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Entrevista con Filippo Grandi: «Educación para los refugiados, una inversión que vale la pena para el mundo”

Filippo Grandi es el undécimo alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), cargo que ejerce desde el 1 de enero de 2016, tras dedicarse al trabajo humanitario y de refugiados durante más de 30 años. Su mandato de cinco años al frente de Acnur, concluye el 31 de diciembre de este año.

Este es un extracto de la entrevista realizada a Grandi por personal del fondo Educación No Puede Esperar, también conocido por su nombre en inglés Education Cannot Wait y su sigla ECW. Se trata de un fondo mundial multilateral de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)  destinado a promover el acceso a la enseñanza de los millones de niños y adolescentes que viven en medio de crisis, conflictos, desastres naturales y brotes de enfermedades.

EDUCACIÓN NO PUEDE ESPERAR (ECW): Como agencia de las Naciones Unidas, con el mandato de su Asamblea General de brindar protección internacional y buscar soluciones para los refugiados, ¿podría explicar la importancia general de la educación para los niños refugiados como un componente de protección y soluciones?

FILIPPO GRANDI: La escuela es a menudo una de las primeras cosas que las familias de refugiados preguntan después de ser desplazadas. Deseosos de recuperar un sentido de normalidad y dignidad después del trauma del desarraigo, también están muy comprometidos con el futuro de sus hijos.

Muchos niños y jóvenes son desplazados varias veces antes de cruzar una frontera y convertirse en refugiados. Para estos niños, la escuela es el primer lugar donde comienzan a recuperar el sentido de rutina, seguridad, amistad e incluso paz.

La educación juega un papel clave, tanto para garantizar la protección de los niños y los jóvenes como para ayudar a las familias y los niños a concentrarse en reconstruir sus vidas y regresar a muchas de las actividades con las que normalmente se habrían comprometido antes del desplazamiento.

Como ha demostrado el reciente Informe sobre la educación 2020 de Acnur, aunque ha habido algo de éxito en el acceso a la educación primaria, este se ha ralentizado. Las tasas brutas de matriculación muestran que 77% de los niños refugiados están matriculados en la educación primaria, pero esta cifra se reduce drásticamente a 31% en el nivel secundario.

Las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada. Dado que la evidencia global muestra la naturaleza protectora significativa de la educación secundaria para las niñas, este es un aspecto clave del trabajo para Acnur y socios como Educación No Puede Esperar.

Juntos, estamos solicitando que la matriculación de refugiados en la educación en todos los grados se lleve a nivel global para permitir que los millones de niños y jóvenes de todo el mundo que se han visto obligados a huir de sus hogares construyan un futuro mejor para ellos, sus familias y sus comunidades.

Si se les permite aprender, desarrollarse y prosperar, los niños crecerán para contribuir a las sociedades que los acogen, pero también a sus países de origen cuando la paz les permita regresar. La educación es una de las formas más importantes de resolver las crisis mundiales.

ECW: Usted es miembro desde hace mucho tiempo del comité directivo de alto nivel de la Educación No Puede Esperar. Como sabe, la institución tiene por objeto garantizar que los niños puedan continuar su educación en tiempos de emergencias y crisis prolongadas. ¿Podría explicar las necesidades especiales de los niños refugiados durante las emergencias y las crisis prolongadas, y ¿cómo cree que Educación No Puede Esperar contribuye a satisfacer esos derechos y necesidades?

FP: El Pacto Mundial para los Refugiados exige medidas para permitir que los niños y jóvenes regresen al aprendizaje dentro de los tres meses posteriores al desplazamiento. Este objetivo destaca el importante papel que desempeña la educación, tanto formal como informal, para ayudar a los niños a reanudar sus actividades normales.

Los niños pueden tener un sentido de pertenencia con sus compañeros en las aulas, la oportunidad de jugar y participar en actividades recreativas y recibir información que podría salvarles la vida sobre temas relacionados con la salud, la higiene y la seguridad. Las escuelas también brindan acceso a servicios de apoyo, como programas de orientación y alimentación escolar.

Preparar a los niños refugiados para que ingresen a los sistemas educativos nacionales de las comunidades de acogida es fundamental y requiere trabajar en estrecha colaboración con los Ministerios de Educación para eliminar las barreras administrativas y de políticas a la matriculación escolar.

También implica garantizar que los niños tengan las destrezas y habilidades necesarias para prosperar una vez que estén inscritos en las escuelas. Las clases de aprendizaje de idiomas, especialmente cuando el idioma de enseñanza es diferente, los programas de actualización y la educación acelerada apoyan la inscripción de los niños en la escuela y la capacidad de aprender de manera efectiva.

También es importante brindar información y asistencia esencial para ayudar a las familias a superar algunas de las barreras prácticas para la inscripción escolar. El apoyo psicosocial también es fundamental para los niños que han sufrido el trauma del desplazamiento y que necesitan ayuda para adaptarse a nuevas situaciones y entornos.

El apoyo brindado por Educación No Puede Esperar permite a las agencias y organizaciones garantizar que los servicios se brinden después del inicio de una emergencia para abordar las necesidades inmediatas que se han destacado anteriormente, enfocándose tanto en las necesidades de protección como en las de educación y trabajando para garantizar que los niños estén preparados para ser incluidos en programas de educación formal.

Educación No Puede Esperar también ha desempeñado un papel fundamental al pedir a los donantes que inviertan en educación durante y después de las emergencias para asegurar que las necesidades educativas de los niños puedan satisfacerse durante las crisis humanitarias, como lo demuestra el aumento de la inversión en educación en situaciones de emergencia durante los últimos cuatro años.

ECW: Un número significativo de promesas hechas por países y otras partes interesadas en el Foro Mundial sobre los Refugiados 2019 se centró en la educación, incluidas las promesas individuales y conjuntas hechas por Educación No Puede Esperar que destacan las inversiones de varios años para aumentar las oportunidades en la educación secundaria para los niños refugiados y en el trabajo con otros fondos globales para apoyar una educación de calidad para los refugiados.¿Qué brechas existen en la financiación de la educación de los refugiados a nivel mundial y dónde pueden ayudar mejor los donantes, incluidos los países, la sociedad civil y las empresas privadas?

FG: Si bien la financiación para la educación en situaciones de emergencia se quintuplicó entre 2015 y 2019, la educación generalmente solo recibe entre dos y cinco  por ciento del presupuesto total de los llamamientos humanitarios. A medida que pasamos de situaciones de emergencia a crisis prolongadas, existe el riesgo de que el gasto en educación reciba un grado cada vez menor de prioridad, lo que dificulta apoyar a los gobiernos anfitriones para que continúen brindando servicios educativos durante un período prolongado.

