Lou, el genial cortometraje de Pixar sobre el acoso escolar que nos invita a la reflexión

España / 18 de marzo de 2018 / Autor: Silvia Díaz / Fuente: Bebés y más

Lou, es un corto de animación producido por Pixar que trata el tema del acoso escolar desde una perspectiva que invita a la reflexión: ¿qué lleva a un niño acosador a comportarse como tal con el resto de sus compañeros?

La cinta, que inicialmente nació para acompañar en cines a la película «Cars 3», ha estado nominada al Oscar al mejor cortometraje de animación y su potente mensaje llega a calar en el corazón de los espectadores. Porque el bullying no es cosa de niños y está en nuestras manos cambiar esta triste y alarmante realidadeducando a nuestros hijos en valores y en el respeto a los demás.

Un monstruo de objetos perdidos, que vive en la caja de un patio de colegio, es testigo día tras día de los abusos que comete un niño con sus compañeros. Pero lejos de quedarse de brazos cruzados, decide intervenir y dar al pequeño una valiosa lección.

El director del cortometraje, Dave Mullins, ha buscado con este maravilloso guión hacernos reflexionar sobre qué o cuáles pueden ser las vivencias que ha podido llegar a sufrir un niño acosador para llevarle a actuar de la misma forma con sus compañeros.

«Curiosamente, los matones a veces también se sienten invisibles, por lo que si puedes averiguar cuáles son sus motivaciones, tal vez se puedan solucionar muchas cosas» – ha explicado.

https://www.youtube.com/watch?v=5fCBtUtvYk8

Educar en valores, clave para frenar el acoso escolar

Precisamente hace dos años publicábamos esta interesante entrevista con la psicóloga infantil Beatriz Cazurro sobre lo mismo que trata el corto de Pixar: ¿qué hay detrás de un niño acosador?

Beatriz nos comentaba entonces que aunque no hay un único perfil de «acosador», en muchos casos son niños que a su vez han sufrido maltrato en el colegio, en casa o en su barrio y que buscan llamar la atención con sus comportamientos. Entender ese pasado nos puede servir para ayudarle y evitar que siga acosando aunque, en ningún caso, para justificar sus acciones.

Es importante que los padres eduquemos a nuestros hijos en una correcta gestión emocional desde que son pequeños, para que aprendan a identificar sus emociones, sacarlas fuera y gestionarlas adecuadamente.

PORQUE DETRÁS DE UN ACOSADOR QUE UTILIZA LA INTIMIDACIÓN Y LA VIOLENCIA PARA SOMETER A LOS DEMÁS, HAY UN NIÑO QUE NO TOLERA LA FRUSTRACIÓN, NO MUESTRA EMPATÍA POR LOS DEMÁS Y SÓLO SE SIENTE BIEN EN UNA SITUACIÓN DE SUPERIORIDAD.

Por eso, desde casa debemos trabajar en poner límites a ciertos comportamientos, así como transmitirles desde el ejemplo, la escucha activa y la educación, valores esenciales como el amor a los demás, el respeto, la tolerancia y la empatía.

Además, es fundamental hacerles ver desde pequeños que todos nuestros actos tienen consecuencias y que a veces, éstas pueden afectar negativamente a otras personas, por lo que es imprescindible saber pedir perdón e intentar reparar el daño causado.

Y ya por último, el corto de Pixar nos hace ver que el bullying es un tema serio al que no hay que dar el espalda. En este caso, el monstruo Lou, testigo de lo ocurrido decide dar la cara y enfrentarse al niño acosador. Porque nuestro silencio nos hace cómplices de esta terrible lacra que entre todos debemos tratar de erradicar.

