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Nueva Escuela Mexicana: lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer

Por: Erick Juárez Pineda*

 

El sexenio está por concluir y la Nueva Escuela Mexicana no termina de nacer.

En mayo del 2018, el entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, presentó en Oaxaca los “10 compromisos por la educación en México”. Uno de ellos, el séptimo, indicaba que, de llegar a la presidencia, debería elaborar conjuntamente con los maestros, padres de familia y pedagogos especialistas, “un plan educativo que mejore, de verdad, la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio” (AMLO, 2018); y, al mismo tiempo, eliminar la “mal llamada Reforma Educativa” impulsada por el ex presidente Enrique Peña Nieto.

Al ganar las elecciones y consolidar los cambios al artículo tercero de la Constitución, comenzó la elaboración de las leyes secundarias que dieron cuerpo a los cambios legales. De ellas, surgió la Ley General de Educación, la cual menciona por primera vez de manera oficial, un nuevo concepto: La Nueva Escuela Mexicana (NEM), la cual, según el documento, tiene por objetivo “el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad” (DOF, 2019).

Sin embargo, la concepción sobre los alcances y acciones puntuales de la NEM no fueron claros. Los diversos titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que han desfilado por este gobierno han dado una interpretaciòn completamente distinta durante sus respectivas administraciones: Para Esteban Moctezuma, la NEM buscaba, sin decir cómo, una “educación de excelencia y calidad” (SEP, 2020); Delfina Gómez dio prioridad en concretar la implementación de nuevos planes y programas de estudio que fueron frenados por organizaciones de corte conservador por medio de amparos judiciales, y Leticia Ramírez trata de presentar nuevos libros de texto para el ciclo escolar 2023-2024, los cuales nacen al final del sexenio y en medio de diversas críticas y debates sobre el aterrizaje de los contenidos y las implicaciones que ellos tienen en la práctica docente.

Lo que también preocupa, es que la continuidad del proyecto educativo que no termina de nacer esté ligado directamente a los procesos electorales del 2024. No hay certeza de su seguimiento y corremos el riesgo que, como sucedió en esta administración, todo lo ya construido se elimine y comience de nuevo la implementación de políticas educativas que eliminen todas las acciones ya concretadas.

La Nueva Escuela Mexicana aún es un enigma para buena parte del magisterio nacional. No solo es un problema de falta de criterios y definiciones básicas, sino de tibias estrategias de comunicación, difusión y divulgación de todo lo que esto implica.

Por años, los diversos especialistas de todas las corrientes han señalado la importancia de tener proyectos educativos transexenales que vayan más allá de los posicionamientos partidistas y electorales. Hoy estamos, otra vez, ante el abismo y la incertidumbre.

Ya lo decía Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere; el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos.”

*Periodista especializado en educación.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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Estados Unidos: Lo que la presidencia de Biden significa para la educación

Para los votantes de Estados Unidos, entre los factores más importantes a considerar a la hora de votar en las elecciones es la educación. Según una encuesta de Gallup realizada en septiembre a los votantes registrados, el 82 % consideró esta área como «extremadamente importante» o «muy importante».

Las votaciones han concluido, Joe Biden ha quedado como el candidato ganador, después de superar por más de cuatro millones de votos a su rival, Donald Trump. Si la educación es parte clave de todo programa electoral, ¿cuál es el plan educativo del presidente electo?

El periodo Trump-DeVos

La importancia de votar según las propuestas educativas se acentúa después de cuatro años de un manejo problemático del sistema de educación del país. Al inicio de su presidencia, Donald Trump designó a Betsy DeVos como Secretaria de Educación de Estados Unidos. DeVos, filántropa y donante política del Partido Republicano, fue la primera Secretaria de Educación en el cargo en 35 años que no asistió ni mandó a sus hijos a escuelas públicas. Esto fue altamente criticado ya que muchas personas consideraron que no contaba con el conocimiento necesario para desempeñar su puesto.

Desde que asumió el cargo, DeVos ha propuesto recortes de miles de millones de dólares en su departamento, dejando como resultado reducciones en el tamaño de las clases, programas extracurriculares, entre más casos. Además, DeVos propuso a las universidades llevar a cabo contrainterrogatorios de los acusadores de agresión y acoso sexual, lo cual podría disuadír a las víctimas de abuso a denunciar a sus agresores. También se le acusa de promover las pruebas estandarizadas, las escuelas operativas a través de un modelo comercial, y de favorecer a las escuelas autónomas a expensas de las públicas, ya que su esposo, Dick DeVos, fundó una escuela de aviación. La actual Secretaria de Educación también ha fallado en combatir  la violencia con armas de fuego en las escuelas. Este es el legado que la actual Secretaria de Educación deja al próximo en su cargo.

El plan educativo de Biden

Aunque aún no entra en poder ni ha anunciado quién estará a cargo del programa educativo del país, Joe Biden promete brindar a los educadores apoyo y el respeto que necesitan para “preparar a sus alumnos a triunfar en la economía del mañana”.

“Para los educadores estadounidenses, este es un gran día: van a tener uno propio en la Casa Blanca y Jill será una gran primera dama”, dijo Biden en su discurso de aceptación. Biden se refiere a Jill Biden, su esposa, quien es profesora en el Colegio Comunitario de Virginia del Norte, quien además pretende no dejar su trabajo como docente durante la presidencia, siendo la primera vez en la historia que una primera dama seguirá trabajando durante su mandato en la Casa Blanca. Además, el propio Joe Biden cuenta con más de 30 años de experiencia trabajando como docente, lo que emociona a la comunidad educativa que incluye maestros, asistentes, trabajadores sociales, choferes, cocineros e intendentes.

En cuanto a políticas, lo que propone Biden son cinco promesas distintas para educadores, estudiantes y el futuro de la educación:

  1. Apoyar a los educadores dándoles el salario y la dignidad que merecen.

  2. Invertir en recursos para las escuelas para que los estudiantes se conviertan en adultos física y emocionalmente sanos y los educadores puedan concentrarse en la enseñanza.

  3. Asegurarse de que el futuro de ningún niño esté determinado por su código postal, los ingresos familiares, etnia o alguna discapacidad.

  4. Brindar a cada estudiante de secundaria y preparatoria un camino hacia una carrera exitosa.

  5. Invertir en las nuevas generaciones desde que nacen.

Además, incluye tres puntos para la educación más allá de la preparatoria:

  1. Invertir en colegios comunitarios y capacitación para mejorar el éxito de los estudiantes y desarrollar una clase media más fuerte, próspera e inclusiva.

  2. Fortalecer la universidad como el camino confiable hacia la clase media, no como una inversión que brinda retornos limitados y deja a los graduados con montañas de deudas que no pueden pagar.

  3. Apoyar a los colegios comunitarios y universidades que desempeñan roles únicos y vitales en sus comunidades, incluidos los colegios y universidades históricamente afroamericanos y las instituciones que sirven a las minorías.

Apoyar a los maestros dándoles el salario y la dignidad que merecen

Una de las propuestas más fuertes del programa electoral de Biden es dar a los docentes el salario y dignidad que se merecen. El tema económico es un problema grave en el país, tanto así que el 66 % de los estadounidenses creen que la docencia es una profesión mal pagada, lo cual se refleja en que cada vez menos personas quieren dedicarse a la enseñanza.

El próximo presidente también reconoce que 20 % de los maestros tienen que tener un segundo trabajo porque no ganan lo suficiente para mantenerse ellos mismos ni a sus familias. Más allá de los ínfimos salarios, el problema también se deriva de que muchos educadores tienen que desembolsar de su propio bolsillo para comprar útiles escolares y material para sus clases. Por si esto fuera poco, muchos de ellos son responsables de capacitar a sus compañeros y ejercen la labor de trabajadores sociales, enfermeros y mucho mas, sin recibir apoyo extra.