Las brechas de financiamiento en la educación significan que a menudo es difícil garantizar que los niños y jóvenes completen un ciclo completo de educación, pasando de la educación primaria a la secundaria y la terciaria. Las cifras globales muestran que hay una caída significativa en la inscripción entre la educación primaria y secundaria y que solo el 3 por ciento de los jóvenes refugiados están matriculados en programas de educación terciaria.

Las brechas de financiamiento también significan que quienes más lo necesitan, incluidos los niños de hogares encabezados por mujeres o niños y los que tienen discapacidades, no reciben el apoyo especializado que se requiere para disfrutar plenamente de su derecho a la educación.

El compromiso conjunto en el Foro Mundial sobre Refugiados de Educación No Puede Esperar, el Banco Mundial y la Alianza Mundial para la Educación tiene el potencial de cambiar las reglas del juego en términos de garantizar que los sistemas se fortalezcan y apoyen para que los refugiados y otras poblaciones vulnerables tengan un acceso continuo a la educación.

ECW: Educación No Puede Esperar ha dedicado su segunda ronda de inversiones de Primera Respuesta de Emergencia por covid-19 para situaciones de refugiados en todo el mundo. ¿Podría explicar algunas de las emergencias clave en términos de educación de refugiados para Acnur y la diferencia que hará la respuesta de emergencia de Educación No Puede Esperar para covid-19?

FG: El cierre de escuelas en todo el mundo significó efectivamente que 90 por ciento de los niños refugiados que estaban inscritos en escuelas y programas educativos no pudieran continuar recibiendo una educación.

Como se encuentran en algunas de las áreas más remotas de los países o tienen recursos limitados en el hogar, no pudieron beneficiarse plenamente de los programas de aprendizaje a distancia, y en el hogar y corren un grave riesgo de quedarse más rezagados académicamente. Este riesgo es aún más grave para las adolescentes, donde se estima que 50 por ciento de las jóvenes que estaban en la escuela corren el riesgo de no regresar una vez que se reanuden las clases.

El cierre de las escuelas también significa que muchos de los servicios de apoyo integral mencionados anteriormente (distribución de alimentos, apoyo psicosocial y actividades recreativas y programas de apoyo al aprendizaje) se vieron interrumpidos.

Las familias que han perdido sus medios de subsistencia como resultado de la pandemia experimentan una mayor presión económica y pueden dar menos prioridad a gastar los escasos recursos que tienen en la educación para garantizar que se satisfagan sus necesidades más básicas.

Todos estos factores contribuyen a aumentar los riesgos de protección durante los períodos de cierre de escuelas, dejando el futuro educativo de muchos niños refugiados colgando de un hilo.

Mantener la educación en marcha durante una pandemia requiere ingenio, innovación, invención y colaboración. La financiación de Educación No Puede Esperar para la respuesta a la  covid-19 desempeñará un papel clave en la mitigación de estos riesgos, al encontrar formas de garantizar que los estudiantes puedan continuar aprendiendo durante el cierre de las escuelas, difundiendo información a las familias de refugiados sobre los procedimientos de reapertura y los protocolos de seguridad que se implementarán, capacitando a los maestros para adaptarse a la pandemia, proporcionando materiales adicionales a los estudiantes, implementando campañas de regreso a la escuela y haciendo las mejoras indispensables en las instalaciones de agua y saneamiento en estas instituciones. Muchas de estas actividades ya se han iniciado con el generoso apoyo de Educación No Puede Esperar.

ECW: Acnur y ECW también han coordinado estrechamente con los gobiernos anfitriones, los actores humanitarios y de desarrollo el fomento de inversiones de recuperación de varios años, como el Plan de Respuesta Educativa para Refugiados y Comunidades de Acogida en Uganda. ¿Cómo ve este fortalecimiento de la educación para los refugiados y las comunidades de acogida en el nexo entre la ayuda humanitaria y el desarrollo?

FG: El tema del informe de Acnur de 2020 es «Unirnos para la educación de los refugiados». Este foco realmente refleja el Pacto Mundial sobre Refugiados, que aboga por un enfoque de “toda la sociedad” para garantizar que se aborden las necesidades de los refugiados y las comunidades de acogida. Esto significa que una serie de partes interesadas tienen un papel que desempeñar en la realización de los objetivos del Pacto.

La presencia de un plan claro y un conjunto de objetivos para apoyar el acceso a la educación ayuda a definir roles y áreas de contribución para una amplia gama de partes interesadas. Es fundamental que existan nexos entre los planes de respuesta humanitaria y para refugiados, los planes de resiliencia plurianuales y los planes de desarrollo del sector a más largo plazo.

El apoyo de Educación No Puede Esperar a la programación educativa inmediatamente después del inicio de una emergencia y la asistencia a más largo plazo proporcionada a través de los programas de resiliencia plurianuales desempeñan un papel fundamental para cerrar la brecha entre la financiación humanitaria y la financiación del desarrollo.

La inclusión de refugiados en los sistemas educativos del país de acogida significa que los donantes y otros actores deben trabajar en estrecha colaboración con los gobiernos para aumentar la capacidad de estos sistemas de incorporar más estudiantes, desarrollar las habilidades de los maestros para responder a las necesidades de los alumnos y garantizar que los niños puedan progresar a través de diferentes niveles educativos.

ECW: ¿Habría algún comentario final que le gustaría hacer a la audiencia de ECW en todo el mundo sobre la importancia de la educación de los niños refugiados en situaciones de emergencia?

FG: La inversión en educación para los refugiados es esencial para garantizar que no se pierda la creatividad y el potencial de los jóvenes en regiones afectadas por conflictos y crisis.

Durante la pandemia de covid-19, los estudiantes refugiados han desempeñado un papel fundamental en sus comunidades trabajando en primera línea como trabajadores de la salud, fabricando mascarillas y jabón para distribuirlos a quienes lo necesitan, ofreciendo asesoramiento y difundiendo información sobre salud e higiene y creando programas para la instrucción de los estudiantes más jóvenes. Su impulso, iniciativa y pasión se habrían perdido sin una inversión temprana en su educación.

La educación para los refugiados es una inversión que vale la pena para toda la comunidad y para el mundo. También es un derecho fundamental para todos los niños que se afirma en la Convención de Refugiados de 1951, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Este derecho también debe respetarse en situaciones de emergencia en las que pedimos a los actores mundiales que se centren no solo en el acceso, sino también en la calidad de la educación y la capacidad de los niños para aprender, lo que los llevará a un futuro más brillante y digno.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/09/educacion-los-refugiados-una-inversion-vale-la-pena-mundo/

 

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No pueden fallar

Por: Esabeth de Puig

Este empobrecimiento estructural es insostenible, como lo señalara el Papa Francisco en su reciente intervención frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuando dijo que los síntomas de desigualdad “revelan una enfermedad social”; precisando que este “es un virus que viene de una economía enferma.

