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La OIT eleva a 777 la cifra de plataformas digitales en todo el mundo

La organización advierte de los riesgos de estas empresas en la “regularidad del trabajo, los ingresos y la negociación colectiva”

El auge de las plataformas digitales en la última década en todo el mundo se ve en dos datos. En 2010 había 142; 10 años después hay 777, según el informe sobre este tipo de empresas y su impacto en el mercado laboral que acaba de publicar la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sobre el número de trabajadores que emplean ―bien como asalariados o bien como autónomos― no ofrece cifras. “Debido a que las plataformas practican una política de no divulgación de datos, resulta muy difícil estimar el volumen real de trabajadores ocupados a través de estas plataformas”, apunta. No obstante, como advertía su director general, Guy Ryder, en la presentación del informe, su impacto no se queda en estos datos o en los salarios, también está en la propia organización del trabajo.

La primera conclusión a la que llega el informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo ―en el que solo analiza aquellas en que se distribuye trabajo (Uber, Glovo, Deliveroo, Upwork) y no analiza otras como las audivisuales como Netflix o HBO― pasa por reconocer que estas empresas dan oportunidades laborales a colectivos que tienen más dificultades como mujeres, jóvenes, discapacitados o inmigrantes. Pero también apunta a los riesgos: “La regularidad del trabajo y los ingresos, las condiciones de trabajo, la protección social, la utilización de las competencias profesionales, la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva”.

Para la OIT, una organización tripartita (sindicatos, empresarios y Gobiernos) dependiente de la ONU, “el camino a seguir pasa por entablar un proceso de diálogo social mundial destinado a asegurar que se aprovechen las oportunidades que presentan las plataformas digitales de trabajo, y se aborden los desafíos que plantean, de modo que estas estén en mejores condiciones de ofrecer oportunidades de trabajo decente”.

A partir de aquí, la organización que dirige Ryder pide “transparencia en la rendición de cuentas respeto de algoritmos”, derecho de negociación colectiva, protección y Seguridad Social para estos trabajadores, y “acceso de los trabajadores de las plataformas, cuando así lo decidan, a los tribunales de la jurisdicción local”.

Para hacer el trabajo de campo, los investigadores de la organización han realizado unas 12.000 encuestas en 100 países, también se han entrevistado a 16 empresas de plataformas. En él, se divide entre las empresas que prestan sus servicios a través de la web, y el trabajo y producto final se puede prestar y proveer a través de ella (Upwork, Amazon Mechanical Turk), y las plataformas basadas en la ubicación (Glovo, Deliveroo, Uber).

El estudio de la OIT es mundial y en él se observan también las grandes diferencias que hay entre los países ricos y los pobres. Por ejemplo, la ganancia media de un trabajador de un país en desarrollo es un 60% menos que uno de una economía avanzada, “incluso cuando dominan las características básicas y los tipos de tareas que realizan”, apunta el informe hablando del primer tipo de plataformas.

Además de la multiplicación de plataformas en la última década que analiza la OIT, hay otros datos que hablan del reciente empuje y también de dónde este tipo de empresas ha echado raíces con más fuerza. Por ejemplo, el informe cifra en 52.000 millones de dólares los ingresos mundiales del sector en 2019. De ellos, el 49% se habría dado en Estados Unidos y en China, el 22%. Lejos está Europa, con el 11%.

También los números de inversión vienen a decir lo mismo: Asia, Norteamérica y Europa concentran el 96% de la inversión mundial, pero el reparto es desigual. En la primera región se concentran 56.000 millones de dólares; en la segunda, 46.000 millones y en Europa, 12.000.

Fuente: https://elpais.com/economia/2021-02-23/la-oit-eleva-a-777-la-cifra-de-plataformas-digitales-en-todo-el-mundo.html

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Migración y trata: emigrar siendo mujer

Nos enfrentamos a una naturalización sociocultural de la violencia contra las mujeres que provoca que el tráfico con fines de explotación sexual sea uno de los delitos más tabúes de nuestro tiempo.

Es innegable que la desigualdad de género sufrida por mujeres y niñas, tanto a nivel social como económico y político es generalizada y evidente en todo el mundo. Aunque en situaciones mucho más extremas, como es el caso de las migraciones forzosas, esta desigualdad se multiplica por cien, y provoca que la mayor parte de mujeres acaben siendo víctimas de violencia de género y/o trata con fines de explotación sexual. Esta violencia no termina con el fin del trayecto, sino que puede incluso agravarse en el país de destino o en el contexto de refugio. Por lo tanto, las cuestiones de género, en cualquier debate sobre las causas y consecuencias de la migración regular e irregular y el desplazamiento forzado, son cruciales.

El género no solo condiciona los motivos por los cuales se migra, sino que tiene un papel realmente importante en las experiencias que se vivirán durante el trayecto migratorio y, posteriormente, en la integración e inserción sociolaboral en el país de destino. Según ONU Mujeres, las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de migrantes y la mitad de los 19,6 millones de personas refugiadas del mundo. Este es un dato ante el cual no podemos permanecer impasibles, ya que, tal y como asegura el último Informe Mundial de la Trata de Personas de 2020, la representación femenina se ha ido incrementando de modo que de cada diez víctimas detectadas a nivel mundial, unas cinco son mujeres adultas y dos son niñas. En España, a día de hoy, no hay datos exhaustivos sobre el porcentaje de migrantes en cuanto a edad y género, pero se sabe que el porcentaje de niñas puede ser llamativo. Se encuentran totalmente invisibilizadas, ya que la imagen que se han encargado de vender algunos medios y partidos políticos anti-inmigración en cuanto al menor extranjero es la del adolescente marroquí varón.

Nos encontramos ante una grave falta de visibilidad del colectivo femenino en estas circunstancias y nos enfrentamos a una naturalización sociocultural de la violencia contra las mujeres que provoca que la trata con fines de explotación sexual sea uno de los delitos más tabúes de nuestro tiempo, debido al desconocimiento y a la ocultación de sus mecanismos y funcionamiento reales, provocando que las mafias e instituciones se lucren de ello a niveles mucho más altos.

