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Niños venezolanos trabajan para hacerle frente a la pobreza

Consultados por le medio de comunicación Voz de América, los pequeños aseguran que en ocasiones deben asumir responsabilidades de adulto. El 40% de la población venezolana vive por debajo del umbral de pobreza, señala un estudio.

A pesar de sus grandes riquezas naturales, Venezuela se ha convertido en uno de los países con más necesidades de la región y líder en lo que a se refiere pobreza infantil y desempleo.

Unicef define como niño a cualquier persona menor de 18 años. En las calles de la capital venezolana, la Voz de América conversó con Yusmery Brito, de 17 años, que vive en precarias condiciones junto a sus tres hijos. La joven lamenta que, debido a la pandemia y a su actual situación, en ocasiones no puede cubrir los gastos nutricionales de la familia.

“Hay veces que, hasta lloro, yo pido a Dios que me saque de esta situación, no tenía nada de nada para darle a los niños, por eso salí para la calle, para ver qué conseguía para darles de comer, aquí me pongo a veces a pedir o parquear y les llevo algo”, comenta Brito.

Otros niños venezolanos aseguraron a la VOA que deben asumir responsabilidades de adulto, para poder sobrevivir.

“Trabajo porque siempre quería comerme algo, alguna chuchería y mi abuela no tenía, nadie me lo daba y tuve que salir, pero yo estudio, hay mucha gente que pasa hambre, hay muchos indigentes en la calle, durmiendo, nunca pensé que iba a llegar a este punto”, indicó por su parte Alexander Figueroa, de 12 años.

Entre tanto, Maiber Mena, de 14 años, relata que se vio en la necesidad de abandonar la escuela para llevar alimento a su madre y hermanos.

“La situación es muy ruda, hay mucha gente que pasa hambre, no hay nada para comer, yo me iba para el colegio sin comer, mi mamá no trabajaba, a ella la botaron del trabajo, en una oportunidad vi como trabajaba limpiando vidrios, no me fue mal y no estudié más”, afirma Mena.

Fuente: https://www.descifrado.com/2021/03/19/ninos-venezolanos-trabajan-para-hacerle-frente-a-la-pobreza/

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La educación de niños y jóvenes haitianos, rehén de una crisis política

Sentado sobre el techo de la casa en construcción de su tío en Puerto Príncipe, Kervens Casséus utiliza un bloque de cemento como pupitre para apoyar su libro de geología.

Tiene 20 años y no fue ni una vez a clase en febrero. La crisis política que paraliza Haití le impide a él y a sus compañeros continuar normalmente sus estudios. Peor aún, les obliga a sumar otras preocupaciones a su escolaridad.

«La oposición y el poder: son ellos que destruyen el país», estima este joven, que cursa el último año de bachillerato científico y no ha recibido consigna alguna de sus profesores para continuar sus estudios. Ni siquiera está seguro de las fechas de las pruebas finales de tanto que ha sido modificado el calendario escolar este año.

El sector público educativo, al que asiste Kervens, está subfinanciado en Haití, donde el 80% de las escuelas son privadas.

– Miedo a salir –

Cuando debería aprovechar su edad para divertirse, Kervens vive encerrado. «Tengo miedo», admite este joven ya adulto, que cohabita desde hace tres años con su tía en una habitación precaria, ya que sus padres viven fuera de la capital.

«Esta mañana salí a la calle principal por primera vez en febrero. Y me sentí extraño», describe. «Hay menos gente caminando que de costumbre. La calle es diferente de lo que era en enero. Desde el 7 (de febrero), realmente todo cambió», explica.

En esa fecha, la oposición y una parte de la sociedad civil decidieron no reconocer a Jovenel Moïse como el presidente legítimo del país, quien estima que su mandato terminará el 7 de febrero de 2022.

Sectores completos de la sociedad haitiana son rehenes de esta pulseada política.

– ¿Abrir la escuela, un gesto político? –

En este contexto, recibir a los alumnos en la escuela es percibido por algunos como un respaldo político al oficialismo. En consecuencia, desde comienzos de mes, la mayoría de las instituciones escolares de la capital están cerradas.

