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Cuba: Socializarán en Cuba experiencias sobre la enseñanza de la Biología

La Habana / 19 de abril de 2017 / Fuente: http://www.cadenagramonte.cu/

Los días 27 y 28 de abril sesionará en esta capital el Primer Taller Nacional de Enseñanza de la Biología “Rosa María Angulo Díaz-Canel”, evento propicio para socializar las experiencias pedagógicas relacionadas con esa ciencia en el país.

De acuerdo con Miosotis Betancourt, de la Comisión Organizadora, la cita tendrá lugar en el Jardín Botánico Nacional; y entre sus objetivos principales resaltan elevar la calidad de la educación cubana y la sistematización de las buenas prácticas.

Auspiciado por la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, de La Habana, en el encuentro se entregará el Premio Nacional de la enseñanza de la Biología, que otorga la Cátedra Honorífica José Román Rodríguez Angulo, de esa casa de altos estudios.

La formación inicial y permanente del profesor de Biología y la educación bioética, ambiental y para la salud, serán temáticas a debatir en el evento, en el cual se desarrollarán cursos, conferencias, trabajo en comisiones, talleres, presentaciones y ventas de libros.

Por sus aportes al magisterio cubano, la cita se realizará en homenaje a la Doctora en Ciencias Naturales y Pedagógicas Rosa María Angulo Díaz-Canel, quien fuera Presidenta de la Comisión Nacional de Planes y Programas e Inspectora Nacional de Biología de Secundarias Básicas y Preuniversitarios.

Maestros, educadores ambientales y todas las personas cuya labor contribuya a la enseñanza de esa asignatura en el país puede participar en el taller, cuya convocatoria cierra el próximo jueves 21.

Fuente noticia: http://www.cadenagramonte.cu/articulos/ver/69282:socializaran-en-cuba-experiencias-sobre-la-ensenanza-de-la-biologia

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Pedagogía de la metamorfosis

12 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Jairo Hernando Gómez Esteban

Esta propuesta pedagógica se centra en los cambios del pensamiento y de la ciencia, en nuestra relación con la Tierra y el sentido de lo humano.

La propuesta de una pedagogía de la metamorfosis (que expuse en revistas.javeriana.edu.co/index.php/MAGIS/article/view/3585/2699) se puede sintetizar en tres grandes cambios que debemos realizar para que sobreviva la especie, la civilización y la Tierra: a) cambiar nuestra forma de pensar; b) nuestra relación con la Tierra; y c) el sentido de lo humano.

Cambiar nuestra forma de pensar, como docentes, significa, por principio, por un lado; entender las diversas formas que existen de pensamiento; y por otro, cambiar los modelos que tenemos de ciencia. En efecto, en su búsqueda de aprehender y describir la inestabilidad y los flujos cambiantes de la mente humana, la psicología cognitiva y las neurociencias se han acercado a modelos matemáticos y físicos como los de los sistemas dinámicos, los cuales parten del presupuesto de la plasticidad y heterogeneidad de las estructuras del cerebro, así como de la interacción de las redes de nodos para resolver problemas simples y complejos simultáneamente; por tanto, el problema central no es la estabilidad de las representaciones sino el cambio y la distribución de los procesos cognitivos.

La cognición distribuida, que surge de la especialización perceptivo-motora como resultado de la variabilidad de la experiencia corporal, posibilita que el cuerpo intractùe, distribuya y deposite conocimiento en los objetos, que, aunque no lo hace de forma intencional, ayuda a orientar y configurar la experiencia consciente. Es lo que se ha llamado cognición enactiva, esto es, el conocimiento que se da en la acción que, por supuesto, está mediada por el cuerpo.

Por otra parte, científicos como Ilya Prigogine, ganador del Nobel de química, considera que las incertidumbres e inestabilidades, el caos y el desequilibrio de la naturaleza son los fenómenos que han llevado a plantear una metamorfosis de la ciencia. (De ahí el título de esta propuesta)

Al contrario de la física mecánica newtoniana, y que generalmente es la que se imparte en la mayoría de nuestros colegios, el paradigma del caos por el que propugna Prigogine, nos abre hacia otras posibles naturalezas, ya no fijas y estáticas, sino a la naturaleza creadora, aleatoria, irreversible e indeterminada. Una ciencia entendida en esos términos no puede ser otra que una ciencia del devenir que supone la recuperación de la incertidumbre y entiende el universo en permanente transformación.

