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India: las mujeres explotadas de Tamil Nadu en las mil fábricas pirotécnicas

Este estado indio tiene una de las tasas de población activa femenina más alta del país. Ellas representan el 75% de mano de obra, cobran la mitad que los hombres y carecen de seguridad social y derechos laborales.

S. Rathinam, de 39 años, escapó de la muerte por los pelos aquella tarde. El 13 de febrero de 2021 tuvo que correr junto con centenares de personas para salvar su vida cuando una explosión sacudió la fábrica de pirotecnia en la que trabajaba en el pueblo de Achakulam, cerca de Sivakasi, al sur de Tamil Nadu. Un total de 26 personas, la mayoría mujeres, murieron, y varias resultaron heridas.

“Todo sucedió en un instante”, recuerda Rathinam. Como trabajadora en el sector de la pirotecnia en la región de Sivakasi, no era la primera vez que veía la muerte tan de cerca. Y puede que no sea la última.

El incidente se coló en la campaña durante las elecciones a la Asamblea, celebradas el 6 de abril. El líder de la oposición y jefe del Dravida Munnetra Kazhagam (Partido Progresista Dravídico), Mutuvel Karunanidhi Stalin, acusó al Gobierno de Edappadi K. Palaniswami de hacer caso omiso de los problemas crónicos de las peligrosas factorías de fuegos artificiales y cerillas del distrito. Entre febrero y marzo de 2021 hubo al menos cuatro explosiones en varias fábricas. Según datos facilitados por la Administración del distrito de Virudhunagar, 204 accidentes le robaron la vida a 298 personas e hirieron a otras 236 en la última década.

En sus discursos electorales, Palaniswami prometía regularizar el sector si su partido –All India Anna Dravida Munnetra Kazhagam (AIADMK)– resultaba reelegido.

Sin embargo, pocos prestan atención a una particularidad destacada de estas tragedias: las más afectadas son las mujeres mal pagadas, como Rathiam, que constituyen la columna vertebral de la industria pirotécnica. El 95% del trabajo en las factorías es manual e incluye desde el manejo directo de productos químicos al relleno, montaje, etiquetado y empaquetado de los petardos; y el 77% de quienes realizan estas peligrosas tareas son mujeres, según el informe Condiciones socioeconómicas de las trabajadoras de la industria fosforera publicado por el Ministerio de Trabajo en 2014-2015.

Las estructuras económicas, el sistema educativo y las iniciativas de desarrollo social de Tamil Nadu han asegurado durante décadas una tasa de participación femenina en la población activa (30%) superior a la media de India (19%), de acuerdo con los últimos datos disponibles recogidos en la Encuesta Periódica de Población Activa 2018-2019. Las de las zonas rurales del estado representan un porcentaje superior de la mano de obra (35%) que las de las zonas urbanas (24%), cifras que también superan a las medias nacionales de un 20% y un 16%, respectivamente.

Sin embargo, las mujeres de otras industrias de Tamil Nadu que cuentan igualmente con abundante mano de obra femenina (alrededor del 75-80%, según los líderes sindicales), como las de componentes para automóviles, electrónica y confección, también se quejan de que sus salarios son más bajos, sus jornadas laborales más largas y que se les niegan los derechos básicos.

Las empresas pequeñas y medianas situadas en el corredor industrial que rodea Madrás emplean a mujeres con contratos que permiten no aplicar subidas salariales y facilitan la contratación y el despido. Por otro lado, las de confección del oeste de Tamil Nadu, tienen un historial de prácticas de empleo y remuneración que las ponen a ellas en desventaja. Lo que tienen en común es la promesa de empleo remunerado para las mujeres; siempre que sean mano de obra joven, vulnerable y sin apenas derechos laborales.

Sivakasi, fuegos artificiales y falta de lluvia

La industria pirotécnica de Sivakasi nació fruto de la desesperación económica de una región sin apenas lluvias, con pocas reservas de agua subterránea y escasas opciones de empleo agrícola. La primera fábrica de fósforos se levantó en la década de 1920, después de que dos empresarios locales, P. Ayya Nadar y su primo, Shanmuga Nadar, viajasen a Calcuta para aprender cómo funcionaba la industria cerillera. Más tarde, la familia instaló también fábricas de fuegos artificiales y pirotecnia en la ciudad. Pronto surgieron imprentas y talleres de etiquetas para dar servicio a esas manufacturas.

Actualmente, las 1.070 fábricas pequeñas y medianas de Sivakasi representan casi el 90% de la producción de petardos y cerillas de India

Y familias enteras empezaron a trabajar para las factorías. “El resultado fue la generalización de una cultura de búsqueda de empleo no agrícola que involucraba a toda la unidad familiar y se traducía en altas tasas de participación en la población activa”, detalla el periodista Hamish Damoradan en su libro India’s New Capitalists: Caste, Business, and Industry in a Modern Nation. “Ya en el censo de 1991, mientras que el porcentaje promedio de población activa de Tamil Nadu era del 44%, en Sivakasi y en las secciones adyacentes rondaba el 60%, lo cual indica el considerable empleo de mano de obra femenina e infantil para complementar los ingresos familiares”.

Actualmente, las 1.070 fábricas pequeñas y medianas de Sivakasi representan casi el 90% de la producción de petardos y cerillas de India. La industria da empleo directo a 300.000 trabajadores, y a más de 500.000 a través de los sectores afines.

Tras la aprobación de una legislación estricta para reducir el uso miserable de mano de obra infantil, las fábricas de Sivakasi pasaron a contratar sobre todo a trabajadoras. Según el mencionado informe del Ministerio de Trabajo de 2014-2015, por entonces ya las mujeres representaban el 74% del total de las plantillas empleadas en la industria cerillera de Tamil Nadu y Kerala. Solo la primera aporta alrededor del 75% de la producción de fósforos de seguridad del país.

Una mujer cobra alrededor de 300 rupias diarias, (unos tres euros), mientras que los hombres de la familia reciben entre 600 y 800 rupias (entre siete y nueve euros)

Lo normal es que a las trabajadoras de las pirotecnias de Sivakasi se les pague la mitad del salario que cobran los hombres. Hemos comprobado que una mujer cobra alrededor de 300 rupias diarias, muy raramente 500 (entre tres y seis euros), mientras que los hombres de la familia ‒es frecuente que familias enteras realicen este trabajo‒ reciben entre 600 y 800 rupias (entre siete y nueve euros).

Manipular explosivos sin seguro

Las casetas donde se trabaja en Sivakasi son particularmente peligrosas debido a los múltiples incumplimientos de las leyes de seguridad en lo que concierne al alquiler, el número de trabajadores y la utilización de sustancias químicas autorizadas. Las licencias para productos pirotécnicos pequeños las expide el funcionario de ingresos del distrito (DRO, por sus siglas en inglés), mientras que la Organización de Seguridad del Petróleo y los Explosivos (PESO, por sus siglas en inglés), un organismo nodal que regula el uso de sustancias peligrosas como explosivos, gases comprimidos y petróleo, autoriza la producción de fuegos artificiales peligrosos de alta gama pensados para ofrecer un despliegue espectacular de luz y sonido.

Las licencias concedidas a los propietarios de pirotecnias difieren dependiendo de la naturaleza del trabajo que se lleve a cabo, los petardos producidos y los ingredientes utilizados. Las normas especifican el número de trabajadores por sala y el número de salas necesarias en función del volumen del material.

“Solo está permitido que trabajen cuatro personas en una caseta, pero en la temporada alta somos más de ocho”, denuncia G. Shanthi, una trabajadora de 30 años de una de las fábricas de Sivakasi.

