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El 2021 en América Latina: un año difícil pero decisivo

Por: Enrique Gomáriz Moraga

El balance del impacto de la pandemia por COVID-19 en América Latina ha sido desastroso, tal y como se esperaba. Aunque el nivel de contagios no supera mucho el de Europa, la cantidad de muertes es literalmente dramática: la región contiene el 10% de la población mundial, pero representa un 32% de las muertes por COVID en el mundo. En varios países grandes de la región, como Brasil o México, sus autoridades han decidido lograr la inmunidad de rebaño a toda costa, llevando a sus sistemas de salud al colapso.

El impacto económico de la pandemia también ha sido desastroso. CEPAL estima que la contracción del PIB regional se sitúa en un 7,7%, pero esa caída es muy diferente según países, llegando a ser casi el doble en el caso de Venezuela. De igual forma, aunque todos los sectores han sufrido la crisis, hay algunos, industria y servicios, que la han sufrido mas que otros.

Eso ha significado una caída radical del empleo, estimándose una pérdida de 50 millones de empleos en este año. Todo ello ha redundado en un considerable aumento de la pobreza, que crecería en torno a un 6% respecto de 2019, es decir, cerca de 30 millones de nuevos pobres, lo cual acentuaría el retroceso de la curva respecto del comienzo de este siglo. En efecto, en el 2000 CEPAL estimaba que cerca de la mitad de la población latinoamericana se encontraba bajo la línea de pobreza, pero tras quince años de fuerte crecimiento económico provocado por la explosión del comercio de materias primas, esa cifra se redujo al 28%, aunque cuando terminó el boom, esa cantidad promedio se situó en torno al 32%. Tras el 2020 esa cifra estaría llegando a superar el 37%, con países que superarían el 40%, un retroceso que significaría volver a la situación de principios de este siglo.

Ante este cruel balance, la llegada del 2021 no podía sino suscitar la esperanza general de una ansiada recuperación. Sin embargo, este año que comienza seguirá siendo un año difícil, aunque podría ser también un año decisivo para acortar el tiempo de regreso a una cierta normalidad, donde se fueran recuperando los indicadores económicos y sociales previos a la pandemia.

En el plano sanitario, la esperanza de los efectos de la vacuna no producirá los frutos esperados a corto plazo. Cada vez está mas claro, que el proceso de vacunación avanza más lento de lo previsto. Al concluir 2021 difícilmente se habrá logrado vacunar al 70% de la población latinoamericana, y mientras eso sucede, el cansancio en torno a las restricciones y la sensación de proximidad de la vacuna están relajando la disciplina social, con lo que la curva de contagios y la cantidad de muertes van a seguir mostrando un crecimiento rampante durante el primer semestre. Como insiste la OMS, lo peor está por llegar.

En el plano socioeconómico, las previsiones tampoco son espectaculares. El efecto resorte, tan esperado, solo se producirá en algunos países, mientras que en la mayoría tendrá lugar un crecimiento lento, en torno al 3%, aunque las previsiones en algunos son más sombrías (Nicaragua, Ecuador, Haití) y Venezuela seguirá en recesión profunda (-7%). Pero lo más importante en ese año que empieza será cómo la región sortea algunos retos fundamentales que enfrentará en 2021.

Un asunto crucial estará referido al mantenimiento de las medidas de estimulo monetario y fiscal. Porque si se produce una retirada pronta de este tipo de medidas, al menos más rápidas de lo que se espera, la recuperación se ralentizará considerablemente. Ello podría estar asociado a un empeoramiento de las condiciones financieras mundiales. Al final del 2020, la mayoría de los países latinoamericanos han tenido acceso a las fuentes financieras internacionales sin grandes dificultades. Si eso no se mantiene según avanza el año, la recuperación será mucho más cuesta arriba.

Un aspecto que forma parte del esperanzado efecto resorte refiere a la idea de que, con la recuperación mundial del consumo, el precio de las materias primas volverá a incrementarse. Si ese escenario tiene lugar, la región tendrá un respiro. Pero no esta claro la velocidad con la que se producirá ese incremento mundial de la demanda y los precios de las materias primas. Y si ese escenario no emerge rápido, la recuperación en la región ira para largo.

Si este conjunto de factores no tiene una evolución claramente positiva este año es previsible un aumento de las dificultades sociales, no pudiendo excluir tensiones y conflictos graves, que colocarían a los países ente una inestabilidad que, por más que fuera entendible, todavía ralentizaría más la recuperación general. Por eso es posible afirmar que lo que suceda en 2021 tendrá consecuencias decisivas a medio plazo para esta maltratada región.

Fuente : https://www.diariocritico.com/opinion/enrique-gomariz/2021-america-latina-ano-dificil-decisivo

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2021, un año para reorganizar las prioridades de la humanidad

La covid-19 seguirá marcando la agenda global, pero el incremento de la pobreza, el hambre y la desigualdad, junto con el cambio climático, no pueden quedar aparcados por más tiempo, según siete expertos en desarrollo.

Dejamos atrás un 2020 que estaba llamado a ser el definitivo en el progreso del mundo. La ONU bautizó al período que comenzaba como la Década de la Acción con la mirada puesta en 2030, cuando se deberían conseguir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): acabar con el hambre y la pobreza extrema, erradicar la violencia de género y disminuir la desigualdad, garantizar educación de calidad para todos los niños y trabajos dignos para los adultos, asegurar el acceso universal a la sanidad y seguir habitando el planeta sin destruirlo definitivamente. Pero el virus SARS CoV-2 lo cambió todo.

