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Los estudiantes chilenos contra las clases presenciales

Varios detenidos en la protesta estudiantil contra la educación presencial el día en el que se reabren la escuelas en Chile.

Con varias de detenciones acabó ayer la manifestación de estudiantes en las calles de Santiago de Chile. Los policías se llevaron a la comisaria a varios jóvenes que se habían enfrentado a los agentes y habían levantado barricadas.

Los estudiantes protestaban contra la educación presencial el día de la reapertura de las escuelas tras la tercera ola de la pandemia El gobierno chileno había diseñado un sistema mixto para los alumnos que combinará las clases presenciales y las telemáticas. Sin embargo, los estudiantes, contra los que se utilizaron cañones de agua, reclaman únicamente las clases online para reducir al máximo los riesgos.

Con el 50 por ciento de los profesores vacunados, las autoridades chilenas apuestan por la educación semipresencial voluntaria para reducir la brecha socioeconómica entre los alumnos. Aunque en el día de ayer solo un 5 por ciento de los estudiantes acudió a clase.

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https://www.lavanguardia.com/internacional/20210302/6262448/estudiantes-chilenos-clases-presenciales.html?jwsource=cl

Fuente: ps://www.lavanguardia.com/internacional/20210302/6262448/estudiantes-chilenos-clases-presenciales.html

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Coronavirus en América Latina | Por qué las escuelas en la región son las más afectadas del mundo por los cierres de la pandemia

«Los niños en América Latina y el Caribe han estado fuera del aula más tiempo que cualquier otro niño en el mundo».

Así, con esa frase, Jean Gough, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, resumió el hecho de que las escuelas en la región han sido las más afectadas a nivel mundial debido a la pandemia del covid-19, de acuerdo a un informe dado a conocer este miércoles.

Según el informe, cerca de 60% de los menores en edad escolar de la región perdieron el año lectivo. Y dos tercios de los países donde la mayoría de los colegios están cerrados de manera permanente se encuentran en la región.

Unicef señala que, en promedio, las escuelas en América Latina y el Caribe permanecieron cerradas durante 158 días, lo que supera ampliamente la media global de 95 días de cierre.

Las escuelas, añade el estudio, solo estuvieron abiertas durante seis días en promedio entre marzo de 2020 y febrero de 2021. A nivel mundial esa cifra es de 37 días.

«Mientras en otras regiones del mundo los colegios fueron los últimos en cerrar y los primeros en abrir, en América Latina ha sido al contrario», señala Gough.

Niña en un colegio.
Pie de foto,
Mientras en otras regiones del mundo los colegios fueron los últimos en cerrar y los primeros en abrir, en América Latina ha sido al contrario

«(Allí) La pérdida será más desastrosa y de mayor alcance que en cualquier otra región para los niños, los padres y la sociedad en general», agregó.

Pero, ¿por qué ocurrió así y qué hay detrás de las desalentadoras estadísticas?

Desigualdad

Apenas la pandemia del covid-19 comenzó a avanzar por América Latina, una de las primeras decisiones de distintos gobiernos fue la de cerrar los colegios para evitar el contagio masivo entre los niños y los más jóvenes.

Pero la región no estaba preparada para asumir el costo de la educación a distancia y millones de niños comenzaron a verse afectados por la falta de acceso a clases regulares.

Niño en una silla en el colegio
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El 60% de los niños en la región perdieron el año debido a la pandemia.

El documento señala que, en un continente con altas tasas de desigualdad, la pandemia del covid-19 no hizo sino exacerbar las brechas, especialmente en el acceso a educación a distancia.

«Mientras que las tres cuartas partes de estudiantes de las escuelas privadas pueden acceder a la educación a distancia, solo la mitad de los que asisten a las escuelas públicas tiene la opción de acceder a esta misma educación», anota el documento.

La pandemia también puso en evidencia la fragilidad de la infraestructura de los establecimientos educativos.

«Los protocolos de bioseguridad establecían lavarse las manos con agua y jabón. Y muchas escuelas en América Latina no tenían ninguna de las dos cosas», le dice a BBC Mundo Ruth Custode, especialista de educación en emergencia de Unicef.

«Otro tema es que en los salones había hasta 40 niños y la pandemia obligaba al distanciamiento social», añade.

Para Custode, sin embargo, el prolongado cierre también se debe a una falta de prioridades de muchos gobiernos por «recuperar la normalidad» en los colegios.