Los trabajadores denuncian que las casetas están abarrotadas, y que las bolas de productos químicos se secan al sol, y no a la sombra (los productos con un alto contenido de azufre se tienen que secar antes de las 8.30 de la mañana para evitar accidentes). Durante la temporada álgida de actividad, las manufacturas subarriendan sus instalaciones a un contratista para aumentar su producción por encima del límite estipulado en la licencia, según el testimonio de ellas mismas. Las investigaciones de la explosión de febrero revelaron que los locales habían sido subarrendados a cinco personas. Una práctica ilegal.

Solo está permitido que trabajen cuatro personas en una caseta, pero en la temporada alta somos más de ocho”, denuncia G. Shanthi, una trabajadora de 30 años

La Asociación India de Fabricantes de Fuegos Artificiales (TIFMA, por sus siglas en inglés) reconoce que algunas factorías se saltan las normas de seguridad. “La principal causa de accidentes es, sin duda, el arrendamiento y subarrendamiento sin escrúpulos. Como asociación, lo máximo que hemos podido hacer es advertirles. El Gobierno debería intervenir y tomar medidas severas”, reclama T. Kannan, secretario general de la TIFMA.

En los últimos dos meses se han suspendido las licencias de 90 pirotecnias de Virudhunagar por incumplir las normas de seguridad, afirman los miembros de la asociación.

Un estudio publicado en la revista International Journal of Environmental Engineering and Management, los trabajadores de las fábricas también se quejan de dolores de cabeza crónicos, mareos y úlceras debido a los elevados niveles de exposición al manganeso. Los que trabajan sin mascarillas ni guantes, como ocurre en muchas factorías de Sivakasi, corren el riesgo de inhalar altas concentraciones de cromo, manganeso y plomo, todos ellos metales pesados que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), conllevan el riesgo de padecer cáncer tras una prolongada exposición.

J. Kanagalakshmi, una trabajadora de 28 años de Kiliampatti, cerca de Sivakasi, se queja de que tiene menstruaciones dolorosas, irregulares y muy abundantes que atribuye al calor extremo y a la exposición a sustancias químicas en el trabajo. “A muchas que solo tienen algo más de 40 años les han tenido que extirpar el útero por esto. En las revisiones médicas en la fábrica nos aconsejan siempre que comamos fruta y azúcar de caña, pero no nos lo podemos permitir. Debería dárnoslo la empresa”, protesta.

“Hago 200 mechas al día por 500 rupias”

Igual que sus padres, Shanthi cobra 300 rupias al día (algo más de tres euros), pero no es un salario estable. Depende del volumen de trabajo que le dé su contratista. La joven es una trabajadora de segunda generación de una pirotecnia de Sivakasi. La educación les habría proporcionado a ella y a su hermana una vida mejor, señala, pero las dos se casaron con hombres del mismo pueblo, y ahora sus familias llevan más de una década dedicadas a esta labor.

Hasta hace un par de años, Kanagalakshmi trabajaba en una fábrica en la que su tarea consistía en rellenar tubitos químicos con barro para producir sofisticados fuegos artificiales con complicados efectos y sonidos. “Solía hacer unas 200 mechas al día, y ganaba 500 rupias (menos de seis euros). Pero el trabajo con el contratista era irregular. Algunos días no había nada”, cuenta. Ahora, en otra empresa le pagan solo 300 rupias diarias, su tarea es más fácil y tiene acceso a los lavabos, algo que no tenía antes.

Ahora trabaja en una fábrica en la que le pagan solo 300 rupias diarias (tres euros), pero el trabajo es más fácil y tiene acceso a los lavabos, algo que no tenía en su trabajo anterior

Eswari, de 32 años, está traumatizada por el recuerdo de una explosión en su antigua fábrica que mató y mutiló a sus amigas y compañeras. No consiguió regresar hasta pasados unos días de la tragedia. “¿Qué puedo hacer? Es el único empleo que he tenido en toda mi vida. No conozco otro. Trabajo mucho para que mis hijos reciban una buena educación y consigan algo mejor”, se resigna. Ese anhelo es lo que une a todas las obreras de Sivakasi.

Pero las familias a menudo “no tienen manera de escapar de la industria que antes ofrecía la tan necesaria movilidad económica ascendente a los trabajadores sin tierra y les ayudaba a abrirse camino por el sistema feudal de propiedad de la tierra”, observa Muniraj, un activista que se dedica a defender los derechos de los trabajadores desde que perdió a dos miembros de su familia en accidentes en las pirotecnias. “No ha habido ninguna mejora en sus condiciones laborales y muchas siguen trabajando en el sector al menos durante dos o tres generaciones”.

Hasta diciembre de 2020 el Gobierno de Tamil Nadu no creó una junta específica para las pirotecnias y las fábricas de cerillas “no organizadas”, como venían pidiendo los trabajadores desde hacía tiempo. El primer paso del organismo consistirá en asegurar que 62.661 obreros ‒tan solo el 12% de la mano de obra del sector‒ que ya forman parte de la Junta de Bienestar de los Trabajadores Manuales del estado, reciban ayudas. El Gobierno anunció que se animará a los trabajadores informales a registrarse gratuitamente. “Cada año recurrimos a los tribunales contra la prohibición de los petardos. Quienquiera que forme el Gobierno de Tamil Nadu debe garantizar una solución permanente a este asunto”, reclama Kannan, de la TIFMA.

A medida que el coro de voces que pide la prohibición de los fuegos artificiales se vuelve cada año más sonoro con múltiples demandas judiciales, crece la preocupación de las trabajadoras por su futuro. “Desde la mera supervivencia hasta la búsqueda de un empleo remunerado, tenemos la sensación de estar viviendo siempre al límite”, se lamenta Shanthi.

El Gobierno tiene que intervenir en representación de los empleados, opina Kannan. “No han hecho nada por el bienestar de los obreros de las pirotecnias, aunque genere un volumen de negocio de 25.000 millones de rupias (casi 300.000 euros)”, se queja el secretario general de la asociación. “Teniendo en cuenta que se trata de un trabajo peligroso, el Gobierno debería garantizar que las fábricas cumplan estrictamente las normas establecidas y proporcionen la seguridad social necesaria”.

Contratos “manipuladores”

En Tamil Nadu también se violan los derechos laborales en otros sectores en los que predomina la mano de obra femenina. En concreto en dos de ellos: la industria auxiliar situada en las afueras de Madrás, y las fábricas de confección de la zona oeste del estado.

Ruby (un nombre ficticio para proteger su identidad) es una contratada en una factoría de componentes para automóviles de Maraimalai Nagar clasificada en la categoría de fabricante de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés). Ruby, cuya familia vive de su sueldo, trabaja en una cadena de montaje que fabrica los sistemas de cableado de los volantes.

La creciente externalización de la contratación de la mano de obra en India está teniendo como consecuencia el descenso de los salarios, la reducción de las prestaciones y el deterioro de las condiciones laborales

Los trabajadores de estas fábricas, el 75% de los cuales son mujeres ‒como informaron diversos empleados de las OEM‒, son reclutados por agencias externas que les pagan los salarios y se encargan de garantizar otras prestaciones a los empleados de estos centros. Las entrevistadas declararon que sus sueldos se mantienen durante años prácticamente igual de bajos que cuando entraron, y que no tienen seguridad laboral ni oportunidades de progresar. “En la fase de formación cobraba 8.000 rupias (90 euros); cuatro años después mi sueldo es de 10.000 rupias (111 euros) nada más”, afirma.

La creciente externalización de la contratación de la mano de obra en India está teniendo como consecuencia el descenso de los salarios, la reducción de las prestaciones y el deterioro de las condiciones laborales, así como menos responsabilidades para las empresas, a pesar de que estas están aumentando su beneficios, como informaba IndiaSpend en marzo de 2019.

