Desigualdad a la luz de Saber 11, exministra Parody.

Consecuencias de haber negociado todo con las Farc bajo el interés del Gobierno y no del Estado.

Por: Daniel Mera Villamizar.

En octubre de 2015, la entonces ministra de Educación celebro que “hemos logrado un sacudón a la calidad de la educación; los resultados de Saber 11 muestran la respuesta de los estudiantes frente al programa de becas Ser Pilo Paga”. De aguafiestas, anote que “el sistema responde por todos los estudiantes”, no solamente por los pilos, y que para un “entendimiento público más fidedigno” se necesitaban otros datos básicos, que el MEN tampoco ofreció en 2016.

Pues bien: aquí están algunos de esos datos y ratifican la enorme desigualdad educativa que se esconde detrás del promedio nacional del puntaje global en Saber 11, la estadística favorita para seguir engañándonos. Es como si a nadie le importara el promedio del quintil inferior o del 60 % de la mitad. Como si la distancia entre el quintil inferior y el superior no entrañara un reto mayúsculo de política pública, con variables de rural y urbano, y nivel socioeconómico.

En 2015, calendario A, el promedio global fue 250 (sobre 500); el del 20 % inferior, 191;  el de los quintiles 2, 3 y 4, 246; y el del quintil superior, 321.

Debería consternar un poco ese promedio de 191, que cerca de 120.000 bachilleres salgan con tan bajas competencias académicas. La entonces ministra vendió un “sacudón a la calidad”; así que es de suponer que observó una mejoría respecto de 2014. No fue el caso del quintil inferior, que bajó de 196 a 191 (en 2016 se movió a 194), ni del 60 % de la mitad, que bajó de 247 a 246. El único que subió fue el quintil superior, de 315 a 321 (versus 349 de calendario B). De hecho, el puntaje promedio de los colegios oficiales bajó levemente de 245 en 2014 a 244 en 2015. Sin embargo, “sacudón…”.

Si nos importan los 120.000 bachilleres del quintil inferior, ¿qué hacer? Una acción que este Gobierno prometió a partir del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, artículo 200, fue cerrar brechas; y en educación uno de los indicadores es el promedio del resultado en la prueba de matemáticas de Saber 11, a nivel municipal, con línea base de 2014 y metas en 2016 y 2018. Otro indicador relacionado es el porcentaje de cobertura neta en educación media. Planeación Nacional, DNP, estableció la brecha y el nivel de esfuerzo para superarla, y trata de realizar seguimiento.

¿Quiénes son los responsables del esfuerzo? He ahí la cuestión. Se requería un acuerdo sectorial entre DNP y el Ministerio para redirigir inversiones hacia cada uno de los cuatro indicadores en educación para cierre de brechas. Ya no se hizo ese acuerdo sectorial y muy pocos se hicieron. No hubo una política pública para cierre de brechas en educación. No es sexy hablar de los perdedores o los condenados en ruedas de prensa. Pero así como un país con aspiraciones no debe cometer la torpeza de desperdiciar el talento que ha sobrevivido a la desigualdad, tampoco puede éticamente ignorar a los que no podrán evitar el 20 % inferior.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/armas-coca-e-interes-nacional-columna-698775

Imagen: https://1.bp.blogspot.com/-3Z62EtVFHTU/V8v8fCvVk0I/AAAAAAAANEo/7nWW63L2Tzcs3Siczw0nCBlsswPK1m6QwCLcB/s400/Lwo%2BParodya%2Beducativa.jpg

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