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Venezuela: Infancias, Educación y Trabajo: miradas desde el Pensamiento Decolonial

Te invitamos a este espacio académico  presencial y virtual para la reflexión y el análisis de las diferentes categorías sociales, culturales e históricas  relacionadas a las infancias desde una mirada otra, critica y pro-positiva‍♀️. Con la participación de ponentes nacionales e internacionales y dirigido a estudiantes de pregrado y posgrado, movimientos sociales, instancias del sistema de protección y público en general.

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Coordinadora Regional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (CORENATS)

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El Pensamiento Decolonial: 30 Textos en PDF

Por: bloghemia.

El concepto decolonialidad da cuenta del pensamiento que analiza críticamente la matriz del poder colonial que, en el capitalismo global persiste bajo formas de conocimiento totalizantes que reafirman el binomio dominador-dominado.
Distintas prácticas, voces, se situan como espacios transdisciplinares que abren nuevas epistemologías del conocimiento más allá de las jerarquías epistémicas globales. Se trata de pensamientos que se producen desde un conocimiento situado; desde identidades y espacios geopolíticos históricamente subalternizados, que imaginan y accionan otros modos de habitar el mundo. Plantear la producción de imágenes desde una estética decolonial, supondría, de acuerdo a estos conocimientos críticos, desmontar la representación eurocentrista, sexista, racial y patriarcal que aun rige el canón visual del pensamiento hegemónico. Pensar las prácticas audiovisuales en clave decolonial, supondría también ponerlas al servicio de los grupos y movimientos sociales que aspiran a abrir horizontes pluriuniversales

Aunque la colonización formal y explícita terminó con la descolonización de las Américas durante el siglo XIX y la descolonización de gran parte del sur global a fines del siglo XX, sus sucesores, el imperialismo occidental y la globalización perpetúan esas desigualdades. La matriz de poder colonial produjo una discriminación social que eventualmente se codificó como «racial», «étnica», «antropológica» o «nacional» según contextos históricos, sociales y geográficos específicos (Quijano 2007: 168). La decolonialidad surgió en el momento en que se estableció la matriz colonial del poder durante el siglo xvi. Es, en efecto, una continua confrontación y desconexión del eurocentrismo: la idea de que la historia de la civilización humana ha sido una trayectoria que se apartó de la naturaleza y culminó en Europa, también que las diferencias entre Europa y no Europa se deben a diferencias biológicas entre razas, no a historias de poder (Quijano 2000: 542).

En este sentido, el pensamiento descolonial es el reconocimiento y la implementación de una gnosis fronteriza o una razón subalterna (Mignolo 2000: 88), un medio para eliminar la tendencia provincial a pretender que los modos de pensamiento de Europa occidental son de hecho universales (Quijano 2000: 544). ). En sus aplicaciones menos teóricas y más prácticas, como los movimientos para la autonomía indígena, como el autogobierno zapatista, la descolonialidad se denomina «programática» de desvinculación de los legados contemporáneos de la colonialidad, una respuesta a las necesidades. no satisfechos por los gobiernos modernos de derecha o de izquierda, o, más ampliamente, movimientos sociales en busca de una «nueva humanidad» (Mignolo 2011: 52) o la búsqueda de la «liberación social de todo poder organizado como desigualdad». , discriminación, explotación y dominación ”(Quijano 2007: 178).

Aquí les dejamos varias obras sobre el Pensamiento Decolonial:

Hacia una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza
Acosta, Alberto
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La Naturaleza con Derechos. De la Filosofía a la Política
Acosta, Alberto y Martinez, Esperanza (Comps.)
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Agua. Un derecho humano fundamental
Acosta, Alberto y Martinez, Esperanza (Comps.)
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Una imagen de Africa: racismo en el corazón de las tinieblas
Achebe, Chinua
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Arte y Espacio Público
Albán Achinte, Adolfo
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Ruta del Esclavo
Albán Achinte, Adolfo
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Los tormentos de la materia
Alimonda, Héctor (Comp.)
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Ecología Política – Naturaleza, Sociedad y Utopía
Alimonda, Héctor (Comp.)
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Políticas Públicas Ambientales Latino-Americanas
Alimonda, Héctor (Coord.)
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La Naturaleza Colonizada
 Alimonda, Héctor
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Teorías sin Disciplina 
Cástro – Gómez, Santiago & Mendieta, Eduardo
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Pueblos Indígenas, Estados y Democracia Dávalos Pablo (Comp.)
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Naturaleza del poscolonialismo – Del Eurocentrismo al Globocentrismo 
Coronil Fernando
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Michael Focault y la Colonialidad del Poder 
Focault Michael
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Los Desafíos Decoloniales de Nuestros Días; Pensar en Colectivo Borsani Ma Eugenia – Quintero Pablo
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La Teoría Marxista Hoy. Problemas y Perspectivas 
Boron, Atitlio A. ; Amadeo, Javier, Gónzalez, Sabina
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La Reestructuración de las Ciencias Sociales en América Latina 
Castro-Gómez, Santiago
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La Poscolonialidad Esplicada a los Niños Castro-Gómez, Santiago
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La Historia frente a un Presente 
Perpetuo Jerome Baschet
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La Hipótesis de Justo
Aricó José
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La Economía Ecológica y Solidaria Barkim David & Lemus Blanca
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Genealogías Críticas de la Colonialidad en América Latina, África, Oriente UNSAM
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Estado, Capitalismo y Democracia en América Latina
Boron Atilio A.
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¡Es el petróleo, estúpido! – Petróleo y Revolución. Una Visión General 
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El Eurocentrismo. Crítica de una Ideología
Samir Amin
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El Derecho como Arma de Liberación en América Latina
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Discurso sobre el colonialismo
Descargar
Fuentes de los documentos: https://www.bloghemia.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-30-textos-en.html?fbclid=IwAR21wwPTZNIzN3hePJePeiAibVHbWdQoIbOZb8hISZSfrF2Cel6LyYYTl2U
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Boaventura de Sousa Santos: Descolonizar el Saber

Por: Bloghemia.

 

Académico portugués, experto en el campo de las ciencias sociales, particularmente en las áreas transdisciplinarias del derecho, la sociología, la economía y la epistemología, es el ganador del Premio México de Ciencia y Tecnología 2010, por sus numerosas investigaciones comparativas, dirigiendo equipos multidisciplinarios, sobre diversos temas de su especialidad en países europeos, africanos y de América Latina. 

