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Pedagogía: la gran olvidada

Rosa María Torres

Políticas educativas. La preocupación central gira en torno a los números: acceso, coberturas, metas cuantitativas, financiamiento, costos. Cuántos hay, cuántos entran, cuántos salen, qué edades, qué zonas, cuántos planteles y maestros, cuántos préstamos, qué plazos, qué intereses. Intervienen los políticos, los economistas, los abogados, los planificadores, los administradores, los estadísticos, los analistas de sistemas. Los que saben de Educación y, sobre todo, los que saben de Pedagogía, pueden brillar por su ausencia. Porque las relaciones de enseñanza-aprendizaje, el cómo se enseña y el cómo se aprende, suelen pasar desapercibidos. Para quienes no vienen del mundo de la educación, la pedagogía puede aparecer como un tema menor, un asunto de implementación y de aula.

Reforma educativa. El cambio se propone arriba, pretendiendo incidir abajo; nunca se empieza por el aula e incluso rara vez se llega a ella. Los documentos proponen cambios en la legislación y la administración, en la organización del sistema, en planes y programas de estudio, en presupuestos, en estándares, en financiamiento. Demasiado a menudo se deja de lado o para más adelante lo fundamental: los cambios necesarios en la cultura escolar, en la cultura docente, en las mentalidades sobre la educación, la enseñanza y el aprendizaje.

Formación docente. Preocupa el número de cursos, los temas a desarrollar, los certificados y las acreditaciones. Preocupa que los docentes manejen los contenidos de las materias que enseñan o van a enseñar. Su formación pedagógica -aprender a enseñar en general y cada asignatura en particular- tiene mucha menos importancia. Se asume que de algún modo se las arreglarán y que la experiencia diaria irá enseñanando, a través del ensayo y el error. Poco interesa saber si los docentes aprenden lo que se les enseña, y si eso que aprenden tiene alguna consecuencia sobre la enseñanza y sobre el aprendizaje de los alumnos.

Textos y materiales didácticos. La preocupación se centra en el contenido y la forma. Importa más el diseño de la portada, lo vistoso de las ilustraciones, el tipo de papel, que la calidad pedagógica del material en cuestión. Las editoriales están por lo general más interesadas en vender que en saber si el material es adecuado para los profesores y para sus alumnos. Un material bien diseñaddo pedagógicamente es difícil de hacer, requiere equipos interdisciplinares y toma tiempo.

Experiencias innovadoras. La mayoría de innovaciones educativas propone cambios en el ámbito administrativo, organizativo, legal, curricular. Son más bien raras las innovaciones que muerden el ámbito pedagógico, el más difícil de todos, y que apuntan a modificar mentalidades, prejuicios, prácticas. Innumerables experiencias innovadoras reproducen la pedagogía convencional.

La PEDAGOGIA ha sido y sigue siendo la gran olvidada dentro del campo educativo. El olvido viene de lejos y se repite con la organización popular y la no-gubernamental, con el gobierno nacional y el organismo internacional.

Diseñar políticas y plantear reformas educativas sin hacerse cargo de cómo enseñan y aprenden maestros y alumnos es evadir el problema de fondo de los sistemas educativos. Revisar los contenidos de la enseñanza es fundamental. Pero pretender cambiar los contenidos sin cambiar las relaciones y los métodos de enseñanza es como cambiar la carrocería del auto dejando intocado el viejo motor.

Fuente del Artículo:

http://otra-educacion.blogspot.com/2017/03/pedagogia-la-gran-olvidada.html

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España: El unicornio educativo

España/27 de Febrero de 2017/El Mundo

Si el tiempo que dedicamos en España a debatir sobre el deterioro de la educación lo empleáramos en educarnos, quizá ya no tendríamos que dedicar más tiempo a debatir sobre el deterioro de la educación. Pero como la educación sigue deteriorándose y aún no hemos perdido como especie la curiosidad por los primeros principios -todo se andará-, ayer echamos la mañana debatiendo sobre la asignatura pendiente de la educación en España, título del tercer encuentro del ciclo de ideas que organiza Unidad Editorial.

Que nadie extraiga de este exordio una conclusión precipitada. No es que crea que la educación no es importante: es que creo que es lo único importante. Tanto que quizá sea un error dejarla en manos de pedagogos. El mayor error del régimen del 78 no es la politización de la justicia, ni la cultura del pelotazo, ni que Gran Hermano haya alcanzado la decimoséptima edición impunemente: es haber abandonado la legislación educativa en manos de la moderna pedagogía.