Se deben crear nuevas leyes que valoren el grado de vulnerabilidad en el que se ven inmersas las mujeres

¿A cuántas mujeres o niñas hemos visto en las imágenes de los informativos saltando la valla? Debemos tener en cuenta las alternativas a las que las migrantes tienen que recurrir, o las situaciones de violencia forzosa en las que pueden llegar a encontrarse solo por el hecho de ser mujeres, lo que añade una mayor vulnerabilidad. Debemos analizar estos hechos a tiempo de revisar la legislación europea en materia migratoria y de cooperación desde una perspectiva de género e incluyendo el delito de trata en el ámbito de los derechos humanos, ya que existe una impunidad ante las actuales políticas de gestión migratoria europeas que permiten y aceptan que se den este tipo de situaciones. Se deben crear, al mismo tiempo, nuevas leyes que no deshumanicen a las personas migrantes y, de manera primordial, valorar el grado de vulnerabilidad en el que se ven inmersas las mujeres desde el mismo momento en el que abandonan su lugar de origen.

La excusa del control migratorio

Según los últimos datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), cada año las mafias de trata y tráfico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficios tan solo en el Mediterráneo. Debemos tener en cuenta que uno de los argumentos más característicos con respecto al endurecimiento de las leyes y políticas de control fronterizo es justamente la necesidad de luchar contra las mafias de trata de personas, pero son estas mismas leyes las que, según Naciones Unidas, suponen más ganancias para los tratantes, incluso en tiempos de pandemia por la covid-19 y el cierre de fronteras. Además, muchas mujeres y niñas llegan a través de aerolíneas al país donde posteriormente les espera la prostitución y la explotación sexual, una imagen muy lejana a la que normalmente es divulgada. Por lo tanto, ¿cómo es posible que, para muchas mujeres a día de hoy, su integración en una red de trata les asegure un trayecto más seguro?

Se ha aceptado e interiorizado que un derecho tan básico y universal como es la libertad de movimiento esté castigado, y, por lo tanto, aparezcan alternativas de cruce de fronteras que incluyen la violación de los derechos humanos. Actualmente, las migraciones son criminalizadas, y dos de los factores clave de esta criminalización son la aporofobia y xenofobia. Estas, junto con un sistema patriarcal y capitalista, provocan que la única opción muchas mujeres para salir del país de sea su integración en estas redes. Realizar un viaje a través del mar en una embarcación ruinosa o sobrecargada, con un bebé en brazos y sin saber nadar en múltiples casos, claramente aumenta la probabilidad de morir ahogadas. Mientras, realizar el trayecto migratorio con una red de trata supone, en la mayor parte de ocasiones, llegar viva al país de destino. En el pasado Congreso Internacional de Trata con Fines de explotación sexual celebrado desde Murcia, pudimos escuchar a Helena Maleno citar las siguientes palabras de una superviviente: “Soy tan pobre que si no me movía en una red de trata no podía moverme nunca, y tampoco podía quedarme”. Su ponencia recordó de qué manera la necropolítica se ha instalado en nuestro tiempo.

Las mafias de trata y tráfico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficios anuales tan solo en el Mediterráneo

La feminización de la pobreza, el racismo institucional, la xenofobia y preocupante aporofobia, en un mundo donde la economía y el mercado preponderan, hace que no podamos juzgar las decisiones de tantas mujeres y mucho menos realizar una doble victimización. La situación en el país de destino tampoco es fácil. En primer lugar, no solo por la situación de explotación, sino que unida a esta misma está el pago de la deuda que tienen con la mafia. Debido a su estatus de irregularidad, quedan desamparadas ante el sistema de protección social en muchas ocasiones.

El uso de la trata de personas y el tráfico de seres humanos como excusa para endurecer el control migratorio, cuando es este mismo hecho el que provoca su aumento, está demasiado interiorizado en nuestra sociedad. Pero cada vez más, aparecen informaciones nuevas acerca de qué manera se lucran grupos como Frontex de este negocio ilícito gracias a investigaciones como las de PorCausa y otras. Todos contra la trata, pero sin las mujeres tratadas”, decía Patricia Simón en uno de sus últimos artículos, en el que habla claramente sobre cómo hay intereses por parte de administraciones e instituciones, junto con empresas privadas, en mantener esta lacra a través del endurecimiento del control migratorio: “Las Administraciones están mucho más volcadas en generar discurso contra la trata y la prostitución que en combatir sus causas: la desigualdad, el racismo, el colonialismo y las fronteras”.

Por si fuera poco, debido al auge de las tecnologías y con la llegada de la pandemia, nos enfrentamos a una adaptación de las mafias y redes de trata a la creciente globalización, lo que provoca nuevas formas de captación más rápidas. O cambiamos el discurso y hacemos ver la base real del problema, o este negocio que deshumaniza y denigra seguirá incrementándose a la velocidad de la luz.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-02-22/migracion-y-trata-emigrar-siendo-mujer.html

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Venezuela: Gremios: existe casi 70% de ausentismo laboral en el estado

Los bajos salarios, aunado a las dificultades para conseguir efectivo para la movilización, han influido para que gran parte de los trabajadores no puedan volver a sus puestos con normalidad durante la flexibilización de la cuarentena por Covid-19. Al menos así lo dieron a conocer representantes de varios sectores que hacen vida en la región.

De acuerdo con el presidente de la Federación de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), Tito Barrero, esta situación ha llevado a muchos a reducir su asistencia a sus lugares de labores a tres días a la semana, en vez de cinco.

“En el sector público es donde se nota más el ausentismo, por la miseria de salario que perciben. Casi 70% aplica esta modalidad, porque no les da para ir más días. El problema es que no tienen recursos”.

Barrero calculó que si una persona paga un pasaje diario para ir a su trabajo y retornar, tiene que desembolsar un millón de bolívares, cuando percibe Bs 1.200.000 al mes, aunque el gobierno nunca ha publicado la gaceta oficial actualizando el salario mínimo a ese monto.

“Si no unificamos al sector sindical, entonces no vamos a poder lograr el beneficio de los trabajadores”, instó Barrero.

Según Giovanni Yaguaracuto, secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Salud (Sintrasalud) y directivo de la Federación de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), de los 80 mil empleados afiliados y agrupados en 120 sindicatos, deben quedar como 30 mil.