Además de su crítica al derecho como instrumento de dominación y control, basado en diversas investigaciones de campo en distintas áreas del mundo, ha abierto nuevos caminos del análisis crítico y de la investigación participativa.

La obra de De Sousa Santos ha influido en el pensamiento social crítico contemporáneo, rompiendo con las teorías postmodernas más convencionales y profundizando en la crítica radical de los enfoques hegemónicos con el rescate de conceptos tales como la emancipación y la interculturalidad. Boaventura de Sousa Santos nació en Coímbra, Portugal el 15 de noviembre de 1940.

Cursó su doctorado en Sociología del Derecho en la Universidad de Yale, siendo una de sus principales preocupaciones el acercamiento de la ciencia de “sentido común” con vista a ampliar un acceso al conocimiento. Sus escritos se dedican al desarrollo de una Sociología de las Emergencias, que pretende valorizar las más variadas gamas de experiencias humanas, contraponiéndose a una “Sociología de las Ausencias”, responsable del desperdicio de la experiencia.

Sus numerosas investigaciones han concluido en diversas publicaciones en portugués, español, inglés, alemán y francés, y han contribuido a redefinir la orientación del pensamiento social contemporáneo, con fuerte impacto en América Latina. Defensor de la idea de que los movimientos sociales y cívicos fuertes son esenciales para el control democrático de la sociedad y el establecimiento de formas de democracia participativa, fue inspirador y miembro fundador en 1996 de la Asociación Cívica Pro Urbe (Coimbra). Es director del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de Abril de la Universidad de Coímbra.

Es profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison. Es actualmente uno de los principales intelectuales en el área de ciencias sociales, con reconocimiento internacional, con especial popularidad en Brasil, principalmente, después de su participación en varias ediciones del Foro Social Mundial en Porto Alegre. Es uno de los académicos e investigadores más importantes en el área de la sociología jurídica a nivel mundial. Su trayectoria reciente está marcada por la cercanía con los movimientos organizadores y participativos del Foro Social Mundial y por su participación coordinando la elaboración de una obra colectiva de investigación denominada “Reinventar la Emancipación Social. Para Nuevos Manifiestos”.

Algunas de sus publicaciones son: “Democratizar la democracia: los caminos de la democracia participativa” [México, Fondo de Cultura Económica, 2004], “Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social” [Buenos Aires, CLACSO, Siglo XXI, 2009], “Sociología jurídica crítica. Para un nuevo sentido común en el derecho” [Madrid: Trotta, 2009], “Refundación del estado en América Latina. Perspectivas desde una epistemología del Sur” [Lima, Instituto Internacional de Derecho y Sociedad, 2010], “La universidad en el siglo XXI. Para una reforma democrática y emancipatoria de la universidad” [Montevideo, ediciones Trilce, 2010].

Fuente: Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República de México. Consejo de Premiación

Aquí les dejamos el libro de Boaventura de Sousa Santos, para su consulta académica :

(Libro Digitalizado y publicado por la página http://www.boaventuradesousasantos.pt ) 


Descolonizar el Saber 

Fuente del documento: https://www.bloghemia.com/2019/04/boaventura-de-sousa-santos-descolonizar.html
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El Pensamiento Decolonial en ‘Nuestra América’ de José Martí

Por: Fernando Limeres Novoa.

Yo sé que el necio se entierra

con gran lujo y con gran llanto.

Y que no hay fruta en la tierra

como la del camposanto.

                                           José Martí

El genocidio, en particular el genocidio perpetuo que se abate sobre América, es muy distinto de otros genocidios, por supuesto tremendos, pero que se encuentran acotados en su espacio temporal.

A lo largo de la historia se cometieron numerosas aberraciones que grupos étnicos o estados nacionales enmascararon con distintos ropajes para eliminar a los Otros, al que se desviste de memoria y se le sustituye el futuro, se lo desnuda de su condición de hombre y se lo invisibiliza para luego exterminarlo

Marcelo Valko

Colonialidad colonialidad del poder supone una modalidad de poder específica de la modernidad. Su génesis es la conquista de América en tanto que su consecuencia preponderante radica en el establecimiento de la hegemonía europea a escala planetaria. De este modo, modernidad  y colonialidad constituyen conceptos concomitantes. En contraposición, pensar de modo decolonial implica un esfuerzo por arraigar la reflexión, esto es, contextualizar su desarrollo discursivo: el primer movimiento es excluir apriorismo. Significa, en el campo de las ciencias sociales, no someter la experiencia americana a la teorización de conceptos exógenos sino, por el contrario, diseñar categorías propias que articulen una narrativa científica desde la perspectiva americana, es decir, desde la perspectiva de los colonizados.

Cuando empezamos a pensar desde este lugar llamado América latina, poco a poco se nos fue apareciendo el problema que ahora da que pensar, el pensar en toda su radicalidad. Esto aconteció cuando descubrimos que el problema central del pensar era la vida, es decir, la vida humana y la vida de la naturaleza, esto es, la vida de todos nos-otros y no solo la vida de los pobres latinoamericanos (…) Dicho de otro modo, tal parece que ahora el pensar debe ponerse al servicio de aquello que nos hizo posible, para que siga siendo posible la vida de todos, o, para decirlo de otra manera, parece que el problema del pensamiento no es el pensamiento mismo sino la producción de la vida (Bautista 2014, 76).

El ilustre precedente de Bautista es Martí. En efecto, Martí opera de este modo en su celebérrimo artículo “Nuestra América” (1891). Texto cuyo valor primordial es establecer los postulados básicos para que el determinante posesivo no solo se mantenga en el título sino en la realidad extratextual de todo el continente. Porque, en definitiva, a lo que apela el título es a que los americanos asuman América como proyecto propio, aun cuando hayan alcanzado la emancipación política sin la intelectual. Entonces, ¿cómo consolidar la primera sin haber logrado la segunda?

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con al que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engulllendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra (Martí1891).

Este comienzo se organiza desde el punto de vista formal como el introito de los ejemplos medievales. Sin embargo, sus propiedades formales no valen per se, sino que se subordinan, desde la perspectiva pragmática, a interpelar a sus lectores. Moralizar sí, pero ni religiosa ni éticamente sino políticamente. En efecto, el contenido se organiza a partir de la crítica de un caso; de esta manera, Martí emplea una estructura inductiva: parte de lo particular para comunicar un mensaje que atañe a lo general; generalísimo y omnicomprensivo dado que se dirige todos los americanos. Pero, ¿en qué radica el componente decolonial? Martí es un poeta, poeta revolucionario, por lo que su mensaje será codificado poéticamente;  constituye un mensaje decolonial en dos aspectos: primero, supone una advertencia respecto de la voracidad imperial de Estados Unidos; segundo, adquiere un tono exhortativo a fin de que América se gobierne a sí misma, esto es, mediante instituciones genuinamente americanas. Además,  un encadenamiento metafórico determina “Nuestra América” en términos de género como una alegoría; una alegoría de significación decolonial.

