En este estudio, Éric Toussaint recorre el período que va del siglo XV al siglo XXI, señalando los efectos dramáticos de la globalización capitalista.
El comienzo de la mundialización se remonta a las consecuencias del primer viaje de Cristóbal Colón, que desembarcó en octubre de 1492 en la playa de una isla del mar Caribe [1]. Ese es el punto de partida de una intervención brutal y sanguinaria de las potencias marítimas europeas en la historia de los pueblos de América, una región del mundo que, hasta entonces, había quedado al margen de relaciones regulares con Europa, África y Asia. Los conquistadores españoles y sus homólogos portugueses, británicos, franceses, holandeses [2] se apoderaron del conjunto de tierras que convinieron en llamar América [3], dieron muerte a la mayoría de la población indígena y explotaron al resto a fin de obtener el máximo beneficio de sus recursos naturales (en primer lugar el oro y la plata) [4]. Al mismo tiempo, las potencias europeas partieron a la conquista de Asia. Más tarde ampliarían su dominación sobre Australasia y finalizarían la de África.
El primer viaje de Cristobal Colón es el punto de partida de una intervención brutal y sangrienta de las potencias europeas en la historia de los pueblos de América
En 1500, justo al principio de la brutal intervención de los españoles y de los portugueses en las actuales América Central y América del Sur, esa región contaba con al menos 18 millones de habitantes (ciertos autores avanzan cifras mucho más elevadas, llegando hasta cerca de los 100 millones [5]). Un siglo más tarde solamente quedaban unos 8 millones de habitantes (incluyendo los colonos europeos y los primeros esclavos africanos). En el caso de la mayor parte de las islas del Caribe, la totalidad de los indígenas ha sido exterminada. Nótese que durante un largo período, los europeos, apoyados por el Vaticano [6], no consideraban a los indígenas americanos como seres humanos [7]. Lo que era muy conveniente para exterminarlos o explotarlos.
Tabla 1. Comparación entre la evolución de la población de Europa occidental y de la de América Latina entre los años 1500 y 1820 (en millones de habitantes)
AÑOS |
1500 |
1600 |
1700 |
1820 |
Europa occidental |
57 |
74 |
81 |
133 |
América Latina |
18 |
8* |
12* |
21 |
*Esas dos cifras incluyen los indígenas de América Latina, los colonos europeos y los esclavos llevados por la fuerza desde África
Cálculos de Éric Toussaint sobre la base de datos de Angus Maddison, 2001
- El nuevo mundo descubierto e ilustrado de nuestro tiempo, André Thevet, 1575. Fuente: NYPL Library.
En América del Norte, considerando solamente Estados Unidos y Canadá, la colonización europea comenzó en el siglo XVII, esencialmente llevada a cabo por Inglaterra y Francia; después conoció una rápida expansión, en el siglo XVIII, época también marcada por una importación masiva de esclavos africanos. Las poblaciones indígenas fueron exterminadas o desplazadas fuera de las zonas de implantación de los colonos europeos. En 1700, los indígenas constituían las tres cuartas partes de la población; en 1820 su proporción era del 3 %.
Hasta la integración forzada de América en el comercio planetario, el eje principal de los intercambios comerciales intercontinentales incluía China, la India y Europa [8]. El comercio entre Europa y China recorría vías terrestres y marítimas, atravesando el mar Negro [9]. La principal vía que comunicaba Europa con la India (ya sea la región de Gujarat al noroeste o de Kerala, al suroeste, con los puertos de Calicut y de Cochín) pasaba por el mar Mediterráneo, luego por Alejandría, Siria, la península Arábiga (el puerto de Muscat), llegando el mar de Arabia. La India desempeñaba igualmente un papel activo en los intercambios comerciales entre China y Europa.
Hasta el siglo XV, los diversos progresos técnicos realizados en Europa dependían de transferencias de tecnología desde Asia y el mundo árabe.
A fines del siglo XV y durante el siglo XVI, el comercio comenzó a recorrer otras rutas. En el momento en que el genovés Cristóbal Colón, al servicio de la corona de Castilla, abría la ruta marítima hacia las «Indias» [10] por el Atlántico navegando rumbo al oeste; Vasco da Gama, el navegante portugués, singlaba hacia la India, también por el océano Atlántico, pero poniendo proa hacia el sur. Bordeó las costas occidentales de África, de norte a sur, y tomó luego la dirección este, después de haber pasado frente al cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África. [11]
Desde el comienzo de la Edad Media y hasta el siglo XV, los diferentes progresos técnicos realizados en Europa dependían de la transferencia de conocimientos y tecnología proveniente de Asia y del mundo árabe
Hernando de Magallanes conocido por haber planificado y dirigido la expedición española de 119 hacia las Indias Orientales, tomando la ruta del Atlántico hacia el sur, para abrir una nueva ruta comercial marítima. Descubrió el paso interoceánico que une el Atlántico y el Pacífico, y que por su descubrimiento es denomina Estrecho de Magallanes. Al sur de la República Argentina., realizando así la primera navegación europea, de Este a Oeste para llegar a las Indias orientales. Durante este viaje, Magallanes murió en la batalla de Mactan, (actual Filipinas), en 1521. Sebastián Elcano, uno de sus capitanes, logró terminar la primera circunnavegación cuando alcanzó de nuevo España en 1522.
La violencia, la coerción y el robo fueron el núcleo de los métodos empleados por Colón, Vasco da Gama, y Hernando de Magallanes para servir los intereses de las testas coronadas de Castilla y Portugal.
En el curso de los siglos siguientes, las potencias europeas y sus servidores utilizarían sistemáticamente el terror, el exterminio y la extorsión, combinados con la búsqueda de aliados locales, prestos a ponerse a su servicio. Numerosos pueblos del planeta vieron como el curso de su historia cambiaba brutalmente bajo los golpes de látigo de los conquistadores, de los colonos y del capital europeo. Otros pueblos sufrieron una suerte aún más terrible, pues fueron exterminados o reducidos a la situación de extranjeros en sus propios países. Otros incluso fueron trasplantados a la fuerza de un continente a otro y reducidos a la esclavitud.
Numerosos pueblos vieron como el curso de su historia cambiaba brutalmente y trágicamente bajo los latigazos de los conquistadores, de los colonos y del capital europeo
Ciertamente, la historia de los siglos anteriores al XV de la era cristiana, estuvo marcada en numerosas ocasiones por conquistas, l dominaciones y barbarie, pero éstas no abarcaban aún todo el planeta. Lo que choca, de los últimos cinco siglos, es el hecho de que las potencias europeas emprendieron la conquista del mundo entero y, en tres siglos, acabaron por poner en relación de manera brutal (o casi) a todos los pueblos del planeta. Al mismo tiempo, la lógica capitalista logró imponerse, finalmente, a todos los otros modos de producción (sin necesariamente eliminarlos por completo).
Durante los últimos cinco siglos, las potencias europeas partieron a la conquista del mundo entero y, en tres siglos, consiguieron poner en relación de manera brutal a todos los pueblos del planeta
A partir del fin del siglo XV, la mercantilización capitalista del mundo experimentó un primer gran golpe de acelerador; luego siguieron otros, principalmente en el siglo XIX, con la difusión de la Revolución industrial a partir de Europa occidental y de la colonización «tardía» de África por las potencias europeas. Las primeras crisis económicas internacionales relacionadas con los ciclos del capital (en la industria, las finanzas y el comercio) estallaron desde el comienzo del siglo XIX y provocaron, en particular, las primeras crisis de la deuda [12]. El siglo XX fue el escenario temporal de dos guerras mundiales, cuyo epicentro estuvo en Europa, y de tentativas infructuosas de construcción del socialismo. El viraje del capitalismo mundial hacia el neoliberalismo a partir de 1970 y la restauración del capitalismo en el ex-bloque soviético y en China generaron una nueva aceleración en la globalización capitalista.
- 50 escudos celebrando el quinto centenario de Vasco Da Gama, 1969 por cgb con licencia bajo CC BY-SA 3.0
A partir de fines del siglo XV, la mercantilización capitalista del mundo experimentó un impulso acelerador, sucediéndose otros en el siglo XIX con la difusión de la revolución industrial desde Europa occidental y la colonización «tardía» de África por las potencias europeas
Segundo viaje intercontinental de Vasco da Gama (1502):
Lisboa – Cabo de Buena Esperanza – África del Este – India (Kerala)
Después de un primer viaje hacia la India, llevado a cabo con éxito en 1497-1499, Vasco da Gama fue enviado de nuevo en misión por la corona portuguesa hacia ese país con una flota de veinte navíos. Zarpó de Lisboa en febrero de 1502. Quince navíos debían efectuar el viaje de regreso y cinco (bajo el mando de un tío de da Gama) debían permanecer para proteger las bases portuguesas en la India y bloquear los barcos que zarparan de la India hacia el mar Rojo, con el fin de cortar el comercio entre ambas regiones. Da Gama dobló el Cabo de Buena Esperanza en junio e hizo escala en Sofala, en el este de África, para comprar oro [13]. En Kilwa, forzó al soberano local a pagar un tributo anual en perlas y oro, y zarpó hacia la India. Se apostó frente a Cannanore (a 70 km al norte de Calicut —hoy Kozhikode—) a la espera de los navíos árabes de regreso del mar Rojo. Abordó un barco que regresaba de La Meca con peregrinos y un valioso cargamento. Se apoderó de una parte de su carga y lo incendió. La mayor parte de sus pasajeros y de su tripulación perecieron. Hizo luego un alto de descanso en Cannanore, donde intercambió presentes (ofreció oro y recibió piedras preciosas) con el soberano local, pero no hizo negocios porque juzgó que los precios de las especias eran demasiado elevados. Zarpó rumbo a Cochín (hoy Kochi), pone sus navíos al pairo frente a Calicut y exigió al soberano que expulsara toda la comunidad de negociantes musulmanes (4.000 familias), que utilizaban el puerto como base para comerciar con el Mar Rojo.
