Pedagogía de la Paz
Ana Cristina Navarro: “Necesitamos reactivar las cátedras de Paz, que están completamente muertas”
Este miércoles comenzó a operar oficialmente la Comisión de la Verdad, el órgano que contribuirá a esclarecer lo ocurrido en el conflicto armado. Semana Educación habló con Ana Cristina Navarro, su directora de Pedagogía, sobre la importancia del sistema educativo a la hora de entender lo que pasó en el país durante el conflicto armado y cómo evitar que se repita.
Entrevista a H.B. Danesh: “Tenemos que hacer currículos basados en la paz”
05 Febrero 2017/Fuente: elespectador/Autor: María Paulina Baena Jaramillo
Para el director del Instituto Internacional de Educación para la Paz, los colegios les han enseñado a sus alumnos a ser conflictivos. Su pedagogía ha sido aplicada en más de 80 países y ahora busca abrirse paso en Colombia.
Después de haber sido psiquiatra durante 30 años, el canadiense H.B Danesh decidió dedicarse a la educación para la paz. Hoy es el director del Instituto Internacional de Educación para la Paz, ha escrito 11 libros y ha viajado por más de 80 países enseñando su pedagogía.
Con un inglés pausado y voz ronca, contó que lleva 24 años estudiando la paz y que es la segunda vez que visita Colombia. Dice que lo hizo en un momento crucial, justo cuando el país se prepara para votar el plebiscito del próximo 2 de octubre. En esta oportunidad Danesh fue invitado a participar en el diálogo Escuelas, culturas y paz organizado por la Universidad Javeriana y la Fundación para la Reconciliación que busca compartir experiencias internacionales para hacerlas aplicables en las regiones.
Usted fue psiquiatra y ahora implementa programas de educación para la paz por todo el mundo. Parecen profesiones muy distantes…
Es lo mismo ser doctor y ser educador para la paz. Le cuento mi historia. Un día le dije a mi esposa que era el momento de reflexionar sobre esos 30 años como psiquiatra. Pensé en mis experiencias con individuos, familias, parejas, escuelas y comunidades, y me di cuenta de que mis pacientes siempre venían con la misma pregunta: ¿cómo alcanzo la paz?
¿Qué tipo de paz buscaban?
Algunos querían paz interna, paz interpersonal, paz en el trabajo, paz en sus comunidades. Todos querían alcanzar la paz. Esto es comprensible porque los seres humanos tenemos escritos en nuestro ADN la búsqueda constante de paz. Como doctor trataba de hacer que las personas se sintieran unidas por dentro, en sus familias, en sus comunidades. Y ahora, como educador de paz, hago lo mismo, claro que a una escala mayor.
Entonces, desde 1992 se dedicó exclusivamente a la pedagogía para la paz. ¿Qué ha descubierto durante estos años?
Después de viajar por más de 80 países entendí que todas las comunidades del planeta buscan la paz; no obstante, ninguna comunidad ha podido lograr una paz verdadera e incluyente. Este es el dilema de la humanidad. Desde una perspectiva, buscamos la paz porque somos seres inteligentes, conocemos muy bien las consecuencias de no estar en paz, pero al mismo tiempo no hemos logrado la paz en un sentido inclusivo y pleno.
¿Por qué?
Hay dos posibles respuestas: o la paz es un imposible o las maneras y caminos que estamos emprendiendo para acercarnos a ella no han sido correctos. La respuesta es lo segundo.
¿Cuál es el objetivo del Instituto de Educación para la Paz que usted dirige?
Trasformar los currículos de las escuelas y colegios del mundo. Pasar de hacer currículos basados en el conflicto a unos basados en la paz. Si nos fijamos, la educación desde la casa y el impacto de los medios de comunicación están centrados en el conflicto. Le damos mucha importancia y prioridad al conflicto. Entonces los niños crecen siendo entrenados para el conflicto, pero nunca aprenden los caminos de la paz. ¿El conflicto es necesariamente un término negativo?
