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El potencial (aún no realizado) de la tecnología para la educación.

Por: Blanca Heredia

Las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) han revolucionado la forma en la que trabajamos, nos informamos, convivimos y nos comunicamos. Pocas otras innovaciones tecnológicas han tenido, de hecho, un impacto tan amplio y vertiginoso sobre nuestras vidas individuales y colectivas como las TICs.
En el ámbito educativo, estas tecnologías, si bien entrañan algunos riesgos, claramente abren oportunidades extraordinarias para ensanchar el acceso al conocimiento y al aprendizaje a millones de niños, jóvenes y adultos en buena parte del mundo. Más allá de la sucesión de declaraciones de comentaristas, educadores y empresarios del sector, en el sentido de que las TICs son la panacea a todos los males educativos y/o el tsunami que barrerá con la escuela como la conocemos, lo cierto es que, hasta el momento, la evidencia disponible sobre la relación entre educación y tecnología indica que se trata de una relación más compleja de lo que podría suponerse.
La introducción de las TICs en los procesos de enseñanza-aprendizaje escolarizado, si bien ha venido creciendo a gran velocidad en muchos países del mundo, es todavía relativamente reciente. Dicha introducción, además, ha involucrado tecnologías y usos específicos muy diversos (desde smartboards, hasta computadoras precargadas de contenidos, pasando por Internet y dispositivos móviles) lo cual plantea retos importantes a la hora de intentar comparar y medir sus efectos. En breve, lo reciente y diverso de su uso explica el que todavía no contemos con investigación sistemática que permita determinar con precisión los efectos del uso de las TICs sobre la calidad de los aprendizajes.
Con todo, contamos ya con un caudal creciente de estudios que sugiere que, por lo pronto, en el impacto educativo de la tecnología parece haber más ruido que nueces. Destaca, al respecto, un estudio reciente de la OCDE (Students, Computers and Learning: Making the Connection), mismo que, con base en los datos recabados en la última edición de esa prueba (2012), arroja resultados que ponen en duda la existencia de una asociación simple y mecánica entre más tecnología y mejores aprendizajes.
Entre los principales hallazgos del estudio, cabe mencionar los siguientes:
– Para todos los países y regiones participantes en PISA 2012 (64), el uso de computadoras y de Internet es alto en general, pero mayor en el hogar que en la escuela.
– Shanghái-China y Corea del Sur, dos de los participantes con los mejores resultados en las competencias evaluadas por PISA (lectura, matemáticas y ciencias) no sólo en papel, sino también en lectura y matemáticas en formato digital, presentan porcentajes de acceso a computadoras en sus escuelas relativamente bajos.
– En cambio, entre aquellos países en los que los alumnos tienen mayor acceso a Internet en la escuela, el desempeño promedio en lectura disminuyó entre 2000 y 2012.
– Si bien el acceso a computadoras entre alumnos aventajados y desaventajados socioeconómicamente disminuyó en prácticamente todos los países/regiones PISA, ello no se tradujo en menor desigualdad en resultados en las competencias lectora, matemática y científica.
– A pesar de la inversión creciente en computadoras, acceso a Internet y software educativo para las escuelas, la evidencia indica que dicha inversión no parece estar asociada positivamente con lectura, matemáticas y ciencias.
– En países y regiones en el que el uso escolar del Internet es menor, la mejora en el desempeño de los alumnos en lectura es mayor.
niños_compus– En general, la evidencia derivada de PISA muestra que un uso moderado de las computadoras en la escuela es mejor para los aprendizajes que la ausencia de computadores, pero indica, también, que un uso escolar de las TICs mayor al promedio OCDE en 2012 está asociado a peores resultados en PISA.
– Para la OCDE, los alumnos que usan menos la computadora en la escuela para el aprendizaje en matemáticas obtienen mejores resultados en esa área tanto en la pruebas de lápiz y papel como en las pruebas digitales.
En general así, el estudio de la OCDE y otras trabajos recientes indican que no parece haber una relación positiva entre uso de TICs y mejores aprendizajes. Las principales excepciones son aquellas en las que la tecnología es usada para extender el tiempo de estudio y práctica; para darles a los alumnos control sobre su aprendizaje, en particular para ajustar el ritmo a sus necesidades individuales; y cuando la tecnología es empleada para promover el aprendizaje colaborativo.
Falta mucho por investigar, pero, por el momento, la investigación más reciente y sólida muestra que la tecnología puede amplificar las virtudes de los mejores docentes, pero parece incapaz de reemplazar con algo mejor a los malos docentes.