En su plan educativo, Biden detalla que desde 1996 el salario semanal promedio de los maestros de escuelas públicas no ha aumentado, lo que es preocupante porque considera a la profesión como una de las más importantes y difíciles de ejercer. Para contrarrestar este problema, Biden propone triplicar los fondos para el Título I, el programa federal que financia aquellas escuelas, con un porcentaje alto de familias de bajos ingresos. El propósito es que utilicen estos recursos para ofrecer mejores salarios y permitirá que los distritos escolares y los educadores decidan cuál es la mayor necesidad de su comunidad.

Asimismo, invertirá en tutorías, liderazgo y educación adicional para los docentes para que puedan avanzar en sus carreras, incluso, ser remunerados por los trabajos adicionales que realicen. El Título I también se puede utilizar para obtener certificaciones adicionales en áreas de alta demanda, como educación especial o bilingüe.

Invertir en recursos para que los estudiantes se conviertan en adultos física y emocionalmente sanos

Para lograr su segunda promesa al sector educativo, Biden propone duplicar el número de psicólogos, consejeros, enfermeras y trabajadores sociales en las escuelas para que cada niño reciba la atención física y mental que necesitan.

Uno de cada cinco niños en Estados Unidos experimenta problemas de salud mental y no cuentan con un profesional capacitado para atenderse. Por más ayuda que pueda proporcionar un docente, éste generalmente no tiene la capacitación necesaria para ejercer como psicólogo. Lamentablemente, los centros educativos no cuentan con suficiente personal. Los expertos recomiendan que haya un máximo de un psicólogo por cada 500 a 700 alumnos pero actualmente hay aproximadamente un psicólogo por cada 1400 estudiantes, creando una brecha de alrededor de 35,000 a 60,000 psicólogos escolares. Biden planea invertir en los profesionales de la salud mental escolar para duplicarlos, así como también consejeros, enfermeros, trabajadores sociales, entre otros y planea asociar universidades para expandir la trayectoria de los futuros graduados.

Igualmente, propone ampliar el modelo de escuelas comunitarias que trabajan con familias, estudiantes, maestros y líderes comunitarios para identificar las necesidades de las familias. Una vez identificadas, crear un plan para aprovechar los recursos y acoplarlos a las escuelas y convertirlos en centros comunitarios. Esto podría beneficiar hasta 300 mil estudiantes adicionales y sus familias.

Por otro lado, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles calificó con una D +( o 6.44) las instalaciones de las escuelas públicas de Estados Unidos. La infraestructura escolar está desfinanciada en $46 mil millones de dólares, dejando como resultado miles de instituciones obsoletas, inseguras y no aptas. Durante su presidencia, Biden incluirá en la legislación federal fondos para mejorar la infraestructura de los centros educativos. En primer lugar se planea evaluar los riesgos de los edificios actuales, para después construir edificios de vanguardia con tecnología y laboratorios “para enfrentar los desafíos del futuro”.

Otro aspecto importante de la propuesta educativa de Biden es la seguridad de los estudiantes y frenar la violencia con armas de fuego. Para enfrentar esta problemática, Biden propone leyes regulatorias para las armas, en lugar de armar a los docentes. Impedirá las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad y exigirá verificaciones de antecedentes universales para mantener las pistolas o armas de gente que las utilice de una manera peligrosa o que sean accesibles para los alumnos.

Ningún niño debe estar determinado por su código postal, los ingresos familiares, su etnia o alguna discapacidad

Para Biden, la escolarización primaria y secundaria (K-12 en Estados Unidos) ya no es suficiente para garantizar la competitividad de la fuerza laboral ante un mundo globalizado, donde Estados Unidos contiende a otros países con mejor educación. Aproximadamente 6 de cada 10 trabajos en los Estados Unidos requieren educación más allá de un diploma de bachillerato , sin embargo, muchas familias no cuentan con los recursos necesarios para continuar con la educación de sus hijos, provocando una brecha de rendimiento desde que los niños entran a preescolar.

El presidente electo reconoce que parte del problema es el racismo sistémico que permea incluso en las escuelas. Para él es importante dar a todas las personas la oportunidad de desarrollarse sin importar su código postal, su nivel socioeconómico, su etnia o si tiene alguna discapacidad. En su gobierno promete construir un sistema educativo que invierta en los niños desde su nacimiento para ayudarlos a obtener educación más allá de la preparatoria, ya sea un certificado profesional o una carrera universitaria.

Existe una brecha de financiamiento anual estimada en $23 mil millones de dólares entre distritos escolares de gente blanca y no blanca. Para combatir este problema, plantea triplicar los fondos del Título I para primero destinarlo no sólo a los salarios de los maestros pero también a las escuelas de familias de bajos recursos y que niños de tres y cuatro años puedan acceder a una educación preescolar de calidad. Una vez que se aseguren estas tres mejoras, los distritos tendrán la flexibilidad de usar estos fondos para sus prioridades locales. Los estados sin un sistema financiero suficiente y equitativo deberán igualar una parte de los fondos federales.

Para combatir el racismo sistémico, Biden planea mejorar la diversidad del profesorado. Según estudios, tener una plantilla diversa de maestros de distintas etnias tiene un impacto sustancial en alumnos de minorías racializadas. Para ellos, tener este tipo de figura en las escuelas reduce la probabilidad de que abandonen la escuela. Asimismo, ayudará a los paraprofesionales a obtener sus certificados de enseñanza y trabajar con colegios y universidades históricamente negros y otras instituciones que atienden a minorías para contratar y preparar maestros.

Para Biden también es importante construir mejores escuelas, que sean más innovadoras, especialmente para aquellos de bajos recursos y comunidades minoritarias. La fuerza laboral necesita estudiantes que no sólo tengan estudios rigurosos, sino también habilidades técnicas, de resolución de problemas y colaboración. Es por eso que creará un nuevo programa que desafíe a las comunidades locales a reinventar las preparatorias para que satisfagan estas demandas.

Al igual que sucedió en la administración de Obama, en donde se diversificaron las escuelas, Biden buscará restablecer la orientación del Departamento de Educación para que apoye a las escuelas en la búsqueda legal de estrategias de eliminación de la segregación e instituciones reconocidas por sus intereses en crear diversos cuerpos estudiantiles en la educación superior.

Biden también apoyará a los niños y niñas con discapacidad asegurando que el gobierno federal cubra el 40 % del costo adicional de la educación especial requerida por la Ley de Educación para Personas con Discapacidades, promulgada en 1990 (actualmente sólo se cubre el 14 %).

Brindar a cada estudiante de secundaria y preparatoria un camino hacia una carrera exitosa

Joe Biden critica que las escuelas estadounidenses ya no cuentan con clases de instrucción en oficios y carreras técnicas, así que planea invertir en capacitación vocacional escolar y asociaciones entre bachilleratos, universidades comunitarias y empleadores.

Estas asociaciones crearán programas que permitirán a los estudiantes obtener el conocimiento que necesitan para tener un futuro profesional exitoso. Este tipo de clases también puede proporcionar preparación técnica y profesional en informática para preparar a los alumnos en temas como realidad virtual e inteligencia artificial.

Invertir en las nuevas generaciones desde que nacen

Biden planea proporcionar fondos para garantizar que haya un experto en desarrollo de la primera infancia en cada centro de salud comunitario. Como el consultorio de un pediatra es el único lugar donde muchas familias con niños pequeños interactúan con proveedores de servicios antes de que sus hijos ingresen a la escuela, Biden cree que es el mejor lugar para evaluar que los niños estén teniendo un buen desarrollo y poder apoyarlos en caso de necesitar apoyo adicional, como visitas domiciliarias. Si tienen un buen desarrollo desde pequeños, tendrán mayor éxito al entrar al jardín de niños.