Blancos, morados, rojos, variopintos, multicolores, los de a pie y los montados, los de arriba y los de abajo estamos en un mismo barco, todos con el mismo deseo de contribuir a hacer posible los avances necesarios para la mejoría de nuestro país en un mundo rodeado por los estragos sanitarios y sociales de la Covid-19.

La población votó mayoritariamente por un cambio y al gobierno del PRM le ha tocado iniciar su misión en medio de una crisis que sacude global y localmente planes, certezas y parámetros.

Para ser efectivos el cambio político y los nuevos aires que soplan sobre la República Dominicana deberían estar acompañados de una real transformación de las mentalidades, que deje de lado el clientelismo, el cofrecito, el barrilito, el patriarcalismo y el conservadurismo.

La gente votó por un gobierno que haga las cosas de otra manera. Esto no puede ser un quítate tú para ponerme yo. No hay herencia ni reparto que valga en los puestos gubernamentales y entre los electos del pueblo. El cambio debe ir mucho más allá de una simple permuta de funcionarios. Lo que tiene que imperar es la ley y la adecuación de la hoja de vida con los puestos a proveer. Si hay algo que puede frustrar al pueblo dominicano es darse cuenta un buen día que el anhelado cambio se ha transformado en más de lo mismo.

Celebramos hace apenas tres días el Día Nacional de la Prevención del Embarazo en Adolescentes, un tema en la palestra y en la mano de nuestros honorables diputados que tendrán la responsabilidad de aprobar la ley sobre el matrimonio infantil.

Han sido muchos los años de rodeos, sin que hayamos logrado garantizar a nuestras adolescentes el ejercicio de derechos ya reconocidos por leyes vigentes y acuerdos internacionales de los cuales somos signatarios.

En la espera, somos el reflejo de una sociedad desigual que no se muestra capaz de defender a su niñez amparándose en una ceguera social que tolera la “entrega” de adolescentes y la explotación sexual comercial de las niñas a cambio de bondades para las familias.

Esta legislación tan importante para los derechos de la niñez va de la mano con los derechos sexuales y reproductivos. La inclusión de la despenalización del aborto por las tres causales es un mínimo por el que un estado laico debe propugnar, independientemente del credo que profesen o no profesen los integrantes del gobierno y los honorables legisladores.

Como decía en un artículo reciente, la mujer del siglo XXI no es un mero objeto reproductor, sin derecho a tomar decisiones sobre su cuerpo y sexualidad, sin capacidad de resolución de conflictos, sin posibilidad de vida ni pensamiento autónomos, subyugada a diversos poderes religiosos, parlamentarios, médicos y jurídicos fundados sobre una idea de dominio masculino

La pauperización de una parte de nuestra población y la desvinculación creciente de las escuelas con la implementación de la enseñanza virtual, traen como consecuencias una mayor desprotección frente a los flagelos que mencionamos. Dicho de otra manera, propician la trata de menores, los matrimonios de adolescentes y el trabajo infantil.

Este empobrecimiento estructural es insostenible, como lo señalara el Papa Francisco en su reciente intervención frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuando dijo que los síntomas de desigualdad “revelan una enfermedad social”; precisando que este “es un virus que viene de una economía enferma. Es el fruto de un crecimiento económico injusto, que prescinde de los valores humanos fundamentales”.

Es también el fondo del asunto al que el gobierno debe llegar, ahora con más razón y determinación que nunca frente a la urgencia de colmar las diversas brechas que se han profundizado en la sociedad. Brechas que dejan a nuestros niños, niñas y adolescentes todavía más desprotegidos que antes.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/no-pueden-fallar-8865760.html

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Nuevas marginalidades

El conflicto: razón de lo humano

Las relaciones entre los seres humanos no siempre son precisamente armónicas; la concordia y la solidaridad son una posibilidad, tanto como la lucha, el conflicto, la competencia. La dieciochesca pretensión iluminista de igualdad y fraternidad no es sino eso: aspiración. La realidad humana está marcada, ante todo, por el conflicto. Nos amamos y somos solidarios… a veces; pero también nos odiamos y chocamos. ¿Por qué la guerra, si no fuera así? ¿Por qué cada dos minutos muere en el mundo una persona por un disparo de arma de fuego? Poner el amor como insignia máxima de las relaciones humanas no deja de tener algo de quimérico (¿inocente quizá?): ¿acaso estamos obligados, o más aún, acaso es posible amarnos todos por igual, poner la otra mejilla luego de abofeteada la primera? Nadie está «obligado» a amar al prójimo; pero sí, en todo caso -eso es la obra civilizatoria- a respetarlo.

Diversos autores, en diferentes momentos históricos y con distintos contextos, han expresado esta verdad. «El individuo sólo puede convertirse en lo que es a través de otro individuo; su misma existencia consiste en su «ser-para-otro». No obstante, esta relación no es en absoluto una relación armónica de cooperación entre individuos igualmente libres que promueven el interés común en persecución de la propia conveniencia. Es más bien una «lucha a vida o muerte» entre individuos esencialmente desiguales, en la que uno es el «amo» y el otro es el «esclavo». El dar esta batalla es la única manera como el ser humano puede acceder a la autoconciencia, es decir, el conocimiento de sus potencialidades y a la libertad de su realización», dirá Herbert Marcuse («Razón y Revolución») sintetizando la dialéctica del amo y del esclavo (capítulo IV) de la «Fenomenología del Espíritu» de Hegel, que permitió a Marx entender el sentido de la historia humana y a Lacan su llamado de «retorno a Freud».

Analizando las sociedades dirá Freud en «El malestar en la cultura»: [es imposible] «excluir la lucha y la competencia de las actividades humanas. Estos factores seguramente son imprescindibles«. [Una situación libre de conflictos] «sólo es concebible teóricamente, pues la realidad es complicada por el hecho de que desde un principio la comunidad está formada por elementos de poderío dispar, por hombres y mujeres, hijos y padres (…), por vencedores y vencidos que se convierten en amos y esclavos«agregará en «El por qué de la guerra». Respondía así a una pregunta de Albert Einstein, tan genial como Freud, ambos igualmente de origen judío, quien se acongojaba por la persecución antisemita promovida por los nazis en la Alemania de pre-guerra, preguntando al fundador del psicoanálisis el porqué de ese odio visceral contra alguien. No olvidar, al respecto, que el Vaticano -centro de la Iglesia católica que preconiza el amor entre toda la humanidad- apoyó la atrocidad antijudía. Quedarse con la idea de «amor al prójimo», además de primaria, precaria o inocente, puede llegar a ser peligrosa: en nombre del amor se pueden cometer las peores barbaridades.