Así, critica la vanidad del aldeano causada por un prejuicio que confunde lo universal con lo particular arraigado en su engreimiento. Es menester apuntar que la vanidad para el catolicismo constituye uno de los  siete pecados capitales (además de un modo de idolatría), mientras que para Nietzsche la vanidad es el temor a parecer original. En efecto, la idolatría del aldeano funciona en dos direcciones de significación complementarias: en primer lugar, su equívoco (confunde lo ajeno con lo propio: el mundo entero es su aldea)Segundo, da por bueno el orden universal.Ambos equívocos persiguen intereses egoístas. Principalmente políticos, con tal que él quede de alcaldey económicos, “le crezcan en la alcancía los ahorros.

De esta manera, la conveniencia política y económica determina para el poeta cubano la colonialidad del poder en manos del aldeano americano que en resumidas cuentas se traduce como un subterfugio que  maquilla discursivamente un interés individual en términos de beneficio colectivo. Es así como la creencia en la bondad del orden universal funciona como coartada del movimiento anterior y profundiza su falsedad ya que el “bien”, en el contexto de la reflexión axiológico, no puede sino beneficiar a la totalidad de la humanidad; nunca a uno a costa de otros.

Por otra parte,  en la línea de Nietzsche, la sobrevaloración interesada del orden universal, idealizado, esto es, no examinado en sus condiciones históricas, implica la infravaloración interesada del orden particular al que pertenece el aldeano. Ya que si la originalidad absoluta es un mito; la mímesis perfecta como garantía de eficacia lo es también. Sin embargo, para Martí, más que una falta privada concerniente a la moral individual; la vanidad conduce primero a un error epistemológico  y a la prolongación de una configuración social colonial, después. En razón de que la adjetivación del orden con el calificativo bueno encubre sus  condiciones materiales e históricas que lo han determinado. Dado que su afirmación en tanto creencia no puede plasmarse lingüísticamente más allá de su calificación; esto es, nunca podrá enunciar un discurso racional que dé cuenta de sus contradicciones. En consecuencia, la adjetivación establece el límite discursivo formal y de sentido, no solo por lo que explicita: la fe en una condición positiva que parece inherente al ordenamiento universal, pero que nunca es explicada sino fundamentalmente por lo que se excluye del discurso. En este sentido, Martí en su crítica al concepto de universalidad anticipa en más de un siglo el desarrollo del concepto de la colonialidad del poder. Para Mignolo (2005) “La geopolítica y la política corporal del conocimiento se ocultaron mediante su sublimación en un universal abstracto proveniente de Dios o de un yo trascendental.

Para Martí no solo la vanidad crédula del aldeano se define por lo que enuncia y omite, sino también por lo que ignora. Así el equívoco no solo sucede por asignar un valor positivo a un orden no analizado, sino por la consecuencia principal de lo anterior: desconocer las amenazas que ese mismo orden entraña. Desconocer significa no contextualizar el peligro que se cierne sobre la soberanía política y económica de América.  Desconocimiento expresado mediante la metáfora de  los gigantes que llevan siete leguas en sus botas. Charles Perrault popularizó en el siglo XIX el motivo de las bottes de sept lieues, provenientes del folklore europeo. En rigor, constituyen un elemento mágico que permiten que su usuario se desplace a gran velocidad y realice una hazaña heroica. Así la poética martiniana metaforiza la hegemonía yanqui y europea mediante la hipérbole organizada en dos miembros: gigantes + siete leguas. Por ende, frente a este poder inmenso, la conciencia americana -antialdeana- debe despertar y armarse.

————–página 3————–

En este sentido, el poeta cubano exige de los americanos una actitud épica; de aquí el símil con los personajes del escritor sevillano Juan de Castellanos (1522-1607), presentes en su poema épico Elegías de varones ilustres de Indias. De este modo, frente a los gigantes de siete leguas, Martí aboga por una actitud épica, pero una épica no de la gesta, sino de la reflexión; una épica de las ideas, una épica del valor creador del pensar (…) con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra (Martí 1891, 3).

Para terminar,  podemos afirmar que en “Nuestra América”, Martí anticipa muchos de los temas que ocuparán la reflexión de los principales teóricos de la colonialidad: la crítica de la mentalidad del colonizado ejemplificado por el aldeano vanidoso, el peligro para América del imperio estadounidense, la condena de la superstición eurocéntrica y el análisis de las formas culturales autóctonas no solo para superar la anterior, sino para constituir gobiernos y estados en auténtica relación con las necesidades de sus colectividades. De aquí no solo proviene el mérito de “Nuestra América”, sino  su actualidad y el imperativo de repensar su mensaje.

Referencias

Bautista Segalés. Juan José. 2014. ¿Qué significa pensar desde América latina?. Madrid: Akal.

Fernández Retamar, Roberto. 2015. ¿Cuál es la literatura que inicia José Martí”?. Cuba:Cubadebate.

Martí, José. 2002. Nuestra América. Jalisco: Universidad de Guadalajara.

Martí, José. 2009. Versos sencillos. Madrid: Cátedra.

Mignolo, Walter. 2005.  La idea de América latina La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.

Valko, Marcelo. 2013. Pedagogía de la desmemoria. Buenos Aires: Peña Lillo-Ediciones Continente.

Cite este post:

Limeres Novoa, Fernando.  2019. El pensamiento decolonial en ‘Nuestra América’ de José Martí. Blog nuestrAmérica, 23 de enero, sección Columnas. Acceso [día de mes de año]. https://rvnuestramerica.blogspot.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-en-nuestra.html

Fuente del artículo: https://rvnuestramerica.blogspot.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-en-nuestra.html

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Venezuela: Instituto para la Descolonización es necesario para concretar la independencia absoluta

América del SUr/Venezuela/ Elcorreodelorinoco

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, consideró este miércoles, que un instituto para la descolonización de la vida es necesario para concretar la independencia absoluta, en la reunión con los intelectuales que participaron en la III Escuela de Pensamiento Crítico Descolonial en Miraflores.