Ante el rechazo de Samudri, soberano local hindú, Vasco da Gama bombardeó la ciudad, como ya había hecho en 1500 Pedro Álvares Cabral, otro navegante portugués. Se dirigió luego a Cochín, donde intercambió especias por la plata, el cobre y los textiles robados al barco que había hundido, a principios de noviembre. Dejó allí un emporio permanente y cinco navíos para proteger los intereses portugueses.
- Reproducción de La Pinta, una de las tres carabelas de Cristóbal Colón
Antes de abandonar la India para regresar a Portugal, la flota de da Gama fue atacada por más de treinta navíos fletados por los negociantes musulmanes de Calicut, y decidió entonces establecer la base de sus operaciones en otra parte. Estas batallas navales muestran claramente la violencia y el carácter criminal de la acción de Vasco da Gama y de la flota portuguesa.
Da Gama regresó a Lisboa en octubre de 1503, con trece naves y cerca de 1.700 toneladas de especias, o sea, una cantidad poco más o menos igual a la que llegaba cada año de Oriente Medio a Venecia a finales del siglo XV. El margen de beneficios de los portugueses sobre ese comercio era bastante más importante que el de los venecianos. La mayor parte de las especias se distribuyeron en Europa vía Amberes, el principal puerto de los Países Bajos españoles y también el más importante puerto europeo.
Las expediciones marítimas chinas en el siglo XV
Los europeos no eran los únicos que hacían largos viajes y descubrían nuevas rutas marítimas, pero, manifiestamente, eran los más agresivos y los más conquistadores.
Varias décadas antes que Vasco da Gama, entre 1405 y 1433, siete expediciones chinas tomaron la dirección del oeste y visitaron principalmente Indonesia, Vietnam, Malasia, la India, Sri Lanka, la península arábiga (el estrecho de Ormuz y el mar Rojo), y las costas orientales de África (principalmente Mogadiscio y Malindi).
Los europeos no fueron los únicos en descubrir nuevas rutas marítimas pero fueron los más belicosos y conquistadores
Bajo el reinado del emperador Yongle, la marina Ming «contaba aproximadamente con 3.800 navíos en total, de los cuales 1.350 eran patrulleros y 1.350 navíos de combate asignados a los puestos de guardia o a las bases insulares; una flota principal de 400 grandes navíos de guerra estacionados cerca de Nankín y 400 navíos de carga para el transporte de cereales. Había además más de 250 navíos-tesoro de gran radio de acción.» [14] Eran cinco veces más grandes que cualquiera de las naves de da Gama, con 120 metros de eslora y 50 metros de manga. Los grandes navíos tenían al menos 15 compartimentos estancos, de modo que un navío averiado no se hundía y podía ser reparado en alta mar.
Sus intenciones eran pacíficas, pero su fuerza militar era suficientemente imponente para detener eficazmente un ataque, lo que sólo se produjo en tres ocasiones. La primera expedición tuvo por destino la India y sus especias. Las otras tenían por misión la exploración de la costa oriental de África, el mar Rojo y el golfo Pérsico.
China aventajaba indudablemente a Europa en muchos aspectos
El primer propósito de esos viajes era establecer buenas relaciones, ofreciendo regalos y escoltando a embajadores o a los soberanos que iban o salían de China. No hicieron ninguna tentativa de establecer bases con fines comerciales o militares. Los chinos buscaban nuevas plantas para las necesidades de la medicina y una de las misiones había llevado consigo 180 miembros de la profesión médica. Por el contrario, luego del primer viaje a la India, el equipaje de Vasco da Gama se componía de aproximadamente 160 hombres, entre ellos artilleros, músicos y tres intérpretes del árabe. Después de 1433, los chinos abandonaron sus expediciones marítimas de largo alcance y le dieron prioridad al desarrollo interno.
- Los viajes del explorador chino Zheng He
Los chinos buscaban nuevas plantas para necesidades de su medicina, una de sus expediciones tenía 180 profesionales de la medicina a bordo
En el 1500, niveles de vida comparables
Cuando las potencias de Europa occidental se lanzan a la conquista del mundo, a finales del siglo XV, el nivel de vida y el grado de desarrollo de los europeos no era superior al de otras grandes regiones del mundo. China aventajaba indiscutiblemente a Europa occidental en muchos aspectos: condiciones de vida de los habitantes, nivel científico, obras públicas, [15] calidad de las técnicas agrícolas y manufactureras. La India estaba más o menos en igualdad con Europa, principalmente desde el punto de vista de las condiciones de vida de sus habitantes y de la calidad de sus productos manufacturados (sus textiles y su hierro eran de mejor calidad que los producidos en Europa). [16] La civilización inca, en los Andes, en América del Sur, y la de los aztecas en México eran igualmente avanzadas y florecientes.
Los europeos no vivían mejor que los pueblos de otras grandes regiones del mundo antes de lanzarse a su conquista
Hay que ser muy prudente cuando se trata de definir los criterios de desarrollo y evitar limitarse al cálculo del producto interior bruto por habitante. La expectativa de vida, el acceso al agua potable, la seguridad de existencia, la calidad de la salud, el respeto de las diferencias, la relación hombre/mujer, los mecanismos de solidaridad colectiva constituyen en su conjunto criterios de comparación más importantes que el PIB per cápita. Sin embargo, si uno se atiene a ese último criterio y si se agrega la esperanza de vida y la calidad de la alimentación, los europeos no vivían mejor que los pueblos de otras grandes regiones del mundo antes de lanzarse a su conquista.
- Colón navegando por la costa norte de Cuba. Fuente: NYPL Library
El comercio intraasiático antes de la irrupción de las potencias europeas
En 1500, la población de Asia era cinco veces más importante que la de Europa occidental. La población de la India por sí sola representaba el doble de la población de Europa occidental. [17] La región representaba entonces un mercado muy vasto con una red de negociantes asiáticos operando entre África y la India, y entre las Indias orientales e Indonesia. Al este del estrecho de Malaca, el comercio era dominado por China.
Los negociantes asiáticos conocían bien la dirección estacional de los vientos y los problemas de la navegación en el océano Índico. Los navegantes experimentados eran numerosos en la región; tenían a su disposición un conjunto de estudios científicos sobre astronomía y navegación. Sus instrumentos de navegación no tenían gran cosa que envidiar a los de los portugueses.
Desde África oriental hasta Malaca (en el angosto estrecho que separa a Sumatra de Malasia), el comercio asiático era realizado por comunidades de mercaderes que conducían sus actividades sin navíos armados ni injerencia marcada de los gobiernos.
Las cosas cambiaron radicalmente con los métodos empleados por los portugueses, los holandeses, los ingleses, los franceses al servicio de sus Estados y de sus mercaderes. Las expediciones marítimas lanzadas por las potencias europeas hacia diferentes partes de Asia aumentaron considerablemente, como lo muestra la tabla de abajo (tomado de Maddison, 2001). El mismo indica claramente que Portugal era, sin discusión, la potencia europea dominante en Asia durante el curso del siglo XVI. Fue desplazada en el siglo siguiente por los holandeses, quienes permanecieron dominantes hasta el siglo XVIII, con los ingleses ocupando la segunda posición.
Tabla2. Número de navíos enviados a Asia por siete países europeos: 1500-1800
AÑOS |
1500-1599 |
1600-1700 |
1701-1800 |
Portugal |
705 |
371 |
196 |
Países Bajos |
65 a |
1.770 |
2.950 |
Inglaterra |
|
811 |
1.865 |
Francia |
|
155 |
1.300 |
Otros países |
|
54 |
350 |
total |
770 |
3.161 |
6.661 |
Fuentes: Portugal 1500-1800, datos extraídos de Magalhães Godinho en Bruijn y Gaastra (1993), pp. 7 y 17; otros datos tomados de Bruijn y Gaastra, pp. 178 y 183. Los «otros países» designan los barcos de las compañías de comercio danesas y suecas, y de la compañía de Ostende.