«Hay que dejar que los alumnos vayan a la escuela. Pero decir eso en Haití hoy en día hará que algunos te encasillen políticamente», cuenta una docente que, por temor a represalias, pidió el anonimato.

Las profundas desigualdades económicas que imperan en Haití se reflejan en el sistema escolar y se ven agravadas por esta tensión política.

Abandonado solo con sus libros, Kervens tiene dificultades para pagar por una recarga de su teléfono celular.

A menos de dos kilómetros, instalada en una gran butaca rosada, la pequeña Lucie sigue con atención a su maestra que da clases en línea.

Sola delante de un ordenador, la niña de 5 años viste uniforme, como exige su escuela.

«No creo que todos los padres haitianos dispongan de material informático a domicilio, de una conexión a internet de banda ancha y además está el problema de la electricidad», recuerda su padre, Jean Romuald Ernest, consciente de su suerte.

«La semana pasada, el profesor debió interrumpir las clases justamente porque su aparato no tenía más carga», cuenta este padre de tres niños, dos de los cuales volvieron a la escuela.

– Canas a los 11 años –

El médico y su esposa contadora son parte de la minoría con poder adquisitivo de un país donde el 60% de la población sobrevive con menos de dos dólares diarios.

Pero no por ello escapan a la crisis y el clima de violencia que reina en el país.

«No tenemos niños, tenemos pequeños adultos», reflexiona Jean Romuald.

«Un niño que sobre la banquina de una ruta ve ruedas en llamas, una persona muerta, y que pregunta: ‘¿Papá qué es esto? ¿Por qué está pasando? Y el niño escucha disparos… Está estresado», se alarma este padre.

«Descubrí horrorizado que mi hija de 11 años ya tiene canas. ¡Eso muestra su nivel de estrés! Debería ser un llamado de atención para todos», señala preocupado el hombre.

Ante la incertidumbre política y la proliferación de pandillas armadas que cometen cada día secuestros, la ansiedad es el sentimiento compartido por todos los haitianos.

A pesar de las tragedias que sufren quienes dejan el país en las rutas de los inmigrantes, Kervens entiende a quienes se van.

«Tenemos nuestros sueños, pero no se pueden cumplir debido a la crisis del país. Es por eso que la mayoría de los jóvenes quiere irse al extranjero», concluye el joven.

Fuente: https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210224-la-educaci%C3%B3n-de-ni%C3%B1os-y-j%C3%B3venes-haitianos-reh%C3%A9n-de-una-crisis-pol%C3%ADtica

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Informe de la ONU: La crisis causada por la COVID-19 en África tiene rostro de mujer

El informe, realizado con datos recogidos en 28 países de estas regiones entre septiembre y diciembre de 2020, revela que, en todos ellos, a excepción de Malaui, las mujeres eran más susceptibles de caer enfermas y menos de tener cobertura médica que los hombres.

Las peores consecuencias de la pandemia tienen rostro de mujer en el este y el sur de África, donde la COVID-19 ha exacerbado las desigualdades de género, según un estudio publicado hoy por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) y ONU Mujeres.

“Si bien hay impactos socioeconómicos diferenciales ligados a la pandemia para hombres y mujeres -y en algunos casos los hombres se ven más afectados- la evidencia sugiere cada vez más que la COVID-19 ha exacerbado las desigualdades existentes entre ellos”, apuntó la directora de ONU Mujeres para África Oriental y Meridional, Roberta Clarke.

El informe, realizado con datos recogidos en 28 países de estas regiones entre septiembre y diciembre de 2020, revela que, en todos ellos, a excepción de Malaui, las mujeres eran más susceptibles de caer enfermas y menos de tener cobertura médica que los hombres.

Los datos recogidos evidencian que ellas se llevaron la peor parte de la crisis causada por la pandemia en ámbitos como la atención médica infantil y maternal, los servicios relacionados con enfermedades crónicas y la salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar y la prevención del VIH.