“Solamente en el sector público, como lo es educación y salud, se ha ido la mitad y la Federación abarca al sector construcción y hasta a la economía informal. En el hospital de El Tigre se han ido casi todos”, mencionó.

Además de que algunos asalariados se han marchado del país, el dirigente sindical destacó que ha crecido la modalidad de trabajar a domicilio por el pago en dólares, como es el caso de las enfermeras.

“Lamentablemente en Anzoátegui, las autoridades, tanto el gobernador como los diputados, no quieren tomar cartas en el asunto”.

El secretario de reclamos del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos del Sector Salud (Sunep-SAS) en el estado, Luis Reyes, apuntó que tras la circular que envió el ministerio, sobre la reincorporación a los puestos de trabajo, estas incomodidades fueron planteadas a los jefes de departamento.

“No les estamos diciendo a los trabajadores que no asistan, sino que nombremos una mesa de trabajo, tanto el patrón como los empleados, y lleguemos a un acuerdo para ver cómo podemos asistir y cubrir todos los puestos que están desocupados, porque hay una merma del personal”.

Estima que a nivel estadal, entre 2 y 3 mil empleados del sector se han marchado del país o abandonaron sus puestos por el “pírrico” sueldo que perciben actualmente.

Cuantificación
En el caso de educación, la presidenta regional del Sindicato Venezolano de Maestros (Sinvema), Maira Marín, manifestó que junto a la coalición sindical magisterial se encuentran cuantificando el impacto de la deserción laboral, y otros factores, que están incidiendo en la desmejora de la calidad de vida del educador.

“No solamente han dejado de ir a trabajar para ocuparse de otras labores. Tampoco van más a las escuelas, porque los salarios que devengan no alcanzan ni para pagar el transporte, mucho menos para cubrir otras necesidades”, dijo.

Marín recalcó que además de la falta de condiciones de bioseguridad y calidad de servicios que mencionó, son amenazados con despidos si no se reincorporan.

“En el estado hay personas que tienen hasta un año con el sueldo suspendido y nadie sabe por qué”, aseveró.

Fuente: https://eltiempo.com.ve/2021/02/25/gremios-existe-casi-70-de-ausentismo-laboral-en-el-estado/

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Jaime Barrios Carrillo: ¿Quién mata a los niños?. Guatemala

Los recientes hechos de extrema violencia, como la eliminación de una familia entera o el brutal asesinato de niños, confirman trágicamente la situación del país y sus precarias instancias policiales, ausencia de cohesión social y un espíritu de miedo que se generaliza.

Qué se dirá en el futuro sobre esta época bárbara, ahora que ser niño o joven resulta un delito, castigado con la pena de muerte por inanición o por enfermedad o el castigo del trabajo forzado en lugar de la escuela, el juego y la seguridad de un hogar.

La juventud y la infancia guatemalteca son explotadas y se les induce, directa o indirectamente, a la criminalidad. Se exportan niños, se envían a los coyotes en Tijuana, solos e indefensos y son miles. Se abusa sexualmente de los niños. Se roban niños. Se asesinan niños. El infanticidio prolifera entre la pobreza y la ignorancia. Y las drogas, la prostitución, el abandono y la violencia. ¿Qué puede esperarse del futuro si no se cambian las estructuras del infanticidio estructural?

Los problemas de fondo no pueden seguir abordándose por las ramas. Con inventivas graciosas a lo Jimmy o populismo agresivo a lo Giammattei, coyotes de la misma loma. A cualquier conciencia civilizada le horrorizan los asesinatos de niños y niñas y el grado de salvajismo y violencia en Guatemala. Pero también espanta escuchar que la solución sea matar a los que matan, que muchas veces son menores. No se trata de eliminar a unos cuantos asesinos sino ir a la raíz para superar las causas de la pobreza y la falta de educación. Es moralmente condenable eso de “limpiar a la sociedad” o “limpieza social” como si la sociedad estuviera limpia de pecado. ¿Existirá mayor escoria y ultraje que la corrupción? Mayor afrenta social que pagar bajísimos salarios y a la vez no pagar impuestos. No resulta difícil el razonamiento, y está clarísimo que la corrupción estructural del Estado no solo hace ricas a las mafias políticas sino empobrece más a los pobres, debido a la mala calidad del gasto público.

Ya cansa la cantaleta de que denunciar la injusticia es “castro chavismo” y es obra de los chairos. Repetir esto como un mantra solo es una muestra de la falta de argumentos y de escrúpulos para defender un sistema que produce pobres y la pobreza impide que Guatemala entre a la modernidad y se democratice.

El sistema no funciona o funciona solo para pocos. Por ejemplo, en educación el promedio de escolaridad es de 5.60 años en el ámbito urbano y más baja aún en el área rural, donde apenas llega a 3.84. Todas estas cifras nos ponen entre los últimos lugares del continente.

El presidente de Guatemala, doctor en Medicina Alejandro Giammattei, afirmaba en un derroche de irresponsabilidad retórica que la medicina contra el infanticidio en el país es la pena de muerte. Matar a los asesinos de niños y se acabó el problema, según el doctor Giammattei. Así de fácil. Al mandatario no le preocupan las causas estructurales que azotan a la infancia. No menciona la desnutrición que mata más niños, el maltrato, la drogadicción, la falta de educación, en una palabra, a Giammattei no le interesa cerrar la gran fábrica antiniños que es el sistema social que tenemos sino pedirle a sus aliados en el Congreso que reactiven la pena de muerte contra todas las convenciones que el país ha firmado. En otras palabras, se trata de una obvia y lamentable maniobra populista que no solucionará el problema del infanticidio estructural.

Pero ¿quién está matando a los niños en Guatemala? Para responderlo debemos hacer un acercamiento histórico. No es cosa de hace un mes o unos años sino décadas de violencia y pobreza.

La criminalidad y los homicidios no han disminuido en Guatemala. El país es considerado uno de los más violentos del mundo con más de 50 mil asesinatos en los últimos diez años. Es una problemática de décadas que ha hundido al país en el ámbito internacional y a nivel nacional ha producido la República del Miedo aunque lo niegue alguna personera del actual Ministerio Público que parece preguntar con arrogancia “¿quién dijo miedo?”, porque considera que en Guatemala no existe un problema de temor de la ciudadanía y que todo funciona a la maravilla.