*Articulo tomado de: http://www.educacionfutura.org/el-potencial-aun-no-realizado-de-la-tecnologia-para-la-educacion/

*Fuente de la imagen: http://docente2punto0.blogspot.com/2012/03/cuantos-docentes-utilizan-las-tic.html

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Trampas neoliberales contra la enseñanza pública

Jesús Cuadrado *

Publicado:

Hace unos días, oía a un periodista de TVE comenzar su entrevista a Iñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, con el habitual “España sale mal parada en el informe PISA”. Es falso, pero se repite. Poco antes, el pasado febrero, el diario El Mundo editorializaba sobre lo mismo: “los deficientes resultados que año tras año cosechan nuestros alumnos en los informes PISA”, solemnizaban, sin aportar, por supuesto, una sola referencia concreta a esta evaluación internacional de la OCDE. Lo que importa es el objetivo central de los neoliberales, el ataque a las joyas del Estado del Bienestar, de las que la Educación es la más débil de la manada. Van a por ella, a saco.

Para hacer creer que la enseñanza pública es un desastre, no les importa falsear los resultados de estas evaluaciones internacionales. De hecho, España, en comparación con los países europeos de nuestro entorno, consigue unos resultados similares a los de Francia, Suecia o EEUU. Resumiendo, si traducimos las puntuaciones a notas escolares, donde Finlandia obtendría un 10, el sistema educativo español conseguiría un 9,3 en esas pruebas. Pero lo que importa, mezclando maliciosamente fracaso escolar, porcentaje de repetidores o abandono, con datos manipulados de PISA, es debilitar la imagen de la enseñanza pública.

Hace tres años, en mayo de 2013, en la Fundación Areces, en Madrid, el gurú internacional de la doctrina neoliberal sobre Educación, Eric Hanushek, como en un acto religioso, impartió a los feligreses españoles la doctrina básica: “la Educación funciona como cualquier mercado, por incentivos”. Carlos Sebastián, del grupo de FEDEA, financiado por los principales bancos y empresas del país, traduce el catecismo en su libro España estancada. Cita, por supuesto, el evangelio PISA, haciendo una exhibición de desconocimiento. Su gran aportación: el problema son los profesores, que son malos y cobran mucho. Y son funcionarios, dice (como los de Finlandia, por cierto). La solución serían los incentivos por resultados académicos. ¿Alguna evidencia que aportar? No, sólo les importa su modelo subyacente, su doctrina ultraliberal. Por eso, aunque citen a Dinamarca, siempre se refieren a fórmulas fracasadas en EEUU o Chile.

Pero, mienten. Como demuestra con evidencias Julio Carabaña en su libro La inutilidad de PISA para las escuelas, la relación que establecen entre los resultados por países y la calidad de centros y profesores es un simple fraude. Pero, los datos no importan, el objetivo es otro. Así, el diario El Mundo publicaba el pasado marzo, como cada año, la traducción práctica de la doctrina: el rankingde los “100 mejores colegios de España”, privados y concertados. Quien tenga curiosidad puede leer lo 27 criterios de calidad para comprobar qué entienden los ultras del mercado por buena Educación: marketing y marketing. Por cierto, una anécdota. Uno de los colegios privados del ranking, el Peñacorada de León, se publicitaba este curso por haber conseguido uno de sus alumnos una beca Amancio Ortega, a la vez que pasaba desapercibido que, en un centro público de la ciudad, el Instituto Lancia, dos alumnos conseguían la misma beca. Ninguna sorpresa.