«Han abierto cines, restaurantes, centros comerciales, pero los colegios siguen cerrados», indica la experta.

«Y uno nota que no se prioriza la educación: cada vez más los presupuestos, en vez de aumentar, se reducen».

Unicef
Pie de foto,
Unicef pide que se reabran los colegios y de esa forma de evitar que los niños pierdan otro año escolar.

Sin embargo, también rescata el esfuerzo de varios países en adelantar medidas para mitigar los efectos del parate educativo.

De acuerdo a datos de Unicef, 95% de los países de la región reporta haber creado una plataforma en línea para apoyar la educación, 77% y 64% reportan haber recurrido a programas de TV y de radio, respectivamente, y un 55% ha recurrido al envío de material vía SMS o tecnología celular, cifra similar a los que han distribuido materiales impresos.

La eficacia de estos formatos, sin embargo, ha sido también objeto de crítica y su impacto real no reemplaza a la educación presencial, según señalan distintas organizaciones y los mismos actores educativos.

Consecuencias

Este cierre extendido de los colegios y escuelas en América Latina, donde se estima que al menos 150 millones de niños se encuentran en edad escolar, puede tener un efecto devastador en las generaciones futuras.

«Los niños ya perdieron un año. Y si no se hace algo inmediatamente, también van a perder un segundo año«, señala Custode.

«Cada día que pasa se agrava más una situación que ya de por sí es la más catastrófica referente a la educación en los años recientes», agrega.

De acuerdo al informe publicado este miércoles, los niños más vulnerables en las zonas urbanas y aquellos que se encuentran en localidades remotas están en riesgo inminente de no retornar nunca más a clases.

«Vamos a tener tres millones de niños que no van a regresar a la educación formal. Los hijos de migrantes, los niños indígenas y los de zonas rurales van a ser los más afectados», indica Custode.

La deserción escolar, señala el organismo, tiene además otras implicancias sociales.

«Los niños en zonas rurales que no pueden acceder a la educación quedan muy vulnerables a ciertas amenazas para su desarrollo, como la explotación infantil», añade.

niños en el colegio.
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En algunos países ya se están implementado las medidas de bioseguridad para el regreso a las clases.

De acuerdo a Unicef, el año pasado sus expertos entregaron dos guías, una a los ministerios de Educación de los países y otro para los directores de los colegios de la región, con un protocolo para el acondicionamiento de las aulas una vez se inicie la fase de salida de los confinamientos y la tan ansiada vuelta a clase.

«En Colombia se ofreció el modelo de alternancia; en Ecuador se ordenó la apertura de los colegios rurales. Poco a poco se van tomando medidas», ejemplifica Custode.

Pero varios países han retrasado la apertura de los colegios hasta que no se pueda garantizar la seguridad de los niños y jóvenes que asisten a los colegios.

Mientras que en Argentina, Chile y Uruguay ya se iniciaron las clases en gran parte de sus territorios.

El mismo director de la OMS, Tedros Adhanon Gebreyesus, señaló que no habrá «cero riesgo» de contagio del virus dentro de las instituciones educativas.

Por su parte Custode insiste en que no se puede aplazar más el proceso de apertura, aunque sea gradual.

«Los gobiernos deben pensar cuáles son los riesgos de abrir los colegios versus los riesgos de no abrirlos. De lejos, no abrirlos será más perjudicial para la región», señala Custode.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-56257823

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Mundo: Este es el perfil de los trabajadores que ganan menos del salario mínimo en el mundo

Las mujeres con bajos niveles de escolaridad, madres cabeza de familia y trabajadoras de zonas rurales reciben salarios menores

Muchos creerían que la pandemia es la culpable de la actual crisis salarial a nivel mundial. Sin embargo, aunque esta situación exacerbó las condiciones laborales, los bajos salarios son una problemática que se viene presentando con anterioridad.

Según el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores que ganan el salario mínimo o menos suelen ser mujeres menores de 25 años, con al menos un hijo, con un nivel de educación inferior a la secundaria y residentes de zonas rurales. De hecho, la organización destacó que 152 millones de mujeres percibían el mínimo, o inclusive mucho menos, antes de que estallara la pandemia.

Respecto a este punto, Iván Jaramillo Jassir, director del Observatorio de Trabajo de la Universidad del Rosario, afirmó que el principal factor que profundizó la brecha salarial y ocupacional por género estuvo determinado por el aumento exponencial de la carga de cuidado no remunerado en el contexto del confinamiento.

