Page 57 of 138
1 55 56 57 58 59 138

Los avances en la erradicación del trabajo infantil, en peligro por la pandemia

Redacción: Notimérica

UNICEF y OIT alertan de que incluso cuando las escuelas reabran muchos niños no volverán a clase y podrían empezar a trabajar.

En los últimos 20 años, la cifra de niños víctimas de trabajo infantil se ha reducido en 94 millones, un importante logro que podría revertirse como consecuencia de la crisis provocada a nivel mundial por la pandemia de COVID-19 y que podría empujar a millones de niños a tener que trabajar, según alertan el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ambas agencias han presentado un informe conjunto «COVID-19 y trabajo infantil: Un tiempo de crisis, un tiempo de actuar» con motivo de que el 12 de junio se celebra el día mundial contra esta práctica.

En él, alertan de que no solo la crisis por la pandemia podría obligar a empezar a trabajar a millones de niños sino que los que ya trabajan podrían tener que hacerlo durante más horas, o en peores condiciones. Muchos de ellos podrían verse obligados a realizar las peores formas de trabajo, lo que causaría un daño significativo a su salud y a su seguridad.

«Habida cuenta de las graves consecuencias de la pandemia en los ingresos de las familias, muchas de estas, al no tener apoyo alguno, podrían recurrir al trabajo infantil», previene el director general de la OIT, Guy Ryder. «La protección social es fundamental en épocas de crisis, puesto que permite brindar asistencia a los más vulnerables», sostiene.

En opinión del máximo responsable de la OIT, «tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y Derechos Humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental».

Según el informe conjunto, la COVID-19 podría causar un aumento de la pobreza y, por tanto, un incremento del trabajo infantil, ya que los hogares utilizan todos los medios disponibles para sobrevivir. Algunos estudios aseguran que un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza conlleva un aumento del 0,7 por ciento, o más, del trabajo infantil.

En este sentido, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, recuerda que «en tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias». «A medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y la disponibilidad de los servicios sociales disminuye, más niños se ven empujados a trabajar», añade.

Por ello, sostiene que «cuando imaginamos el mundo después de la COVID-19, debemos asegurarnos de que los niños y sus familias disponen de las herramientas necesarias para afrontar tormentas similares en el futuro». «Una educación de calidad, servicios de protección social y mejores oportunidades económicas pueden cambiar las cosas», defiende la jefa de UNICEF.

De acuerdo con ambas agencias, los grupos de población vulnerables, en particular los que trabajan en el sector informal y los trabajadores migrantes, serán los que más padezcan los efectos de la recesión económica, el aumento de la informalidad y el desempleo, así como el empeoramiento general de la calidad de vida, las crisis sanitarias y las deficiencias de los sistemas de protección social, entre otras consecuencias adversas de la crisis.

Asimismo, subrayan que hay cada vez más pruebas de que el trabajo infantil está aumentando a medida que las escuelas cierran durante la pandemia. El cierre temporal de escuelas afecta actualmente a más de 1.000 millones de alumnos en más de 130 países. Incluso cuando se reanuden las clases, previenen, es posible que algunos padres ya no puedan permitirse enviar a sus hijos a la escuela

El resultado de ello podría ser más niños forzados a realizar trabajos peligrosos y en condiciones de explotación. Además, advierten, la desigualdad de género puede agudizarse, puesto que las niñas son particularmente vulnerables a la explotación en el sector agrícola y en el trabajo informal o doméstico.

El informe propone un conjunto de medidas encaminadas a paliar el riesgo de que aumente el trabajo infantil, entre ellas, ampliar la protección social, facilitar la concesión de créditos a hogares en situación de pobreza, promover el trabajo decente para los adultos, facilitar el regreso de los niños a la escuela sin costos de escolaridad, y disponer de más recursos para realizar inspecciones laborales y hacer cumplir la ley.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-coronavirus-avances-erradicacion-trabajo-infantil-peligro-pandemia-20200612020528.html

 

Comparte este contenido:

África: Voces alternativas al feminismo hegemónico

Redacción: Porfinenafrica

Cuatro escritoras y activistas analizan el feminismo occidental y reclaman espacios para las mujeres menos privilegiadas.