¿Qué implicaciones tiene la metamorfosis de la ciencia para cambiar nuestras relaciones con el planeta Tierra?

Nuestra relación con la Tierra no solo es un problema ecológico y ambiental, también es, y principalmente desde el punto de vista educativo, un problema ético. La pregunta por el futuro del planeta se relaciona con algo que nos atañe a todos, a nuestra familia, a nuestra especie: en qué planeta van a vivir nuestros bisnietos. Algunos filósofos y educadores, siguiendo la ética weberiana de la responsabilidad de mis actos, la han ampliado a mi responsabilidad con la Tierra, a mi compromiso con la conservación de la naturaleza, y la consecuente preservación de la humanidad.

Entre esos educadores se destacan Frtjof Capra y Moacir Gadotti. El primero se propone formar personas “ecológicamente cultas” sin que dicho objetivo se reduzca al plano puramente material y científico, sino que debe incorporar la dimensión espiritual, la cual no tiene nada qué ver con una determinada doctrina religiosa –y sí mucho con la espiritualidad de muchas comunidades indígenas-, como medio para experimentar el sentimiento de vínculo con el cosmos.

Por su parte, apoyado en la pedagogía crítica de Paulo Freire y atendiendo los lineamientos propuestos por la Carta de la Tierra (http://earthcharter.org/invent/images/uploads/echarter_spanish.pdf) y algunos planteamientos sobre desarrollo sostenible, Gadotti, plantea una Pedagogía de la Tierra o Ecopedagogìa, que entiende como una pedagogía ética cuyo principal propósito es desarrollar “el arte de convivir”, de reconstruir la casa humana -la Tierra- de manera sostenible y prolongada. A esto lo llama ecoformaciòn, un neologismo relacionado con las historias de vida que se centran en aquellos acontecimientos cotidianos con los que se renuevan los asombros, en los que lo común se vuelve sorprendente. Al retomar estas narrativas cotidianas, al incorporarlas a nuestra historia de vida y a nuestras trayectorias vitales, la Tierra y la naturaleza adquieren un nuevo significado, una nueva dignidad.

Ahora bien, si no cambiamos nuestro sentido de lo humano y las formas de asumirnos como humanos, es muy posible que volvamos (¿o lleguemos?) a las sociedades de castas, divididas ya no solo por clases sociales, sino, principalmente, por rasgos y características biológicas y tecnoculturales diferentes.

Dicho cambio solo es posible, por un lado, asumiendo el hecho incontrovertible de que ser humano significa “ser más con los demàs” (Marx), “ser con el otro “(Heidegger); y por otro, retomando la espiritualidad como posibilidad humanizadora.

Apartándome de sus connotaciones dualistas, metafísicas y teológicas, entiendo aquí la espiritualidad como el impulso vital de seguir viviendo y creando; y, por tanto, tener un propósito espiritual -es decir, un objetivo que haga florecer la vida en cualquiera de sus manifestaciones- constituye un requisito para la salud mental y el futuro del planeta. Sin esa fuerza numinosa y creadora, sin ese impulso inmanente que busca fundirse -de nuevo- con la naturaleza y, a la vez, constituye un camino para el encuentro consigo mismo; sin ese instinto vital que lucha por recuperar el cuerpo y el planeta, no es posible entender la espiritualidad que necesitamos para cambiarnos.