La III Escuela de Pensamiento Crítico Descolonial, se instaló el lunes, 22 de octubre, en el auditorio Juan Bautista Plaza del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas y concluyó este miércoles 24 de octubre.

“Creo que esta jornada apunta en la dirección que hemos venido construyendo y la propuesta de un instituto para la descolonización de la vida, del pensamiento (…) me parece una propuesta profundamente necesaria, para darle coherencia a la acción y avanzar en diferentes procesos de la sociedad para concretar a la independencia absoluta”, expresó el Presidente obrero.

En este sentido, afirmó que, “cuando el profesor Enrique Dussel (filósofo, historiador y teólogo argentino), habla, lo entendemos. Hablamos el mismo lenguaje, somos la misma tribu”.

“Hay que descubrir cuales son los procesos que nos llevan a la descolonización real, de la cultura, de la política, de la educación, de lo militar y económico del país”, acotó y agregó que después

Ernesto Villegas designado responsable político del Instituto de la Descolonización

El jefe de Estado venezolano opinó que agregaría , “como una linea del Plan de la Patria 2019-2025, una línea descolonial y la asumo plenamente y estoy de acuerdo que este directamente conectada a la Presidencia de la República”. Para ello, designó, como responsable político y enlace, para crear el Instituto de la Descolonización, pero “con un sentido muy práctico”, al ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/instituto-descolonizacion-necesario-concretar-independencia-absoluta/

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Entrevista a María Natalia Lisa, investigadora del CONICET- UNR “Las lógicas de ejercicios de poder en la Ciencia son las que queremos desafiar desde una perspectiva feminista”

La bióloga estructural María Natalia Lisa resultó seleccionada en el premio de la revista científica Nature Research, certamen que promueve la perspectiva de género en el quehacer científico y distingue a mujeres destacadas en las áreas de STEM.

María Natalia Lisa es Licenciada en Biotecnología y Doctora en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).  En 2011, comenzó sus estudios postdoctorales en el exterior, primero en el Instituto Pasteur de París y luego en el de Montevideo.

Tras siete años fuera del país, volvió a Argentina a principios de 2018 e ingresó a la carrera de investigador científico del CONICET. Actualmente, se desempeña como Directora de la Unidad de Cristalografía de Proteínas del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), centro de investigación dependiente del CONICET y la UNR.

Desde su estadía en París, estudia mecanismos moleculares en la tuberculosis, enfermedad que en la actualidad causa cerca de dos millones de muertes en el mundo al año. Allí empezó a investigar vías de transducción de señales en el agente causal de la tuberculosis, tratando de estudiar la respuesta que la bacteria desarrolla para sobrevivir, con el fin de diseñar, eventualmente, nuevos antibióticos o vacunas contra ella.

Hoy, en el IBR tiene el objetivo de seguir profundizando sobre la tuberculosis, aunque también busca abrirse hacia otras temáticas: investigar sobre el diseño de nano-estructuras proteicas bio-inspiradas.

En el camino de obtener subsidios para armar el equipo de trabajo en el IBR, la joven científica se presentó al premio de la revista Nature Research “Inspiring Science Award”, certamen que promueve la perspectiva de género en el quehacer científico y distingue a mujeres destacadas en las áreas de STEM por su motivación para niñas y jóvenes.

En el concurso se presentaron ciento cincuenta mujeres de distintas partes del mundo, de las cuales cinco fueron seleccionadas. La decisión final se tomará el 30 de octubre y la ganadora recibirá diez mil dólares que deberá destinar a investigación.

En diálogo con Universidad, María Natalia Lisa profundizó acerca del concurso, el vínculo de la ciencia con las teorías de género, el rol de la universidad pública, y el papel de la divulgación y la comunicación científica.

La revista Nature Research te seleccionó junto a otras cinco investigadoras del mundo para recibir el premio Inspirador de la Ciencia. ¿Cuál fue el proyecto a partir del cual resultaste seleccionada? 

Más que un proyecto presenté un escrito en el que tuve que explicar primero mi producción científica, donde hablé del trabajo que había hecho en el campo de la biología estructural durante mi tesis de doctorado en la UNR y mis estudios postdoctorales en París y Montevideo. Después desarrollé algunos ejes acerca de cómo se puede incorporar la perspectiva de género al quehacer científico. Ahí veo dos grandes ejes, por un lado, hay una perspectiva de género en la generación de conocimiento en sí mismo, que tiene que ver con abarcar, incorporar y discutir distintas maneras de ser y estar en la naturaleza. Desde allí, podemos pensar no sólo en una perspectiva feminista, sino también en una perspectiva decolonial, que tiene que ver con pensar y ser capaces de generar, soberanamente, no sólo respuestas sino también preguntas en un entorno local. Tiene que ver con cómo se puede empoderar a las mujeres y a las comunidades para que sus visiones sirvan como posibles soluciones a los problemas del entorno. Desde ese diálogo con otros sectores sociales, la ciencia podría actuar bajo otros esquemas más inclusivos de generación de conocimientos. Por otro lado, con respecto a los esquemas de trabajo en las instituciones de ciencia, tanto en las de educación como en las que se produce el conocimiento, todavía se reproducen lógicas del siglo pasado. Lógicas de ejercicios de poder que son, justamente, las cosas que queremos desafiar desde una perspectiva feminista. Queremos que esos esquemas sean inclusivos, equitativos y que se puedan establecer nuevos diálogos y nuevas relaciones en los ambientes de trabajo.

¿De qué manera empezaste a vincularte con las teorías feministas? En una oportunidad dijiste que el tránsito por la universidad pública fue un acontecimiento bisagra en este sentido. ¿por qué?

Hice la secundaria en una escuela de chicas solas y mi cabeza estaba formada en ese contexto. Después empecé a ir a la facultad y me encontré con un ambiente mucho más diverso, con personas que venían de distintos entornos sociales y que planteaban cosas diferentes. Eso me abrió un montón la cabeza. También por la experiencia de ser inmigrante, de encontrarme en otros países, en otros lugares, donde tuve que aprender el idioma y encontrarme con otras realidades. Allí me volví más consciente del entramado de relaciones de poder. Como siempre tuve un espíritu un poco rebelde con respecto a esas cosas, empecé a pensar en cómo se podían tratar de transformar esas lógicas y me acerqué al feminismo, no desde el ámbito académico sino a partir del encuentro con mujeres y la participación en marchas y eventos. También fue importante en este proceso acercarme al ambiente del arte porque mi compañero es músico. Todas estas circunstancias fueron muy importantes para empezar a ver el entramado de poder que existe en las instituciones, en lo que hacemos, en lo que escribimos, y en la generación de conocimiento y entendimiento.