Comparto, con el objetivo de repensar y reflexionar, este vídeo sobre “Feminismo mainstream” en el que cuatro grandes autoras y activistas -Chimamanda Adichie, Angela Davis, Judith Butler y Arundhati Roy- hablan y se posicionan respecto a lo que ha sido el feminismo hegemónico y cómo a través de él se ha representado la lucha de las mujeres por la igualdad sin tener en cuenta las realidades ni las necesidades de las menos privilegiadas: mujeres negras, migrantes, pobres, racializadas…

Un vídeo que nos puede servir para mirar con otros ojos la realidad, abrir nuestra mente y comenzar a deconstruirnos para formar algo más grande aún, que incluya a todas, especialmente a las menos privilegiadas.

Este vídeo recoge parte de las intervenciones de las escritoras con motivo de su presencia en las Conferencias del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona el pasado 2018. Un ciclo en el que se abordó el feminismo dando voz a voces alternativas y dispuestas a la crítica constructiva.

Fuente: https://porfinenafrica.com/2020/06/voces-alternativas-al-feminismo-hegemonico/

Comparte este contenido:

Opinión: Las viudas de El Charco

Por:  Tlachinollan- Abel Barrera Hernández-

 

“Salgan perros, les vamos a dar su chilate con pan”, fue el grito de guerra del general Alfredo Oropeza Garnica para arremeter contra los indígenas Na’Savi, que descansaban en uno de los salones de clases de la escuela primera Caritino Maldonado. Rosearon de balas los salones para acabar antes del amanecer contra algunos miembros del Ejército Revolucionario del pueblo Insurgente (ERPI).  El saldo fue de 10 indígenas y un estudiante universitario asesinados, cuatro adultos y un niño fueron gravemente heridos, mientras 22 personas fueron detenidas arbitrariamente y torturadas, entre ellas cuatro niños y una estudiante universitaria.

Para doña Eustolia, esposa de José Rivera, uno de los caídos en esa madrugada “no había necesidad de matarlos. El gobierno los masacró cruelmente a sangre fría. Estas fechas me causan tristeza porque aquí quedó su alma. Aquí murió. Nos marcó la vida. El gobierno nos golpeó. No se puede reparar ni olvidar lo que pasó. Fue muy doloroso, son huellas que nos marcaron para siempre. El sufrimiento, la soledad y el hambre que pasamos con nuestros hijos, además de los rumores de que los militares nos iban a matar, ha sido la pesadilla que por 22 años nos ha impedido vivir tranquilas y conciliar el sueño”.

“Mi esposo me decía que al gobierno no le gustaba que nos organizáramos. El gobierno quiere que nosotros nos quedemos con los brazos cruzados. Recién había pasado lo de Aguas Blancas, aquí puede pasar algo parecido, decía, si llegara a pasar es porque estamos exigiendo algo justo”.

Eustolia recuerda que “la organización era para impulsar la autonomía de las propias comunidades, que traerían los cambios sociales en beneficio de la gente más pobre. Por eso, se trabajó con los comisarios de cada comunidad. Fue como un sueño que se pensaba lograr muchas cosas. La organización era la magia para recuperar la fuerza de las comunidades, porque solos, cuando bajamos a Ayutla nadie nos ve ni nos atiende”.

Hoy se sabe que los militares dispararon 284 municiones y lanzaron dos granadas al interior de los salones donde pernoctaban los indígenas. Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos documentó que el ejército disparó 780 cartuchos.

En la madrugada del 7 de junio, Apolonio Giménez fue uno de los primeros que se animaron a salir con las manos en alto gritando que no le dispararán. Les respondieron que se tirara en la cancha. Así lo hizo. Empezó a avanzar como pudo, mientras otros compañeros al animarse a salir recibieron varios impactos de bala. Ya no pudieron avanzar. Ante la metralla que no cesaba, algunos intentaron correr, pero fueron alcanzados por las balas. José Rivera fue herido en la pierna, como pudo se arrastró hacia la cancha para ponerse a salvo. Las balas arremetían contra quienes se atrevían a salir. José ya no tuvo fuerza para arrastrarse con sus brazos, porque sus piernas quedaron inmovilizadas por las balas.  Al final, recibió el tiro de gracia, como pasó con varios compañeros que se encontraban en la cancha.