En este momento, como en cualquier otro de la historia reciente, los políticos andan detrás de ese animal mitológico al que llaman Pacto de Estado por la Educación (PEE). El PEE es un unicornio transversal sobre el que podrán cabalgar, una vez cazado, tan cómodamente las izquierdas como las derechas, los católicos y los ateos, los partidarios del esfuerzo y los obsesos del igualitarismo. Se rumorea que Méndez de Vigo es el cazador idóneo, más que nada por la minoría parlamentaria que obliga al acuerdo; le deseamos con sinceridad la mejor de las suertes. Hará bien en escuchar a los cuatro ponentes que ayer compartieron su punto de vista sobre la cuestión, amparados en experiencias indiscutibles al frente del ministerio del unicornio: Gustavo Suárez Pertierra, Esperanza Aguirre, Pilar del Castillo y Ángel Gabilondo.

Me tocó moderarlos a mí. Uno está acostumbrado a que lo moderen, no a moderar. Resultó facilísimo, lo cual reafirma mi antipopulismo congénito: cuantos más políticos conozco, menos me gusta la gente. Bromas aparte. Si todos los políticos mejoran drásticamente como ponentes, ¿por qué fracasan luego como gestores? ¿Qué pasaría si toda la sensatez, toda la voluntad de acuerdo, todo el reconocimiento de las verdades que pronuncia el rival fueran actitudes trasladadas de la retórica al Parlamento, a despecho del interés de sigla, y plasmadas en el BOE? ¿No montaría entonces cada español sobre su propio unicornio inmaculado?

Pero no ocurrirá. No todavía, al menos, en un país que aún polemiza con los restos del general Franco. La educación no renta políticamente sino al término de una generación (15 años según Ortega), y para entonces el ministro de turno no suele seguir en política (salvo Rajoy). La reforma educativa -absolutamente necesaria, digámoslo ya, desde la guardería hasta el posgrado- sólo renta socialmente. ¿Desde cuándo el bien de una generación nutre la motivación de un político? ¿Desde cuándo su sucesor no ha llegado al cargo jurando derogar lo anterior? Por lo demás, el PEE ha de manipular sustancias tan inflamables como la religión, la ideología, la emoción paternal, la conciliación laboral. Los mantras caen sobre el bienintencionado legislador como lluvia sobre el náufrago que frota dos palitos para una hoguera. Aconfesionalidad no significa laicismo agresivo. A mi niño lo matan a deberes y su profe le tiene manía. La segregación por capacidades es el apartheid. Algo tendremos que decir los sindicatos. Los docentes no somos atendidos. Faltan recursos. Y en este plan.

La revolución digital afectará de lleno las aulas, a los programas, a los métodos. Pero el conocimiento aún no se adquiere por implantación de chips, y basta leer las noticias para descubrir que se puede ser lerdo con cinco millones de seguidores en tu canal de YouTube. Como recuerda Gregorio Luri, no hay alternativa pedagógica a los codos. Está muy bien que su hijo aprenda jugando, pero luego que no llore en unos años, cuando un surcoreano o un finés le pida otra caña en el chiringuito.

Fuente: http://www.elmundo.es/espana/2017/02/21/58ab329ce2704e3b588b45b3.html

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Pedagogía de la ternura, la que enseña a los niños a confiar en sí mismos

La educadora cubana Lidia Turner Martí opina que es un momento ideal para el movimiento pedagógico latinoamericano

Lidia Turner Martí es una pedagoga cubana con tantos títulos y trayectoria académica en su haber que demandaría varias líneas presentarla. Sin embargo, tiene una habilidad que la diferencia de inmediato de otros pensadores de la educación: logra decir de la manera más simple y emotiva las reflexiones más profundas. Habla así de escuchar a los niños y jóvenes, de dar lugar a la creatividad en las aulas y de algo más hermoso todavía: de la pedagogía de la ternura.

Doctora en ciencias pedagógicas, profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (Cuba) y autora de numerosos libros y publicaciones, Lidia Turner Martí pasó por Rosario en la semana en que la ciudad le rindió un homenaje al Che en el 85º aniversario de su nacimiento, con una serie de actividades organizadas por el Centro de Estudios Latinoamericanos Ernesto Che Guevara (Celche).

La entrevista se da luego de una larga jornada para esta educadora —que pisa los 80— de encuentros, presentaciones de libros y charlas con jóvenes y maestros. Nada le impide ser generosa con el tiempo y hablar de qué se trata eso de unir educación y ternura en un libro, del momento fantástico que vive Latinoamérica para que los educadores se encuentren en un gran movimiento, y de paso de compartir alguna anécdota de su oficio docente.

—Además de un libro de su autoría, ¿a qué más llama “pedagogía de la ternura”?