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La covid-19 ha truncado vidas, ha puesto al límite los sistemas sanitarios ―incluso de las naciones más ricas―, ha destruido empleos y sumido en la miseria a millones de personas. Por primera vez desde 1990, el desarrollo humano ha retrocedido. Los derechos de las mujeres han quedado invisibilizados, pese a que ellas son las que más sufren las consecuencias de la pandemia. Y la lucha contra el cambio climático ha quedado en suspenso. Este 2021 tiene que ser el año en que la humanidad venza al virus y recupere la senda del avance hacia un mundo más justo, pacífico y sostenible. Así lo defiende un grupo de expertos en desarrollo sostenible que exponen cuáles serán, en su opinión, las prioridades para este año que comienza.

¿Cuáles cree que deberían ser las tres prioridades en materia de desarrollo? Esta es la pregunta planteada a siete especialistas: Ángeles Moreno Bau, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional; Olivier Longué, director general de Acción Contra el Hambre; Franc Cortada, director general de Oxfam Intermón; Leire Pajín, presidenta de la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS); Andrés Rodríguez Amayuelas, presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo; Antoni Plasència, director general de ISGlobal; y Gustavo Suárez Pertierra, presidente de Unicef España.

1. Los problemas de siempre (pero peor)

Destacan los expertos la urgencia de abordar las consecuencias socioeconómicas de la pandemia, que son en definitiva los problemas que ya arrastraba la humanidad, pero exacerbados por la crisis sanitaria. Son el hambre, la pobreza, la desigualdad, el acceso a la educación y la sanidad universal.

“La irrupción de la pandemia por el coronavirus supone que, de nuevo, llueva sobre mojado en los países de renta baja y media en todo el mundo, y de manera más destacada en el continente africano y en América Latina”, subraya Plasència. “Las prioridades de apoyo al desarrollo deben adaptarse al contexto, en un complejo equilibrio entre la atención a las nuevas necesidades y a las ya existentes, y atendiendo a los compromisos de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. En su opinión, 2021 tiene que ser el año en el que a la par que se asegura “una adecuada cobertura vacunal frente al coronavirus para los grupos prioritarios”, se refuercen los programas frente a “las otras pandemias” como el VIH, la malaria, la tuberculosis, las neumonías y diarreas infantiles. Para ello, remata, hay que “fortalecer los sistemas de salud, en especial la atención primaria y comunitaria, la vigilancia epidemiológica y las capacidades de preparación ante los riesgos emergentes globales, tanto de origen infeccioso, como medioambiental y climático”.

No ir a la escuela expone a los niños ante una enorme vulnerabilidad

La covid-19 ha interrumpido muchos servicios clave y ha ejercido una presión sin precedentes en los sistemas de salud. “Muchos niños y niñas se han quedado expuestos al hambre, a enfermedades y sin centros de salud a los que acudir para ponerse una vacuna, obtener un tratamiento contra la malaria o la neumonía, dos de las enfermedades más mortales para la infancia”, expone Suárez Pertierra. Pero las consecuencias de la pandemia van mucho más allá de lo sanitario, anota Longué. “Hay que pensar que para 2.000 millones de trabajadores informales en el mundo (en los países más pobres constituyen más del 80% de la población activa) el confinamiento ha supuesto una reducción drástica de sus ingresos”. Por eso, dice, “hay mucho tejido económico que reconstruir y es urgente dar prioridad a los más desprotegidos y a quienes ven peligrar su alimentación diaria por esta crisis”.

La prioridad, para el presidente de Unicef España, debe ser “lograr que todos y cada uno de los niños y niñas vuelvan a clase”. El cierre de las escuelas durante los momentos más críticos de la pandemia afectó a más de 1.000 millones de estudiantes. “Y los más vulnerables se llevaron la peor parte porque no tuvieron acceso al aprendizaje a distancia”, destaca. “Muchas escuelas en África y Asia están abriendo gradualmente, pero en América Latina, el 38 % de los países aún tienen que decidir cuándo será el regreso a clase. Y ya se anticipa que millones de niños de todo el mundo no volverán nunca. Concretamente, 5,9 millones en Asia y 5,3 en África subsahariana, según estimaciones de Unicef. “Estamos ante una crisis de educación. No ir a la escuela expone a los niños ante una enorme vulnerabilidad”.

2. El cambio climático

“Somos la última generación que puede frenar las peores consecuencias del calentamiento global y se nos está acabando el tiempo”, recuerda Rodríguez Amayuelas. “Nuestra casa está en llamas y no hay tiempo que perder. Y es una cuestión que tiene profundas repercusiones en las condiciones de vida de miles de millones de personas en el planeta. Precisamente las que más están sufriendo estas consecuencias son las que menos responsabilidad tienen en el calentamiento global”. Así lo confirma el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en su último informe que mide el progreso de los países en relación con la presión que ejercen sobre el planeta.

Somos la última generación que puede frenar las peores consecuencias del calentamiento global y se nos está acabando el tiempo

No solo estamos viviendo una terrible pandemia, estamos en medio de una emergencia climática. “Con un incremento de la presencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera o de las temperaturas; huracanes y tormentas de una fuerza nunca vista…”, recuerda Suárez Pertierra. “Si no logramos revertir esta situación, condenaríamos a la infancia de hoy y a las generaciones venideras a un mundo de destrucción, miseria e inestabilidad. Hay que actuar ahora”, pide.

A Rodríguez Amayuelas, de hecho, le gustaría ver en 2021 “compromisos ambiciosos en la reducción de los gases de efecto invernadero y medidas decididas para frenar la pérdida de biodiversidad”. “Caemos en la tentación de pensar en insectos, peces o aves cuando hablamos de biodiversidad, pero las variedades de plantas o animales adaptadas a su medio y que sirven de alimento a la especie humana, también están en peligro”, describe.