Esto, según el experto, determinó el paso a la inactividad y el desempleo de un gran porcentaje de mujeres con relación a los periodos de inactividad de los hombres.

La OIT dio a conocer que cerca de 327 millones de trabajadores en el mundo perciben una compensación inferior a la estandarizada por los gobiernos. De esta fuerza laboral, 22% está en América Latina; 24%, en África; 17%, en Europa Central, y 19%, en Asia Pacífico.

 

Otro aspecto que analiza el informe de la OIT es que 266 millones de trabajadores perciben una remuneración inferior al salario mínimo, ya sea porque no están al amparo de la ley o porque esta se incumple.El organismo multilateral estima que, en todo el mundo, en la economía informal hay unas 2.000 millones de personas, incluidos 724 millones de trabajadores eventuales o de trabajadores asalariados o a sueldo.

La OIT destaca que el salario mínimo tiene que ir acompañado de políticas que aumenten la productividad y que encaminen a los trabajadores informales a la economía formal.

En un escenario hipotético en el que el salario mínimo cubre a todos los grupos de trabajadores a sueldo y donde hay pleno cumplimiento, según simulaciones del organismo internacional, los niveles de desigualdad y de pobreza podrían reducirse considerablemente solo con el ingreso de los trabajadores informales a las rutas de formalidad de la ley.

De acuerdo con Sepúlveda, la caída de los ingresos salariales en 2020 fue cercana a 7%, mientras que las proyecciones de ingresos para los trabajadores en 2021 no superan 4,5%, lo que según él sería el indicio de una recuperación lenta y con fuertes consecuencias a nivel de paridad salarial.

Pese a la situación laboral de las mujeres y de los empleados informales, la OIT reveló que el impacto de la pandemia en los niveles salariales fue menor al esperado, porque los subsidios y las ayudas fiscales sirvieron de soporte ante la crisis.

Sin embargo, según el organismo, el salario de 50% de los trabajadores peor remunerados del mundo cayó 17,3%. En Europa, los salarios de las mujeres tuvieron una contracción de 8,1%, mientras que en el de los hombres fue de 5,4%. Esto fue antes de la ayudas gubernamentales.

La Organización Internacional del Trabajo prevé que para 2021 las consecuencias económicas y laborales de la crisis generada por el covid-19 ejerzan una enorme presión a la baja sobre los salarios y que no se den reacomodaciones superiores a 2,2% en todo el mundo. También hizo un llamado para que los gobiernos formalicen a los trabajadores ilegales.

Políticas públicas para la superación de la pobreza y la desigualdad salarial

De acuerdo con la OIT, para reducir la pobreza y la desigualdad, los salarios mínimos deberían fijarse en un nivel adecuado, tomando en consideración las necesidades de los trabajadores y de sus familias, además de los factores económicos.

No existe una fórmula ideal, pero la utilización de indicadores estadísticos puede ayudar a los gobiernos, los empleadores y los trabajadores a llegar a un acuerdo en un nivel adecuado a las circunstancias nacionales. A lo largo del tiempo, la OIT ha prestado asistencia técnica a muchos países.

Fuente: https://www.larepublica.co/globoeconomia/este-es-el-perfil-de-quienes-ganan-menos-del-salario-minimo-en-el-mundo-segun-la-oit-3122971

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La OIT eleva a 777 la cifra de plataformas digitales en todo el mundo

La organización advierte de los riesgos de estas empresas en la “regularidad del trabajo, los ingresos y la negociación colectiva”

El auge de las plataformas digitales en la última década en todo el mundo se ve en dos datos. En 2010 había 142; 10 años después hay 777, según el informe sobre este tipo de empresas y su impacto en el mercado laboral que acaba de publicar la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sobre el número de trabajadores que emplean ―bien como asalariados o bien como autónomos― no ofrece cifras. “Debido a que las plataformas practican una política de no divulgación de datos, resulta muy difícil estimar el volumen real de trabajadores ocupados a través de estas plataformas”, apunta. No obstante, como advertía su director general, Guy Ryder, en la presentación del informe, su impacto no se queda en estos datos o en los salarios, también está en la propia organización del trabajo.