La realidad nos enseña, a sangre y fuego, que a veces, solo a veces, hay paz, o eso que llamamos «paz», y que la tensión está siempre presente. El paraíso bucólico de que nos hablan los pacifismos no hace parte de nuestro mundo. El conflicto, entendido al modo hegeliano recién citado, o como lo entiende el psicoanálisis en otra dimensión de análisis, es el motor de las relaciones humanas, por tanto, de la historia. «La violencia es la partera de la historia«, pudo decir Marx en esa línea. De ahí que la pomposa declaración del «fin de la historia» (Francis Fukuyama), algún tiempo atrás en boga cuando recién caía el Muro de Berlín, resulte arrogantemente osada, y por supuesto condenada a sucumbir como una moda más, como de hecho ya sucedió (el mismo Fukuyama se retractó luego).

Aunque injusta y condenable (¿modificable?) la estructura del mundo es ésta: «elementos de poderío dispar» en «lucha a muerte». Esa es la estructura, el fondo, el escenario sobre el que se teje la historia. Toda la cultura nos da cuenta de este fenómeno. En algún lugar de ese movimiento estamos ubicados, como amos o como esclavos (explotadores o explotados, varones o mujeres, discriminadores o discriminados, adultos o jóvenes, «desarrollados» o «subdesarrollados»). Pero puede suceder que alguien quede por fuera del mismo (del movimiento, ¡no del conflicto!). Ese quedar fuera es la marginalidad.

La experiencia humana se construye sobre esa conflictividad; los elementos enfrentados están integrados en una dialéctica única: son tan imprescindibles el amo cuanto el esclavo. Esa totalidad es la forma en que se despliega la vida, la de todos y cada uno; es, por tanto, la normalidad, el término medio estatuido y aceptado. Una comunidad, cualquiera que sea (una pequeña tribu de cazadores y recolectores que no llegó a la agricultura o la más compleja sociedad tecnotrónica, mal llamada «post industrial»), en todo tiempo y lugar, para ser tal necesita una organización que le permita existir y perpetuarse. Todos sus miembros participan de esa normatividad; si alguien queda por fuera es un desintegrado, un marginal. El conflicto, en cualquiera de sus manifestaciones, no es externo a la constitución humana sino, por el contrario, estructural. Si algún humano no tomara parte en él no participaría del todo social.

La marginalidad

Las sociedades se protegen a sí mismas; la cultura reproduce semejantes. Por tanto lo extraño, lo extemporáneo tiende a ser neutralizado. El mecanismo ad hoc es la segregación, la exclusión. Minuciosamente nos enseña Foucault («Historia de la locura en la época clásica») que en la modernidad occidental (capitalismo industrial) se perfeccionó el espacio de marginación de la «irracionalidad» desarrollándose para ello los dispositivos «científicos» pertinentes: el asilo y el médico alienista. La locura no es sólo la enfermedad mental; es todo aquello que «sobra» en la lógica dominante. Así, describiendo a la Salpêtrière -el mayor asilo de Europa en el siglo XVIII-, Thénon dice: «acoge a mujeres y muchachas embarazadas, amas de leche con sus niños; niños varones desde la edad de 7 u 8 meses hasta 4 o 5 años; niñas de todas las edades; ancianos y ancianas, locos furiosos, imbéciles, epilépticos, paralíticos, ciegos, lisiados, tiñosos, incurables de toda clase, etcétera.«.

Queda claro que «marginal» pueden ser innumerables cosas. Así, por ejemplo, Marx hablaba en 1852, en su obra «El 18 de brumario de Luis Napoleón Bonaparte», de un subproletariado, que él llamó Lumpenproletariät (en alemán: Lumpen significa «trapo», «andrajo»), o sea «marginales» que no constituían precisamente la flor y nata de la lucha revolucionaria, el germen de la transformación social en ciernes, el proletariado esclarecido que el decimonónico pensador fundador del socialismo científico veía como la fuerza que transformaría la sociedad. Para describir ese grupo marginal, fue categórico: «Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués [disolutos, depravadosarruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos, en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de diciembre, “Sociedad de beneficencia” en cuanto que todos sus componentes sentían, al igual que Bonaparte, la necesidad de beneficiarse a costa de la nación trabajadora.

Ahora bien: ¿quién sobra? ¿Quién, cómo y en virtud de qué decide que alguien sobre? O, por último: ¿puede «sobrar» un ser humano? ¿Qué significa eso?

La sociedad «produce» sus marginales. En nuestra cosmovisión occidental de raigambre eurocéntrica (hoy día ya global, impuesta sobre todas las otras culturas aún existentes en el planeta) la razón es la pauta que guía la marginación; las divergencias respecto a ella son sancionadas como insensatas, inservibles. La consigna es: «el sueño de la razón produce monstruos«, evocando aquella célebre pintura de Francisco Goya y Lucientes. Por cierto, puede entrar en esa divergencia todo lo que se desee (el «etcétera» de la enumeración de Thénon o, a decir de Marx, «toda esa masa informe, difusa y errante«).

Toda sociedad mantiene un cúmulo de pautas y valores que constituye su normalidad; la sociedad industrial, más que ninguna otra (seguramente debido a lo intrincado de su funcionamiento) preserva su normalidad apartando severamente los «cuerpos extraños». En sociedades menos complejas es menor el espacio para la marginalidad; en un mundo super especializado, con una marcada división del trabajo (quedó radicalmente atrás la sociedad de cazadores y recolectores; hoy día es ya casi una exigencia tener postgrados universitarios para ciertos puestos), mundo hondamente competitivo, es más posible que alguien quede en el camino de la integración. En un mundo tan polifacético y complejo, con megaciudades de 20 o 30 millones de habitantes, hay más campo para los sub-mundos; así es que encontramos sub-mundos del hampa, de la mendicidad, de las drogas, de la vida en las calles, toda la cultura underground (¿habrá que agregar de los «incurables de toda clase»?)

¿Quién constituye hoy ese lumpenproletariado? ¿Quién es hoy día el marginal? Reflexionando sobre esto, Fidel Castro se preguntaba: «¿Puede sostenerse, hoy por hoy, la existencia de una clase obrera en ascenso, sobre la que caería la hermosa tarea de hacer parir una nueva sociedad? ¿No alcanzan los datos económicos para comprender que esta clase obrera -en el sentido marxista del término- tiende a desaparecer, para ceder su sitio a otro sector social? ¿No será ese innumerable conjunto de marginados y desempleados cada vez más lejos del circuito económico, hundiéndose cada día más en la miseria, el llamado a convertirse en la nueva clase revolucionaria?«. Es imperioso responderse estas preguntas.

