Saltar al contenido principal
Page 8 of 11
1 6 7 8 9 10 11

África y Asia: Aumento del trabajo infantil por la pandemia de Covid-19

Niños y niñas en Ghana, Nepal y Uganda describen jornadas extenuantes y una remuneración insignificante

  • El impacto económico sin precedentes de la pandemia de Covid-19 ha puesto a niños y niñas en una situación de trabajo infantil bajo condiciones peligrosas y de explotación.
  • Muchos niños y niñas creen no tener otra opción más que trabajar para ayudar a sus familias a subsistir, pero el aumento del trabajo infantil no es consecuencia inevitable de la pandemia.
  • Los gobiernos y los donantes deben priorizar las ayudas en efectivo destinadas a las familias para que estas puedan mantener un nivel de vida adecuado sin recurrir al trabajo infantil.

(Nueva York) – El impacto económico sin precedentes que ha tenido la pandemia de Covid-19, combinado con el cierre de escuelas y la asistencia insuficiente por parte de los gobiernos, está empujando a niños y niñas a una situación de trabajo infantil en condiciones peligrosas y de explotación, señaló Human Rights Watch en un informe que se presentó hoy previo al Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora el 12 de junio de 2021. Los gobiernos y los donantes deben priorizar las asignaciones de efectivo destinadas a las familias para proteger los derechos de los niños y niñas a fin de que las familias puedan mantener un nivel de vida adecuado sin recurrir al trabajo infantil.

El informe de 69 páginas, ‘I Must Work to Eat’: Covid-19, Poverty, and Child labor in Ghana, Nepal, and Uganda” (“Tengo que trabajar para comer: Covid-19, pobreza y trabajo infantil en Ghana, Nepal y Uganda”), fue publicado en forma conjunta con la organización Initiative for Social and Economic Rights (ISER) en Uganda y con Friends of the Nation en Ghana. Los investigadores analizaron el aumento del trabajo infantil y la pobreza durante la pandemia de Covid-19 y el impacto que esta tiene en los derechos de los niños y las niñas. Numerosos menores describieron jornadas extenuantes y prolongadas de trabajo a cambio de una remuneración exigua, después de que sus padres perdieran sus empleos o fuentes de ingresos debido a la pandemia y a los confinamientos que se impusieron para contenerla. Muchos describieron condiciones de trabajo riesgosas y algunos señalaron sufrir violencia, acoso y el robo de sus salarios.

Los investigadores entrevistaron a 81 niños y niñas que trabajan, algunos de apenas 8 años, en GhanaNepal y Uganda. Estos niños trabajaban en hornos de ladrillos, fábricas de alfombras, minas de oro,  canteras y en los sectores de pesca y agricultura. Algunos se desempeñaban como mecánicos, conductores de bicitaxis o en la construcción, mientras que otros vendían artículos en las calles.

La gran mayoría de los niños y niñas entrevistados manifestaron que la pandemia y los confinamientos habían repercutido de manera negativa en los ingresos de sus familias. Sus padres perdieron el empleo por el cierre de actividades, no pudieron acceder a mercados por las restricciones al transporte o perdieron clientes por la contracción de la economía. Muchos niños y niñas ingresaron a la fuerza laboral por primera vez para ayudar a mantener a sus familias. Algunos dijeron haber tomado la decisión de trabajar porque sus familias no tenían comida suficiente. Hubo niños que siguieron trabajando incluso después de que la situación mejoró relativamente.

“Empecé a trabajar porque estábamos realmente mal”, dijo una niña de 13 años en Uganda a ISER. “El hambre era demasiada como para quedarnos sentados esperando”.

Algunos niños y niñas contaron haber realizado trabajos que, a todas luces, eran peligrosos. En Uganda y Ghana, los niños que trabajaban en minas refirieron que cargaban bolsas pesadas con minerales, trituraban las piedras con martillos, aspiraban el polvo y los gases de las máquinas procesadoras y manipulaban mercurio tóxico para separar el oro del mineral. En los canteros, algunos niños señalaron haber sufrido lesiones causadas por las piedras que salían disparadas y que incluso se les incrustaban partículas filosas en los ojos. Varios niños mostraron a los investigadores los cortes provocados por herramientas similares a machetes que usaban para despejar los terrenos o por los bordes filosos de las cañas de azúcar. Otros contaron que llevaban cargas pesadas.