¿Qué significa haber sido seleccionada por este Premio?

Más allá del resultado final de este concurso que, sin duda, para mi es elogioso, me parece importante porque puede servir para visibilizar el trabajo que se hace en nuestras universidades y en centros de investigación. Se hacen buenos trabajos a pesar de que recibimos a veces recursos relativamente escasos. En este contexto de recorte que estamos viviendo, también es importante que se revean las direcciones que se han tomado en términos de presupuesto para ciencia y educación. Si no se hace, será muy difícil poder sostener a los jóvenes en nuestro sistema porque cada vez hay menos perspectivas o el entorno deja de ser atractivo para ellos. Son gente formada que, tal vez, terminen encontrando posibilidades afuera. Y es una pérdida de capital humano y de conocimiento tremenda.

Por último, ¿cuál creés que es el rol de la divulgación o la comunicación científica? ¿Cuáles son los desafíos actuales en este sentido?

Es muy importante que los que trabajamos en ciencia lo hagamos de manera coordinada con los que hacen educación en ciencia y divulgación, porque en la calle te encontrás con gente que te dice “esto ustedes lo tendrían que decir porque no lo sabemos, y si lo supiésemos, tomaríamos decisiones diferentes”. Tal vez el sector científico tenga una deuda acerca de saber comunicar mejor qué hace y para qué. Por eso, es importante articular, entre los distintos actores, posibles soluciones que contribuyan al bienestar de toda la ciudadanía. Hay un gran camino por hacer. Dentro del sector científico, es clave promover una transformación que piense cuáles son las necesidades para trabajar sobre ellas, además de tratar de establecer diálogos horizontales con otros sectores sociales, con otro lenguaje, para que los temas sean accesibles para el público en general. Esto se relaciona un poco con lo que trabajo. No te estoy hablando sólo de mujeres o feminismo, sino de establecer otro tipo de diálogo y de relaciones que no impongan modos de hacer ni modos de entender.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/146229-las-logicas-de-ejercicios-de-poder-son-las-que-queremos-desa

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Más allá de la formación Onto-epistémica Patriarcal, capitalista y moderno-colonial: un ensayo sobre ‘autonomía y diseño’ de arturo escobar

[…] si aceptamos la tesis […] de que las crisis actuales apuntan a una crisis más profunda de la civilización, el diseño autónomo de nuevas formas de vida y de los propios proyectos de vida, aparece para muchas comunidades como un proyecto teórico-político eminentemente factible, tal vez inevitable; para algunas es, incluso, una cuestión de supervivencia como los mundos particulares que han sido Arturo Escobar

Resumen: Presento una reseña, a manera de ensayo, del último libro del antropólogo colombiano Arturo Escobar, Autonomía y Diseño. La realización de lo comunal (Editorial Universidad del Cauca, 2016). Estructuro la misma en tres secciones: en la primera expongo el enfoque ontológico-político que es transversal a todo el trabajo; luego describo de manera sucinta las ideas-fuerza de cada capítulo; y, por último, elaboro una relexión sobre mi lectura del texto. Tanto la interpretación del libro que subyace en las dos primeras secciones de la reseña, como mi comentario final, están signadas por la intención ético-política de escuchar, sentipensar y acompañar atentamente, en la medida de mis posibilidades, “otras formas de mundos y conocimientos” (Escobar dixit) que desafíen la formación onto-epistémica patriarcal, moderno-colonial y capitalista.

Palabras clave: Autonomía; Diseño; Comunalidad; Modernidad; Transiciones.

Abstract: I will introduce a review, as an essay, of Autonomía y Diseño. La realización de lo comunal (Editorial Universidad del Cauca, 2016), the lastest book written by colombian anthropologist Arturo Escobar. I will structure this review in three sections: irst, I will expose the meaning of political ontology, a transversal approach to the whole book; then, I will briely describe the main ideas of each chapter; and, inally, I will elaborate a relection about my reading of the text. Both my interpretation of the book, underlying in section one and two, as my inal comment are marked by an ethical and political intention to listen, to feel-think and closely accompany, to the extent of my possibilities, “worlds and knowledges otherwise” (Escobar dixit) that defy the onto-epistemic pathriarcal, moderncolonial and capitalist formation. Keywords: Autonomy; Design; Communality; Modernity; Transition


Arturo Escobar (Manizales, Colombia, 1952) es profesor de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) y uno de los antropólogos contemporáneos más inluyentes a nivel internacional. Su disertación doctoral Power and Visibility: The Invention and Management of Development in the Third World (1987), publicada 8 años después como Encountering Development: The Making and Unmaking of the Thrid World1 , lo ha posicionado como uno de los principales exponentes de los estudios críticos del desarrollo. Formado inicialmente como ingeniero químico en la Universidad de Cali, las preocupaciones tempranas en torno al hambre, la pobreza y el desarrollo en su país lo fueron llevando, progresivamente, al campo de las ciencias sociales y, concretamente, a la antropología. Ha venido acompañando de cerca, desde su conformación en 1993, al Proceso de Comunidades Negras, una red de organizaciones afrocolombianas que lo han inspirado en la multiplicidad de temas por los cuales es conocido: ecología política, posdesarrollo, estudios latinoamericanos, estudios culturales de ciencia y tecnología, teoría de la complejidad, movimientos sociales anti-globalización, la perspectiva modernididad/colonialidad y, recientemente, la ontología política.

Su estrecha relación con colegas de la de maestría en estudios interdisciplinarios del desarrollo de la Universidad del Cauca (ubicada en el pacíico colombiano), especíicamente con Olver Quijano Valencia, y su participación activa en el seminario tramas y mingas para el Buen Vivir, organizado por dicho programa de postgrado, hacen de este espacio una “casa intelectual” y de “diálogo interepistémico” que acoge y publica su último libro Autonomía y Diseño. La realización de lo comunal (2016)2 , gracias a la traducción que del borrador en inglés hiciera Cristóbal Gnecco. En él, Arturo Escobar incorpora ideas y preocupaciones que ha venido sistematizando de manera paralela a su anterior trabajo, Sentipensar con la Tierra (2014) que, a su vez –me parece- es una actualización de su libro Territories of diference (2008)3 . Una versión preliminar de este reciente texto fue presentada en 2012 bajo el nombre de Notes on the Ontology of Design en el John E. Sawyer Seminar on the Comparative Study of Cultures de la Universidad de California en Davis. Y próximamente, en marzo de 2018, la editorial de Duke University lanzará la publicación en inglés de este trabajo con el título de Designs for the Pluriverse: Radical Interdependence, Autonomy, and the Making of Worlds.