La solidaridad, la tolerancia, el altruismo en su sentido más amplio, si bien se dan a veces, no son, precisamente, lo que más abunda en la experiencia humana. La tendencia a segregar nos sale con demasiada facilidad. «La comunidad humana se mantiene unida merced a dos factores: el imperio de la violencia y los lazos afectivos» dice Freud en una sopesada reflexión de su madurez («El por qué de la guerra», 1932). Amor y odio van de la mano, indisolublemente. Lo extraño, ante todo, produce rechazo. De ahí a su estigmatización sólo hay un paso. Hoy día no se queman en la hoguera del Santo Oficio de la Inquisición a los poseídos («incurables de toda clase» y «etcéteras») sino que se los margina con mayor refinamiento: se los confina (asilos de toda laya: manicomios, cárceles, reformatorios, geriátricos, casas de caridad). Sin ironía: eso es un mejoramiento en la condición humana (encerrado con un chaleco de fuerza ¿es mejor que quemado en la pira?). Pero el discordante sigue siendo el leproso de antaño: encapuchado y con campana para anunciar su paso. Son numerosos los países cuyas constituciones aseguran la no discriminación de las minorías en desventaja. Pero aunque eso esté escrito, la experiencia cotidiana muestra que la exclusión, la marginación, el aislamiento social siguen presentes (piénsese en el racismo del capitalismo de los países llamados centrales, por ejemplo: Estados Unidos y Europa Occidental) La beneficencia, por cierto, es una forma más de segregación.

Podríamos concluir que la marginación es un proceso «natural» de la sociedad complejizada que apoya en características propias de lo humano. Asusta, y por tanto se margina, tanto un vagabundo como un delirante o un débil mental, un homosexual cuanto un seropositivo, una prostituta o un delincuente.

Hacia una nueva marginalidad

No son marginales un soldado que regresa de la guerra o un desocupado; ellos tienen la posibilidad de volver a integrarse al tejido social del que, por razones diversas, se han distanciado. Y en sentido estricto tampoco lo es el anacoreta que eligió la vida solitaria y alejada. La marginalidad conlleva la marca de lo reprochable moralmente, de lo anatematizado, lo que «no debe hacerse», lo «molesto» para la sociedad «sana y ordenada». De ahí que se la aísle, incluso físicamente, confinándola en lugares específicos. El aislamiento en cualquiera de los dispositivos que la sociedad moderna ha ido creando para toda esa masa marginal -cárcel, manicomio, reformatorio, geriátrico, hogar de huérfanos- es sabido que no está concebido para rehabilitar; de hecho, aunque eso ocasionalmente pueda suceder, no es el cometido final de todos los mecanismos de segregación. Su único objetivo es «sacar de en medio», poner al margen, quitar esa «cosa» molesta, fea, desagradable, inmanejable en la cotidianeidad adaptada y bien portada.

Por tanto, marginales son los que circunstancialmente asustan (delincuentes, drogadictos, pandilleros) o, compasivamente vistos, mueven a la ternura (el mendigo desarrapado, el niño de la calle, el «loquito» que anda hablando solo). Pero desde hace algunos años el mundo va tomando tales características que hacen que el fenómeno de la marginalidad deje de ser algo circunstancial para devenir ya estructural. Hoy día asistimos a la marginación ya no sólo del harapiento o del mendigo en la puerta de la iglesia, del «borrachito» perdido que pide limosna para su traguito del día, sino de poblaciones completas. Se habla de áreas marginales, barrios completos, con miles y miles de personas que pasan toda su vida en esa condición de «marginalidad». Si bien nadie lo dice en voz alta, la lógica que cimenta esta nueva exclusión parte del supuesto de «gente que sobra». El temor malthusiano del siglo XIX parece tomar cuerpo en políticas concretas que prescriben no más gente en el planeta (y si se puede menos, mejor). La tendencia en marcha pareciera ser un mundo dual: uno oficial, el integrado, y otro que sobra.

El proceso por el que se llega a esta situación seguramente está ligado al especial desarrollo de la actual productividad: una técnica deslumbrante que termina prescindiendo del sujeto que la concibe. El ser humano comienza a sobrar. Existe un sexo cibernético en el que el otro de carne y hueso no es necesario; la imagen virtual reemplazó a la pareja. ¿La robótica y la hiper automatización prescindirán de la gente? Queda más que claro que lo anunciado por Marx hace un siglo y medio es irrebatible: el desarrollo del sistema capitalista no ofrece salida a la humanidad, por cuanto se produce cada vez más y las condiciones materiales de vida están en condiciones de ser suplidas para la totalidad de la población mundial, pero el modo de producción necesita destruir riqueza para mantener las ganancias (y llegan las guerras) haciendo «sobrar» a la gente antes que repartiendo equitativamente el producto del trabajo social. Visto en términos éticos puede resultar disparatado, pero esa es la cruda realidad: ¡hay poblaciones marginales! ¿Marginales a qué? A un sistema que no puede integrarlas.

En toda sociedad medianamente desarrollada que ya superó su estadio primigenio de cazadores y recolectores, es decir: grupos humanos sedentarios que producen más de lo estrictamente necesario para la sobrevivencia diaria, encontramos formas cada vez más complejas de organización. Integrarse a esas formas dominantes es lo normal y esperable; la inmensa mayoría lo hace (quedando un resto que, o se integra deficientemente, o no se integra nunca -los locos, los raros, los delincuentes-). En otras palabras: siempre hay un espacio, pequeño por cierto, para la no-integración. Freud decía que la neurosis (nuestro modo «normal» de ser), es decir: la entrada en la cultura, en el orden de la Ley, es el costo de la civilización. Podría agregarse que también la psicosis (la locura) y la trasgresión (todas las formas de actos delictivos). Pero aquí se habla de «marginales» en términos individuales; lo patético es que ahora nos enfrentamos a una marginalidad global. ¿Puede haber acaso poblaciones «marginales», «sobrantes»? ¿Acaso países marginales?

El peso relativo de los países pobres (el Sur) es cada vez menor en el concierto internacional. Las materias primas pierden valor aceleradamente ante los productos con alta tecnología incorporada que elaboran los del Norte -obligando a consumir a los del Sur-. Los pobres son cada vez más pobres; y cada vez quedan más confinados a las áreas marginales. ¿Sobran? La pobreza va quedando más delimitada y ubicada en ghettos (quizá nueva forma de asilo). Pero trágicamente esos bolsones no son minorías discordantes, sino que van pasando a ser lo dominante. En las grandes urbes del Tercer Mundo (y también, aunque en menor medida, en el Norte) las zonas marginales crecen imparablemente. En algunos casos albergan ya importantes cantidades de la población de algunas ciudades (una cuarta parte en muchas ciudades latinoamericanas). Evidentemente el fenómeno no es marginal. Valga el dato: 1 de cada 2 nacimientos en el mundo tiene lugar en los llamados asentamientos urbano-marginales; y hay 3 nacimientos por segundo.