3. Acceso universal a la vacuna contra el SARS CoV-2

Coinciden los expertos en subrayar que, una vez conseguida la proeza de desarrollar en tiempo récord varias vacunas contra la enfermedad que ha cambiado al planeta, este debe ser el año de suministrarla equitativamente a las personas en riesgo, vivan donde vivan. “Es un objetivo concreto: que en 2021 todos los países tengan acceso a la vacuna y tratamientos contra la covid-19. Lo tenemos que lograr”, apunta Pajín.

Es un objetivo concreto: que en 2021 todos los países tengan acceso a la vacuna y tratamientos contra la covid-19

“En la actual situación, en 2021 el mundo rico estará mayoritariamente vacunado y avanzando en su recuperación, aunque de forma muy limitada al ser la covid-19 todavía un riesgo en la mayor parte del planeta. Mientras tanto, el mundo en desarrollo tendrá que esperar, sufriendo la prolongación de los efectos sanitarios y económicos del aislamiento y las limitaciones comerciales hasta 2024″, denuncia Cortada. “Esto es inaceptable: la recuperación debe ser universal y la prioridad debe centrarse en las personas que lo necesitan, no en los derechos de compañías farmacéuticas o en los privilegios de los países más ricos”, agrega.

Desde Unicef aseguran que en 2021 quieren suministrar y distribuir 2.000 millones de dosis de vacuna y casi 750 millones de tests y tratamientos en los países con pocos recursos. En este sentido, Moreno Bau comenta que la estrategia covid en España tiene como foco “el acceso universal y distribución de las vacunas”. Por eso, el país ha contribuido con 50 millones de euros al fondo COVAX AMC, una herramienta multilateral y multi-actor para garantizar la adquisición y suministro de vacunas para las naciones que no pueden permitirse competir en el mercado. Sin embargo, España se ha posicionado, junto con la Unión Europea y los países más ricos del planeta, en contra de liberalizar las patentes de las inmunizaciones y medicamentos contra la covid-19. Una petición que India y Sudáfrica han planteado en la Organización Mundial del Comercio como vía para incrementar la capacidad de producción y reparto de las vacunas y tratamientos, y que aún está por dirimirse.

Además, los países ricos “han acaparado el 75% de las dosis disponibles”, indica Rodríguez Amayuelas. “Lo que impedirá que la vacunación en los países más empobrecidos no empiece, como pronto, hasta 2022″. Por eso, insiste en la necesidad de una distribución equitativa, de no hacerlo “tarde o temprano, el virus nos acabará volviendo”.

4. Derechos Humanos

El último informe de Cívicus pone de manifiesto que las libertades civiles han sido las grandes perjudicadas de la gestión gubernamental del coronavirus en todo el mundo. “Remover los obstáculos para conseguir el disfrute efectivo de los derechos humanos para todas las personas en todo el mundo” es una de las prioridades que deben tenerse en cuenta en este año que comienza, según Rodríguez Amayuelas. “Sin libertad, participación o transparencia no se pueden erradicar las causas de la pobreza, la desigualdad o la insostenibilidad global. Un cambio en la posición de la UE en relación con el tratado vinculante de derechos humanos y empresas de Naciones Unidas, y la aprobación de una ley de debida diligencia en el estado español sería pasos adecuados en esta dirección”, opina. En palabras de Cortada, una de las cuestiones ineludibles en 2021 debe ser “proteger los derechos humanos evitando que la desigualdad y el nacionalismo imperen en la respuesta a la crisis”.

Amnistía Internacional también lo ha denunciado. Muchos gobiernos han hecho de su capa un sayo y han aprovechado para reprimir aún más a los ciudadanos, incluso a aquellos ya retenidos o encarcelados, advertía en su informe Atreverse a defender los derechos humanos durante una pandemia de agosto de 2020. En su estudio, la ONG identificó que 131 personas en todo el mundo habían sido víctimas de hostigamiento, enjuiciamiento, homicidio o encarcelamiento bajo pretextos relacionados con la covid-19. “La legislación sobre noticias falsas, las restricciones de la circulación, la menor protección policial y la mayor intolerancia a la crítica han dado lugar a una nueva oleada de represión en todo el mundo contra quienes han denunciado irregularidades en el sector sanitario o han señalado respuestas inadecuadas a la pandemia”, indicaban.

5. Gobernanza global frente a nacionalismos

“Hay que reforzar y fortalecer los mecanismos de gobernanza global. La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de tener una herramienta de respuesta conjunta. Los retos son comunes y no tenemos instrumentos suficientemente operativos para responder”, solicita Pajín. “Se trata de ceder soberanía hacia arriba, que haya gobiernos globales que puedan tomar decisiones”, explica.

En este apartado, Moreno Bau da relevancia a los deberes en casa: “Todas nuestras prioridades pasan por una primera urgencia: la reestructuración institucional, jurídica y financiera del sistema de la Cooperación Española, algo absolutamente imprescindible para adecuarnos a la realidad la Agenda 2030 y la transversalidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Esta reforma, dice, está ya en marcha y su deseo es que esté lista a finales de 2021. “España es un socio confiable y clave del sistema multilateral, pero hay que actualizarse. En realidad, todo el engranaje de la cooperación internacional está cambiando para ser capaz de afrontar los nuevos desafíos del cambio climático, la salud global, las migraciones o la pobreza”, puntializa.