En síntesis, la pedagogía de la metamorfosis retoma los cambios paradigmáticos de la ciencia en función de una ética planetaria, unos procesos de pensamiento que incluyen el entorno, el cuerpo y diversos canales de aprendizaje y procesamiento de informaciòn, y una idea del devenir humano que està articulada a la supervivencia de la civilización y de la especie mediante una espiritualidad emanada del propio cuerpo y de la naturaleza. Es una pedagogìa rebelde, insumisa, crítica, que se niega a transar con los modelos científicos dominantes, a considerar que el pensamiento hipotético-deductivo y conceptual es la etapa final del desarrollo intelectual y, sobre todo, que se rehúsa a los que quieren despojar de su humanidad y espiritualidad a esta especie que no puede esperar un futuro si no se replantea las bases mismas de su existencia.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/pedagogia-de-la-metamorfosis

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El sistema educativo para aprender, no solo para aprobar

Por: Víctor Pavón

La educación es una poderosa herramienta de la civilización para la transferencia de valores y conocimientos. Esto es lo que ya sabemos. Pero, lo que muchas veces no se toma en cuenta es que la educación requiere de un sistema coherente y facilitador de las tremendas fuerzas que de las ideas emergen. En Paraguay, el sistema educativo se expresa en la repetición continua de un modelo rezagado no solo en la relación docente-alumno, sino también en su misma pedagogía.

La raíz de este inconveniente está en su pernicioso verticalismo que, pese a las buenas intenciones de sus funcionarios, el ministerio en el ramo es el primer problema. La educación se encuentra atrapada y es incapaz de evitar las decisiones de la matriz político burocrática, como en efecto se prueba cuando miles de alumnos ingresan a aulas sin las debidas condiciones de infraestructura, lo mínimo que se exige al sistema.

La extrema burocracia, verticalismo y politización hacen difícil responder a las siguientes interrogantes que de la pedagogía emergen. ¿Qué estamos enseñando? ¿Cómo enseñamos y para qué enseñamos? Estas preguntas requieren de respuestas iluminadas no desde la concepción verticalista y burocrática, sino desde una visión participativa, crítica, reflexiva de los protagonistas de la educación; los maestros, alumnos y padres de familia.

Sin esos intercambios de ideas y propuestas no se podrá avanzar en temas relevantes como la evaluación. Los estudiosos de la educación saben que si se quiere cambiar el sistema educativo se debe abordar el modo de evaluación del proceso enseñanza aprendizaje, de modo que los niños y jóvenes comprendan y sientan lo que significa conocer y hacer más y mejor, mediante la participación activa de sus maestros, quienes deberán mostrarse motivadores y no apáticos intermediadores.

No debería sorprendernos que en el presente el sistema educativo tienda a confundir la evaluación con la calificación. Parece muy obvio decir que los exámenes no son la única manera de evaluar el aprendizaje; sin embargo, se ha dejado de lado que el propósito del buen docente es la calidad del aprendizaje de sus alumnos, por lo que pasar los exámenes y obtener títulos no son indicadores fiables de la calidad educativa.

Aprender con el fin de aprobar exámenes supuestamente cada vez más difíciles es el modelo tradicional de enseñanza que se viene implementando en los niños y jóvenes. Este modelo provoca la desidia y el desinterés de educadores y educandos, desvaloriza la educación al punto que se tienen muchos docentes pero menos maestros.

Un sistema educativo hecho solo para aprobar y no para aprender tiene fuertes efectos sobre los niños y jóvenes que así se instruyen en la creencia de que los demás se deben hacer cargo de la cultura, la política y la economía, siendo esta la mejor forma de dar cabida a los avivados de siempre que luego ocupan altos cargos en los gobiernos.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/el-sistema-educativo-para-aprender-no-solo-para-aprobar-1570889.html

 

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Pedagogía para una buena ciudadanía y transversalidad

15 de marzo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Por: Paulina Soto Muñoz

Actualmente sabemos que la formación ciudadana es una tarea fundamental para las escuelas, en países de todos los hemisferios ha alcanzado un espacio protagónico desde los ministerios o carteras de educación. En Chile por ejemplo, se ha impulsado la planificación en este sentido, como una tarea obligatoria. Países de todas partes del mundo levantan trabajos en torno al tema y la relevancia que tiene para ello la convivencia escolar.