La Gran Bretaña se unió a las otras potencias europeas en la conquista del mundo
«En el siglo XVI, las principales actividades de Inglaterra fuera de Europa eran la piratería y los viajes de reconocimiento para estudiar las posibilidades de crear un imperio colonial. El golpe más audaz fue el apoyo real dado a la expedición de Drake (1577-1580), quien, con cinco naves y 116 hombres, rodeó el estrecho de Magallanes, apresó y despojó los barcos españoles cargados de tesoros a lo largo de las costas chilenas y peruanas, estableció contactos útiles en las islas de las especias desde las Molucas y Java, en el cabo de Buena Esperanza y Guinea, al regreso». [18]
A finales del siglo XVI, Gran Bretaña dio un golpe decisivo con el que afirmó definitivamente su poderío naval al infligir una derrota a España frente a las costas británicas. A partir de ese momento se lanzó a la conquista del Nuevo Mundo y de Asia. En el Nuevo Mundo estableció colonias azucareras en las Antillas y, a partir de la década de 1620, participó activamente en el tráfico de esclavos importados de África. Simultáneamente, instaló entre 1607 y 1713 quince colonias de poblamiento en América del Norte, 13 de las cuales acabaron proclamando su independencia para devenir, en 1776, los Estados Unidos; las otras dos permanecerían en el regazo británico y constituirían parte del Canadá.
En Asia, la corona británica adoptó otra política: antes que recurrir a la creación de colonias de poblamiento, instauró un sistema de colonias de explotación, comenzando por la India. A tal efecto, el Estado británico otorgó en 1600 su protección a la Compañía de las Indias Orientales (una asociación de mercaderes que competía con otros agrupamientos del mismo tipo también en Gran Bretaña). En 1702, la Compañía de las Indias Orientales obtuvo del Estado el monopolio del comercio y se lanzó a la conquista de la India, que logró con la victoria en la batalla de Plassey en 1757, lo que le permitió tomar el control de Bengala. Durante algo más de dos siglos, Gran Bretaña aplicó una política económica proteccionista pura y dura; luego, una vez convertida en la potencia económica dominante durante el curso del siglo XIX, impuso una política imperialista de libre comercio. Por ejemplo, impuso a golpes de cañón a China, la «libertad del comercio» a fin de forzar a los chinos a comprar el opio indio y permitir a los británicos adquirir, con el producto de la venta del opio, té chino para revenderlo en el mercado europeo.
En el resto del mundo, Inglaterra extendió sus conquistas en Asia (Birmania, Malasia), en Australasia (Australia, Nueva Zelanda…), en el norte de África (Egipto), en Oriente Próximo…
En cuanto al África subsahariana, hasta el siglo XIX el comercio de esclavos fue su único gran ámbito de interés. Luego, se lanzó a su conquista.
Goa: un enclave portugués en la India
En la India, como en otros lugares de Asia, los portugueses se anticiparon a los ingleses, y fueron conquistando pequeñas porciones del territorio indio, donde establecían emporios y aplicaron el terrorismo religioso. Fue así cómo en Goa implantaron en 1560 el tribunal de la Inquisición, que se mantendría hasta 1812. En 1567, todas las ceremonias hinduistas fueron prohibidas. En un poco más de dos siglos, 16.000 casos fueron juzgados en Goa por el tribunal de la Inquisición y miles de hindúes perecieron quemados vivos en la hoguera.
La conquista de Las Indias por los británicos
Los británicos, durante la conquista de la India, expulsaron a los competidores europeos, holandeses y franceses. Estos últimos estaban dispuestos a imponerse pero no tuvieron éxito. Su derrota a mediados del siglo XVIII en la guerra de los 7 años, en la que se enfrentaron a los británicos, se debió principalmente a la insuficiencia del apoyo proporcionado por el Estado francés. [19]
Para hacerse con el control de la India, los ingleses buscaron sistemáticamente aliados entre las clases dominantes y los señores locales. No dudaron, cuando les parecía necesario, en utilizar la fuerza, como después de la batalla de Plassey en 1757, o como en la violenta represión de la revuelta de los Cipayos en 1859.
Para adueñarse de India, los ingleses buscaron, sistemáticamente, aliados entre las clases dominantes locales
Pusieron a su servicio las estructuras locales de poder y, la mayor parte del tiempo, dejaron en sus puestos a los señores, permitiéndoles continuar llevando una vida ostentosa mientras les imponían las reglas del juego (no disponían de ningún poder real frente a los británicos).
La división de la sociedad en castas fue mantenida y hasta reforzada, lo que sigue constituyendo un peso terrible para la sociedad hindú. En efecto, la división en castas, con origen en el nacimiento y hereditaria, se suma a la división de la sociedad en clases y a la dominación del género masculino sobre las mujeres.
La división de la sociedad india en castas fue mantenida y reforzada por Gran Bretaña
Por medio de la recaudación de impuestos y el comercio desigual con Gran Bretaña, el pueblo indio contribuyó al enriquecimiento de la metrópoli, como Estado, así como al de sus clases ricas (comerciantes, industriales, personal político). Pero los británicos no fueron los únicos que se enriquecieron: los banqueros, los comerciantes, los patrones de las manufacturas indias acumularon también fortunas colosales. Fue gracias a eso que la Compañía de las Indias Orientales (EIC) y el Estado Británico pudieron mantener, por tan largo tiempo, una dominación que suscitaba un profundo sentimiento de rechazo en el pueblo.
- Las rutas de la trata de esclavos africanos
El ejemplo de la industria algodonera
Los textiles de algodón producidos en la India eran de una calidad inigualable a nivel mundial. Los británicos intentaron copiar sus técnicas de producción y de elaborar en su isla tejidos de algodón de calidad comparable, pero durante largo tiempo los tejidos resultantes fueron de calidad mediocre. Bajo la presión de los propietarios de los telares británicos, el gobierno de Londres prohibió la exportación de los tejidos de algodón indios con destino a los territorios integrantes del Imperio Británico. Londres también prohibió a la Compañía de las Indias Orientales comerciar los textiles indios de algodón fuera del Imperio. Así, Gran Bretaña trató de cerrar todas las salidas posibles para los textiles indios. Fue sólo gracias a tales medidas que la industria británica del algodón pudo llegar a ser verdaderamente rentable.
En la actualidad, los británicos y los representantes de las otras potencias más industrializadas aplican sistemáticamente, en el marco de la Organización Mundial del Comercio, los acuerdos comerciales relativos al derecho de propiedad intelectual para frenar el desarrollo de países como la India. Sin embargo, hace poco menos de tres siglos no dudaron en copiar los métodos de producción y el diseño de los indios, principalmente en el campo de la industria textil de algodón. [20]
Por otra parte, para aumentar sus beneficios y llegar a ser más competitivos que la industria algodonera india, los patrones británicos de las empresas algodoneras fueron llevados a introducir nuevas técnicas de producción: utilización de la máquina de vapor y de nuevos hiladoras y telares para hilar y para tejer. Recurriendo a la fuerza, los británicos transformaron la India de manera fundamental. Cuando, hasta fines del siglo XVIII, la economía de la India era exportadora de productos manufacturados de alta calidad y autosatisfacía ampliamente la demanda de su mercado interior, fue invadida en los siglos XIX y XX por productos manufacturados europeos, británicos en particular. Gran Bretaña prohibió a la India exportar sus productos manufacturados, en cambio, la forzó a exportar en forma creciente opio a China en el siglo XIX (así como le impuso militarmente a China comprar opio de la India) e inundó el mercado indio de productos manufacturados británicos. En resumen, produjo el subdesarrollo de la India.
- El Bund en Shanghai cuando los poderes coloniales tenían el control.
La destrucción y el acaparamiento de los bienes comunes
Desde el inicio del capitalismo, los bienes comunes fueron sistemáticamente cuestionados por la clase capitalista en su lógica de mercantilización y de apropiación privada. Entre los objetivos perseguidos por los capitalistas, cuando comenzaron a invertir en las manufacturas europeas, hace varios siglos, estaba la supresión de las fuentes vitales de subsistencia de la mayor parte del pequeño campesinado, que constituía, de lejos, la mayoría de la población europea. El objetivo era conseguir que esa gente migrase a las ciudades y aceptase un trabajo con salarios de miseria en las manufacturas de los capitalistas. En los países de otros continentes sometidos a la conquista de las potencias europeas, sus fines fueron: robar las tierras de las poblaciones locales, sus materias primas y por lo tanto, sus recursos vitales, instalar colonos y someter a las poblaciones originarias al trabajo forzado.