De vuelta al Presidente, ya en octubre pasado había negado que hubiera una ola creciente de asesinatos de niños y secuestros. Entonces dijo que se trataba de “una campaña bastante peligrosa con intereses más políticos”, Y se atrevió a desmentir estadísticas, informes y testimonios afirmando lo contrario: “Había una disminución”.

Las estadísticas de la muerte, la desnutrición y la falta de escolaridad resultan dolorosas y concretas comprobaciones que el sistema social y político de Guatemala hace rato ha colapsado. No es fácil ser niño en Guatemala ni mucho menos ser padre.

Los padres pobres ven con aflicción la enfermedad de sus hijos, la falta de medios para una infancia feliz, la falta de distracciones y juegos, la carencia de seguridad social. Agreguemos la mala salud relacionada con la desnutrición.

Las historias de infanticidio sobrepasan la literatura del horror. Hace 15 años, un pandillero de 18 años, apodado el Black, fue detenido por agentes de la Policía Nacional Civil, acusado de haber participado en la muerte de cuatro menores y la madre en San Miguel Petapa. El Black mismo había perdido la pierna izquierda a los 14 años, en una balacera con miembros de una mara rival. El pandillero confesó que había dado muerte “solo” a uno de los niños, sin precisar a quién. En estado de drogadicción afirmaba no sentir nada, aunque repetía como aduciendo una defensa: “Yo solo maté un niño no a los cuatro”. “Solamente maté a uno”, insistía.

El sicariato juvenil, incluso infantil, viene siendo una realidad tenebrosa en Guatemala. La actitud y perspectiva de matar a los criminales también ha venido opacando los análisis serios y balanceados que ven en el sistema social y político la esencia del problema. Asimismo preocupa la falta de cultura social y democrática cuando no se ve ni se considera que existe una relación entre pobreza, criminalidad e infancia en Guatemala.

Un país que no apuesta por la infancia y la mantiene en condiciones flagrantes de precariedad social, escolar y sanitaria no puede pretender llegar al desarrollo. No se llega pasando por encima de miles y miles de infantes que ven sus vidas frustradas, acabadas, maltratadas.

La imagen del país no cambiará nunca si no se cambia primero al país. No puede esperarse que a base de ponerse como el avestruz, con la cabeza metida en la arena, se solucionarán los graves problemas. Los partidos evaden la problemática porque a la clase política nacional le importa muy poco la infancia.

La infancia es un periodo corto que, sin embargo, afecta el resto de la vida. Un país de niños desgraciados se labra un futuro incierto. La infancia debe ser una etapa maravillosa de la vida. Para todos y no solo para una minoría que desconoce el significado de la solidaridad y la empatía.

En Guatemala, 25 de cada mil niños que nacen mueren antes de cumplir un año. La mayoría fallece por enfermedades curables y por la desnutrición que azota nuestros campos. Un porcentaje grande de los niños y niñas sufren de anemia. Muchos morirán antes de llegar a los 10 años y antes de llegar a la vida adulta. Y de los que lleguen a la vida adulta, si no cambian las cifras actuales, solo una minoría llegará a pisar una universidad.

A los niños guatemaltecos los está matando ese sistema que el Presidente y el Pacto de Corruptos defiende y utiliza para sus propios fines. Giammattei niega la realidad y se aboca al patíbulo. A castigar directamente a los autores materiales, unos cuantos asesinos. Pero los verdaderos asesinos son gente de camisa blanca y corbata, con maletín de ejecutivo, con grandes empresas, con automóviles blindados, con curules, con casas en Miami y lugares aledaños. ¿Quién les pide cuentas? La historia en todo caso no los absolverá. Ni a Giammattei que se queja de ser el presidente más criticado de la era democrática. Tiene razón, pero sus críticos también la tienen, y de sobra.

¿Qué habrá sido de la vida del Black? ¿Cuántos Black están naciendo cada día?

Fuente: https://elperiodico.com.gt/noticias/domingo/2021/02/21/quien-mata-a-los-ninos/

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Costa Rica: Consejos universitarios de universidades públicas rechazan Ley de Empleo Público

Los consejos universitarios de la Universidad de Nacional, la Universidad Estatal a Distancia y de la Universidad de Costa Rica, así como el Consejo Institucional del Tecnológico de Costa Rica, y la Universidad Técnica Nacional, en el marco de las funciones que se le han asignado en sus respectivos estatutos orgánicos y tomando en cuenta que el texto del Proyecto de Ley de Empleo Público. Expediente N.° 21.336, violenta la autonomía constitucional que se ha otorgado a las universidades públicas, CONSIDERAN QUE:

1. En el 2015, todos los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Al respecto el objetivo N.° 4

de esta Agenda es:

Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Es por ello que en el 2016, los presidentes de los tres Poderes del Estado y del Tribunal Supremo de Elecciones, junto con representantes de gobiernos locales, del sector privado, de universidades estatales y de la sociedad civil, suscribieran el Pacto Nacional por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el cual se reconoce la importancia de la participación de las universidades públicas para alcanzar las metas de otros objetivos (véase la nota 1).

2. La Constitución Política de Costa Rica en su artículo 84 establece que:

La Universidad de Costa Rica es una institución de cultura superior que goza de independencia para el desempeño de sus funciones y de plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones, así como para darse su organización y gobierno propios. Las demás instituciones de educación superior universitaria del Estado tendrán la misma independencia funcional e igual capacidad jurídica que la Universidad de Costa Rica”.

De esa manera, el citado artículo consagra seis manifestaciones de la autonomía universitaria que son importantes señalar: 1) independencia en sus funciones, 2) capacidad jurídica plena para adquirir derechos y contraer obligaciones, 3) capacidad jurídica plena para darse su propio gobierno, 4) capacidad jurídica plena para darse su propia organización, 5) patrimonio propio o hacienda universitaria, 6) financiación del Estado (véase la nota 2). Con estas se les otorga a las universidades públicas el ejercicio de todas las potestades administrativas necesarias para el desarrollo de la actividad docente, de investigación y acción social. Lo anterior, incluye la potestad de seleccionar, nombrar, evaluar, organizar y regular libremente a su personal, de acuerdo con sus propios criterios y exigencias, y las regulaciones internas que emita al efecto deben garantizar la óptima prestación del servicio universitario, el eficiente uso de los recursos institucionales y la transparencia y responsabilidad de la gestión universitaria.