Menos acceso a la planificación familiar

Según el informe, menos del 20 % de mujeres en Mozambique y Sudáfrica tuvieron acceso a servicios de planificación familiar y salud sexual durante ese periodo como consecuencia de la COVID-19.

También la salud mental y psicosocial de las mujeres de la región se vio especialmente afectada por la emergencia sanitaria: más del 60 % en Kenia y Etiopía y más del 50 % en Mozambique, Malaui y Sudáfrica aseguraron haber sufrido “tensión mental y emocional” desde el inicio de la pandemia, según el estudio.

Asimismo, en todos los países analizados, las mujeres pasaban más tiempo que los hombres realizando trabajos de cuidados no remunerados en los hogares, a pesar de que, como ellos, sufrieron “severas reducciones” de sus ingresos.

Disminución de ingresos

El informe también arroja datos mixtos, como por ejemplo que más del 60% de mujeres y hombres en Etiopía, Kenia, Malaui, Mozambique y Sudáfrica experimentaron una pérdida total o una disminución de sus ingresos a causa de la pandemia, “agudizando las ya altas tasas de pobreza en muchos países y afianzando la desigualdad de género que hace a la mujer más susceptible de sufrir extrema pobreza”.

También los estudiantes de ambos géneros vieron gravemente afectada su educación por la crisis sanitaria, con un total de 124 millones de alumnos de la región sufriendo el cierre de sus escuelas durante entre tres y seis meses.

Etiopía fue la nación más golpeada en este sentido, con 25 millones de estudiantes afectados, seguida por Sudáfrica (15 millones), Kenia y Tanzania (14 millones cada una).

De hecho, en Uganda, Kenia, Esuatini (antigua Suazilandia) y Mozambique los centros educativos no pudieron reabrir sus aulas para todos los cursos hasta principios de 2021.

Matrimonio infantil y violencia

Esto supone “riesgos adicionales” para las niñas que, cuando dejan de estudiar por un tiempo “indefinido”, pueden enfrentarse a la mutilación genital femenina, los embarazos precoces o el matrimonio infantil.

El FPNU estima que la interrupción de iniciativas contra el matrimonio infantil conducirá a un incremento de 13 millones de casos entre 2020 y 2030 por las dificultades económicas, que obligan a las familias a aceptar las uniones a cambio de dinero; o por los embarazos adolescentes, a menudo causados por los abusos sexuales a los que las niñas se vieron expuestas por el cierre de escuelas.

La COVID-19 también ha tenido terribles consecuencias en cuanto a la violencia machista, cuyas cifras “subieron dramáticamente durante la pandemia”.

En Zimbabue, por ejemplo, el 90 % de las llamadas a teléfonos nacionales de emergencia entre marzo y mayo de 2020 estuvieron relacionadas con violencia por parte de la pareja.

“La pandemia tiene una fuerte dimensión de género, con las mujeres en la primera línea como responsables de la salud y el cuidado, experimentando a la vez el impacto en varios frentes, como su salud sexual y reproductiva”, concluyó Julitta Onabanjo, directora regional para África Oriental y Meridional del FPNU.

Fuente: https://www.el-carabobeno.com/onu-crisis-covid-africa-mujer/

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El lenguaje de la pobreza. Comunicación multifacética

Reseña:

Este libro es fruto de una labor que abreva en diferentes perspectivas teórico-metodológicas para intentar dar cuenta de la complejidad que encierra el tratamiento de diferentes temas relacionados directamente con la pobreza en la prensa latinoamericana. Todos sus artículos son fruto de un estudio realizado a partir del corpus PoLaMe, conformado por textos periodísticos que abordan la pobreza en Argentina, Brasil, Colombia y México. Desde el análisis del vínculo entre derechos humanos y pobreza, pasando por las ideologías que subyacen a los discursos sobre la cuestión, hasta trabajos producidos desde la lingüística; este volumen intenta sumar perspectivas para analizar un fenómeno que constituye, tal vez, el problema más importante de América Latina.

Descargar el libro

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Los estudiantes chilenos contra las clases presenciales

Varios detenidos en la protesta estudiantil contra la educación presencial el día en el que se reabren la escuelas en Chile.