“Los gobiernos de los países afluentes van a recibir mucha presión interna para atender al fuerte impacto socioeconómico negativo y a las expectativas de sus poblaciones, en competencia con sus compromisos de apoyo al desarrollo”, recuerda Plasència. La primera respuesta a la covid-19 “ha ofrecido señales esperanzadoras”, considera Cortada. Pero al mismo tiempo ha evidenciado la incapacidad de constituir en un Gobierno global “que establezca la recuperación como prioridad por encima de los beneficios de grupos particulares”.

Esa es, insiste Pajín, una tarea urgente para este año, aunque el populismo y el nacionalismo representan una amenaza. Coincide Cortada: “Nuestros Gobiernos han tenido una visión nacionalista, y de forma tácita, han permitido que prevalezca el interés particular y los beneficios de grupos de interés muy poderosos sobre el bien común, la protección de la salud pública y las ayudas a las personas y países más vulnerables afectados por la covid-19. Cambiar la dirección de esas decisiones, y que se privilegien los bienes comunes, desde un nuevo multilateralismo es el mayor reto del 2021″.

6. Financiar el desarrollo

Tener instituciones fuertes, que primen el bien común frente al particular, no es el único ingrediente para poder luchar contra a pobreza, la desigualdad, el hambre o garantizar educación y sanidad a los ciudadanos. Los fondos son igualmente necesarios. Pero “existe un riesgo evidente de que las economías más desarrolladas contraigan su ayuda y hagan un repliegue hacia dentro de sus fronteras, dejando de financiar otras crisis como el hambre masiva en África o en el sudeste asiático”, advierte Longué

Mientras los países más ricos se han ayudado a sí mismos con 11 billones de dólares, la ayuda oficial al desarrollo ha permanecido estancada

Lo mismo teme Pajín. “No se debe reducir la financiación. Ahora va a haber una reorientación de fondos hacia la urgencia, que además pone de manifiesto problemas estructurales”, reconoce. Los datos apuntan que ese repliegue se está produciendo. “Mientras los países más ricos se han ayudado a sí mismos con 11 billones de dólares, la ayuda oficial al desarrollo ha permanecido estancada y el alivio de la deuda ha sido de tan solo de 5.700 millones para los países que más apoyo necesitan”, enumera Cortada.

Rodríguez Amayuelas lo tiene claro: la financiación del desarrollo a nivel global se va a ver recortada porque los Estados van a destinar sus fondos a recuperar sus economías. “Y porque, en general, la bajada de las rentas nacionales de todos los países como consecuencia de la crisis va a suponer un menor porcentaje de ayuda al desarrollo en términos absolutos”, advierte. Moreno Bau promete que el Gobierno de España mantiene el compromiso de “elevar de manera gradual el porcentaje de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) hasta el 0,5 % de la Renta Nacional Bruta a final de legislatura”.

Y un deseo…

¿Qué le piden a 2021 los expertos a los que hemos consultado?

  • Leire Pajín (REDS): “Me gustaría que este año sea definitivo e importante en la lucha contra la violencia de género. La pandemia no debe ocultar otras tareas olvidadas como esta. Hay que volver a colocarla en el corazón de la agenda”.
  • Gustavo Suárez Pertierra (Unicef España): “Lograr la reapertura de las escuelas en condiciones de seguridad, retomar las campañas de vacunación y conseguir que los servicios sociales y sanitarios vuelvan a estar 100% operativos en todos los países del mundo”.
  • Antoni Plasència (ISGlobal): “Me gustaría que se avanzase en la cooperación al desarrollo a través de los programas de investigación, innovación y formación, con partenariados de centros y universidades de países del Norte con sus homólogos en los países del Sur global, especialmente en África y Latinoamérica”.
  • Andrés Rodríguez Amayuelas (Coordinadora ONGD): “Concitar un amplio respaldo de la sociedad española a una nueva ley de cooperación para el desarrollo sostenible que reconozca que vivimos en un mundo interdependiente y que impulse medidas radicales y de modo urgente. Es una cosa pequeñita en el contexto global, pero es en lo que podemos empujar para que sea realidad”.
  • Ángeles Moreno Bau, Secretaria de Estado de Cooperación: “Desearía que fuéramos capaces de trasladar a la ciudadanía el sentido profundo de la cooperación, ahondar en la perspectiva humana de esta profesión que, sostenida sobre imperativos éticos, supone una gran empresa de progreso y bien común”.
  • Franc Cortada (Oxfam Intermón): “Un gran acuerdo para convertir todas las vacunas covid-19 en un bien público de acceso universal, libres de patentes. Y un compromiso universal por una recuperación sostenible, justa y que priorice a las mujeres y niñas”.
  • Olivier Longué (Acción Contra el Hambre): “Nos gustaría ver un avance decisivo hacia la consecución del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible: Hambre Cero”.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-01-03/2021-un-ano-para-reorganizar-las-prioridades-de-la-humanidad.html

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Estudio Mundial. Save the Children: ¿Cuánto valdría escolarizar a los niños más pobres del mundo?

La ONG Save the Children publicó un estudio en el que calcula cuánto le costaría a los gobiernos lograr que los estudiantes vuelvan a las aulas y se nivelen después del cierre de colegios por la pandemia.

La organización no gubernamental Save the Children publicó una investigación que abarca los 59 países más pobres del mundo y calculó el costo medio de la reapertura de las escuelas estableciendo medidas de seguridad contra el coronavirus y ayudando a los niños a ponerse al día con las lecciones que han perdido.