3. El espíritu de la norma con la que se concibió la autonomía universitaria permite que los fondos asignados a las universidades públicas se destinen a:

a) Elaborar e impartir carreras que forman profesionales en todo el territorio nacional. Lograr su acción académica fuera de las luchas partidistas del poder político, defendiendo el interés colectivo y permitiendo una libertad crítica y propositiva mediante su abordaje a través de carreras, proyectos, programas y actividades académicas.

b) Invertir fondos para programas de becas, residencias y ayudas socioeconómicas estudiantiles a poblaciones vulnerables que de otras formas no tendrían acceso a la educación superior.

c) Formar institutos que atienden necesidades fundamentales de los costarricenses, tales como OVSICORI en temas de vulcanología y sismología, LANAMME que realiza estudios técnicos de protección de la infraestructura civil, vial y líneas vitales, el Instituto Clodomiro Picado, especialistas en suero antiofídicos, la ingeniera aeroespacial, el uso de plasma de tipo Stellarator, único en Latinoamérica y la educación a distancia.

d) Permite la libertad de cátedra en la formación de profesionales integrales que no respondan a líneas ideológicas establecidas por gobiernos de turno, sino con una visión holísticas, que atienden a las necesidades de la sociedad costarricense.

e) Brindar una educación humanista común a todos los estudiantes, más allá de la especialidad elegida.

4. La Sala Constitucional, mediante el voto N.° 1313-93, reiteró que las universidades estatales “(…) cuentan con todas las facultades y poderes administrativos necesarios para llevar adelante el fin especial que legítimamente se les ha encomendado; que pueden autodeterminarse, en el sentido de que están posibilitadas para establecer sus planes, programas, presupuestos, organización interna y estructurar su gobierno propio. Tienen poder reglamentario (autónomo y de ejecución); pueden autoestructurarse, repartir sus competencias dentro del ámbito interno del ente, desconcentrarse en lo jurídicamente posible y lícito, regular el servicio que prestan, y decidir libremente sobre su personal (…)”.

Igualmente, este voto determina los alcances de la independencia de estas casas de enseñanza superior estatal, ya que les confiere una autonomía especial, lo cual imposibilita a los poderes de la República detallar el destino o las partidas de gasto relacionadas con la Hacienda Universitaria, dentro del Presupuesto Nacional, sino, únicamente, debe reflejar la transferencia de los recursos necesarios y acordados, tal y como estipulan los artículos 84 y 85 de la Constitución Política.

5. La Sala Constitucional, mediante el voto N.° 2002-08867 señala que “el artículo 84 constitucional establece una reserva normativa en favor de las universidades, en el sentido de que su poder reglamentario es el único competente para normar la organización del servicio universitario; disposiciones que integran de esta manera un subsistema jurídico particular”.

6. El Proyecto de Ley de Empleo Público. Expediente N.° 21.336 pretende homogenizar los perfiles de puestos y condiciones de ingreso, así como el régimen remunerativo, desconociendo la especificidad de las responsabilidades y la dinámica propia del servicio que prestan las distintas instituciones y Poderes de la República.

7. En el marco del análisis del Proyecto de Ley el Departamento de Servicios Técnicos de la Asamblea Legislativa reconoció la autonomía especial que tienen las universidades públicas catalogándola como una autonomía de gobierno plena, y se hizo ver lo improcedente que es para estas institucionales, el ser sometidas a Directrices del Poder Ejecutivo.

8. Con respecto al Proyecto de Ley el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) (véase la nota 3) señala que este implicará:

«a) Quebrantar el régimen de institucionalidad democrática costarricense contenido en el orden constitucional.

b) Atentar contra la descentralización de servicios estatales esenciales.

c) Revertir la despolitización del sistema de Servicio Civil defendida en nuestra Constitución Política al trasladar a la Asamblea Legislativa la potestad de nombramiento de su Director Generales.

d) Atentar contra la garantía de independencia entre poderes de la República.

e) Desalentar la educación pública, entendida como la más importante inversión social.

f) Violentar el régimen de independencia que en materia de administración, organización, planificación, gobierno y patrimonio establecen y garantizan los artículos 84, 85 y 87 de la Constitución Política.

(…)

Cualquier reforma en materia de empleo público debe respetar los principios constitucionales de igualdad salarial en igualdad de condiciones, de idoneidad comprobada, de rendición de cuentas, transparencia, responsabilidad y de control de legalidad y constitucionalidad de la gestión administrativa; todo lo anterior dentro de la concepción misma del Estado Social de Derecho y su institucionalidad, que igualmente poseen rango constitucional. Compete a cada uno de los sectores de la Administración Pública velar por su observancia, sin que para ello sea necesario sustituirlos en el ejercicio de sus competencias de administración y gobierno«.

9. La representación de la Asociación de Funcionarios del ITCR (AFITEC), el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Universidad Nacional (SITUN), el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Universidad Técnica Nacional (UTRAUTN) y el Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica (SINDEU), emitieron el “Criterio sobre proyecto de Ley No. 21.336 Ley Marco de Empleo Público”, en el cual manifestaron que los sindicatos de las universidades públicas de manera enérgica nos oponemos y desaprobamos el proyecto de ley de Empleo Público, pues el mismo violenta de manera grosera nuestra autonomía universitaria, y como consecuencia de esta ley conllevaría a el empobrecimiento de los servidores de las universidades públicas.

10. Las universidades públicas tienen como principios orientadores de su quehacer el derecho a la educación superior, la excelencia académica e igualdad de oportunidades, la libertad de cátedra y a la libre expresión.

11. Es responsabilidad de las universidades públicas la búsqueda de la justicia, la eficiencia, la eficacia, la apertura de espacios para el diálogo y la creación de una consciencia crítica, así como el análisis de los problemas que afronta el país.