Sí. El conflicto es un término negativo porque es la ausencia de unidad. La ley fundamental de la vida es la unidad, y la fuerza de la unidad es el amor. Las personas se unen para amar. El conflicto sucede cuando la unidad desaparece. Entonces la paz consiste en restablecer la unidad.
¿Cómo se aplica la misma educación para la paz si los conflictos son tan distintos en cada país?
Cada uno lo debe ajustar a sus realidades. Pero hay principios fundamentales que tienen que estar en todo el mundo, en cada currículo.
¿Cuáles son esos conceptos claves?
Los objetivos de la educación para la paz son crear tres culturas: de paz, de sanación y de excelencia. Entonces, basados en una visión de mundo que busca la paz, nuestros conceptos claves son entender la realidad, la naturaleza humana, el propósito de la vida y los principios de las relaciones humanas.
Cuénteme un poco sobre los países en donde ha trabajado y a partir de qué estrategias.
En Bosnia-Herzegovina trabajo a través de colegios, en Malawi y Sudáfrica trabajamos con gobiernos y líderes, en Canadá y Estados Unidos nos enfocamos en resolución de conflictos, en Bermuda nos centramos en jóvenes. Eso depende de a dónde lleguemos en el mundo y qué posibilidades tengamos en cada lugar.
¿Cómo abordó el conflicto de Bosnia-Herzegovina, que es el más emblemático dentro de sus programas de educación para la paz?
En 1995 se puso fin a una guerra civil de tres años que involucró a bosnios (musulmanes), croatas (católicos) y las poblaciones de los serbios (ortodoxos) que viven en esa región de la antigua Yugoslavia. Luego de la guerra, en 1999, la seguridad básica se había establecido, los refugiados estaban empezando a retornar, la economía estaba caída y las relaciones entre las repúblicas estaban normalizadas, pero tensas. De hecho, las diferencias entre los grupos étnicos estaban todavía presentes y el nacionalismo extremo aún no se había superado. Había muchas preguntas que todavía permanecían en el futuro de Bosnia-Herzegovina.
¿Y cómo las resolvió?
En el 2000 se dio inicio a un programa piloto de educación para la paz en Bosnia-Herzegovina, que involucraba a 6.000 estudiantes, 10.000 padres de familia y 400 profesores de tres ciudades, y en total seis colegios: tres de bachillerato y tres de primaria. El programa se hizo con los tres principales grupos étnicos de la región.
¿Qué piensa de nuestro proceso de paz?
Las sociedades tienen destinos y usualmente no se encuentran con ellos hasta que han pasado por períodos muy dolorosos. Creo que Colombia ya pasó por ahí y ya le llegó la hora de construir paz.
¿Qué pasa si gana el No en el plebiscito?
Las personas necesitan calmarse y reflexionar antes de votar. dejar de lado su mente febril. Pero es su decisión.
¿Recuerda alguna anécdota tratando de construir currículos de paz?
Cuando llegué por primera vez a Bosnia-Herzegovina y les hablaba de las “visiones de mundo”, dos de las cuales están basadas en el conflicto, ellos se dieron cuenta de que tenían esas visiones. Uno de ellos me dijo que no había dormido en una semana porque se había percatado de que su visión era la misma que la de su enemigo. Eran lo mismo, al fin y al cabo. Estaban en dos esquinas pensando en lo mismo, siendo lo mismo.
Fuente de la entrevista: http://colombia2020.elespectador.com/pedagogia/hace-mucho-me-amenazan-pero-no-les-pongo-atencion-shirin-ebadi-nobel-irani
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Entrevista a Ilse Schimpf-Herken y Kathy Bickmore:¿Es posible construir la paz desde las aulas?
02 Octubre 2016/Fuente y Autor: Semana Educación
Semana Educación entrevistó a dos expertas sobre la memoria en tiempos de guerra para la reconciliación y los currículos para la paz.