La organización con sede en Londres ha pedido repetidamente que se tomen medidas para ayudar a los niños a permanecer en la escuela a pesar del coronavirus, en lo que su directora general, Inger Ashing, calificó como “la mayor emergencia educativa que jamás hayamos visto”.
De acuerdo con el informe, solo costaría 370 dólares por alumno por lo que hizo un llamado a los donantes internacionales que se movilicen para enviar a los niños de los países más pobres de vuelta a las escuelas cerradas por la pandemia.

El costo total para los 136 millones de niños afectados sería de 50.000 millones de dólares, es decir 370 dólares por estudiante (unos 300 euros), señaló la oenegé, instando a los donantes internacionales a ayudar a los gobiernos a recaudar esa cantidad.

La suma cubriría el apoyo financiero para que las familias envíen a sus hijos a la escuela, las clases de recuperación, la capacitación en materia de higiene y seguridad para los maestros, así como las campañas nacionales para alentar a los niños a volver a las aulas.

“Los más pobres y marginados como las niñas, los refugiados, los niños desplazados y los niños discapacitados deben ser la prioridad”, agregó la directora quien aseguró que si no se invierte lo suficiente estos niños podrían no volver nunca a la escuela.

“Los niños que actualmente no están en la escuela son nuestros futuros médicos, científicos, camioneros y fontaneros (…) Si 2020 fue el año en que se descubrió la vacuna, entonces 2021 debe ser el año para invertir en el futuro de los niños”, afirmó Ashing.

Matrimonio infantil, riesgo adicional para las niñas

Ilustraciones de Gusti Rosemffet.

No es fácil hablar de matrimonio infantil que todavía instalado como una institución en varias culturas del mundo. Su discusión es siempre controversial en algunos países del mundo. No obstante desde las Naciones Unidas se ha trabajado desde hace varios años para combatir esta situación, dado que el matrimonio infantil y las uniones tempranas tienen relación con otras vulneraciones de derechos humanos de niñas y adolescentes como los embarazos a temprana edad, que significan riesgos para la salud y la vida, y la deserción escolar, con todo el impacto que esto conlleva en sus proyectos de vida.

Sin embargo, los avances logrados se podrían ver seriamente amenazados con la llegada de la pandemia, que no solo ha obligado a cerrar las escuelas, sino que también agudizó la crisis económica de millones de familias en el mundo. Un nuevo análisis de Save the Children estima que 500.000 niñas corren el riesgo de ser obligadas a contraer matrimonio infantil y que hasta un millón más queden embarazadas en 2020 como resultado de los impactos económicos de la pandemia.

El aumento se suma a las anteriores tasas estimadas de matrimonio infantil, que anticipaban que 12 millones de niñas serían obligadas a contraer matrimonio este año. Si bien este aumento representa una estimación conservadora, marca un aumento significativo en las tasas de matrimonio infantil, y un aumento esperado en los embarazos adolescentes, seguido de deserción escolar.

“El aumento revertirá 25 años de progreso, en los que las tasas de matrimonio infantil disminuyeron”, dice Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/cuanto-valdria-escolarizar-a-los-ninos-mas-pobres-del-mundo/202154/
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La escuela debe ser repensada desde la “esperanza activa”

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

Se requiere un cambio radical de la estrategia. Los procesos de reforman se han desarrollado de arriba hacia abajo. Del Ministerio de Educación, en su Sede Central, hacia los territorios concretos. Pero ese proceso, si lo vemos en términos curriculares, no ha sido como lo esperado.

En una primera entrega acerca de la necesidad de repensar la escuela, que la escuela que queremos y la escuela que pueda responder a las nuevas realidades que estamos viviendo, debe ser recreada en sus fines y propósitos, pero transformada en los procesos de gestión que en ella se llevan a cabo. Se trataría de transformar la gestión para transformar la escuela.

A la reflexión anterior hoy quiero agregar un nuevo elemento de suma importancia para que este proceso sea exitoso. Se trata del concepto “esperanza activa”.

La esperanza es un elemento disposicional que nos coloca en la actitud de espera. Pero, la “esperanza activa” a esa actitud de espera se le agrega un elemento decisivo, y es la disposición de realizar cambios tanto personales como sociales. Es una forma de ser, una disposición interna, que genera un impulso para la acción en el sentido que define dicha esperanza. Se trata, en definitiva, de impulsar la acción hacia un futuro deseable y posible.

Frente a la falta de esperanza generalizada, a las creencias de que no es posible una escuela distinta, al decir incluso de Peter Senge “de una escuela que aprende”, frente a esas distopías se requiere de apostar por desarrollar herramientas conceptuales y estratégicas que hagan posible mirar de otras manera el futuro de la escuela, aquella que reclaman nuestros jóvenes de 8º grado que en los dos estudios internacionales realizados sobre educación ciudadana señalan a la escuela como la institución en la que ellos depositan sus mayores esperanzas.

Joanna Macy y Chris Johnstone, en su libro Esperanza Activa, desde la “crisis socioecológica”, han visto una gran oportunidad en el concepto “esperanza activa”, para ser capaces de contribuir al cambio hacia nuevos modelos sociales y económicos, hacia la creación de nuevas maneras de habitar y relacionarlos, en definitiva, nuevas maneras de ser y estar en el mundo.