¿Los centros privados son mejores que los públicos? Lo que sentencian los de la OCDE, en el tomo IV de PISA 2012, es que, excluido el sesgo sociocultural de las familias, no hay diferencias entre centros públicos y privados en los resultados de las pruebas. Son más caros, pero, según sus propios criterios, no más eficientes. Entonces, ¿por qué están tan interesados en segregar centros e imponer una tramposa “libertad de elección”? Por intereses doctrinarios. Las escuelas, como las fábricas de coches, estarían sometidas a la exigencia de eficiencia de los mercados. Pero sus centros, en los que pueden experimentar sus teorías sobre incentivos, son más caros, pero no más eficientes. Como dice el profesor Carabaña, sólo son buenos a la hora de seleccionar alumnos. Y, por supuesto, para hacer “pilarismo”, para establecer útiles relaciones personales de futuro, pero, para lo que debe servir la escuela, un desastre. Según su PISA.

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Tengo un gran respeto por los conocimientos demostrados por Luis Garicano, el economista de Ciudadanos, pero, los sistemas educativos no son su especialidad. Él, como todos los neoliberales cuando se acercan a la Educación, también concluye en los sospechosos habituales: los malos profesores, las evaluaciones y los incentivos por resultados de los alumnos. Es decir, digan lo que digan los datos de los tomos II y IV de PISA, no les van a estropear su titular: la eficiencia de los mercados como sistemas de rendición de cuentas aplicada a la enseñanza. ¿Evidencias? Ninguna, tampoco en sus admirados estudios de EEUU, que ha tenido que cambiar su ley de Educación ante los evidentes fracasos de la aplicación de incentivos.

A Garicano hay que agradecerle una aportación concreta, recogida en su libro Recuperar el futuro. Dice: “En otras asignaturas, los estudiantes pueden leer un texto (preferentemente una fuente primaria, no un libro de texto) y discutir en clase bajo la dirección del profesor. Una discusión bien preparada sobre Karl Marx y su influencia en los nuevos partidos (¿qué diría Marx de la “casta”?), por ejemplo, tendrá muchísimo más impacto en los estudiantes que una aburrida lección sobre el materialismo histórico”. Como profesor de historia, le doy las gracias por el consejo, pero a él, como economista, no le vendría mal seguir el que da el reconocido Dani Rodrik en Las Leyes de la Economía a los economistas que tienen tendencia a aplicar sus modelos sobre economía a todas las disciplinas y “se arriesgan a ser criticados por salirse del campo de acción de su profesión y por hacer pasar sus propios juicios de valor por ciencia”. Incluso se puede llegar a hacer el ridículo.

Un mérito inapelable habrá que reconocerle a Garicano. Consigue que, en las cuatro ideas genéricas que el pacto Ciudadanos-PSOE dedica a Educación, las claves neoliberales sobre evaluación e incentivos protagonicen el texto. De paso, impuso una aritmética fiscal en el acuerdo que hace inviable cualquier mejora seria de nuestro sistema educativo público. Y esa es otra. Sabemos bien qué modelo quieren implantar los de “todo es mercado”, pero, conocemos poco sobre qué quieren quienes, en la izquierda, deberían saber que “no hay eficiencia en Educación sin igualdad de oportunidades”.

Cuidado que si estas corrientes neoliberales tienen éxito el 26J, sabrán qué hacer. Primero, desprestigiar la enseñanza pública, para, después, imponer su sistema de enseñanza excluyente, de redes segregadas de centros escolares. No sorprenderán. Hace tiempo que buenos conocedores del paño, como Joseph Stiglitz, les cogieron la matrícula. Por eso, el Nobel de Economía propone que los países cuenten con un mandato constitucional sobre la igualdad de oportunidades educativas. Cierto, hay que hacer cambios profundos en la Educación, pero para conseguir corregir el mayor fracaso del sistema: la falta de avances en la igualdad real de oportunidades. Y ahí tampoco hay mestizaje que valga. O por aquí o por allí, compañeros.

Fuente: http://www.cuartopoder.es/tribuna/2016/04/28/trampas-neoliberales-contra-la-ensenanza-publica/8498

Imagen: https://www.google.com/search?q=educacion+neoliberal&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi15P_kjrPMAhVCLB4KHdH7CTUQ_AUIBigB#imgrc=ztcXXf6qwv3k3M%3A

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América Latina después de PISA

Por: Teresa Ortuño

Asistí a la presentación del libro que brinda título a esta colaboración. El investigador argentino Axel Rivas presentó el resultado de su investigación, iniciada en 2013, en la que analiza la educación en México, Colombia, Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, en el período de 2000 a 2015. Quince años dan oportunidad de estudiar con distintas métricas locales e internacionales el avance educativo. El libro expone un tema complejo de manera sencilla, aportación que sin duda debe ser difundida.