Coser y denunciar

La industria textil y de la confección de Tamil Nadu, concentrada en gran parte en los distritos al oeste del estado, tiene un historial de prácticas de explotación de la mano de obra que han provocado denuncias por los bajos salarios, jornadas laborales excesivas, violencia física y sexual, restricción de movimientos y la denegación del derecho a la sindicación.

Poco después de acabar el instituto, G. Kokila, de 20 años, empezó a trabajar en una hilandería del distrito de Dindigul, en Tamil Nadu, por 230 rupias diarias (poco más de dos euros). Cuatro años después gana 300 (tres euros). Antes, el sector era conocido por su represivo Plan Sumangali, el cual obligaba a las jóvenes solteras a trabajar por un pago único de entre 30.000 rupias (335 euros) y un lakh en concepto de compensación por los gastos de la boda. Las mujeres no cobraban sueldo ni recibían otras prestaciones como el fondo de previsión o el seguro estatal para empleados.

Estas prácticas han sido sustituidas por otras que solo han cambiado el carácter de la explotación. Mediante planes como el Pradhan Mantri Kaushal Vikas Yojana y el Deen Dayal Upadhayaya Grameen Kaushalya Yojana, integrados en la iniciativa India Skill, muchas jóvenes de este y otros estados ‒Odisha, Assam, Bengala Occidental y Bihar‒ son traídas a las hilanderías y fábricas de confección de Tamil Nadu. “Las normas y los métodos en vigor en las décadas de 1980 y 1990 como parte del plan [Sumangali] se han modificado para adaptarlas a estrategias más flexibles, como contratar a chicas de entre 16 y 18 años y mantenerlas solo uno o dos años”, revela S. Thivya, del Sindicato del Textil y el Trabajo Común de Tamil Nadu.

Srinivasan, un trabajador de campo de la Alianza Tamil Nadu, una coalición de organizaciones de la sociedad civil que lucha por la mejora de las condiciones del sector textil, denuncia que a las jóvenes se las contrata como aprendices y se las hace trabajar turnos de más sin remuneración adicional. Según el activista, “en la mayoría de los casos, los guardas de los albergues son los encargados de las tarjetas bancarias de las trabajadoras, en las que se les abonan los salarios”.

Este artículo se realizó en colaboración con Behanbox, una plataforma digital para el periodismo de género, y fue publicado originalmente en IndiaSpend.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-05-20/india-las-mujeres-explotadas-de-tamil-nadu-en-las-mil-fabricas-pirotecnicas.html

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Sindicatos de Costa Rica piden continuidad de clases en línea

Tras el anuncio de la suspensión del curso lectivo 2021 por la pandemia, sindicatos de Educación expresaron su rechazo.

Ante el anuncio del Ministerio de Educación Pública (MEP), de Costa Rica, de la suspensión del curso lectivo 2021 a partir del lunes, los diferentes sindicatos de Educación iniciaron un paro de labores este miércoles como homenaje a los docentes que han muerto de la Covid-19 y para exigir que las clases sigan en línea.

Gilberth Díaz, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC) dijo al respecto: «Llamamos a los compañeros para que el miércoles no se presenten a escuelas ni trabajen de forma virtual».

«Mantenemos el movimiento», indicó. La decisión la realizan porque buscan el «respeto a la vida y que no era necesario que murieran 54 de sus compañeros» para que se les escuchara. Además, por lo 947 funcionarios que se han contagiado, de acuerdo con sus cifras.

«Es un homenaje para esos compañeros», dijo Gilberto Cascante, presidente de la Asociación Nacional de Educadores (Ande).

«Pedíamos de manera responsable que siguiera el curso lectivo. Nos parece incoherente que suspenda ahora de manera abrupta cuanto podíamos continuar con una modalidad virtual», indicó Cascante.

Además, indicaron que las medidas de reorganización de curso lectivo no les fueron consultadas y por esto ahora harán un análisis legal para ver implicaciones y afectaciones.

Los convocantes a la protesta reclaman, asimismo, la vacunación inmediata del personal educativo de «primera línea» durante el mes de suspensión de las clases, así como testeo masivo en los centros educativos para evitar contagios de Covid-19.

Otra de las demandas de los cuatro sindicatos del sector educacional es convocar a una mesa de trabajo para definir el futuro del curso lectivo 2021, en medio de la actual crisis, la cual, explican, no parece resolverse en un mes.

Exigen, de igual manera que la ministra de Educación, Guiselle Cruz y el presidente, Carlos Alvarado definan «una hoja de ruta» con acciones concretas para «cerrar la brecha tecnológica que tiene por fuera de la educación a más de 500.000 estudiantes».

Los sindicatos expresan que se mantendrán en protesta, hasta que se establezca un diálogo con el gobierno.

 

Sin embargo, la respuesta del gobierno fue declarar que los docentes que abandonen este miércoles sus labores para participar en la «Jornada por la vida», serán sancionados con la rebaja del día en sus salarios.

«El movimiento convocado por los sindicatos magisteriales para el miércoles 19 de mayo es ilegal y contradictorio a los planteamientos en la Junta Paritaria celebrada la semana pasada», dijo el Ministerio de Educación.
Fuente: https://www.telesurtv.net/news/costa-rica-huelga-educativa-20210519-0015.html

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Argentina: Alesso plantea suspender de manera «temporal» las clases

La titular de AMSAFE sustentó su pedido en los resultados de un informe del Observatorio sobre casos Covid de Ctera, que advierte sobre un incremento “exponencial” de los contagios. El crecimiento se detecta también en franjas etarias de edad escolar obligatoria.

Durante la reunión de la paritaria docente de este miércoles, Amsafé presentó los resultados de un análisis de casos Covid en la provincia de Santa Fe, realizado por el Observatorio de Situación Sanitaria constituido en en el ámbito de Ctera. Allí se advierte acerca de “un aumento exponencial” de contagios en el ámbito de la provincia. “Planteamos nuestra preocupación por la circulación comunitaria  y  la  aparición de nuevas variantes  del  virus. Los contagios se van multiplicando a lo largo y ancho de la provincia. El crecimiento se está dando de manera exponencial, provocando  la  saturación  del  sistema  de  salud”, sostiene el informe. “Las escuelas -se acota- son lugares donde todos sus miembros hacen esfuerzos denodados por cumplir y sostener los protocolos,  pero  la  escuela  sola  no  puede. La escuela es parte de una comunidad y si esa comunidad tiene un alto nivel de casos positivos,  los niños, niñas, docentes y asistentes escolares están en riesgo”.

El informe reporta el aumento significativo de casos entre febrero y abril, y advirte que en las últimas semanas a nivel provincial según datos del Ministerio de Salud, se pasó de 400 a 1700 casos diarios.

“Se observa un incremento exponencial de casos diarios a partir del 21 de febrero -insiste el reporte-. En las últimas semanas de abril, el crecimiento se vuelve más abrupto y es seguido de un amesetamiento pero con niveles  cercanos  al  pico observado en octubre del 2020”.

El informe se detiene en el análisis de los casos según la franja etaria. “El rango entre 0 y 17 años presentó el aumento relativo más alto”, sostiene el escrito.

Según los datos, la franja de 1 a 4 años registraba en febrero 18 casos y en abril, 61. De 5 a 9 años; 15 en febrero y 153 en abril; de 10 a 14, 56 casos en febrero y 422 en abril; y de 15 a 19, de 226 en febrero a 900 en abril. Se destaca que todos los rangos etarios corresponden a edades escolares obligatorias.