La esposa de José Apolonio, que dejó a 9 hijos, nos comenta que se había ido al arroyo a buscar acamayas. En el camino escuchó los ruidos de los helicópteros. No sabía lo que había pasado en la madrugada.  A su regreso se topo con uno de sus pequeños hijos que desesperadamente corría para darle la noticia, de que habían asesinado a su papá. “Yo no creía que mi esposo estuviera muerto. Hasta regañé a mi hijo, porque pensé que estaba inventando. Al llegar al pueblo, varios señores me dieron la noticia. Más bien me espantaron, porque me dijeron que escondiera mis papeles, la credencial de mi esposo, porque si no lo hacía iban a matar a todos. Les dije que prefería que nos mataran a todos si en verdad teníamos la culpa para merecer la muerte. No entendía el coraje que tenía el gobierno para que nos viniera a matar. Ya no pude comer, sentía desfallecer. Estaba muy desesperada y triste. No sabía como consolar a mis hijos, ni que hacer para que entregaran a mi esposo. Me quedé aturdida. En varias ocasiones se me revelaba, escuchaba sus pasos, el ruido de sus huaraches. Sentía que entraba a la casa, pero todo era imaginación. Porque él ya está muerto. Mi cabeza se hacía grande y mi cuerpo pequeño. Para mí era mejor morir y no saber nada, sobre todo porque tenía un mes de embarazo. Sólo mis hijos me dieron la fuerza para seguir. Mis dos hijos más grandes, que en ese tiempo eran niños, empezaron a ir de peones para conseguir maíz y jabón. Así la íbamos pasando porque tenía nueve hijos. Estuve a punto de regalar a un hijo, ya que mucha gente venía a pedírmelo porque veían que no iba a poder, pero mis hijos grandes lo evitaron. Uno de mis hijos se fue a Estados Unidos a trabajar de jornalero. Tenía 17 años. Lamentablemente falleció en marzo de 2009. Era el que más me apoyaba para que mis hijos más pequeños pudieran estudiar. Por él teníamos que comer. He sufrido mucho porque tuve que trabajar como peón para no morirnos de hambre. En medio de tanto sufrimiento, mi hija se logró. Ahora ya esta grande y está estudiando para médico.

En la lengua Tu’un savi, otra de las viudas se animó a decir que gobierno solo sube al pueblo para matar a la gente. Así lo hizo con su esposo y sus demás compañeros. No solo nos quita la vida, sino que nos mete miedo, para que no hagamos nada para defender nuestros derechos. Tuve que dar varias vueltas para recuperar el cuerpo de mi esposo. Me decían que ya lo habían enterrado en la fosa común. Era para que yo ya no lo buscara y me quedara callada. Después de tres días me lo entregaron. Me traje su cuerpo y me quedé en mi pueblo para enterrarlo. He vivido con mucho miedo, porque el ejército siguió subiendo para detener a más gente. A varios compañeros, los han ido matando. Nadie sabe quien lo hace, pero así trabaja el gobierno, para que sigamos agachados sin decir nada.

Después de El Charco, nuestra vida está marcada por el dolor y el sufrimiento. Así como está la escuela rociada de balas, así siento que está mi cuerpo. Como si a mi me hubieran matado. En verdad así es, porque para el gobierno no existimos, no valemos nada. Las vidas de nuestros esposos tampoco valieron, porque las autoridades no investigaron a los militares. Más bien, los premiaron y les dieron mejores cargos. Así hace el gobierno, gasta el dinero en armas y en el entrenamiento a los militares, para que vengan a matarnos, cuando se dan cuenta que nos estamos organizando para salir de pobres.