El próximo domingo 2 de octubre los colombianos decidirán si apoyan lo acordado en La Habana o no. Este domingo termina una campaña electoral cargada de insultos y marcada por la polarización que vive el país. Lo cierto es que Colombia necesita más que nunca un proceso de reconciliación, independientemente de las posturas políticas. Es necesario entonces seguir trabajando y reflexionando sobre cómo construir un país en paz.
En ese contexto, la Fundación Compartir y Espiral Asociados organizaron “La construcción de paz: retos de la educación”, un foro en el que convocaron del 22 al 24 de septiembre a expertos nacionales e internacionales, para hablar sobre cómo desde las aulas es posible pensar en un país diferente. Semana Educación entrevistó a Ilse Schimpf-Herken, directora del Instituto Paulo Freire de Berlín y a Kathy Bickmore, profesora de estudios curriculares y desarrollo docente internacional y comparado de la Universidad de Toronto.
Semana Educación (S.E.): ¿Cómo es posible hacer memoria durante la guerra sin que los recuerdos se conviertan en una carga que impida la reconciliación?
Ilse Schimpf-Herken (I.S.H.): Para nosotros, memoria no es contar los hechos, sino darles sentido. Sabemos que hay muchas percepciones desde cada experiencia. La memoria no es fija, la memoria es el vínculo que conecta a la narración con lo que pasó, para transformar la experiencia vivida en algo que tenga sentido, con el objetivo de no sufrir en el futuro. La memoria no es nada triste, es recordar para el futuro en común. Por eso es necesario hacer memoria en medio de la guerra, porque una guerra destruye el tejido social, hace que las víctimas se sientan impotentes e incapaces. Nuestro trabajo entonces es crear un espacio para que las víctimas puedan narrar, para entenderse y relacionarse con el otro. La víctima no necesita venganza, la víctima necesita narración.
S.E.: ¿Qué tanto contacto tiene con el Centro de Memoria Histórica? ¿Cuál es su opinión sobre su trabajo de memoria?
I.S.H.: Varios de mis estudiantes trabajan allá. Estamos muy felices de trabajar desde la educación popular, desde lo vivido y la biografía; así podemos trabajar en la reconciliación. Estamos convencidos que no hay una forma de enseñar la paz y es que no se puede otorgar la paz. La paz ya está, tenemos que hacer un ejercicio para que las personas en este proceso de posguerra se reubiquen y entiendan por qué durante la guerra actuaron como actuaron; o que simplemente por qué no actuaron y dejaron a las víctimas solas. Entonces, es importante superar la vergüenza, causada por la falta de diálogo entre las víctimas y la sociedad, para crear una cultura de paz.
S.E.: ¿Cómo hacer para que no se construyan memorias hegemónicas, marcadas por la tendencia política de quien hace memoria? Por ejemplo, hay numerosas investigaciones sobre las víctimas del paramilitarismo, pero no tantas sobre ganaderos asesinados y secuestrados.
I.S.H.: Pienso que lo que en este momentos sentimos es que en Colombia hay un gran silencio, porque hay desconfianza entre las personas. Pero en este momento tienen que posicionarse, sin embargo, les cuesta mucho encontrar una u otra posición. Por eso, la memoria puede ayudar a crear una aceptación de diferentes memorias paralelas del mismo acontecimiento. Por esta razón, en la Alemania de la posguerra empezamos con memoria histórica local, preguntamos en todas las calles qué había pasado y quién podía contar. Tratamos de organizar talleres locales para recrear la vivencia a partir de los recuerdos de las personas.
S.E.: ¿Qué hacer con estas situaciones en las que la sociedad no quiere recordar?