En cada uno de estos tres países, más de un tercio de los niños y niñas entrevistados trabajaban al menos diez horas al día, y algunos de ellos todos los días de la semana. Varios niños en Nepal afirmaron que trabajaban 14 horas por día o más en fábricas de alfombras.

En su mayoría, recibían un salario ínfimo. Más de la cuarta parte manifestó que a veces los empleadores retenían los salarios o pagaban menos de lo prometido. En Ghana, un niño de 12 años contó que trabajaba 11 horas al día llevando pescado al mercado, pero le pagaban apenas 2 a 3 cedis por día (USD 0,34 a 0,52). “Hay muchos días que realmente paso hambre”, dijo a Friends of the Nation.

Los cierres de escuelas han contribuido a que aumente el trabajo infantil en todo el mundo. La mayoría de los niños y las niñas entrevistados tenían acceso limitado o nulo al aprendizaje a distancia. Algunos habían perdido la posibilidad de comidas gratuitas en la escuela. Había niños que abandonaron la escuela en forma permanente, mientras que otros siguieron trabajando incluso después de que reabrieran las escuelas.

Otros factores significativos que propician el trabajo infantil son la enfermedad, discapacidad o fallecimiento de algún padre. La tasa de muertes por Covid-19 a nivel mundial ha llegado a 3,3 millones, cientos de miles de niños y niñas perdieron a sus padres y muchos podrían verse obligados a trabajar para convertirse en el principal sostén económico de sus familias.

Antes de la pandemia, los países habían conseguido avances notables en la reducción del trabajo infantil. Según la Organización Mundial del Trabajo, la cantidad de niños y niñas que realizan trabajo infantil se redujo en aproximadamente 94 millones entre 2000 y 2016, lo cual supuso una disminución del 38 %. En muchos países que lograron reducir el trabajo infantil, los gobiernos otorgaron asignaciones de efectivo para ayudar a las familias y aligerar la presión que lleva a los niños a trabajar. Sin embargo, 1300 millones de niños y niñas —sobre todo en África y Asia— no están alcanzados por programas de ayudas de efectivo.

Los investigadores se centraron en Ghana, Nepal y Uganda porque han tenido avances considerables en la reducción de la pobreza y el trabajo infantil y, como países “pioneros”, se han comprometido a acelerar los esfuerzos orientados a erradicar el trabajo infantil para 2025, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Sin embargo, están relegados respecto de otros pares en la región en el uso de ayudas en efectivo como respuesta ante la crisis del Covid-19.

En respuesta a la pandemia de Covid-19, la gran mayoría de los países brindan asistencia de emergencia, incluida ayuda en efectivo para familias. No obstante, en muchos casos la asistencia no ha alcanzado a cubrir las necesidades. La mayoría de los programas de ayudas en efectivo son a corto plazo o consistieron en un único pago.

“Para muchas familias con hijos, las asistencia gubernamental en respuesta a la pandemia no ha sido suficiente para protegerlas del trabajo en condiciones peligrosas y de explotación”, afirmó Becker. “En un contexto en el que millones de familias afrontan serias dificultades económicas por la pandemia, las ayudas en efectivo son más importantes que nunca para proteger los derechos de niños y niñas”.

Fuente: https://www.hrw.org/es/news/2021/05/26/aumento-del-trabajo-infantil-por-la-pandemia-de-covid-19

Comparte este contenido:

Uruguay: Maestros de Montevideo evalúan pedir la suspensión de la presencialidad ante casos de covid-19 en las escuelas

Una agrupación de Ademu pidió a las autoridades educativas que revisen de “carácter urgente” la disposición de reintegro a la presencialidad, porque “no está ayudando al cuidado de la salud”

La lista 100, agrupación liderada por la secretaria general de la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu), Daysi Iglesias, advirtió que en algunas escuelas públicas que volvieron a la presencialidad, especialmente en el interior, ha habido un incremento de casos de coronavirus y, por ende, de cuarentenas tanto en niños como en docentes.

