Por Lucía Núñez
El experto en reforma educativa destacó el papel del Plan Ceibal y habló de la necesidad de seguir invirtiendo en la innovación de los métodos de enseñanza.
El cambio del ADN de la educación es una de las promesas de campaña que más presiona al gobierno, en especial este año de discusión presupuestal donde la que la lucha por el 6% del PBI para la enseñanza estará latente. Esta semana, el presidente Tabaré Vázquez no dudó en afirmar durante el consejo de ministros que esta transformación ya comenzó y está a la vista. Su discurso fue compartido por las autoridades educativas que ensalzaron al Plan Ceibal como el primer motor de cambio durante el foro de innovación educativa que el gobierno realizó esta semana por motivo del décimo aniversario de Ceibal.
Pero la percepción de las autoridades de gobierno también encontró eco en una de las voces contemporáneas más reconocidas a nivel mundial en materia educativa, el canadiense Michael Fullan, quien disertó en el foro junto con otros 25 expertos en educación y tecnología sobre los logros del Plan Ceibal.
Fullan tiene una larga trayectoria como investigador y consultor educativo. Participó en procesos de reforma en países como Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Canadá y Japón; y en la actualidad se desempeña como asesor del ministro de Educación de Canadá. También lidera la red global de nuevas pedagogías para el aprendizaje profundo de la que Uruguay es parte desde el año 2013. Al día de hoy, 400 escuelas del país integran esta red, que tiene por objetivo la implementación de nuevas prácticas de enseñanza a través del uso de la tecnología.
En su exposición, Fullan se declaró «fan» del Plan Ceibal y lo destacó como ejemplo de mejorar simultánea de la igualdad y excelencia de los alumnos. De todas formas, aclaró que aún «no está en el mayor auge» y que los próximos años serán «críticos» para potenciarlo. En entrevista con El Observador, Fullan habló sobre los desafíos que Uruguay tiene a futuro en materia educativa y la importancia de asignar más recursos a esta área.
Durante su conferencia habló sobre la necesidad de impulsar un cambio educativo y, en consecuencia, un cambio cultural sobre el modo en que funcionan los centros de enseñanza. ¿A qué responde esa necesidad de cambio?
La razón es porque el sistema educativo viejo ya no funciona. Los alumnos encuentran que el sistema tradicional es cada vez más irrelevante y más aburrido y la razón es porque está fuera de fecha, es antiguo. Se construyó para otro propósito pero para el propósito moderno es aburrido y no funciona. Incluso los educadores no se involucran con este sistema, no tiene buena energía. Tenemos la necesidad de saber cómo vivir en un mundo tan complejo y por eso es que representamos este cambio. Necesitamos un nuevo sistema para reemplazar el sistema viejo, algo que sea más relevante para el mundo y el Uruguay de hoy.
¿A qué debe apuntar este cambio educativo? ¿A modificar los contenidos de la currícula o a capacitar a los docentes?
Debemos enfocarnos en lo que está haciendo el Plan Ceibal. En vez de pasar mucho tiempo capacitando a los educadores y cambiando la currícula, Ceibal se tiró de cabeza y dijo: «Queremos cambiar las cosas». Empezamos con 100 escuelas, ahora tenemos 400 y la forma de hacerlo es logrando una ventaja en aquellos aspectos que representan el futuro. Eso es lo que hace Ceibal, son los ejemplos que estamos viendo. La nueva forma de hacerlo es que los educadores enseñen de forma diferente. Con Ceibal los alumnos participan más, por eso ahora hablamos de competencias globales como la ciudadanía y la colaboración. Pero también el otro cambio es que los docentes aprenden unos de otros.
¿Cuánto tiempo puede requerirle a un país como Uruguay la modificación del sistema educativo vigente?