En lo que sigue, presento una reseña del libro estructurada en tres secciones: en la primera expongo el enfoque ontológico-político que es transversal a todo el trabajo; luego describo de manera sucinta las ideas-fuerza de cada capítulo; y, inalmente, elaboro una relexión sobre mi lectura del texto. Tanto la interpretación del libro que subyace en las dos primeras secciones de la reseña, como mi comentario final, están signadas por la intención ético-política de escuchar, estudiar y acompañar atentamente, y en la medida de mis posibilidades, “otras formas de mundos y conocimientos” (Escobar dixit) que desafían la formación onto-epistémica patriarcal, moderno-colonial y capitalista.

Nos encontramos ante una crisis multidimensional o, dicho de otra manera, la crisis de todo un modelo civilizatorio. Cómo llegamos a tal situación, y cómo podríamos transitar hacia otros derroteros, pone en el centro de la discusión un estilo de creación de mundos, una particular práctica de diseño. De manera precisa, Arturo Escobar nos comenta que “el diseño es ontológico porque cada objeto, herramienta, servicio o, incluso, narrativa en los que está involucrado, crea formas particulares de ser, saber y hacer” (p.12). Su último libro está atravesado por una constatación, la responsabilidad del diseño en la fabricación de estas crisis, y una preocupación fundamental: “¿puede el diseño ser creativamente reapropiado por las comunidades subalternas para apoyar sus luchas, fortalecer su autonomía, y realizar sus proyectos de vida hacia ilosofías del buen vivir que, inalmente, estén en sintonía profunda con la Tierra?” (véase la contra-carátula).

El enfoque ontológico-político

En un trabajo anterior que hiciera sobre las contribuciones de Arturo Escobar a la ecología política, comentaba que la interrelación entre naturaleza, historia, cultura y poder que subyace a su deinición de este campo interdisciplinario caracterizado por un “cierto eclecticismo teórico” (Escobar, 2016, p. 82) ha sido un área de interés del autor desde la década de 1980 y, recientemente, junto al antropólogo argentino Mario Blaser y la antropóloga peruana Marisol de la Cadena, han alimentado un marco y programa de investigación que llaman ‘ontología política’. Ya en Sentipensar con la Tierra, Escobar nos ofrece una deinición circular de ontología política al decirnos que, por una parte, toda visión de mundo crea una forma particular de política, al tiempo que los conlictos políticos nos remiten a premisas fundamentales sobre el mundo, lo real y la vida. De allí que una pregunta fundamental que conecta con la preocupación que atraviesa Autonomía y Diseño es “¿qué tipo de mundos enactúan a través de qué conjunto de prácticas, y con qué consecuencias para cuáles grupos particulares de humanos y no humanos?” (2014, p. 139). La ontología política no solo se vincula con la ecología política para el estudio de las visiones de mundo que subyacen en los conlictos socioambientales, como en el trabajo de Blaser (2013a), sino también con la perspectiva decolonial  para visibilizar los mundos alternativos y conocimientos-otros sistemáticamente encubiertos por la modernidad.

De esta manera, “pensar en el diseño desde la ontología política también permite determinar su relación con el proyecto decolonial de avanzar hacia ‘un mundo donde quepan muchos mundos’” (Escobar, 2016, p. 72). Como puede apreciarse, el énfasis de este enfoque está en los mundos y en las formas de hacer mundo, lo que sitúa esta propuesta “en las tendencias críticas de la academia y en las actuales luchas por la defensa de territorios y mundos” (Escobar, 2016, p. 84), lo que las redeine como luchas ontológicas y no sólo como luchas por la justicia ambiental. Por ejemplo, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas siguen anclados en la re-creación del mundo moderno, re-editando el gran sueño que devino en pesadilla (el desarrollo). Desde allí se despliega, una vez más, todo un régimen de “ecogubernamentalidad”5 (Ulloa, 2004) que no es otra cosa que una nueva escalada de la ocupación ontológica del “Mundo hecho de un Mundo”, expresión que Arturo Escobar toma del sociólogo John Law. La ocupación, precisamente, es “la lógica maestra del actual modelo de dominación global” (Escobar, 2016, p. 85).

Quiero aclarar dos cosas antes de pasar a las ideas-fuerza de cada capítulo de Autonomía y Diseño: en primer lugar, que la ontología política al estar en contra de las lógicas de ocupación o “desfuturización” (expresión que rescata del teórico del diseño Tony Fry), resalta la importancia de pensar desde y dentro de coniguraciones de vida que si bien están atravesadas por la globalización mono-ontológica, al mismo tiempo no están completamente ocupadas por ella -un argumento en el que Arturo Escobar se apoya del reciente trabajo de Marisol de la Cadena (2015)-; y en segundo lugar, apoyado en Mario Blaser, que la ontología política “no es un proyecto pedagógico para iluminar una realidad que la teorización deficiente no puede captar ni un proyecto proselitista para mostrar el virtuosismo de otros diseños, no modernos, para la buena vida” (2013b, p. 559), como si supiéramos de que tratan, sino un espacio para la escucha atenta, “con una sensibilidad política particular [y] una proposición ética y teórico-política abierta, en lugar de una pretensión inlexible sobre lo real” (Escobar, 2016, p. 243).

Mundos en disputa y mundos en diseño

El libro se encuentra estructurado en tres partes: 1) Diseñar para un mundo real, pero ¿cuál mundo? ¿Cuál diseño? ¿Qué real? (capítulos 1 y 2); 2) La reorientación ontológica del diseño (capítulos 3 y 4); y 3) Diseños para el pluriverso (capítulos 5 y 6). En las conclusiones, Escobar deja algunas preguntas en abierto con las cuales su texto ha de ser leído como una hipótesis para trabajar y discutir. El primer capítulo, Más allá del ‘taller de diseño’, comienza con una airmación: “el diseño está inextricablemente ligado a las decisiones sobre el tipo de vida que vivimos y los mundos donde las vivimos; estas son cuestiones normativas que la academia usualmente rehúye, dada su predilección por la neutralidad” (Escobar, 2016, p. 50). Desde esta idea se establece la relación entre diseño y política que podrá apreciarse en cada una de las relexiones sobre el tema a lo largo del libro. Teóricos del diseño como Herbert Simon o Ezio Manzini deinen el diseño como la transformación de condiciones existentes en condiciones preferidas o una práctica para alcanzar las funciones y signiicados deseados. Al igual que en Encountering Development con la crítica a la institucionalización y profesionalización del desarrollo, acá –con el caso del diseño- hay que estar atentos a qué tipo de voluntad encarnan estas prácticas, qué subjetividades fomenta y cuáles representaciones mentales sobre la naturaleza maneja. Si fuese posible re-convertir el diseño en una herramienta para las transiciones y no para el colapso civilizatorio, entonces estamos hablando de imaginaciones disidentes