I.S.H.: Hay que tener paciencia, porque la vergüenza es algo que te hace callar y tú no puedes exigirle que hable. Entonces, tú tienes que crear primero muchos tejidos para que la persona ya no se sienta tan avergonzada. No es raro que no quiera contar lo que ha vivido. Por ejemplo, nuestros padres no querían hablar con nosotros, pero los abuelos ahora quieren hablar con los nietos, para no morir sin haber contado lo que les pasó. En todo nuestro trabajo tenemos que saber que a unos les hace más falta que a otros. Pero cada uno tiene la responsabilidad de sacar a la víctima del olvido.
S.E.: ¿Cuál es el papel de las instituciones gubernamentales en este proceso?
I.S.H.: En Alemania sin el gobierno no hubiéramos logrado nunca lo que alcanzamos. Cuando tú como sociedad civil estás tratando de entender lo que pasó, siempre hay una opinión pública que dice ‘ustedes siempre son los mismos; tienen una posición política y no quieren entender‘. Pero cuando el gobierno en 1975 hizo la reforma educativa, el tema de la memoria histórica hacía parte del currículo. No era el profesor que era un politiquero, sino un maestro que trataba de transmitirles a los estudiantes las diferentes memorias y el concepto que trae desde el libro de historia, para trabajar la memoria reciente o las memorias recientes.
S.E.: ¿Cómo incluir la paz dentro del currículo?
Kathy Bickmore (K.B.): Hay un currículo explícito y unas lecciones oficiales en cada asignatura. En cada materia existen unos conflictos centrales, entonces, durante las clases se puede practicar con estos problemas, con su resolución y transformación. Por ejemplo, en Ciencia se pueden abordar las discusiones científicas, las investigaciones están llenas de desacuerdos; también, es posible discutir cómo se aplican las ciencias a la vida con tecnología, políticas de salud, ambientales, ofrecer respuestas y miradas. Entonces, se puede aprender mucho de los conflictos para capacitarse y entrenarse en su resolución. Por otra parte, también hay un currículo implícito, en el que ocurren los modelos y las prácticas diarias. Ahí es importante cómo los maestros se relacionan con los alumnos, cómo los alumnos se relacionan entre ellos. Es importante reflexionar en cómo se tratan los conflictos, no sólo la violencia sino los desacuerdos. Hay varios momentos en la escuela, en los que se puede practicar la ciudadanía democrática para la paz, para participar en las soluciones, y también para criticar. Hay muchas oportunidades para cambiar el currículo explícito, pero también para que la cotidianidad sirva como un ejercicio de civilidad.
S.E.: ¿En Colombia no hay un currículo único, pero ahora que se habla de enseñar la reconciliación en el colegio, pero deberíamos ponernos de acuerdo en un currículo para la paz?
K.B.: Los conflictos son oportunidades para aprender. Si hay desacuerdos sobre el currículos, sobre el significado de las palabras como currículo, paz, justicia, podemos usarlos como modelos de diálogo. Pero necesitamos apoyar a los docentes y tenemos que reflexionar juntos, dialogar, no para tener consenso, sino para tener un tipo de relación. Podemos tener menos desacuerdo si tenemos diálogo. Eso es lo más importante. No debe ocurrir, por ejemplo, que haya en Colombia leyes de convivencia basados en el control, e inclusive, en el castigo. Porque su enfoque no es incorporar, escuchar sus preocupaciones, sino silenciar. Y eso no funciona. Necesitamos generar relaciones. Necesitamos el diálogo para que sea posible crear una paz democrática y duradera. No solamente una paz de control, porque el control con jóvenes funciona solo temporalmente.
S.E.: Muchas veces en los colegios se habla de paz, pero se queda en el discurso. Los estudiantes saben qué responder una prueba de ciudadanía y democracia. ¿Realmente es posible hacer un currículo que cree una cultura de paz?