El plan biden para la educación más allá del bachillerato

Siguiendo su mentalidad de que la educación media superior no es suficiente para preparar alumnos capaces de enfrentar los desafíos de una economía cada vez más globalizada e impulsada por la tecnología. Seis de cada diez trabajadores requieren una formación más allá del bachillerato, sin embargo, esta opción es inalcanzable para muchas personas. Por lo tanto, Biden cree que una preparación más allá de la preparatoria será esencial para ampliar la clase media y ser competitivos como nación.

Invertir en colegios comunitarios y en capacitación para mejorar el éxito de los estudiantes y crecer una clase media más fuerte, más próspera e inclusiva

Los colegios comunitarios son una herramienta de alta calidad que permite brindar educación a la clase media ya que ofrecen programas accesibles y de calidad para que los estudiantes completen los primeros dos años de una carrera universitaria con menor costo. A pesar de que estas instituciones cuentan con recursos limitados, aún así proporcionan una educación rentable y de alta calidad, sin embargo, gobiernos como el de Donald Trump no invierten en ellos para mejorar sus programas o tasas de finalización.

La administración de Biden promete que hará todo lo posible para apoyarlos ya que conoce muy de cerca su potencial, especialmente porque su esposa, Jill Biden, es profesora de un colegio comunitario. Por eso buscará proporcionar a los trabajadores que busquen aprender dos años en estas instituciones u otros programas de capacitación sin necesidad de contraer deudas estudiantiles. Mediante legislaciones, garantizará que cualquier trabajador, aquellos inmigrantes que llegaron al país siendo niños, e incluso personas que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar, puedan hacerlo sin pagar matrícula por hasta dos años. Su propósito es que el gobierno federal cubra el 75 % del costo y los estados cubran el resto.

Además, Biden apoyará a las escuelas comunitarias para que implementen prácticas innovadoras que se basen en evidencia para retener a sus estudiantes. Sus reformas buscarán incluir servicios de asesoramiento académico y profesional, mejorar el salario, beneficio y desarrollo profesional para contratar y retener a los profesores.

En su gobierno, el presidente electo abordará las barreras que impiden que los alumnos obtengan un título de un colegio comunitario. Biden entiende que muchos estudiantes no terminan sus estudios porque tienen que trabajar a la vez que mantener una familia, cuidar de menores de edad, entre otras situaciones. Su gobierno ofrecerá distintas oportunidades como el programa de becas Pell, becas estatales, y otro tipo de ayudas para que cubran sus gastos de cuota y matrículas. Además, Biden dará incentivos financieros a los estados para que colaboren con las instituciones y las organizaciones comunitarias para apoyar de manera integral a los alumnos, veteranos, padres y madres solteras, aquellas personas de bajos ingresos, de etnias racializadas, y con discapacidades. El apoyo incluirá libros de texto, transporte, cuidado infantil, salud mental, tutoría de profesores y grupos de apoyo.

Su programa educativo incluye una inversión de $50 mil millones de dólares en programas de capacitación para apoyar colaboraciones entre empresas, universidades comunitarias, sindicatos, gobiernos estatales, locales, otras universidades y bachilleratos, para identificar las demandas de habilidades y crear más oportunidades de prácticas profesionales. Aunado a esto, invertirá $8 mil millones para ayudar a mejorar la salud y seguridad de las instalaciones y equipar las escuelas con la tecnología para tener éxito en la economía globalizada.

Fortalecer la universidad como un camino viable hacia la clase media (pero sin deudas)

Aproximadamente 44 millones de estadounidenses tienen deudas estudiantiles que asciende aun total de $1.5 trillones en préstamos para sus estudios. Uno de cada cinco de estos adultos están atrasados en sus pagos, exacerbando la deuda y creando una brecha de riqueza que impacta especialmente a la comunidad negra. Incluso, actualmente una de cada diez personas entre 40 y 50 años siguen pagando sus préstamos estudiantiles.

Aunque parte del problema ha sido que se ha  duplicado prácticamente el costo de la educación superior desde mediados de la década de los 90, los estados han reducido drásticamente el apoyo. Con esto en mente, el plan educativo de Joe Biden ofrecerá los dos primeros años completamente gratuitos en colegios comunitarios. Además planea reducir a la mitad el costo de la matrícula para una carrera universitaria de cuatro años. Así como también crear alianzas federal-estatal para garantizar que cada estado invierta en los colegios comunitarios.

Por otro lado, Biden planea hacer que los colegios y universidades públicos sean gratuitos para todas las familias con ingresos inferiores a $125,000 dólares. Dirigirá el apoyo a personas de bajos recursos y clase media por medio de las becas Pell, las cuales en la década de 1970 cubrían del 70 % al 80 % del costo de un título universitario de cuatro años y que ahora cubre aproximadamente tan solo el 30 %. Biden planea duplicar el porcentaje de estos apoyos con el objetivo de cerrar la brecha entre personas de bajos recursos y los ricos. Durante la presidencia de Trump, los DREAMers no eran elegibles para estas becas, un error que Biden planea corregir durante su presidencia. Igualmente, este plan busca reducir a la mitad los pagos de los préstamos federales para estudiantes de pregrado y basarlo en los ingresos que reciben los afectados. Aquellos que ganen menos de $25,000 dólares al año no deberán pagar préstamos federales ni tendrán intereses sobre su deuda. Los demás pagarán 5 % de sus ingresos menos impuestos y gastos esenciales. Si en 20 años la persona pagó de manera responsable pero no ha terminado de cubrir completamente, su deuda será perdonada. Biden también planea crear un programa que ofrecerá $10,000 de dólares de alivio para las deudas estudiantiles de los servidores públicos por cada año de servicio hasta cinco años.

Con la ayuda del Título I, apoyará a aquellos alumnos de bajos recursos que están en una universidad de cuatro años para que completen sus estudios. Además de que otorgará fondos para fomentar la colaboración entre instituciones y organizaciones comunitarias para brindar un apoyo integral a los estudiantes.

Apoyo a las universidades que juegan papeles únicos y vitales para las minorías

Las universidades y los colegios comunitarios que apoyan a una minoría, como negros, asiáticos, hispanos, indígenas o personas que carecen de recursos. Biden incluirá a estos estudiantes en su plan de préstamos basados en sus ingresos y proporcionará matrículas gratis, especialmente para la comunidad negra y aquellas personas que pertenecen a pueblos nativos. Además, invertirá más de $ 70 mil millones en estos colegios comunitarios y universidades públicas para hacer que las instituciones históricamente negras, universidades tribales y de minorías de bajos recursos sean más accesibles. Adicionalmente, Biden planea invertir $18 mil millones para retribuir a las universidades de cuatro años, lo que equivale a hasta dos daños de matrícula.

Para que las escuelas privadas que apoyan a minorías no se ven socavadas por su propuesta, invertirá fondos adicionales para que reduzcan sus costos, mejoren las tasas de retención, graduación y cerrar las brechas de equidad para los estudiantes de minorías y etnias racializadas. La Administración Biden invertirá $10 mil millones en la creación de 200 nuevos centros educativos que sirvan de incubadoras de investigación, especialmente enfocados en cambio climático, globalización, desigualdad y salud para crear oportunidades de aprendizaje y carrera. Además, impulsará la investigación agrícola en las instituciones con concesión de tierra, especialmente aquellas de estudiantes negros e indígenas. Y dedicará flujos de fondos prioritarios adicionales en las agendas federales para pagos y contratos para minorías. Impulsará además la construcción de laboratorios e instituciones con tecnología nueva e infraestructura digital invirtiendo $20 mil millones para que las minorías tengan donde aprender, investigar e innovar. También usará estos fondos para proporcionar banda ancha en zonas rurales.

El próximo presidente de Estados Unidos también busca asegurar que todas las universidades públicas de estudiantes de minorías tengan acceso a programas de financiamiento de capital federal de bajo costo y buscar cómo los estados pueden aprovecharlos e incentivar más inversiones públicas, privadas y filantrópicas en infraestructura escolar. Para lograrlo, invertirá $10 mil millones de dólares en programas que aumenten las tasas de inscripción, retención, financiamiento y empleo para las minorías. Incluso estos programas pueden incluir asociaciones con preparatorias, universidades y empleadores; clases de recuperación, servicios de tutoría o asesoramiento y mejorar los salarios, beneficios y desarrollo a profesionales así como maneras de retenerlos.