Se hace imprescindible para la recreación de esa nueva escuela que nos despojemos de todas nuestras preconcepciones acerca de ella, aceptar con cierto dolor, si se quiere, que todos estos años de reforma educativa han permitido el alcance de ciertas metas, como la que hoy exhibimos respecto a las tasas de coberturas, o a la titulación de los docentes, como a la ampliación y desarrollo de los programas de bienestar estudiantil y disposición de más planteles, entre otras cosas; más sin embargo, aún nos queda el dolor al verificar en los estudios nacionales e internacionales que realizamos, que los niveles de aprendizajes de nuestros estudiantes distan mucho de lo esperado por nuestro propio currículo. Los bajos porcentajes de estudiantes que alcanzan los niveles óptimos en el desarrollo de las competencias lectoras en 3º y 6º grados de la educación primaria, y el 2º de la educación secundaria son alarmantes. Y esa es una de las principales tareas de nuestra escuela, que los y las estudiantes aprendan a leer de manera comprensiva.

Repensar la escuela supone de un maestro que participa en la construcción de esa nueva escuela, vale decir, de esa nueva relación enseñanza y aprendizaje, donde él juega un papel de primer orden. Cada escuela es el espacio donde los procesos se concretizan. Cada escuela, en su dinámica de relaciones, es el espacio donde se hacen posibles los fines y propósitos de la educación, las aspiraciones y sueños sociales. La escuela debe ser el espacio principal de construcción de las reformas, no su receptáculo.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-escuela-debe-ser-repensada-desde-la-esperanza-activa-8900794.html

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OPINIÓN: Agenda 2021

Por:  Tlachinollan

Para la clase política de Guerrero, las elecciones que se realizarán en el mes de junio, será el tema central, en torno al cual girará el devenir del estado en este naciente año. La lucha por los cargos públicos será ríspida y hasta con visos de violencia, por las divisiones internas que resaltan al interior de los partidos políticos. La multiplicidad de facciones desgasta y debilita a los partidos, porque se lucha por los cargos y no por la transformación de nuestra sociedad. Los intereses económicos son los que ahora rigen al interior de los institutos políticos, y no los principios ideológicos, que son meros referentes de lo que antaño fue la identidad de los partidos.

Las disputas políticas al interior de los mismos institutos se tornan graves, por los enconos y rivalidades que se profundizan, sin que existan mecanismos eficaces para contener y atemperar estas rivalidades. Ante el temor de que haya agandalle en los cargos públicos, cada facción se organiza con su líder o dirigente, para dar la pelea en cada distrito y en cada municipalidad. El pleito es al interior del partido, porque de ahí depende de que sus candidatos aparezcan en las boletas electorales. Este trance requiere hacer méritos, sobre todo, tener aportaciones de todo tipo, para congraciarse con la dirigencia.

El escenario se complica por la colusión que existe entre los grupos de la delincuencia con los grupos políticos. En los últimos trienios hemos visto como algunos líderes políticos, han coqueteado con el crimen organizado y establecido vínculos con jefes de la delincuencia, para dar la pelea con recursos mal habidos. Esta situación anómala no solo pervierte el proceso electoral, sino que atiza la violencia en un terreno minado por las rivalidades que existen entre los grupos de la delincuencia, que se disputan férreamente el control territorial. El empoderamiento de estas organizaciones ha puesto contra la pared a las mismas autoridades municipales, al grado que prefieren alinearse y supeditarse a su lógica delincuencial. Los mismos cuerpos de seguridad no dan confianza a la población, por sus nexos con la delincuencia y porque no están capacitadas para realmente prevenir el delito y apoyar en la desarticulación de las redes del crimen.

El desbordamiento de los márgenes de la legalidad, propiciado por la delincuencia, no garantizará un proceso electoral dentro de un ambiente de libertad y seguridad, por el contrario, estará marcado por un clima de miedo, amenazas y vendettas. El asesinato de precandidatos, precandidatas y candidatos a puestos de elección popular en los pasados procesos electivos, son los focos rojos que siguen activados, y que requiere acciones coordinadas de los tres niveles de gobierno.

No basta que se incremente el número de efectivos policiales o militares, porque los actores armados no son los más idóneos para garantizar la paz y la legalidad. El gran desafío lo tienen los partidos políticos y las mismas autoridades, que están obligadas a actuar con pulcritud y transparencia, y no ser comparsas de la ilegalidad y de componendas con actores delincuenciales, que se han enquistado al interior de las instituciones gubernamentales y de los mismos partidos políticos. La corrupción que se encuentra adherida dentro de las estructuras del poder, no se puede extirpar de forma abrupta, mientras no se depuren a los funcionarios y agentes que se acostumbraron a vivir de la extorsión y los moches, como si fuera parte de la gobernabilidad. Se tienen que acabar con las zonas porosas que existen dentro de las estructuras del poder público, que son las que permiten las transacciones ilícitas, al amparo del poder. Las mismas autoridades tienen que mantenerse al margen de esta contienda, porque su injerencia es lo que genera enojo, desconfianza y encono, porque se lucra con la pobreza y se toman banderas partidistas que desprestigian a los mimos partidos.  El destino del presupuesto público debe de manejarse con transparencia, sin la carga electorera que tradicionalmente utilizan los gobernantes., al igual que la construcción de obras, que siempre llevan el sello o el del partido que gobierna en el municipio o en el estado, como si fueran los dueños de estos fondos. Aun estamos lejos de que las contiendas electorales sean transparentes y pacíficas, porque quienes nos gobiernan no se manejan bajo estos principios, les pesa todavía la visión clientelar, facciosa, coactiva, utilitarista y mafiosa de los procesos electorales, que miden la calidad de nuestra democracia.