—Hemos llamado así a la base de la pedagogía martiana. Es decir, desde hace años estamos investigando, analizando, todas las obras de José Martí (escritor y patriota cubano) para extraer de ahí su teoría. El escribió pero no publicó un libro sobre teoría pedagógica. Las ideas fundamentales de su pensamiento están en cómo trabajar con un ser humano al que estamos educando, para que pueda sacar lo mejor de sí en su proceso de formación. Esa es la síntesis. Estamos probando su obra en la práctica, con niños, en las clases, con maestros o en actividades entre escolares de América latina. La respuesta es la que nos dice si es correcta, si realmente es la que nos da su fruto.

—¿Qué encontraron en común esas pruebas y ensayos sobre la pedagogía de la ternura?

—Lo común es que los niños, los adolescentes y jóvenes tienen tantas potencialidades que pueden desarrollar y que muchas veces pasan por la escuela y no las desarrollan. En este último libro que estamos editando sobre “Educación y ternura”, destinado a los docentes y padres, decimos que hay una obra importante que hacer y es la de trabajar bien con los niños todas sus posibilidades. Otra cosa que es común aquí es que los dejemos hacer. Es decir, que si piensan algo, que lo escriban; si quieren decir algo, que lo digan. Es la única manera de ayudar a su desarrollo pleno. Y algo muy importante que es acostumbrar a los niños a que confíen en sus posibilidades. Pensemos en esta clasificación, que a veces hacemos, de aventajados o no aventajados, del que sabe o no sabe. Por el contrario, esta pedagogía va dirigida a la confianza del ser humano en sí mismo, desde las primeras edades; eso le da una gran fortaleza para avanzar en la vida. Hemos tomado también el pensamiento de avanzada de Latinoamérica, donde tenemos tantos grandes pedagogos.

—¿De alguna manera propone recuperar el pensamiento latinoamericano en materia de pedagogía?

—Claro, en una charla reciente mencioné a uno muy importante: Simón Rodríguez. Hay que conocerlo, pero también tenemos que unirles otros tantos como Gabriela Mistral o el mismo Maestro Iglesias. En Cuba, estamos investigando y analizando sus aportes a la educación, porque es con ellos con quienes se enriquece. Y ese es el movimiento que debemos desarrollar: tomar nuestra visión pedagógica progresista y enriquecerla con la actual.

—Y de los maestros actuales, ¿qué rescata?

—El espíritu de innovación. Martí decía que en los maestros “crear” era la palabra de los jóvenes, igual que buscar cosas nuevas, nuevas formas y siempre innovar. Pero también eso lo dijo Simón Rodríguez con su “inventamos o erramos”. Es decir, esa idea debe darse con la creatividad, el niño y el maestro. Simón Rodríguez afirmaba que hay que enseñar a los niños a ser preguntones porque si no lo son se pueden convertir en estúpidos, en charlatanes que repiten lo que les dicen. Eso hoy tiene una vigencia tremenda. Creo que la pedagogía actual está en tomar al niño, al adolescente no como objeto, sino como un sujeto que actúa, que aprende y al que hay que escuchar. La demanda de la educación actual pasa porque aprendan por sí mismos, que no aprendan sólo porque les enseñan sino que puedan apropiarse de formas para aprender.

—Latinoamérica está viviendo un momento muy interesante de cambios políticos, con Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y la Argentina, entre otros países. ¿Cómo formar un movimiento pedagógico que los aproveche?

—Este momento es muy importante para la unidad de los educadores. Existe una organización que se creó en “Pedagogía 90” (congreso internacional) a solicitud de varios países y que es la Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe (Aelac), que ahora debe cobrar mucha más vida porque tenemos las condiciones para eso. Hay que dialogar, discutir, pasarnos experiencias de un país a otro. Esas son las primeras cosas que nos debemos los educadores. Es un momento ideal para ganar en intercambio.

—¿Qué la unió a la educación?

—Cuando estudiaba yo no pensaba en ser maestra. Llegué a dar clases por una necesidad. En esa época si no trabajaba no podía estudiar (antes de la Revolución). Por ahí llegué a la docencia, trabajando en una escuela con niños de primero y segundo grados. Pero después que se ha trabajado con niños ya no los puedes dejar. Soy de las que piensa que la vocación no nace con la gente, sino que se hace con la práctica. Ya hace 40 años que enseño en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de La Habana y no lo dejaría por nada. Uno siente el gusto de compartir, de influir sobre todo en los jóvenes.

—Si tuviera que elegir una anécdota que la haya unido a la educación, ¿con cuál se quedaría?