Más allá de los apoyos para obtener títulos universitarios, Biden invertirá $5 mil millones en programas de posgrado en áreas de educación, atención médica y STEM, así como para desarrollar pasantías y programas profesionales en las principales instituciones de investigación, incluyendo los Laboratorios Nacionales del Departamento de Energía, los Institutos Nacionales de Salud, la Fundación Nacional de Ciencias y el Departamento de Defensa.

Triplicar el apoyo estudiantil para las minorías por medio del Título III y el V de la Ley de Educación Superior servirá como un salvavidas para las universidades públicas enfocadas en minorías con escasos recursos, asegurando el éxito de sus estudiantes. Para evitar el desvío de fondos, Biden exigirá que cada estado publique informes de sus asignaciones de los fondos para asegurar que atiendan las desigualdades y problemáticas que se buscan combatir con estos apoyos.

El presidente electo, Joe Biden, reconoce el rol que jugará la educación para mantener a Estados Unidos como un país competitivo en una economía donde estudiar una carrera universitaria ya no es suficiente. Además, debido a su trayectoria y la de su esposa, conocen las carencias que hay en el sector educativo público. Para realmente mejorar el sistema educativo de cualquier país se necesita empezar por apoyar a los maestros, de manera económica y profesional, proporcionar maneras de apoyar el desarrollo de los niños desde que nacen hasta después del bachillerato, especialmente aquellos menores de familias de escasos recursos. Finalmente, estas son sólo propuestas que tienen el potencial de transformar la educación en este país, sin embargo, queda mucho camino por recorrer.

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Los italianos volverán a clase en septiembre, tras seis meses sin pisar el cole

Europa/ Italia/ 04.08.2020/ Fuente: www.niusdiario.es.

  • La fecha fijada para el retorno a las aulas es el 14 de septiembre

  • El Gobierno ha recibido muchas críticas por los retrasos del plan educativo

El pasado 4 de marzo, con 2.700 contagios y 107 fallecidos por Covid-19, el Gobierno italiano decidió decretar el cierre de los colegios en todo el país. Fue la primera decisión radical de las muchas que vendrían después, aunque en ese momento muchos lo vieran exagerado. Italia fue el primer país europeo en ordenar la clausura total y ha sido uno de los pocos que no ha hecho ninguna concesión en todo este tiempo. No ha habido apertura progresiva y sólo el 14 de septiembre los alumnos volverán a clase.

La directiva, además, se ha hecho esperar meses. La ministra de Educación, Lucia Azzolina, sólo la firmó la semana pasada. En el documento se establece la fecha y se detalla el material que hará falta para poder respetar la distancia entre estudiantes en las clases. La última solicitud son 2,5 millones de pupitres, de los cuales la mitad serán un modelo individual con ruedas que cuesta 320 euros la unidad. El Ministerio ha obtenido una dotación de 1.300 millones para la adaptación de las aulas, aunque la titular del ramo ha solicitado otros 300 millones más.

El coste de los pupitres

El coste de los pupitres ha provocado la última polémica, pero en todo este tiempo Azzolina se ha granjeado críticas desde todos los sectores: padres descontentos por el cierre prolongado, profesores interinos que piden ser contratados y oposición parlamentaria que ha criticado la “incapacidad” de ministra. Ella, representante del Movimiento 5 Estrellas (M5E), se ha defendido argumentando que recibe ataques “por ser mujer, joven y del M5E”.

Lo cierto es que quedan muchos interrogantes encima de la mesa, como el modo en el que se garantizará la separación en aulas normalmente colapsadas y qué pasará si hay algún positivo por coronavirus dentro de las aulas. La ministra confía en que el fondo de recuperación europea sirva para acabar con las “clases granja”, como llaman en Italia a estos espacios repletos. Sin embargo, estas partidas no estarán disponibles al menos hasta mitad de 2021. En cuanto a la posible existencia de un rebrote, en Educación señalan que se pararían las lecciones y todos los alumnos tendrían que pasar un test.

En los últimos meses ha habido distintas manifestaciones para protestar por los retrasos en el plan del Gobierno con los colegios. Allí los miembros del sector educativo reclamaban la contratación de al menos 100.000 profesores para asumir la mayor carga de trabajo que supondrá la separación en los colegios. En uno de los decretos para la recuperación del país, el Gobierno aprobó la incorporación de 50.000, mientras que la ministra presiona para llegar hasta 80.000. Sin embargo, los sindicatos siguen considerando que la cifra es insuficiente.

El único contacto que han tenido los italianos con los institutos fue durante las pruebas de selectividad, que finalmente se realizaron de forma presencial, respetando numerosos protocolos. A principios de septiembre deberían volver para recuperar las asignaturas pendientes y ya el 14 sonará la campana para casi ocho millones de estudiantes. Quienes hubieran suspendido alguna materia, las siguen teniendo pendientes, pero todos los alumnos iniciarán el año en un nuevo curso

Fuente de la noticia: https://www.niusdiario.es/internacional/europa/italianos-clase-septiembre-seis-meses-cole_18_2985420270.html

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Del semáforo en verde a: ¿escuelas en rojo?

Por: Abelardo Carro Nava

Recientemente, el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, afirmó que el sector educativo será el último en incorporarse a la Nueva Normalidad; esto, porque a decir de este funcionario, el cuidado de la salud y bienestar de quienes integran las comunidades de aprendizaje son prioridad (Profelandia.com, 20/06/2020); una declaración que me parece de lo más sensata porque, como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, dicho sector educativo, moviliza a diversos actores directos e indirectos. Imaginemos lo que significa la movilización de 36.6 millones de alumnos (SEP, 28/04/2019) a las escuelas de los distintos niveles educativos.

No obstante, lo anterior, ¿qué es lo que se está haciendo en estos momentos para tener un regreso seguro, con un entorno seguro, a las escuelas de la República Mexicana? Porque si bien es cierto que, durante la contingencia sanitaria, la atención estuvo centrada en asegurar que, tanto los estudiantes y maestros siguieran la estrategia “Aprende en casa”, también es cierto que “algo” se tuvo que estar haciendo para que las escuelas pudieran contar con los recursos necesarios que les permitieran ir trabajando con la idea de que las medidas de prevención, al momento de ese regreso a clases, sean una realidad; y bueno, la verdad de las cosas es que, desde mi perspectiva, muy poco, o nada, se está haciendo al respecto. Me explico.

Quienes, por alguna razón de primera necesidad, hemos tenido que salir de nuestros hogares en estos días, nos hemos dado cuenta que las escuelas de nuestra comunidad, municipio o estado, siguen en las mismas condiciones en las que las dejamos en marzo de este año; en algunas, las labores de limpieza de áreas verdes (que es lo que de manera inmediata se puede observar, o he podido observar) han continuado; supongo, que el personal de asistencia o apoyo a la educación, ha continuado con su trabajo; sin embargo, ¿se ha observado la construcción de aulas en las que, como seguramente sabemos, hay hacinamiento en los salones de clase?, ¿se han observado trabajos que permitan contar con una red hidráulica que posibilite este vital líquido de manera continua en las escuelas en las que dicha agua no es constante o, prácticamente, es inexistente?, ¿se han observado trabajos de limpieza y sanitización en esas instituciones educativas?, ¿se ha observado la llegada de material didáctico, de diversa naturaleza, que posibilite el proceso de enseñanza y aprendizaje en los distintos espacios que conforman los centros escolares?, ¿se han observado trabajos de algunas compañías que ofrecen servicio de internet para que se haga uso de este recurso en los meses venideros en todos los salones de clase? Vaya, sobre este asunto, qué es lo que ha informado la Secretaría de Educación Pública (SEP) o el gobierno federal en turno.