Fuente de la Reseña:

https://www.bebesymas.com/educacion-infantil/lou-el-genial-cortometraje-de-pixar-sobre-el-acoso-escolar-que-nos-invita-a-la-reflexion

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Educación y moralejas

03 Diciembre 2017/Fuente:laopinion /Autor:  Gerardo Pérez Sánche

Stephen Chbosky es un joven cineasta norteamericano que, con tan solo tres títulos en su haber como director y cinco como guionista, ha llamado la atención por su visión analítica de la sociedad, recurriendo a la disección de los personajes como motor de todas sus historias. Debutó profesionalmente con Las cuatro esquinas de ninguna parte, una extraña y experimental propuesta que ya apuntaba su propensión hacia unos protagonistas estrafalarios que, sin embargo, proporcionaban, cierto toque de autenticidad a un relato alejado de los convencionalismos. Más tarde estrenó la interesante Las ventajas de ser un marginado, adaptación de una novela suya que supuso toda una reivindicación artística y cinematográfica para las cintas sobre adolescentes e institutos. Chbosky destacó de nuevo en la dirección de actores, que asumieron unos papeles destacados dentro de un género acostumbrado a la mediocridad, la vulgaridad y los estereotipos.

Ahora presenta Wonder, una cinta que presenta algunos cambios (y no todos positivos) en su trayectoria. Se trata de un proyecto bastante más ajustado a los cánones de la filmación académica que sus antecesores. Transita por el cine familiar, educativo, con moraleja y políticamente correcto, optando para ello por una sensiblería aderezada con grandes dosis de esas emociones que brotan tan solo de la bondad más clásica. Camina, pues, sobre el peligroso alambre que se extiende entre la cursilería empalagosa y la sobredosis de sentimentalismo tierno. Aun así, considero que no pierde el equilibrio, al menos hasta el punto de caer, y finalmente completa una narración honesta e, incluso, elegante. Abandona, no obstante, su elemento más transgresor y su tradicional apuesta por hurgar en las contradicciones humanas, para limitarse a dar lecciones sobre la compasión y la inclusión social. En ese sentido, y aunque no son elementos esenciales del filme, algunas de sus secuencias revelan cierta tendencia a la manipulación de los espectadores.

Cuenta la historia de un niño que ha nacido con una deformidad facial y que, tras mucho tiempo alternando ingresos hospitalarios y largos periodos recluido en su hogar, se enfrenta al reto de acudir a la escuela. Gracias al apoyo de sus padres, intenta demostrar que, a pesar de su apariencia física, es un chico como otro cualquiera, pero no le resultará una tarea fácil. Sus miedos y frustraciones se unirán al rechazo y al sentimiento de lástima que provoca en quienes le rodean, y que impiden que dichos sentimientos den paso a una normal aceptación.

El largometraje comparte alguna similitud con Máscara, dirigido en 1985 por Peter Bogdanovich y protagonizado por unos meritorios Cher, Eric Stoltz y Sam Elliott. Sin duda, hará las delicias de los amantes de los melodramas caseros y de las historias de superación personal que ensalzan los más elementales valores cívicos. Por el contrario, puede que decepcione a un público más acostumbrado a títulos intensos e ingeniosos, en los que la originalidad y la vertiente artística asumen una presencia importante. Sea como fuere, es justo reconocer el buen trabajo de Stephen Chbosky, ya que comporta más ventajas que desventajas y no deja de ir a contracorriente de la mayoría de los estrenos que llegan a nuestras carteleras.

Encabeza el reparto la popular Julia Roberts, Oscar a la mejor actriz por su interpretación en Erin Brockovich, con destacadas participaciones en títulos como Closer y Agosto, y éxitos permanentes como Pretty Woman. El joven Jacob Tremblay, que llamó la atención en la impactante La habitación, da vida a su hijo. Completan el reparto Owen Wilson, de cuya discutible trayectoria yo salvaría exclusivamente su intervención en Midnight in Paris, y Mandy Patinkin, el célebre Íñigo Montoya de La princesa prometida y que más tarde ha sido felizmente recuperado para los televidentes por la magnífica serie Homeland.

www.cineenpantallagrande.blogspot.com

Fuente de la reseña: http://www.laopinion.es/opinion/2017/12/02/educacion-moralejas/830971.html

Fuente de la imagen: http://fotos02.laopinion.es/2017/12/02/328×206/educacion-moraleja

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