—Tengo un montón. Pero si tuviera que elegir, diría que una de las grandes emociones de mi vida fue y es que cada vez que estoy en lugares diferentes, en la propia Cuba o en el extranjero, y que puedo tener alguna dificultad o problema que resolver, el que me ha salvado en ese momento es un antiguo alumno. Es verdad que llevo como 60 años dando clases, pero hay momentos que estoy en un lugar, que no sé que hacer y es ahí cuando alguien me dice: “Profesora, ¿le pasa algo?” o surge esa pregunta: “Profesora, ¿usted se acuerda de mí?”. También me ha ocurrido estar en un aeropuerto y que alguien se me acerque y me diga: “Yo fui su alumno”. Cuando eso ocurre, a un maestro le reafirma lo grande que es su labor. Volvería a ser docente, maestra si tuviera que escogerlo. Porque es con el vínculo con el ser humano y con la comunicación con lo que uno puede ayudar. Me parece que esa es la alegría que sienten los educadores.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/pedagogia-la-ternura-la-que-ensena-los-ninos-confiar-si-mismos-n1237384.html

Fotografía: H.Rio

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Cooperación genuina, Nicaragua, Independencia, Escuelas

Por una pedagogía de la ternura: acompañar a cada ser desde el ser

Por: Carla Yeneris Caballero

Una participante de un curso virtual del que soy facilitadora, desde el espacio virtual de ABACOenRed1 , escribió en uno de nuestros foros de análisis que ´los seres humanos no somos objetos, incluso ni sujetos de estudio, sino esencia viva, física e intangible, abstracta y compleja, que SIENTE y hace sentir´. Me llamó mucho la atención lo expresado por ella ya que efectivamente las características que nos singularizan como seres humanos son nuestra capacidad de pensar, sentir, crear, de comunicarnos a través del lenguaje, reflexionar, proyectarnos al futuro… es decir construir una conciencia propia de nosotras/os mismas/os.

Nuestro Ser, de carácter ´EcoPerSocial´ -por la misma relación entre cada ser (cada persona), su comunidad y su contexto- se construye desde experiencias, vivencias, concepciones que nos permiten interactuar y relacionarnos con las/os demás. Van de Velde (2014, 23) nos dice que estas relaciones se vuelven ´oportunidades de interacción social que permiten la acumulación de experiencias (experienciación), experienciar la vida´ e ir construyendo una conciencia propia (concienciación), la base fundamental dentro del proceso de inserción consciente en la vida social. Y es cuando nos decidimos por relacionarnos desde lo mejor de uno/a mismo/a, desde lo que nos da vida y energía, conectándonos con el otro y la otra y proyectando lo mejor de nosotras/os mismas/os, que podemos tejer lazos significativos, positivos y perdurables con otros Seres.

Una de las críticas que se hacen a nosotras/os, las/os maestras/os o facilitadoras/es de procesos (sean virtuales o presenciales), es en cuanto a la calidad de interacción y los lazos afectivos de conexión que establecemos con nuestras/os estudiantes, es decir algo que tiene que ver con nuestra capacidad de desarrollar empatía. La empatía que mucho tiene que ver con la forma en que nos comunicamos y la apertura que tenemos al atender dudas de nuestras/os estudiantes, nuestra capacidad de comprensión de sus propias realidades, etc.

La Dra. Brené Brown2 dice que la empatía podría describirse como el “sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra”. La empatía alimenta nuestra conexión con otras/os, nos acerca. En un acto intencionado, una elección, una decisión de vinculación emocional con otra persona (otro ser) desde nuestro propio ser.

Según Brown, hay por lo menos 4 atributos de la empatía. Los comentaré entrelazando mis pensares y sentires con los pensares y sentires compartidos por participantes en cursos virtuales de ABACOenRed y estudiantes de cursos sabatinos en FAREM/Estelí- UNAN/Managua3 :

1. Tener perspectiva: poder tomar la perspectiva de otra persona o reconocer esa perspectiva como la verdad de otra persona. Esto es también reconocer la subjetividad (las mía, las tuyas, las nuestras), nombrarla y posicionarla como la mejor manera de ´objetivarla´.

Dialogar sobre la subjetividad es esencial, ya que está muy relacionada con nuestro concepto de aprender y cómo lo facilitamos. Muchas veces se busca ´objetivar´ los procesos, ´hacer evaluaciones objetivas´ para saber cuánto hemos aprendido, pero olvidamos que todo pasa por el filtro de nuestras emociones, vivencias, experiencias. Al pensar en la ‘subjetividad’, retomo el concepto de Habermas “el mundo de la vida” (en: Rodríguez, 1996) y me hace reconocer que lo esencial no viene dado por las relaciones exterior-causales que se dan entre los objetos, sino por la significatividad humana que conforma nuestro y primordial contacto con la realidad. Este mundo de los significados, los que asignamos a cada una de nuestras experiencias será diferente de persona a persona (de Ser a Ser), por tanto es muy importante que sepamos posicionarnos, con un respeto –y hasta disfrute- profundo, también desde el pensar y el sentir de la otra persona.