En mayo de este año, la SEP informó que, mediante el programa “La escuela es nuestra”, se habían entregado casi 9 mil millones de pesos para rehabilitar escuelas; en su boletín No. 130 se dijo que, la dispersión de recursos, se realiza con base en la matrícula de cada escuela y que, en su primera fase, se implementó en 54 mil 177 planteles de educación básica de mil 931 municipios en zonas de alta y muy alta marginación (SEP, 18/05/2020). Datos que son interesantes sobre los recursos asignados pero que, resultan insuficientes porque, si bien es cierto que estos municipios representan una prioridad, también lo son, aquellos en los que el proceso de urbanización ha generado diversas problemáticas en los planteles escolares.

Ahora bien, en ese mismo boletín se especificó que, hasta ese día, se habían conformado más de 50 mil Comités Escolares de Administración Participativa (CEAP); y también se dijo que la organización, convocatoria, instalación y registro de esos Comités, es operada por los “Servidores de la Nación”; sin embargo, y aunque existe un manual que brinda una orientación al CEAP (versión 2.0.1, consultado el 30/06/2020), así como también, una página que ofrece información sobre dicho programa (consultada el 30/06/2020), la verdad de las cosas, es que no hay otros datos que permitan conocer las empresas a las cuales se están contratando para la realización de algunas obras o para la adquisición de ciertos muebles; peor aún, tampoco se especifica si es que dichos comités, han contratado personal especializado para la realización de los diagnósticos o para la emisión de dictámenes relacionados con la posible construcción de inmuebles en los centros escolares. Los datos pues, pintan un escenario ideal en el que todo funciona y se mueve, casi a la perfección, pero ¿realmente esto ocurre así?, ¿cuál es la responsabilidad del gobierno y de los maestros y padres de familia sobre estos asuntos? Recuerdo que, en su momento, se habló de que los recursos llegarían a las escuelas sin intermediarios, un tema que fue harto polémico en nuestro país, por aquello de la probable corrupción que en antaño se había observado, no obstante, y desde mi perspectiva, al ser un recurso directo, ¿no tendría que existir un mecanismo que asegurara la total transparencia en el manejo de dichos recursos?

Ahora bien, el tiempo sigue su curso, el mismo Secretario de Educación, en este día (30/06/2020), ha difundido un video mediante el cual, agradece a todos los maestros y maestras por hacer posible que el ciclo escolar 2019-2020 concluyera con éxito. Sin embargo, también hasta este día, no se ha presentado un plan educativo que defina líneas claras de acción para ese regreso seguro a las escuelas. Ciertamente, hace unas semanas se habló de un protocolo, que no es un plan educativo como tal, con el que se espera se pongan en marcha ciertas medidas preventivas mediante las cuelas se eviten contagios masivos. ¿Será que el regreso seguro a clases dependerá de los Comités Participativos de Salud Escolar (CPSE)?, ¿cuál es la responsabilidad del gobierno de la República?, ¿cuál es la responsabilidad de los gobiernos estatales?, ¿cuál es la responsabilidad de directivos, maestros, alumnos y padres de familia?

Hace unos días, una profesora me comentó, que la autoridad educativa de su estado les había informado que, una vez que se regresaran a clases, los profesores trabajarían con el grupo que les había sido asignado solo que, una parte de ese grupo, asistiría a la escuela durante una semana y, la otra parte, trabajaría desde casa las mismas actividades que se pondrían en marcha en la escuela; luego, el grupo que estuvo en casa durante esa semana, asistiría al centro educativo y el otro grupo, haría lo propio en casa. Muchos pensarían que es una estrategia sensata; sin embargo, vuelvo al punto con el que inicié estas ideas porque, independientemente del número de alumnos que asistan a los planteles escolares, sabe usted, ¿todo lo que se moviliza a partir de esta estrategia? Y, sabe usted, ¿cuántas carencias se tienen en los centros escolares?

En suma, considero que las autoridades gubernamentales, en lugar de estar grabando videos, tendrían que estar realizando las gestiones, convenios o acuerdos, con diversos sectores a fin de que, durante este receso, se lleven a cabo las acciones que a éstos les competen llevar a cabo. Ciertamente, los CPSE son importantes pero su responsabilidad se ve, y se verá rebasada en escuelas, sencillamente porque a éstas no les han llegado recursos en muchos años.

Referencias:

    • Redacción Profelandia.com. (20/06/2020). Sector educativo será el último en incorporarse a la nueva normalidad: Moctezuma. Profelandia.com

Recuperado de: https://profelandia.com/sector-educativo-sera-el-ultimo-en-incorporarse-a-la-nueva-normalidad-moctezuma/

Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-no-61-regresan-a-clases-mas-de-25-millones-de-alumnos-de-educacion-basica-del-pais-sep

    • SEP (18/05/2020). Boletín 130. Entregó la Escuela es Nuestra casi 9 mil millones de pesos para rehabilitar escuelas: SEP.

Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/es/articulos/boletin-no-130-entrego-la-escuela-es-nuestra-casi-9-mil-millones-de-pesos-para-rehabilitar-escuelas-sep?idiom=es

Fuente: https://profelandia.com/del-semaforo-en-verde-a-escuelas-en-rojo/

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‘I’ve listened to teachers’: Dr. Jill Biden talks education plan in town hall at Valley HS

‘I’ve listened to teachers’: Dr. Jill Biden talks education plan in town hall at Valley HS

Educators in the Las Vegas valley had the chance to voice their concerns to Doctor Jill Biden in a town hall today at Valley High School.

Education, a topic close to her heart but also a change she believes is critical to our nation. Changes local educators could see if her husband, Democratic Presidential candidate Joe Biden wins the presidency.

“There’s so much that we need to do,” and Dr. Biden says it starts with listening.

«I’ve traveled around this country., I’ve heard what they need,” Dr. Biden said.

Dr. Biden, a teacher of 35 years said there’s a critical need for change when it comes to education. And her husband has the plan to do just that.

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Why? Because she says its teacher approved.

“The one thing when I say what would you like. They don’t say pay, they say we need resources for our children,” Dr. Biden said.

Part of Biden’s education plan is aimed to give educators the pay and respect they deserve with competitive pay and benefits.

But Dr. Biden said teaching also comes with its burdens.

“Children are coming from homes where poverty exists, they’re coming from homes with food insecurities, they’re coming from maybe victims of domestic violence. And so, our teachers are so burdened I think with trying to teach their subject area and then trying to help all these children through life’s problems,” Dr. Biden said.

Joe Biden’s plan is to invest in mental health resources to help students grow so educators can focus on teaching.

“They need help with wraparound services and that’s why Joe Biden is going to double the number of counselors and psychologists in our schools,” Dr. Biden said.

Though Dr. Biden said education is what sets her husband apart. It’s experience that will make a difference.

“When he is on that debate stage and he and Donald Trump are going head to head. The one thing, when Donald Trump stands up there and says, ‘I’ve been in this situation and I can make these decisions.’ Joe Biden can stand right up against him and say, ‘Yes, but I have done that too,” Dr. Biden said.

Fuente de la Información: https://news3lv.com/news/local/ive-listened-to-teachers-dr-jill-biden-talks-education-plan-in-town-hall-at-valley-hs

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Esteban Moctezuma: el futuro inmediato (I)

Por Carlos Ornellas

Si todo sale como lo propone el virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, Esteban Moctezuma Barragán será el próximo secretario de Educación Pública. Aunque EMB ha estado ausente de la política práctica desde el 2000, tiene experiencia administrativa en el alto funcionariado del gobierno mexicano. Además de secretario de Gobernación y de Desarrollo Social en el sexenio de Ernesto Zedillo, fue oficial mayor y subsecretario de Planeación en la SEP en el periodo de Carlos Salinas de Gortari.