La primera conclusión a la que llega el informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo ―en el que solo analiza aquellas en que se distribuye trabajo (Uber, Glovo, Deliveroo, Upwork) y no analiza otras como las audivisuales como Netflix o HBO― pasa por reconocer que estas empresas dan oportunidades laborales a colectivos que tienen más dificultades como mujeres, jóvenes, discapacitados o inmigrantes. Pero también apunta a los riesgos: “La regularidad del trabajo y los ingresos, las condiciones de trabajo, la protección social, la utilización de las competencias profesionales, la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva”.

Para la OIT, una organización tripartita (sindicatos, empresarios y Gobiernos) dependiente de la ONU, “el camino a seguir pasa por entablar un proceso de diálogo social mundial destinado a asegurar que se aprovechen las oportunidades que presentan las plataformas digitales de trabajo, y se aborden los desafíos que plantean, de modo que estas estén en mejores condiciones de ofrecer oportunidades de trabajo decente”.

A partir de aquí, la organización que dirige Ryder pide “transparencia en la rendición de cuentas respeto de algoritmos”, derecho de negociación colectiva, protección y Seguridad Social para estos trabajadores, y “acceso de los trabajadores de las plataformas, cuando así lo decidan, a los tribunales de la jurisdicción local”.

Para hacer el trabajo de campo, los investigadores de la organización han realizado unas 12.000 encuestas en 100 países, también se han entrevistado a 16 empresas de plataformas. En él, se divide entre las empresas que prestan sus servicios a través de la web, y el trabajo y producto final se puede prestar y proveer a través de ella (Upwork, Amazon Mechanical Turk), y las plataformas basadas en la ubicación (Glovo, Deliveroo, Uber).

El estudio de la OIT es mundial y en él se observan también las grandes diferencias que hay entre los países ricos y los pobres. Por ejemplo, la ganancia media de un trabajador de un país en desarrollo es un 60% menos que uno de una economía avanzada, “incluso cuando dominan las características básicas y los tipos de tareas que realizan”, apunta el informe hablando del primer tipo de plataformas.

Además de la multiplicación de plataformas en la última década que analiza la OIT, hay otros datos que hablan del reciente empuje y también de dónde este tipo de empresas ha echado raíces con más fuerza. Por ejemplo, el informe cifra en 52.000 millones de dólares los ingresos mundiales del sector en 2019. De ellos, el 49% se habría dado en Estados Unidos y en China, el 22%. Lejos está Europa, con el 11%.

También los números de inversión vienen a decir lo mismo: Asia, Norteamérica y Europa concentran el 96% de la inversión mundial, pero el reparto es desigual. En la primera región se concentran 56.000 millones de dólares; en la segunda, 46.000 millones y en Europa, 12.000.

Fuente: https://elpais.com/economia/2021-02-23/la-oit-eleva-a-777-la-cifra-de-plataformas-digitales-en-todo-el-mundo.html

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Migración y trata: emigrar siendo mujer

Nos enfrentamos a una naturalización sociocultural de la violencia contra las mujeres que provoca que el tráfico con fines de explotación sexual sea uno de los delitos más tabúes de nuestro tiempo.

Es innegable que la desigualdad de género sufrida por mujeres y niñas, tanto a nivel social como económico y político es generalizada y evidente en todo el mundo. Aunque en situaciones mucho más extremas, como es el caso de las migraciones forzosas, esta desigualdad se multiplica por cien, y provoca que la mayor parte de mujeres acaben siendo víctimas de violencia de género y/o trata con fines de explotación sexual. Esta violencia no termina con el fin del trayecto, sino que puede incluso agravarse en el país de destino o en el contexto de refugio. Por lo tanto, las cuestiones de género, en cualquier debate sobre las causas y consecuencias de la migración regular e irregular y el desplazamiento forzado, son cruciales.

El género no solo condiciona los motivos por los cuales se migra, sino que tiene un papel realmente importante en las experiencias que se vivirán durante el trayecto migratorio y, posteriormente, en la integración e inserción sociolaboral en el país de destino. Según ONU Mujeres, las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de migrantes y la mitad de los 19,6 millones de personas refugiadas del mundo. Este es un dato ante el cual no podemos permanecer impasibles, ya que, tal y como asegura el último Informe Mundial de la Trata de Personas de 2020, la representación femenina se ha ido incrementando de modo que de cada diez víctimas detectadas a nivel mundial, unas cinco son mujeres adultas y dos son niñas. En España, a día de hoy, no hay datos exhaustivos sobre el porcentaje de migrantes en cuanto a edad y género, pero se sabe que el porcentaje de niñas puede ser llamativo. Se encuentran totalmente invisibilizadas, ya que la imagen que se han encargado de vender algunos medios y partidos políticos anti-inmigración en cuanto al menor extranjero es la del adolescente marroquí varón.