Desde el inicio del capitalismo, los bienes comunes fueron sistemáticamente cuestionados por la clase capitalista en su lógica de apropiación privada
Desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, los diferentes países, cuyas economías fueron progresivamente dominadas por el sistema capitalista, sufrieron un vasto proceso de destrucción de los bienes comunes. Autores como Karl Marx (1818-1883) en el libro I de El Capital [21], Rosa Luxemburgo (1871-1919) en su libro La acumulación de capital [22], Karl Polanyi (1886-1964) en La Gran Transformación [23], Silvia Federici (1942) en Calibán y la bruja [24] lo remarcaron fuertemente. La hermosa película de Raoul Peck sobre el joven Karl Marx [25] comienza con unas imágenes muy fuertes de uno de los múltiples ejemplos de destrucción de los bienes comunes: la represión brutal de gente pobre que estaba recogiendo leña en los bosques de la región alemana de Renania y la postura de Karl Marx en defensa de las víctimas de los procesos judiciales por haber ejercido un derecho colectivo milenario que contradecía la lógica capitalista. Daniel Bensaïd le dedicó un pequeño libro titulado Los desposeídos. Karl Marx, los ladrones de madera y el derechos de los pobres, en el que muestra la prosecución de la destrucción de los bienes comunes. [26]
En El Capital, Karl Marx resumía algunas de las formas que adquiría la imposición del sistema capitalista en Europa: «El saqueo de los bienes eclesiásticos, la fraudulenta enajenación de los dominios públicos, el robo de la propiedad comunal, la transformación usurpadora, efectuada con un despiadado terrorismo, de la propiedad feudal y de clanes en moderna propiedad privada, fueron otros tantos métodos idílicos de la acumulación originaria. Ellos abrieron paso a la agricultura capitalista, incorporaron la tierra al capital y crearon a la industria urbana la necesaria afluencia de un proletariado enteramente libre.» (El Capital, libro I, séptima sección, El proceso de acumulación de capital, capítulo XIV, 2-La expropiación de la población rural y de su tierra. Páginas 221-222)
El saqueo de los terrenos comunales, uno de los procedimientos idílicos de la acumulación primitiva capitalista
Imponiéndose progresivamente como modo de producción en Europa, el capitalismo, al mismo tiempo, extendió su reino al resto del mundo: «El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata en América, el exterminio, la esclavización y sepultamiento de la población indígena en las minas, la incipiente conquista y saqueo de las Indias Orientales, la transformación de África en una reserva de caza comercial de pieles negras, son los rasgos distintivos de la aurora de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos constituyen los momentos fundamentales de la acumulación originaria.» (El Capital, libro I, op.cit., 6- Génesis del capitalista industrial, página 243.)
La transformación de África es una especie de coto de caza comercial, para poder atrapar a los pieles negras, otro procedimiento idílico de la aurora de la era capitalista
- Fresco de Diego Rivera: La explotación de México por los conquistadores
La deuda externa como arma de dominación y de subordinación
La utilización de la deuda externa como arma de dominación jugó un papel fundamental en la política imperialista de las principales potencias capitalistas a lo largo del siglo XIX y prosigue en el siglo XXI bajo formas que han evolucionado. Grecia, desde su nacimiento en los años 1820-1830, estuvo sometida por completo a los dictados de las potencias acreedoras (en particular Gran Bretaña y Francia) [27]. Haití, que se había liberado de Francia en el curso de la Revolución francesa y había proclamado su independencia en 1804, fue de nuevo sometida a su exmetrópoli en 1825 mediante la deuda. [28] El Túnez endeudado fue invadido por Francia en 1881 y transformado en un protectorado-colonia [29]. La misma suerte le fue impuesta a Egipto en 1882 por Gran Bretaña [30]. El Imperio otomano, a partir de 1881, fue sometido directamente a los acreedores (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia…) [31], lo que aceleró su estallido. China fue forzada por los acreedores a conceder concesiones territoriales y a abrir por completo su mercado en el siglo XIX. La Rusia zarista fuertemente endeudada habría podido constituirse también en presa de las potencias acreedoras si la revolución bolchevique no hubiera realizado, en 1917-1918, el repudio unilateral de las deudas.
La utilización de la deuda externa como arma de dominación tuvo un papel fundamental en la política imperialista
De las diferentes potencias periféricas [32] que podían, probablemente, acceder al papel de potencias capitalistas imperialistas en la segunda mitad del siglo XIX, o sea, el Imperio Otomano, Egipto, el Imperio ruso, China y Japón, sólo este último logró esa mutación [33]. En efecto, Japón no recurrió prácticamente al endeudamiento exterior para realizar un importante desarrollo económico y transformarse en una potencia capitalista imperialista en la segunda mitad del siglo XIX. Japón conoció un importante desarrollo capitalista autónomo como consecuencia de las reformas del período Meiji (iniciado en 1868). Importó las técnicas de producción occidentales más avanzadas de entonces, a la vez que impedía la penetración financiera extranjera en su territorio, rechazando recurrir a préstamos exteriores y suprimiendo en el país las trabas a la circulación de los capitales autóctonos. A finales del siglo XIX, Japón pasó de una autarquía secular a una expansión imperialista vigorosa. Por supuesto, la ausencia de endeudamiento exterior no fue el único factor que permitió a Japón dar el salto hacia un desarrollo capitalista vigoroso y llevar a cabo una política internacional agresiva, alzándole al rango de las grandes potencias imperialistas. Otros factores que sería demasiado largo enumerar aquí operaron igualmente, pero es evidente que la ausencia de endeudamiento exterior tuvo un papel fundamental. [34]
Por el contrario, China, que hasta los años 1830 llevaba a cabo un desarrollo muy importante y constituía una potencia económica de primer nivel [35], al recurrir al endeudamiento exterior permitió a las potencias europeas y a Estados Unidos marginarla y someterla progresivamente. Aquí también intervinieron otros factores, como las guerras impuestas por Gran Bretaña y Francia para imponer el libre comercio y la exportación forzosa a China del opio indio, pero el recurso a la deuda externa y sus nefastas consecuencias tuvieron una función muy importante. Efectivamente, para poder reembolsar los préstamos externos, China tuvo que sacrificar concesiones territoriales y portuarias a las potencias extranjeras.
En el siglo XIX, China tuvo que ceder partes de su territorio y puertos a las potencias extranjeras para poder pagar su deuda externa
Rosa Luxemburgo menciona, entre los métodos empleados por las potencias capitalistas occidentales para dominar a China el «sistema de la deuda pública, de préstamos europeos, de control europeo de las finanzas que llevó, como consecuencia, a la ocupación de las fortalezas chinas, la apertura forzada de puertos libres y la concesión de ferrocarriles obtenidas bajo la presión de los capitalistas europeos”. [36] Joseph Stiglitz, casi un siglo después de Rosa Luxemburgo, vuelve sobre ello en su obra La gran desilusión.
Endeudamiento externo y libre comercio
Durante la primera mitad del siglo XIX, los gobiernos latinoamericanos, excepto el del Dr. Francia en Paraguay [37], adoptaron políticas de libre comercio bajo la presión de Gran Bretaña.
Dado que las clases dominantes locales no invertían en la transformación o la fabricación local de productos destinados al mercado interior, la adopción del libre comercio no constituía una amenaza para sus intereses. Y, como corolario, el hecho de aceptar la importación libre de productos manufacturados provenientes esencialmente de Gran Bretaña, condenaba a esos países a la incapacidad para dotarse de un verdadero tejido industrial. El abandono del proteccionismo destruyó una mayoría de las manufacturas y de los talleres locales especialmente en el ámbito textil.
En cierta forma, se puede decir que la combinación del recurso al endeudamiento externo y del libre comercio constituye el factor fundamental del subdesarrollo de América Latina. Por supuesto, ligado a la estructura social de los países latinoamericanos. Las clases dominantes locales, y especialmente la «burguesía compradora», decidieron ese camino a favor de sus propios intereses.
La combinación del recurso al endeudamiento externo y a la adopción del libre comercio, constituye el factor fundamental del desarrollo del subdesarrollo en Latinoamérica
A fines del siglo XVIII, varias regiones de Latinoamérica, aunque todavía bajo la dominación colonial, tuvieron un desarrollo real artesanal y manufacturero volcado principalmente en el mercado local. Gran Bretaña apoyó los afanes de independencia de Latinoamérica pero con la perspectiva de dominar económicamente la región. Desde el comienzo, Gran Bretaña expuso claramente una condición para reconocer a los Estados independientes: debían comprometerse a que las mercaderías inglesas entraran libremente en sus territorios, siendo el objetivo mantener las tasas de importación en cerca del 5 %. La mayor parte de los nuevos Estados aceptaron esa condición y eso originó una crisis para los productores locales, en particular para los artesanos y pequeños empresarios. Eduardo Galeano ofrece una impresionante serie de ejemplos en su libro Las venas abiertas de América Latina, [38]Los mercados locales fueron invadidos por los productos ingleses.
Es necesario señalar un factor esencial en el advenimiento de Gran Bretaña como primera potencia industrial, financiera, comercial y militar durante el siglo XIX: las autoridades londinenses mantuvieron una fuerte práctica proteccionista hasta 1846. [39] Mientras que Gran Bretaña había obtenido de los dirigentes independentistas latinoamericanos que firmaran, desde los años 1810-1820, acuerdos por los que se abría la economía de los nuevos Estados independientes en construcción a las mercaderías e inversiones británicas, [40] las autoridades inglesas fueron muy cuidadosas en la protección de sus industrias y de su comercio. Y fue porque Gran Bretaña protegió fuertemente su mercado y por lo tanto sus industrias en pleno desarrollo, al mismo tiempo que destruía las manufacturas de sus competidores (como fue el caso de la industria textil de la India), que ésta consiguió convertirse en la primera potencia. Una vez que su industria obtuvo un avance tecnológico evidente, Gran Bretaña se abrió al libre comercio, puesto que ya no tenía ningún competidor serio que temer. Como lo explica Paul Bairoch, a partir de los años 1840: «el país más desarrollado se había convertido en el más liberal, lo que le permitía atribuir su éxito económico al sistema de libre comercio, mientras que la relación de causalidad era la inversa». [41] Bairoch agrega que hasta 1860, en el continente europeo, solamente algunos países pequeños, que tenían menos del 10 % de la población europea continental, habían adoptado una política de libre comercio: los Países Bajos, Dinamarca, Portugal, Suiza, Suecia y Bélgica. Y no olvidemos que Estados Unidos permaneció proteccionista durante todo el siglo XIX —y continuaron mayormente en el siglo XX—.