12. Las Instituciones de Educación Superior Pública son conscientes de la situación fiscal que atraviesa el país, la cual se ha visto agravada por la pandemia del COVID-19, razón por la cual con el propósito de contribuir con la discusión de esta iniciativa se elaboró y divulgó, durante el año 2019, el documento denominado “Sobre el proyecto de ley marco de empleo público” (véase la nota 4). Adicionalmente, en febrero de 2021, la Universidad de Costa Rica brindó una serie de recomendaciones en el informe titulado «Análisis del Proyecto de Ley Marco de Empleo Público (Expediente 21.336)» (véase la nota 5).

Lo anterior, especialmente cuando el proyecto de ley muestra, entre otras, las siguientes inconsistencias:

a) No presenta datos sobre el posible ahorro que pretende alcanzar con el establecimiento del salario único, así como del impacto en el consumo nacional al generar una reducción del poder adquisitivo de los empleados públicos, especialmente cuando esto último afecta cualquier posible reactivación de la economía nacional.

b) Contiene vicios de constitucionalidad dado que entra en contradicción con las potestades que ha brindado la Constitución Política a institucionales tales como las universidades públicas, las municipalidades y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Las disposiciones contenidas con respecto al salario global y la gestión o evaluación del desempeño son claros ejemplos de transgresión a la políticas de autoorganización y por ende a la independencia administrativa, política, de organización y gobierno de las universidades públicas; principalmente, cuando esa independencia la faculta para regular y organizar las actividades de docencia, acción social e investigación en general, y para establecer las regulaciones propias de su régimen de empleo, los parámetros de selección y contratación del personal académico y administrativo idóneo, sus deberes, obligaciones y potestades.

c) El Proyecto de Ley es omiso con respecto a la complejidad, la diversidad y la naturaleza de las instituciones de educación superior públicas. Al respecto, cabe señalar que las universidades públicas desarrollan su quehacer a partir de tres actividades sustantivas, a saber: la docencia, la investigación y la acción social, con las cuales busca cumplir con el mandato constitucional que se le ha dado a estas instituciones y el cual justifica que se les haya otorgado la autonomía que esta iniciativa pretende violentar.

13. El Proyecto de Ley marco del empleo público, mediante su propuesta de centralizar y homogeneizar, vulnera regímenes institucionales creados históricamente en función de la materia específica a la que se dedican los entes públicos, amparados por la Carta Magna y la jurisprudencia constitucional, en particular en lo que se refiere a los regímenes de autonomía administrativa, política y funcional vigentes, e incluso podría infringir convenios y normativas internacionales, como los suscritos con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

14. El Proyecto violenta el régimen de autonomía administrativa, propia de las Municipalidades y la Caja Costarricense del Seguro Social, así como el régimen de independencia de administración, organización y gobierno exclusivo de las universidades estatales. Por otra parte, el Proyecto vulnera los derechos fundamentales derivados de la libertad sindical, el derecho a la negociación colectiva y el derecho a la no discriminación. Sobre estos asuntos, también se emiten criterios contrarios a los acuerdos internacionales suscritos con la OIT.

15. La oportuna gestión del empleo y el óptimo aprovechamiento de los recursos institucionales son preocupaciones universitarias, es por ello que se han implementado acciones encaminadas a la sana administración de la Hacienda Universitaria y del recurso humano. Estas acciones se han desarrollado en el marco de lo dispuesto en la norma constitucional y resguardando los principios y propósitos institucionales, la libertad de pensamiento y la criticidad de las realidades nacionales, por lo que bajo ninguna circunstancia proceden de entes externos.

16. Los criterios de eficiencia y eficacia económica no deben imponerse sobre “el mayor bienestar a todos los habitantes del país”, así como sobre el “más adecuado reparto de la riqueza”, como lo establece la Constitución Política en su artículo 50. Sin embargo, el Proyecto de Ley Marco de Empleo Público busca limitar los alcances sociales del Estado y la participación política de los trabajadores, lo cual puede generar una mayor precarización del empleo público, a la pérdida de profesionales competentes y el ensanchamiento de la brecha de la desigualdad; todo esto desde un Estado cada vez más débil y un sistema de salarios que no posee poder competitivo ni adquisitivo a futuro.

17. El Proyecto de Ley desconoce la complejidad de la gestión pública y la importancia de mecanismos democráticos para el funcionamiento del Estado de Derecho. Este Proyecto de Ley no sólo violenta el marco legal existente, sino que desestima los mecanismos de concertación democrática y genera condiciones de conflictividad social y política.

18. Las universidades estatales somos herederas de una visión de Estado inclusivo, solidario y democrático, de esta manera, conscientes que nuestras acciones del presente marcarán indeleblemente el futuro de las próximas generaciones, más allá de la crisis fiscal y los efectos adversos de la pandemia, repudiamos todas aquellas iniciativas de ley y reformas sustentadas en líneas de pensamiento ligeras, intereses cortoplacistas y mercantilistas, que so pretexto de contribuir al fortalecimiento de dicho modelo estatal, menoscaban ferozmente una institucionalidad visionaria que procuraba la supresión de toda forma de desigualdad, la defensa de los derechos inalienables de los pueblos y la promoción de un desarrollo económico sustentado en el principio de solidaridad, al cual todos y todas debemos contribuir para su consolidación.

Dado lo anterior, ACUERDA:

1. Alertar a la comunidad universitaria y nacional sobre los posibles impactos sociales, políticos y económicos que el Proyecto de Ley Marco de Empleo Público puede generar en la institucionalidad, la gobernanza y la sociedad costarricense, así como sobre los vicios de inconstitucionalidad que presenta.

2. Solicitar a las rectorías de las universidades públicas que hagan un llamado urgente, coherente y claro, a la comunidad universitaria para que participe en las actividades que surjan en defensa de nuestra autonomía.