Nos encontramos ante una grave falta de visibilidad del colectivo femenino en estas circunstancias y nos enfrentamos a una naturalización sociocultural de la violencia contra las mujeres que provoca que la trata con fines de explotación sexual sea uno de los delitos más tabúes de nuestro tiempo, debido al desconocimiento y a la ocultación de sus mecanismos y funcionamiento reales, provocando que las mafias e instituciones se lucren de ello a niveles mucho más altos.

Se deben crear nuevas leyes que valoren el grado de vulnerabilidad en el que se ven inmersas las mujeres

¿A cuántas mujeres o niñas hemos visto en las imágenes de los informativos saltando la valla? Debemos tener en cuenta las alternativas a las que las migrantes tienen que recurrir, o las situaciones de violencia forzosa en las que pueden llegar a encontrarse solo por el hecho de ser mujeres, lo que añade una mayor vulnerabilidad. Debemos analizar estos hechos a tiempo de revisar la legislación europea en materia migratoria y de cooperación desde una perspectiva de género e incluyendo el delito de trata en el ámbito de los derechos humanos, ya que existe una impunidad ante las actuales políticas de gestión migratoria europeas que permiten y aceptan que se den este tipo de situaciones. Se deben crear, al mismo tiempo, nuevas leyes que no deshumanicen a las personas migrantes y, de manera primordial, valorar el grado de vulnerabilidad en el que se ven inmersas las mujeres desde el mismo momento en el que abandonan su lugar de origen.

La excusa del control migratorio

Según los últimos datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), cada año las mafias de trata y tráfico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficios tan solo en el Mediterráneo. Debemos tener en cuenta que uno de los argumentos más característicos con respecto al endurecimiento de las leyes y políticas de control fronterizo es justamente la necesidad de luchar contra las mafias de trata de personas, pero son estas mismas leyes las que, según Naciones Unidas, suponen más ganancias para los tratantes, incluso en tiempos de pandemia por la covid-19 y el cierre de fronteras. Además, muchas mujeres y niñas llegan a través de aerolíneas al país donde posteriormente les espera la prostitución y la explotación sexual, una imagen muy lejana a la que normalmente es divulgada. Por lo tanto, ¿cómo es posible que, para muchas mujeres a día de hoy, su integración en una red de trata les asegure un trayecto más seguro?

Se ha aceptado e interiorizado que un derecho tan básico y universal como es la libertad de movimiento esté castigado, y, por lo tanto, aparezcan alternativas de cruce de fronteras que incluyen la violación de los derechos humanos. Actualmente, las migraciones son criminalizadas, y dos de los factores clave de esta criminalización son la aporofobia y xenofobia. Estas, junto con un sistema patriarcal y capitalista, provocan que la única opción muchas mujeres para salir del país de sea su integración en estas redes. Realizar un viaje a través del mar en una embarcación ruinosa o sobrecargada, con un bebé en brazos y sin saber nadar en múltiples casos, claramente aumenta la probabilidad de morir ahogadas. Mientras, realizar el trayecto migratorio con una red de trata supone, en la mayor parte de ocasiones, llegar viva al país de destino. En el pasado Congreso Internacional de Trata con Fines de explotación sexual celebrado desde Murcia, pudimos escuchar a Helena Maleno citar las siguientes palabras de una superviviente: “Soy tan pobre que si no me movía en una red de trata no podía moverme nunca, y tampoco podía quedarme”. Su ponencia recordó de qué manera la necropolítica se ha instalado en nuestro tiempo.

Las mafias de trata y tráfico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficios anuales tan solo en el Mediterráneo

La feminización de la pobreza, el racismo institucional, la xenofobia y preocupante aporofobia, en un mundo donde la economía y el mercado preponderan, hace que no podamos juzgar las decisiones de tantas mujeres y mucho menos realizar una doble victimización. La situación en el país de destino tampoco es fácil. En primer lugar, no solo por la situación de explotación, sino que unida a esta misma está el pago de la deuda que tienen con la mafia. Debido a su estatus de irregularidad, quedan desamparadas ante el sistema de protección social en muchas ocasiones.