Una colega educadora mexicana hacía el siguiente comentario: “¿Cómo educar a quienes no quieren? Pregunta muy intensa, porque debemos partir de lo que un/a maestra/o entiende por educar y lo que significa para un/a estudiante. Ahí está reflejado nuevamente el primer paso de la empatía. Ponernos en el lugar del /de la estudiante… A veces se nos olvida lo que fue para nosotras/os tener esa ‘carga social, familiar, económica’. Hay que conectar desde el ser, desde el gusto, el placer de aprender. Pero seguimos partiendo del hecho que el/la estudiante nada sabe y las/os maestras/os les enseñaremos ‘lo que no saben’. ¿Desde el punto de vista de quién? ¿Desde la posición de quién? ¿Dónde está la empatía cuando un/una joven te dice no fui a su clase porque tuve un problema en casa? En ocasiones podríamos responder: “todas/os tenemos problemas”… ¡oh! ¡Qué manera de ser empática/o!”. Es un muy punto de análisis el que se nos propone.

Hay mucho por recorrer, pues está la otra parte donde, el/la estudiante cuenta su problema y la maestra o el maestro termina por proyectarse en él y dar respuesta a ‘su problema no resuelto’ y no a la joven o el joven que quizá no buscaba una solución sino simplemente ser escuchado/a… aquí nos adelantamos al siguiente atributo de la empatía.

2. No emitir un juicio: supone respetar e intentar comprender el valor que le asigna la otra persona, a través de una escucha atenta, sin caer en expresar un juicio de valor sobre el asunto.

Una de las funciones esenciales como maestras/os o facilitadores/as de procesos es ´escuchar´ atentamente, una escucha que nos permita abrir puertas (apertura) para el encuentro. Una escucha para desarrollar empatía (sentir tu dolor en mi corazón), la escucha como un acto de ternura.

Realmente puede parecer evidente el arte de escuchar, pero supone todo un reto para muchas/os de nosotras/os, ya que no sabemos cómo actuar frente a conversaciones difíciles cuando otros/as, familiares, amigas/os, estudiantes nos comunican sus emociones, especialmente las negativas. Conectar con las/os demás supone escuchar y entender esas emociones desde el punto de vista de la otra persona, no la nuestra, sin emitir un juicio de valor basado en nuestros criterios.

Recordar siempre que ´detrás del arte de escuchar´ existe curiosidad, un deseo, respeto, una pregunta, un interés: siempre una emoción, un sentir, un afecto. Pienso aquí en lo que implica acompañar desde el sentir para el saber.

Al pensar en este punto, deseo hacer referencia a Mario Podcamisky quien al hablar acerca de una aproximación a una comprensión de los grupos dice:

“No todos-as, al recibir la misma información, escuchan lo mismo, esta se viene a inscribir en sistemas referenciales diferentes. La posibilidad de intercambiar esta interferencia es poder escuchar la comprensión de otro, poder expresar la propia y co-construir una nueva. Al escucharse lo que piensan y escuchar lo que otros dicen, los miembros de un grupo van descubriendo nuevas formas de pensar y nuevas 5 perspectivas que permiten a las personas repensar su manera de ser, lo que creen y la forma en que direccionan su práctica diaria.”

Lo anterior implica que para acompañar a otras/os, para facilitar procesos educativos, como maestras/os, debemos dejarnos sorprender por el grupo, teniendo claro que cada espacio grupal es distinto y que, efectivamente, hay que contar con herramientas para poder guiar, coordinar y develar la información que el grupo no pueda leer o más bien poder interpretar y sistematizar lo que está sucediendo en ese espacio y así poder construir oportunidades para aprender, venciendo los obstáculos y ansiedades que puedan generarse en ese espacio de transformación.

3. Reconocer las emociones de otra persona. Debemos trabajar desde un enfoque de la pedagogía de la ternura, desarrollando nuestra sensibilidad de forma plena. Esto tiene que ver con uno de los pilares que trabajamos desde la propuesta pedagógico-metodológica de ABACOenRed y que denominamos ´ternura´, que es la expresión de nuestra voluntad genuina por compartir, por estar con otras/os, marcada por una fuerte carga de afectividad, respeto y disfrute profundo de los sentires de las/os demás desde nuestro propio corazón.