Durante ese período, estos 7 países mejoraron, de manera diferenciada, sus condiciones económicas – y en su mayoría- educativas, por lo que el autor, junto con su equipo, se formularon las preguntas básicas: ¿Qué tan tanto mejoró la educación? ¿Cómo son y cómo viven los estudiantes? ¿Qué tanto más pudieron conseguir? ¿Qué falta? ¿Cómo aprender de lo vivido? ¿Qué sigue?…

Las fuentes de información fueron las pruebas PISA, de la OCDE, así como las pruebas SERCE y TERCE, de la UNESCO, y las mediciones internas que llevaron a cabo los países estudiados. Sin pasar por alto los censos, encuestas, y escritos acerca sobre el tema educativo.

El análisis no se queda en el pesimismo de las inagotables quejas acerca de lo mal que andamos. Su lectura brinda un panorama mucho más alentador que los fríos resultados numéricos.

El libro es de obligada lectura, pero concluye en 10 hipótesis a estudiar:

1.- La mejora en el acceso y en la calidad educativa estuvo asociada con las mejoras notables en las condiciones de vida de la población en América Latina.

2.- Los dispositivos que se centraron en los aprendizajes y en los resultados, tuvieron más impacto que las políticas incrementales de “regar y rezar”.  En el desarrollo de este tema, elogia la decisión mexicana -entre otros países- de vincular el aprendizaje, a diferencia de Argentina, Uruguay y Brasil, que destinaron grandes cantidades de dinero, incluyendo, claro, una computadora por alumno, sin que sus resultados hayan sido los esperados.

pisa3.- Los libros de texto y el direccionamiento curricular básico, parecen haber creado un efecto de tenazas, junto con las evaluaciones, que impulsó mejoras en los aprendizajes.

4.- Los sectores desfavorecidos pasaron de los márgenes al centro del sistema, y sus derechos fueron traducidos en logros de acceso y aprendizaje.

5.- La región mejoró más en primaria que en secundaria, donde los canales de política educativa regulan menos la enseñanza.

6.- Asegurar trayectorias educativas superando la repetición, parece estar asociado con mejoras en la calidad y permanencia en los estudios.

7.- Las hipótesis del cambio, a través de la docencia y de las nuevas tecnologías, son demasiado recientes para ser tomados en cuenta como ejes explicativos de la mejora en los aprendizajes.

8.- Chile muestra que un avance continuo y secuenciado en varios ejes centrales de política educativa pudo generar mejoras, incluso desde una situación inicial por encima del promedio de la región.

9.- Brasil señala que es posible lograr al mismo tiempo mejorar cobertura, flujo y calidad educativa, con políticas de expansión de derechos, impulso a la iniciativa local y control de resultados en forma centralizada.

10.- Pese a todo lo señalado, no hubo tantos cambios en la organización pedagógica y en el sentido de la educación de los países, lo cual se reflejó en la lentitud del ritmo de mejora y abre desafíos para el futuro.

Se puede consultar el libro, o su resumen, en la liga del CIPPEC. Seguramente dará mucho para seguir estudiando.

Publicado primeramente en  http://www.educacionfutura.org/america-latina-despues-de-pisa/

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La falsa medida de la educacion superior

Por: David Robinson
En la obra The Mismeasure of Man (La falsa medida del hombre), el célebre paleontólogo y biólogo evolucionista estadounidense, Stephen Jay Gould, presentó una crítica definitiva del determinismo biológico que se utilizó en el cálculo de la capacidad intelectual. Gould analizó varios intentos realizados a lo largo de la historia para medir la complejidad de la inteligencia humana, empezando por antiguos toscos experimentos que afirmaban que había vínculos empíricos entre el intelecto, el cráneo y el tamaño del cerebro, pasando por tests cuantitativos más recientes que supuestamente miden la inteligencia como un único cociente para cada individuo. Para Gould, estos esfuerzos, supuestamente científicos y neutrales, por clasificar a las personas en base a su valor intelectual no solo eran deficientes desde un punto de vista metodológico, sino también sesgados. Los resultados fueron y siguen siendo utilizados para demostrar que algunos grupos específicos desfavorecidos (razas, clases o sexos) son congénitamente inferiores y, por tanto, merecen ese estatus.