“La situación no es igual, es peor que la de mediados de marzo”, indicaron en un comunicado que difundieron anoche a última hora. El 23 de marzo, fecha en que el gobierno decidió suspender la presencialidad, había 14.826 casos activos, mientras que hasta este martes se registraron unas 34.257 personas con la enfermedad.

Por eso mismo, hoy de tarde los docentes tendrán una reunión vía Zoom para evaluar si pedir o no la suspensión de la presencialidad en las escuelas, dijo Iglesias a la diaria; todo hace prever que la pedirán.

La decisión final la tendrá el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). La sesión del Codicen de este miércoles tiene varios asuntos sobre la mesa. Entre ellos, los pedidos que hicieron la Intendencia de Paysandú y el Municipio de Carmelo de suspender la presencialidad en las aulas debido a la escalada de casos que se registró esta última semana. La reapertura de otros niveles, mientras tanto, deberá esperar porque se necesita el visto bueno del Ministerio de Salud Pública.

En la misiva que difundió Ademu, los maestros señalaron que, por un lado, “se vuelve a generar una situación disfuncional, por las ausencias vinculadas a los contagios o riesgos de contagios. Lo que es más delicado, se produce una situación de posible dispersión del virus, preocupante en relación con la salud en todos sus aspectos”. “Se agrava esta realidad especialmente por la falta de auxiliares que se produce a partir de las situaciones de covid positivo o cuarentena. Es una escalada lo que estamos viviendo y viendo, y debería tener un límite”, agregaron.

Las maestras y maestros indicaron que frente a esto no sólo expresan su preocupación, sino su “temor por los riesgos” a los que están “expuestos los trabajadores docentes, no docentes, niños, y las familias”. Asimismo, hicieron críticas a los criterios médicos de validación de prestadores de salud porque entran en “contradicción con los criterios médicos del organismo”. “Estos últimos están indicando que aquellos trabajadores que tienen cuarentenas indicadas por sus médicos tratantes asistan igual a las escuelas porque ‘los casos positivos con los que estuvieron en contacto no fueron en la escuela sino a nivel familiar’”. En ese sentido, estimaron que se está incumpliendo el Decreto 93/020 –artículo 8- de Presidencia, que está vigente.

“En este escenario presencial aleatorio, de aperturas y cierres de escuelas, de grupos que pasan a hisopados, la educación se ve perjudicada y carece de continuidad el proceso de enseñanza y aprendizaje. Predominan la ruptura y la incertidumbre. Ante esta realidad que nos ha sorprendido por su extensión y grado de afectación, a las autoridades decimos que debe revisarse en carácter urgente la disposición de reintegro a la presencialidad, la misma no está ayudando al cuidado de la salud, y es responsabilidad de la autoridad garantizar la protección y evitar los riesgos de contagios ante una enfermedad que se encuentra en un momento de empuje”, apuntaron.

Por último, pidieron a las autoridades educativas que dejen de lado la “retórica que asocia los planteos de cuidado de la salud en situaciones excepcionales como las que vivimos con negación de la presencialidad como forma privilegiada de educación”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2021/5/maestros-de-montevideo-evaluan-pedir-la-suspension-de-la-presencialidad-ante-casos-de-covid-19-en-las-escuelas/

Comparte este contenido:

España: La pandemia dispara la demanda para estudiar Ciencias de la Salud

Las inscripciones en Medicina aumentan un 44%, una subida que los expertos atribuyen al “buen ejemplo” de los sanitarios durante la pandemia

El coronavirus ha despertado el interés de los estudiantes por la salud. La demanda para cursar Medicina en las universidades públicas se ha disparado un 44% en un año, pasando de 44.589 solicitudes en el curso 2019 a 64.164 en 2020. Es decir, 19.575 alumnos más pidieron matricularse en esta carrera el año pasado, lo que supone el incremento más alto en este grado desde que el Ministerio de Educación empezó a registrar hace una década las estadísticas sobre las preferencias de los alumnos. También han aumentado las solicitudes de matrícula en Enfermería (32%) y otros títulos relativos a las Ciencias de la Salud (15%). Los expertos académicos consultados coinciden en que el ejemplo de los sanitarios que han trabajado sin descanso durante la pandemia de coronavirus ha sido la clave para reforzar las aspiraciones de los estudiantes.