El capítulo dos, Elementos para los estudios culturales del diseño, es el más denso teóricamente y, leído desde América Latina, el más lejano toda vez que las coordenadas geo-epistémicas de la discusión están situadas en el llamado Norte Global, que no quiere decir que no haya tradiciones de pensamiento crítico fructíferas con las cuales dialogar, como lo es el caso del decrecimiento en algunos países de Europa. Aquí la airmación de entrada también es tajante: “un enfoque ontológico del diseño mostrará cómo el diseño moderno ha sido fundamental para la creación sistemática de la insostenibilidad y la eliminación de futuros (desfuturización)” (Escobar, 2016, p. 70), una idea que hace eco de lo ya planteado por Víctor Papanek en su libro Diseñar para el mundo real cuando acusaba al diseño industrial de ser el responsable de la producción en cadena del asesinato. Allí pasa revisión a las contribuciones y aportes de la antropología del diseño y la antropología para el diseño, así como las implicaciones biopolíticas del mismo en el ámbito humanitario y del desarrollo. En lo personal, y por mi ailiación institucional, me interesa resaltar “la función clave del diseño en la explotación de los recursos naturales, su participación en estilos de vida consumista e intensivo en energía y su propagación de ideas especíicas sobre la naturaleza y el espacio habitado” (p. 81), esto es, la ecología política del diseño. Volveré sobre ello en mi comentario final. El capítulo cierra destacando las cuatro tesis centrales de las epistemologías del sur (Santos, 2009): 1) nos enfrentamos a problemas modernos para los cuales ya no hay soluciones modernas; 2) la diversidad del mundo es ininita; 3) lo que no existe es producido, activamente, como inexistente o como alternativa no creíble a lo que existe; y 4) la comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión Occidental del mundo.

En el tercer capítulo, En el trasfondo de nuestra cultura6 , el autor caracteriza el default setting de nuestro mundo moderno: una tradición de pensamiento ‘racionalista’, ‘cartesiana’, ‘objetivista’, ‘mecanicista’, ‘reduccionista’, ‘positivista’ y ‘computacionalista’ (Escobar, 2016, p. 98). Esta tradición está sustentada, a su vez, en tres dualismos fundamentales: la división entre naturaleza y cultura, entre ‘nosotros’ (modernos) y ‘ellos’ (no modernos), y entre sujeto y objeto o mente y cuerpo. Todo este trasfondo se enmarca en la creencia en el individuo, en lo real, en la ciencia y en la economía o, más bien, en el mercado. Tres observaciones perilan el cierre del capítulo y la posible paradoja de la activación política de la relacionalidad (la introducción del binarismo entre ontologías dualistas y no dualistas): 1) el problema no es que los dualismos existan (y el autor pone como ejemplo la dualidad del yin/yang), sino la clasiicación jerárquica de las diferencias; 2) los tres dualismos fundamentales despliegan, a su vez, otras divisiones, como la de hombre-razón-objetividad-cultura y mujer-emoción-subjetividad-naturaleza que subyace en el patriarcado; y 3) que la parcelación de la complejidad del lujo de la vida en dominios aparentemente independientes y autónomos (sociedad, naturaleza, cultura, etc.), tiene asignado un dominio disciplinar cuya ‘verdad’ revelarían (sociología, biología, antropología, etc.). Escobar hace un llamado a que las y los teóricos “no pueden mantener ambos pies en la academia y pretender que están creando un mundo diferente; […] necesitamos poner un pie en un(os) mundo(s) relacional(es)” (p. 124). La academia, “tomada en su conjunto, incluyendo la teoría crítica cultura y social” (p. 116), reproduce este trasfondo.

El cuarto capítulo, Bases de diseño ontológico, desarrolla el concepto que ya en la década de 1980 formularan Terry Winograd y Fernando Flores (1989[1986]). Las sociedades modernas, nos dice Arturo Escobar, “están profundamente moldeadas por la teoría, [es decir,] que los conocimientos expertos, en gran medida asociados con la tradición racionalista tienen una profunda inluencia en la forma como vivimos nuestras vidas” (2016, p. 127). Esta operación de diseño crea un doble movimiento, a saber, que al diseñar nuestro mundo, el mundo replica rediseñándonos, una idea que toma de la ilósofa australiana del diseño Anne-Marie Willis. Este capítulo, al igual que el segundo, contiene una densidad teórica, en esta ocasión asociada a los debates sobre la reinvención de lo humano a través del diseño o, en otras palabras, a la discusión sobre lo posthumano, una temática que puede parecernos muy de primer mundo y que no estaría en nuestras agendas de lucha si la leemos desde contextos latinoamericanos de reprimarización de las economías, eco-feminicidios en ascenso, las escaladas violentas de las derechas en el continente y las contradicciones de los gobiernos de izquierda. Los próximos dos capítulos aterrizan las propuestas del autor.