Al reflexionar sobre el programa AHELO propuesto por la OCDE, alguien puede preguntarse si se podría esgrimir una crítica similar contra los intentos por medir y clasificar el valor y la calidad de la enseñanza superior. ¿En qué medida este tipo de evaluación, y el de la clasificación de Universidades de estudios superiores de The Times, padece las mismas falacias básicas que las evaluaciones «científicas» de la inteligencia? ¿Cometen dichas evaluaciones el mismo error al tratar de convertir conceptos abstractos y complejos en una única cifra? ¿Producen dichas evaluaciones el efecto de reproducir y justificar las jerarquías sociales y económicas ya existentes?

Mencionado por primera vez en la reunión de ministros de educación de la OCDE en Atenas, en 2006, el programa AHELO fue inicialmente presentado como un «PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) para la educación superior”, una herramienta que «proporcionaría a los gobiernos miembro un poderoso instrumento para evaluar la eficacia y la competitividad internacional de sus instituciones de enseñanza superior, sus sistemas y sus políticas».

A pesar de que la propuesta fue recibida con poco entusiasmo por la mayoría de los miembros y partes interesadas, la OCDE siguió adelante y puso en marcha un estudio de viabilidad de varios millones de euros para ver si una herramienta como esa resultaba al menos científicamente posible. Los escépticos apuntaron que AHELO planteaba cuestiones metodológicas. Teniendo en cuenta la diversidad de los sistemas de enseñanza superior, las misiones institucionales y las poblaciones estudiantiles, tanto entre los países como en el interior de ellos mismos, ¿sería posible convenir en un conjunto de resultados de aprendizaje estandarizados, y aún menos medir dichos resultados de un modo que ofreciera comparaciones internacionales fiables?

Para examinar esta cuestión, el estudio de viabilidad de la OCDE analizó tres herramientas diferentes o «vertientes»: una vertiente genérica, basada en la Evaluación del Aprendizaje Universitario (CLA por sus siglas en inglés) aplicada en los Estados Unidos en forma de test estandarizado que evalúa al final de los estudios universitarios los conocimientos generales de todos los estudiantes, independientemente de la disciplina, (por ejemplo, pensamiento crítico, resolución de problemas y expresión escrita); una vertiente de disciplina especifica que se centra en la evaluación de los conocimientos y las habilidades de los estudiantes de ingeniería y economía; y, por último, una vertiente contextual que pretendía recabar información sobre el entorno institucional y sobre la formación de los estudiantes.

Los resultados del estudio de viabilidad del programa AHELO fueron presentados a principios de este año, concluyendo que parece posible evaluar las habilidades de la vertiente de la disciplina específica. Hay menos certeza científica en lo que respecta a la fiabilidad de la vertiente de habilidades genéricas. De hecho, el grupo asesor técnico de AHELO observó que las preguntas utilizadas y basadas en el CLA «resultaban demasiado ‘americanas’ en un contexto internacional”. Citando la crítica de La falsa medida de la inteligencia humana de Gould, AHELO parece privilegiar y reforzar ciertos valores y sistemas de conocimiento euroamericanos.

Más allá de las deficiencias metodológicas, subyacen algunas consideraciones políticas serias en lo que respecta al posible uso, mal uso y abuso de los resultados del programa AHELO. Si bien la OCDE insistió en que AHELO no sería un ranking, es difícil pensar que pudiera ser cualquier otra cosa, especialmente cuando fue explícitamente destinado para ayudar a los gobiernos a comparar el rendimiento de sus instituciones respecto a las de otras jurisdicciones. Una vez que se asigna un número al rendimiento de una institución o de un programa, ya sea basándose en el rendimiento de la investigación, como es el caso de los rankings universitarios mundiales, o en los resultados de aprendizaje que propone el programa AHELO, la consecuencia siempre será que los gobiernos y los medios de comunicación clasifiquen los resultados en una tabla de clasificación simplista y usen dichas tablas de manera incorrecta. No importa cuál sea el propósito inicial, el peligro es que los resultados no serán utilizados para mejorar y apoyar a las instituciones y a los profesores, sino para ejercer un mayor control externo.