El Banco Mundial definió la pobreza como «la inhabilidad para obtener un nivel mínimo de vida«. Probablemente pueda ser inhábil (o menos hábil) una persona especial (un ciego, alguien que perdió un miembro, alguien con Síndrome de Down). Pero no lo son poblaciones completas. La imposibilidad de conseguir un nivel mínimo de subsistencia radica, en todo caso, en condiciones que trascienden lo personal. La pobreza creciente que agobia a sectores cada vez mayores en el mundo no es sólo falta de habilidad para procurarse el sustento; habla, más bien, de un nuevo estilo de marginalidad.

La forma que ha ido tomando el desarrollo del mundo en la actual era post industrial de capitalismo neoliberal (que la actual pandemia de coronavirus no habrá de cambiar) es curiosa, y al mismo tiempo alarmante. Asistimos a una revolución científico-técnica monumental, que se despliega a una velocidad vertiginosa, pero donde lo que debería ser el centro de todo: el ser humano concreto de carne y hueso, queda de lado. Era de las telecomunicaciones, del mundo digital, de la ingeniería genética que en cualquier momento podrá generar vida artificialmente, pero problemas milenarios de la humanidad no se pueden resolver con el capitalismo. Se gastan fortunas inimaginables en armamentos (que algunas empresas reciben como lucrativos beneficios) mientras muchos no alcanzan la dieta mínima para sobrevivir. Se busca agua en el planeta Marte mientras en la Tierra mueren 11,000 personas diarias de diarrea por falta del vital líquido. Algo falla en la idea de progreso. Algo anda mal si se puede llegar a aceptar naturalmente la existencia de áreas marginales (barrios, poblaciones, quizá países, ¿continentes?)

Para la geopolítica de las potencias capitalistas (Estados Unidos, Europa Occidental), lo que años atrás era un simple dato sociodemográfico -o, visto de otro modo: un elemento que contribuía a su acumulación de capital-, es decir: personas migrantes desde la pobreza del Sur (Latinoamérica, África, Medio Oriente) que llegaban a trabajar en condiciones de absoluta precariedad con sueldos miserables, hoy día es una preocupación política geoestratégica: las migraciones irregulares masivas son un distorsionador de la gobernabilidad capitalista. Por tanto: ¿sobra esa gente? ¿Sobran los países desde donde provienen? Nadie lo dirá abiertamente, por supuesto -no es «políticamente correcto»-, pero eso es lo que mueve muchas acciones de impacto global. Se dijo, por ejemplo -aunque sea pura especulación conspiracionista- que el VIH-SIDA fue un arma bacteriológica diseñada para exterminar poblaciones en el África. Aunque eso pueda ser totalmente descabellado, el solo hecho que alguien pueda pensarlo muestra que esas ideas tienen sustratos, fundamentos. Lo dicho por Thomas Malthus hace dos siglos sigue presente en la ideología de muchos detentadores de poder, en tomadores de decisiones; en otros términos: «hay demasiada gente en el mundo y la comida no va a alcanzar para todos, por tanto…. ¿eliminar a los sobrantes?».

Cada vez más población queda marginada de la riqueza que la humanidad genera. La marginación del nuevo estilo produce islas de esplendor resguardadas celosamente de mayorías «excedentes». Y mientras cada vez más gente quede al margen del festín, más serán las posibilidades de inestabilidad y eventuales estallidos. No es la intención del presente texto presentar las soluciones a tan difícil problema, pero sí aportar algo en el debate al respecto. A modo de conclusión -e invitando a continuar el análisis- digamos que, aunque la felicidad y la concordia humanas son más un mito que una experiencia concreta, serán de todos modos absolutamente inalcanzables mientras haya alguien que piense -o actúe considerando- que sobra gente en el mundo. Recordemos las estrofas de la Marcha Internacional Comunista: la Tierra debe ser «patria de la humanidad».

Fuente: https://rebelion.org/nuevas-marginalidades/
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Nigeria es testigo del aumento de la matrícula y la retención de niñas en la escuela

El presidente Muhammadu Buhari, dijo el jueves que Nigeria está presenciando un aumento en la matrícula y retención de niñas en las escuelas.

El presidente Buhari afirmó esto en una reunión de alto nivel de las Naciones Unidas para conmemorar el 25º aniversario de la 4ª Conferencia Mundial sobre la Mujer.

En un mensaje de video a la reunión virtual, convocada por el presidente de la 75a sesión de la Asamblea General de la ONU, Volkan Bozkir, en Nueva York, el presidente Buhari atribuyó el éxito a la implementación del Programa de Educación Básica Universal, el Proyecto de Educación de Niñas y las Iniciativas de Escuela Segura. .

Una declaración emitida por la Asesora Especial del Presidente en Medios y Publicidad, Jefa Femi Adesina, citó a Buhari diciendo: «Nuestro Gobierno está implementando enérgicamente el Programa de Educación Básica Universal, que mejora la educación de las niñas en las bases.

Además, el Proyecto de Educación de las Niñas ha contribuido al marcado aumento de la matrícula y la retención de niñas en las escuelas, así como a una capacidad productiva plena garantizada para las generaciones futuras de mujeres.

«Para garantizar la seguridad de los niños en edad escolar, especialmente de las niñas en el noreste de Nigeria, hemos ratificado la ‘Declaración de Escuela Segura’ y comenzado la implementación de nuestras Iniciativas de Escuela Segura en todo el país», dijo el líder nigeriano en la reunión en la que Participó Jefe de Estado y de Gobierno.

El Presidente señaló con satisfacción que a través de los programas de Escuela Segura, su administración había garantizado una mayor seguridad mediante la provisión de los materiales de aprendizaje necesarios para las instituciones educativas.

Sobre la lucha contra la violencia de género, el presidente nigeriano dijo que se estaba creando conciencia sobre un registro de delincuentes sexuales para desalentar y gestionar mejor los casos de violencia contra las mujeres.

«También estamos ampliando los refugios temporales existentes y construyendo otros nuevos en lugares donde no existen, para atender a las víctimas de abuso y proporcionarles la rehabilitación necesaria.

«En nuestra búsqueda para abordar la amenaza del tráfico de nuestras mujeres y niñas, Nigeria está trabajando en estrecha colaboración con socios relevantes para rescatar, rehabilitar y reubicar a las víctimas rescatadas del tráfico», dijo.