No obstante, en la práctica ¿se trabaja conscientemente en el aula mientras se enseña matemáticas, arte, educación física, ciencias naturales, química, idiomas… por nombrar algunas asignaturas fuera de orientación? Lo cierto es que suele ser labor de psicólogos/as y orientadores/as el promover trabajo en convivencia escolar en conjunto con profesores jefes o tutores de clase que, dicho sea de paso, no siempre resultan ser quienes pasan más tiempo en la formación de sus estudiantes.

Por lo anterior, es fundamental mejorar el trabajo transversal de formación ciudadana potenciando la participación social responsable de las nuevas generaciones. Es necesario crear escuelas innovadoras, no sólo para aumentar el conocimiento sobre la sociedad, sino para transformarla desde un vívido protagonismo. Por ello se deben incluir en la formación inicial docente objetivos curriculares que apunten a estrategias de enseñanza que puedan servir transversalmente en cualquier asignatura, ocupando las habilidades personales del profesorado, no sólo como modelos de ciudadanía, sino también sus propias capacidades crítica y creativa para intencionar el currículum hacia la formación de sus estudiantes.

Un estudio realizado en tres regiones de Chile constató que existe una discrepancia importante entre lo que los profesores creen que se debe hacer en formación ciudadana y lo que en la práctica realizan en sus asignaturas, donde se vio mayor uniformidad reconociendo que casi no cuentan con recursos en su formación para ello (Reyes, Campos, Osandón y Muñoz, 2013). Por esto es que resulta importante atender a la necesidad práctica que hoy requieren los docentes en este sentido. Por ejemplo, ¿cómo puedo ocupar la enseñanza de la matemática en educación básica para potenciar el sentido de responsabilidad ambiental? o ¿cómo puede la profesora de ciencias naturales favorecer el respeto a la diversidad a partir de componentes y fórmulas?

Existen experiencias de aplicación en formación ciudadana que son fáciles de acceder desde la web, y que pueden servir como recursos de apoyo para planificar una clase de orientación, pero también para incluir actividades pedagógicas desde una asignatura diferente. A continuación entrego algunos ejemplos identificados:

La transversalidad suele ocuparse en un sentido amplio de la palabra, demasiado abstracto a veces, y tenemos que recordar que el aprendizaje concreto no es sólo para los/las más pequeños/as sino para todos y todas. El Ministerio de Educación en Chile define que la educación transversal “dota de sentido a los aprendizajes disciplinares, estableciéndose conexiones entre lo instructivo y lo formativo”.  Creo entonces, que debe ser concreto el interés también por la formación inicial docente en este sentido, de modo que para el profesorado sea una meta poder educar a sus estudiantes como potenciales ciudadanos/as dispuestos a involucrarse en una participación social activa.

Debe importarnos que la juventud que egresa de enseñanza secundaria salga con pensamiento maduro respecto lo que significa ser miembro de la sociedad donde vive, con un sentido de comunidad, no sólo con el afán de cumplir metas laborales personales. Se debe considerar el contexto y las necesidades sociales que haya que abordar desde su formación (Martinez, Silva, Morandé y Canales, 2010). Hablar de pedagogía es hablar de educación, no sólo de enseñanza.

Cada escuela es una comunidad; cada comunidad, es parte de la sociedad donde se vive; cada sociedad, es responsable de hacer un espacio justo, digno y respetable para tod@s. #Educarparacuidarnos

Bibliografía:

MARTINEZ, M. Loreto; SILVA, Carmen; MORANDE, Margarita  y  CANALES, Lilian. Los jóvenes ciudadanos: reflexiones para una política de formación ciudadana juvenil. [online]. 2010. Última década, vol.18, n.32 [citado  2017-02-14], pp.105-118. ISSN 0718-2236.
REYES, Leonora: CAMPOS, Javier; OSANDON, Luis y MUÑOZ, Carlos. El profesorado y su rol en la formación de los nuevos ciudadanos: desfases entre las comprensiones, las actuaciones y las expectativas. [online]. 2013, vol.39, no.1 [citado 14 Febrero 2017], p.217-237. ISSN 0718-0705

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/pedagogia-para-una-buena-ciudadania-y-transversalidad/

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Argentina: Mendoza será sede del IX Congreso Iberoamericano de Educación Científica

Argentina/11 de Marzo de 2017/Los Andes

Será la próxima semana en la UNCuyo. Además se sumará a esta jornada el primer Seminario de Inclusión Educativa Socio Digital.