Han pasado 22 años y estamos peor. Las autoridades se han puesto de acuerdo para castigarnos, para que nosotros mismos nos peleemos y seamos nuestros propios verdugos. Quisieran que El Charco no existiera para que nadie reclame justicia y para que no molestemos a los militares que asesinaron a nuestros esposos.

Trabajamos sin descanso, en muchas ocasiones con el estómago vacío. Con nuestras propias fuerzas hemos podido sacar adelante a nuestros hijos. Con muchos sacrificios logramos que estudiaran en Ayutla y en Chilpancingo. Me da mucha alegría, en medio de tanta pobreza, saber que mi hija está estudiando en la universidad, y que tiene el sueño de ser doctora. Nunca imaginé que, trabajando en el campo, cortando leña y sembrando maíz, iba a lograr que mis hijos crecieran y que pudieran estudiar. Eso es lo que me da fuerza, para seguir en esta lucha. Ahora entiendo porque mi esposo trataba de organizarse con la gente del pueblo, para que ya no hubiera tantas injusticias y tantos sufrimientos. Puedo decir, que está orgulloso de mi, porque no abandoné a mis hijos y porque nunca me olvidé por lo que el soñó.

A 22 años de la masacre de El Charco, el gobierno sigue desangrando nuestras vidas. Como mujeres indígenas, nunca hemos recibido la protección del Estado, ni nos han reconocido como víctimas de graves violaciones a los derechos humanos. Lo más cruel es que el gobierno sigue sin castigar a los militares que perpetraron esta masacre y se obstina en darle más facultades el ejército para que se encargue de la seguridad pública, sin que se les obligue a rendir cuentas por estas atrocidades.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-las-viudas-de-el-charco/

Publicado originalmente en Desinformémonos

Comparte este contenido:

¿Por qué la pandemia está incontrolable en Panamá?

Por: Olmedo Beluche

El promedio diario de casos detectados por día ha escalado a más de 600, con un porcentaje de positividad del 30% y más de 400 fallecidos. Cuando se pensaba que la pandemia de la COVID-19 había llegado a su pico más alto, desde que se inició junio se ha dado una nueva escalada mayor que la anterior, coincidiendo con la reapertura del bloque 1 de la economía, sin que se avizore el final de esta fase.

 Con justo derecho la gente se pregunta y especula qué está pasando. ¿Por qué otros países de la región están mucho mejor que nosotros?  ¿De qué ha valido ser la “Dubái de Centroamérica”, si países como Costa Rica nos están dando cátedra?

 La razón de que la COVID-19 no cede en Panamá es estructural, tiene que ver con el tipo de país que se ha construido, con lo que se ha hecho y dejado de hacer en las últimas décadas y los responsables son los gobiernos de todos los partidos que han compartido el poder. Las razones son:

  1. El debilitamiento sistemático que data de hace 40 años del sistema de salud público con criterios neoliberales de privatizaciones, externalizaciones, recortes presupuestarios, liquidación de lo que fue la consigna en los años 70: “salud igual para todos”.
  2. La desviación de recursos hacia megaproyectos cuestionables e ineficientes pero aptos para la corrupción, como la “Ciudad Hospitalaria” (que se va a comer B/.9 mil millones), mientras se descuidaba lo existente.
  3. Más recientemente el recorte de 2019 hecho por Laurentino Cortizo y su ministro estrella, Héctor Alexander, de B/ 300 millones a la Caja de Seguro Social y más de B/. 100 millones al MINSA.
  4. El crecimiento económico, pero con una de las peores desigualdades sociales del mundo, donde el 10% de las familias con más ingresos ganan 40 veces lo que gana el 10% de familias más pobres.
  5. Donde la pobreza afecta a 1 de cada 4 familias, mientras el 10% de los habitantes pasa hambre literalmente.
  6. Familias con ingresos promedio que no cubren la Canasta Básica General y apenas aruñan una magra Canasta Básica de Alimentos.
  7. Porque los servicios públicos han sido deteriorados por falta de inversión, como el agua potable que está faltando cuando más se necesita en los barrios donde la COVID- se está expandiendo.
  8. El sistema ineficiente de transporte público manejado por mafias que operan al margen de la legalidad, pero en completa impunidad.
  9. También existen patrones culturales negativos, como la famosa filosofía del “juega vivo” y el “qué hay pa mí” instigadas por la política clientelista de los partidos políticos corruptos para manipular a los sectores populares.
  10. Todo lo cual ha sido empeorado por unos decretos que permitieron suspender más de 270 mil contratos de trabajo; por un  Plan Panamá “Solidario” tacaño con el pueblo y dadivoso con los banqueros, con un bono que equivale a menos de un tercio de la canasta alimenticia (uno de los más bajos de la región); por la negación de una ley de moratoria de deudas e hipotecas; donde continúan los lanzamientos  de sus casas a gente que no puede pagar por quedar desempleada, pese a la palabra hueca del presidente de la república.