Para mitigar los efectos socioeconómicos de la pandemia de coronavirus, el presidente Buhari reveló que Nigeria priorizaba a los grupos vulnerables, incluidas las mujeres, en la prestación de asistencia médica y social.

«En el último año, más de un millón de nigerianos se han inscrito en el Registro Social Nacional de hogares pobres y vulnerables para que puedan acceder a la asistencia social necesaria.

«Bajo el Programa Nacional de Inversión Social, hemos comenzado transferencias de efectivo y distribución de alimentos a personas y familias en todos los estados de Nigeria como paliativos para amortiguar el efecto de la pandemia del coronavirus.

«Nuestra administración cree que la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales son fundamentales para el logro de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

Es por ello que insto a la comunidad internacional a que apoye el mandato y las operaciones del Consejo de Derechos Humanos en su búsqueda por fortalecer las instituciones en relación con la igualdad de género y el empoderamiento, así como la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia contra mujeres y niñas «, dijo.

Instó a los Estados miembros a desarrollar estrategias adicionales para mejorar la calidad de vida de las mujeres y las niñas, y prometió que Nigeria redoblará los esfuerzos para mejorar el acceso a los recursos productivos para las mujeres y las niñas y continuará garantizando la protección de los derechos fundamentales.

«Nuestra administración es consciente de la necesidad de empoderar a las mujeres y las niñas para la realización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; la Agenda 2063 de la Unión Africana; así como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing», dijo.

La Presidenta también aprovechó la ocasión para felicitar a los Estados Miembros por los grandes avances logrados en la implementación de los resultados de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer durante las dos últimas décadas.

Señaló que las doce áreas de preocupación crítica identificadas en la Plataforma de Acción de Beijing, hace 25 años, han sido fundamentales en el progreso registrado hasta ahora en el avance de las cuestiones de las mujeres y las niñas a nivel mundial.

Sin embargo, enfatizó que el desarrollo sostenible seguiría siendo imposible si a las mujeres y las niñas se les niegan los derechos humanos.

Nigeria reconoce que el logro del pleno potencial humano y el desarrollo sostenible es imposible si a las mujeres y las niñas se les niegan sus derechos humanos y sus oportunidades.

«Desde la adopción de la Declaración de Beijing, Nigeria ha realizado esfuerzos concertados para asegurar la participación de las mujeres en todos los aspectos de la construcción de la nación, mediante una educación de calidad, el acceso a recursos económicos y la promoción de roles de liderazgo en todos los niveles.

Nuestra administración sigue comprometida con la erradicación de la pobreza y la mejora del crecimiento y el desarrollo de las mujeres y las niñas. Para abordar todas las formas de pobreza basada en el género, hemos iniciado programas como Tradermoni, Marketmoni y Farmersmoni en el marco del Programa de Empoderamiento y Empresas del Gobierno.

«Estos programas están especialmente dirigidos a proporcionar créditos sin intereses y sin garantías a los pequeños comerciantes, artesanos y agricultores, muchos de los cuales son mujeres y niñas», dijo.

Fuente: https://allafrica.com/stories/202010020288.html

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En SLP, niña gana primer amparo contra la nueva normalidad educativa

La resolución obliga a la Secretaría de Educación del Gobierno del estado, a inscribirla sin condicionar el pago de la inscripción y además a proporcionarle una televisión para estudiar en casa.

En un hecho inédito en México, una niña de siete años originaria de San Luis Potosí, obtuvo a través de la representación de su madre en tribunales, una resolución que obliga a la Secretaría de Educación del Gobierno del estado, a inscribirla sin condicionar el pago de la inscripción y además a proporcionarle una televisión para estudiar en casa.

Yesenia vive en la cabecera municipal en Soledad de Graciano Sánchez en condiciones de pobreza, no cuenta ni con lo mínimo para poder estudiar, como útiles escolares o una mesa para hacer sus tareas.

Ella sueña con tener un mejor futuro; quiere estudiar una carrera universitaria, “quiero ser doctora para ayudar a los humanos”, contó a MILENIO en su humilde vivienda.

La fundación en San Luis Potosí conoció su caso y presentó el primer juicio de amparo en México contra la nueva normalidad educativa provocada por la pandemia. José Mario de la Garza abogado presidente de la asociación civil, en entrevista comentó que Renace vio un área de oportunidad en la nueva modalidad escolar para garantizar el acceso a la educación, debido a que la “escuela en casa”, generaría una situación de desigualdad principalmente en niños de escasos recursos y comenzaron con la búsqueda de casos.

“Inclusive encontramos casos en donde no tienen acceso a energía eléctrica y a partir de ahí surgió la idea de presentar esta demanda de amparo argumentando una violación al derecho fundamental a la educación”, comentó el abogado José Mario de la Garza.

De acuerdo con la demanda de amparo, el argumento de las autoridades educativas en fue que la niña no podía ser inscrita en la primaria debido a la pandemia por covid-19, pero su madre denunció que no le permitieron inscribir a su hija, porque no tenía dinero para pagar la cuota.

“A mi hija le negaron la inscripción por la cuota del ciclo escolar, ella se sentía triste porque decía que ella ya no iba a estudiar “, comentó Antonia Zavaleta, madre de Yesenia.

Laura Coria Martínez, jueza del Octavo Distrito en San Luis Potosí, emitió una resolución inmediata denominada suspensión provisional, con la cual obliga a las autoridades educativas a inscribir a Yesenia en la escuela más cercana a su domicilio, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, y además entregarle un aparato de televisión para tomar las clases por la señal abierta en televisión nacional.

En un escrito especial para niños, solicitado a la jueza por la fundación Renace, Yesenia fue notificada de esta resolución histórica. “Quiero repetirte que tenemos el deber de cuidarte y que estés bien, eso quiere decir que tenemos que hacer lo necesario para que puedas entrar a tu grado de primaria y que también tengas la oportunidad de ver tus clases y seguir estudiando”, escribió la jueza Coria Martínez.

La jueza, además de la suspensión provisional, ordenó que se realice un estudio socioeconómico a la niña para documentar las condiciones de carencias en las que vive.

Posteriormente emitirá una sentencia sobre el juicio de amparo solicitado por la menor, y ésta garantizará el derecho fundamental a la educación que fue violado al negarle inscribirse al segundo grado de primaria, por no contar con los recursos económicos para pagar la cuota escolar.