Con varias de detenciones acabó ayer la manifestación de estudiantes en las calles de Santiago de Chile. Los policías se llevaron a la comisaria a varios jóvenes que se habían enfrentado a los agentes y habían levantado barricadas.

Los estudiantes protestaban contra la educación presencial el día de la reapertura de las escuelas tras la tercera ola de la pandemia El gobierno chileno había diseñado un sistema mixto para los alumnos que combinará las clases presenciales y las telemáticas. Sin embargo, los estudiantes, contra los que se utilizaron cañones de agua, reclaman únicamente las clases online para reducir al máximo los riesgos.

Con el 50 por ciento de los profesores vacunados, las autoridades chilenas apuestan por la educación semipresencial voluntaria para reducir la brecha socioeconómica entre los alumnos. Aunque en el día de ayer solo un 5 por ciento de los estudiantes acudió a clase.

Descarga el vídeo en:

https://www.lavanguardia.com/internacional/20210302/6262448/estudiantes-chilenos-clases-presenciales.html?jwsource=cl

Fuente: ps://www.lavanguardia.com/internacional/20210302/6262448/estudiantes-chilenos-clases-presenciales.html

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Coronavirus en América Latina | Por qué las escuelas en la región son las más afectadas del mundo por los cierres de la pandemia

«Los niños en América Latina y el Caribe han estado fuera del aula más tiempo que cualquier otro niño en el mundo».

Así, con esa frase, Jean Gough, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, resumió el hecho de que las escuelas en la región han sido las más afectadas a nivel mundial debido a la pandemia del covid-19, de acuerdo a un informe dado a conocer este miércoles.

Según el informe, cerca de 60% de los menores en edad escolar de la región perdieron el año lectivo. Y dos tercios de los países donde la mayoría de los colegios están cerrados de manera permanente se encuentran en la región.

Unicef señala que, en promedio, las escuelas en América Latina y el Caribe permanecieron cerradas durante 158 días, lo que supera ampliamente la media global de 95 días de cierre.

Las escuelas, añade el estudio, solo estuvieron abiertas durante seis días en promedio entre marzo de 2020 y febrero de 2021. A nivel mundial esa cifra es de 37 días.

«Mientras en otras regiones del mundo los colegios fueron los últimos en cerrar y los primeros en abrir, en América Latina ha sido al contrario», señala Gough.

Niña en un colegio.
Pie de foto,
Mientras en otras regiones del mundo los colegios fueron los últimos en cerrar y los primeros en abrir, en América Latina ha sido al contrario

«(Allí) La pérdida será más desastrosa y de mayor alcance que en cualquier otra región para los niños, los padres y la sociedad en general», agregó.

Pero, ¿por qué ocurrió así y qué hay detrás de las desalentadoras estadísticas?

Desigualdad

Apenas la pandemia del covid-19 comenzó a avanzar por América Latina, una de las primeras decisiones de distintos gobiernos fue la de cerrar los colegios para evitar el contagio masivo entre los niños y los más jóvenes.

Pero la región no estaba preparada para asumir el costo de la educación a distancia y millones de niños comenzaron a verse afectados por la falta de acceso a clases regulares.

Niño en una silla en el colegio
Pie de foto,
El 60% de los niños en la región perdieron el año debido a la pandemia.

El documento señala que, en un continente con altas tasas de desigualdad, la pandemia del covid-19 no hizo sino exacerbar las brechas, especialmente en el acceso a educación a distancia.

«Mientras que las tres cuartas partes de estudiantes de las escuelas privadas pueden acceder a la educación a distancia, solo la mitad de los que asisten a las escuelas públicas tiene la opción de acceder a esta misma educación», anota el documento.

La pandemia también puso en evidencia la fragilidad de la infraestructura de los establecimientos educativos.

«Los protocolos de bioseguridad establecían lavarse las manos con agua y jabón. Y muchas escuelas en América Latina no tenían ninguna de las dos cosas», le dice a BBC Mundo Ruth Custode, especialista de educación en emergencia de Unicef.