Sobre la base de esos datos, la titular de Amsafe, Sonia Alesso, consideró que debe evaluarse la suspensión de la presencialidad. “Pensamos que hay que suspender temporariamente la presencialidad en aquellos departamentos o ciudades en los que se presente la situación sanitaria más crítica”, dijo la dirigente en diálogo con El Litoral. “Nos preocupa en Santa Fe que toda la provincia está teniendo un crecimiento homogéneo de casos, a diferencia de lo que sucedía el año pasado con la primera ola. Ello lleva a saturar el sistema de salud con dos problemas: la falta de camas críticas, y los contagios que se están registrando en todos los órdenes y ámbitos. Por ello es necesario disminuir la circulación; no se trata de cuidar a la escuela, sino de cuidar a la población infantil”, alertó.

“Salvo las excepciones remarcadas, la situación de emergencia es generalizada en la provincia,  teniendo  a  la  gran  mayoría  de  los  departamentos  en  una  condición  de  riesgo  muy  alta. Por ello, es necesaria la toma de medidas urgentes para disminuir aún más los contagios con el fin de evitar muertes”, concluyó.

Fuente: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/297824-alesso-plantea-suspender-de-manera-temporal-las-clases-se-trata-de-la-presencialidad-en-los-departamento-mas-criticos-politica.html]

 

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España: Los sindicatos exigen al Gobierno que no eche a los profesores contratados para hacer frente a la pandemia

El documento que el Ejecutivo pone sobre la mesa a las comunidades contempla, por ejemplo, la posibilidad de reducir las distancias de 1,5 metros a 1,2 metros (lo que llevará al aumento de ratios) en 3º y 4º de la ESO, Bachillerato, FP, enseñanzas oficiales de idiomas, artísticas y deportivas para garantizar la presencialidad.

El sindicato de profesores Anpe mostró su descontento con las medidas propuestas por el Gobierno en el borrador de vuelta a las aulas para el próximo curso.

Cuestionan que el documento elaborado por los Ministerio de Educación y Sanidad, al que ha tenido acceso ABC relaja las medidas. Por ejemplo, se contempla ahora la posibilidad de reducir las distancias de 1,5 metros a 1,2 metros (lo que llevará al aumento de ratios) en 3º y 4º de la ESO, Bachillerato, FP, enseñanzas oficiales de idiomas, artísticas y deportivas para garantizar la presencialidad.

Esta reducción de la distancia la justifican en que «la evidencia científica recoge que, en la edad adolescente, si la transmisión comunitaria es baja o modearada, se puede mantener en los centros educativos una distancia interpersonal de al menos 1 metro, aunque en espacios cerrados con gente se recomienda aumentar esta distancia de manera que sea superior a más de un metro», señala el documento.

Anpe ha señalado en un comunicado que «incomprensiblemente, relajan las actuales medidas sanitarias y los protocolos establecidos para los centros durante este curso. En este sentido, cabe recordar que solo se ha previsto la vacunación del profesorado. ANPE exige que finalice antes de que termine este curso, mientras que el resto de la comunidad educativa, siendo los alumnos el grupo más numeroso, no estarán vacunados para el inicio del próximo curso».

Para Anpe « es imprescindible no solo mantener los desdobles actuales y el profesorado contratado en las distintas comunidades, manteniendo las actuales medidas sanitarias, sino también incrementar los desdobles y el profesorado contratado para hacer posible un doble objetivo: asegurar la presencialidad en todas las enseñanzas y compensar los déficits de aprendizaje producidos durante la pandemia».

En la misma línea, desde el Csif advirtieron de que «no es razonable reducir la distancia de 1,5 a 1,2 metros» y exigieron al Gobierno que les aclaren los criterios científicos que justifican este tipo de medidas.

Al igual que Anpe piden que se mantengan y aumenten todos los refuerzos Covid (los docentes contratados para reducir las ratios en el marco de la pandemia) y, por último, que se aclare la vacunación del colectivo docente.

Fuente: https://www.abc.es/sociedad/abci-sindicatos-educativos-exigen-gobierno-explique-relaja-medidas-para-proximo-curso-202105140053_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

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Entrevista a Pablo Servigne «Nuestra civilización es un coche sin frenos y con el volante bloqueado»

El autor de Colapsología apuesta por el apoyo mutuo para afrontar la catástrofe social y climática que, según todos los datos, se nos avecina.

Dejémoslo claro desde el principio: el colapso no es el fin del mundo. Es el fin de este mundo, tal y como hoy lo conocemos. No es el apocalipsis. Un colapso, según la definición de Yves Cochet, es “el proceso a partir del cual una mayoría de la población ya no cuenta con las necesidades básicas (agua, alimentación, alojamiento, vestimenta, energía, etc.) cubiertas [por un precio razonable] por los servicios previstos por la ley”.

Pablo Servigne (Versalles, 1978) es el autor, junto a Raphaël Stevens, de un best seller que mira de frente al futuro: Colapsología (Arpa, 2020). Son muchos los datos (climáticos, pero no sólo) que indican que caminamos hacia el hundimiento de nuestra civilización. “Aunque hiciésemos un parón total e inmediato de las emisiones de gases de efecto invernadero, el clima seguiría calentándose durante algunas décadas. Se necesitarían siglos, incluso milenios, para emprender la vuelta a las condiciones de estabilidad climática preindustrial del Holoceno”, escribe Servigne. Así pues, el desmoronamiento parece ciertamente inevitable. Lo que no sabemos es cómo será la vida humana tras la desaparición de los casquetes polares, el agotamiento de las materias primas energéticas, la escasez de agua dulce, de alimentos, de suelo fértil y de aire limpio por culpa de la contaminación, la multiplicación de epidemias y de fenómenos meteorológicos extremos, las migraciones masivas…

La famosa serie El colapso (2019) tomó el libro de Servigne como punto de partida para imaginar ese futuro (con resultados desiguales). El marco cultural dominante (el neoliberalismo) nos induce a pensar que será una competición a muerte al estilo Mad Max. La historia natural y la ciencia nos indican lo contrario: la ley del más fuerte suele quedar suspendida en periodos de crisis para dar paso al apoyo mutuo, tal y como señaló Piotr Kropotkin, para asegurar la supervivencia de la especie.

De todos estos temas charlamos con Servigne aprovechando su paso por Barcelona para dar una conferencia en la Escola Europea d’Humanitats, de la Fundación La Caixa.

Se puede considerar su trabajo como una continuación del que hicieron Jay Forrester, Donella Meadows y otros muchos académicos en los años setenta. Ellos ya avisaron de Los límites del crecimiento. ¿Por qué, después de 50 años, nadie quiere escucharles? ¿Hay un obstáculo de carácter psicológico más allá del político o el económico?

El psicológico es un obstáculo más. Ciencia y creencia toman caminos diferentes. Ha pasado medio siglo y los trabajos científicos han aportado una enorme cantidad de datos. Sin embargo, no hemos conseguido que se crean. Ahí hay un gran problema: no acabamos de creer lo que, efectivamente, ya sabemos. Hay una gran variedad de obstáculos, de cerrojos, que podrían explicar ese fenómeno. Cerrojos políticos, económicos, psicológicos, jurídicos, financieros… Hay cerrojos individuales, por el simple hecho de tener miedo o de no comprender lo que está pasando, y también cerrojos colectivos. Hay gente que recibe millones de dólares a través de sus think tanks para fabricar y propagar dudas. Son los llamados mercaderes de la duda. Pero, a pesar de todos esos factores, después de 50 años de trabajo, la ciencia se va abriendo paso poco a poco. Hoy la gente sabe más y cree un poco más. Ese umbral de miedo y dudas va quedando atrás, también porque hemos visto cómo se suceden los desastres naturales.

Usted es doctor en Biología, ingeniero agrónomo y especialista en mirmecología [la ciencia que estudia la vida de las hormigas] pero un día decidió dejar su trabajo como investigador universitario. Se alejó de las publicaciones científicas y de la competición que las caracteriza para tomar partido por un activismo popular. ¿Se siente más útil que en su trabajo anterior?