El capítulo cinco, Diseños para las transiciones, comienza con una airmación contundente que revela el sentido ético-político que subyace al libro: “detrás de cualquier visión para la transición yace, en mayor o menor medida, un desafío frontal a la formación onto-epistémica enclavada en la actual forma dominante de la modernidad capitalista” (2016, p. 158). Lo que ya en Sentipensar con la Tierra era presentado como “discursos para la transición”, acá es complementado con la noción de “diseño”. Escobar pone a dialogar iniciativas en el Norte Global, como la Gran Transición, el Gran Giro, la Era Ecozoica, la Civilización Ecológica, la edad de Reunión o el Sostenimiento, con propuestas, narrativas e imaginarios emergentes en el Sur Global, como el postdesarrollo, el buen vivir, la comunalidad, los derechos de la naturaleza y el post-extractivismo8 . En el último capítulo, El diseño autónomo, la política de la relacionalidad y lo comunal, Escobar desarrolla su propuesta teórico-práctica, el diseño autónomo. Allí vuelve a Humberto Maturana y Fernando Varela, autores (entre otros) en los que se apoya a lo largo del libro, para discutir sobre autonomía. Con Gustavo Esteva se apoyará para distinguir el término de otros como ontonomía y heteronomía, y nos dirá que la autonomía es “la creación de las condiciones que permiten el cambio de las normas [sociales y culturales] desde dentro o la capacidad de cambiar las tradiciones tradicionalmente” (2016, p. 197) o, como también diría el autor, desde un sentido de futuralidad presente en la ancestralidad. Contrario a lo que pudiera pensarse, autonomía no es autarquía, sino un proceso multiescalar, tomando la noción de “autonomía relacional” de su colega Astrid Ulloa para dar cuenta de la compleja geopolítica inter-epistémica e inter-ontológica en la que los movimientos sociales y comunidades de base logran crear “territorialidades alternativas que les permitan, en cierta medida, articular territorio, cultura e identidad como estrategia de reconocimiento de sus derechos y de defensa de sus mundos-vida” (p. 201). Son cinco las tesis centrales del diseño autónomo: 1) toda comunidad práctica el diseño de sí misma; 2) toda persona o colectivo es practicante de su propio saber; 3) lo que la comunidad diseña es, en primera instancia, un sistema de investigación o aprendizaje sobre sí misma; 4) cada proceso de diseño implica un enunciado de problemas y posibilidades; y 5) este ejercicio puede involucrar la construcción de un ‘modelo’ del sistema que genera el problema de preocupación comunal. Una sexta tesis, implícita en las cinco anteriores, es que todo enunciado de un problema (una expresión de preocupación) siempre implica un enunciado de solución (una expresión de disoñación). La realización de lo comunal, como horizonte de sentido para una política no liberal, es el objetivo fundamental del diseño autónomo multiescalar y ontológico-político. Hacia el inal del capítulo Escobar vuelve al valle del Cauca (Colombia) para actualizar la propuesta de investigación y diseños hacia el pluriverso contenida en el último capítulo de Sentipensar con la Tierra, publicado posteriormente en inglés (Escobar, 2015c), enfatizando que “el imperativo histórico es, claramente, el de la recomunalización y la reterritorialización” (Escobar, 2016, p. 226), particularmente en los casos de los mundos deslocalizados e intensamente liberales de la modernidad urbana.

El capítulo cierra con un hermoso recordatorio que Escobar nos hace en palabras de ese soñador disidente que fue Ivan Illich: “para aquellos de nosotros que no nacimos en medio de una comunidad y que hemos sido construidos como individuos por nuestras historias, siempre existen la amistad y el amor como las semillas para forjar nuevos comunes” (2016, p. 226).

Comentario final: hacia una ecología onto-política

Como comentaba al inicio de la revisión de cada capítulo, en la conclusión quedan una serie de interrogantes abiertas en torno a la modernidad, la tecnociencia, la disoñación o capacidad de diseño de las ‘comunidades tradicionales’, la futuralidad (o no) del propio campo de la ontología política y el rol de las universidades.

Quiero cerrar, entonces, con una relexión, un tanto osada, en torno a la ecología política. Si bien todo el libro de Escobar se centra en la teoría y práctica del diseño y cómo, o hasta qué punto, el mismo puede ser re-convertido a ines de alcanzar las transiciones al pluriverso, quisiera centrar la atención, precisamente, en la ecología política porque, a la luz de los enfoques ontológicos queda claro que no se trata solo de conlictos ecológico-distributivos y luchas por la justicia ambiental. En tal sentido, me gustaría esbozar, al menos como una posibilidad, la idea de hablar de una ecología ontopolítica. Si entendemos, en los términos en que lo hace Santos, que una ecología es “una práctica de agregación de la diversidad” (2009, p. 113), la ecología onto-política redeiniría el campo como un espacio para el diálogo inter-epistémico e inter-ontológico y para el fomento de una geopolítica de la “convivencialidad” (Illich dixit). Por lo tanto, los problemas modernos para los cuales ya no hay soluciones modernas no pueden abordarse, o al menos no únicamente, ‘fortaleciendo la interfaz ciencia-políticas públicas’, con ‘más ciencia y tecnología’ o discutiendo ‘qué ciencias y qué tecnologías’ y ‘el para qué o para quién(es)’; necesario es propiciar un marco y programa de investigación sobre saberes, ontologías y técnicas que, tomando palabras de Arturo Escobar en La invención del desarrollo, sean “la base para un proceso lento pero constante de construcción de maneras diferentes de pensar y de actuar, de concebir el cambio social, de organizar las economías y las sociedades, de vivir y de curar” (2012b, p. 230).

Puede que diseño autónomo no sea la palabra más exacta para describir el camino que movimientos y comunidades vienen haciendo al andar (como lo reconoce el propio autor al inal de la presentación que el mismo hiciera de su libro en Colombia), sobre todo si tomamos en cuenta que la discusión teórica –incluso crítica- sobre este tema sigue en el marco de la gobernanza epistémica del Norte Global (como ocurre, también con lo posthumano), e incluso una ecología onto-política es, también, un término muy rimbombante. Quizá comunalizar y decolonizar sean los imperativos ético-políticos más cercanos a la gramática que despliega las luchas de quienes sueñan para crear, poblando el diseño con sueños. En todo caso, toda la obra de Arturo Escobar siempre ha estado caracterizada -y esto es algo que me inspira profundamente- por el escuchar, sentipensar y acompañar atentamente los muchos mundos que enactúan entre sí y desde los cuales se nos invita a “nosotras y nosotros, [dentro y fuera de la academia, a ser] tejedores conscientes y efectivos de la urdimbre de la vida” (Escobar, 2016, p. 239).

Espero estas líneas sean vistas también como una invitación, en este caso, a navegar por las aguas de un texto que pese a su densidad teórica, compensada con la siempre consecuente actitud pluriversal del autor, nos revive una de las ideas que recorrió todo el mayo francés, ‘no puede volver a dormir tranquilo[a] aquel[la] que una vez abrió los ojos’. Siempre y cuando la existencia de un mundo no suponga la producción activa de la inexistencia de otros, o su explícito exterminio, todas las manos, todas las voces, todos los saberes y todos los sentires están llamados a tocar las músicas que anuncian los nuevos horizontes de sentido y signiicación por venir.

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Fuente: https://www.academia.edu/35634899/M%C3%A1s_all%C3%A1_de_la_formaci%C3%B3n_onto-epist%C3%A9mica_patriarcal_capitalista_y_moderno-colonial_Un_ensayo_sobre_Autonom%C3%ADa_y_Dise%C3%B1o_de_Arturo_Escobar

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