Este ascenso de la demanda se enmarca dentro de una subida generalizada: el conjunto de las titulaciones ha ascendido un 16% de media. Pablo Lara, presidente de los decanos de Medicina, señala que las modificaciones académicas por la covid han generado una mayor competitividad. Tras el cierre de los institutos, las comunidades autónomas acordaron levantar la mano a la hora de evaluar a los bachilleres, lo que desembocó en un 8% más de aprobados y la selectividad más masiva de la historia con 225.000 aspirantes. “Pudieron elegir entre más opciones de respuesta en el examen, por lo que mucha gente aprobó”, aclara Lara. Unos 28.000 jóvenes más que en el año anterior (sin contar la recuperación) compitieron por las mismas plazas en las universidades. No obstante, Cristina Monforte, presidenta de la Conferencia Nacional de Decanos de Enfermería, considera que este no es un factor decisivo para explicar la alta demanda de carreras sanitarias, porque el número de solicitudes no ha sido tan elevado en otros grados. “Sin duda, la covid ha influido en el interés de los jóvenes por la salud”, sentencia.

Paula Setién entró en septiembre en el grado de Enfermería de la Universidad Autónoma de Madrid. Esta joven de 19 años siempre ha tenido claro que la salud era su vocación y reconoce que la pandemia despejó todas sus dudas. Cada día ha visto llegar a casa a sus padres ―médico y enfermera― con los ojos llenos de lágrimas y un cansancio que atenazaba sus músculos. “Ha sido muy duro, pero también he visto a la gente aplaudiendo en los balcones, valorando su trabajo y yo solo pensaba que quería ayudar a los demás”, aclara. Monforte afirma que el “buen ejemplo” de los sanitarios ha potenciado el interés entre los estudiantes con vocación sanitaria. “Ver que disponemos de grandes profesionales que son capaces de anteponer la salud de los demás a pesar del riesgo por el virus y de no tener equipos durante la primera ola ha sido muy motivador”, señala la también decana de Enfermería de la Universidad Internacional de Cataluña.

En este contexto de alta demanda, ya no vale con tener buena nota, sino que hace falta una excepcional para acceder a la mayoría de grados relacionados con las Ciencias de la Salud. Elena López lo tiene presente cada día. La primera opción de esta madrileña de 16 años es estudiar Medicina en la Universidad Complutense, donde la nota de corte este año es de 13,408 sobre 14. La joven prepara a conciencia sus exámenes para superar con ventaja Bachillerato. “Soy buena estudiante, mis notas no bajan del 8,5, pero me agobia no llegar a lo que piden y tener que hacer otra carrera”, aclara. Medicina es uno de los grados a los que es más difícil acceder, por cada alumno que entra hay 11 que no lo consiguen. En Enfermería ese número es de casi tres y en el resto de carreras de Ciencias de la Salud, de dos.

Muchos estudiantes que se quedan fuera acceden a otros grados de salud o emigran a otros países para estudiar, según Lara y eso que el número de facultades que imparten Medicina ha subido de 28 a 42 en poco tiempo. Solo Corea del Sur tiene más centros por millón de habitantes. El también decano de la Universidad de Málaga sostiene que no existe una solución para absorber a todos los alumnos. “No podemos plantearnos abrir más facultades o plazas porque dependen de las necesidades sanitarias de las comunidades autónomas y de los puestos laborales que hay disponibles”, aclara. Lara considera que los estudiantes deberían barajar varias opciones a la hora de acceder a la universidad ante el aumento de la demanda. “Es una pena que muchos estudiantes no puedan acceder al grado que eligen, pero peor sería que acabaran la carrera después de años de esfuerzo y no tuvieran empleo”, añade.