No sé si soy más útil. Lo que sí soy es más feliz. Dejé la competición de la investigación científica hace ocho años, me aparté de todo eso del publish or perish [‘publica o perece’]. Adoraba ese oficio pero tenía que alejarme de ese ambiente. No quería permanecer en la torre de marfil de nuestro laboratorio. Lo que quería de verdad es informar al máximo de personas. Y al hacerlo me sentía cada vez más contento y más útil al poder escribir para el gran público, en francés o en español, en vez de escribir complicados artículos académicos en inglés que, a la postre, nadie leía. Para mí fue muy satisfactorio ir al encuentro de un público popular, de diferentes clases sociales y con diferentes actividades, para adaptar el discurso científico y hacerlo más accesible.

Usted está entre los expertos que dicen que el colapso no se producirá sólo por causas climáticas sino también por la desigualdad. ¿Por qué incide tanto en ese punto?

Esa es una parte importante de nuestro libro Colapsología. Hay muchos estudios que muestran hasta qué punto la desigualdad es tóxica, corrosiva para una sociedad. Destruye la confianza, la democracia, el bien común, el concepto de un relato, de un horizonte común. Es un factor decisivo para el colapso. Hay un modelo estadístico muy interesante, el modelo HANDY [Human and Nature Dynamics, desarrollado en 2014] que establece la relación entre la sociedad y su medioambiente. Por primera vez se ha incluido la desigualdad en sus parámetros y lo que indica es que cuanto más desigual es una sociedad más posibilidades tiene de colapsar, y de hacerlo, además, más rápidamente. ¿Y por qué? Es muy sencillo. Porque la desigualdad crea una casta de ricos que extrae recursos del pueblo y de la naturaleza, y esa explotación combinada de bienes, recursos humanos y recursos naturales propicia un riesgo irreversible de colapso. Dicho de otra manera, la prioridad hoy para evitar riesgos y daños mayores es compartir, es reducir las desigualdades.

Lógicamente, la mayoría de la opinión pública, en todo el mundo, ha recibido la vacuna contra el coronavirus con alegría y alivio. La gente quiere volver al mundo de antes, tal cual, sin cambiar nada. ¿Ha reflexionado usted sobre esto?

Difícil cuestión. Aún nos falta mucho por conocer de la COVID-19. Como biólogo, yo diría que tenemos que aprender a vivir con el virus como antes lo hicimos con la gripe. La vacuna ayuda a minimizar la conmoción, por decirlo así, pero la sociedad va a cambiar. Existe la tentación de pensar que volveremos al mundo de antes, pero es difícil. Sobre esta cuestión me cuesta hablar de crisis porque los desastres se superan y las crisis pasan. En el relato del colapso lo que provoca miedo es precisamente su lado irreversible. Para mí, el miedo está en el núcleo de este problema, y lo importante es saber de qué manera afectará a la gente. A las personas mayores puede turbarles hasta el punto de congelar su vida. En el caso de los jóvenes, en cambio, el miedo puede ser una motivación, puede activarlos.

¿Pero por qué provoca tanto sufrimiento pensar en que, inevitablemente, caminamos hacia otro tipo de sociedad? Este ansia por volver al mundo de antes, ¿no es un síntoma de nuestra adicción al capitalismo?

Sí, claro. Hay una adicción al crecimiento económico, a los recursos naturales, al petróleo, a la energía… No sé si todo el mundo sufre, pero lo que es indudable es que el cambio siempre provoca miedo. Hay gente que no quiere cambiar porque tiene miedo y otra que no quiere cambiar por su propio interés económico. El mundo se ha hecho demasiado grande y está demasiado interconectado. La menor perturbación puede provocar daños considerables en toda la economía. En inglés se usan las expresiones too big to fail [‘demasiado grande para caer’] y too big to jail [‘demasiado grande para ir a la cárcel’]. Ese es uno de los principales problemas de la transición ecológica. El capitalismo es uno de los cerrojos de los que hablábamos antes. En el libro utilizamos la metáfora del coche sin control: nuestra civilización industrial es un coche con el depósito a punto de agotarse; es de noche y estamos rodeados de niebla; los frenos no funcionan, no podemos levantar el pie del acelerador, nos salimos de la carretera y los baches debilitan la estructura del vehículo; y, por último, nos damos cuenta de que el volante no funciona. Ese volante bloqueado que nos impide cambiar de dirección es el capitalismo.

En su libro usted recomienda consumir productos culturales que hablen del cambio climático. Se trata, a su juicio, de aprender a imaginar el futuro a través de documentales, películas, novelas, cómics… Ha pasado algún tiempo desde que escribió esto¿Ha cambiado su opinión? ¿No le inquieta el miedo y la ansiedad que esos relatos, casi siempre apocalípticos, puedan generar?

No, sigo opinando lo mismo. El miedo forma parte de la vida y es lógico que esté en esos relatos. Pero también hay que imaginar otros futuros mejores, otros horizontes, y sobre todo hablar de clima, de biodiversidad.

La serie El colapso se centra en cosas más siniestras. Muestra fundamentalmente el lado violento y egoísta del ser humano.

Los creadores de la serie [el colectivo Les Parasites] son amigos. La historia surgió a partir de una entrevista que nos hicieron al astrofísico Jacques Blamont y a mí y que ellos dirigieron para Thinkerview. Escribieron el guion tratando de ser positivos, la intención inicial no era dar miedo pero… no lo consiguieron. Entiendo que es difícil cuando se habla de colapso, porque en esa tesitura el miedo ocupa todo el espacio. El tema del clima, por ejemplo, no está demasiado presente en la serie. Hay un autor indio, Amitav Ghosh, que hace ficciones sobre el clima y que ha escrito un ensayo titulado The Great Derangement en el que se interroga por la ausencia de este tema en la literatura. Como científicos, los que hablamos de colapsología llegamos sólo a las cifras, al plano mental, pero para el gran público eso es difícil de digerir. También hay que hablar desde el corazón, desde las emociones, desde la imaginación. Las lágrimas están prohibidas para el científico. Es difícil ver lágrimas cuando terminas de dar una conferencia. Pero cuando tocas el corazón provocas una toma de conciencia mucho más poderosa que la que se puede conseguir con cifras. Lo ideal es combinar el rigor científico con el calor del relato. Los dos elementos son necesarios para lograr lo fundamental: mover a la acción.

¿Puede decirse que usted empezó escribiendo directamente al intelecto y que luego, en libros posteriores como L’entraide : l’autre loi de la jungle [‘El apoyo mutuo: la otra ley de la selva’], toma un camino más emocional y más político?

No exactamente. El plan inicial era hacer una trilogía. El primer tomo, que es Colapsología, es efectivamente un libro macizo, frío, seco, racional, compuesto fundamentalmente por datos que hablan antes a la cabeza que al corazón. A Raphaël [Stevens] y a mí nos sorprendió muchísimo que tuviera una acogida tan emocional, que haya conmovido a tanta gente. El plan seguía después con un segundo volumen que sería la colapsosofía, que hablaría de la sabiduría, de las historias y las emociones. Porque no se trata sólo de sobrevivir a la tempestad: hay que aprender a vivir en la tempestad. Se tituló Une autre fin du monde est possible [Otro fin del mundo es posible]. Y el tercer volumen es la colapsopraxis, en el que estamos trabajando ahora y que será un libro más colectivo y de orden práctico dedicado a la cuestión política y la organización. En él hablaremos del cuerpo en una doble vertiente: la personal, la de quien sufre el shock en su propio cuerpo, y la del cuerpo social. Al concebirlo así, en una trilogía, queríamos seguir la célebre estructura de Gilles Deleuze: concepto, afecto, perceptoL’entraide fue un libro que surgió en paralelo a estos y que ha contribuido a que el público tenga una imagen del futuro un poco más positiva y que acepte el discurso del colapso.