4. Comunicárselo: Si hay algo que nos caracteriza a los seres humanos es el don de la palabra, somos – como alguna vez dijera Ernest Cassirer citado por Márquez (2004) “hombres (y mujeres) parlantes”. Y es que efectivamente las palabras nos introducen en el ámbito simbólico. Las palabras no son las cosas, las representan. Toda palabra, por tanto, es una metáfora, un acercamiento al mundo que nos rodea, al nuestro y al que compartimos con otras/os.

El lenguaje es un vínculo de comunicación, de identidad, de integración. Tanto el lenguaje oral como el escrito forman la sustancia de los pensamientos y sentimientos profundos, de nuestro SER pleno, el cómo nos narramos ante el otro o la otra y ante 6 nosotras/os mismas/os. El lenguaje, y en particular la narración, permite pensar y sentir la permanencia en el tiempo, característica de nuestra identidad ´EcoPerSocial´.

El lenguaje, o la palabra, es como una puerta grande que abrimos en busca de la comprensión de nuestra vida y del entorno que nos rodea. Algunas veces esta puerta puede cerrarse, de forma brusca, o abrirse al otro / la otra en la medida en que somos asertivas/os y afectivas/os con las/os demás.

Así pues, la empatía o la pedagogía de la ternura, como le he querido llamar, implica esa conexión real que hace que las/os demás se sientan a gusto con nosotras/os y libres para expresar, para compartir, para ser ellas/os mismas/os.

Y ya para concluir estas líneas reflexivas dejo una frase que tengo muy presente cuando acompaño procesos formativos desde ABACOenRed de forma virtual y ahora en FAREM Estelí/UNAN Managua de forma presencial:

“Por EFECTO del AFECTO,…el SABOR se hace SABER,… un saber aprender desde nuestro ‘SER siendo’ ”

Nuestra empatía o la afectividad genuina –TERNURA- será pues ese sabor necesario para que se genere el saber-aprender.

Referencias bibliográficas Brown, René (s.f.). El poder de la empatía. En http://muhimu.es/comunidad/el-poder-de-la-empatia/#

Márquez, M. (2004). El arte de la lectura. Consejo Nacional de Cultura, Venezuela.

Podcamisky Garber, M. (s.f.). El rol desde una perspectiva vincular. En http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/11440

Rodríguez, T. (1996). El itinerario del concepto del mundo de la vida. De la fenomenología a la teoría de la acción comunicativa. En: Comunicación y Sociedad (DECS, Universidad de Guadalajara), núm. 27, mayo-agosto, pp. 199-214. Van de Velde, H. (2014).

Construyendo escenarios educativos, basados en cooperación genuina. ABACOenRed, Estelí, Nicaragua.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/por-una-pedagogia-de-la-ternura-acompanar-a-cada-ser-desde-el-ser

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Pedagogía y didáctica : aliadas estrategias de la educación

Por: Ángela Bohórquez S. 

Pedagogía y didáctica: aliadas estratégicas de la educación

A menudo, los conceptos de pedagogía y didáctica se entremezclan y aunque si están relacionados, existen diferencias claves en su definción.

En uno de nuestros artículos anteriores, hablamos de la definición de la pedagogía y cómo su accionar se encuentra en muchos campos de la actualidad. Asimismo, hemos explorado el concepto de recurso didáctico y como esta variedad de alternativas ayudan a que los docentes puedan tener más medios para realizar una mejor labor en el aula.

A menudo, los conceptos de educación, didáctica y pedagogía se usan indiscriminadamente sin saber que aunque guardan una estrecha relación, existen diferencias que son importantes para poder delimitar cada una de sus funciones. Cada uno de estos conceptos a su vez, tiene un protagonismo en el saber educativo y el buen maestro aprovecha cada una de estas facetas a su favor.

La pedagogía es la ciencia encargada de estudiar la formación y cómo los seres humanos aprenden. Esto, se relaciona con la educación, es el proceso de socialización de conocimientos entre individuos, que implica no solo saberes específicos como matemáticas o lectura, sino también tiene influencia de conductas y comportamientos culturales. La educación por ejemplo se puede dar en contextos diversos como el hogar o el trabajo, mientras que la pedagogía tiene una relación directa con la docencia.

Ahora, la didáctica es una rama de la pedagogía que se encarga de buscar métodos, técnicas y estrategias para mejorar el aprendizaje. Se vale de los conocimientos que ya existen en la pedagogía pero los concreta a través de recursos didácticos y además, busca monitorear el éxito o fracaso de dichas estrategias.

En el caso de la educación, existen tanto procesos formales como informales. Es posible por ejemplo aprender un idioma en un curso o viviendo directamente en el país. Aunque ambos caminos son válidos, difieren en las técnicas de aprendizaje que use el sujeto. De cualquier manera, en ambos casos se habla de educación.