Prácticas de Enfermería en la Universidad de Internacional de Cataluña.
Prácticas de Enfermería en la Universidad de Internacional de Cataluña. CRISTÓBAL CASTRO

La investigación sanitaria, más visible

La pandemia también ha levantado el interés de los jóvenes por los grados relacionados con la investigación. La mayor demanda se ha traducido en un aumento generalizado de las notas de corte para acceder a carreras derivadas de la biología. Por ejemplo, el grado de Bioquímica en la Universidad Complutense ha ascendido de un 12,546 a un 13,076; el de Biotecnología en la Politécnica de Valencia ha aumentado de 12,469 hasta 13,018; y el mismo grado en Salamanca ha pasado de un 12,408 a un 12,958. Estos estudios incluyen varias áreas de trabajo como la sanitaria, la agroalimentaria o la industrial. Antonio Segura, decano de Biología de la Universidad de Santiago de Compostela, apunta que ahora muchos alumnos se decantan por la salud. “Hemos notado la influencia de la pandemia porque ahora, por ejemplo, de 40 alumnos que cursan Biotecnología en mi universidad, 30 se decantan por el itinerario sanitario”, afirma.

Cuando era niño, Pablo Alcalá ya soñaba con ser científico. Este albaceteño de 19 años decidió seguir su inquietud cuando en 2018 comenzó a estudiar Bioquímica y Ciencias Biomédicas en la Universidad de Valencia. Confiesa que la pandemia ha reforzado su ánimo para completar los tres años que le quedan para llegar a “curar vidas”. “Me he sentido orgulloso al ver noticias de investigadores españoles trabajando en la vacuna contra el coronavirus y solo deseaba estar ahí”, cuenta. Pedro Casero, presidente de la Conferencia Española de Decanos de Biología, apunta que la pandemia ha puesto de manifiesto la importante labor de estos profesionales. “Lo que nos ha enseñado la covid es que la ciencia es fundamental y en concreto la biología, porque sin ella no existirían las vacunas”, afirma el también decano de la Universidad de Extremadura.

Pronosticar si se mantendrá el nivel de demanda por grados de Ciencias de la Salud en el futuro es una tarea imposible, según la presidenta de los decanos de Enfermería. Sin embargo, lo que Lara tiene claro es que el aumento del interés por estudiar estas carreras es una buena noticia: “A pesar de las dificultades que han vivido los sanitarios y el gran esfuerzo de los investigadores, que sigamos teniendo tantos estudiantes tan brillantes y tan motivados por su formación repercute en el bienestar de la sociedad. Está claro que el futuro de la sanidad va a estar en muy buenas manos”.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-05-15/la-pandemia-dispara-la-demanda-para-estudiar-ciencias-de-la-salud.html

Comparte este contenido:

Educación pública en Hondura ha entrado a un deterioro casi total, alerta ASJ

Con 700 mil estudiantes matriculados, la mitad de ellos al sistema privado, la educación pública en Honduras ha entrado a un deterioro casi total, alertó hoy el director de Educación de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Denis Cáceres.

“El sistema educativo está funcionando con 700 mil estudiantes, de ellos la mitad está en la privada y la mitad en la pública. Entonces el sistema público ha entrado en un deterioro casi total”, expresó a periodistas en Tegucigalpa.

A renglón seguido argumentó que lo anterior revela que la educación pública en Honduras no se adaptó a las clases virtuales a causa de la pandemia.

“Podemos ver que la escuela pública no se adaptó a las clases virtuales y que más del 70 por ciento de los alumnos ha estado recibiendo tareas solo por WhatsApp”, apuntó.

Entre tanto, más del 90 por ciento de los alumnos de escuelas privadas reciben clases por distintas plataformas digitales, comparó.

“Esto ha llevado a que la diferencia de aprendizaje entre un alumno de la escuela pública y la escuela privada haya aumentado dos años antes de la pandemia a más de tres años en este momento”, lamentó.

“Es tan lamentable lo que está pasando que con lo que están recibiendo de clases los alumnos de la escuela pública no les ajusta para llegar a la universidad”, continuó.