 Como dijo recientemente el Dr. Jorge Luis Prosperi (La Prensa, 30/5/20): ‘Este virus habita donde hay carencias’.

El autor escribe para OVE

Comparte este contenido:

Mundo: El trabajo infantil crece de nuevo en Latinoamérica por la COVID-19

Mundo/América Latina/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

La pandemia de Covid-19 y el aumento de la pobreza que ha provocado pueden abocar a «millones de niños» a trabajar y aumentar la cifra de menores explotados en el mundo, después de veinte años de reducción de este indicador, advierte hoy un informe de Naciones Unidas.

«En tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias», explicó la abajo, Henrietta Fore, quien subrayó que, «a medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y los servicios sociales disminuyen, más niños se ven empujados a trabajar».

Trabajo infantil 2

El informe no predice una cifra exacta de cuántos niños podrían verse forzados a trabajar en la actual crisis, aunque la OIT y UNICEF citan estudios sociológicos según los cuales un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza suele conllevar una subida de 0,7 puntos en la tasa de trabajo infantil.

Además, los menores que ya trabajan «podrían tener que hacerlo durante más horas o en peores condiciones», indican las dos agencias de Naciones Unidas, que recuerdan que más de mil 600 millones de niños se han visto afectados por el cierre de escuelas durante la pandemia.

Cuando las aulas reabran «es posible que algunos padres ya no puedan permitirse enviar a sus hijos a la escuela», consideran ambas organizaciones.

También temen una agudización de la desigualdad de género derivada de todo este fenómeno, ya que las niñas son especialmente vulnerables a ser explotadas en sectores informales como la agricultura o el servicio doméstico.

El informe propone varias medidas para mitigar el riesgo de mayor explotación infantil, que incluyen una ampliación de la protección social, la concesión de créditos a hogares en situación de pobreza, la promoción de trabajo digno para los adultos o iniciativas para facilitar el retorno de los niños a las clases.

Trabajo infantil 3

«Tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y derechos humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental», subrayó el director general de la OIT, Guy Ryder.

Los grupos vulnerables, en particular aquellos que trabajan en el sector informal y los migrantes, podrían ser las principales víctimas de un eventual aumento de la explotación infantil, de acuerdo con Naciones Unidas.

En este sentido, Latinoamérica podría ser una de las regiones más afectadas, dados los importantes flujos migratorios en Centroamérica o desde Venezuela a otros países de la región y teniendo también en cuenta que el sector informal sostiene el 53 % de la economía en esas naciones.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/mundo/2020/06/12/trabajo-infantil-crece-nuevo-latinoamerica-la-covid-19.html

Comparte este contenido:

Educación a paso tortuga

Por: lahora.com.ec

El Ecuador está por cumplir tres meses de emergencia sanitaria. Algunos cantones han retomado sus actividades, muchos con paso acelerado, no por temerarios o negligentes, sino por mera necesidad. La Educación, en contraste, avanza muy lento.

Por más de dos meses, los establecimientos de educación básica, media y superior  fueron el conejillo de indias en el apurado intento del sistema -público y privado- por subirse al tren de la educación en línea. Hubo casos de éxito en la Sierra, en los que ciertos alumnos ‘engancharon’, aprendieron y aprovecharon, en la medida de lo posible, la experiencia.

