, pero sin saber, qué es lo nuevo a lo que se aspira y que es lo viejo que busca renovarse. En este escenario, algunos grupos se oponen débilmente a la reforma, pero son incapaces de conformar un polo de interpelación. Al final las reformas se imponen y llegan hasta donde sus promotores desean.

¿Qué capacidad de respuesta tiene la Normal Veracruzana? Para responder a esta pregunta, analicemos brevemente las acciones que han desarrollado en algunos momentos clave y a partir de ello perfilemos su abanico de posibilidades para defender su existencia como institución responsable de la formación inicial de maestros de educación básica:

Posicionamientos de la Respetable Junta Académica, las cuales son inserciones pagadas para su publicación en medios impresos. Rara vez forman parte de una estrategia integral, es una acción que se agota en sí misma y cuya presión pública en este momento es nula.
Marchas organizadas y autorizadas por algún órgano de autoridad interna, lo cual le da un carácter muy particular a estas expresiones en la calle y que presionan débilmente a la autoridad.
Vinculación con otras normales, hay algunas experiencias positivas en este rubro, aunque hasta el momento se han agotado en la construcción colegiada de documentos escritos, es decir, apelando a una institucionalidad que en este momento ya tomó una decisión, las normales desaparecen.
Acciones en el marco de la Coalición de Sindicatos, las cuales se han desarrollado como medida de presión pública a la autoridad y que han rendido algunos resultados. Entre estas acciones se encuentran: toma de edificios públicos (SEFIPLAN), bloqueo de vías de comunicación y marchas. El Sindicato de la Normal (STENV) desarrolló hace algunos días una campaña en redes sociales, cuya efectividad es necesario evaluar.
¿Qué posibilidades tiene de defensa la Normal Veracruzana? El escenario no pinta bien, ya que para defender su permanencia como institución responsable de la formación inicial de maestros, deberá sacudirse el institucionalismo en el que se ha movido siempre, ya que es ese institucionalismo quien ha decretado su extinción.

Pasar del oficialismo-conservador a una postura de defensa, pasa también por preguntarse si los que integran actualmente la Normal como trabajadores y estudiantes, consideran que hay algo por defender, es decir, si se tiene claridad que el Normalismo es un pilar histórico de la educación pública y que su desaparición implica la imposición de una mirada neoliberal en la formación de ciudadanos a través de la educación.

No necesitaremos esperar mucho para saber si la defensa de la educación pública y del Normalismo, lo encabezarán las escuelas Normales u organizaciones externas a ellas. Por lo pronto, se observa que la Normal Veracruzana no se mueve, que en la lógica gubernamental equivale a decir “aquí no pasa nada”.

Tres acciones factibles de implementar desde la Normal Veracruzana

Creación de un órgano colegiado de defensa, donde estén representadas todas las voces, incluidos egresados e invitados clave.
Reorientación del Congreso Nacional a realizarse del 22 al 24 de junio, ya que el enfoque no es acorde a la realidad que se está viviendo. El título “Una mirada hacia el futuro de la educación pública”, implica una actitud contemplativa y académicamente de aceptación y descripción de lo que será en un “futuro”, pero sin un compromiso por modificarlo. El título podría ser: “Hacia una Agenda para la refundación de las Escuelas Normales” que implique la creación de un cuerpo colegiado nacional plural, con la fuerza suficiente para dialogar con la autoridad federal.
Antes del Congreso Nacional de Normales, la Normal Veracruzana puede convocar con carácter de urgente al Congreso Nacional de Egresados de Escuelas Normales con la misma finalidad, crear una Agenda y estructura con capacidad de respuesta. Los dos Congresos tendrían como objetivo principal el rechazar la actual propuesta de la SEP, de que cualquiera con nivel de licenciatura puede ser maestro de educación con solo pasar un examen de conocimientos.
Como egresado de una escuela Normal y como docente de posgrado en una Normal, consideró que las condiciones están dadas para incidir en la Agenda del gobierno federal, al grado de obligarlo, por los costos en la gobernabilidad, a modificar su ruta de implementación. El éxito de la Reforma ya no depende del gobierno, sino de nuestra capacidad de organización e incidencia.

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