Indicó que un 75 por ciento de la población hondureña manifiesta no contar con los recursos económicos para adquirir los servicios de internet, lo que dificulta aún más la educación pública.

Al respecto, aseveró que el 76 por ciento de alumnos del sistema público están recibiendo menos de cinco horas de clases a la semana.

En ese sentido, el sistema privado garantiza más de ocho horas a través del internet, agregó.

“La diferencia es tan abismal y es tan significativa que no queda otra que vacunar a los docentes y empezar a reabrir el sistema educativo”, apostilló.

De lo contrario -dijo- los estudiantes que actualmente cursan por el sistema público no van a poder llegar a ser los profesionales que quieren porque no hay condiciones para lograrlo.

Es oportuno mencionar que diversos sectores, entre ellos el gremio médico, han solicitado que se inicie a vacunar a docentes y estudiantes para el retorno a clases presenciales.

De acuerdo a los expertos, el año lectivo aún se puede rescatar si se inicia la vacunación de inmediato en este sector de la sociedad y se regresa a las clases presenciales mientras continúa la inoculación contra la COVID-19. (RO)

Fuente: https://proceso.hn/educacion-publica-en-hondura-ha-entrado-a-un-deterioro-casi-total-alerta-asj/

Comparte este contenido:

Argentina supera 3,51 millones de contagios de COVID-19

En la última jornada se informó que la pandemia causó 297 nuevos fallecimientos de personas y un total de 32.171 nuevos contagios en el país sureño.

El Ministerio de Salud de Argentina informó hoy sábado que la cifra de contagiados por la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) en el país aumentó a 3.514.683 y que son 73.688 las personas que han muerto como consecuencia de la afección.

En la última jornada se informó que la pandemia causó 297 nuevos fallecimientos de personas y un total de 32.171 nuevos contagios en el país.

Los casos activos en Argentina suman 357.697, según la información oficial, mientras que el total de personas que superaron la enfermedad es de 3.083.298.

En unidades de terapia intensiva continuaban hospitalizados 6.138 pacientes, con un porcentaje de ocupación de camas del 74,1 por ciento a nivel nacional, número que se eleva al 77,1 por ciento en el Area Metropolitana de Buenos Aires.

Argentina registró su primer caso de COVID-19 el 3 de marzo de 2020 y enfrenta actualmente una segunda ola de contagios.

Por esa razón, el Poder Ejecutivo a cargo del presidente Alberto Fernández estableció una nueva etapa de confinamiento estricto que comenzó este sábado y se extenderá hasta el 30 de mayo, lapso durante el cual están suspendidas todas las actividades sociales, económicas, educativas, religiosas y deportivas en forma presencial, y sólo están habilitados los comercios esenciales.

La medida establece que los residentes sólo podrán circular en las cercanías de sus domicilios de las 06:00 a las 18:00 hora local, para actividades como la compra de alimentos o medicinas, y deberán permanecer en sus hogares de las 18:00 a las 06:00 horas del día siguiente.

Argentina inició su campaña de vacunación contra la COVID-19 el 29 de diciembre pasado y lleva aplicadas 11.034.323 dosis.

Fuente: http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:238477/Argentina-supera-3,51-millones-de-contagios-de-COVID-19

Comparte este contenido:

Uruguay: Autoridades postergan nuevos anuncios sobre presencialidad en la educación ante situación sanitaria

A la espera de la autorización del MSP para abrir más grupos, el Codicen hace una buena evaluación del retorno parcial.

Hasta que el Ministerio de Salud Pública (MSP) no dé el visto bueno, el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) no reabrirá otros niveles de la enseñanza. Las razones por las que no se puede anunciar el retorno a la presencialidad en otros grupos se debe a la situación epidemiológica del país, en especial en la zona metropolitana.

“Puedo opinar como ciudadano, no puedo especular. Veo lo que todos ven en la tardecita”, dijo el consejero del Codicen Juan Gabito en referencia a la cantidad de casos diarios que reporta el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae); “para nosotros lo que importa es lo que diga el MSP”, agregó al ser consultado por la diaria sobre si esperaban que a un mes y medio de que el gobierno suspendiera la presencialidad los casos activos de coronavirus disminuyeran.