El uso de la trata de personas y el tráfico de seres humanos como excusa para endurecer el control migratorio, cuando es este mismo hecho el que provoca su aumento, está demasiado interiorizado en nuestra sociedad. Pero cada vez más, aparecen informaciones nuevas acerca de qué manera se lucran grupos como Frontex de este negocio ilícito gracias a investigaciones como las de PorCausa y otras. Todos contra la trata, pero sin las mujeres tratadas”, decía Patricia Simón en uno de sus últimos artículos, en el que habla claramente sobre cómo hay intereses por parte de administraciones e instituciones, junto con empresas privadas, en mantener esta lacra a través del endurecimiento del control migratorio: “Las Administraciones están mucho más volcadas en generar discurso contra la trata y la prostitución que en combatir sus causas: la desigualdad, el racismo, el colonialismo y las fronteras”.

Por si fuera poco, debido al auge de las tecnologías y con la llegada de la pandemia, nos enfrentamos a una adaptación de las mafias y redes de trata a la creciente globalización, lo que provoca nuevas formas de captación más rápidas. O cambiamos el discurso y hacemos ver la base real del problema, o este negocio que deshumaniza y denigra seguirá incrementándose a la velocidad de la luz.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-02-22/migracion-y-trata-emigrar-siendo-mujer.html

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Venezuela: Gremios: existe casi 70% de ausentismo laboral en el estado

Los bajos salarios, aunado a las dificultades para conseguir efectivo para la movilización, han influido para que gran parte de los trabajadores no puedan volver a sus puestos con normalidad durante la flexibilización de la cuarentena por Covid-19. Al menos así lo dieron a conocer representantes de varios sectores que hacen vida en la región.

De acuerdo con el presidente de la Federación de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), Tito Barrero, esta situación ha llevado a muchos a reducir su asistencia a sus lugares de labores a tres días a la semana, en vez de cinco.

“En el sector público es donde se nota más el ausentismo, por la miseria de salario que perciben. Casi 70% aplica esta modalidad, porque no les da para ir más días. El problema es que no tienen recursos”.

Barrero calculó que si una persona paga un pasaje diario para ir a su trabajo y retornar, tiene que desembolsar un millón de bolívares, cuando percibe Bs 1.200.000 al mes, aunque el gobierno nunca ha publicado la gaceta oficial actualizando el salario mínimo a ese monto.

“Si no unificamos al sector sindical, entonces no vamos a poder lograr el beneficio de los trabajadores”, instó Barrero.

Según Giovanni Yaguaracuto, secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Salud (Sintrasalud) y directivo de la Federación de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), de los 80 mil empleados afiliados y agrupados en 120 sindicatos, deben quedar como 30 mil.

“Solamente en el sector público, como lo es educación y salud, se ha ido la mitad y la Federación abarca al sector construcción y hasta a la economía informal. En el hospital de El Tigre se han ido casi todos”, mencionó.

Además de que algunos asalariados se han marchado del país, el dirigente sindical destacó que ha crecido la modalidad de trabajar a domicilio por el pago en dólares, como es el caso de las enfermeras.

“Lamentablemente en Anzoátegui, las autoridades, tanto el gobernador como los diputados, no quieren tomar cartas en el asunto”.

El secretario de reclamos del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos del Sector Salud (Sunep-SAS) en el estado, Luis Reyes, apuntó que tras la circular que envió el ministerio, sobre la reincorporación a los puestos de trabajo, estas incomodidades fueron planteadas a los jefes de departamento.

“No les estamos diciendo a los trabajadores que no asistan, sino que nombremos una mesa de trabajo, tanto el patrón como los empleados, y lleguemos a un acuerdo para ver cómo podemos asistir y cubrir todos los puestos que están desocupados, porque hay una merma del personal”.

Estima que a nivel estadal, entre 2 y 3 mil empleados del sector se han marchado del país o abandonaron sus puestos por el “pírrico” sueldo que perciben actualmente.

Cuantificación
En el caso de educación, la presidenta regional del Sindicato Venezolano de Maestros (Sinvema), Maira Marín, manifestó que junto a la coalición sindical magisterial se encuentran cuantificando el impacto de la deserción laboral, y otros factores, que están incidiendo en la desmejora de la calidad de vida del educador.