Mendoza será sede del IX Congreso Iberoamericano de Educación Científica y del primer Seminario de Inclusión Educativa Socio Digital, que se realizarán del 14 al 17 de marzo en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).

Estas jornadas tienen como objetivo generar espacios de intercambio de experiencias de investigación e innovación pedagógica, didáctica y tecnológica, en el ámbito de la educación científica, entre docentes e investigadores argentinos con la comunidad iberoamericana.

Los especialistas trabajaran sobre la calidad de los procesos formativos de los docentes de Ciencias, formación inicial, formación permanente y formación avanzada; Pedagogía y Didáctica de las Ciencias Experimentales de las matemáticas y de las ingenierías, entre otras áreas.

Asimismo habrá mesas de trabajo referidas a la Educación para la Salud y Ambiental, Currículo de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS); Gestión y evaluación de proyectos educativos institucionales; Apropiación Social y aprendizaje de las Ciencias en ambientes educativos no formales; Investigación e innovación en educación e inclusión educativa socio digital.

El Congreso busca formar docentes, estudiantes e investigadores con capacidad crítica para la valoración y apropiación social de la ciencia y la tecnología y contribuya a tomar decisiones en el plano personal y social en una sociedad basada en el conocimiento.

Las actividades que se desarrollaran en la provincia mendocina son parte de la Cátedra UNESCO de Educación Científica para América Latina y el Caribe (EDUCALYC) de la Universidad de Alcalá y su red de Universidades.

En este ámbito también tendrá lugar el primer Seminario de Inclusión Educativa y Socio Digital con el objetivo de promover espacios de reflexión e intercambio sobre temáticas considerando los procesos políticos, culturales y sociales.

El Encuentro está dirigido a docentes e investigadores de nivel primario, secundario, superior y universitario; estudiantes de grado de la UNCuyo; extensionistas y profesionales que desarrollan acciones en espacios de trabajo no formal y ONGs regionales e internacionales.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/mendoza-sera-sede-del-ix-congreso-iberoamericano-de-educacion-cientifica

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Cómo estimular cerebros en el aula

Por: Mariana Otero

Expertos aseguran que la actividad cerebral en una clase tradicional es casi nula. Para lograr el conocimiento, se necesita la emoción. La neurodidáctica da algunas pistas, pero también genera inquietudes entre quienes piden complementarla con la psicología y la pedagogía. El adiós a las clases magistralesUn interesante camino por recorrer

¿Cómo aprende el cerebro? ¿Es posible utilizar todo el potencial que tiene para mejorar el rendimiento y, de paso, dejar en el olvido las clases magistrales?

La pregunta se repite en todo el mundo donde comienza a aparecer la neurodidáctica (la disciplina que estudia cómo aprende el cerebro) como una posibilidad de cambio. Para la neuroeducación, entre otras cosas, el cerebro necesita emocionarse para aprender.

Pero no todos están de acuerdo en incorporar las neurociencias en las escuelas ya que, sostienen, es necesario que se complementen con la psicología educacional y la pedagogía. Además, todavía la fusión entre pedagogía y neurodidáctica es incipiente, y hay un largo camino por recorrer ya que supone un cambio en el paradigma tradicional educativo.

A las puertas de un nuevo año escolar, ¿es posible imaginar cambios basados en la neurociencia? ¿Se corre el riesgo de caer en una mirada biologicista que deje de lado la historia personal, el contexto socioeconómico y la dinámica áulica a la hora del aprendizaje? ¿Qué aporta la neurodidáctica?

“Se sabe que debido a los procesos de neurogénesis estamos en constante aprendizaje. Según estudios neurológicos, la capacidad de aprender se basa en la plasticidad del cerebro, la cual puede estimularse con el uso. Por tanto, la única manera de mantener la salud mental es estar atentos y curiosos a nuevos aprendizajes”, explica Marilina Rotger, neuro­psicoeducadora y maestra de primaria.