Pese a que en un principio se pensó que podría haber novedades antes del fin de semana -se especulaba un posible retorno de clases para la semana del 24 de mayo-, eso finalmente no ocurrirá. El motivo fue la cantidad de nuevos casos. Este miércoles, por ejemplo, el Sinae reportó 3.344 personas nuevas cursando la enfermedad, y parece que los guarismos, al menos en el corto plazo, no bajarán. Montevideo, Canelones y Salto son los departamentos más afectados por la pandemia. Actualmente en la capital hay 12.722 casos activos, en Canelones 4.139 y en Salto 1.766. Para Gabito, de todos modos, en la próxima etapa -“que falta”- lo “lógico sería seguir por primero a tercero en Montevideo, Canelones y Salto, y cuarto a sexto en el resto del país”.

Asimismo, recordó que todavía está en marcha el cronograma anterior. Este miércoles los centros educativos especiales que reciben estudiantes con dificultades auditivas retornaron a la presencialidad. El lunes, en tanto, regresan aquellos que tienen dificultades intelectuales, de visión y quienes tengan espectro autista; y el miércoles 26, retomaran las clases aquellos que tengan dificultades motrices. “Hay todavía etapas de la apertura vieja que se están cumpliendo”, agregó Gabito.

El martes volvieron a abrir sus puertas las escuelas rurales de más de 50 alumnos. También regresó séptimo, octavo y noveno de estas escuelas y los grupos de tres años de escuelas y jardines públicos. Además volvieron los estudiantes de primero a tercero en todas las escuelas del país, públicas y privadas, a excepción de Montevideo, Canelones y Salto, donde retornaron sólo los de primero a tercero de las escuelas Aprender y de tiempo completo. En total, alrededor de 123.000 gurises volvieron a clases, indicó el presidente del Codicen, Robert Silva.

El jerarca aseguró que la vuelta a clases desde el 3 de mayo “ha sido muy organizada” y eso se debe a que las autoridades dijeron con “bastante anticipación” las fechas. Silva enfatizó que depende de “que las cosas sigan saliendo bien” que se abran nuevas etapas. “Podemos decretar las cosas detrás de un escritorio, pero si después en las escuelas las maestras, las familias, no se preocupan y no hacen lo que vienen haciendo, es muy difícil avanzar”, señaló sobre los cuidados sanitarios.

Al momento, las evaluaciones en cuanto a la vuelta a las aulas son “buenas”. Entrevistado por el informativo de la radio Uruguay, uno de los consejeros electo por los docentes, Óscar Pedrozo, dijo que la educación rural tuvo 85% de asistencia, algo “muy favorable”, y en el primer ciclo de educación hubo una presencialidad superior a 70%. “Se va viendo una situación diferente a lo que vivimos el año anterior con un retorno paulatino también, pero con la diferencia de esta declaración o mantenimiento a lo que hace la obligatoriedad de la asistencia en los niños de todas las escuelas públicas”, observó.

Por otra parte, Pedrozo señaló que se dieron “situaciones puntuales” de brotes o contagios en algunas escuelas, pero nada grave. “Se ha tenido que limitar la asistencia en algunos grupos y de alguna escuela frente a situaciones puntuales por el día, o dos días, de acuerdo con la realidad para la desinfección, o atento a cuarentenas, o que se haya determinado que son casos covid algún funcionario de servicio o algún docente”, apuntó.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2021/5/autoridades-postergan-nuevos-anuncios-sobre-presencialidad-en-la-educacion-ante-situacion-sanitaria/

Comparte este contenido:

La crisis en Líbano deja a muchos niños sin acceso a las escuelas

En un campo de refugiados sirios en el este de Líbano, Mohamed y sus tres hermanas temen quedarse sin ir a la escuela por tercer año consecutivo, debido a que no tienen cómo acceder a la enseñanza remota.

«Mire mi teléfono, ¿cómo espera que mi hijo estudie con esto?», preguntó su padre, Abdel Nasser, sentado en la carpa de su familia en el valle del Becá. «La pantalla está quebrada… y no tengo internet», lamentó.