A él le atañó negociar con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Elba Esther Gordillo el Acuerdo para la Modernización de la Educación Básica; también con los gobernadores de los estados, aunque, en realidad, con ellos no convino, el gobierno central se los impuso. Uno de los puntos de aquel acuerdo era la revaloración social del magisterio, que, en la práctica, devino en la Carrera Magisterial, un sistema de incentivos que pronto manejaron los fieles del SNTE y lo cubrieron bajo el manto opaco de la corrupción.

Nadie sabe cuál será el desempeño de EMB como secretario ni cómo encarará los desafíos que tendrá enfrente. Pero es razonable suponer que serán enormes. Por lo pronto, parece que anda en busca de pistas o, quizá, lanzando buscapiés para medir respuestas de varios actores. A pesar de que no ha sido coherente en sus declaraciones, ha soltado indicios de cómo piensa actuar.

Nada hay más incierto que el futuro, pero los “futurólogos” han desarrollado técnicas para imaginar “escenarios” posibles. Claro, ésos son productos de la intuición, no se basan en evidencia, sino en supuestos razonables. Concibo tres situaciones entre muchas posibles: la pesimista, la optimista y una intermedia. Para su elaboración, me baso en las declaraciones recientes de EMB respecto a la Reforma Educativa.

El futuro sombrío. Tanto el presidente López Obrador como su secretario de Educación Pública se aplican a cancelar la “mal llamada” Reforma Educativa. Lo hacen para cumplir ofertas de campaña que, aunque dirigidas al magisterio en general, los destinatarios reales eran los restos de la camarilla de la señora Gordillo y diversas facciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. La marcha en reversa es radical. Dada la mayoría de Morena en el Congreso y el corrimiento de otros legisladores al carro del presidente, se enmienda de nuevo el artículo 3 de la Constitución; si no se abrogan, sí se reforman a fondo las leyes del Servicio Profesional Docente y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación; también se altera la Ley de Coordinación Fiscal para devolver a los estados el control de las nóminas. Le cumple al grupo de la señora Gordillo la promesa de restablecer la carrera sindical (o que los comisionados al SNTE reciban sueldos de la SEP); también revoca el Programa de promoción en la función por incentivos en educación básica y restablece la Carrera Magisterial. Se acaba la evaluación del desempeño docente y el ingreso a la profesión por concurso.

Las rastras: en pocos años, los fieles del sindicato recolonizarán el gobierno de la educación básica y manejarán la CM y hasta sería posible que regresara la herencia y compraventa de plazas magisteriales.

El plan óptimo. Si bien ya no se habla de Reforma Educativa, se evalúan con seriedad sus avances y faltas. El nuevo plan educativo nace de consultas no sólo con el SNTE y la CNTE, sino con organizaciones de la sociedad civil, asociaciones de investigadores, académicos y periodistas. También intervienen funcionarios de otras dependencias como la Sedesol y la Secretaría de Hacienda. En el terreno legislativo se enmiendan las leyes, si bien se aminora el peso de la evaluación, el mérito sigue siendo el motor del SPD; crece la racionalidad en la asignación de plazas docentes y se entierra en definitiva la CM y la corrupción que produjo. Se toman las ideas humanistas del nuevo modelo para la educación obligatoria y, con cambios en algunas áreas, continúa la ruta de implementación. La SEP dialoga con maestros de base y no nada más con los líderes de las facciones del SNTE.

Secuelas: aunque con diferentes nombres, se rescata lo valioso de la Reforma Educativa y se profundiza en los aspectos (que son bastantes) que comulgan con las propuestas del Proyecto Alternativo de Nación.

El tercer escenario —una especie de ceteris paribus— será objeto de mi entrega del próximo domingo.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/esteban-moctezuma-el-futuro-inmediato-i/1251565

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Rompan todo: el plan de Eduy21 para la educación uruguaya

América del Sur/ Uruguay/ 09.04.2018/ Fuente: www.elpais.com.uy.

«Educación, educación, educación». Casi dos horas de charla con cuatro miembros de Eduy21, el colectivo multipartidario de expertos en enseñanza que reclama una reforma urgente, y claro que esta fue la palabra que más repitieron. La dijeron 60 veces. Lo segundo fue una combinación de palabras, 34 veces: «marco curricular común». Es que esta es la base de la reestructura que proponen, y que presentarán el próximo 16 de mayo en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. La elección del lugar no fue aleatoria: ellos se definen como un movimiento con aspiraciones políticas.

Eduy21 presentará su llamado Libro Abierto (antes era Libro Blanco, pero «para evitar suspicacias» decidieron decolorarlo). Este tendrá más de 100 páginas con medidas concretas para salir del pozo. Proponen que todo sea discutido públicamente, y si es necesario, modificado. Por algo es «abierto», porque aceptarán sugerencias, cambios, agregados.

Lo que sí tienen decidido es que, luego de finalizado este proceso, a inicios de 2019, las propuestas serán incluidas en el borrador de una nueva Ley de Educación que esperan pueda votar el gobierno que asuma en 2020, cualquiera sea su color.

Adriana Aristimuño, doctora en Ciencias de la Educación y profesora en la Universidad Católica; Fernando Filgueira, doctor en Sociología y exsubsecretario de Educación; Virginia Piedracueva, docente y directora del liceo 56; y Marcelo Martínez, docente, y hoy director del ciclo básico de Don Bosco, fueron los que dieron a El País un adelanto del nuevo plan, que «pone de cabeza» al sistema actual.

«Este es un proyecto de transformación política pública, pero no tiene ninguna afiliación partidaria», insiste Filgueira, frentista independiente. En Eduy21 también está el referente en educación del senador nacionalista Luis Lacalle Pou, Pablo da Silveira, los colorados Renato Opertti y Robert Silva (integrante del Codicen por elección de los docentes) y varios miembros del Partido Independiente. También están el dirigente sindical Richard Read y otro frentista como el exdirector de Educación, Juan Pedro Mir.

El plan que presentarán incluye más poder para el Ministerio de Educación, capacidad rectora técnica y estratégica del Codicen frente a los consejos desconcentrados, y autonomía para que los centros lleguen a los resultados por caminos alternativos. Eduy21 critica el sistema actual, que incluye 13 materias en el liceo, y propone un plan de trabajos prácticos que permitan acceder a los conocimientos sin tener que memorizar, por ejemplo, fechas o procedimientos como el de la fotosíntesis. También está contra la repetición. Y advierte que para el sistema que ellos proponen los docentes deberán recibir una formación complementaria.

«El problema que tenemos es que hace 40 años que estamos igual y solo discutimos, no hacemos. Nosotros proponemos esto. Proponemos probar, ensayar, si es necesario equivocarse, pero hacer», explica Aristimuño.

Estas son las propuestas que Eduy21 pondrá sobre la mesa:

1. Marco curricular común.

Consiste en evitar el salto brusco de la escuela al liceo. Para esto se generan dos consejos (no tres, como hay ahora: Primaria, Secundaria y UTU): uno de Educación Básica, que va de los tres a los 14 años, por tanto las clases irán de primero a noveno; y otro de Educación para Jóvenes, para los que tienen de 15 a 18.

«La idea es evitar el problema que tenemos en el pasaje de Primaria al Ciclo Básico. Ahí tenemos una fosa en el que los chiquilines caen, sobre todo en primer año de liceo. Esto es como una guerra, ver caer al soldado y no poder hacer nada. Es desesperante. Estamos así hace muchos años y es hora de decir basta a las soluciones paliativas», advierte Aristimuño.

«Si en sexto de escuela repite el 3% y en primero de liceo el 30%, lo que está pasando es que hay una fosa en la que los chiquilines caen. Se necesita, entonces, unir las dos partes: que de sexto se pase a séptimo, después a octavo, y después a noveno. Que haya una unidad», señala Filgueira.

Esta unidad se lograría a través de una currícula generada especialmente para que el salto que se da de sexto a primero de liceo no sea tan largo, e incluso un plan para que no se pase de tener una maestra a 13 profesores de un año al otro.