El confinamiento provocado por la COVID-19 despertó una cierta solidaridad entre la gente de los barrios y de las pequeñas comunidades rurales. ¿Cree que este apoyo mutuo puede ser un comportamiento permanente o está limitado a momentos de crisis?

Las dos cosas. La experiencia nos demuestra que cuando hay catástrofes puntuales e inesperadas la gente colabora de manera altruista. Y no sólo eso: reacciona de una forma extraordinaria. Surge una autoorganización casi perfecta y se actúa con una calma increíble. Es decir, ocurre todo lo contrario a lo que esperamos. Creemos que tras la catástrofe cunde el pánico, se abre una lucha de poder para manejar la organización de las cosas y se actúa de forma egoísta. Es falso. Es científicamente falso. Eso sí, cuando los efectos de la catástrofe se alargan en el tiempo el apoyo mutuo se derrite. Nosotros hemos escrito sobre los mecanismos que el ser humano ha adoptado a lo largo de miles de años para estabilizar estas redes de apoyo. El apoyo mutuo es muy poderoso pero también muy frágil. También puede colapsar en un instante. La desigualdad, obviamente, forma parte de los factores de disolución, de disgregación social. La pérdida de confianza, el sentimiento de injusticia, el sentimiento de inseguridad, todos estos son factores que pueden arruinar la solidaridad y la cooperación. Por eso, aunque surja de forma espontánea en los peores momentos, hay que trabajar en una cultura cotidiana del apoyo mutuo. Y también, claro, dejar atrás la cultura de la competición y del egoísmo que hoy es la dominante por culpa de la ideología neoliberal.

Cuando suframos la primera crisis climática grave, lo normal será que la ciudadanía reaccione con ira por la inacción de los gobiernos. ¿Ese enfado, políticamente hablando, puede traducirse en un ascenso de los movimientos fascistas?

Es muy probable, sí, pero no inevitable. Aún hay margen de maniobra. Pero si nos fijamos en la historia vemos, en efecto, que el autoritarismo suele ser una de las etapas habituales en los colapsos. En los momentos de caos siempre hay una búsqueda colérica de culpables. Se inventan chivos expiatorios para canalizar la violencia, como los judíos, los refugiados, los extranjeros… Y también se busca la protección paternal de un hombre fuerte, con el agravante de que este dictador no calma la situación sino todo lo contrario: participa del caos y trae más desigualdades, más conflicto y más violencia. Pero la cólera también puede tomar otros derroteros. La rabia es lo que anima, por ejemplo, a los y las jóvenes de Extinction Rebellion. Tienen dos eslóganes muy descriptivos: “Amor y rabia” y “Cuando la esperanza muere, la acción comienza”. Ellos pasan de promesas y de esperanzas. Ya no tienen tiempo para eso. En Francia despiertan la memoria de la lucha contra los nazis, de esos chavales que se alistaban a la Resistencia con 15 o 16 años. Hay algo muy bello en esta desesperación o en la rabia que representa, por ejemplo, Greta Thunberg. Políticamente hablando, hay que cultivar el lado bueno de la cólera, del miedo y de la desesperanza. Apelar a las emociones es arriesgado, lo sé, el éxito no está garantizado, pero tampoco tenemos muchas más opciones.

Dado que el colapso parece inevitable, su labor de activismo se basa en decirle a la gente que debe prepararse para el sufrimiento que está por venir. ¿Alguna vez tuvo dudas sobre este punto? ¿Se planteó la posibilidad de rebajar el tono para explicar esta realidad de una forma menos dura?

No. Como científico siempre he tenido pasión por la verdad. Además, intento compartir la mayor parte de la información de una forma benévola, aunque es cierto que no suelo ser muy emocional en las conferencias. Y sí, hay que aceptar el sufrimiento, la muerte, el duelo, el miedo. En el budismo, y también en otras escuelas espirituales, se enseña precisamente eso: a vivir con el dolor para vivir mejor. Yo prefiero no mentir e intentar aprender a gestionar el sufrimiento. Lo curioso de esto es que los niños, las niñas, los y las adolescentes que forman parte habitual del público me dan las gracias. Eso me emociona mucho. Me agradecen la sinceridad y la franqueza, y de repente el problema pasa a ser una cuestión de coraje, no de miedo o de dolor.

Vaya, a priori uno diría que no estamos en una época muy proclive al sacrificio y a la aceptación del dolor, y menos entre los jóvenes. La generación de nuestros padres y de nuestros abuelos sí estaba más acostumbrada a lidiar con el sufrimiento. A ellos no les asustaría un discurso como el suyo.

Tampoco creo que yo tenga un discurso tan severo. Hay otros mucho más duros y más sombríos que yo. En cualquier caso, creo que desde hace 50 años el discurso ligero no ha cambiado demasiado las cosas. En este tiempo lo único que hemos logrado es hacernos oír. Nuestro discurso antes era inaudible y ahora es audible. Y antes estaba dirigido al futuro, ahora no. Se trata del presente, de nosotros. La actual generación ha hecho clic. Los jóvenes han despertado, con amor y con rabia, y quieren hacer las cosas de otra manera, aceptando el combate, el sufrimiento, la resistencia. Ha pasado en otros momentos de crisis. Piense en las juventudes de la CNT o en los jóvenes que se alistaron a las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil. No estaban pensando en el hedonismo y en la alegría. Sabían, por convicción moral, que había llegado la hora de luchar. En este momento la metáfora del incendio es muy útil. Imagine que ve humo cerca de su casa. Usted intentará saber de dónde viene ese humo, si las llamas pueden llegar hasta su domicilio, si los vecinos que hay dentro de ese edificio son vulnerables, cómo puede ayudarlos, cómo se organiza la evacuación… Evidentemente, tendrá miedo, ¿pero qué va a hacer? ¿Acostarse? No. Bueno, pues la colapsología es exactamente eso. Hace décadas que estamos viendo el humo y sabemos que ya hay gente que está muriendo.

Fuente: https://rebelion.org/nuestra-civilizacion-es-un-coche-sin-frenos-y-con-el-volante-bloqueado/

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Uruguay: ANEP realizará encuesta con las familias con el fin de construir la educación del futuro de niños y adolescentes

«Nos importa conocer la opinión de las familias en todo el país, y queremos que nos ayuden a construir la educación del futuro», afirmó Silva.

La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) convoca a madres, padres y referentes a completar una encuesta sobre sus hijos o niños y jóvenes a cargo, para conocer sus opiniones y sugerencias acerca de aspectos vinculados a la Educación Inicial, Primaria, Secundaria y Técnico Profesional de la que forman parte. La consulta se extenderá hasta el 30 de mayo, informaron a LA REPÚBLICA desde la ANEP.

La ANEP inicia un proceso de intercambio con las familias que se extenderá hasta el 30 de mayo, en el que solicita la realización de una breve encuesta para conocer las opiniones y sugerencias de las familias acerca de la Educación Pública de sus hijos o niños, niñas y jóvenes a cargo, en los niveles Inicial, Primario, Secundario y Técnico Profesional.

La consulta podrá ser respondida por la madre, padre o referente del estudiante en unos pocos minutos. Se podrá acceder a un único cuestionario a través de distintos medios y plataformas (como la web de la ANEP, GURÍ familia, mensajes de texto con link y redes) en el que se realizarán preguntas concernientes a la experiencia educativa cotidiana de sus hijos o menores a cargo.

La encuesta consulta si existieron dificultades o inconvenientes para atender las clases durante 2020 y a qué las atribuyen, qué integrantes de la familia están más pendientes de la actividad curricular de los estudiantes, qué seguimiento y apoyo recibe el alumno en su hogar, y relevará hábitos cotidianos y de convivencia además de otras cuestiones propias del quehacer educativo.