“No solamente han dejado de ir a trabajar para ocuparse de otras labores. Tampoco van más a las escuelas, porque los salarios que devengan no alcanzan ni para pagar el transporte, mucho menos para cubrir otras necesidades”, dijo.

Marín recalcó que además de la falta de condiciones de bioseguridad y calidad de servicios que mencionó, son amenazados con despidos si no se reincorporan.

“En el estado hay personas que tienen hasta un año con el sueldo suspendido y nadie sabe por qué”, aseveró.

Fuente: https://eltiempo.com.ve/2021/02/25/gremios-existe-casi-70-de-ausentismo-laboral-en-el-estado/

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Jaime Barrios Carrillo: ¿Quién mata a los niños?. Guatemala

Los recientes hechos de extrema violencia, como la eliminación de una familia entera o el brutal asesinato de niños, confirman trágicamente la situación del país y sus precarias instancias policiales, ausencia de cohesión social y un espíritu de miedo que se generaliza.

Qué se dirá en el futuro sobre esta época bárbara, ahora que ser niño o joven resulta un delito, castigado con la pena de muerte por inanición o por enfermedad o el castigo del trabajo forzado en lugar de la escuela, el juego y la seguridad de un hogar.

La juventud y la infancia guatemalteca son explotadas y se les induce, directa o indirectamente, a la criminalidad. Se exportan niños, se envían a los coyotes en Tijuana, solos e indefensos y son miles. Se abusa sexualmente de los niños. Se roban niños. Se asesinan niños. El infanticidio prolifera entre la pobreza y la ignorancia. Y las drogas, la prostitución, el abandono y la violencia. ¿Qué puede esperarse del futuro si no se cambian las estructuras del infanticidio estructural?

Los problemas de fondo no pueden seguir abordándose por las ramas. Con inventivas graciosas a lo Jimmy o populismo agresivo a lo Giammattei, coyotes de la misma loma. A cualquier conciencia civilizada le horrorizan los asesinatos de niños y niñas y el grado de salvajismo y violencia en Guatemala. Pero también espanta escuchar que la solución sea matar a los que matan, que muchas veces son menores. No se trata de eliminar a unos cuantos asesinos sino ir a la raíz para superar las causas de la pobreza y la falta de educación. Es moralmente condenable eso de “limpiar a la sociedad” o “limpieza social” como si la sociedad estuviera limpia de pecado. ¿Existirá mayor escoria y ultraje que la corrupción? Mayor afrenta social que pagar bajísimos salarios y a la vez no pagar impuestos. No resulta difícil el razonamiento, y está clarísimo que la corrupción estructural del Estado no solo hace ricas a las mafias políticas sino empobrece más a los pobres, debido a la mala calidad del gasto público.

Ya cansa la cantaleta de que denunciar la injusticia es “castro chavismo” y es obra de los chairos. Repetir esto como un mantra solo es una muestra de la falta de argumentos y de escrúpulos para defender un sistema que produce pobres y la pobreza impide que Guatemala entre a la modernidad y se democratice.

El sistema no funciona o funciona solo para pocos. Por ejemplo, en educación el promedio de escolaridad es de 5.60 años en el ámbito urbano y más baja aún en el área rural, donde apenas llega a 3.84. Todas estas cifras nos ponen entre los últimos lugares del continente.

El presidente de Guatemala, doctor en Medicina Alejandro Giammattei, afirmaba en un derroche de irresponsabilidad retórica que la medicina contra el infanticidio en el país es la pena de muerte. Matar a los asesinos de niños y se acabó el problema, según el doctor Giammattei. Así de fácil. Al mandatario no le preocupan las causas estructurales que azotan a la infancia. No menciona la desnutrición que mata más niños, el maltrato, la drogadicción, la falta de educación, en una palabra, a Giammattei no le interesa cerrar la gran fábrica antiniños que es el sistema social que tenemos sino pedirle a sus aliados en el Congreso que reactiven la pena de muerte contra todas las convenciones que el país ha firmado. En otras palabras, se trata de una obvia y lamentable maniobra populista que no solucionará el problema del infanticidio estructural.

Pero ¿quién está matando a los niños en Guatemala? Para responderlo debemos hacer un acercamiento histórico. No es cosa de hace un mes o unos años sino décadas de violencia y pobreza.