Para Rotger, la sorpresa, la motivación, la emoción, el deporte, la buena alimentación, la novedad o el trabajo en equipo son indispensables para favorecer el conocimiento. “No aprendemos al memorizar sino al experimentar, al involucrarnos y poner el aprendizaje ligado con la experiencia propia, los intereses y los ambientes que sean compatibles con nuestro cerebro”, indica Rotger.

MIRÁ. El adiós a las clases magistrales

Profunda

Así, la información novedosa se almacena en el cerebro de manera más profunda. “Diferentes estudios demuestran que la actividad cerebral registrada durante una clase es similar a la encontrada viendo televisión, es decir, prácticamente nula. El cerebro necesita emocionarse para aprender. Cuando adquiere información novedosa la procesa en el hemisferio derecho, afín con la intuición, las imágenes y el pensamiento creativo”, plantea Marilina Rotger.

Por tanto, el lenguaje y el discurso de tipo académico, dice la especialista, “no juegan un papel significativo en el aprendizaje”. Por el contrario, enfatiza: “Fomenta que los estudiantes lleven su atención hacia otros intereses, dado que no perciben nada del contexto que les cause placer”.

Magdalena Cáceres, médica especialista en neurología, explica que el ambiente y las demás personas ejercen una gran influencia en el desarrollo del cerebro.

“Es un órgano excepcionalmente plástico; es decir, capaz de cambiar estructural y funcionalmente frente a las experiencias, modificando los circuitos neurales existentes o creando nuevos”, indica Magdalena.

Y agrega: “El aprendizaje pone al descubierto esta posibilidad del cerebro humano de modificarse a sí mismo para adaptarse, aprender, adquirir habilidades y responder al ambiente. A este fenómeno se lo llama neuroplasticidad”.

Rotger insiste en que para entender cómo aprende el cerebro es importante conocer cómo siente; cómo procesa y almacena información.

“Los docentes pretendemos llegar a las redes cognitivas racionales con la información que damos a nuestros estudiantes, pero antes la información debe pasar por redes instintivas emocionales, por su cerebro emocional”, plantea. “Existen neurotransmisores que favorecen y ayudan en estos procesos si sabemos activarlos en los estudiantes”, remarca Rotger.

Para lograrlo, dice, los alumnos deben alcanzar el “circuito de recompensa”, que se conoce con las siglas DAS: la “D” es dopamina, la “A” es noradrenalina y la “S” serotonina.

“Si logramos motivar y emocionar a nuestros estudiantes en una clase, se activarán sus neurotransmisores del placer, la dopamina. Esta activará el neurotransmisor de noradrenalina, preparándolos para la acción que los motivó y, luego de realizar el proceso, se generará serotonina, volviéndolos al estado normal”, sostiene.

ANÁLISIS. Un interesante camino por recorrer

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En una entrevista publicada por el diario El País , de Madrid, Francisco Mora, doctor en Medicina y uno de los máximos referentes de la neuroeducación en España, explica: “Sabemos que, para que un alumno preste atención en clase, no basta con exigirle que lo haga”, insiste. El cerebro no aprende sobre la base de discursos.

“Más vale asistir a 50 clases de 10 minutos que a 10 clases de 50 minutos”, puntualiza Mora.

En la misma línea, Jesús Guillén, profesor de la Universidad de Barcelona y uno de los creadores de “Escuela con cerebro” –un blog sobre neurociencia aplicada a la educación–, plantea que, en promedio, entre el 70 y el 80 por ciento del tiempo en el aula transcurre con un profesor que habla.

Sin embargo, sostiene, investigaciones revelan que, cuando se cede protagonismo al alumno, el rendimiento aumenta.

Ciclo lectivo. Cuántos alumnos estudian en Córdoba.

Nivel inicial. 123.183 alumnos: 87.159 en escuelas estatales y 36.024 en privadas.

Primario. 347.736 alumnos: 251.325 en estatales y 96.411 en privadas.

Secundario. 318.540 alumnos: 189.564 estatales y 128.976 en privadas.

Especial. 7.221 alumnos.

Adultos. 57.423 alumnos.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/como-estimular-cerebros-en-el-aula

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