3. Publicar en diferentes medios de comunicación el presente pronunciamiento y darle la mayor difusión posible.

M.Sc. Tomas R. Marino Herrera
Presidente del Consejo Universitario, Universidad Nacional (UNA)
M.Sc. Patricia Quesada Villalobos
Directora del Consejo Universitario, Universidad de Costa Rica (UCR)
Dr. Emmanuel González Alvarado
Rector de la Universidad Técnica Nacional (UTN)
Ing. Luis Paulino Méndez Badilla
Rector y presidente del Consejo Institucional, Tecnológico de Costa Rica (TEC)
Mag. Rodrigo Arias Camacho
Presidente del Consejo Universitario, Universidad Estatal a Distancia (UNED)
Fuente: http://www.elpais.cr/2021/02/19/consejos-universitarios-de-universidades-publicas-rechazan-ley-de-empleo-publico/
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120 millones de personas cayeron en la pobreza por la pandemia

Por: Juan Cruz Guido

Los datos se desprenden de un informe del Banco Mundial, que estima que la cifra crecerá en 2021. El lado B de la pandemia que quiebra una tendencia global de reducción de la pobreza de más de 20 años.

La epidemia del coronavirus Sars Cov-2, que comenzó a esparcirse por el mundo durante el comienzo de 2020 para convertirse en pandemia global para marzo de ese año, no solo dejó un tendal de contagios y fallecidos por la COVID-19, enfermedad en la que deviene el virus. También generó una crisis económica sin precedentes. Alteró todos los modos de consumo, sumado a los confinamientos, cuarentenas, que volvieron a ser el tratamiento preventivo más difundido y recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Las principales economías del mundo se pararon, el turismo se volvió una actividad de riesgo y el transito mundial globalizado sufrió una fuerte mella por un virus de alta contagiosidad, que hoy sabemos encuentra territorio fértil en el contacto intra persona. Una bomba social para el siglo XXI globalizado.

El síntoma, utilizando terminología hoy tan difundida, más notorio no solo fue el parate formal de las actividades productivas. Los capitales financieros, especulativos, apostaron al oro como hace décadas no se veía, en una actitud tan milenaria como la misma cuarentena. Los capitales espantados se refugiaron en la piedra preciosa para no sufrir los riesgos de una economía volátil y sin perspectivas concretas. De vuelta, lo peor del capitalismo: acumulación y desigualdad. En este caso fondos saliendo del sistema para blindarse de las devaluaciones, emisiones y demás vaivenes del 2020.

Así crujieron economías gigantes como los Estados Unidos, los principales países de Europa, pero como siempre las grandes consecuencias, y las más profundas, se vivieron en la periferia. Un informe del Banco Mundial acaba de poner en números lo que cada una de las naciones periféricas vivió de manera estrepitosa: el aumento de la pobreza.

Según se desprende del informe presentado por consultores de la institución financiera dependiente de las Naciones Unidas (ONU), la cifra, si se toma enero de 2020 (cuando la epidemia ya empezaba a mostrar un prólogo en China) con enero de 2021, la cantidad de personas que cayeron en la pobreza es de 120 millones de personas. La estimación toma como línea de pobreza 1,90 (un dólar, noventa centavos de dólar) diarios. Si se toma 3,20 centavos de dólar, la cifra escala a los 200 millones de personas.

La situación que enciende las alarmas del Banco Mundial es que a pesar de que la vacuna es un hecho y muchos países han comenzado con la vacunación masiva, la tendencia producto de la pandemia continuará durante este 2021 en el que la institución estima que el número sume, en el escenario más optimista (es una previsión en este caso), 60 millones de personas.

Los números fríos y escalofriantes que muestran el lado B de la pandemia, quiebran una tendencia histórica de más de 20 años (desde la crisis asiática de 1998) de crecimiento global. Otro debate sería en torno al crecimiento paralelo de la desigualdad. Pero, de todas maneras, según las cifras del Banco Mundial la salida de personas de la pobreza, el saldo positivo, se había consolidado luego de la crisis de 1998, que todavía mostró secuelas en 1999. El gráfico explica la cantidad neta de personas que han salido de la pobreza extrema si eran pobres el último año o si por el contrario cayeron en la pobreza extrema y el año pasado no lo eran. El resultado es alarmante.

El informe pone en números lo que cada país, en particular y con mayor profundidad en la periferia, sufrió en materia social. También es una alerta global sobre la importancia de impulsar una vacunación justa y pareja en todas las naciones, para intentar morigerar los daños ya previsibles que nos depara el 2021.

Fuente: https://rebelion.org/120-millones-de-personas-cayeron-en-la-pobreza-por-la-pandemia/

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Entrevista a Silvia Frías Nebra: “En las comunidades donde trabajamos, el matrimonio infantil se vincula con la mutilación genital femenina”

¿Ser mujer en el África Subsahariana implica vivir con miedo?

No tiene por qué. En Amref Salud África trabajamos con lideresas africanas que se opusieron firmemente a tradiciones dañinas como la mutilación genital femenina o el matrimonio forzado y que están sensibilizando no solo a mujeres y a niñas, también a los hombres y ancianos de su comunidad. Para llegar a ser líder en tu comunidad, el miedo debe quedar atrás. Eso es lo que promovemos desde la campaña #NiñasSinMiedo: empoderar a las niñas para que se alcen contra tradiciones que atentan contra sus derechos y su propio cuerpo. Con dignidad y respeto.

No puedo entender cómo en tiempos de pandemia pueden aumentar los casos de mutilación genital femenina, así como los matrimonios infantiles forzosos… ¿Qué está pasando?

La pandemia de la COVID-19 conlleva la interrupción de los programas de prevención de la MGF como consecuencia de la focalización de los esfuerzos y fondos contra la propia COVID, las restricciones de movimiento, la imposibilidad de hacer actividades comunitarias de sensibilización y educación, el distanciamiento social, la carencia de apoyo de redes de protección, el cierre de las escuelas, la pérdida de acceso a servicios de salud reproductiva y el deterioro de los medios de vida. Todos estos factores aumentan el riesgo de que las niñas y adolescentes sufran mutilación genital femenina y matrimonio infantil. Por ejemplo, en Kenia, uno de los países donde trabajamos contra la mutilación genital femenina, los colegios escuelas han cerrado durante 9 meses. Las escuelas actúan como red de seguridad para las niñas: ahí están protegidas y monitoreadas. En zonas con mucha distancia entre aldeas y pocas instalaciones educativas lo normal es que los alumnos y alumnas duerman en la escuela de lunes a viernes. Con la pandemia, han tenido que volver a casa y han perdido esa protección. Además, muchas familias de bajos recursos y de zonas rurales se han empobrecido y, con más personas en casa y menos capacidad económica, han aumentado los matrimonios forzados. Los padres casan a las chicas menores de edad con hombres mucho mayores a cambio de bienes o servicios. Se trata de una estrategia de supervivencia. Pero para casarte, en algunas comunidades, tienes que sufrir la mutilación genital femenina, porque es en ese momento cuando tu comunidad te ve como mujer.