K.B.: No creo que la escuela pueda hacerlo todo. Pero la escuela que frecuentemente contribuye a la competición y a la violencia, que enseña que la explotación de género, y de las personas diferentes, no contribuye a la paz. Y si no contribuye tenemos un gran problema, porque la escuela toca a cada familia en el país. Entonces las escuelas tienen una responsabilidad de transformar. Tenemos que usar las oportunidades dentro de nuestras materias, para interrumpir patrones de violencia, sólo así podremos contribuir a una escuela de paz. Pero es una cuestión de democratización y no de imposición. Tenemos que crear relaciones y oportunidades de participación, porque la paz no es un momento, sino un proceso para enfrentar y solucionar problemas día tras día.
Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-para-la-paz/495962
Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/9/30/496010_1.jpg
Video para entender el acuerdo del Gobierno Colombiano y las Farc sobre participación política
América del Sur/ Colombia/ Por Staff ¡PACIFISTA!/ ABC
El punto de participación política acordado en Cuba por el Gobierno y las Farc no solo es la hoja de ruta para que la guerrilla se transforme en un movimiento político una vez deje las armas. También, es una fórmula para mejorar la democracia que será sometida a la voluntad de los colombianos, como todos los acuerdos de La Habana, cuando llegue el momento de la refrendación de un pacto de paz.
En su propósito por seguir construyendo pedagogía en torno a las negociaciones, el Alto Comisionado para la Paz lanzó el segundo capítulo de una serie de videos, creada para aclarar los detalles de lo pactado en los últimos tres años de conversaciones. Esta entrega aborda el tema de participación política que fue anunciado en noviembre de 2013.
En Colombia: Alcaldes se comprometieron a hacer la pedagogía sobre los acuerdos de paz
“Todos los alcaldes son muy conscientes de la importancia de la importancia para el país de este paso tan importante, tan fundamental en nuestra historia”, dijo el gobernante en la XI Cumbre de Ciudades Capitales, celebrada en la capital del Tolima.
Los alcaldes del país se comprometieron a hacer la pedagogía necesaria sobre los acuerdos de paz, que serán dignos, responsables, y convenientes para el país y para todos los colombianos, manifestó este jueves el Presidente Juan Manuel Santos.
El Jefe de Estado hizo la afirmación durante la XI Cumbre de Ciudades Capitales, Ciudades en paz, seguras y sostenibles, que se llevó a cabo en la capital del departamento el Tolima.
Afirmó que “todos los alcaldes son muy conscientes de la importancia de la importancia para el país de este paso tan importante, tan fundamental en nuestra historia”.
“Los alcaldes están en una posición privilegiada para poder hacer esa pedagogía necesaria de los acuerdos, que ojalá terminemos muy pronto, y podamos mostrarle al pueblo colombiano cómo lo que acordamos fue un acuerdo digno y responsable, pero sobre todo conveniente para el país, conveniente para todos los colombianos”, señaló el Mandatario.
“Y los alcaldes se han comprometido para hacer de profesores, a hacer esa pedagogía y también a convocar la gente para que este plebiscito sea un plebiscito contundente, apabullante”, agregó.
Precisó que esa pedagogía servirá “no solamente para ganar un plebiscito y darle largas al posconflicto y a la paz, sino también como un punto de inflexión en nuestra historia que nos una a todos los colombianos para lograr propósitos ambiciosos, propósitos grandes como nación, porque es una oportunidad que se le presenta a muy pocas naciones en muy pocas ocasiones”.
El Presidente recordó que el Tolima fue la región donde surgieron las Farc. “Y lo que el país tiene que ser consciente es que apenas firmemos el acuerdo de paz, desparecen las Farc”, anotó.
Explicó que “este es un cambio de paradigma para un país que ha venido sufriendo la guerra por más de 50 años, es un cambio de paradigma para un departamento como el Tolima y todos los departamentos del país, porque todos los colombianos hemos sufrido de una forma u otra las consecuencias de esta guerra y todos nos vamos a beneficiar de esa paz, esa paz que nos va a abrir oportunidades que nunca habíamos visto”.
Por último subrayó que ojalá “todos los colombianos podamos unirnos alrededor de este gran propósito de construir esta paz que va a cambiar la historia de nuestros hijos y nuestros nietos”.