Volviendo al ejemplo anterior, es posible que en el caso del curso formal para aprender un idioma exista como tal un currículo pedagógico, que guíe tanto al docente como al estudiante clase a clase. Existen cronogramas de actividades, evaluaciones, trabajos a realizar y metas esperadas al final de cada curso. En el caso de los idiomas, el marco de referencia europeo para los idiomas forma parte de la pedagogía de muchos módulos de formación.

Sin embargo, aunque exista como tal un marco pedagógico, cada docente usará estrategias distintas y es ahí donde se encuentra la didáctica materializada. Por último, la educación estudia de manera general también la forma en que se enseña y se aprende. Y al igual que la pedagogía y la didáctica, se trata de un campo interdisciplinar, presente en todas las esferas de la sociedad humana.

 

Fuente:http://compartirpalabramaestra.org/articulos-informativos/pedagogia-y-didactica-aliadas-estrategicas-de-la-educacion

Fotografía: compartir palabra maestra

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Sin educación emocional, no sirve saber resolver ecuaciones

Por ANA TORRES MENÁRGUEZ

Los grados de Magisterio no forman a los profesores en gestión de las emociones, clave para el desarrollo de los niños.

Rafael Guerrero es uno de los pocos profesores de la Universidad Complutense de Madrid que enseña a sus alumnos de Magisterio técnicas de educación emocional. Lo hace de forma voluntaria porque el programa académico de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia– no incluye ninguna asignatura con ese nombre. “Muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la regulación de las emociones y eso no se enseña en la escuela”, explica Guerrero.

Se trata de enseñar a los futuros maestros a entender y regular sus propias emociones para que sean capaces de dirigir a los niños y adolescentes en esa misma tarea. “Mis alumnos me cuentan que nadie les ha enseñado a regularse emocionalmente y que desde pequeños cuando se enfrentaban a un problema se encerraban en su habitación a llorar, era su forma de calmarse”, cuenta el docente. Inseguridad, baja autoestima y comportamientos compulsivos son algunas de las consecuencias de la falta de herramientas para gestionar las emociones. “Cuando llegan a la vida adulta, tienen dificultades para adaptarse al entorno, tanto laboral como de relaciones personales. Tenemos que empezar a formar a profesores con la capacidad de entrenar a los niños en el dominio de sus pensamientos”.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de quienes acuñaron el término a principios de los noventa, los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. La inteligencia emocional se traduce en competencias prácticas como la destreza para saber qué pasa en el propio cuerpo y qué sentimos, el control emocional y el talento de motivarse, además de la empatía y las habilidades sociales.

Tras revisar los programas académicos de los grados en Magisterio, Pedagogía, Psicología y Psicopedagogía de las univerisdades públicas españolas en 2016, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) de la Universidad de Barcelona (UB) concluyó que no existe ninguna asignatura específica de educación emocional. “Cuando pensamos en el sistema educativo, por tradición creemos que lo importante es la transmisión de conocimientos de profesor a alumno, a eso se dedica el 90% del tiempo. ¿Qué pasa con el equilibrio emocional? ¿Quién habla de eso en la escuela?”, señala Rafael Bisquerra, director del Posgrado en Educación Emocional de la UB e investigador del GROP.

Los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-, según los resultados de varios estudios publicados por el GROP. “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades que las materias académicas ordinarias no cubren. El desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado”, apunta Bisquerra.

PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

Las habilidades en inteligencia emocional son un factor importante en la prevención de trastornos psicológicos, concluye el artículo Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2012, y elaborado por un grupo de investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco.

«Muchos de los desórdenes psicológicos suelen aparecer durante la adolescencia -como los cambios bruscos de carácter, el abuso de sustancias o los trastornos en la alimentación-. Una de las causas de esos problemas mentales es la incapacidad de gestionar los estados emocionales», señala el estudio, para el que se formó a 479 adolescentes españoles de 13 años en un programa de educación emocional durante dos años.

La inteligencia emocional ayuda en dos campos fundamentales. En el intrapersonal, donde permite reducir la intensidad y la frecuencia de los estados de ánimo negativos causados por acontecimientos adversos del día día; protege del estrés y puede ayudar a mantener un estado de ánimo positivo y así prevenir la ansiedad o la depresión. En un segundo plano, el estudio señala que los adolescentes con altas capacidades para percibir y gestionar sus emociones y las de otros, presentan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias y de apoyo.

Los elevados índices de fracaso escolar -el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo sin haber finalizado la Secundaria, según datos de Eurostat-, las dificultades de aprendizaje o el estrés ante los exámenes provocan estados emocionales negativos, como la apatía o la depresión, y todo ello está relacionado, según Bisquerra, con deficiencias en el equilibrio emocional. “Focalizar las clases en las capacidades lingüísticas y lógicas exclusivamente se puede considerar una estafa del sistema educativo”, critica el docente, que ha publicado más de 15 libros sobre la materia.