¿Cómo es posible que la MGF sea un efecto colateral de la pandemia?

Las restricciones a causa de la pandemia han supuesto la interrupción de los programas de protección de la infancia y de acciones de sensibilización colectivas contra la mutilación genital femenina. Desde Amref lo hemos intentado paliar con la difusión de mensajes a través de la radio y de internet, así como visitas casa por casa con los equipos de protección necesarios en estas circunstancias, en las que además hemos facilitado linternas para que las chicas puedan seguir estudiando en casa, pero no es suficiente. En contextos como este, el aumento de la calidad y cantidad de nuestros programas contra la MGF se hace necesario y urgente.

He leído en vuestro dosier que “13 millones de matrimonios infantiles de aquí a 2030”. ¡Qué horror!

De qué manera se ve obstaculizada vuestra labor debido a la COVID-19. ¿Os sentís impotentes?

La pandemia ha dificultado nuestro trabajo; nuestros programas se basan en acciones con la comunidad. El no poder reunirnos ha supuesto un cambio de enfoque, hemos tenido que utilizar más la difusión a través de los medios, principalmente redes sociales, con las poblaciones que tienen acceso a ellos, y difusión por radio para las más remotas y rurales. También trabajamos mucho con las niñas y niños a través de las escuelas y durante algunos meses hemos tenido que implementar acciones puerta a puerta. Hemos buscado alternativas para seguir haciendo nuestro trabajo. Además del programa contra la mutilación genital femenina, hemos realizado programas de emergencia para la contención del virus, distribuyendo equipos de protección para sanitarios, mascarillas y geles hidroalcóholicos para los hogares que carecen de agua. También hemos fortalecido los laboratorios que tiene Amref en Kenia y Etiopía. No nos sentimos impotentes, porque hemos sabido reinventarnos y porque estamos luchando también contra el avance del coronavirus en África.

¿Cómo se pueden reforzar los programas que habéis estado llevando a cabo para evitar que esto suceda, Silvia?

Necesitamos más apoyo. En 2020 iniciamos un programa de lucha contra la mutilación genital femenina en Etiopía y en 2021, otro en Senegal. Y queremos seguir trabajando, pero para iniciar otras acciones necesitamos apoyo económico. Tenemos que aunar esfuerzos de instituciones, empresas y personas que se sumen con sus donaciones. Cualquier apoyo, por modesto que sea, es vital en estos momentos.

En varios países, la MGF está prohibida, pero se sigue haciendo. ¿Acaso la ley no es suficiente para parar a estas personas que destrozan la integridad de estas niñas?

La MGF es ilegal en 26 países africanos pero cambiar la ley sin modificar las actitudes y normas sociales no es suficiente para acabar con esta práctica tan profundamente arraigada en ciertas comunidades de esos países (no todas las etnias de un país la practican). Es necesario acompañar los cambios legales con campañas de sensibilización y educación que logren un pleno convencimiento, así como la decisión de la propia comunidad para ponerle fin. En muchos casos las comunidades ni siquiera conocen la legislación. En Afar, por ejemplo, zona en la que trabajamos en Etiopia, sólo un 28% de la población que entrevistamos conocía la prohibición. Al ser una práctica ancestral, ligada a conceptos como intimidad o sexualidad, además de prohibirla es necesario educar y sensibilizar.

Imagino que hay quien os verá como intrusas, que queréis acabar con la cultura y la tradición de un país. Y eso no es cierto. ¿Cómo hacéis esa labor pedagógica?

Amref es una entidad africana. La sede de la red internacional de Amref está en Nairobi. Las necesidades y estrategias de intervención se identifican en países africanos dónde se van a ejecutar las acciones (soluciones africanas a problemas africanos). El 97% de los trabajadores de Amref Global (en África, Europa y Norteamérica) son africanos.

Las personas que trabajan contra la mutilación genital femenina en el terreno son integrantes de las propias comunidades. Son personas que aman su cultura y su identidad, pero que luchan contra prácticas dañinas. Y desde Amref España se trabaja en estos programas siguiendo las líneas estratégicas surgidas de Nairobi. Por tanto, es un ámbito de trabajo que se ha identificado e iniciado desde África y que en España apoyamos.

Sin educación, está claro que nos extinguimos. Y todavía hay quien no cree en su importancia…

La educación es la base para eliminar tradiciones dañinas e injustas. En algunas comunidades de Kenia y Tanzania donde trabajamos, la mutilación genital femenina también va ligada a la educación, ya que se practica en el rito de paso de niña a mujer (en torno a la pubertad) y cuando se mutila a las niñas, suelen dejar la escuela para casarse. Desde Amref trabajamos con el modelo de ritos de paso alternativos, que respetan la cultura y los valores del rito de paso, pero eliminan la mutilación genital. En el rito de paso tradicional, los ancianos bendicen a las niñas con leche para que sean buenas esposas y madres. En el alternativo, las bendicen con cuadernos y bolígrafos para que sigan estudiando.

Silvia, como ciudadanos, cómo podemos contribuir a la lucha contra la mutilación genital femenina.

Todos podemos luchar contra la mutilación genital femenina y formar parte de este movimiento para liberar a las niñas del miedo y permitir que puedan construir su propio destino. Hemos lanzado la campaña #NiñasSinMiedo para recaudar fondos que nos permitan ampliar nuestra respuesta. La situación es gravísima y amenaza la vida y el futuro de millones de niñas. Por favor, si puedes, súmate con una donación.

Fuente: https://www.elcorreogallego.es/tendencias/en-las-comunidades-donde-trabajamos-el-matrimonio-infantil-se-vincula-con-la-mutilacion-genital-femenina-FE6420968

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