La criminalidad y los homicidios no han disminuido en Guatemala. El país es considerado uno de los más violentos del mundo con más de 50 mil asesinatos en los últimos diez años. Es una problemática de décadas que ha hundido al país en el ámbito internacional y a nivel nacional ha producido la República del Miedo aunque lo niegue alguna personera del actual Ministerio Público que parece preguntar con arrogancia “¿quién dijo miedo?”, porque considera que en Guatemala no existe un problema de temor de la ciudadanía y que todo funciona a la maravilla.

De vuelta al Presidente, ya en octubre pasado había negado que hubiera una ola creciente de asesinatos de niños y secuestros. Entonces dijo que se trataba de “una campaña bastante peligrosa con intereses más políticos”, Y se atrevió a desmentir estadísticas, informes y testimonios afirmando lo contrario: “Había una disminución”.

Las estadísticas de la muerte, la desnutrición y la falta de escolaridad resultan dolorosas y concretas comprobaciones que el sistema social y político de Guatemala hace rato ha colapsado. No es fácil ser niño en Guatemala ni mucho menos ser padre.

Los padres pobres ven con aflicción la enfermedad de sus hijos, la falta de medios para una infancia feliz, la falta de distracciones y juegos, la carencia de seguridad social. Agreguemos la mala salud relacionada con la desnutrición.

Las historias de infanticidio sobrepasan la literatura del horror. Hace 15 años, un pandillero de 18 años, apodado el Black, fue detenido por agentes de la Policía Nacional Civil, acusado de haber participado en la muerte de cuatro menores y la madre en San Miguel Petapa. El Black mismo había perdido la pierna izquierda a los 14 años, en una balacera con miembros de una mara rival. El pandillero confesó que había dado muerte “solo” a uno de los niños, sin precisar a quién. En estado de drogadicción afirmaba no sentir nada, aunque repetía como aduciendo una defensa: “Yo solo maté un niño no a los cuatro”. “Solamente maté a uno”, insistía.

El sicariato juvenil, incluso infantil, viene siendo una realidad tenebrosa en Guatemala. La actitud y perspectiva de matar a los criminales también ha venido opacando los análisis serios y balanceados que ven en el sistema social y político la esencia del problema. Asimismo preocupa la falta de cultura social y democrática cuando no se ve ni se considera que existe una relación entre pobreza, criminalidad e infancia en Guatemala.

Un país que no apuesta por la infancia y la mantiene en condiciones flagrantes de precariedad social, escolar y sanitaria no puede pretender llegar al desarrollo. No se llega pasando por encima de miles y miles de infantes que ven sus vidas frustradas, acabadas, maltratadas.

La imagen del país no cambiará nunca si no se cambia primero al país. No puede esperarse que a base de ponerse como el avestruz, con la cabeza metida en la arena, se solucionarán los graves problemas. Los partidos evaden la problemática porque a la clase política nacional le importa muy poco la infancia.

La infancia es un periodo corto que, sin embargo, afecta el resto de la vida. Un país de niños desgraciados se labra un futuro incierto. La infancia debe ser una etapa maravillosa de la vida. Para todos y no solo para una minoría que desconoce el significado de la solidaridad y la empatía.

En Guatemala, 25 de cada mil niños que nacen mueren antes de cumplir un año. La mayoría fallece por enfermedades curables y por la desnutrición que azota nuestros campos. Un porcentaje grande de los niños y niñas sufren de anemia. Muchos morirán antes de llegar a los 10 años y antes de llegar a la vida adulta. Y de los que lleguen a la vida adulta, si no cambian las cifras actuales, solo una minoría llegará a pisar una universidad.

A los niños guatemaltecos los está matando ese sistema que el Presidente y el Pacto de Corruptos defiende y utiliza para sus propios fines. Giammattei niega la realidad y se aboca al patíbulo. A castigar directamente a los autores materiales, unos cuantos asesinos. Pero los verdaderos asesinos son gente de camisa blanca y corbata, con maletín de ejecutivo, con grandes empresas, con automóviles blindados, con curules, con casas en Miami y lugares aledaños. ¿Quién les pide cuentas? La historia en todo caso no los absolverá. Ni a Giammattei que se queja de ser el presidente más criticado de la era democrática. Tiene razón, pero sus críticos también la tienen, y de sobra.

¿Qué habrá sido de la vida del Black? ¿Cuántos Black están naciendo cada día?

Fuente: https://elperiodico.com.gt/noticias/domingo/2021/02/21/quien-mata-a-los-ninos/

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