George Canning, uno de los principales políticos británicos, [42] escribía en 1824: «El negocio está hecho: América hispánica es libre, y si nosotros no llevamos demasiado mal nuestros asuntos, ella será inglesa». Trece años más tarde, el cónsul inglés en el Plata, Woodbine Parish, describía a un gaucho de la pampa argentina de esta manera: «Tómense todas las piezas de su ropa examínese todo lo que lo rodea y exceptuando lo que sea de cuero, ¿qué cosa habrá que no sea inglesa? Si su mujer tiene una pollera, hay diez posibilidades contra una que sea manufactura de Manchester. La caldera u olla en que cocina, la taza de loza ordinaria en la que come, su cuchillo, sus espuelas, el freno, el poncho que lo cubre, todos son efectos llevados de Inglaterra». [43]
Para llegar a ese resultado, Gran Bretaña no necesitó recurrir a la conquista militar (aunque si lo creyera necesario no dudaría en usar la fuerza). Utilizó dos armas económicas muy eficaces: el crédito internacional y la imposición del abandono del proteccionismo.
Las crisis de la deuda externa de América Latina del siglo XIX al siglo XXI
Desde su independencia en los años 1820, los países de América Latina han conocido cuatro crisis de la deuda.
La primera se declaró en 1826, producida por la primera gran crisis capitalista internacional que comenzó en Londres en diciembre de 1825. Esta crisis de la deuda se prolongó hasta los años 1840-1850.
La segunda comenzó en 1876 y terminó en los primeros años del siglo XX. [44]
La tercera comenzó en 1931, como prolongación de la crisis que había estallado en 1929 en los Estados Unidos. Se acabó a finales de los años 1940.
La cuarta estalló en 1982, ligada al cambio drástico efectuado por la Reserva Federal de los Estados Unidos en materia de tipos de interés, junto a la caída de los precios de las materias primas. Esta cuarta crisis terminó en 2003-2004, cuando el aumento de los precios de las materias primas produjo un enorme incremento en los ingresos en divisas. Los países de América Latina se aprovecharon, en ese momento, también de tipos de interés internacionales que bajaron enormemente, como consecuencia de las decisiones de la Fed, seguida por el BCE y el Banco de Inglaterra, a partir de la crisis bancaria en el Norte que comenzó en 2008-2009.
Ahora, se está generando una quinta crisis.
Los orígenes de estas crisis y los momentos en que estallan están íntimamente ligados al ritmo de la economía mundial y, principalmente, la de los países más industrializados. Cada crisis de la deuda estuvo precedida de una fase de sobrecalentamiento de la economía de los países más industrializados del Centro, en la que hubo superabundancia de capitales, de los que una parte fue reciclada hacia las economías de la Periferia.
Los orígenes de las crisis de las deudas del Sur, y el momento en el que estallan, están ligados al ritmo de la economía mundial y de los países del Norte
Las fases preparatorias del estallido de la crisis, durante las cuales la deuda aumenta con fuerza, corresponden al final de cada ciclo largo expansivo de los países más industrializados, salvo en el caso presente, pues, esta vez, no se puede hablar de ciclo largo expansivo excepto en lo que se refiere a China. La crisis está generalmente provocada por factores externos a los países periféricos endeudados: una recesión o un crash financiero que afecte a una o varias de las principales economías industrializadas, un cambio de política de los tipos de interés decidido por los bancos centrales de las grandes potencias del momento.
Las crisis de la deuda son generalmente provocadas por factores externos a los países periféricos endeudados
Lo que hemos afirmado está en contradicción con la narración de las crisis que domina el pensamiento económico-histórico [45] y que es vehiculizado por los grandes medios y los gobernantes. Según la narración dominante, la crisis que estalló en Londres en diciembre de 1825, y se extendió a otras potencias capitalistas, resultó del sobreendeudamiento de los Estados latinoamericanos; la de los años 1870, del sobreendeudamiento también Latinoamérica, y además de Egipto y del Imperio otomano; la de los años 1890, que estuvo a punto de provocar la quiebra de uno de los principales bancos británicos, del sobreendeudamiento de Argentina; la de los años 2010, del sobreendeudamiento de Grecia y más en general de los “PIGS” (Portugal, Irlanda, Grecia, Spain/España).
El capitalismo prosiguió su ofensiva contra los bienes comunes en el siglo XX y continúa en el XXI
El capitalismo prosiguió su ofensiva contra los bienes comunes por dos razones:
Los bienes comunes sobreviven, no desaparecieron del todo, y por lo tanto limitan la dominación total del capital, que busca, por lo tanto, apropiarse de los mismos o reducirlos al mínimo indispensable.
Una serie de importantes luchas permitieron recrear bienes comunes durante los siglos XIX y XX. Esos espacios de bienes comunes siguen estando cuestionados.
Durante los siglos XIX y XX hubo, simultáneamente, destrucción y reconquista o construcción de espacios de bienes comunes
Durante el siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, el movimiento obrero recreó espacios de bienes comunes al desarrollar sus sistemas de solidaridad: creación de cooperativas, desarrollo de cajas de resistencia, fondos de solidaridad. La victoria de la revolución rusa condujo también, durante un período corto de tiempo al restablecimiento de bienes comunes, antes de que la degeneración estalinista impusiera la dictadura y los privilegios vergonzosos en beneficio de la casta burocrática como lo describió, en 1936, León Trotsky en su libro La revolución traicionada. [46]
Durante los siglos XIX y XX, el movimiento obrero recreó espacios de bienes comunes al desarrollar sistemas de solidaridad
En cierta forma, en los países capitalistas, las luchas políticas y sociales produjeron en el siglo XX (según una periodicidad que varía de un país a otro) el desarrollo de lo que se llamó el estado del bienestar. Los gobiernos capitalistas comprendieron que era necesario hacer concesiones al movimiento obrero para conseguir la paz social, y en algunos casos, evitar el reinicio de luchas revolucionarias.
Después de la Segunda Guerra Mundial, desde fines de los años 1940 hasta fines de los años 1970, la ola de descolonización, principalmente en África, Oriente Próximo y en Asia, a la que se agregan las victorias de las revoluciones como la de China (1949) o la de Cuba (1959), condujeron al renacimiento de ciertos bienes comunes, especialmente por medio de la ola de nacionalizaciones de algunas infraestructuras (el canal de Suez en 1956 por el régimen de Nasser) y de fuentes de materias primas (el cobre por Allende a comienzos de los años 1970) y los hidrocarburos (Argelia, Libia, Iraq, Irán…).
El derecho al desarrollo de los pueblo supone el ejercicio del derecho inalienable a la total soberanía sobre todas sus riquezas y sus recursos naturales
Ese período de reafirmación de los bienes comunes se expresó claramente en una serie de documentos de las Naciones Unidas, desde la Declaración universal de los derechos humanos en 1948 hasta la Declaración sobre el derecho al desarrollo de 1986. Subrayemos el punto 2 del artículo 1 de la Declaración sobre el derecho al desarrollo que dice:
«El derecho humano al desarrollo implica también la plena realización del derecho de los pueblos a la libre determinación, que incluye, con sujeción a las disposiciones pertinentes de ambos Pactos internacionales de derechos humanos, el ejercicio de su derecho inalienable a la plena soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales.» [47] Ese derecho inalienable de los pueblos «a la plena soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales» está cuestionado constantemente por instituciones como el Banco Mundial, el FMI, la mayor parte de los gobiernos y las grandes compañías privadas.
La reproducción social en el centro de las preocupaciones sobre los bienes comunes gracias a la acción de los movimientos feministas
La actividad de reproducción social aparece también en el centro de las preocupaciones sobre los bienes comunes gracias a la acción de los movimientos feministas. Como escriben Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Nancy Fraser en su manifiesto titulado Feminismo para el 99 % [48], «Por último, la sociedad capitalista alberga una contradicción socio-reproductiva: una tendencia a reclutar para beneficio del capital tanto trabajo reproductivo “libre” como le sea posible, sin preocuparse en absoluto de reponerlo. Como consecuencia, periódicamente da lugar a “crisis de cuidados”, que agotan a las mujeres, devastan familias y tensan las energías sociales hasta un punto de ruptura.» [49] (Epílogo, p. 58). Las autoras llegan al concepto de reproducción social en el siguiente pasaje: …«que la sociedad capitalista está compuesta por dos imperativos inextricablemente entrelazados aunque mutuamente opuestos: la necesidad del sistema de sostenerse a sí mismo mediante su procedimiento distintivo de obtención de beneficios, frente a la necesidad de los seres humanos de sustentarse a sí mismos mediante procesos que llamamos creación de personas. La reproducción social se refiere al segundo
imperativo. Abarca las actividades que sustentan a los seres humanos como seres sociales con cuerpo, que no solo deben comer y dormir, sino también criar a sus hijos, cuidar de sus familias y mantener sus comunidades, todo ello mientras persiguen sus esperanzas de cara al futuro. Estas actividades de crear personas existen de una forma u otra en todas las
sociedades. Sin embargo, en las sociedades capitalistas dichas actividades también deben servir a otro amo, a saber, al capital, que requiere que el trabajo socio-reproductivo produzca y reponga la «fuerza de trabajo». (Epílogo p. 60).