Mohamed, de 11 años, y sus hermanas están entre decenas de miles de niños sirios, libaneses y palestinos que han quedado meses sin enseñanza escolar a causa de las restricciones por el coronavirus.

Grupos de derechos humanos han calificado la situación de una «catástrofe educativa» que afecta especialmente a los refugiados, los cuales ya tenían dificultades para estudiar antes de la pandemia.

«No tenemos dinero para comprar un celular para todos. Primero tenemos que alimentar a nuestros hijos», dijo su madre, Shamaa.

Mohamed llegó a Líbano desde Siria en 2012, un año después del estallido del conflicto que ha dejado 388.000 muertos y millones de desplazados.

No pudo ingresar a la escuela hasta 2019 porque el sistema de enseñanza pública libanés no admitió a los refugiados sirios hasta 2013, y solo aceptaba un número limitado.

El primer año de escuela de Mohamed coincidió con la pandemia del covid-19, que provocó la suspensión de las clases. «Él ni siquiera sabe multiplicar por uno», contó su padre.

– Impacto de la crisis –

Hind, Sara y Amal, las hermanas de Mohamed, con edades de entre 12 y 14 años, habían estado cuatro años en la escuela cuando el Ministerio de Educación adoptó, en marzo de 2020, la enseñanza a distancia.

«Yo estaba feliz. Estaba estudiando árabe, inglés, ciencia y geografía», comentó Amal, de 14 años. «Pero ahora mis padres no pueden darme una educación en línea», lamentó.

Más de 1,2 millones de niños en Líbano han quedado sin acceso a la escuela desde febrero de 2020, cuando llegó la pandemia al país, según la organización Save the Children.

La entidad advirtió el mes pasado que muchos niños podrían no volver nunca más a un aula, ya sea porque ya han perdido tantas clases o porque sus familias no tienen recursos para matricularlos.

Líbano enfrenta su peor crisis económica desde la guerra civil de 1975 a 1990, con más de la mitad de su población abajo de la línea de pobreza.

Entre los sirios la pobreza es aún mayor, con 90% de las familias que apenas logran sobrevivir.

Lisa Abou Khaled, del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, dice que la crisis económica afecta a la educación.

Citando datos del Ministerio de Educación libanés, Abou dijo que 25.000 estudiantes sirios tenían que haber iniciado o reingresado a la escuela en el período 2020-2021, pero no lo hicieron.

«Creemos que la cifra real es más alta que eso», agregó, tras apuntar que más de la mitad de los niños sirios no asisten a clases.

– «Indignada» –

La catástrofe educativa también golpea a decenas de miles de libaneses que han perdido sus empleos o sufrido una caída en sus ingresos desde 2019, cuando se aceleró la crisis.

En un apartamento estrecho del barrio Burj Hammoud, en el este de Beirut, Pamela, de 11 años, muestra un teclado, lo único que quedó de una computadora que fue destruida en la enorme explosión del 4 de agosto de 2020 en el puerto de Beirut.

El estallido, que dejó más de 200 muertos, impactó la casa de Pamela y agravó la miseria que sufre su familia por el agravamiento de la crisis financiera.

La familia no tenía cómo comprar una nueva computadora, que se encareció por la rápida devaluación de la libra libanesa. «Comencé a llevar clases en mi teléfono celular», contó Pamela.

Pero los apagones de hasta 18 horas diarias la dejaron luchando por mantener su teléfono encendido y conectado a internet. Hasta que desistió de la escuela.

«Estaba indignada con la educación en línea, no lo podía aguantar más», reclamó.

Su padre, un taxista desempleado, dijo que quería que Pamela dejara las clases desde meses antes.

Pero Pamela tiene la esperanza de regresar un día a las aulas. «Quiero estudiar para que pueda conseguir un trabajo decente más adelante y así ayudar a mis padres», comentó.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/la-crisis-en-l%C3%ADbano-deja-a-muchos-ni%C3%B1os-sin-acceso-a-las-escuelas/46624300

Comparte este contenido:
Page 8 of 11
1 6 7 8 9 10 11
OtrasVocesenEducacion.org