«Otro tema es que en los salones había hasta 40 niños y la pandemia obligaba al distanciamiento social», añade.

Para Custode, sin embargo, el prolongado cierre también se debe a una falta de prioridades de muchos gobiernos por «recuperar la normalidad» en los colegios.

«Han abierto cines, restaurantes, centros comerciales, pero los colegios siguen cerrados», indica la experta.

«Y uno nota que no se prioriza la educación: cada vez más los presupuestos, en vez de aumentar, se reducen».

Unicef
Pie de foto,
Unicef pide que se reabran los colegios y de esa forma de evitar que los niños pierdan otro año escolar.

Sin embargo, también rescata el esfuerzo de varios países en adelantar medidas para mitigar los efectos del parate educativo.

De acuerdo a datos de Unicef, 95% de los países de la región reporta haber creado una plataforma en línea para apoyar la educación, 77% y 64% reportan haber recurrido a programas de TV y de radio, respectivamente, y un 55% ha recurrido al envío de material vía SMS o tecnología celular, cifra similar a los que han distribuido materiales impresos.

La eficacia de estos formatos, sin embargo, ha sido también objeto de crítica y su impacto real no reemplaza a la educación presencial, según señalan distintas organizaciones y los mismos actores educativos.

Consecuencias

Este cierre extendido de los colegios y escuelas en América Latina, donde se estima que al menos 150 millones de niños se encuentran en edad escolar, puede tener un efecto devastador en las generaciones futuras.

«Los niños ya perdieron un año. Y si no se hace algo inmediatamente, también van a perder un segundo año«, señala Custode.

«Cada día que pasa se agrava más una situación que ya de por sí es la más catastrófica referente a la educación en los años recientes», agrega.

De acuerdo al informe publicado este miércoles, los niños más vulnerables en las zonas urbanas y aquellos que se encuentran en localidades remotas están en riesgo inminente de no retornar nunca más a clases.

«Vamos a tener tres millones de niños que no van a regresar a la educación formal. Los hijos de migrantes, los niños indígenas y los de zonas rurales van a ser los más afectados», indica Custode.

La deserción escolar, señala el organismo, tiene además otras implicancias sociales.

«Los niños en zonas rurales que no pueden acceder a la educación quedan muy vulnerables a ciertas amenazas para su desarrollo, como la explotación infantil», añade.

niños en el colegio.
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En algunos países ya se están implementado las medidas de bioseguridad para el regreso a las clases.

De acuerdo a Unicef, el año pasado sus expertos entregaron dos guías, una a los ministerios de Educación de los países y otro para los directores de los colegios de la región, con un protocolo para el acondicionamiento de las aulas una vez se inicie la fase de salida de los confinamientos y la tan ansiada vuelta a clase.

«En Colombia se ofreció el modelo de alternancia; en Ecuador se ordenó la apertura de los colegios rurales. Poco a poco se van tomando medidas», ejemplifica Custode.

Pero varios países han retrasado la apertura de los colegios hasta que no se pueda garantizar la seguridad de los niños y jóvenes que asisten a los colegios.

Mientras que en Argentina, Chile y Uruguay ya se iniciaron las clases en gran parte de sus territorios.

El mismo director de la OMS, Tedros Adhanon Gebreyesus, señaló que no habrá «cero riesgo» de contagio del virus dentro de las instituciones educativas.

Por su parte Custode insiste en que no se puede aplazar más el proceso de apertura, aunque sea gradual.

«Los gobiernos deben pensar cuáles son los riesgos de abrir los colegios versus los riesgos de no abrirlos. De lejos, no abrirlos será más perjudicial para la región», señala Custode.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-56257823

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Mundo: Este es el perfil de los trabajadores que ganan menos del salario mínimo en el mundo

Las mujeres con bajos niveles de escolaridad, madres cabeza de familia y trabajadoras de zonas rurales reciben salarios menores

Muchos creerían que la pandemia es la culpable de la actual crisis salarial a nivel mundial. Sin embargo, aunque esta situación exacerbó las condiciones laborales, los bajos salarios son una problemática que se viene presentando con anterioridad.