Fuente: https://www.milenio.com/estados/slp-nina-gana-amparo-normalidad-educativa

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Argentina: El índice de pobreza subió al 40,9% y afecta a 18,5 millones de personas

Hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) anunció las cifras de la pobreza durante la primera mitad que alcanzó al 40,9% de la población urbana. Si se proyecta ese número al total de los ciudadanos del país, se concluye que son 18,5 millones de personas las que debieron soportar vivir entre enero y junio con ingresos por debajo de la línea de pobreza. Por ANRed

El Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) anunció las cifras de la pobreza durante la primera mitad que alcanzó al 40,9% de la población urbana.

En base a la Encuesta permanente de hogares, los especialistas afirmaron que en este contexto de pandemia y aislamiento social obligatorios el problema estructural se agravó. Así, en el segundo trimestre de este año la tasa de pobreza alcanzó un pico del 47,2%, afectando a a 21,4 millones de personas.

Comparado con la primera mitad del 2019, la pobreza fue del 35,4%. Esto significa un incremento de 5,5 puntos. Son 2,5 millones de pobres más.

En tanto la indigencia subió del 7,7% al 10,5%. Son 1,3 millón de indigentes más. De 3,5 millones a casi 4,8 millones.

Fuente: INDEC

Por otro lado en cuanto a la distribución geográfica de las zonas mas empobrecidas, el informe arroja que las regiones con mayor incidencia de la pobreza en el 1° semestre de 2020 fueron el Noreste (42,8%) y el Gran Buenos Aires (41,6%).

Fuente e imagen:  https://www.anred.org/2020/09/30/el-indice-de-pobreza-subio-al-409-y-afecta-a-185-millones-de-personas/

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Los maestros que se resisten a abandonar a sus alumnos en empobrecida región de México

“Me llamo Viridiana Roja’ Vásque’…”. Derechita y seria, así se presenta esta niña de cinco años que hace tareas escolares en una menesterosa vivienda en plena montaña de Guerrero a 3 000 metros de altitud, en el sur de México.

Hasta este lugar remoto llega no sin dificultad ‘Aprende en Casa’, un plan educativo emergente del gobierno, en una de las regiones más pobres del país.

Aunque la apuesta era ofrecer clases televisadas ante el distanciamiento impuesto por la pandemia, el programa aquí es inviable: no hay señal, mucho menos Internet y, a veces, ni siquiera electricidad.

Afuera, el viento y los gruñidos de unos cerditos recién nacidos en casa de Natalia, su madre de 25 años, dulcifican la precariedad del lugar, que contrasta con el cielo nítido y el verde intenso de las montañas. Natalia le dijo al oído cómo saludar en tu’un savi, su idioma natal y variante de la lengua indígena mixteca.

Viridiana, cuyo holgado vestido tradicional disimula su delgadez, se mueve inquieta en una silla que parece miniatura para colorear en las hojas que días atrás recibió de su profesor de la primaria indígena de San Miguel Amoltepec Viejo.

Desde la puerta el maestro Jaime Arriaga, de 33 años, observa atentamente las indicaciones que Natalia brinda a su hija. Luego se acerca, revisa los papeles, relee las instrucciones y nota que una de las hojas quedó mal compaginada.

“Vas a recortar esta y vas a formar una figura que tenga forma de barco. ¿Ya lo hiciste?”, le dice a la niña, que agranda los ojos ante el tono afectuoso pero inquisitivo del profesor.

La crisis del covid-19 y su impacto en la educación son solo un capítulo más del largo historial de marginación de esta región curtida por la pobreza.

“No tenemos otra forma”  Ampliar En plena montaña de Guerrero, en el sur de México, el programa ‘Aprende en casa’ es inviable pues a la región no llega señal, ni Internet y en algunas ocasiones no tienen energía eléctrica.

En plena montaña de Guerrero, en el sur de México, el programa 'Aprende en casa' es inviable pues a la región no llega señal, ni Internet y en algunas ocasiones no tienen energía eléctrica. Foto: AFP.

Arriaga llega cada 15 días para traer material educativo, reunirse con los padres de familia y supervisar avances.

Cuando podía dictar clases presenciales se quedaba toda la semana y evitaba las dos horas y media de serpenteante camino, sin asfaltar en el último tramo, entre Tlapa -ciudad principal de la región- y San Miguel Amoltepec. Hoy su salón, al que solían asistir 22 niños, sirve de almacén o improvisado comedor.

“No tenemos otra forma. Estamos probando, tratando de adecuar estos trabajos a las condiciones que tenemos”, explica Arriaga entre pupitres vacíos.

Celso Santiago, agricultor de 29 años y padre de tres niños, hará el esfuerzo pero lo ve difícil. “Tenemos trabajos y no puedo estarme ocupando en los niños”.

“Si antes no podían aprender mucho de lo que el maestro enseñaba, ahora vamos a estar peor con esto de la pandemia”, añade.

Arriaga recibía alumnos de cuarto a sexto año a la vez, esquema “multigrado” que responde a la escasa asistencia en comunidades pobres y casi despobladas como esta.

“Siempre los problemas sociales y otros influyen” entre la población indígena de México, 69,5% de la cual es pobre, añade.

En Cochoapa el Grande, donde queda San Miguel Amoltepec, 82% de los pobladores son indígenas y en promedio solo completan una cuarta parte de la educación básica.

“Área virgen”  

Los docentes llegan a la región cada 15 días llevando material educativo para los estudiantes. Foto: AFP.

En San Miguel viven unas 200 personas y numerosas viviendas están vacías porque muchos se marchan a buscar trabajo.

Viajan como jornaleros a plantaciones agroindustriales del norte o cruzan la frontera hasta Nueva York, destino habitual de la diáspora de Guerrero.

Los maestros explican que la primaria es el último retén para muchos niños que desertan sin terminarla, huyendo con sus familias de la pobreza.

Paradójicamente, el despoblamiento y la incomunicación parecen haber librado, por ahora, de la epidemia a esta zona, muy vulnerable por la carencia de centros médicos y servicios básicos. Cochoapa el Grande registra solo dos casos de covid-19 y ninguna defunción, según cifras oficiales. Tlapa, en cambio, suma 293 confirmados y 44 muertes.

En todo México, 8 563 indígenas se infectaron y 1 249 han fallecido, informó el gobierno la semana pasada.

“A lo mejor esta área se mantiene virgen, no hay contagios”, dice Martiniano Pastrana, supervisor del plan educativo para estos pueblos.

Pero Pastrana se empeña en advertirles que el covid-19 es real. Su suegro y un cuñado enfermaron.

Los de la montaña “resistimos más” , afirma Celso Santiago, argumentando que poseen “defensas altas” porque consumen lo que cultivan y no “enlatados y químicos” como en las ciudades. “Aquí no hay coronavirus”, concluye rotundamente.

Fuente: https://www.elcomercio.com/actualidad/maestros-abandono-alumnos-pobreza-mexico.html

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