Mientras esto ocurre entre clase política, la población guerrerense se sigue hundiendo en el pantano de la pobreza. Cada mañana lo corroboramos en las principales avenidas de las ciudades, con las decenas de personas ambulantes, desde niños y niñas hasta adultos mayores. El crecimiento desmedido del ambulantaje nos invade por todos lados. La deserción escolar se incrementa en la medida que no hay alimento seguro en la casa y no hay dinero para comprar medicinas. Miles de familias del campo han cerrado sus casas para contratarse como jornaleros y jornaleras agrícolas en los estados fronterizos de Chihuahua, Sonora y Baja California. Mas de 15 mil personas indígenas de la Montaña, se han registrado en la casa de jornalero, siendo el 30 por ciento de niños y niñas.

El hambre será el principal flagelo en este 2021 para las familias guerrerenses, porque no hay ingresos seguros. Ni las ciudades turísticas cubrieron las expectativas económicas de los empresarios y trabajadores. Las remesas ya son insuficientes para cubrir las necesidades básicas y los subsidios gubernamentales, se diluyen ante los altos precios de la canasta básica. No hay dinero que alcance para comprar suficiente maíz y las medicinas básicas para sobrellevar los síntomas del Covid-19. El escenario se vislumbra incierto, sin opciones para hacer frente a esta calamidad. Los programas federales, ha pesar de su incremento en el presupuesto, no podrán atender la multiplicidad de necesidades básicas que requieren las familias pobres. Se necesita implementar programas especiales para cada región, tomando en cuenta su potencial productivo y las características de su población y de su habitat.

La falta de medicamentos tiene costos muy altos, no solo por lo inalcanzable de sus precios, sino porque en población vulnerable, como niños y niñas prematuras, mujeres con alto riesgo en su embarazo, adultos mayores con problemas de comorbilidad, que se encuentran en comunidades apartadas, tienen sus días contados. El numero de personas que fallecen por falta de atención médica, se ha incrementado y agravado con la llegada del coronavirus. Los pacientes y sus familias prefieren atenderse en sus domicilios, porque saben que en el único hospital que recibe pacientes en general, no cuenta con suficientes camas, con personal médico especializado, con estudios de laboratorio ni con medicamentos. Con estas deficiencias, hay fundados temores de que la gente muera en el hospital, no solo por Covid-19, sino por la obsolescencia de los servicios.

El grave problema de la violencia y la inseguridad, en la percepción de la gente común, la situación va de mal en peor. No hay un municipio que garantice seguridad a sus habitantes. Hemos constatado que los grupos de la delincuencia tienen controladas rutas y regiones, donde la población tiene que adaptarse a sus modos de operar. En la Tierra Caliente, la cuota, es una práctica generalizada entre los comerciantes que quieren mantenerse con sus giros económicos. En la región Norte, las disputas por las plazas y ciertos territorios mantienen en constante zozobra a la población. En la zona Centro y la Sierra, varias comunidades están en medio del fuego cruzado y en la disyuntiva de permanecer en sus domicilios o desplazarse fuera de la región. En el puerto de Acapulco, los asesinatos diarios muestran el nivel de empoderamiento de los grupos de la delincuencia, que están en constante pugna. En la Costa Grande, la población sigue padeciendo las peleas a muerte por el reparto territorial entre los grupos del crimen organizado, dejando inerme a la población. La Costa Chica y la Montaña, empiezan a resentir las divisiones que se han dado al interior de los grupos de la policía comunitaria, que ha sido aprovechada por la delincuencia, para irse posicionando de algunas cabeceras municipales.

Este panorama deja ver que la guardia nacional, no ha dado los resultados esperados. Su presencia, además de insuficiente, es meramente testimonial. Los mismos grupos de la delincuencia saben que no tienen órdenes para desarmarlos ni para desmantelar su estructura. En los lugares donde se han suscitado hechos de violencia, a causa de los conflictos agrarios, no han querido establecerse, porque requieren lugares seguros para acampar y que las partes en conflicto, lo soliciten por escrito. Pesa más el criterio burocrático entre los pueblos indígenas que requieren con urgencia su presencia para disuadir la confrontación, que contrasta con su intervención inmediata, para desalojar a los migrantes centroamericanos.

El 2021 llega con mucha pesadumbre, por la violencia imparable, sobre todo contra las mujeres y niñas que han sido víctimas de feminicidios y de un sistema de justicia patriarcal, que da un trato discriminatorio que vulnera sus derechos como víctimas. Lo más desolador es que en este año las autoridades estatales y municipales, sobrellevarán los problemas más agudos, con el pretexto de que no habrá presupuesto suficiente. La población por su parte, seguirá luchando por su sobrevivencia, sorteando su vida, en medio del coronavirus, el hambre y la violencia delincuencial. También será testigo de la disputa que protagonizarán los partidos políticos y sus candidatos, para agenciarse los cargos públicos, donde hay dinero seguro, protección garantizada y servicios de calidad. La brecha entre la clase política y el pueblo trabajador, seguirá ensanchándose y profundizándose en nuestro estado, mientras los que ambicionan el poder, sigan haciendo negocios privados,  pisoteando los derechos de la gente pobre.

Centro de derechos humanos de la Montaña, Tlachinollan

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-agenda-2021/

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Reino Unido reemplaza el Erasmus y ‘cierra’ las puertas a los estudiantes europeos sin recursos

Un informe de la Cámara de los Lores admite que replicar los beneficios de un sistema que lleva en marcha 30 años será muy difícil a corto y medio plazo.