Lo que agregan, un poco más adelante, las autoras, nos acerca a la situación puesta en evidencia por la crisis multidimensional actual del capitalismo y la pandemia del coronavirus: «…se asume que siempre habrá energías suficientes para producir obreros y sostener las conexiones sociales de las que dependen la producción económica y, más en general, la sociedad. En realidad, las capacidades sociales reproductivas no son infinitas, y puede suceder que se las tense hasta el punto de ruptura. Cuando una sociedad retira el apoyo público a la reproducción social y a un mismo tiempo recluta a sus principales proveedores para largas y extenuantes horas de trabajo mal remunerado, agota las mismas capacidades sociales de las que depende.» (Epílogo, p. 63).
La ofensiva capitalista neoliberal suprime las ayudas públicas a la reproducción social y obliga a las personas sobre las que recae la misma, a efectuar un trabajo extenuante y mal pagado
Lo que denuncian en este pasaje Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Nancy Fraser permite comprender mejor la fragilidad de la sociedad capitalista frente al coronavirus, la incapacidad de los gobiernos para emprender lo necesario, y a tiempo, para poder defender la población lo mejor posible en un contexto de pandemia, la presión ejercida sobre los y las trabajadores/as de los sectores esenciales y vitales para ayudar a las poblaciones mientras que, al mismo tiempo, como consecuencia de las decisiones de esos mismos gobiernos, esos y esas trabajadores y trabajadoras están mal pagados/as, desvalorizados/as, y con déficit de personal. Y se puede hacer la misma constatación sobre las causas de la incuria de los gobiernos para afrontar las consecuencias del cambio climático en curso, sobre la escasez de equipamientos y de personal encargado de la protección civil frente a las «catástrofes naturales«, cada vez más frecuentes.
La deuda pública fue y es utilizada por el sistema capitalista para arremeter contra los bienes comunes
Desde los años 1970-1980, las deudas públicas fueron utilizadas sistemáticamente para aumentar los ataques contra los bienes comunes tanto en el Norte como en el Sur del planeta. Esto es lo que el CADTM, así como otros movimientos que se oponen a las deudas ilegítimas, denuncian sin parar desde los años 1980. Dediqué a esa lucha una decena de libros [50] y cientos de artículos. Es muy alentador constatar que cada vez hay más autores y autoras que remarcan la utilización del arma de la deuda para arremeter contra los bienes comunes y, en especial, contra los servicios públicos. [51]
La deuda es el arma predilecta del capitalismo financiarizado
Como ejemplo vuelvo a citar a las autoras del Manifiesto feminista para el 99%: «En lugar de capacitar a los Estados a estabilizar la reproducción social a través de la provisión pública, permite que el capital financiero regule los Estados y el sector público según los intereses inmediatos de los inversionistas privados. Su arma elegida es la deuda. El capital financiero vive de la deuda soberana, que utiliza para proscribir, incluso las formas más moderadas de provisión socialdemócrata, obligando a los Estados a liberalizar sus economías, abrir mercados e imponer la “austeridad” a poblaciones indefensas.» (Epílogo, pp. 66-67).
El capital financiero vive de la deuda soberana
En el curso de la ofensiva neoliberal que dominó la escena mundial a partir de los años 1980, los gobiernos y los diferentes organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI utilizaron la necesidad de pagar la deuda pública para generalizar una ola de privatizaciones de empresas estratégicas, de servicios públicos, de recursos naturales tanto en el Norte como en el Sur del planeta. Eso invirtió, como se indicó antes, una tendencia que había marcado la evolución de las décadas precedentes durante las cuales, bajo la presión de las luchas, se reforzaron los bienes comunes.
La lista de los ataques realizados en nombre del reembolso de la deuda es bien larga. Algunos de esos ataques aceleraron la crisis ecológica y el desarrollo de las zoonosis: deforestación acelerada, aumento de la cría intensiva y de monocultivos con el fin de suministrar ingresos en divisas que permitan pagar la deuda externa. Y todo eso en aplicación de las políticas de ajuste estructural recomendadas por el FMI y el Banco Mundial.
Las políticas impuestas para que se pueda pagar la deuda redujeron grandemente la capacidad de los Estados y de las poblaciones de hacer frente al coronavirus
Algunas de ellas impuestas para el pago de la deuda tienen también un impacto directo sobre la capacidad de los Estados y de sus poblaciones a poder hacer frente a la pandemia de la Covid-19 y de otras crisis sanitarias: estancamiento o reducción de los gastos para la sanidad pública, imposición del respeto a las patentes de los medicamentos y tratamientos, renuncia a la producción de medicamentos genéricos, abandono de la producción local de equipamientos médicos, promoción del sector privado en el ámbito sanitario, supresión de la gratuidad del acceso a los servicios de salud en un gran número de países, precarización de las condiciones de trabajo de los trabajadores y las trabajadoras de la sanidad, desarrollo de las asociaciones público-privada… Cuando entendemos el papel de la instrumentalización del pago de la deuda pública para intensificar las políticas capitalistas neoliberales más mortíferas, también nos damos cuenta de la necesidad de luchar por la anulación de las deudas ilegítimas.
Luchar por la anulación de las deudas legítimas
La deuda pública= alienación del Estado
Ya hace más de un siglo y medio, Marx había encontrado una expresión muy clara para describir esa situación: «La deuda pública, esto es, la enajenación del Estado, ya sea despótico, constitucional o republicano, imprime su sello a la era capitalista.» [52]
Marx también escribió: « El crédito público y el crédito privado son el termómetro económico que permite medir la intensidad de una revolución. » [53]
El crédito público y el crédito privado son el termómetro económico que permite medir la intensidad de una revolución.
Karl Marx Las luchas de clases en Francia, 1848-1850
La pandemia ensanchó la brecha entre el Norte global y el Sur global
Frente a la pandemia de la Covid-19, que comenzó a fines de 2019 y comienzos del 2020, según los países, la respuesta de los gobiernos de los países que forman parte tradicionalmente de las potencias imperialistas (Europa occidental, Estados Unidos y Canadá, Japón, Australia-Nueva Zelanda) y de las grandes compañías farmacéuticas privadas ampliaron la brecha entre el Norte global y el Sur global.
Para el Big Pharma es más rentable y más seguro suministrar prioritariamente a los países ricos, ya que los gobiernos del Norte financian por adelantado una parte de la producción y no tienen problemas en pagar un precio alto. Y es evidente que las grandes compañías farmacéuticas les dieron a esos países una prioridad absoluta. Las cifras que indican la distribución geográfica del suministro de vacunas son elocuentes. Para Moderna, la Unión Europea y Estados Unidos representan el 84 % de sus ventas totales. Para Pfizer/BioNTech el 98 % de sus ventas y el 79 % para Johnson & Johnson se realizaron en países de ingresos altos o medios superiores. Pfizer y BioNTech, por el momento, solamente al Estado sueco proveyeron nueve veces más dosis que a todos los países de ingresos bajos reunidos. [54]
Pfizer y BioNTech suministraron solamente al Estado sueco, por el momento, nueve veces más de dosis que al conjunto de países de ingresos bajos.
La cartografía de la vacunación indica también muy claramente que una parte del mundo fue dejada de lado. Recordemos que, a comienzos de octubre de 2021, sobre las 5.760 millones de dosis inyectadas en el mundo, el 0,3% fueron a países de ingresos bajos donde viven 700 millones de personas. Solamente el 2,1% de la población de los 27 países de ingresos bajos recibieron una dosis de una vacuna contra la Covid-19, mientras que más del 60% de la población de Estados Unidos y Canadá y de Europa occidental está vacunado.
De los 5.760 millones de dosis inyectadas en el mundo, solo el 0,3 % fueron en países de ingresos bajos donde viven 700 millones de personas
Los gobernantes de unos pocos países ricos se oponen al levantamiento de las patentes que desean más de 100 países del Sur global. Entre los que se oponen de forma más notoria encontramos a la Unión Europea, Suiza y Japón. En el caso de Estados Unidos, aunque el presidente Joe Biden había anunciado, en mayo de 2021, que era favorable al levantamiento de las patentes, hasta ahora, no hizo lo necesario para convencer a los gobiernos que bloquean ese dosier en las Organización Mundial del Comercio (OMC).
Gracias a las patentes y a la ayuda de los Estados, el Big Pharma consiguió una renta ilegítima
Los precios que piden esas farmacéuticas por las vacunas anticovid son totalmente abusivos. Dos ejemplos: según los cálculos basados en las investigaciones de Public Citizen, la producción a gran escala de la vacuna Pfizer/BioNTech cuesta a la empresa solo 1,20 dólares por dosis. La vacuna le cuesta a Moderna cerca de 2,85 dólares por dosis. [55] No obstante Pfizer pide hasta 23,50 dólares por dosis en algunos países y Moderna llega a 37 dólares.