Bisquerra es uno de los precursores en España de la aplicación de la educación emocional al ámbito académico. Cuando empezó a investigar en 1993, aún no existía ese término, que a finales de los noventa usó como título en una de sus publicaciones. Lo que está fallando, según el experto, para que los diferentes niveles educativos no contemplen esos contenidos es la falta de sensibilización, tanto por parte de la administración pública como del profesorado. “La regulación de las emociones consigue que los estímulos que nos rodean nos influyan lo mínimo posible. Nuestro comportamiento depende, en gran medida, de cómo nos sentimos, y ni los profesores ni las autoridades se lo toman en serio”.

En su opinión, el cambio tiene que arrancar con la formación del profesorado, con la transformación del grado de Magisterio. “En la UB no hemos convencido al número de profesores necesario como para modificar el plan de estudios. Lamentablemente, los procesos de cambio educativo son muy lentos”, añade Bisquerra, que en 2005 publicó La educación emocional en la formación del profesorado, donde propone un modelo de asignatura para los profesores de educación Infantil, Primaria y Secundaria con teoría y actividades prácticas.

Los objetivos de la educación emocional, según las guías de Bisquerra, son adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de las de los demás, prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas -que pueden derivar en problemas de ansiedad y depresión-, y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas y de automotivarse. En el año 2002 la UB lanzó su primer posgrado en Educación Emocional, que hoy también ofrecen otras universidades públicas como la de Málaga, Cantabria o la UNED, entre otras.

Una de las experiencias piloto en formación del profesorado en educación emocional la lideró en España la Diputación de Guipúzcoa que, entre 2006 y 2010, formó a más de 1.500 docentes de colegios e institutos públicos de la provincia. Bisquerra fue uno de los encargados de coordinar los cursos, así como de elaborar 14 manuales que están disponibles para cualquier docente con decenas de actividades para aplicar en el aula. La Universidad del País Vasco se encargó de evaluar los resultados. “La comprensión y regulación de las emociones por parte de los profesores redujo los niveles de ansiedad y de burnout (en español, síndrome del trabajador quemado)”, indica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco. En los alumnos, se redujo la conflictividad en el aula.

En un estudio paralelo liderado por Aritzeta, en el que se formó a un grupo de 200 universitarios en técnicas de inteligencia emocional, se demostró que tras dos años de instrucción los alumnos que habían recibido la enseñanza mejoraban sus resultados en los exámenes una media de 1,5 puntos respecto al resto de estudiantes. “Aprendieron a manejar el estrés y los niveles de ansiedad se redujeron un 18%”, asegura el docente.

Enseñar a los docentes a mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno es el objetivo principal de Rafael Guerrero, profesor de la Complutense con el que arrancaba esta historia. «Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional», señala. Enseñar a los jóvenes a afrontar problemas desde el principio y a desarrollar tolerancia a la frustración. Acabar con la frase «eso son tonterías, ponte a hacer la tarea» es la máxima que Guerrero quiere para sus alumnos y futuros maestros.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690.html

Imagen: ep01.epimg.net/economia/imagenes/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690_1485522074_noticia_normal_recorte1.jpg

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Cuba: Congreso Mundial-Países debatirán los desafíos para calidad educación

Cuba/30 de enero de 2017/Lístín Diario

Delegaciones de diferentes países del mundo se reunirán a partir de este lunes en La Habana, Cuba, para debatir los desafíos y perspectivas de la calidad de la educación, así como en la formación docente.

El Congreso Mundial Pedagogía 2017 se celebrará en Palacio de las Convenciones de La Habana, del 30 de enero al 3 de febrero, organizado por la Asociación de Educadores de Latinoamérica y del Caribe (AELAC).

Entre los principales temas que se debatirán se citan La educación en valores y ciudadana por una cultura de paz, El desempeño profesional del docente en el perfesionamiento y transformación de los sistemas educativos y La tecnología de la información y la comunicación en la educación.

Además, Políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación para un desarrollo inclusivo y sostenible, Educación ambiental para el desarrollo sostenible y la prevención de desastres, Organización y administración de las instituciones educativas y Atención integral a la infancia y la adolescencia.

También se analizarán la integración escuela-familia-comunidad por un desarrollo sostenible, Alfabetización y Educación de jóvenes y adultos y La Formación técnica y profesional de calidad, entre otros.

Fuente: http://www.listindiario.com/la-republica/2017/01/29/452176/paises-debatiran-los-desafios-para-calidad-educacion

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