Según el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores que ganan el salario mínimo o menos suelen ser mujeres menores de 25 años, con al menos un hijo, con un nivel de educación inferior a la secundaria y residentes de zonas rurales. De hecho, la organización destacó que 152 millones de mujeres percibían el mínimo, o inclusive mucho menos, antes de que estallara la pandemia.

Respecto a este punto, Iván Jaramillo Jassir, director del Observatorio de Trabajo de la Universidad del Rosario, afirmó que el principal factor que profundizó la brecha salarial y ocupacional por género estuvo determinado por el aumento exponencial de la carga de cuidado no remunerado en el contexto del confinamiento.

Esto, según el experto, determinó el paso a la inactividad y el desempleo de un gran porcentaje de mujeres con relación a los periodos de inactividad de los hombres.

La OIT dio a conocer que cerca de 327 millones de trabajadores en el mundo perciben una compensación inferior a la estandarizada por los gobiernos. De esta fuerza laboral, 22% está en América Latina; 24%, en África; 17%, en Europa Central, y 19%, en Asia Pacífico.

 

Otro aspecto que analiza el informe de la OIT es que 266 millones de trabajadores perciben una remuneración inferior al salario mínimo, ya sea porque no están al amparo de la ley o porque esta se incumple.El organismo multilateral estima que, en todo el mundo, en la economía informal hay unas 2.000 millones de personas, incluidos 724 millones de trabajadores eventuales o de trabajadores asalariados o a sueldo.

La OIT destaca que el salario mínimo tiene que ir acompañado de políticas que aumenten la productividad y que encaminen a los trabajadores informales a la economía formal.

En un escenario hipotético en el que el salario mínimo cubre a todos los grupos de trabajadores a sueldo y donde hay pleno cumplimiento, según simulaciones del organismo internacional, los niveles de desigualdad y de pobreza podrían reducirse considerablemente solo con el ingreso de los trabajadores informales a las rutas de formalidad de la ley.

De acuerdo con Sepúlveda, la caída de los ingresos salariales en 2020 fue cercana a 7%, mientras que las proyecciones de ingresos para los trabajadores en 2021 no superan 4,5%, lo que según él sería el indicio de una recuperación lenta y con fuertes consecuencias a nivel de paridad salarial.

Pese a la situación laboral de las mujeres y de los empleados informales, la OIT reveló que el impacto de la pandemia en los niveles salariales fue menor al esperado, porque los subsidios y las ayudas fiscales sirvieron de soporte ante la crisis.

Sin embargo, según el organismo, el salario de 50% de los trabajadores peor remunerados del mundo cayó 17,3%. En Europa, los salarios de las mujeres tuvieron una contracción de 8,1%, mientras que en el de los hombres fue de 5,4%. Esto fue antes de la ayudas gubernamentales.

La Organización Internacional del Trabajo prevé que para 2021 las consecuencias económicas y laborales de la crisis generada por el covid-19 ejerzan una enorme presión a la baja sobre los salarios y que no se den reacomodaciones superiores a 2,2% en todo el mundo. También hizo un llamado para que los gobiernos formalicen a los trabajadores ilegales.

Políticas públicas para la superación de la pobreza y la desigualdad salarial

De acuerdo con la OIT, para reducir la pobreza y la desigualdad, los salarios mínimos deberían fijarse en un nivel adecuado, tomando en consideración las necesidades de los trabajadores y de sus familias, además de los factores económicos.

No existe una fórmula ideal, pero la utilización de indicadores estadísticos puede ayudar a los gobiernos, los empleadores y los trabajadores a llegar a un acuerdo en un nivel adecuado a las circunstancias nacionales. A lo largo del tiempo, la OIT ha prestado asistencia técnica a muchos países.

Fuente: https://www.larepublica.co/globoeconomia/este-es-el-perfil-de-quienes-ganan-menos-del-salario-minimo-en-el-mundo-segun-la-oit-3122971

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