México sigue siendo un país desigual y discriminatorio. Lo que cambia son los niveles y las personas que lo padecen. Entre 2007 y 2015, la percepción de discriminación contra las mujeres pasó de 31% a 34%, respectivamente, y la región con mayor proporción de este fenómeno es el Bajío, donde 5 de cada 10 asegura que existe discriminación sólo por género.
El grupo con mayor aumento de discriminación son las personas con sobrepeso. Hace 8 años, 18.7% de la población percibía algún acto discriminatorio por su aspecto físico, pero en 2015 pasó a 26.8%. Mientras que la discriminación por color de piel cambió de 9.3% a 16.6%.
Estos son resultados de la Encuesta de desigualdad y no discriminación por razón de género 2015, realizada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde hace un comparativo del comportamiento de los mexicanos entre 2007 y 2015.
De acuerdo con el análisis, el género sí es un elemento que puede ser considerado como factor de discriminación por la población. Al preguntar si perciben discriminación por ser hombres o mujeres, sólo 6.1% no detecta que ocurra.
Sin embargo, 40.5% de las personas consideran que existe discriminación por ser mujer, mientras que un porcentaje menor (14.3%) dice que hay discriminación por ser hombre.
Al desagregar los datos por regiones, se observa que no es lo mismo desarrollarse en Tamaulipas, que en Querétaro o Chiapas. En la región Noroeste perciben mayor discriminación por ser hombre (17.7%) y reportan un menor porcentaje de discriminación por ser mujer en comparación con el resto del país (25.7%).
La zona del Bajío (Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Jalisco) reportan el mayor porcentaje de percepción de discriminación por ser mujer (53.8%) y un menor porcentaje por ser hombre (11.4%).
En el análisis sobre los grupos poblacionales que pueden ser más vulnerables a actos discriminatorios, las personas con discapacidad (43.6 %), las personas con VIH/SIDA (34.8 %) y las mujeres (34.4 %).
En el primer caso, los actos discriminatorios han disminuido en los últimos 8 años. En 2007, la percepción que las personas con alguna discapacidad eran discriminadas ascendía a 50.7%, en 2012 disminuyó 48.9% y en 2015 descendió a 43.6%.
Lo mismo ocurrió con las personas con VIH/SIDA. La percepción que eran discriminados era de 55.2% en 2007, aumentó a 62.3% el año siguiente y desde 2009 registró un descenso hasta llegar a 34.8% en 2015. En ambos casos han existido campañas de sensibilización y políticas de inclusión para personas con discapacidad, aunque sigue registrándose casos discriminatorios.
En el caso de las mujeres, la percepción ha cambiado en los últimos ocho años. En 2007, la percepción de discriminación era de 31%; aumentó a 37.3% en 2009, prácticamente tuvo lo mismo en 2010 (37.8%) y 2011 (33.4%), pero aumentó entre 2012 y 2013 hasta llegar a 41.7%. Para 2014 bajó a 33.3% y en 2014 incrementó a 34.4%.
Como se observa en la siguiente gráfica, los aspectos relacionados con la salud como el sobrepeso y enfermedades mentales, también aumentaron la percepción de discriminación. Otros casos de aumento es el nivel económico, el color de piel, migrantes y personas extranjeras.
Aunque por razones físicas, un hombre es más fuerte que una mujer y, por ende, puede ser más vulnerable en una situación de agresión, 49.7% de los hombres asegura que las mujeres ejercen violencia contra ellos. Sobre todo en la región del Bajío.
Sobre las razones de las agresiones, las respuestas cambian de acuerdo al sexo del entrevistado: los hombres señalan que es por “inestabilidad emocional o celos” (33.3 %) mientras que la respuesta que con mayor frecuencia dijeron las mujeres fue “como defensa o reacción frente al agresor” (39%).
Respecto a la opinión sobre quién ejerce más violencia, según el sexo del entrevistado, se puede constatar que en ambos casos predomina la idea de que son los hombres. El 69.1% de los hombres considera que ellos ejercen más violencia, mientras que cuando se pregunta a las mujeres, el porcentaje es de 74.2%.
La violencia contra las mujeres es un problema de “gran dimensión y una práctica social ampliamente extendida en todo el país”, sostiene la CNDH en su encuesta, toda vez que 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más ha experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo: emocional, física, sexual, económica, patrimonial, y discriminación laboral.
La agresión ha sido ejercida por la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral o bien personas conocidas o extrañas.
La violencia física y la violencia psicológica son consideradas como las más frecuentemente ejercidas contra las mujeres. Mientras que la violencia patrimonial es la menos citada.
Hombres a mantener, mujeres al hogar…
Entre la población, existe la percepción de desigualdad entre mujeres y hombres, pero hay variaciones en cuanto en qué ámbitos tienen más oportunidades.
De los encuestados, 37.8% considera que en el hogar sí hay igualdad, mientras que la percepción va decreciendo en otros rubros (35.9%), trabajo (23.9%), comunidad (18.7%) y política (18.5%).
Sin embargo, un mayor porcentaje de las personas entrevistadas asocia a las mujeres con actividades del ámbito privado, como la administración y organización del hogar (46.2%), el trabajo manual (41%), el cuidado y la educación de los hijos (32.2%); por otra parte, a los hombres se les asocia con la impartición de justicia (23.1%), los trabajos de fuerza (47.7%), dirigir un partido político (23.8%), y con ser presidente (25.3%).
Además, las tareas siguen siendo diferenciadas por género. 35% considera que los hombres siempre hacen reparaciones en casa, mientras que las actividades que los hombres realizan con menos frecuencia son: lavar y planchar la ropa (46.9 %), cocinar (38.7 %) y cuidar personas enfermas o adultos mayores (37.8 %).
Quienes considera que “únicamente el hombre” debe ser el responsable de mantener el hogar, ha decrecido entre 2007 y 2015 (pasó de 31.5 % a 25.4 %); mientras que, en sentido inverso, el porcentaje de entrevistados que considera que únicamente la mujer debe ser la responsable de mantener el hogar ha aumentado en los mismos años (de 2.9 % a 13.3 %).
En el estudio también se observó que la aceptación o rechazo a un cambio en cuanto los roles que tradicionalmente se han asignado a hombres y mujeres, puede suscitar conflictos al interior del hogar. 41.6% de los entrevistados asegura que se dificulta un poco la relación de pareja cuando ambas personas trabajan y dicho porcentaje ha ido en aumento, toda vez que en 2010 sólo 34.3% opinaba eso.
Fuente: http://imparcialoaxaca.mx/nacional/faE/aumenta-discriminaci%C3%B3n-contra-personas-con-sobrepeso-mujeres-y-por-color-de-piel-cndh