Filgueira, Martínez y Piedracueva, referentes de Eduy21. Foto: F. Ponzetto
Los que proponen: Filgueira, Martínez y Piedracueva, referentes de Eduy21. Foto: F. Ponzetto

2. Cambios en la gobernanza.

Eduy21 propone dar más poder al Ministerio de Educación y Cultura (MEC), para que sea el responsable político de todo lo que pasa a nivel educativo. En tanto, el Codicen sería el brazo ejecutor de los objetivos que la cartera se propusiera.

«Hoy al Parlamento llamamos a la ministra, pero la ministra dice yo no puedo, no es a mí que me corresponde. Eso no puede suceder. Lo que queremos es más iniciativa y responsabilidad política del ministerio», señala Filgueira, que cuando fue subsecretario, al inicio de este gobierno, le tocó enfrentarse a ese Parlamento.

El plan incluye reestructuras en el Codicen. La idea es dotarlo de más capacidad rectora, con un departamento de desarrollo curricular (lo que implicaría que ya no fuera cada consejo el que armara los programas, sino que hubiera una unidad dictada desde el Codicen), y con una oficina de planificación encargada de armar el presupuesto quinquenal (hoy lo hace cada consejo, y el Codicen solo lo revisa y lo eleva al Poder Ejecutivo).

«El ministerio es el que tiene que marcar la cancha política, determinando hacia dónde va el sistema, y el Codicen es el que se tiene que ocupar de aterrizar eso, y lo tiene que hacer con dos brazos fuertes: por un lado los consejos desconcentrados, y por el otro la autonomía de los centros», resume Filgueira.

3. Autonomía de los centros.

«Queremos poner de cabeza el sistema», reconoce el exsubsecretario de Educación cuando habla de darles más poder a las direcciones de los centros educativos. Estas, siempre bajo el control del Codicen, tendrían más flexibilidad a la hora de buscar las mejores tácticas que sirvan para que los jóvenes logren las competencias y habilidades necesarias.

«Los egresados van a tener que salir pudiendo resolver ciertos problemas científicos. La autonomía permitirá a los centros decidir de qué manera lo logran. Si el que sigue trabajando con 13 asignaturas lo consigue, bien por las 13 asignaturas; si el que tiene un área de ciencias, con docentes de diferentes materias trabajando juntos, y poniéndoles desafíos a los estudiantes, lo logra, bien por el del área de ciencias», sostiene Martínez, que cree que esta segunda forma «es la mejor».

4. Cambio del modo de trabajo.

La apuesta de Eduy21 va justamente hacia centros educativos en los que se pueda trabajar en laboratorios, con más de un profesor por aula, cosa que ya hoy hace el centro Don Bosco y el liceo 56, donde rige el plan 2012.

«Trabajamos por un lado ciencias experimentales y matemáticas, y por otro ciencias sociales y comunicación. El modelo de diseño curricular es por proyectos: los alumnos trabajan proyectos que integran las diferentes asignaturas y se plantean desafíos, retos, que para lograrlos deben adquirir ciertos conocimientos», explica Martínez, de Don Bosco.

Aristimuño, en tanto, presenta como ejemplo lo que ocurre en Alemania, «que tiene un sistema de enseñanza dual, que en Uruguay ya lo están ensayando algunos centros privados y escuelas agrarias, donde tres días a la semana se enseña teoría y dos se tienen clases en el lugar de trabajo. Esto tiene muchas ventajas. Una de ellas es que el chiquilín ya se vincula con el mundo laboral».

Filgueira piensa, también para los primeros años, en un sistema en el que dos maestras puedan trabajar por grupo.

5. Educar en competencias.

«¿Es importante una tabla de contenidos conceptuales que haya que memorizar, porque hace 100 años encontrar una biblioteca era complicado? ¿O es importante manejar un montón de habilidades y conocimientos que permitan aprender lo que viene en el futuro, que permitan manejar los recursos tecnológicos de hoy o los que vengan después?», pregunta Martínez. Y Eduy21 ya tiene una respuesta.

El marco curricular común incluiría la creación de un sistema de evaluación estandarizada que definiría las competencias y habilidades a las que debe llegar cada estudiante. La idea es ya no evaluar conocimientos puntuales, sino la capacidad de los jóvenes para resolver ciertos problemas.

«El sistema actual se basa en contenidos: aprender la batalla tal o cual, saber lo que es la fotosíntesis, etc., etc. Está todo definido, se enseña —supuestamente— a todos los estudiantes lo mismo y a la misma vez, lo que en realidad no es posible, porque cada uno tiene su ritmo», critica Piedracueva.

«Lo que va a haber son troncos básicos de alfabetización, fundamentales, que no se puedan dejar de lado. Por eso, claro, hay contenidos matemáticos que van a estar presentes porque son importantes para lograr ciertas competencias y habilidades. Lo mismo pasa con lectura y escritura. Pero el norte son las competencias, las capacidades para resolver ciertos problemas», dice Filgueira.

6. Cargos radicados en centros.

El plan también incluye cambios en el modelo de trabajo de los docentes. En Don Bosco, por ejemplo, cada profesor tiene 17 horas de clase por semana en el centro. Similar también es el plan 2012 del liceo dirigido por Piedracueva. «Así es que conocen a los alumnos y los alumnos los conocen a ellos. Los elementos que ese docente tiene para evaluar, en comparación con otro que les da clases a 400, son enormemente diferentes», señala Martínez.

«Un docente de biología, por ejemplo, tiene tres horas semanales por grupo. Si eligió más de 20 horas, ¿cuántos grupos tiene? ¿Con cuántos jóvenes trabaja a la vez? Entonces, lo que pensamos es que hay que tener docentes que puedan encargarse de más de una asignatura. Que haya un área que englobe a varios profesores, donde varios trabajen juntos dentro de un área de ciencia experimental y matemáticas, por ejemplo. Ese es el modelo», explica Filgueira.

La idea es que los docentes puedan también preparar sus clases en los centros, en horario laboral. Y se piensa, también, en mejorar su formación para que puedan adaptarse a esta metodología.

7. Educación universitaria.

En Eduy21 consideran que los profesores deben tener educación universitaria, y sostienen que esto tiene que hacerse de tal manera que un aspirante a docente «pueda tomar créditos en distintas facultades para fortalecer sus conocimientos en ciertas áreas», señala Filgueira.

«Queremos ir hacia un modelo en el que un profesor fortalezca sus conocimientos con posgrados, o formación en servicio para lo que se requiere. Que se pueda preparar en alfabetizaciones específicas, de matemáticas y ciencias, o de lectura y escritura. Incluso que pueda hacerlo para ayudar a aquellos que tienen dificultades de aprendizaje», agrega.

8. Eliminar la repetición.

Todos en Eduy21 están de acuerdo con eliminar la repetición, aunque hay diferencias en cuanto a los tiempos. Filgueira es uno de los que sostiene que esto debe hacerse de inmediato. Otros piensan que antes se tendrían que poner en práctica algunas de las otras propuestas del Libro Abierto.

«Tenemos muchos estudiantes que están parados en el semáforo en rojo mucho tiempo. Eso te genera una aglomeración en ciertos grupos. El tema de la repetición es algo que se está discutiendo ahora, y muchos salen a decir que este es un indicador de exigencia. Si decimos eso, estamos mal. La repetición no dice nada acerca de la calidad del sistema. Lo que nos va a decir es un sistema de evaluación estandarizado y otros indicadores de calidad, que bien podrían ser sobre el tiempo que los jóvenes dedican al trabajo y a los proyectos», dice Filgueira.

9. Redistribución presupuestal.

Cambiar el sistema implica, también, modificaciones en el presupuesto: por supuesto una redistribución, pero quizá también un incremento. Un equipo de Eduy21 está analizando el dinero que se necesitaría para la reforma.