En realidad, lo que hace que una universidad sea buena solo puede, a lo sumo, plasmarse de forma parcial estadísticamente. La calidad de la educación y la libre investigación que se lleva a cabo dentro de una institución no puede ser analizada, cuantificada, clasificada y comparada con facilidad y exactitud. La calidad de la enseñanza superior no es un producto o resultado único sujeto a una definición simple o a una puntuación numérica, sino que tiene que ver con una amplia gama de actividades y procesos. Evaluaciones como AHELO hacen que los aspectos complejos de una universidad se vean reducidos a un número, sin importar lo absurdo que resulte este ejercicio.

Publicado originalmente en: http://worldsofeducation.org/new/spa/magazines/articles/196

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Perú: ¿Cómo estamos en equidad? a propósito de las evaluaciones PISA

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Lima, Perú /02 de marzo de 2016/ Nora Cépeda/ Fuente: Tarea

 

Las conclusiones del estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos[1] (OCDE) Estudiantes de bajo rendimiento: por qué se quedan atrás y cómo se les puede ayudar. Resultados principales, publicado en febrero del 2016, basado en los resultados de la prueba PISA[2] 2012 y la información recogida sobre el contexto de los estudiantes participantes nos plantean la necesidad de evaluar si las políticas sociales y educativas que se implementan en nuestro país son las adecuadas y suficientes para garantizar el derecho a una buena educación a todos los estudiantes peruanos.

En este estudio, considero, prevalece el interés por explicar las causas más profundas del bajo rendimiento escolar antes que establecer un ranking en base a una evaluación estandarizada de países con mejor o peor educación y deducciones arbitrarias respecto a si los estudiantes son más o menos inteligentes, sin tomar en cuenta los distintos puntos de partida, sus condiciones de vida, la diversidad de contextos culturales, el proceso socio histórico de cada país, entre otros factores que inciden en la educación escolarizada.

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Para este estudio, el 2012, todos los estudiantes de los países participantes en la prueba PISA respondieron a un cuestionario sobre su contexto para obtener información sobre ellos mismos, sus hogares, su escuela y sus experiencias de aprendizaje. A los directores de escuela se les solicitó, mediante un cuestionario, información sobre el sistema escolar y el entorno de aprendizaje. En algunos países, de manera opcional, se solicitó información a padres, sobre sus percepciones e implicación en la escuela de sus hijos, su apoyo al aprendizaje en el hogar y las expectativas sobre el futuro profesional del niño, concretamente en matemática, asignatura que Pisa priorizó ese año.

La información analizada muestra que el bajo rendimiento escolar afecta, en distinta medida, a todos los países que participan en las pruebas PISA, sean o no miembros de la OCDE. “De hecho, las cifras de alumnos con rendimientos bajos en los 64 países y economías que participaron en PISA 2012 son abrumadoras: de los cerca de 28 millones de alumnos de 15 años representados en los datos de PISA, 11,5 millones tuvieron un rendimiento bajo en matemáticas, 8,5 millones en lectura y 9 millones en ciencia. En promedio en los países de la OCDE, más de uno de cada cuatro alumnos tienen un rendimiento inferior al nivel básico de conocimientos y habilidades en una o más de las asignaturas evaluadas en PISA. Incluso en los países y economías con los mejores resultados, cerca de uno de cada diez alumnos tienen rendimientos bajos en al menos una asignatura. ”  (p. 31)

 

Identifica los múltiples factores que influyen en el bajo rendimiento de los estudiantes en diferentes contextos sociales, económicos y culturales, siendo la situación socioeconómica del alumno el factor que más impacta en su rendimiento escolar. Estudiantes en situación de pobreza enfrentan mayor riesgo de ubicarse como estudiantes de bajo rendimiento. A este factor se añaden las desigualdades entre zona rural y urbana, las de género que pone en desventaja a las niñas, en el acceso a educación inicial a edad temprana, las condiciones que ofrece la escuela, entre otros. Enfatiza cómo en sectores de estudiantes confluyen varios factores que finalmente se traducen en bajo rendimiento escolar. Advierte que un bajo rendimiento escolar, casi al finalizar su escolaridad, es el resultado de “una combinación y acumulación de varias barreras y obstáculos que afectan a los alumnos a lo largo de sus vidas.” Así mismo, alerta sobre sus consecuencias para el propio estudiante, para sus familias y para el desarrollo de los respectivos países.