Las familias podrán contestar por todos los alumnos a su cargo que estén cursando en la Educación Pública. La encuesta tiene como objetivo comenzar un proceso de intercambio periódico con las familias, con el fin de conocer sus opiniones y recoger sugerencias en diversos aspectos relativos a la educación de los estudiantes.

Proceso de consulta

Durante el lanzamiento, el presidente del Codicen, Robert Silva, invitó y exhortó a todas las familias para que colaboren con la educación de sus hijos y/o referentes que integran sus núcleos familiares, aportando su opinión a través de la encuesta.

«La Administración de la Educación Pública del Uruguay quiere escuchar a las familias, quiere contar y tener la opinión de cada uno de los integrantes de los núcleos familiares, ya sea que asistan al nivel Inicial, Primario, Secundario o Técnico Terciario. Nos importa conocer la opinión de las familias en todo el país, y queremos que nos ayuden a construir la educación del futuro. Hoy estamos atendiendo a lo urgente, pero lo importante son esos cambios impostergables que tenemos que promover», manifestó.

Silva valoró que durante lo que va de la pandemia «las familias, en su enorme mayoría, han hecho un gran esfuerzo, y por ello conocer su opinión nos parece fundamental».

Por último, afirmó que para la ANEP es «fundamental tomar decisiones sobre bases informadas, por lo que siempre recurrimos a nuestros equipos técnicos y generamos espacios de trabajo, para tener información que nos permita la toma de decisiones en base a evidencias y no a sensaciones».

Relación histórica

La directora sectorial de Planificación Educativa del Codicen, Adriana Aristimuño, reflexionó acerca de la evolución de los centros educativos desde el siglo XIX y su relacionamiento con las familias en paralelo. «No es lo mismo haber estado en contacto con aquellas familias, las del siglo XIX y comienzos del siglo XX, con sus costumbres, características y composición, que con las actuales, ya que existen diferentes maneras de constituir familias. Los sistemas educativos han ido acompañando esa evolución y esos cambios, apelando a una relación más fluida y profunda».

Aristimuño se refirió al enorme impacto generado por la pandemia en la vida de las familias, «que para el sistema educativo significó cambiar la manera de relacionarse, de mantener el vínculo, y de asegurar aprendizajes, trayectorias y egresos».

En este sentido, indicó que las familias han estado expuestas a altos niveles de estrés, y están mostrando síntomas de fatiga ya que «han sido puestas a prueba profundamente».

«Esta encuesta llega en un muy buen momento para completar la visión acerca de la realidad de todos los actores, ya que el año pasado realizamos relevamientos a docentes y estudiantes y nos faltaba la visión de las familias. Se trata de una encuesta muy relevante, que no solo quiere conocer lo que ha sucedido desde la pandemia en las familias, sino también saber cómo estas están acompañando a los estudiantes», concluyó.

Fuente: https://www.republica.com.uy/anep-realizara-encuesta-con-las-familias-con-el-fin-de-construir-la-educacion-del-futuro-de-ninos-y-adolescentes-id831581/
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Honduras: Claman vacunar a los maestros para aminorar calamidad educativa

El impacto del cierre del sistema educativo por COVID-19, es de los más grandes a nivel mundial, pero en Honduras, la afectación alcanza niveles superiores, pues desde antes había un rezago que ahora es más evidente.

– Apertura en educación una necesidad imperante, para evitar profundizar la crisis .

Por ello, Marlon Brevé, rector de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), es del criterio que la vacunación de los docentes es una necesidad urgente para atajar la catástrofe educativa que afronta Honduras. “La vacunación de los maestros, sí o sí debe ser ya”, dijo el académico.

En Honduras se requiere inocular a poco más de 80 mil docentes y reconstruir, en su infraestructura básica de cientos de escuelas que afrontan graves problemas de saneamiento, agua potable entre otras situaciones de emergencia.

La Escuela de Ensayo Diniosio de Herrera 

Después de más de un año de declarada la pandemia por coronavirus en el país, el sistema educativo en todos los niveles permanece cerrado, cuando ya la mayoría de países tienen avances notables en la apertura.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), las escuelas están completamente abiertas en aproximadamente la mitad de los países del mundo (107 países). Las escuelas permanecen cerradas en 30 países, lo que afecta a unos 165 millones de estudiantes, registra la organización.

Entre esos 30 países que aún tienen sus escuelas cerradas está Honduras, y de acuerdo con expertos nacionales en educación, las medidas a tomar son urgentes, pues cada día que pasa se profundiza más la calamidad abismal en el sector educativo.

El rector de Unitec, Marlon Brevé. (Foto/Archivo)

El rector Brevé, informó que ya hay acercamientos de varios sectores para tratar el retorno a clases al menos en la modalidad semipresencial, porque “ya es un tema imperativo”.

Marlon Brevé detalló que el Consejo Nacional de Educación (CNE), que es el máximo organismo de decisión de la política educativa nacional en Honduras, recién se reunió y prevén una instancia donde cada uno de los actores podrán presentar una propuesta para unificar y buscar prontas soluciones a la crisis educativa que se ha agudizado con la pandemia.

El rector de Unitec dijo que “la reunión debió haber sido desde el año pasado”, sin embargo, rescató que lo importante es que ya se retomó y se esperan avances significativos en unos dos meses.

Añadió que las medidas deben ser urgentes porque está en riesgo el ciclo escolar – “el año pasado fue catastrófico, muchas familias que están en niveles de pobreza por más que trataron que sus hijos no se desconectarán no podían pagar una plataforma tecnológica, ni siquiera pagar o ponerle más presupuesto a su teléfono”. Los índices de pobreza en el país han llegado al 70%.

Es por ello que “varios actores están diciendo que hagamos algo para reabrir”, pero están conscientes que en gran medida esto se condiciona con la vacunación al personal docente, un hecho del cual aún no se conoce su programación porque las autoridades sanitarias no terminan de inocular a los trabajadores de primera línea y la llegada de las vacunas está a la espera de los anunciados lotes.

¿Llegó el momento de reabrir el sistema educativo?

Según datos de la UNESCO, las escuelas están completamente abiertas en aproximadamente la mitad de los países del mundo (107 países).

Ante la interrogante sobre si es el momento adecuado para abrir nuevamente las clases semipresenciales, los conocedores indican que efectivamente el momento de tomar decisiones es ahora, con las condiciones de bioseguridad que no incrementen la crisis de salud.

Y para ello ya hay pautas a seguir que están dictando tanto organismos e instituciones internacionales como nacionales.

El director del Instituto de Investigación y Evaluación Educativas y Sociales (INIEES) de la UPNFM, Russbel Hernández, expuso que, junto con UNITEC, han implementado una plataforma de educación y salud.

La Plataforma es una herramienta útil que ha sido creada para que las comunidades tengan datos verdaderos de la realidad y la tomen como guía para determinar los centros que se pueden o no abrir con el sistema de clases semipresenciales.

“Nosotros como Universidad Pedagógica Nacional junto con UNITEC, hemos creado una plataforma de información científica para proveer a las comunidades y a los centros educativos y a las instancias de pensamiento. Es información valiosa sobre casos COVID-19 en la zona, en el municipio, sobre elementos de vacunación, sobre uso de información para que ellos puedan valorar la higiene”.

La misma plataforma contiene “una ficha de evaluación que también hemos creado para que sea en el contexto de la comunidad educativa que se valore la pertinencia de regresar o no a los centros educativos a la presencialidad o semipresencialidad”.

Apostilló que es preciso que las autoridades y las comunidades hagan uso de las herramientas y pautas establecidas para retomar las clases porque, “el sistema educativo hondureño está pasando por uno de sus momentos más críticos debido a la pandemia, de hecho, que ya teníamos un rezago educativo en los distintos indicadores llámese cobertura o acceso, desempeño estudiantil en infraestructura, pero esto de la pandemia ha agudizado las disparidades sociales que existen en el país”.