Más allá de las cifras, los aranceles, la pesca y los visados, el Brexit va a tener una serie de consecuencias que solo podrán verse con el tiempo. Dentro de esa letra pequeña de la ruptura, está la salida del programa Erasmus+ por parte del Reino Unido. La enésima promesa incumplida del primer ministro británico, Boris Johnson, que no hace ni un año aseguraba que llegaría a un acuerdo con Bruselas para mantenerlo, se ha saldado con la creación del programa Turing, un intento de réplica que, además de no tener la infraestructura necesaria, tampoco tiene en cuenta la llegada de estudiantes a las universidades británicas. Quienes quieran enriquecer allí sus expedientes académicos, tendrán que pagar el coste íntegro de sus bolsillos, por lo que, a efectos prácticos, se cerrarán las puertas de uno de los destinos favoritos de los jóvenes de la Unión Europea.

Todo ello a pesar de que, el pasado enero, el primer ministro asegurase en el Parlamento que no existía «ninguna amenaza» que hiciese peligrar la permanencia en el programa Erasmus+. Apenas 12 meses más tarde, la salida del mismo se vende como un triunfo más dentro de la estrategia de retomar el control. El problema es que, tal y como ha reflejado un informe de la Cámara de los Lores, replicar los beneficios de un sistema que lleva en marcha más de 30 años va a ser muy difícil a corto y medio plazo.

«El verdadero problema es que el Reino Unido contribuía enormemente a la economía de la educación de alta calidad del continente durante las últimas décadas. En ese periodo hemos tenido muchos estudiantes europeos con nosotros, lo que es maravilloso, pero eso también suponía que nuestros contribuyentes saliesen perdiendo con el acuerdo. El programa Erasmus era extremadamente caro», asegura Johnson, que afirma que no ha conseguido llegar a un acuerdo económico con la Unión Europea y que por eso ha tenido que crear uno nuevo al que destinará 110 millones de euros anuales con el que pretende dar apoyo a 35.000 jóvenes de Inglaterra, Escocia y Gales.

Por su parte, Michel Barnier, negociador jefe de los 27 en materia del Brexit, señaló este tema durante la presentación del acuerdo económico como uno de los dos grandes fracasos de las conversaciones entre Londres y Bruselas. Según los datos de 2017, 16.571 estudiantes británicos se beneficiaron del programa a la par que 31.727 comunitarios eligieron el Reino Unido como destino. Este 2021 será, sin embargo, el último en el que los acuerdos sigan vigentes.

El tema también ha reabierto las disputas territoriales dentro del propio Reino Unido por la inconformidad con el Brexit. Irlanda del Norte sí que se mantendrá dentro de Erasmus+ con financiación propia, mientras que Escocia, que pretende regresar al bloque si consigue sacar adelante la causa independentista, ya ha pedido que le dejen hacer lo mismo tras enviar 14.000 estudiantes a universidades comunitarias entre 2014 y 2018.

«Acabar con la participación en el programa Erasmus+, una iniciativa que ha expandido los horizontes y las oportunidades de tantísima gente joven durante estos años, no es más que una muestra de vandalismo cultural por parte del Gobierno británico», apuntaba en su cuenta de Twitter la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon.

Johnson, por su parte, y siguiendo con el discurso de abrir el Reino Unido más allá de las fronteras de la UE, ha dicho que el programa Turing permitirá a los estudiantes británicos «ir no solo a las mejores universidades europeas, sino a las mejores universidades del mundo». Está por ver, en cualquier caso, cómo ponen en marcha toda la infraestructura necesaria desde cero, pues, aunque intenten replicar los acuerdos existentes con Erasmus para ahorrarse el trámite burocrático, las instituciones académicas de los 27 tendrán pocos incentivos al no recibir sus estudiantes ningún tipo de ayuda para hacer el viaje inverso hacia las islas.

Mientras, en Universities UK, donde en un primer momento recibieron la noticia con «decepción», han decidido cambiar de postura y mirar con optimismo los beneficios del programa Turing. «Tal y como yo lo entiendo, va a haber becas para gente joven no solo en las universidades, sino también en otras áreas, por lo que se va a brindar apoyo a los estudios y posiblemente también el trabajo y el voluntariado. Estas experiencias van a ayudarles a conseguir un empleo, especialmente a aquellos que, por venir de familias con menos ingresos, tendrían menos oportunidades para viajar al extranjero», apunta Vivienne Stern, directora del área internacional del organismo.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2021/01/02/5ff087e5fdddff88a68b45c2.html

 

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Libro(PDF): Vulnerabilidad, pobreza y políticas sociales. Abanico de sentidos en América Latina, Europa y China

Reseña: CLACSO

Vulnerabilidad, pobreza y políticas sociales parecen tres conceptos entrelazados en la noción de falta o escasez y suelen utilizarse, en no pocas oportunidades, como sinónimo, aunque desde sus definiciones no lo son. Entonces, ¿qué tienen en común? Entre distancias y cercanías, convergencias y divergencias analíticas y disciplinares, el presente libro tiene como objetivo discutir/ analizar los modos de definir e intervenir la vulnerabilidad, la pobreza y las políticas sociales desde una mirada crítica en clave de algunos componentes de las sensibilidades sociales que se cruzan con los procesos de estructuración social desde Argentina, Colombia, México, China, España, Francia, Irlanda e Italia.

Autor (a): Angélica De Sena. [Compiladora]

Carmen Marimón Llorca. Ana Bidiña. Giovanna Truda. Lavinia Bifulco. Angélica De Sena. Luciana Lolich. Yu Man. Li Xiaoke. Margarita Camarena Luhrs. Cécile Vermot. Gloria Clemencia Valencia González. Rodrigo Giraldo Quintero. [Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. CICCUS.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-783-3

Idioma: Español

Descarga: Vulnerabilidad, pobreza y políticas sociales. Abanico de sentidos en América Latina, Europa y China

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2296&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1471

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