Ante este panorama, el propio informe plantea “si tiene sentido establecer referentes mundiales para los estudiantes con bajo rendimiento en un conjunto tan diverso de países, en los que las exigencias relativas a las habilidades individuales son diferentes”, y afirma la necesidad de asegurar un nivel de rendimiento escolar básico a todos los jóvenes del siglo XXI, es decir, asegurar a todos lo que es importante que los ciudadanos sepan y puedan hacer.

En cuanto a los estudiantes peruanos evaluados[3] en PISA 2012, los resultados nos dicen que un alto porcentaje no logró el promedio satisfactorio establecido por la OCDE para los aprendizajes escolares básicos a nivel internacional. En lectura, el 60%, obtuvo 384 puntos en promedio, ubicándose en el nivel 1 de los 6 niveles establecidos por PISA, aunque logran una mejora en relación a PISA 2009 (370 puntos). El 68.6% de nuestros estudiantes alcanzó un promedio de 373 puntos en ciencia, ubicándose también en el nivel 1. En matemática, con un puntaje promedio de 368 puntos, el 74.6% de estudiantes se ubica en el nivel 1 y el 47% de ellos debajo del nivel 1.

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Nuestro país, junto a Chile y a Estados Unidos, está entre los once países en los que la situación socioeconómica del alumno tiene más impacto en su rendimiento escolar. En el Perú, “tercero en este índice de desigualdad, un estudiante de 15 años con bajos recursos tiene siete veces más probabilidades de mostrar bajo rendimiento escolar que otros alumnos en mejores condiciones”. Información que desde la experiencia cotidiana podemos contrastar. Somos conscientes que las brechas educativas identificadas en nuestro país perjudican precisamente a la población estudiantil que vive en zonas de pobreza y de pobreza extrema, tanto en zona urbana como rural, siendo la rural donde incluso se carece de servicios básicos. Es decir, que el sistema educativo peruano reproduce las grandes brechas económicas y sociales del país en su conjunto.

Para revisar y reflexionar sobre si las políticas sociales y educativas que se implementan en nuestro país son las adecuadas y suficientes para garantizar el derecho a una buena educación a todos los estudiantes peruanos, evitando el bajo rendimiento puede ser de utilidad revisar el resumen de los Factores de riesgo de un rendimiento bajo y herramientas de las políticas educativas para superar dicha situación, presentados en el informe (Figura 6.1, p. 32). Este cuadro resumen está organizado áreas de riesgo potencial y factores de riesgo en cada área, que afectan a los alumnos, a la escuela y al sistema educativo. Así como Herramientas de política, identificadas de países, con distintas economías que asumieron el compromiso de revertir el bajo rendimiento y han mostrado logros significativos.

Entre las áreas de riesgo potencial que afectan a los alumnos figuran: a) Nivel socioeconómico: Carencias económicas, culturales y sociales. b) Contexto demográfico: Ser chica (matemáticas), ser chico (lectura); Inmigrante/idioma minoritario/ vivir en una zona rural; Familia  monoparental. c) Progreso a través de la educación: Ausencia de educación preescolar; Repetición de cursos Programa de formación profesional. d) Actitud y comportamiento: Absentismo (pérdida de clases); Baja perseverancia/esfuerzo en la escuela; Falta de confianza en sí mismos.

En cuanto a la escuela identifica como áreas de riesgo potencial: a) Composición de la escuela:  concentración de alumnos desfavorecidos. b) Ambiente de estudio en la escuela: Escasas expectativas con los alumnos; Profesores poco motivadores, moral baja entre los profesores; Falta de oportunidades extraescolares; Padres y comunidades poco implicadas. c) Recursos y administración: Falta de profesores cualificados; Baja calidad de los recursos educativos.