Sin embargo, los fracasos del ‘programa’ fueron también evidentes, especialmente en familias de bajos recursos y aquellas que habitan zonas remotas y desconectadas.

Tras esa experiencia, el ciclo Costa y Galápagos inicia este mes su año escolar.

Urge saber qué lecciones se aprendió del experimento en la Sierra y Amazonía. ¿Qué propuestas de mejoras, cambios y ajustes se pueden aplicar ya con los alumnos que inician el ciclo lectivo?

El Ecuador no puede darse el lujo de desperdiciar valioso tiempo en la corta ventana que se tiene para educar a los adultos del futuro.

El discurso de la resiliencia, de que los niños están mejor en casa, que aprenderán “otras cosas” como cocinar o colaborar con las tareas del hogar estuvo bueno para salir del apuro, pero es momento de que el Estado asuma esta responsabilidad con tanta pompa, recursos y seriedad como lo hace con su aparato de propaganda, o el flamante destello de lucha anticorrupción.

Los problemas del país no se resolverán hasta que se invierta en su recurso más abundante, productivo y valioso: los niños.

La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.

Immanuel Kant (1724-1804) Filósofo alemán.

Sólo cuando nos callan, nos damos cuenta de la importancia de nuestras voces.

Malala Ypusatzai (1997-  ) Activista pakistaní.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102320324/educacion-a-paso-tortuga

Comparte este contenido:

Ecuador: La protesta indígena cumple 30 años

América del Sur/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Redacción QUITO

El levantamiento indígena, la temida protesta de los pueblos originarios de Ecuador, cumple este mes 30 años desde su primera convocatoria, con objetivos que siguen siendo actuales: «No al FMI, no a la deuda», «No al imperialismo» y por un «Estado plurinacional».

Una mejor distribución de la tierra para los campesinos, la oposición a políticas económicas impopulares y el apoyo a demandas de otros sectores como el de estudiantes y sindicatos, fueron elementos que entonces llevaron a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) a convocar al levantamiento contra el Gobierno de Rodrigo Borja, Izquierda Democrática (1988-1992), el 04 de junio de 1990.

 Mismos problemas

Para conmemorar este acontecimiento, grupos indígenas y académicos organizaron un conversatorio virtual con «Las voces del primer levantamiento del Inti Raymi», en el que intervendrán varios intelectuales indígenas como Blanca Chancoso, Vicente Chuma, Vicente Chato y Cristóbal Tapuy.

Justamente, Chancoso, una de las líderes de esa época, recordó el proceso y observó que las causas que entonces motivaron esa reacción popular siguen latentes, como son la marginación y la pobreza.

Chancoso, hoy de 65 años, comentó que esas causas surgieron desde el mismo tiempo de la colonia española, donde se fueron incubando las razones para una reacción que ha clamado históricamente por «respeto».

«La lucha ha sido contra el capitalismo y contra el imperialismo», remarcó la dirigente que, al revisar los documentos que ha acumulado durante su vida, encontró las octavillas en las que su organización ha planteado recurrentemente su oposición «al pago de la deuda externa».

Tras más de 10 días de levantamiento, en 1990, el Gobierno de Borja aceptó negociar y solucionar las demandas de la Conaie.«Hoy nuevamente estamos diciendo no al pago de la deuda externa, primero la vida, y otra vez estamos atravesando por una crisis», agregó, al identificar a grupos poderosos como los que siempre se benefician con las «políticas anticrisis», que suelen aplicar los gobiernos.

Para ella, los pueblos de Ecuador, como antes, aún deben dirigir luchas de «sobrevivencia y resistencia», ya que las condiciones de exclusión de antaño aún subsisten. Agregó que hay que «repensar la democracia» y considerar que son las representaciones sociales tanto o más importantes que las políticas. (EFE)

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102320050/la-protesta-indigena-cumple-30-anos-

Comparte este contenido:
Page 57 of 138
1 55 56 57 58 59 138