Seguidamente, mencionó que los impactos son fuertes, esto se refleja, por ejemplo, en la matrícula estudiantil, este año hay 350 mil niños que no se han matriculado y el año pasado el porcentaje de deserción se incrementó notablemente, de igual forma los niveles de aprendizaje.

Además, Hernández, recuerda que con la pandemia se ha visto claramente que hay una “diferencia enorme entre los que tienen recursos y los que no lo tienen”, y hay miles de niños y jóvenes que simplemente en la actualidad no tienen acceso a la educación.

Recomiendan apertura

Las principales recomendaciones del Banco Mundial están orientadas a la reapertura escolar y destacan lineamientos como: Protocolos funcionales de bioseguridad, docentes vacunados, planes de estudio priorizados entre otros.

De acuerdo a un nuevo informe del Banco Mundial, “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños. Los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia de COVID-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe”. La región de América Latina y el Caribe enfrentan una crisis de aprendizaje, extendida, incluso antes de la pandemia.

Este escrito apunta que, si las cosas estaban mal antes, podrían volverse mucho peores a menos que hagamos algo ya mismo. La pobreza de aprendizaje podría crecer más de 20%.

Por ello las principales recomendaciones del Banco Mundial están orientadas a la reapertura escolar y destacan lineamientos como: Protocolos funcionales de bioseguridad, docentes vacunados, planes de estudio priorizados, seguimiento del aprendizaje de estudiantes, programas de recuperación-nivelación y docentes capacitados.

Por su parte los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades CDC-EUA marca la pauta para la reapertura escolar con cinco pasos

1. Uso de mascarilla,
2. Distanciamiento físico,
3. Lavado de manos,
4. Limpieza de instalaciones y mejora de ventilación y
5. Rastreo, aislamiento y cuarentena de contactos, en caso de contagio.

Para la UNESCO la apertura de las clases en los distintos niveles educativos es urgente, así lo expresó recientemente su directora general, Audrey Azoulay, quien resume que “los cierres prolongados y repetidos de los centros educativos están teniendo un creciente coste psicosocial para los estudiantes, aumentando las pérdidas de aprendizaje y el riesgo de abandono escolar, lo que afecta de forma desproporcionada a los más vulnerables, el cierre total de las escuelas debe ser, por tanto, el último recurso, y su reapertura en condiciones de seguridad una prioridad”.

Vacuna para docentes si o si

El rector de UNITEC, Marlon Breve, manifiesta que es importante agilizar el proceso de vacunación de la población, especialmente de los docentes, para reactivar el sistema educativo de Honduras.

Mucho se puede hablar de reapertura y los planes pueden ser muy optimistas y funcionales, pero si no hay vacunas para los docentes poco o nada se podrá hacer el resto del año y como ya lo vaticinan expertos la crisis de educación irá de mal en peor, para convertirse en una verdadera catástrofe.

El rector de Unitec manifiesta que es importante agilizar el proceso de vacunación de la población, especialmente de los docentes, para reactivar el sistema educativo de Honduras, y los educadores deben ser clasificados como trabajadores de primera línea y tener prioridad durante el proceso de vacunación.

«Hay que priorizar la vacunación de los docentes que, a nivel nacional, alcanzaría un número de 80,000 en todos los niveles de enseñanza incluyendo públicos y privados», manifestó.

En el gremio de los docentes hay desesperanza, porque ven lejana la vacunación y con ello la posibilidad de poder retomar las clases semipresenciales, particularmente en los lugares de mayor riesgo y ponen como ejemplo que países vecinos como El Salvador más de 70 mil maestros ya han sido vacunados.

En los últimos días se conoce de acercamientos para toma de decisiones tanto en el Consejo Nacional de Educación (CNE), como en el Consejo de Educación Superior (CES), pero se teme que queden nuevamente estancados si en un periodo de dos meses no hay vacunación para los docentes y se advierte que eso sería catastrófico.

Aunque la mayoría de sectores involucrados en educación coinciden en que la inoculación para todos los maestros, debería ser el primer paso para el retorno a clases, hay quienes opinan que en los lugares de menos contagio donde el riesgo es menor se pueden retomar clases, aún sin la vacunación, tomando en cuenta que aún no hay certeza en la llegada de las vacunas, al país y tampoco se conoce en qué etapa serán incluidos los maestros.

De las escuelas a las Universidades la situación de estancamiento es similar

Ya es notable la desesperación de estudiantes de las universidades, en especial los de carreras de la salud u otras que requieren componente práctico.

Aunque hay diferencias notables en los distintos niveles educativos y la educación superior tiene varias ventajas en relación a los niveles de primaria y media, la crisis actual ha afectado a todos los estudiantes tanto de educación formal, no formal e informal.

Por ello en la actualidad, la necesidad de soluciones es para todos, y ya es notable la desesperación de estudiantes de las universidades, en especial los de carreras de la salud u otras que requieren componente práctico, y deben ser presenciales por los laboratorios o clínicas, estas carreras están estancadas porque no hay apertura de materias.

En la educación primaria, y media persiste una brecha inmensa entre los de mayores recursos con los de menos recursos, así como zonas rurales y urbanas, esto porque las condiciones de clases virtuales simplemente no son opción para quienes no cuentan con las herramientas más básicas, y en definitiva la enseñanza no está llegando a la gran mayoría.

Sumado a esto, un estudio de la Fundación Hondureña para el Desarrollo Económico (FHED), brazo del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL)-Capítulo de Honduras, indica que la infraestructura escolar hondureña se encuentra severamente dañada, ya que 5,700 centros educativos carecen de agua potable, de ellos 5,300 no tienen servicios sanitarios, lavamanos, ni fosas sépticas.

Asimismo, la fundación, que opera como brazo de investigación económica y social, destacó también que 1,011 instalaciones escolares tienen deficiencias en la infraestructura de los techos.

En las universidades se conoce que la situación es menos grave, pero aun autoridades universitarias estiman que el porcentaje de deserción durante la pandemia es entre el 15% y 20 %, tanto en el nivel público como privado.

Un estudio de la FHDE, indica que 5,700 centros educativos carecen de agua potable, de ellos 5,300 no tienen servicios sanitarios, lavamanos, ni fosas sépticas.

Pero estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), anotan que ellos siempre tienen mayor desventaja en relación a las privadas, porque cursan semestres y en los últimos días hay evidencia de que algunas universidades privadas han iniciado sus pilotajes incluso clases semipresenciales y en la UNAH, aún no hay indicios de un retorno.

A principio del actual periodo autoridades de la UNAH, habían anunciado la viabilidad de regreso semipresencial a clases, la modalidad contemplaría las carreras de las ciencias médicas, es decir, medicina, odontología, enfermería, nutrición, terapia funcional, fonoaudiología, técnico universitario en radio -tecnología, además, biología y química, pero hasta el momento no se conoce avance de este proceso.

Es por ello que grupos de estudiantes de carreras como odontología y microbiología entre otras han realizado protestas en los últimos días exigiendo respuestas.

Expectativa

Una pequeña luz alumbra el sector educativo y es que hay expectativa con los acercamientos que tienen las autoridades del sector,  que parecen no tener claridad respecto a su rol esencial , pero si logran adherirse las recomendaciones de los expertos, se espera que lleguen a tomar decisiones importantes en los próximos días, e impulsen acciones que sean determinantes, y que haya voluntad política e inversión para proporcionar herramientas básicas y así reducir la inequidad y que millones de estudiantes que están siendo excluidos logren la educación que merecen para cambiar sus vidas. (PD)

Fuente: https://proceso.hn/claman-vacunar-a-los-maestros-para-evitar-la-calamidad-educativa/

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