En relación al Sistema educativo identifica como áreas de riesgo potencial: a) Asignación de recursos: asignación desigual entre escuelas. b) Políticas de estratificación: selección y agrupamiento tempranos y rígidos. c) Gobernanza: falta de autonomía en el centro.

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En Herramientas de política educativa, describe brevemente lo que pueden hacer los responsables políticos, los educadores, los padres y los alumnos para revertir el bajo rendimiento escolar de los estudiantes.

El informe menciona experiencias de diferentes países con diferentes economías que progresivamente han incrementado el nivel de rendimiento escolar y disminuido el porcentaje de estudiantes con bajo rendimiento. “Nueve países redujeron su porcentaje de alumnos con rendimientos bajos en matemáticas entre las evaluaciones PISA de 2003 y 2012. Cuatro de ellos (Brasil, México, Túnez y Turquía) mejoraron reduciendo el porcentaje de alumnos que puntuaba por debajo del Nivel 1, mientras que en cinco países (Alemania, y la Federación Rusa, Italia, Polonia y Portugal) el porcentaje de alumnos de Nivel 1 y por debajo de Nivel 1 se redujo simultáneamente”. (p.20). Destaca como característica común en este proceso la voluntad y la combinación de políticas económicas, sociales y educativas, de manera integral para revertir las condiciones de desigualdad económica y social que afecta a los estudiantes de bajo rendimiento.

Si bien es cierto que en nuestro país se implementan distintos programas focalizados a familias en situación de pobreza y pobreza extrema, y las estadísticas nacionales informan que la pobreza ha disminuido, aún persisten grandes desigualdades. Por eso es pertinente preguntarnos no sólo si mejoramos en los resultados de una u otra evaluación estandarizada sino ¿Cuánto hemos avanzado en equidad socio-económica? ¿Tenemos un proyecto de desarrollo nacional orientado a lograr equidad? ¿Cuáles son las políticas y programas sociales implementados que aportan a la equidad? ¿Cómo están influyendo en la mejora de la educación y de los aprendizajes? Los resultados de las políticas sociales y educativas implementadas en estos años ¿nos permiten pronosticar que los resultados de la prueba PISA 2015 serán mejores para los estudiantes peruanos?

Encontrándonos en una etapa electoral y de tránsito de un gobierno a otro, es una responsabilidad ciudadana, y especialmente de las autoridades educativas, los maestros, los padres de familia y los candidatos, evaluar si las políticas implementadas han tenido el efecto esperado, qué hace falta mejorar o modificar, en el marco del Proyecto Educativo Nacional reconocido como política de estado hasta el 2021.

 

Referencia

PISA 2012: Informe Nacional del Perú.

Recuperado: http://umc.minedu.gob.pe/?p=1694

Resultados de PISA 2012 en Foco Lo que los alumnos saben a los 15 años de edad y lo que pueden hacer con lo que saben.

Recuperado: http://www.oecd.org/pisa/keyfindings/PISA2012_Overview_ESP-FINAL.pdf

Folleto PISA 2015

Recuperado: http://umc.minedu.gob.pe/wp-content/uploads/2014/07/Folleto-Pisa-2015.pdf

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160210_paises_bajo_rendimiento_educacion_informe_ocde_bm

 

Notas

[1]OCDE: Angel Gurría, Secretario General. Andreas Schleicher, Director for the Directorate of Education and Skills, director de la Dirección de Educación y Habilidades.

[2]PISA – Programme for International Student – Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos.

[3]El año 2012, Perú participó voluntariamente por tercera vez en la prueba PISA (2000 y 2009) con una muestra de 6035 estudiantes de 15 años de edad, de 240 colegios secundarios o instituciones equivalentes, públicas, privadas, urbanas y rurales, de todas las regiones del país. PISA 2012: Informe Nacional del Perú. http://umc.minedu.gob.pe/?p=1694

 

FUENTE DEL ARTÍCULO:

http://www.tarea.org.pe/modulos/Boletin/tareainforma/boletin163.htm#not04/

 

FUENTE DE LA FOTO:

http://www.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/2014/04/estudiantes-examen-734.jpg

 

 

PROCESADO POR:

Hans Mejía Guerrero

hans_mguerrero@hotmail.com

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