Las grandes industrias farmacéuticas privadas constituyeron un cártel para imponer precios abusivos para sus vacunas, para mantener las patentes, para realizar un gran aumento de los precios desde que se supera una nueva cifra en la pandemia. Estas industrias buscan sus máximos beneficios, pagando el mínimo posible de impuestos y así conseguir una renta garantizada durante al menos 20 años.
Para justificar esos precios elevados de las vacunas, medicamentos y tratamientos, los representantes de la industria farmacéutica ponen por delante el alto nivel de las inversiones en investigación y desarrollo (I+D) y en los ensayos clínicos. Ese argumento es generalmente fácil de refutar, pero, en este caso de la producción de vacunas anticovid, cae por su propio peso ya que los gastos en I+D y en ensayos clínicos fueron financiados por los poderes públicos con el dinero de los contribuyentes.
Los gobiernos del Norte al decidir inyectar una tercera dosis de la vacuna favorecen a los intereses particulares del Big Pharma que obtendrá un beneficio extra. Si las patentes de las vacunas anticovid, de las pruebas (PCR, antígenos…) de los medicamentos no se levantan o simple y llanamente se suprimen, las grandes empresas que dominan el sector de la farmacia acumularán durante los próximos 20 años unos ingresos colosales a costa de la población, de los presupuestos de los Estados y de los sistemas públicos de salud. El dilema es por lo tanto enorme, puesto que sabemos que serán recomendadas o impuestas otras dosis a medida que surjan nuevas mutaciones del virus. Imaginemos una inyección anual durante 20 años con una vacuna protegida por una patente y por lo tanto vendida a un precio elevado… Eso genera una renta extraordinaria.
Imaginemos una inyección anual durante 20 años con una vacuna protegida por una patente y por lo tanto vendida a un precio elevado… Eso genera una renta extraordinaria.
En un dossier muy bien elaborado titulado «Los entresijos de la vacuna de Pfizer: una ganga formidable, única en esta época», el Financial Times explica que esa compañía estadounidense, en el marco de su acuerdo con la alemana BioNTech, se convirtió en líder en el dominio de la producción/comercialización de la vacuna anticovid, dejando atrás a sus competidoras Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson. Como Moderna, Pfizer/BioNTech dio prioridad absoluta a los mercados de los países ricos, y a fines de 2021, ya dominaba el 80 % del mercado de la Unión Europea y el 74 % del mercado estadounidense. Frente a los gobiernos del Sur global, ese Big Pharma es extremadamente exigente y les impone la modificación de su legislación como condición previa al suministro de las vacunas. En su artículo el Financial Times dice:
«Antes de dar la conformidad del acuerdo, Pfizer pide a los países que cambien leyes nacionales para proteger a los fabricantes de la vacuna de eventuales procedimientos judiciales (…). Desde Líbano hasta Filipinas, los gobiernos nacionales cambiaron las leyes para garantizar el suministro de vacunas.» [56]
En América Latina se denuncia exactamente el mismo comportamiento de Pfizer. [57]
Pfizer consiguió que los países modificaran su legislación nacional con el fin de proteger a los fabricantes de vacunas contra demandas judiciales
El Financial Times cita a Jarbas Barbosa, el director adjunto de la Organización Panamericana de la Salud, quien declara que las condiciones que impone Pfizer son «abusivas, en un momento en que debido a la urgencia los gobiernos no pueden negarse». [58]
El diario financiero londinense explica que las negociaciones con Sudáfrica fueron particularmente tensas. El gobierno se queja de las «exigencias excesivas» de Pfizer, calificadas así por su exministro de Salud, Zweli Mkhize. Y eso retardó la entrega de las vacunas. Según el Financial Times, en una etapa de la negociación, Pfizer le pidió al gobierno sudafricano de poner activos soberanos como garantía para cubrir los costes de cualquier posible compensación, que el gobierno rechazó. Según las personas que conocen bien el dosier, el Tesoro sudafricano rechazo firmar ese acuerdo con Pfizer, como le pedía el ministerio de Salud, ya que ese paso equivalía a «una entrega de la soberanía nacional»
El Financial Times agrega que «Pfizer insistió en la indemnización contra demandas civiles y pidió al gobierno que financie un fondo de indemnización.» Según un alto funcionario, conocedor de los esfuerzos para conseguir las vacunas, los sudafricanos le dijeron: «Esos tipos nos meten una pistola en la sien». [59]
La organización sudafricana «Health Justice» ([Justicia para la Salud] se apresta a hacer una demanda judicial para lograr imponer la publicación de los contratos firmados por Pfizer y el gobierno de Sudáfrica. «Queremos saber con qué otras cosas jugaron duro» declaró Fatima Hassan, la fundadora de Health Justice. «Una empresa privada no puede tener tanto poder. El contrato debería hacerse público. Mostraría lo que Pfizer logró obtener de países soberanos de todo el mundo.»
El comportamiento escandaloso de los gobiernos capitalistas más industrializados, que ampliaron deliberadamente la brecha que los separa de los pueblos de países de ingresos bajos, está ilustrado por la tercera dosis de la vacuna. Hasta noviembre de 2021, esos gobiernos hicieron administrar la tercera dosis de la vacuna a 120 millones de habitantes de los países ricos mientras que el total de vacunas administradas en los países empobrecidos llega apenas a 60 millones de personas [60]. Se trata realmente de un apartheid en salud pública.
Por otro lado, Amnistía Internacional tiene razón en denunciar a AstraZeneca, BioNTech, Pfizer, Johnson & Johnson, Moderna, Novavax ya que «esas seis empresas, al mando del despliegue de vacunas contra la Covid-19, alimentan una crisis de derechos humanos sin precedentes al negarse a renunciar a sus derechos de propiedad intelectual y compartir su tecnología, y además, la mayoría de esas industrias farmacéuticas se abstienen de enviar vacunas a los países pobres.» [61]
En agosto de 2021, menos del 2 % de los 1.300 millones de africanos estaban completamente vacunados, contra más del 60 % de los habitantes de Europa occidental, de Estados Unidos y Canadá
COVAX no es la solución
Los gobiernos de los países del Sur deberán endeudarse si quieren ver a su población vacunada, ya que las iniciativas del tipo COVAX son totalmente insuficientes y consolidan la influencia del sector privado. COVAX está codirigido por tres entidades: 1. La Alianza GAVI, una estructura privada en la que participan empresas y Estados. 2. La Coalición para las innovaciones sobre la preparación a las epidemias (CEPI), que es otra estructura privada en la que participan igualmente firmas capitalistas y Estados. 3. La Organización Mundial de la Salud, OMS, que es una agencia especializada de las Naciones Unidas.
Según Amnistía Internacional, AstraZeneca, BioNTech, Johnson&Johnson, Moderna, Novavax y Pfizer, al mando del despliegue de vacunas contra la Covid-19, alimentan una crisis de derechos humanos sin precedentes
Entre las empresas que financian e influyen en GAVI se encuentran, especialmente, la Fundación Bill & Melinda Gates, la Fundación Rockefeller, Blackberry, Coca Cola, Google, la Federación internacional de comercialización de productos farmacéuticos (International Federation of Pharmaceutical Wholesalers), el banco español CaixaBank, el banco UBS (principal banco suizo privado y el mayor banco de gestión de fortunas en el mundo), las sociedades financieras Mastercard y Visa, el constructor de motores para aviones Pratt & Whitney, la firma multinacional estadounidense especializada en los bienes de consumo corrientes (higiene general y personal) Procter & Gamble, la multinacional agroalimentaria neerlando-británica Unilever, la sociedad petrolera Shell International, la firma sueca de streaming musical Spotify, la firma china TikTok, la compañía de automóviles Toyota,… [62]
Entre las empresas que financian e influyen Covax: la Fundación Bill & Melinda Gates, la Fundación Rockefeller, Blackberry, Coca Cola, Google, el banco USB principal banco privado suizo y el mayor banco de gestión de fortunas en el mundo), las sociedades financieras Mastercard y Visa, la sociedad petrolera Shell
La segunda estructura que codirige COVAX es la Coalición para las innovaciones sobre la preparación para las epidemias (CEPI), que fue fundada en Davos en 2017, con ocasión de una reunión del Foro Económico Mundial. Entre las sociedades privadas que financian e influyen fuertemente en el CEPI, encontramos, otra vez, a la Fundación Bill & Melinda Gates, que invirtió 460 millones de dólares.
La composición de la iniciativa COVAX nos dice mucho sobre la renuncia de los Estados y de la OMS a responsabilizarse de la lucha contra la pandemia en particular y con respecto a la salud pública en general. Eso se enmarca en la ola de neoliberalismo que inunda el planeta desde los años 1980. El Secretario General de las Naciones Unidas así como las direcciones de las agencias especializadas del sistema de la ONU (por ejemplo la OMS encargada de la salud y la FAO encargada de la agricultura y de la alimentación) sufrieron una fuerte evolución, en la mala dirección, durante los últimos treinta o cuarenta años. Desde esa época se remitieron cada vez más a la iniciativa privada dirigida por un número restringido de grandes empresas de acción planetaria. Los jefes de Estado y de gobierno tomaron el mismo camino. Podríamos decir que son los gobiernos los que tomaron la iniciativa pero, al hacerlo, se aceptó que esas grandes empresas se vean asociadas a las decisiones, y salgan favorecidas en las opciones elegidas. [63]
La composición de la iniciativa COVAX dice mucho sobre la renuncia de los Estados y de la OMS a responsabilizarse de la lucha contra la pandemia y con respecto a la salud pública en general
Recordemos que hace más de 20 años que los investigadores y las investigadoras y los movimientos sociales, especializados en el ámbito de la salud, propusieron que las administraciones públicas invirtieran dinero suficiente para producir medicamentos eficaces y vacunas contra los diferentes virus de «nueva generación» ligados al aumento de las zoonosis. Una gran mayoría de Estados prefirió remitirse para ese problema al sector privado, permitiéndole tener acceso a los resultados de investigaciones realizadas por organismos públicos, cuando, en realidad, lo necesario era invertir directamente en la producción de vacunas y de tratamientos en el marco de un servicio público de salud.