«Se están revisando estimaciones de costos. Hay una reorganización de modelos que ya se puede hacer con el presupuesto actual, como el marco curricular común. Después hay un conjunto de propuestas que tenemos para las que se necesita más: queremos que haya actividades extracurriculares que incluyan una carga en deportes y en arte, también que haya talleres, de periodismo por ejemplo; extender los tiempos en el Ciclo Básico, lo que también implica alimentación para los alumnos; cambios en la estructura y la magnitud salarial; y también temas de infraestructura», dice el exsubsecretario.

Hay otros que creen que con el dinero con el que se cuenta hoy ya se puede hacer mucho. Martínez advierte que en Don Bosco, cuando se decidieron a implementar el nuevo sistema, en el área de infraestructura lo único que esto implicó fue tirar una pared.

«Ahí tenemos una discusión interna. Lo que está claro es que hay que reasignar. Si después se necesita mucho o poco, es algo que se está evaluando. Pero reasignando tenés un cambio grueso. Nosotros debemos tener el mismo presupuesto que nos costaría el modelo tradicional. Esa es mi opinión», señala Martínez.

10. Cambios para los docentes.

Filgueira también piensa que para dar la batalla sería bueno una mejora salarial que seduzca a los docentes, para que se sumen al cambio.

«Nosotros estamos dejando de pensar en un modelo de cargas salariales por horas docentes de aula; estamos pensando en un modelo de horas de cargos radicados. Un modelo en el que se les diga a los docentes: te voy a estar pagando más porque te voy a estar reconociendo una carga de trabajo que tiene que ver con la preparación de las clases, pero queremos que esa carga sea presencial, en los centros, en un trabajo colectivo con otros docentes», explica el exsubsecretario.

Eduy21 también incluirá en su propuesta que las elecciones de horas se hagan por más de un año, y que cambie la manera en que estos optan por los centros en que trabajan, lo que lleva hoy a que docentes con menos experiencia sean los que suelen ir a los centros con realidades más críticas.

La batalla es difícil: menos lo que tiene que ver con más salario, proponen todo lo que los sindicatos rechazan.

Plan 2012, una isla dentro del sistema público

Eduy21 no descarta todo lo que se está haciendo. Incluso cree que hay ciertos planes que pueden incluirse en el nuevo sistema. Un ejemplo de esto es el plan 2012, que funciona en varios liceos, como el 56, del que Virginia Piedracueva (que es parte del colectivo) es su directora. «Lo que hacemos es trabajar en grupos de profesores. Son los mismos docentes de las asignaturas que eligen proyectos y los trabajan en conjunto con los alumnos», señala Piedracueva, que también es profesora de biología. «Es una propuesta destinada a la extra edad, es decir a chiquilines que han quedado rezagados del sistema educativo. Propone que estén todos los profesores, todas las asignaturas presentes en el mismo horario, y que se vayan distribuyendo según los proyectos, que además son consensuados con los estudiantes. Si algún docente no está dando clase, puede estar atendiendo a los padres, ayudando con una apoyatura, haciendo lo que sea necesario». El sistema se parece bastante al que Eduy21 sugiere para que los alumnos aprendan, y Piedracueva asegura que funciona.

«La reforma de rama era buena si solo daba clase él»

Hay partidos que ya se han pronunciado, otros que se puede prever que, por tener a sus mayores referentes de la educación dentro de Eduy21, apoyarán su plan de reforma. El Partido Independiente es uno de los que ya ha dicho sí; el Partido Colorado aún no tiene claras sus candidaturas, pero Renato Opertti es uno de los más importantes referentes del colectivo de expertos; los blancos tienen a Pablo da Silveira, asesor en educación de Luis Lacalle Pou; los frentistas tienen más disidentes que otra cosa, como es el caso de Fernando Filgueira, Juan Pedro Mir, y el dirigente de la bebida Richard Read (todos independientes). Un referente de la oposición consultado por El País espera que se dé un escenario similar al que se dio en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti con la reforma de Germán Rama: cuando se votó en el Parlamento recibió el aval de todos los partidos, incluso del Frente Amplio a excepción del Partido Comunista y el MPP. Filgueira, en tanto, dice que las reformas son distintas porque la de Rama se basaba en los contenidos, y la de ellos en las competencias a las que tienen que llegar los alumnos. «Mi padre, sociólogo al igual que yo, fue consultado por Rama cuando estaba haciendo la reforma en el área de ciencias sociales —cuenta Filgueira. La respuesta de mi viejo fue: Esto es buenísimo, pero solo si vos podés dar clases en todos los liceos. Porque solo Rama era capaz de dar ese programa, que es un tipo enciclopédico, que tiene los conocimientos. Nosotros lo que queremos es escapar de esa trampa».

«En Finlandia la pelea con los sindicatos fue a cuchillo; no hay atajos, hay que confrontar»
Doctora Adriana Aristimuño. Foto: Francisco Flores

No hay que ser clarividente para saber qué van a decir los sindicatos del plan de Eduy21. ¿Elecciones de horas docentes por más de un año? ¿Que los profesores de mayor edad tengan que ir a los centros de peor contexto? ¿Autonomía para los centros educativos? ¿Más poder para el Ministerio de Educación y Cultura? ¿Erradicación de la repetición? Es todo lo que ellos no quieren.

Los expertos en educación que conforman Eduy21, sin embargo, ya saben que van a la guerra; pero también tienen confianza en que, esta vez, podrán ganarla.

«Ya veremos qué pasa con los sindicatos. Ya lo hablaremos. En Finlandia, que tanto hablamos de Finlandia, que tan admirable es su sistema, que tanto lograron trabajar con los sindicatos, lo que en realidad pasó fue que en la década del 70, cuando sentaron las bases del sistema educativo y de la sociedad finlandesa, las peleas con los sindicatos fueron a cuchillo. Acá no hay atajos», señala Adriana Aristimuño.

La especialista lo resume en una frase: «Si alguien tiene miedo a enfrentar a los sindicatos, está frito». Aristimuño cree que «se llegó a un punto donde el sistema de bloqueos es fenomenal, por eso estamos como estamos. Si no se trabaja no se pueden lograr resultados: hay que sentarse a trabajar, hay que arremangarse, hay que discutir y, claro, hay que confrontar».

Fernando Filgueira, en tanto, confía en que la propuesta de Eduy21 puede ser seductora para los docentes en general —sin hablar en particular de los que están sindicalizados—, porque justamente incluye estabilidad en los centros para los trabajadores y también se pone en discusión la posibilidad de mejorar salarialmente.

El exsubsecretario de Educación advierte, además, que el plan busca encantar a las familias. «Si se genera un shock fiscal y edilicio, y a la vez un shock de permisos en las zonas de alta vulnerabilidad, con autonomía en los centros para generar alta calidad formativa, ¿las familias no van a reconocer eso como algo positivo? ¿No va a haber un rédito político posible y potencial a recibir allí? Si se extiende el tiempo lectivo en la educación media básica en zonas de alta vulnerabilidad, con alimentación, ¿las familias no van a apoyar? Lo cierto es que hay mecanismos de intercambio: pago un costo acá, pero tengo un rédito allá. Eduy21 se lanzó para mostrar que son más los costos políticos de no hacer nada, que los de hacer. Y para favorecer la idea de que hay un cambio posible y que este es un juego de suma positiva, no de suma cero; no que hay un grupo que vaya a perder mucho para que otro gane. Todos podemos ganar bastante», señala Filgueira.

Marcelo Martínez, director del bachillerato tecnológico de Don Bosco, en tanto, confía en que la mayoría de los docentes van a apostar por el cambio. «Si hay algo que se pueda decir de los docentes en general es que no están contentos con ir al fracaso todos los días. El plan busca que ya no vayan más a la guerra con un tenedor».

Fuente de la reseña: https://www.elpais.com.uy/que-pasa/rompan-plan-eduy21-educacion.html
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