Depende de si hablamos de progreso o del cambio completo. Soy un experto en cambios de sistemas educativos y lo que vi en los últimos 30 años es que el cambio del sistema demora mucho tiempo en suceder. Si tratás de cambiar la currícula y a los educadores, en 15 años no vas haber llegado a mucho. La idea entonces es utilizar cambios que sean más probables de suceder en un periodo más corto de tiempo. Podemos lograr mucho en cinco años y aún más dentro de diez años si estamos en el camino correcto. Ceibal ya tiene 10 años y yo creo que empezó lentamente pero luego cada vez se hizo más rápido y hoy te diría que tiene éxito. Para los próximos cinco años van a haber mejoras aún mayores que las anteriores. Cambiar el sistema educativo de un país hacia una mayor democracia en este mundo global es una tarea que dura para siempre. Lo que nosotros queremos hacer es ver un importante progreso. Yo creo que los primeros cinco años del Plan Ceibal fueron lentos, luego los últimos cinco años fue más rápido y va a ser aún más rápido en los próximos cinco. Yo creo que faltan cinco años realmente para que la gente pueda decir que esto realmente está funcionando.
En su exposición dijo que los próximos cinco años son «cruciales» porque aún no estamos en el «máximo auge» del cambio. ¿En qué posición está Uruguay actualmente respecto a la reforma del sistema educativo?
Creo que está en una buena posición. Si te fijas en los otros lugares de América Latina donde hemos participado, hay muchos países que son muy grandes como Brasil por ejemplo. Pero creo que Uruguay está en una posición para cambiar más rápido que alguno de esos países porque es más pequeño pero está más enfocado. También, en comparación con el resto del mundo, estamos viendo que Uruguay está yendo en el camino correcto y que en los próximos cinco años va a mostrar más ejemplos medibles de progreso, por ejemplo en las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Creo que ahí vamos a ver muchas mejoras. La última medición se hizo en 2015 y se hacen cada tres años, así que en el 2018 y 2021 –sobre todo en 2021– creo que vamos a ver buenos resultados. Va a haber mayor progreso en Uruguay, creo que hasta mejor que en otros países.
En la conferencia también enfatizó en la importancia de los docentes como impulsores de esta transformación. ¿Qué papel juegan en este proceso?
Creo que el papel de los docentes es hacer dos cosas. La primera, enseñar de forma distinta a sus alumnos. Ahora tienen que darle más participación a los alumnos, tiene que cambiar ese papel. Parte de eso es también trabajar con otros docentes. No veo al líder de la escuela (el director) como la respuesta, creo que la respuesta está en el docente, pero para eso también tienen que trabajar en conjunto con docentes de otras escuelas. Tenemos la expectativa de que los docentes logren un gran cambio porque siempre se cuestionan, se preocupan por los cambios de las políticas, se organizan en sindicatos y porque, además, hay muchos más docentes que directores. Vi como ocho videos de la experiencia de Ceibal en Uruguay y me mostraron que los docentes estaban interactuando. Los directores ayudaban pero los docentes cada vez se hacían más poderosos, más fuertes, así que esto es un gran cambio para los docentes y para mí ese es el indicador. Pero el cambio también está en el interés propio de los docentes, en el querer ser más importantes en la sociedad. En lo personal, creo que la profesión va a ser cada vez más llamativa y más atractiva.
¿Qué puede hacer el Estado y las autoridades educativas para ayudar a los docentes a cumplir con este nuevo rol?
Por un lado, creo que no hay que esperar a que el gobierno haga la nueva política educativa. Creo que hay que empujar hacia arriba. El mejor consejo que les puedo dar a los docentes es que trabajen juntos y empujen juntos hacia adelante. Y el consejo que le daría al Estado es que ellos ya invirtieron en el Plan Ceibal y eso fue una innovación en el país, los hacedores de política lo hicieron muy bien y si siguen invirtiendo en ese tipo de cosas para salir adelante va a ser muy bueno. En algún momento van a tener que cambiar la currícula educativa oficial. En los próximos tres o cuatro años van a tener que haber cambios en la currícula, también va a haber que crear universidades para preparar y educar a los docentes, van a tener que haber docentes trabajando juntos y habrá que invertir un poco de recursos para que los docentes puedan ir cambiando de escuela. Así que los hacedores de políticas van a a tener que pensar en todas estas cosas pero yo no esperaría a que lo haga el gobierno para empezar a hacer el cambio.
Fuente de la Entrevista:
http://www.elobservador.com.uy/en-5-anos-uruguay-va-mostrar-ejemplos-progreso-educativo-n1070405