Ya lo hemos visto: la iniciativa COVAX no constituye en absoluto una solución. COVAX había prometido suministrar, antes del final de 2021, 2.000 millones de dosis a los países del Sur que las pidieran y que estén asociados a la iniciativa. En realidad, se constató que a principios de septiembre de 2021, solamente 243 millones de dosis fueron enviadas al Sur. [64] Así que, como consecuencia, el objetivo de los 2.000 millones de dosis se retrasa al primer semestre de 2022.
Ninguna de las grandes potencias del Norte cumplió con las promesas que había hecho. Por ejemplo: La Unión Europea se había comprometido a entregar 200 millones de dosis a los países más pobres antes del final de 2021, pero, hasta ahora solo se enviaron unos 20 millones, como lo reconoció el martes 7 de septiembre de 2021, Clement Beaune, secretario de Estado encargado de los Asuntos europeos dentro del gobierno francés. [65]
Según un balance oficial realizado en diciembre de 2021, COVAX, hasta este momento, solamente entregó 600 millones de dosis a 114 países o territorios, muy lejos del objetivo inicial de 2.000 millones para el año 2021. Al día de hoy, se han administrado 9 dosis por cada 100 habitantes en los países de ingresos bajos (según el Banco Mundial). Como comparación, la media mundial llega a 104 dosis por cada 100 habitantes. Esa cifra llega a 149 dosis por cada 100 habitantes en los países de ingresos altos.
África es el continente menos vacunado, con 18 dosis por cada 100 habitantes. [66]
C-TAP (Covid-19 Technology Access Pool, en castellano Grupo de acceso a las tecnologías contra la Covid-19) es otra iniciativa decepcionante tomada por la OMS. C-TAP incluye los mismos protagonistas que COVAX. Fue creada para poner en común la propiedad intelectual, los datos y los procedimientos de fabricación, alentando a las firmas farmacéuticas poseedoras de patentes a conceder a otras compañías el derecho de producir vacunas, medicamentos o tratamientos, facilitando la transferencia de tecnología. Ahora bien, hasta hoy, ningún fabricante privado de vacunas compartió sus patentes o sus conocimientos por medio del C-TAP. [67]
Hasta hoy, ningún fabricante privado de vacunas compartió sus patentes o conocimientos por medio del C-TAP
Frente al fracaso de COVAX y de C-TAP, los y las firmantes del manifiesto ¡Acabemos con el sistema de patentes privadas!, lanzado por el CADTM en mayo de 2021 tienen razón en afirmar que: «Iniciativas como COVAX y C-TAP fracasaron lamentablemente, no solo debido a su falta de adecuación, sino, sobre todo, porque responden al fracaso del sistema actual de gobernanza mundial por parte de iniciativas en las que los países ricos y las multinacionales, a menudo bajo la forma de fundaciones, tratan de remodelar el orden mundial a su gusto. La filantropía y las iniciativas público-privadas en pleno auge no son la solución. Y todavía lo son menos frente a los retos planetarios actuales en un mundo dominado por Estados e industrias guiadas solamente por la ley del mercado y el máximo beneficio.» [68]
Volvamos a la visión histórica de conjunto
Según el Informe sobre la desigualdad mundial 2022 publicado a comienzos de diciembre de 2021 y coordinado por Lucas Chancel, Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman. La parte de ingresos actualmente captado por la mitad más pobre de la población mundial es cerca de la mitad de lo que era en 1820, antes de la gran divergencia entre los países occidentales y sus colonias. La parte de los ingresos personales del 50 % de los adultos más pobres en el mundo, o sea, cerca de 3.000 millones de personas es ¡la mitad de lo que era en 1820!
- Fuente: Informe mundial sobre la desigualdad 2022
- Gráfico 7 _ Desigualdades del ingreso mundial 1820-2020
Participación en los ingresos mundiales. La proporción del ingreso mundial del 50% más pobre permanece en un mínimo histórico a pesar del crecimiento en los países en desarrollo durante las últimas décadas. La proporción del ingreso mundial que se destina al 10% más alto de los asalariados se ha situado en la región entre el 50% y el 60% entre 1820-2020. La proporción destinada al 50% más pobre se ha estancado en alrededor del 10% (14% en 1820, 7% 1910, 5% en 1980, 6% en 2000 y 7% en 2020). Las desigualdades globales siempre han sido muy altas entre 1820 y 1910 y desde entonces no han mostrado tendencias a largo plazo.
Más allá de la brecha Norte-Sur: la explotación de clase en cada país
Este panorama de la situación mundial es fundamental. Y debe ser completado por
las enormes desigualdades de ingresos y de acumulación de riquezas en el interior de una misma categoría de países. El capitalismo se extendió en la totalidad del planeta. En este sistema, la clase capitalista, que representa una minoría ínfima de la población, siempre aumenta su enriquecimiento gracias a las riquezas producidas por el trabajo de la mayoría de la población, y también gracias a la explotación de la naturaleza, sin preocuparse por los límites físicos de la misma. Desposeídos de la propiedad de los medios de producción, la mayoría de mujeres y hombres no tienen otra opción, para poder vivir, que la de vender su fuerza de trabajo a los capitalistas (propietarios de los medios de producción), que buscan que la remuneración de ese trabajo sea la más baja posible, impidiendo a una aplastante mayoría de la población salir de la condición social en la que se encuentra. A la inversa, las riquezas acumuladas por los capitalistas les permiten invertir en sectores variados con el fin de aumentar sus fuentes de beneficios, explotando al mismo tiempo a los seres humanos y a la naturaleza.
Con el fin de mantener sus beneficios en el nivel más alto posible y de asegurarse de que ese modo de producción perdure, la clase capitalista busca, además de mantener los salarios directos los más bajos posibles, impedir la redistribución de las riquezas al hacer una magra contribución a los impuestos, posicionándose en contra de las políticas sociales tales como los servicios públicos de salud, educación, vivienda. Los capitalistas también tienen interés en impedir la organización colectiva de los trabajadores y trabajadoras, especialmente al ponerse en contra de los derechos del trabajo: derecho a constituir sindicatos, derecho de huelga, a las negociaciones colectivas, etc. Inversamente los trabajadores tienen el máximo interés a organizarse para ganar derechos sociales y cuestionar las desigualdades. Por lo tanto, existe una lucha de clases en el ámbito internacional, cuya intensidad varía según el nivel de organización colectiva de los trabajadores, en un lugar y un período determinado, frente a injusticias indignantes.
Las desigualdades económicas entre los diferentes grupos de población pueden medirse principalmente por el patrimonio que poseen esas personas, y por los ingresos que reciben (ingresos del trabajo como salarios, jubilaciones o subsidios sociales e ingresos del capital como beneficios de empresas, dividendos percibidos por acciones, etc.)
Los grupos más pobres de la población mundial poseen literalmente menos que nada: están endeudados y deben dinero a sus acreedores, generalmente bancos, o sea, a los grupos más ricos de la población. En Estados Unidos, cerca del 12 % de la población, es decir más de 38 millones de personas, tienen un patrimonio negativo. [69] Su nivel de endeudamiento, debido principalmente a los préstamos estudiantiles y a los hipotecarios, es de tal magnitud que rebaja el patrimonio acumulado del 50 % más pobre hasta volverlo negativo (-0,1 %). [70]
Conclusión
Desde el inicio de la conquista violenta de los continentes por las potencias europeas hasta hoy mismo, se asiste a una sucesión de saqueos, de destrucción de los bienes comunes, genocidios de poblaciones, de explotación del trabajo y de la naturaleza… Progresivamente el sistema capitalista se generalizó a escala planetario. Este sistema a los seres humanos y a toda la naturaleza a una explotación intensiva con el fin de acumular el máximo de beneficios a corto plazo y garantizar el enriquecimiento de la clase capitalista que solamente representa al 1 % de la población. Según el informe sobre la riqueza en el mundo elaborado todos los años por el banco Crédito Suiza, solamente el 1% de los adultos en el mundo poseen el 45% de toda la riqueza personal mientras que cerca de 3.000 millones de personas no poseen nada. [71]
El sistema capitalista ha producido una crisis multidimensional en todo el planeta que conduce a la vida en la Tierra al borde de la extinción.
Ya es más que necesario actuar para producir una ruptura completa con el modo capitalista de producción y de propiedad. ¡Ya es hora de salir del capitaloceno!
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